🔥Relato Erótico de Sexo Gay: La comunidad masculina ❌Sin Censura❌

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Fecha: 2022-11-30


La comunidad masculina


Autor: DANNY J

Categoría: Sexo Gay

La verga busca la verga y su hogar es el ano masculino, debemos instruir y corregir a los que se desvían, el amor masculino es lo más fuerte que hay y el cuerpo varonil es la mayor gloria, belleza y proeza de nuestro mundo…. “El mundo es del varón, pero se ha corrompido por el coño, el varón por el hecho de poseer la verga creadora entre sus piernas es el supremo y más respetable ser de nuestra tierra. Debemos honrar, amar y respetar a nuestro Creador, el varón que con su glorioso esperma proveniente de sus magestuosos testículos nos ha dado vida, la hembra ha salido del varón, por lo tanto es producto de él y su función solo es producir, sin embargo el verdadero placer, gozo y amor se da entre hombres, entre varones, entre testosterona, la verga busca la verga y su hogar es el ano masculino, debemos instruir y corregir a los que se desvían, el amor masculino es lo más fuerte que hay y el cuerpo varonil es la mayor gloria, belleza y proeza de nuestro mundo. Alabado sea el Varón Creador Alabado sea el hombre Alabado sea el pene Alabados sea el semen.” Estos son los principios en lo que creo, desde pequeño mi padre me enseñó a respetar y adorar el pene, asistíamos cada domingo al culto, al ser infante iba vestido de blanco, el blanco que representa el semen puro, papá asistía muy elegante, había un espacio para los niños donde se nos hablaba de las sagradas escrituras, éramos alrededor de unos 20 niños de mi edad y un instructor llegaba y nos daba los buenos días, lo primero que habíamos era agradecer por tener pene y testiculos, agradecíamos por ser hombres y no hembras, después besábamos el gran miembro sagrado que era una escultura de un pene dorado que debía haber en todos los espacios y hogares. Posteriormente nos sentábamos en círculo y retirábamos nuestros pantalones y bóxers, debíamos estar en comunión entre hombres, nuestras pequeñas virilidades debían ser libres, el instructor también sacaba su miembro, su miembro era más grande y peludo que el nuestro, era nuestro ejemplo a seguir de excelencia viril, nos contaba los versículos y nos enseñaba como debe ser el varón, debe ser libre, debe hacer lo que desee, debe honrar el pene y disfrutar, y en el momento en que crezcamos y tengamos necesidades sexuales no debemos de reprimir. Cómo aún éramos niños, no producíamos el sagrado nectar, debíamos esperar a los 12 años para poder empezar la vida sexual, pero debíamos prepararnos para eso, solo podíamos besar el órgano genital de nuestros padres, pero no podíamos ser penetrados hasta nuestra ceremonia, al terminar la seción dominical debíamos agradecer al instructor con una masturbación, todos tocábamos al instructor hasta que eyacule el sagrado esperma y lo depositaba en una copa de oro, posteriormente él con un poso de su jugo ungía nuestros pequeños genitales lampiños para bendecir nuestra intimidad. Pasado esto regresábamos al gran salón donde los mayores hacían su orgía dominical, los pequeños no podíamos formar parte de la orgía hasta haber eyaculado, pero me daba curiosidad ver tantos hombres desnudos gimiendo, desde adolescentes hasta ancianos, el olor del salón era magnífico, olor a sudos, axilas, pies, culos, penes, semen, meados, era una aroma que daba felicidad, cada niño buscaba a su padre, algunos ya exaustos, otros en acción, mi padre era de los últimos en terminar y gritaba muy fuerte al tirar esperma, ya que termina la orgía se realizaba una oración de gracias y se agradecia con besos en la boca o genitales a los varones contiguos. Papá siempre fue muy devoto de la sagrada verga, a mi hermano mayor y a mí nos inculcó esos grandes valores. Mi hermano ya eyaculaba y tenía pelo en sus partes, se estaba volviendo uno de los principales servidores de la comunidad, papá estaba muy orgulloso y hacían el amor muy seguido, recuerdo despertar en las noches por los grandes gemidos que provenían de su cama, más de una vez acudí y veía como mi padre, un hombre robusto y peludo era penetrado por el cuerpo atlético de mi hermano, me gustaba el olor que despedía el ano de papá, muchas veces lloré porque quería ser parte del acto, pero no podía hasta no poder eyacular, así que subía a la cama a ver cómo mi hermano y mi padre hacían el mayor acto de amor masculino en la cama, ya que me hermano dejaba su sagrada semilla en el recto de papá ambos se acostaban y papá me decía que ya podía entrar, debía limpiar el ano de mi progenitor y el pene de mi hermano, debía dejarlos limpios mientras ellos dormitaban. Ya quería ser grande para jugar con ellos!!!! Pero hasta ese encontonces era una tranquilidad dormir entre esos dos hombres sudados, oloroso y húmedos, mientras nos abrazábamos y nos dábamos caricias y besos. Amo a mi familia. Danny J


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