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Fecha: 2022-05-28


DE VISISTA A MIS TIOS 3


Autor: Viden

Categoría: Incesto

Ya en casa me dispuse a dejar las compras en la mesa y a subir a mi habitación para cambiarme, al bajar vi a mi tía en el sillón viendo un documental en la tv, que tal el viaje me dijo, todo tranquilo tía, estuve conociendo la ciudad y me llevo un gran recuerdo de esta zona, que bien sobrino espero y te haya gustado. Puedes servirte la comida que está en la cocina, gracias tía le dije, apresurando mis pasos hacia el comedor, ya eran las 2:30 pm empecé a comer y a disfrutar de mi almuerzo lo más rápido que pude para encaminarme a recoger a mi querida Isabelita. Al salir del comedor procedí a despedirme de mi tía, la cual estaba tirada en el sillón viendo tv, chau tía voy de regreso a la ciudad le dije, está bien muchacho me respondió, vienes lo más pronto posible para la cena, saliendo de la casa procedí a tomar el bus que me llevaría hacia la ciudad, subí lo más rápido que pude al bus y sentándome adelante continúe mi recorrido, pasaron como dos horas y ya no faltaba casi nada para llegar, me apresure a bajar pidiendo permiso a la multitud de personas, baje. Ya en la ciudad hice algunas preguntas a los lugareños, donde queda el colegio "Ricardo Palma", me dijeron que pasando el hotel más cercano, acelere mis pasos y continúe mi camino, al llegar al hotel eran las 6:00pm, me apresuré y llegue al colegio justo a tiempo, empezaron a salir niñitas de todas las edades unas más grandes y otras más pequeñas, apretándose entre la multitud, me fije bien y entre esa multitud venia mi querida Isabelita con un listón azul marino oscuro sujetando su cabellera, me inquiete al verla y procedí a ir a su encuentro. Al estar en medio de las ninfas que salían del liceo, aproveche para insertar mis manos en unas cuantas nalgas virginales que chocaban contra mí, fue una sensación inimaginable pero satisfactoria, me acerque lo más que pude hasta que llegué al encuentro de mi Isabelita, Buenas tardes primo me dijo, hola mi niña le respondí un tanto editado por el tumulto de nenas culoncitas que chocaban contra mí, ellas son mis compañeras del salón, me presentó a dos de sus amiguitas, tiernas niñitas de ojos dulces que encandilarían a cualquier hombre que las observara de frente, hola linduritas les dije, y procedimos a salir del tumulto, a donde nos dirigiremos les pregunté, iremos al restaurante que que queda aquí cerca. Al entrar al restaurante pedimos lo que había, un cafecito caliente con dos piezas de panqueques, comimos y conversamos acerca de sus estudios y que querían ser de grandes, una de sus amiguitas me respondió, que quería ser modelo, claro tenia buen cuerpo y toda las facultades para serlo, pero necesitas prepararte “repuse"; tengo un tío que me alienta y me apoya para cumplir mis sueños me dijo sonriente, que bueno repuse con una sonrisa en mi rostro, sin dejar de pensar en la suerte que tenía su tío, hicimos algunas bromas y le pregunte a Isabelita que quería ser de grande ya que ella no me había respondido aún, y lo de la otra chica no me importaba mucho. Isabelita me dijo que quería ser Ingeniera Química, para ayudar a su padre en la empresa, esa es una carrera un tanto difícil le respondí dubitativo, ya que no es fácil ingresar a una estatal le contesté, inclino su cabecita y dijo: es que mis padres me necesitan en la empresa. no hay problema pequeña sé que tú eres una niña inteligente y lo lograras, enserio? dijo con esos ojitos color miel y esa carita de ángel, si le dije seguro que sí, ahora terminemos de comer nuestros panqueques, al decir las palabra "panqueques" empezaron a reír, Isabelita quiso controlar la risa con esos cachetitos rojitos por el café bien calientito, pero no pudo y termino riéndose a carcajadas, pero que dije les pregunte, es que cuando dices "panqueques" nos recordamos a los insultos de nuestros compañeros del salón, así?.