🔥Relato Erótico de Sexo Gay: Cuidando a Tavito & Rafita ❌Sin Censura❌

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Fecha: 2021-11-26


Cuidando a Tavito & Rafita


Autor: SONIC13

Categoría: Sexo Gay

Este relato lo escribí hace mese pero le hice muchos cambios a lo largo del tiempo hasta lograr transmitir lo que quería. Espero les guste.. Era diciembre, faltaba poco para que las fiestas decembrinas iniciaran y yo me la pasaba jugando videojuegos y viendo televisión, no tenía mucha actividad pues sin escuela tenía todo el tiempo del mundo para mí, sin embargo mi deseo sexual me pedía satisfacerlo y me terminaba dando 3 pajas diarias pensando en la oportunidad de cogerme de nuevo a Tavito o quizás a Rafita, aún cuando en ese momento estaba yo iniciando una relación con Flor, la muchacha del rancho, sin embargo eso iba lento y no estaba ni siquiera cerca de segunda base como para poder satisfacer ese deseo carnal con ella, menos aún si solo la podía ver algunos fines de semana cuando la visitaba, era mucho más probable quitarme las ganas con alguno de esos dos culitos calientes. Faltaban pocos días para navidad, era jueves por la mañana cuando yo me encontraba en mi cuarto masturbándome viendo las fotitos que le había tomado a Tavo de cuando me lo había cogido anteriormente, había decidido no hacerle más fotos pues era peligroso traer un gran repertorio de fotos de un niño siendo cogido en mi teléfono, además que no quería que él se diera cuenta, no creía que entendiera la magnitud de problemas que ese tipo de fotografías pudiera acarrear, y yo tampoco quería verme en aprietos, sin embargo me negaba a borrarlas, pues eran mi consuelo cuando no tenía cerca a mi pequeñito complaciente. Estaba viendo las fotos sosteniendo el teléfono en una mano y en la otra empuñando mi pene, ansioso por acabar imaginando que estaba con Tavito cuando el teléfono comenzó a vibrar y en la pantalla se vió el nombre de Mayra, haciendo que mi conciencia me llamara la atención por lo irónico de la situación, – Bueno?- Respondí, solté mi pene y me senté en la cama con los pantalones abajo. – Buenos días, Joel, estás ocupado?- Preguntó Mayra, supongo había percibido mi voz algo agitada. – Buenos días, no, nada importante, pasa algo?- Le respondí. – Si estás ocupado, mejor te llamo más tarde- Dijo ella. – No, de verdad, no hay problema, dime- Insistí. – Bueno. Vas a decir que soy muy enfadosa contigo, pero mira, el sábado es la fiesta navideña en mi trabajo y necesito que me hagas el favorsote de cuidar a Tavito porque lo más seguro es que llegue en la madrugada, y como mi mamá salió unos días de la ciudad no puedo dejar solo a Tavito, podrás?- Me dijo Mayra. Yo regresaba a pensar, era como una señal, la oportunidad necesaria para desfogar la leche que me pensaba sacar a mano propia esos días. – Si, no hay problema, nada más le digo a mi mamá y ahí estaré- Le dije tratando de no sonar tan emocionado como realmente estaba. – Muchas, muchas gracias, ya sabes que te daré un dinerito por el favor, aunque no quieras, eh?- Me respondió Mayra y entonces me explicó lo mismo de siempre, la hora que tenía que llegar y esas cosas. A partir de ese instante me resistí a masturbarme, prefería esperar pacientemente el momento y que fuera el culo de Tavito quién me ordeñara, total, el tiempo sería el menor de los problemas esa vez. Los días se me hicieron largos, dibujaba una y otra vez las escenas en mi cabeza dónde me cogía y me cogía a Tavito en todas posiciones y por sus dos agujeros gozando en mi mente cada posición. Finalmente llegó el sábado, Mayra me había llamado de nuevo temprano para confirmarlo todo y en mi casa sabían bien mi mamá y mi hermano que estaría fuera cuidando a Tavito esa noche, así que todo marchaba correctamente para mí, incluso mi mamá bromeaba diciéndome si acaso ya quería tener hijos porque me la pasaba cuidando a Tavito, pero lejos estaba de saber que la conexión entre ese niño y yo era algo totalmente diferente de lo que ella podría imaginar. La hora llegó y partí a casa de Tavito, llevaba un cambio extra de ropa cómoda en una mochila y me había depilado bien los huevos, pues esa noche serían chupados como nunca, o así lo quería yo. Finalmente llegué a casa de Tavo y toqué la puerta, – Ya van- Dijo Mayra desde adentro, y entonces su novio fué quien abrió la puerta y me dejó entrar, yo no conocía muy bien a esa persona, así que a penas y cruzamos un par de palabras cuando entonces Mayra salió de su habitación, se veía realmente linda en un vestido azúl que me dejó boquiabierto. – Lista, nos vamos?