🔥Relato Erótico de Voyeurismo: Último primer día ❌Sin Censura❌

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Fecha: 2022-04-22


Último primer día


Autor: souya

Categoría: Voyeurismo

Ultima vez que organizo una juntada. Me llamo Agustín, un simple pibe de 17 años que solo estudia y juega a la play. Vivo solo con mi mamá, Ana, una mujer de 42 años, bastante hermosa, unos ojos color marrón claro, unos labios gruesos, no tiene las mejores tetas, pero su mejor atributo sin duda es el culo que tiene, es natural (no tocó un gimnasio en su vida), acompañado de una cintura delgada y unos muslos con los cual podría ahorcar a una persona, es el mejor orto que vi en mi vida. Pero esta no es la anécdota de cómo me llamó la atención mi vieja, sino que es una experiencia que nunca imaginé. Todo empezó después del UPD (último primer día), por una pelea campal que se formó entre distintas personas, mis amigos y yo, todos con alcohol en sangre, pero más o menos conscientes, fuimos a mi casa, nos recibió mi mamá semi dormida y con un camisón semi transparente. —MAMÁ— dije gritando y se me fue el pedo en ese momento. —Uy perdón Agus, pensé que volvías solo—alcanzo a decir mientras se tapaba como podía. Hice pasar a los pibes intentando que no vean a mi mamá, obviamente no iba a servir de mucho porque la vieron nada más abrió la puerta, pero el intento estuvo. Este hecho no paso desapercibido y cuando llegamos a mi pieza, los comentarios florecieron. Burlas y jodas hacia mi persona que pensé que me iban a perseguir el resto de mi vida, pero solo pude destacar un comentario entre todos. —Que ganas de cojerme a tu vieja, boludo— seguido de una risa que solo hizo hervir mi sangre. El comentario provino de Diego, un compañero rosarino que ingresó el año pasado, no me caía tan bien, pero se unió a nuestro círculo de amigos y no pude hacer nada para evitarlo. —Cerra el orto— respondí mirándolo a los ojos con bronca. Se armó una bulla momentánea que ceso al toque. Prendimos la tele para despejar, hablamos un rato sobre que nos tendríamos que levantar temprano por el colegio y pusimos una peli para pasar el momento hasta que todos quedamos dormidos. Tardé en dormirme, no podía conciliar el sueño, algo no me lo permitía, terminé durmiendo, pero una hora nada más, me fijé la hora en el celular y eran las 5 am, todavía faltaban dos horas, todos estaban dormidos o eso parecía, y me levanté para ir al baño. Terminé de mear y escuché un ruido característico que llamó mi atención, se escuchaba como un aplauso, pero bajo, salí del baño y lo volví a escuchar, me desconcerté porque no podía procesar bien las cosas, pero volví a mi cuando nuevamente escuché ese ruido, con la curiosidad matándome, decidí escuchar atentamente y seguir el ruido, conforme lo iba siguiendo se escuchaba más fuerte y más seguido, sinceramente me empecé a preocupar, y mi preocupación llego al limite cuando llegué a la puerta de la pieza de mi mamá y descubrí que de ahí provenía ese ruido, intenté espiar a través de la cerradura, pero fue en vano ya que no podía ver algo, entonces me acordé que en la pieza hay una ventana que da al patio. Salí al patio intentando hacer el menor ruido posible, alumbrando con el mínimo brillo del celular, hasta que llegue a dicha ventana, en la pieza solo iluminaba la lampara vieja, acostumbre mi vista a la falta de luz de la pieza y vi lo que no me imaginé nunca. Mi mamá estaba arriba de Diego, montándolo, no me lo podía creer. ¿Qué pasó? ¿Cómo pasó? ¿Hace cuanto pasó? Millones de preguntas invadieron mi cabeza en ese momento, pero la que se destaco entre todas fue ¿por qué mi mamá entregó su culo? Estaba montando la pija de Diego por el orto, no pude sacar mis ojos de eso, ver el culo de mi mamá tan perfecto, como rebotaba sin parar, me daban ganas de cojerla, pero después veía la pija que se tragaba ese culo y solo sentía bronca, no podía quedarme mucho tiempo, si me descubrían seguramente no saldría bien parado, así que con bronca, decepción, pero, sobre todo excitado volví a mi pieza y me acosté, otra vez no podía dormir, quería llorar pero no me salían las lágrimas, hasta que escuche una puerta cerrarse, seguido de unos pasos que se dirigían a mi pieza, se abrió la puerta y era Diego, no lo podía ver bien, pero seguro estaba contentísimo el hijo de puta, entró y se dirigía a dormir, hasta que escuche: —Que buen ojete tiene tu vieja— susurró. Y terminó por acostarse, ¿y yo? Después de un rato me dormí, tuve pesadillas, me levanté sudado, los levanté a todos, con una patada a Diego, y nos fuimos para el colegio, mi mamá no salió ni a decirme buen día, no salió de su pieza. —Estará muy cansada tu vieja— dijo con una sonrisa Diego. —Sí…. Puede ser que sí…— respondí cabizbajo y sintiéndome derrotado. Y así, nos dirigimos al colegio, cada vez que veía a Diego, solo podía ver la escena de mi mamá montando su pija, así fue mi último primer día.


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