El verdulero me trae de piropos y algunas insinuaciones hace rato. Al principio sorprendida e incómoda, pero luego ya me acostumbre y hasta me gustaba.
Prefiero ir temprano, cuando aún está acomodando todo, porque no hay gente y su ayudante no llega. Elijo mejor lo que llevo, y escucho sus provocaciones sin exponerme
Así fue que un día, domingo a la mañana, cuando me ve comienza a aplaudir
- Ha salido el sol.... Que lindo que llega la clienta que me tiene loco de amor...
- No grites así en la vereda, por favor. Me da vergüenza, alguien puede escuchar
Ingreso al local y cuando paso siento que me apoya la mano en la parte superior de la nalga para empujarme suave hacia adentro
Me dió por reír y darme vuelta para decir
- Estás loco! ¿Cómo me vas a tocar el culo? Mira si te ven, el problema que tengo
- Acá en el depósito no nos ve nadie, me dice
- Uh! Terrible estás hoy. Cuánto hace que no lo haces? Se nota que estás mal
- Lo que quiero hacer es con vos, lo sabes
Tomando suave mi mano, me invita de nuevo al depósito
- Pasa y te muestro como estoy.
Mientras me hablaba agarraba su verga dura y me mostraba como se le marcaba en el pantalón
- Ah, pero estás caliente y mucho
- Por eso, pasa y ayúdame
Me resistí unos minutos pero pasé. A mí una pija gorda y dura, me puede... Me gustan mucho las pijas
Ni bien pasé lo sentí pegado a mis nalgas y al oído me decía, te va a gustar mucho
Sin palabras me abrazo de atrás, y subiendo mi blusa me frotaba las tetas y me apoyaba la pija, mientras me besaba el cuello y la oreja
Cuando me soltó para sacar su pija afuera, tome la iniciativa y me baje la ropa sin ayuda, dejando el culo al aire. Me apoye en un mostrador y sentí que me metía la pija por el culo
Me fue cojiendo a lo bruto y me exitaba que un verdulero de manos ásperas, me enterrará la pija en el culo entre cajones y bolsas. Me sentía una sucia puta y eso era.
Me dió una buena cojida, me hizo una paja hermosa con esos dedos gordos, y me lleno de leche la boca cuando se la chupe
Ese día volví feliz de la verdulería y ya tenía mi ritual para los domingos a la mañana... Cojer entre cajones con el verdulero