- Le dijo Mayra a su novio quién también parecía claramente maravillado con su belleza. – Vamos- Dijo él sonriente. – Bueno, Joel, ya sabes, cualquier cosa me llamas, los niños están arriba- Me dijo Mayra. Niños? Pensé, cuando entonces ella los llamó con un grito, -Niños!- y entonces escuché como pasos se aproximaban corriendo y pude ver a Tavito, justo un poco más atrás venía nada más y nada menos que Rafita, – Ya me voy, hijo, hazle caso a Joel- Le dijo Mayra a su hijo y él sonriente le dijo que sí. – Sí mamá! Mira, Joel, invité a Rafa- Me dijo Tavito muy contento, pero no tanto como estaba yo por dentro. – Perdón, Tavito insistió en invitarlo, espero no te moleste- Me dijo Mayra. – No hay problema, yo los cuido- Le respondí mientras en mi mente agregaba el culo de Rafita a la ecuación. – Bueno, oye, crees que te puedas quedar hasta mañana? Te doy un dinerito más si me haces el favor- Me dijo Mayra hablando más bajo y con cara de expectativa, claro que yo sabía bien el motivo de esa petición, no era necesario pensar mucho para saber que quería una noche de pasión con su hombre. – Mmm, ok, solo le llamo a mi mamá para avisar- Le respondí. – Gracias! Cualquier cosa márcame por favor, -Dijo Mayra y ahora sí empezó a salir de la casa despidiéndose de nuevo de Tavito y juntos los niños y yo la veíamos subir al auto de su novio para finalmente marcharse. Cerré la puerta con seguro e inmediatamente me giré a ver a los niños, ambos estaban en pijama y muy risueños, – No me digan que ya estaban jugando a las «luchitas»?- Les dije con picardía examinando a ambos de pies a cabeza, Tavo traía una pijama de Power Rangers y Rafita una con balones de baloncesto, – Nooo- Dijeron los niños al unísono riendo. – Entonces qué estaban haciendo?- Pregunté realmente curioso. – Mira- Dijo Tavito y entonces se bajó el pantalón dejándome ver qué no traía ropa interior. Rafita lo miraba con pena pero solo bajaba la mirada. – Mira nada más, tú tampoco traes calzones, Rafita?- Le pregunté, él solo dijo que sí con la cabeza sin verme a los ojos, – A ver- Le dije, y entonces con lentitud se bajó también la ropa dejándome ver al igual que Tavito su verguita desnuda, yo me acerqué a ellos y cada una de mis manos fueron a para a sus entre piernas, la izquierda con Tavito y la derecha con Rafa y empecé a acariciar sus vergas y huevitos haciendo que pronto ambos niños estuvieran empalmados mientras yo los masturbaba, -Quieren ver la mía?- Les dije sin soltar sus penes. – Si!- Dijo Tavo al instante. – Y tú Rafita? Me quieres ver la verga?- Le pregunté y él nuevamente se limitó a decir que sí con la cabeza, entonces solté por un momento sus miembros y bajé mis pantalones con todo y ropa interior dejando saltar mi verga dura ante sus ojos, Tavito rápidamente la tomó en su mano comenzando a masturbarme y Rafita solo miraba de reojo, – Tócala, no pasa nada- Le dije a Rafita, entonces él fijó su mirada en mi verga dura la cual era amasada por la mano de Tavito, me vió de nuevo a los ojos y yo le sonríe a lo que él respondió igual con algo de pena y entonces lentamente acercó su mano a mi miembro tocándo con la punta de su dedo una de las venas saltonas de mi verga y posteriormente la empezó palpar más, sin embargo Tavito la tenía más acaparada por lo que mejor tomé la manita de Rafa y la moví a mi escroto, él entendió el mensaje y sus deditos sujetaron uno de mis huevos, después el otro y así comenzó a juguetear con mis bolas, en su cara se notaba claramente la curiosidad mientras seguía manipulando mis huevos como si de juguete nuevo se tratara mientras a la vez Tavito subía y bajaba su mano en mi verga. Nuevamente me dejé llevar por la calentura que esos dos niños me hacían tener, gozando sus manitas moviéndose en mi entrepierna y sin decir alguna palabra regresé mis manos a sus respectivas partes íntimas para continuar sobándonos las vergas y huevos mutuamente. Los tres respirábamos lento exhalando por la boca, gozando las caricias, ninguno soltaba la parte íntima del otro y mi pene goteaba preseminal mientras las verguitas de los niños se sentían duras y tersas en mis dedos, teníamos ya unos minutos masturbándonos, – Vamos a jugar a las luchitas?- Dijo Rafa rompiendo el silencio haciéndome recobrar el sentido del tiempo. – A poco ya quieres jugar?