🔥Relato Erótico de Masturbación: Primer intento de masturbación en público ❌Sin Censura❌

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Fecha: 2021-08-15


Primer intento de masturbación en público


Autor: Anónimo

Categoría: Masturbación

Siempre estuve un poquito loco con el sexo. Me gusta mucho el porno, y dentro del porno, pues... los videos de masturbación femenina en lugares públicos son lo que más me rompen el coco. Soy bastante pervertido pero dentro de los límites. O sea, nada de cosas ilegales ni tampoco asquerosas... Comencé a imaginar que podía exhibirme mientras me pajeaba dentro de un automóvil, en alguna calle de mi ciudad. Pero no tengo auto. Entonces un día vi un video de un tipo que se tocaba en un bus, en un colectivo urbano. Me apreció medio raro y bastante osado, porque la mayoría de las mujeres que lo descubrían huían o ni siquiera lo miraban. Entonces pensé que eso tampoco tenía morbo, porque la gracia está en provocarle algo positivo a alguna mujer, y no en provocarle asco. Por consiguiente descarté esa opción y pensé en algún plan para tratar de masturbarme en algún lugar público... y cuando digo masturbarme hablo de hacerme la paja pero enfrente de alguien, no simplemente en masturbarme sin que nadie me vea. Para el primer intento, un día elegí un cibercafé de mi ciudad, en el cual atendía una mujer grande, de unos cuarenta y cinco años de edad. Me pareció adecuado para hacer mi primer intento porque supuse que una señora de esa edad no se asustaría al ver que alguien como yo (entonces tenía 20 años o poco más) se la estaba jalando mientras navegaba por la web. En fin... entré a ese sitio y me situé de espaldas a una pared, en una computadora que estaba al costado del mostrador en el cual atendía la mujer. No me apreció ideal la ubicación porque ella, desde el mostrador, no podía más que ver mi cara y la parte alta de mi torso. Una macana, nunca vería mi pija si decidía sacarla ahí mismo. Pero tampoco ese lugar estaba mal, así que no me preocupé... Al menos no tenía cerca otras computadoras ocupadas que me impidieran proceder como quería. Obviamente, enseguida que me senté en la computadora empecé a buscar porno... Ops. Problema! Las web porno más conocidas estaban bloqueadas por un soft antiporno. Pero tampoco me preocupé, porque sabía de páginas que no eran conocidas y de seguro correrían por sobre ese programa de vigilancia. Y eso mismo pasó. Al ratito ya estaba mirando algunos videos porno, y la verdad es que lleno de morbo relojeaba a cada instante al mostrador, para ver si la mujer se percataba de lo que yo me proponía. Todo lo que yo imaginaba había hecho que me pija se parara... Y no se había puesto dura por los videos porno, sino por la tentativa, por lo que estaba proponiéndome hacer. Casi sin darme cuenta mi mano izquierda dejó el teclado de la compu y comenzó a pellizcar mi pija, mi glande, por encima del pantalón. Lo hacía lentamente y ya me daba cuenta que adentro debía estar mojado, porque se sentía húmedo y algo caliente. Seguí navegando unos cuantos minutos más solamente con el teclado. Y entonces yo creo que la señora se dio cuenta que yo estaba haciendo algo... No se animó a mirarme de manera suspicaz, pero comenzó a mirar hacia mi computadora con más frecuencia. Yo creí que esa era mi chance. Así me recosté ligeramente sobre mi espalda, en el asiento que tenía, y traté de tocar mi pija más indiscretamente (aunque sin hacer contacto visual con la señora). Ya ahora sí que la tenía bien dura y estaba húmeda en la punta. Quise comprobarlo y comencé a abrir la bragueta de mi pantalón con cierta sutileza, y ahora sí que miraba a la mujer, pues era por ella que estaba así y quería que se diera cuenta. Entonces cuando ya tenía la mano sobre la punta de mi pija y lo que venía imaginando se iba a concretar, pues miré para el mostrador y de pronto veo que un tipo venía a ocupar una computadora cercana a la mía, lo cual hizo que el mundo se me derrumbara. Saqué la mano enseguida de mi bragueta y cerré la página porno en un segundo, haciéndome el distraído por si el tipo me veía. Me había dado repentina vergüenza, así que me levanté y en un segundo ya estaba en el mostrador, y ahí sí que no me dio el coraje siquiera para hacer contacto visual con la mujer. Sentía que me cara estaba ardiendo. Un estúpido me sentía... Así que me fui enseguida y me dije que tendría que elegir otro sitio para llevar a cabo mi experimento. Mi primer intento había sido un fracaso.


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