- aseveré con una mirada directa hacia ellas, es que nos molestan y nos dicen que tenemos unos muy buenos "panqueques", aaah! es eso exclamé_ pero es muy cierto, todas ustedes tienen muy buenos panqueques, dije con una mirada seria y pasándome a tragos el café y el "panqueque" que tenía en la mano. ¿Enserio?; no es por molestar me dijo Isabelita, si mi niña es la pura verdad, si ustedes fuesen "panqueques" me gustaría ser el panadero les dije sonriendo, y no solo eso, sino que me gustaría comerles a pedazos todos los días. Ellas sonrieron avergonzadas y me dijeron que no diga más eso, no hay problema les dije empezando a comer el "panqueque" que tenía en la mano. Después de haber terminado nos dirigimos hacia la estación de buses, ya se hacía notar la llovizna y los faroles de las calles brillaban con luz propia, entrando al primer bus que zarpaba hacia nuestro destino, procedimos a subir las graditas del bus, las niñas procedieron a entrar primero y yo detrás de ellas, pude observar sus colas contorneándose por lo empinado de las gradas y entramos, Iba lleno y nos dirigimos a la parte de atrás, por suerte solo había un asiento sin ocupar, así que por ser el mayor entre ellas procedí a sentarme mientras ellas estaban paradas con sus mochilotas que parecían ser más grandes que ellas mismas, me senté y saque mi celular para escuchar música, íbamos así un buen rato hasta que les pregunte si podría cargar sus mochilas, a lo que ellas se negaron y decidieron cargarlas solas, entramos por un túnel y yo me acordaba de aquel encontrón que tuve con mi Isabelita el día pasado, llegamos a un paradero donde empezaron a subir más pasajeros por lo que las niñas se amontonaron y me rozaban las piernas, las tenía tan cerca que casi las tocaba con las rodillas, le pregunte a Isabelita si la podía cargar entre mis piernas ya que somos primos, ella lo pensó un poco, y con una de sus manitas en la boquita y la otra en el tubo, contestó_ Esta bieeen! rebosando una gran sonrisa que se dibujaba en su carita de ángel, al escuchar sus palabritas de niña dulce me dispuse a acercar mis manos a su cintura y a sentarla en mi regazo. En el momento de que su culo hizo contacto con mi verga, se paró como si estuviera apuntando hacia el cielo, tener a una colegiala uniformada rozando mi miembro me enloquecía, ella se movía por los saltitos lentos pero eternos del bus y las carreteras mal trechas, a mí eso me excitaba y me ponía muy cabezudo, sentía como si una almohada estaba entre mis piernas, estas bien le pregunte, ¡sí! me dijo con una sonrisita dulce que se le dibujaba en el rostro. Después de un largo tramo yo sentía que mi miembro iba explotar como una bomba en mi pantalón, ya no podía soportar la excitación que sus nalgas provocaban en mi cuerpo, mi respiración empezó a tornarse rápida, y el sudor por el mismo clima de la zona hacían efecto en mi frente, ya que la tenía húmeda y marcada por las gotas de sudor que bajaban hasta la espalda de mi pequeña culoncita, me dijo que le picaba la parte de la espalda y la cintura y no podía rascarse, por lo que empecé a rascarle con mis dos manos, pero le dije que no podía porque llevaba puesto el saco del uniforme, entonces le propuse que se lo quitara para poder tener más libertad y rascarle sus zonas, a ella no le importo y empezó a sacárselo, primero procedió a desabotonar su saquito y después del termino empezó a sacárselo lentamente, mientras la oscuridad llenaba el bus y los movimientos de su culo pegado a mi miembro no pasaban desapercibidos para cualquier persona, el traqueteo que hacia su cola con mis piernas me tenían mareado, mientras los movimientos de sus nalgas fruncían con mucha intensidad en todo mi abdomen al girar la cabeza pude observar a un señor que me miraba con cara de idiota, empecé a disimular y tratar de controlar mis instintos terrenales pero no pude, así que me deje llevar pensando en el manjar que me estaba disfrutando, la tenue luz del bus me ayudaba, por lo que continúe en lo mío. Empecé a rascarle entre la separación de sus nalgas y su cintura, ella empezaba a moverse como un gusano y re-pegaba su culo en mi verga, ya que sentía cosquillas, lo cual me excitaba mucho más y empezaba tiritar de la excitación, estuve así por breves segundos hasta que me percate del cierre de la falda que va desde parte del cuello hasta la cintura y un poco más abajo, y decidí tomar un arriesgado intento, procedí con una de mis manos a bajar el cierre del faldón lentamente, hasta que llegue a tocar parte de sus nalgas y la entrada de su raya, al parecer ella no lo sintió y siguió quejándose de