- Le pregunté a Rafita con una sonrisa perversa. «Eres más puto de lo que pareces, Rafita» pensé, y Rafa se sonrojó con una risita pícara. – Mmm …- Exclamó el niño y soltó mi pene. – No, primero hay que cenar, ya luego «jugamos»- Les dije a ambos, y entonces solté sus penes para subir mi ropa. – Si, yo si tengo hambre- Dijo Tavito y comenzó a subir también su pantalón seguido de Rafita, les pedí se sentaran a ver televisión mientras yo iba a la cocina. Mayra nos había dejado comida preparada en el refrigerador, así que yo solo la calenté y me encargué de servir a los niños para terminar cenando en el sofá mientras veíamos la tele. Cenamos con total normalidad y continuamos un rato más viendo la TV hasta aproximadamente las 10 de la noche, en ese tiempo yo abrazaba a los dos niños y por momentos les tomaba del culo pasando mi mano por sobre la ropa y ellos sonreían con picardía dejándose llevar. Hubo una ocasión en que Tavito fué al baño quedándonos solos Rafa y yo y pude notar como el pequeño de ojos marrón claro miraba fijamente el bulto que se me marcaba entre las piernas, – Quieres?- Le dije viéndolo a la cara, entonces él se hizo el tonto. – Qué?- Dijo Rafita. – Que si quieres- Le dije agarrándome el pene por sobre la ropa para que se marcara mejor, entonces él nuevamente volteó a verlo y con una clara expresión de pena dijo que sí con la cabeza. Me acomodé de forma más cómoda en el sofá y jalando el borde de mi pantalón dejé salir mi verga completamente dura, – Chúpala- Le ordené a Rafita viendo atento su cara, entonces él nuevamente me vió los ojos y le sonreí, me regaló una sonrisita apenada y acomodándose en el sofá comenzó lentamente a acercar su boca a mi verga mientras yo lo observaba con mucha calentura, viendo como despacio sus labios se acercaron a mi pene hasta darle algo así como un beso, -No me vayas a morder ni a raspar- Le dije, y él despacio comenzó a dar una mamada lenta, pero sabrosa, yo me dejé llevar cerrando los ojos sintiendo esa boquita que me daba una mamada bastante irregular, pero que de igual forma era placentera cuando entonces alcancé a escuchar que tiraban la palanca del baño y posteriormente con prisa Tavito corrió nuevamente a la sala encontrándonos con Rafita chupándome la verga. Tavito se quedó serio viendo como Rafita me mamaba el pene, podía notar que Tavito sentía celos, sus ojos lo decían, entonces Rafa levantó la cabeza sacando mi verga de su boca y volteando vió a Tavo quién permanecía callado, – Sigues tú, Tavito- Le dije a Tavo tomándome el pene y meneandolo con mis dedos invitándolo a tomar el lugar de Rafita, Tavo se quedó sin decir nada viendo mi verga como la movía, – No quieres?- Le pregunté, me gustaba ese toque de celos que Tavito mostraba, entonces sin decir nada Tavito se arrodilló entre mis piernas y comenzó a mamarmela de una forma exquisita, realmente se notaba la mayor experiencia que tenía y parecía querer mostrarle a Rafa que él me lo hacía mejor, yo ponía la mano en su nuca acariciando su cabello mientras Rafa veía como Tavito mamaba y mamaba mi pene hasta que me comenzó a generar la sensación de que iba a venirme en su boca, entonces lo detuve, no quería terminar tan pronto, me levanté dejando a Tavito de rodillas en el piso viendo aún mi pene lleno de su saliba, – Vamos al cuarto, mejor- Les dije, y aún con el pene de fuera rápidamente apagué el televisor y emprendí camino al cuarto de la mamá de Tavo, ya había cerrado las puertas de la casa con llave y sabía que Mayra no volvería, así que no dudaría en usar su cama nuevamente para cogerme a su hijo y al nuevo compañero que se nos había unido. Entramos a la habitación y tan pronto cerré la puerta, rápidamente me comencé a desvestir, primero el pantalón seguido de la playera, hasta quedar totalmente desnudo. Tavito hizo lo mismo quitándose la ropa, tenía la verguita dura y parecía versele algo más inchada que de costumbre, Rafita nos miraba apenado entonces yo le sonreí, él seguía con su sonrisa tímida, me senté al borde de la cama y le pedí pararse frente a mí y lento comencé a quitarle la ropa gozando ver cómo parte por parte de su cuerpo quedaba expuesta hasta quedar en ropa interior, usaba unos boxer color naranja que contrastaban con su piel y dejaban ver qué su verguita también estaba bien dura, eso me calentaba mucho, acariciaba por sobre la ropa su trasero mientras le besaba el cuello y él suspiraba, pasé una de mis manos al frente para acariciar también su verguita sobre la ropa a la vez que continuaba con una mano en su culo y Rafita daba pequeños espasmos de gozo, – Me dejas quitarte toda la ropita?