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Fecha: 2019-08-18


Placer Anal


Autor: tu putica

Categoría: Sexo Anal

Quedamos solos Octavio y yo, nos miramos fijamente y nos unimos en un beso desenfrenado, como si tuvieramos mucho tiempo sin vernos, nos comenzamos a tocar mutuamente y nuestros cuerpos aumentaron su temperatura pidiendo calmar ese calor interior. Entre besos y caricias la ropa cayó al suelo, el no dejaba de tocar mi clítoris con sus agiles dedos y yo tocaba su miembro que ya habia despertado de un largo sueño, me gire un poco para darle la espalda, me incline hacia una mesa para que me penetrara, cuando lo senti dentro una especie de hormigueo sintio mi cuerpo, sus manos recorrian mi espalda al igual que su boca; hasta que sus manos se aferraron a mis curvas y los dos estuvimos al mismo ritmo haciendo el amor. Amor, ¿te gusta como te lo hago?- preguntaba Octavio. Sí, corazón. Me encanta – le contesté. Sacó su pene y nos dirijimos a la sala se sentó en el sillón y yo rapidamente me sente sobre él... subia y bajaba lentamente disfrutando esa pinga, mientras sentia como acariciaba mis senos, los besaba y de vez en cuando los pellizcaba Corazón, quiero que lo disfrutes, quiero que tengas un orgasmo.- me dijo él. Entonces me di la tarea de conceder sus deseos y al mismo tiempo de que el lo gozara tanto como yo. Amor, quiero que me lo hagas por atrás – le pedi Y su rostro se transformo, tenia una mezcla de asombro y de malicia, la verdad me gusto mucho verlo así, yo sabía que era algo que había estado esperando. ¿De verdad, cielo? – me preguntó mientras abría mis nalgas para darle paso a su mano que comenzó a tocar la entrada de mi chiquito. A mí me excita muchísimo que me toquen ahí y me puse a cabalgarlo como si fuera el fin del mundo, por lo tanto tuve un orgasmo. Me pidió que lo abrazara y se levanto del mueble para llevarme a la mesa donde me acostó sobre ella y me siguió penetrando, tocaba mis piernas y mis pechos, entonces dirigió su mano hacia mi clítoris y lo toco como todo un experto. Yo me acariciaba mis pechos... tuve nuevamente un orgasmo y senti que sacó su miembro y bajo su cabeza hacia mi sexo y chupo, lamió, besó. Yo no sabía lo que el estaba preparando, hasta que nuevamente acerco su pene a la entrada de mi vagina y de ahí a la entrada de mi ano, así estuvo mojando a mi chiquito con mis propios jugos y su saliva. Acercó su pinga a mi chiquito y comenzo a frotar y poco a poco sentí como su cabeza se abría paso por mi esfínter, yo me moría de miedo porque su pene tiene un grosor muy considerable, empujo un poco más. No! Mejor no, me duele – le dije Ya casi está – contestó Octavio Y al terminar de escuchar sus palabras senti como su estaca me invadía mi intestino, sin consideración, llore del dolor, Octavio se acercó a mí y me pidió que lo abrazara muy fuerte. Y lentamente se me fue calmando el dolor, yo le decía que lo sacara pero el no me hizo caso, me besó apasionadamente y yo me relaje. Comenzó a meter y a sacar con mucho cuidado, el me tocaba mis pechos, pero yo le lleve una de sus manos a mi sexo y el comenzo a frotar mi clítoris, le indique que introdujera sus dedos en mi vagina y así lo hizo.... sincronizo el movimiento de su mano con el de su cuerpo. Mi mente se hallaba perdida en uno de mis sueños: estar con dos hombres a la vez y me imaginaba que estaba en esa situación. Corazón, esto es otra cosa....mmmmm – decía yo entre gemidos. ¿Te gusta mi cielo?... ¿Ya no te duele, verdad? – dijo Octavio Esto es de otro mundo, y ya no me duele. Tuve dos orgasmos más, nunca había sentido nada igual, es un placer muy diferente, raro, extraordinario, es más no tengo palabras para definirlo, yo creo que me perdí o me ahogue en un mar de sensaciones desconocidas para mí es por eso que no podría explicarlo...sólo hay que sentirlo. Te amo.... ahhhhhh!!!! – fue lo único que pude decir antes de que mi tercer orgasmo llegara. Me sentía rendida, mi cuerpo sudaba, cosa muy rara en mi, Octavio tambien sudaba pero el aún seguía como si apenas comenzáramos. Me baje de la mesa y me indicó que me pusiera nuevamente en la posición con la que iniciamos, pero con la variante de que ahora me proporcionaba placer por mi culo. El seguía bombardeando y usaba sus manos para recorrer mi espalda, que se arqueaba sin cesar, de pronto acariciaba mis nalgas y me solto las primeras nalgadas, a mi me gusta que me peguen en la pompas. Siguio pegándome y mi excitación nuevamente fue en aumento... Grita mi amor... quiero escucharte gritar – me suplicaba él, mientras me seguía castigando con sus manos por ser taladrada por ese pedazo de carne. Yo me deje llevar y descargue todo mi placer, todos mis gemidos se convirtieron en gritos de placer, llenos de deseo, de excitación, y me gustaba tanto hacerlo porque a el tambien le provocan algo extra, como a mi sus nalgadas. Cielo, ya casi voy a terminar – me confesó Octavio Pero quiero que termines dentro de mi vagina – contesté Sacó su pene de mis entrañas y lo dirigió a mi un poco olvidada vagina, y se aferro a mi cintura y yo me movi como a el le encanta, pero que muchas veces me detiene para no terminar tan rápido. Terminamos los dos con un sabroso orgasmo, lo voltie a ver y vi su cara de felicidad y placer... nos sonreímos y nos besamos. ¿Ahora si me crees que puedo durar haciendo el amor casi 2 horas? – preguntó Octavio Completamente, yo creo que por eso tu esposa no te deja y te perdona.– contesté. ¿Tú crees? ¿Y tú me perdonarías todo? – dijo él Mmmm..... No sé. Tal vez no. -


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