que le picaba allá abajo casi por la cintura. Empecé a rascarle encima de la camisa casi tocando la entrada de sus nalgas hasta que me dijo ya basta ya estoy bien, me quedé con el deseo de seguir tocando su bizcochito, y frotarle su cinturita de avispa, así que ideé un plan para saciar mis más bajos instintos. Íbamos a medio camino de la casa de mis tíos y el ambiente ya se tornaba más oscuro, el tipo que tenía a lado se había quedado dormido por lo que empecé a ser más atrevido, bajaba mis manos desde su cintura de Cleopatra hasta las piernas bien contorneadas de una Scarlett Johansson, era mía en ese momento solo mía y de nadie más, siii! parecía un enfermo mental que necesitaba de pastillas para calmar sus deseos más íntimos, no me importaba me sentía feliz en ese momento, y calmaba los pensamientos de mi mente creyendo de que no era el único con ese tipo de fetiches, ella era mi querida colegiala, mi amada, la que tenía su habitación al lado de mi recamara, la que se bañaba por las mañanas antes de ir al colegio mientras yo la espiaba, ella era lo único que quería en ese momento, lo único que me importaba más allá de mis sueños perversos, la agarre por la cintura mientras ella me decía que debía ponerse el saco que tenía entre sus manos tapando parte de su vientre, me invente cualquier tipo de excusa creíble y le dije que debería de esperar hasta poder bajar del autobús, ya que empezaba a hacer calor y estaba sudando, a lo que ella asintió con la cabeza y no se negó. Me queje de que tenía las piernas adormecidas y también parte del vientre, y que no soportaba el intenso calor del momento, a lo que ella repuso. _ yo siento mis nalgas dormidas y también parte de mi pierna derecha, por lo que le sugerí un buen masaje, eso liberaría la tensión y la relajaría profundamente, no hay problema sonrió con esa carita de niña dulce que no demuestra maldad y solo inocencia. Pasaba mis manos desde su rodilla hasta parte de la entrada de su pubis, masajeándolo lentamente, parecía ser un panadero amasando el pan para luego hornearlo, disfrutaba de cada embestida del bus y de cada frenon que me dejaba bobo, lo estaba disfrutando y me encantaba, ¿te sientes mejor? le pregunté. - Si!, estoy más tranquila y me siento más relajada repuso sonriente, pero aún siento dormidas mis nalgas traseras y eso me deja intranquila sonrió-. No te preocupes yo sé cómo solucionarlo respondí dubitativo, ponte de pie e intentare relajarte, obedientemente se agarró del asiento de adelante y se puso de pie, al no haber mucho espacio en el bus tenía su culo cerca de mi pecho, hasta podía sentir el olor de tan cerca que lo tenía, empecé a masajear parte de sus riñones hasta llegar a la división de sus nalgas, esa parte que a todos los hombres nos vuelve locos, la parte más atractiva de una mujer, siii! su culo, es esa parte llena de grasa que cubre la entrada de su ano, formando dos media lunas separadas una de la otra de forma perfecta, al sentir esa suavidad de su piel me asuste y retire la mano, temía que me dijera algo, por lo que espere un momento y procedí con la siguiente pregunta, está bien si toco tus nalgas y las masajeo, total somos primos y para mí no es nada del otro mundo tocar una de tus nalgas, espere su respuesta como 1 minuto, 1 minuto eterno, fue más eterno que las mil y una noches, hasta que me dijo como susurrando, "HAZLO PERO DESPACIO", entonces me atreví a bajar lentamente por la llanura de su espalda hasta llegar a la entrada su culo, y que culoo!, que culazooo!, no encontraba palabras para describir lo que estaba viendo y sintiendo, era suave como un pan francés recién horneado en la mejor panadería de París, calientitooooo! y suaveeee!, lo sentía semi-húmedo por el sudor de mis manos y el intenso calor de la zona, empecé a bajar un poco más hasta llegar al termino de sus nalgas gloriosas, me faltaban como 10cm para llegar al término de su pequeña falda supongo porque era la del año pasado, empecé a sobar sus muslos una y otra vez como refregando mi ropa, estuve así varios segundos hasta que me decidí hacer algo que disfrute después. Primero subí hasta sus nalgas redonditas, las agarré muy bien poniendo las palmas en cada nalga y empecé a sobarlas con mucho cuidado, a la vez que metía mis pulgares en el centro