🔥Relato Erótico de Sexo Gay: El putito de los villeros ❌Sin Censura❌

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Fecha: 2021-10-08


El putito de los villeros


Autor: chupapijas

Categoría: Sexo Gay

Cómo me hicieron debutar unos villeros cuando tenía 14. Soy Martín, tengo 21 años soy de Argentina, flaco alto bien blanquito cara linda y pelo negro. Soy bien goloso y me dan un morbo bárbaro los villeros. Cada tanto me coge alguno (o varios) pero hoy voy a contar más o menos como fue que me hicieron la cola por primera vez. Cuando tenía 14 años iba a jugar a la casa de un amigo de mí edad que vivía en un barrio medio jodido. Era con quién más me juntaba. Un día haciendonos la típica charla de siempre de manosearse, apoyarse y todo eso, el peló la verga y me dijo que se la chupe. Yo lo dudé un poco pero el me gustaba (aunque hasta ese momento nunca me había puesto a pensarlo) y le chupe la verga. El terminó, yo escupí la leche y le dije que me chupe la verga mía, pero no quiso y le pedí que no le cuente a nadie sobre eso. Días después el me pidió de nuevo lo mismo y yo me hacía el duro al principio pero al final se volvió habitual chuparle la verga. Un día fui a boludear a su casa pero cuando llegué justo estaba saliendo y me dijo que iban a un viaje corto el y la familia y ya volvían. Me estaba volviendo a mí casa cuando uno de los vecinos de él me habló. Era el hijo de un almacenero de ahí que me invitó a tomar una coca porque hacía calor. Yo apenas lo conocía un poco pero no me animaba a decirle que no así que entré a la casa. Él en ese momento tenía 22 años y tenía la típica pinta de villero, flaco alto morocho. Apenas entró busca la gaseosa, me sirve y cuando empiezo a tomar me dice: – Así que ya empezaste a chupar pijas eh? Yo no sabía que decir, me dio vergüenza en ese momento, y el otra vez dice: – Tu amiguito me contó que se la chupas. Queres chupar la mía? Le contesté no sé, estaba cagado de miedo y de vergüenza, entonces el me dice: – Dale no hay drama, si tu amiguito también me la come toda. En ese momento me agarró una especie de calentura. Él se había empezado a sobar la verga por encima del short y yo me imaginaba como sería mí compañero chupándole la verga al ñeri ese. Le dije que si con la cabeza y entonces el se me acercó de una, se puso al frente mío y se bajó todo el short. Si verga dormida era más grande que la mia y la de mí compañero parada. Me quedé un rato viéndola, pero el me agarró de la cabeza y supe que tenía que hacer. Abrí bien grande y me metí la verga entera en la boca, tenía un gusto muy salado, no como la de mí amigo pero se la seguí chupando igual. De golpe empezó a crecer y me costaba meterme toda la pija en la boca. Cuando me la saqué de la boca vi que era una pija bastante grande. Él se dio cuenta y me dijo: – Viste que grande? Esta se come tu amiguito por la cola – me sorprendí al escuchar eso y me calenté de solo pensar y se la agarre para seguirla chupando. Y el ají nomás dijo: – Ahora chupala, otro día te hago la colita. Yo con la calentura que tenía le pregunté por qué no ahora? Y el me dijo: – Aaah sos goloso eh? Pero vamos a otro lado, acá no. Nos fuimos a otro lado porque ya estaban por llegar los padres de el. Mientras íbamos caminando yo no me animaba a decir nada, pero el de una me tiró: – Cuando te meta la pija vas a chillar como una puta. Ahí en ese momento me asusté pero ya era tarde. Llegamos a un lugar alejado tipo baldío, rodeado de árboles grandes. Nos metimos en una parte que estaba cubierta por un árbol medio caído, así que de ahí no se veía nada, y estaba alejado de la ruta. Apenas llegamos el se sacó toda la ropa y quedó en bolas y me dijo que haga lo mismo. Yo me saque todo de la cintura hacia abajo, me quedé solamente en remera. Me hizo chuparle la pija un poco más, medio que estaba empezando a dudar al ver el tamaño de esa pija. En eso me da vuelta y me dice que me apoye sobre un tronco caído que había ahí y me abrió las nalgas. Cuando me vio mí hueco bien rosita y virgen dijo: – Uuuh que lindo culito, lástima que va a quedar hecho pija. Y me empezó a chupar el culo. En ese momento yo estaba desecho de placer, me encantaba la chupada de culo que me daba ese tipo. Gemía y decía que me encantaba a cada rato, y el otro me chupaba el culo y me chirleaba una nalga de vez en cuando. En eso me dice que ya me la iba a meter, y yo tan alzado con la chupada de culo le dije que siii que me la meta toda. Se escupió la verga, asentó la cabeza en mí ojete y empezó a empujar. En ese momento se me fue el placer y me dio un dolor enorme en el culo. Trataba de no gritar y le decía al otro que me dolía, pero el seguía metiendo. Paso un rato y me dolía más y empecé a gritar y rogarle que me la saque. El seguía metiendo y al ver qué yo seguía gritando agarró mí calzoncillo y me lo metió en la boca. Una vez que me tapó la boca, me agarró de la cintura y me metió el resto de la verga de un solo envión. Yo intentaba patalear y gritar pero el estaba encima mío, se me tiró encima para tratar de inmovilizarme y me dijo que si no me quedaba tranqui me iba a cagar a palos. Yo casi que lloraba pero trate de aguantar todo lo que pude. El villero se empezo a mover y a mí se me salían las lágrimas. Después paso un rato y me saco el calzoncillo de la boca al ver qué ya no gritaba tanto. Me preguntó si me gustaba y yo solo le dije entre gemidos que me estaba haciendo mierda a pijazos. El se rió y me dijo: – Ahora viene lo bueno. Me agarró de la cintura y se empezó a mover re rápido. La pija entraba y salía a una velocidad que me estaba destrozando. Yo gritaba del dolor porque sentía que parecía que me estaba rompiendo las tripas con la verga pero a él no le importaba. Siguió así hasta que me bañó los intestinos con su leche espesa. Me sacó la pija de golpe y sentí una sensación extraña, como que tenía mucho espacio en el culo y me entraba mucho aire. Él me abrió las nalgas de nuevo y me dijo: – Este culo te lo voy a convertir en conchita. Yo me asusté al verle la pija de él, llena de leche, sangre y caca. El hijo de puta se limpió la verga con una media mía que estaba en el suelo. Y yo seguía apoyado en el tronco, dele largar leche por el culo. El se vistió y cuando se estaba yendo me dice: – Acordate, te va a quedar un boquete en medio de esas nalgas.


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