- Le dije al oído muy despacio, él solamente dijo que sí con la cabeza, el chiquillo estaba bien caliente, tenía la boca un poco abierta y los cachetes ruborizados, pero además sus ojos decían que querían algo más. Terminé quitándole la ropa interior a Rafa dejándolo desnudo y entonces fué que me dí cuenta de la mirada de Tavo, quién estaba un lado simplemente viendo, le hice una seña para que se acercara y él sonrió parándose junto a Rafa, tenía a la izquierda a Tavo y la derecha a Rafa conmigo sentado en medio y así comencé a acariciar el cuerpo de ambos mientras me turnaba a besar sus cuellos, orejas y pecho, mis manos se abrían paso entre los pliegues de su piel, de sus piernas a su miembro y de sus huevos a su culo, metía unos milímetros de mi índice en alguno de sus anos y los niños no dejaban de contonearse y suspirar, -Acuéstense- Les indiqué, levantándome de mi lugar, y guiándolos los hice quedar uno junto al otro en la cama, boca arriba y con las piernas abiertas, sus verguitas pequeñas seguían alzadas, y sus bolitas debajo enmarcaban su desnudes lampiña. Me arrodillé en el borde de la cama y con mis manos volví a tratar esas entre piernas dulces, apreciando cada detalle de sus falsos y huevos, Tavito tenía el pene ligeramente más grande que Rafa, pero Rafita tenía un lunar pequeño del lado derecho del suyo que lo hacía lucir más tierno. Acerqué mi rostro a la entrepierna de Rafa, él me miraba a la cara volteando hacia abajo, mi mirada cruzó con la suya cuando mis labios estaban a pocos centímetros de su verga y sin despegar mi mirada de la suya con mis labios pelé su pene comenzando a mamarselo. Chupaba la verguita de Rafa sintiendo en mis labios la suavidad de su piel y mientras tanto, con mi mano izquierda masturbaba a Tavito, levanté mi mirada de nuevo para ver la expresión de Rafa pero él ya no me observaba, sino que miraba al techo mientras respiraba entrecortado y yo movía mi lengua por sus huevos. El aroma al culo de Rafa alcanzaba a llegar a mi nariz, así que en un movimiento de lengua bajé comenzando un buen beso negro en ese ano delicioso y con mi mano por otro lado empezaba a hacer circulitos en el hoyito de Tavo. Chupé el culo de Rafa hasta dejarlo bien lubricado de mi saliva y me pasé a Tavo, con él fuí directo a su hoyo, lamiendo y metiendo la punta de mi lengua, Tavito alzaba su piernas para dejarme seguir comiendo su culo y Rafita lo imitaba dándome paso para meterle el dedo en su ya bien húmedo agujero. Rápidamente los anos de esos dos niños empezaron a dilatar, Rafa un poco más lento pero al final tenía a ambos con dos de mis dedos bien clavados me turnaba para mamarles las vergas sin dejar de dedearlos. Los tres estábamos bien calientes y mi pene ya estaba con una gota gorda de líquido en la punta, así que no dije nada, solo me levanté rápido y me coloqué entre las piernas de Tavo, le puse mi glande en la entrada de su culo y con un empujoncito se lo metí, inevitablemente un bufido se me salió al sentir con mi verga el caliente culo de Tavito. Bajé mi mirada y ví la carita de Tavo, él estaba feliz y con una sonrisa viéndome mientras su ano estaba albergando la punta de mi verga, al pequeño realmente le encantaba tenerla adentro, le sonreí de regreso a Tavito y empujando más logré meterle media verga para empezar a cogerlo viendo cómo él abría y cerraba los ojos disfrutando y yo con mi mano le acariciaba de nueva cuenta sus huevos y verguita mientras con la otra mano libre me ensalibaba los dedos para regresarlos al huequito de Rafa que nos observaba mientras cogíamos. Con el mismo ritmo, el balanceo fué aumentando y de un momento a otro mis huevos ya besaban las nalgas de Tavo al metérsela entera, Tavito gemía y apretaba los ojos mientras yo le daba y sentía como del lado de Rafa mis dedos ya salían y entraban como mantequilla, estaba maravillado con como Rafita se dejaba llevar, me excitaba mucho, solo me faltaba que fuera él mismo quien me pidiera que me lo cogiera para cumplir mi fantasía. A pesar de ya todas las cogidas que la había dado a Tavo, su culito me seguía gustando como la primera vez, gozaba demasiado tenersela adentro y él lo disfrutaba igual, porque no dejaba de suspirar y su verguita dura bailaba con el movimiento, – Sigo yo- Dijo Rafita con una voz tímida interrumpiendo el momento, lo había dejado desatendido, pues tenía a Tavito de los tobillos con las piernas en el aire y él solo estaba a un lado con las piernas abiertas, – Qué quieres, Rafita?- Le dije, deseando que me pidiera metérsela. – Pues sigo de que me hagas la llave especial- Dijo él apartando un poco la mirada y hablando quedito con voz mimada. – Pero no es ninguna llave, dilo bien, dí que quieres que te coja- Le dije. – Mmm… Cómo?