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Fecha: 2022-08-27


Qué sorpresa...!!!


Autor: Flakitargentina

Categoría: Tabú

Apenas eran las 10 de la mañana y el termómetro marcaba 29 grados ese día de mierda de diciembre de 2012, hace casi 10 años. Mi nombre es Carolina, tengo 21 años y lo que les contaré me empezó a pasar a los 11. A esa edad me interesaba todo lo que no conocía, particularmente lo relacionado con el sexo. Recuerdo perfectamente que vivía caliente, siempre alzada, y cada vez que estaba sola aprovechaba para disfrutar tocándome. En una de esas ocasiones, sóla en mi casa, no sé de dónde mierda apareció mi prima Vanesa, 2 años menor que yo. La turra me estaba espiando mientras me hacía la paja (me masturbaba) con el pantalón bajo en mi cama. Al descubrirla mirando la escena detrás de la puerta entreabierta, sin que se dé cuenta de que la había visto, me levanté disimuladamente y la agarré de los pelos, haciéndola entrar a mi cuarto. Vanesa, aterrada y llorando, me dijo que entró por la puerta de atrás que estaba abierta, pensando que no había nadie. La pequeña curiosa de 9 años, me juró que no me espiaba. Eso me enfureció y se asustó. Yo siempre fuí robusta, rellenita, de cuerpo grande y muy bien desarrollado. Ella era y sigue siendo delgadita, pero a esa edad era mucho más pequeña que yo. Así que le pegué dos bofetadas en la cara y tuve una idea que sólo se le podía ocurrir a alguien que estaba tan caliente como yo. Le subí el vestido y le metí la mano bajo la bombacha (bragas) en un segundo, sin que pudiera reaccionar. Saqué la mano y saben qué...??? Estaba tan mojada que me chorreó el líquido por los dedos hasta caer gotas en el piso. - Guachita de mierda!!! Tenés la concha empapada y decís que no me espiabas!!! Te voy a dar una buena paliza!!!- le grité haciéndome la enojada y se puso pálida de miedo. Sabía que mi mamá no volvería hasta la tarde, así que cerré las puertas y volví a mi cuarto. Mi pequeña prima seguía llorando y parada en el mismo lugar. Hasta el día de hoy recuerdo que mi intención secreta era experimentar algo con Vanesa y aproveché ese momento que seguramente no se iba a repetir. La volví a abofetear y le dije que le iba a contar todo lo que hizo a su madre y a la mía. Tomé el celular y, llorando más fuerte, me pidió que no lo hiciera. - Bueno, entonces me vas a obedecer. Entendiste??? Date vuelta!!! Lo hizo y le saqué el vestido de un tirón. Quedó desnuda, sólo con la bombachita y las zapatillas. - Qué estás haciendo, Caro??? - preguntó asustada y asombrada. - Ahora te sacás la ropa interior. Me hacés caso o te pego y cuento que me estabas espiando!!! - y le metí otro cachetazo por las dudas. No volvió a decir nada y se sacó la bombachita. La guacha de mi prima tenía un cuerpito hermoso. La tiré sobre la cama y me quité el pantalón deportivo y la blusa. Nunca había tenido contacto con otra persona. Era la primera vez que la veía desnuda y no podía dejar pasar la oportunidad de dar rienda suelta a la calentura que sentía. Me senté sobre su cara y le ordené que me pasara la lengua por la cola, y el placer que desconocía hasta ese momento me hizo estremecer. Un rato después me acosté sobre la niña en posición de 69, algo que ya había visto en el celular y le dije que me chupe la concha, mientras yo le hacía lo mismo. Así estuvimos como media hora, chupándonos sin parar ni para tomar aire. Y en lo mejor, cuando le empecé a meter la lengua por el culito, se abrió la puerta. - Pero...qué...qué...qué mierda...qué mierda están haciendo...???????? - preguntó sin poder creer lo que estaba pasando mi propio primo, hermano mayor de Vanesa. Olvidé que tenía llave, pero nunca había entrado sin avisar. Juán tenía 19 años y se lo veía muy enojado. Me agarró con fuerza del cabello y me sacó de la cama, me pegó un par de bifes en la cara y una patada en el culo. Estaba realmente muy ofuscado. - Yo sabía que vos eras una puta...sabía que estabas caliente, Carolina...sos una putita de mierda!!! Pensabas que no me daba cuenta de que me espiabas cuando me bañaba??? 11 años y tan puta...!!! Dos veces entraste a mi cuarto mientras dormía y me tocaste!!! Y ahora te encuentro chupándole la concha a mi hermana, tu propia prima...a vos te parece bien??? Tan pequeña y tan caliente!!! Mientras él hablaba, yo pensaba que no era nada inteligente. Y yo sí lo era. Muy inteligente y muy atrevida, también. Mucho más que él. El idiota estaba confesando saber que su propia prima de sólo 11 años lo había espiado varias veces mientras se bañaba y que lo había manoseado más de una vez cuando "dormía". Le dije lo que estaba pensando y que tenía un testigo, su hermana, que lo iba a delatar porque me temía y me obedecía. Después de repetirle la cantidad enorme de estupideces que acababa de decir se puso nervioso. - Te conviene quedarte callado, primito, porque podrías tener un kilombo bárbaro. Te puedo asegurar que nos creerán más a mí y a Vanesa que a vos. No me obligues a contar lo que dejaste que haga tu pequeña prima de 11 años, o sea yo. Entendés??? El imbécil quedó mudo de miedo y me acosté con las piernas abiertas en la cama. Sólo se me quedó viendo y, como esperaba, tuvo una erección. Lo que no me imaginé era el tamaño. La verga de mi primo parecía que iba a romper el pantalón corto que tenía. Le ordené (a esta altura yo manejaba la situación) que me la muestre