de su culo hasta la entrada de su ano, me canse de tanto sobar su culito virginal que me pare exhausto. Te sientes mejor le pregunté sonrojado, ¡siii!. -me dijo con una sonrisa dibujada en el rostro, ya me siento muchísimo mejor, me puedo sentar? me preguntó con su carita de ángel. - desde luego que ¡sii!, pero antes deja que me acomodarme el cinturón del pantalón para que no causarte ningún tipo de dolor, ¡okey! dijo con su vocecita girando su cabecita hacia el frente, empecé a aflojarme la correa y bajarme el cierre del pantalón para sentir mejor mi verga con ese culo virginal. Al bajar el cierre de mi pantalón y sacar mi verga la tenía piradísima y votando jugos a montones, me tranquilicé y empecé a secarla con la manga de mi saco, listeo! puedes sentarte le dije entusiasmado, al verla inclinarse delante de mí no me pude resistir y puse mi verga hinchada justo al centro de su raya, ella se sentó y dio un pequeño brinquito por la fricción que hacia mi verga en su culo, ¡aayy! que eso que está en mi trasero exclamó preocupada, a lo que le respondí astutamente, es el celular que puse en uno de mis bolsillos del pantalón, dije un tanto preocupado "mmmmm hayaaaaaa" .- dijo con cierta preocupación en el rostro, "por eso no traigo el celular de mi casa, ya que para mí es muy fastidioso traerlo, repuso emocionada". Yo extasiado por el choque de su culo con mi verga me dispuse a mover las piernas un poco como quién mese a un niño pequeño entre su regazo, moviéndome disimuladamente en todo su culo, la niña repuso fastidiada por los movimientos.- "no te muevas tanto que me mareas", le dije que era para la circulación de la sangre de mis piernas, y para evitar el adormecimiento de las mismas, a lo que ella asintió con la cabeza y se tranquilizó, sobe mi verga en toda su raja, y parte del culo, fue lo más delicioso que sentí, lo pasaba de nalga en nalga y le apuntaba al centro de su trasero, ya semi-húmedo por el calor de nuestros cuerpos, el carro ayudaba dando saltitos por las carreteras mal trechas y por los largos frenones que parecían eternos, la sentía saltar sobre mí una y otra vez como una pelota de playa encima de mi miembro, tenía el pene embravecido por los sentones de mi querida colegiala, me resistía a acabar y morir como un gran soldado en la guerra, recibiendo todo tipo de honores hasta quemar el último cartucho que me quedaba. Intente levantar un poco su falda ya que era más pequeña que la otra, en cada saltito del bus la levantaba un poco más, lentamente para no levantar sospecha alguna, al tener toda su falda encima de mi pecho cerca al vientre descansé, lo malo es que podía sentir su camisón de colegio separando su culo de mi pene, no me sentía cómodo al rozar la tela de su camisón con mi miembro, y me decidí jalar su camisa por la abertura que hice al bajar el cierre de su falda para realizarle el masaje, pude sentir su camisón subiendo lentamente por mi miembro, hasta que desapareció por completo, lo primero que sentí fue lo suave de la tela como si estuviese recién lavada, me existe muchísimo con solo pensar que le estaba rozando sus calzones virginales, mi miembro se movía como una anaconda fuera de su jaula y empezaban a gotear los venenos del placer por sus colmillos, sentía la humedad de sus partes lo tenía sudado y muy suavecito, su tierno culito estaba siendo penetrado por un monstruo legendario, que solo se tranquilizaba al rozar sus partes más vulnerables, entre el movimiento del bus y el roce con sus nalgas, me vine como nunca antes y termine encima de sus calzones. sus amiguitas empezaron a bajar, mientras tenía el culo gordo de Isabela haciendo movimientos revoloteantes por el traqueteo del bus, nos despedimos por las ventanas, y se fueron. Isabela se quedó sentada plácidamente entre mis piernas, no se paró ni dijo nada, más bien empezó a respirar profundamente en su lugar y exhaló. Sentía sus pulmoncitos hincharse en mi pecho, a la vez que respiraba de cerca sus cabellos húmedos por el sudor del ambiente, tenía el cuello sudado, y la camiseta empapada. Al llegar a nuestro destino procedimos a bajar, subí el cierre de mi pantalón y después le subí el cierre de su falda, nos hicimos espacio entre la multitud y avanzamos.


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