- Preguntó Rafita de forma muy tierna y apenada. – Sí, di que quieres que te meta la verga- Le respondí súper caliente mientras seguía dándole a Tavo quién empezaba a moverse más de la cuenta, sin embargo yo no le prestaba atención a él, sino a Rafa, quería ver perfectamente sus labios cuando de su boca salieran esas palabras, pero él solo se frotaba un brazo dudoso y apartaba la mirada, – No quieres? Bueno, entonces me voy a seguir cogiendo a Tavo- Dije, y me puse los pies Tavito en el pecho y empecé a cogermelo rápido provocando ruido en la cama y los sonidos de gusto de Tavito se hicieron más fuertes también mientras empezaba a dar contracciones con su recto. – No! Si quiero- Dijo Rafita, tenía la cara roja. – Qué quieres?- Pregunté, mientras Tavito apretaba los ojos y bufaba y un chorrito de líquido transparente le salía de su pequeño pene al venirse. – Si quiero que me hagas eso- Respondió Rafa apartando la mirada. – Dilo bien o no te haré caso- Le respondí, estaba demasiado caliente cogiendome a Tavo con todo, con ganas de ya ponerle mi barra de carne en su hoyito rosado a Rafita para metérsela, pero quería que de su boquita tierna salieran las palabras. – Quiero que me metas la verga- Dijo Rafita entre dientes. – Qué?- Le pregunté viendo a sus labios excitado – Quiero que me metas la verga- Dijo, esta vez a voz alta y yo me moría del gusto sintiendo a la vez el culo de Tavito apretándome en los últimos espasmos. Bajé las piernas de Tavito, el pequeño parecía muy satisfecho, después de haber esperado toda la noche para que le diera verga, pero ahora era el otro niño quien esperaba abierto de piernas para que le diera su ración de rabo que tanto quería. Me pasé de entre las piernas de Tavo a las de Rafa, Rafita tenía clavada la mirada en mi pene tieso mientras yo colocaba la punta en su rosquilla rosadita, – La quieres?- Le pregunté deteniendo mi glande en su hoyo, Rafita despegó un momento su mirada de mi falo y me vió a los ojos diciendo que sí con la cabeza, – Levanta bien las piernas- Le dije yo mientras le sobaba la cabeza de mi pene por su culo huevos y verga, para el final escupir en su hoyito y haciendo presión su ano se abrió recibiendo mi capullo entero, Rafita se movió un poco al antrarle mi cabezón por el culo, – Te dolió?- Le pregunté viendo su cara y él dijo que sí con la cabeza, – Te la saco?- pregunté, mis instintos decían que se la metiera entera en ese momento pero lo que menos deseaba era lastimarlo. – No, pero mételo despacito- Dijo ya más relajado. Regresé la mirada al culo de Rafa, era maravilloso ver así mi verga irrumpiendo en ese hoyito apretado, entonces tomé a Rafa de las piernas y comencé a moverme sacando solo una pequeña fracción de mi verga y luego volviendola a meter, continúe así hasta que su culo se comenzó a sentir más relajado y el pequeño gemía apretando los ojos. Disimuladamente solté un escupitajo en mi verga y comencé a hacer mi balanceo más pronunciado, logrando que más de mí entrara en Rafa y continúe así hasta que casi la mitad de mi pene estaba dentro, – Cógeme a mí- Dijo Tavito, quién había estado callado todo el tiempo mientras yo me cogía a Rafa, entonces se me ocurrió algo. – Ven, bebé, ponte aquí arriba- Le dije a Tavo, y le indiqué ponerse en cuatro patas encima de Rafa, de esa manera tenía a los dos culitos a mi disposición y sin más preámbulos se la metí a Tavo de tirón impactando sus nalgas con mi pelvis y empecé a darle. No tenía más de dos minutos dándole a Tavo cuando Rafita se quejó, – Ya sigo yo- Dijo Rafita. Por la posición Rafa y Tavo podían verse mutuamente a la cara. – Déjalo que me coja más- Decía Tavito. – Ya te la metió a tí, yo seguía- Le respondía Rafita, mientras yo no dejaba de cogerme a Tavo tomándole de las nalgas y gozando su rico culo. – Espérate…- Decía Tavo cuando un gemido se le salió. – No! Ya sigo yo!- Respondió Rafita enojado y empujaba a Tavo para quitárselo de encima. – Ya, no sé peleen- Les dije, y saqué mi pene del ano de Tavito, quién instintivamente volteó rápido a verme, – hay que hacernos más al medio de la cama porque así no me los puedo coger a los dos, -Led dije, y ambos niños se movieron rápido más arriba del colchón en la cama. Les pedí se pusieran en la misma posición, pero antes tomé una almohada para poner debajo de la cadera de Rafa haciendo que su culito ganara suficiente altura y le pedí levantara bien las piernas haciendo que el ojillo de su culo me viera esperando a de nuevo recibir mi verga, – Quién es el que seguía de que le metiera la verga?- Dije yo, haciéndome él tonto. – Yo! Yo! Yo! Metemela a mí- Dijo Rafita, ancioso. – A mí, a mí!