y se ofendió porque su hermana menor aún estaba desnuda frente a él. La pobre Vane no sabía qué mierda hacer. Estaba tan quieta y callada que parecía un cuadro. Le grité a Juán que me hiciera caso, pero dijo que estaba la niña, su hermana. Le pregunté a mi primita si a ella le molestaba, con una mirada asesina, y dócilmente dijo que no. - Sos una loca de mierda, una pervertida, Carolina... - Estoy esperando. Querés tener problemas, parece, primito...daleeeee....!!!!!! Se bajó el pantalón corto y salió una verga durísima y goteando, algo que por primera vez veía en persona. Yo creo que a los 11 años ya tenía el intelecto de una mujer adulta, adulta y superdotada mentalmente. Me senté en el borde de la cama y le chupé el jugo que le estaba chorreando del pene paradísimo y me gustó mucho ese sabor. La pequeña Vanesa se acercó y me miraba con asombro, sin entender nada. Me la metí en la boca hasta ahogarme y sentí que montón de saliva me inundaba. Escupí esa saliva en mis manos y se la puse a Vanesa en la conchita. La masturbé y la penetré con un dedo. La pequeña putita tembló y, agarrando la verga de su hermano, se la apoyé en la concha. Mi primo, acostado y casi sin darse cuenta, ya tenía la pija en la vagina de la niña, y yo se la frotaba con mis manos. - Bueno, Caro, ya está...es suficiente...esto no está bien...basta, Carolina...es mi hermana menor...es tu prima.... Senté a Vanesa y le dije que se la chupe como lo hice yo. Antes de la reacción de Juán, empujé a la niña, obligándola a meterse la verga del hermano en la boca abierta. Él insinuó resistirse, pero Vane ya la estaba chupando. Jamás había hecho nada semejante, pero yo la ayudaba empujándole la cabeza con la mano derecha y mirándola a los ojos de la manera que sabía que la hacía morir de miedo. Había aprendido que con esa forma de mirarla, Vanesa era capaz de hacer lo que fuera. Me tenía terror...jajajajaja... La saqué de la boca de mi primita y me la metí yo casi hasta la mitad y me volví a ahogar. Mientras hacía esto, hice arrodillar a Vane en la cama. Estuve a punto de vomitar, pero aguanté. Los ojos me lloraban por tanta pija en la boca. Volví a escupir el río de saliva en mis manos y se lo puse en el culo a la nena arrodillada, sumisa, obediente. Le metí un dedo en el agujerito ,se la agarré a mi primito y se la apoyé en su hermana. - Te parece, prima...??? No es mucho?? Le va a doler...- dijo él. Le froté la verga en el culito de Vanesa de tal manera que se re calentó y se la enterró unos centímetros. Ella gritó de dolor y yo me acosté enfrente para que vea mi mirada. El miedo que me tenía era más fuerte que el dolor. Seguía gritando y llorando, pero no se resistió. Volví al culito de Vanesa y me asombró el poder de mi mirada sobre la nena, porque ya tenía casi media vergota adentro y era evidente que le dolía, pero seguía de rodillas, sin moverse. Le dije al animal del hermano que se la sacara un rato y el muy bruto se la sacó de golpe. Vane pegó un grito y después suspiró con el placer de que se la hayan sacado, mientras al mismo tiempo le empezó a salir un trozo gigante de excremento duro. No podía creer cómo le había quedado el agujerito que era tan chiquito que casi no se le veía. Ahora lo tenía tan grande y abierto que podía evacuar el popó inmenso que le salía increíblemente de su interior. Con Juán nos quedamos mirando el delicioso espectáculo. La cantidad enorme que fluía de su esfínter ya tenía como 30 centímetros y seguía saliendo, lentamente. No podía creer cómo una niña tan pequeña podía expulsar algo semejante. Mientras la mirábamos, extasiados, excitadísimos, me dí cuenta de que mi primo no paraba de masturbarse, igual que yo. Al fin terminó de cagar, dejando caer lo que estaba hace unos minutos dentro de su pancita sobre las sábanas. Apenas lo hizo, Juán amagó con acabar y me metí la verga durísima en la boca, tragando toda la leche que le salía como a presión. Me ahogó tanta leche espesa, pero me la tomé toda. Se la sequé bien y volví a ver a Vanesa. Tenía el culo tan dilatado que no pude evitar besarlo y pasarle la lengua alrededor. - Aaaaaaaaaaaay...qué rico, Caro!!! Me gusta mucho que me hagas eso...aaaaaaaaaaaah... pero salí...salí...correte que me está por salir un poquito más de caca...cuidado, salí... Dejé de cogerla con la lengua para ver mejor lo que estaba por salir del culo de mi primita. Algo tan ancho como lo otro asomó del agujero del orto de ella y se le volvió a agrandar maravillosamente, era muy grande y grueso pero menos cantidad, calculé que medía 8 o 10 centímetros y antes de que cayera me lo metí en la boca ya abierta, ansiosa, sin saber qué iba a hacer, pero esperando que saliera. La caca de la niña estaba dentro de mi boca y no me provocó nada de asco, sinó todo lo contrario. Sentí el sabor de lo que acababa de salir de su culito precioso y me pareció un manjar maravilloso, amargo y delicioso. Lo mastiqué lentamente, como se saborea algo exquisito por vez primera y mientras me lo tragaba tuve un orgasmo infernal, sentí como una convulsión y un cosquilleo en todo el cuerpo que me sacudió entera. Era una sensación que nunca jamás había experimentado. Caí como desmayada sobre la cama y me dormí profundamente. Al despertar, mi manera de ver el mundo había cambiado por completo. Y quise seguir conociendo cosas nuevas.


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