- Decía Tavo, parando bien el culo. – Vamos a ver a cual- Dije, y le empujé la cabeza de mi pene a Tavo por su agujero abierto, – Ahh…- Exclamó Tavito en cuento mi glande se perdió en su ano, pero inmediatamente se lo saqué y apuntando hacia abajo puse mi punta en contacto con la rosada abertura del culo de Rafa quien se herizó a sentir mi pene en su más inexperto ano y de igual manera se lo metí, repitiendo la operación, le saqué mi glande a rafa del culo y volví a apuntar al de Tavito, separé sus nalgas con los dedos de mi mano izquierda y con la mano derecha dirigí mi verga para metérsela un poco más que la vez anterior y el niño gimió de nueva cuenta mientras yo se la empujaba más por su recto hasta tenerlo otra vez bien clavado, – Esperen, ya me acordé, era este culito el que sigue de recibir verga- Les dije riendo en mis interiores y se la saqué a Tavo de nuevo, me puse saliva en la punta del pene, y tomando de los tobillos a Rafita se la metí, – Ayy, sí…- Dijo Rafa cuando le atrevesé medio pene por el culo y comencé a cogermelo. Me cogía a Rafita suave pero con ritmo, no quería terminar dejándolo adolorido, soltaba el aire despacio, su recto apretaba y me hacía recordar las primeras veces que lo hice con Tavito, no es que Tavo ya no me satisfaciera, en realidad creía que su culo se amoldaba mucho mejor a mi pene ahora y eso me encantaba, pero con Rafita era una sensación algo diferente, no mejor, solo diferente. Tavito volteó de nuevo su cabeza para verme y nuestras miradas se cruzaron, así que no lo hice sufrir más y mi verga salió del culito de Rafa para entrar en el suyo y regresar a escuchar el plam plam de mi pelvis contra sus nalgas. Los gemidos acompazaban nuestra relación sexual, y sin decir nada en medio de un balanceo regresé a con Rafita para volver a darle su nuevo manjar favorito. El ir y venir por el culo de los dos niños se repitió una veces más, pero fué estando dentro de Rafa que no resistí más, el pequeño estaba teniendo su orgasmo, me apretaba delicioso entre espasmos a lo que no pude contener y me vine rellenando su colita con mi esperma. – Ay…- Decía Rafita pasando de su Orgasmo, mientras yo igual respiraba profundo, quieto, mirando hacia abajo esos dos culitos que se habían turnado hasta hacerme acabar. – Ya te salió la lechita, verdad?- Dijo Tavo viéndome a los ojos, no había notado que él me estaba observando en su posición, aún dándome el culo, entonces yo le respondí que si con la cabeza, – Entonces sigo yo de cogerme a Rafa- Dijo Tavito con una risa pícara y yo me quedé impresionado ante su petición, le saqué la verga a Rafa dejando su ano con un pequeño hilo de semen escurriendo y me hice a un lado, Tavito tomó mi lugar y tanto Rafa como yo lo observabamos, Tavito puso su pequeño pene en la entrada de Rafa y se lo metió de golpe empezando a cogerlo, realmente yo no estaba seguro de qué tanto contacto hiciera el pene de Tavo con el ano de Rafa después de hambermelo cogido yo, pero tanto Tavito como él parecían gozarlo así que ahora era yo quien hacía de espectador viendo a esos dos chiquillos follando. Tavito tenía unos minutos bombeando su cadera, me daba un poco de risa pero a la vez morbo ver a ese niño cogiendose a otro niño, mi verga estaba de nuevo como piedra y quería yo también volver a formar parte de la faena, entonces fué que se me ocurrió una idea. Rodeé a Tavo viéndolo desde la espalda, le miraba el culito subir y bajar mientras se seguía cogiendo a Rafa y ambos niños parecían estar gozando, tanto que parecía Tavito no se había percatado de mi movimiento hasta que acercándome a él desde atrás le abrí las nalgas y la punta de mi verga tocó su ano, Tavito giró la cabeza viéndome y con gran excitación empujé metiéndosela entera, tanto Tavo como yo bufamos de placer y entonces comencé el mete y saca a un buen ritmo empujando a Tavito con mi balanceo haciendo que a su vez él siguiera también penetrando a Rafa y los tres sacabamos el aire por la boca al ritmo que yo marcaba con las metidas de verga que le daba a Tavo y por consiguiente a Rafa. Sentía muy rico, o tal vez era la sola idea de lo que estaba haciendo que me daba un placer mayor pero no dejaba de cogerme a Tavo bajando la mirada por momentos para ver atento su culo comiendo mi verga y separando sus nalgas con mis manos para que tanto como era posible de mi pene entrara y si regresaba la mirada a más arriba podía ver como Rafita seguía con las piernas en el aire mientras que Tavo le seguía dando su verguita, – Te gusta así, Tavito?- Le pregunté a Tavo dandole más fuerte. – Ay… Siii…- Decía Tavo, y nuestros cuerpos sonaban con el impacto de mi pubis en sus nalgas. – Tienes el culo bien rico, te lo voy a llenar de leche igual que a Rafa- Le decía a Tavito agarrado de su cadera cogiendolo fuerte hasta que no pude resistir más y con mi pene lo más profundo que podía en su culo regué mi leche en espasmos haciendo que mi verga se ensanchara y fuera apretada por el esfinter de Tavito que también palpitaba. Me quedé agarrado de las caderas Tavo, aún sentía los palpitos en mi miembro disfrutando esa última corrida y me enaltecía saber que todo mi pene estaba guardado dentro de él. Comencé a sacar mi pene cuando Tavito soltó un suspiro largo mientras que entre sus nalgas su agujero quedaba bien abierto y entonces se dejó caer sobre Rafa quién para entonces ya había bajado las piernas con Tavito en medio de él. Caminé saliendo de la habitación dejando a esos niños desnudos uno sobre el otro y respirando pausado, esa actividad física me había aflajado las tripas y ocupaba defecar así que desnudo y en medio de la obscuridad me encaminé al baño. Me di un momento en el baño para evacuar todo lo necesario y limpiarme el pene, ya libre de la presión que sentía en el vientre volví al cuarto, dentro estaban Tavito y Rafa acostados aún desnudos pero separados cada uno en un extremo de la cama, estaban de lado y dándose la espalda por lo que yo me les uní en medio de los dos, el aroma que se respiraba era a puro sexo, semen y la mezcla del olor de nuestras tres vergas, un aroma al que fácilmente me podía acostumbrar. Pensaba en dormir, ambos niños tenían los ojos cerrados, creí que dormían cuando entonces uno de ellos habló muy despacio, – Ya no me vas a meter tu verga?- Dijo Rafa a mi derecha haciéndome sorprender. – Cómo?- Le dije empresionado. – Mmm… Si ya no me la vas a meter?- Expresó Rafa y recogió un poco sus piernas hacia su pecho. – Todavía quieres verga?- Le pregunté y con mis dedos busqué su ano el cual seguía dilatado y húmedo, supese era la mezcla de mi leche y la de Tavo que aún quedaba dentro suyo. – Si- Respondió Rafita con voz de niño mimado. Me giré pegando mi cuerpo al suyo, aún no tenía una nueva erección por lo que le puse mi pene medio flácido entre sus nalgas y pasé mi brazo alrededor abrazándolo, con mi mano comencé a acariciarle su pancita y su pecho, Rafita era más delgado que Tavo pero sin llegar a ser flaco y su piel era igual de terza, sin embargo me resultaba un poco diferente al pasar mis dedos, – Yo también quiero que me cojas más- Dijo Tavito a mi espalda con voz baja. – También quieres, bebé?- Le respondí girandome repitiendo el proceso, Tavito también tenía el culo abierto aún, mis dedos se le fueron como mantequilla en cuanto los puse en su entrada. Mi pene ya estaba completamente duro de nuevo, me parecía sorprendente como esos niños aún querían más sexo después del tan buen rato que habíamos tenido, pero yo no les diría que no, como buen joven les daría a esos culitos tanto como quisieran. – Le voy a dar verga un ratito a cada uno y nos vamos a estar turnando, sale?- Les pregunté, ambos niños dijeron que sí, -Voy a empezar con Rafa porque él me dijo primero- Les respondí girandome de nuevo hacia él poniendo de nueva cuenta mi pene en su culo, -Te la voy a meter toda esta vez, ok?- Le dije al oído muy suavemente, sentí la respiración de Rafa estremecer y entonces dijo que sí con la cabeza. Me puse saliba en los dedos y me la embarré por todo mi miembro, estaba decido a darle a ese culo todo mi pene así que sin contemplaciones acerqué la punta al ano de Rafa, lo abracé pegándolo a mi pecho y de un empujón se la metí entera. Rafa dió un brinquito y me apretó el pene con su hoyo pero no dijo nada, ni un solo sonido salió de su boca mientras yo sentía sus nalgas pegadas en mi pubis y jugaba con su verguita en mis dedos, el pene de Rafita estaba duro y suavecito, al pequeñín le encantaba la verga y mientras subía y bajaba la piel de su miembro comencé el balanceo cogiendolo, le sacaba casi toda la verga para despacio volversela a meter y poco a poco el niño comenzó a gemir haciendo un sonido más fuerte cuando se la volvía a meter. Ya había tomado un buen ritmo y disfrutaba cada que las nalgas de Rafa impactaban contra mi cuerpo cuando sentí que me agarraban los huevos desde atrás, – Ya sigo yo- Dijo Tavito haciéndome detener con el pene dentro de Rafa. – Ok, bebé- Le dije a Tavo y deslicé mi pene fuera de Rafa volteando él hacia atrás mientras dejaba su culo. Me giré y le pedí a Tavito tomara posición, él solito levantó la pierna dejando su ano a mi merced, así que sin más lo penetré dándole duro, con Tavito no tenía contemplaciones, su culo sabía cómo era mi verga y se la comía sin problema, lo azotaba fuerte, le chupaba la oreja y le bramaba al oído mientras él hacía sonidos con su respiración, estábamos muy calientes los tres, tenía a Tavito bien empalado al frente y a mí espalda sentía a Rafa como esperaba su turno para de nuevo ser penetrado. Acariciaba la verguita de Tavo con mis dedos cuando en medio de los alaridos él comenzó a apretar mi pene con su culo y unas gotitas de su esperma mancharon mi mano en un orgasmo, esperé a que los espasmos tan ricos que producía el recto de Tavo pasaran y entonces le saqué la verga para inmediatamente girarme de nuevo hacia Rafa, le separé las nalgas y de tirón se la volví a meter produciendo Rafa un sonido como de asombro al recibir de nuevo mi verga completa y empecé a cogerlo con la misma intencidad que a Tavito. Rafa comenzó de nuevo con sus gemidos fuertes, le tomé de la pierna y lo hice subirla pegándola a su pecho para facilitar la penetración, podía sentir como mis huevos pegaban con el filo de sus nalgas y le lamía el cuello como un enfermo sexual, – Te gusta así?- Le dije mientras se escuchaba el plop plop de nuestro golpeteo carnal. – Si… Si… Está muy rico- Respondió Rafa y abría grande la boca, entonces le tomé el rostro por la mejilla y lo hice voltear a verme para besarlo metiendo mi lengua juntandola con la suya. Era la primera vez que Rafa respondía a mis besos y lo hacía muy bien, quizás un poco mejor que Tavito, entonces cuando aún tenía mi boca con la suya el culo de Rafa se empezó a estremecer duro, creo que era la primera vez que lo sentía, Rafita se había venido también. Se la saqué a Rafa viendo su hoyo como aún se contraía palpitante y me giré de nueva a cuenta con Tavo para repetir el proceso, Tavito no se lo esperaba cuando ya la tenía adentro de nuevo y me lo estaba cogiendo, se movía pegando el culo a mí, – A ti también te gusta mi verga, bebé?- Le dije a Tavito palpando con mis dedos entre su ano y sus huevos sintiendo como mi pene salía y volvía a entrar en su cuerpo. – Si, me gusta mucho tu verga- Decía Tavito, con su cuerpo totalmente relajado, flojito como muñeco disfrutando la cogida que le daba. Me comencé a mover más lento, disfrutando el trayecto de mi pene por el recto de Tavito y le recogía sus huevitos moviéndolos entre mis dedos, era como un sueño poder tener a un niño bien clavado en mi verga y otro que ya se comenzaba a poner inquieto esperando para que también se la metiera. Me retiré del interior de Tavo y volví a Rafa, un sonido gracioso se generó cuando de nuevo se la metí y ambos reímos un poco mientras le empezaba a dar igual que se lo había hecho a Tavo, despacio, con ternura, entraba y salía de él gozando ambos de nuestra unión carnal y continúe por unos minutos para girar de nuevo a con Tavito y así inicié un ciclo en el que mi verga salía de uno de esos dos culos tiernos solo para volver a entrar en el otro y alrededor de la cuarta vuelta me decidí a terminar, estaba cansado, sentía ya el orgasmo en la punta del glande, estaba con Tavito en ese momento y girandome dejándolo boca abajo conmigo encima le di unos últimos empujones duros y profundos para vaciarme por última vez en esa noche. Me quedé encima de Tavito, sentía el calor de su cuerpo unido al mío y nuestras respiraciones parecían sincronizar, mis huevos reposaban en el borde de sus nalguitas y podía sentir como mi propio semen mojaba mi pene dentro de él. No quería salirme de ese culo, era mío, disfrutaba sentirlo, pero entre el cansancio y la respiración suave empecé a dejarme llevar por el sueño cerrando los ojos sin dormir del todo, estaba casi dormido cuando me despertó la sensación de que mi pene había perdido toda erección y se había salido del interior de Tavo. Me levanté y ví a los pequeños ahí acostados, Tavito parecía estar profundamente dormido con su ano aún abierto escurriendo leche. Rafita por su parte seguía en la posición que lo dejé la última vez que se la metí, le separé las nalgas con mi mano y su ano evidenciaba el buen rato que habíamos pasado con restos de semen en sus nalgas y piernas. Fuí a la cocina por un vaso de agua y revisé el reloj, eran ya pasadas de la media noche, estuvimos un par de horas cogiendo. Regresé a la habitación y de nuevo ese aroma delicioso a sexo anal me recibió, Rafita había pasado a estar boca abajo y su culito me antojaba a volvermelo a coger, pero ya era tarde, estaba cansado y debía despertarme temprano para procurar limpiar lo que sea que se hubiera ensuciado, así que solamente le di un último vistazo a los dos niños desnudos y regresé a la cama, esta vez para dormir.


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