🔥Relato Erótico de Incesto: SANDY Y BETTY MIS HERMANAS...UNA FAMILIA ATÍPICA ❌Sin Censura❌

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Fecha: 2021-03-12


SANDY Y BETTY MIS HERMANAS...UNA FAMILIA ATÍPICA


Autor: PEDROVL76

Categoría: Incesto

La mentalidad de mí padre de que en el hogar mandaba el hombre y que toda mujer debía obedecer sin chistar, tanto la esposa como las hijas, tanto al esposo como al hijo varón. Educación que traía desde su mismo hogar. Así, la educación que les dieron a mis hermanas, es aprovechada por mí. El que mi padre como autoridad de la casa me haya dado lugar importante en la familia como “el hombre” y que mi madre, de una u otra forma consiente esa autoridad y decisión de mi padre, aparte de ser su único hijo varón en medio de tres mujeres, ella misma me consiente, me mima y hace que mis hermanas nunca cuestionen mi autoridad, me obedezcan y hasta consientan lo que yo quiera. Fue delicioso poseer la voluntad de mi hermana Betty desde el momento que le dije que todas las colas y conchas vírgenes de esa casa eran mías, no se opuso, ni cuestiono, al contrario cedió ante mis deseos. Y más el darme cuenta de que poseía la voluntad de mis otras hermanas. Transcurrieron varios días desde que me hice de mi hermana Betty, la oportunidad de volverla hacer mía no se daba, ella llegaba a casa y apenas si comía se ponía en friega con sus tareas, las cuales eran muy notorias. Pero eso a mí no me interesaba, yo quería tenerla de nuevo en mi cama y a mi disposición. Pero tenía de consuelo “jugar” con mis hermanas Sandy y Mony, que cuando no tenían mucha tarea o no estaba mi madre supervisando sus recamaras o poniéndoles alguna tarea doméstica, me llamaban a su recamara, jugábamos luchitas y ahí tenía la oportunidad de tocarlas, porque en esa mas intima convivencia, la confianza aumentaba y ya hasta se cambiaban sus uniformes delante de mí, aunque yo deseaba ver más. A Sandy comencé a acosarla aún más, cada vez que había oportunidad le tallaba la verga en su cola, ella se dejaba, no decía nada, al contrario, más de una ocasión me volteo a ver con una sonrisa, señal de que deseaba más. Algo que me dio mayor autoridad, fue cuando mi padre se dio cuenta que cada vez que salía temprano de la escuela, pasaba por mis hermanas, a lo que mi padre le dijo a ellas que me obedecieran y que como su hermano y hombre de la casa me debían obediencia para que ningún otro cabrón fuera a querer propasarse con ellas. Una tarde como a las 07:00pm, salieron a un rezo mi madre y mi abuela, nos quedamos solos en casa Mony, Sandy y yo. Betty había salido a hacer un trabajo por equipo y aun no llegaba y Andrea aun no llegaba de la escuela. Como no teníamos nada que hacer Mony se puso a ver tele en la sala de la planta baja, un programa cursi de novela juvenil que les gustaba a mis hermanas, tirándose en el sillón grande. Sandy quiso prepararse un choco milk, por lo que fue a la cocina, unos segundos después, fui de tras de ella, cuando entre en la cocina la encontré inclinada con el refrigerador abierto, de solo verla en esa posición me excito y más porque ese día ella andaba vestida con una falda floreada en amarillo y verde, la cual le llegaba a medio muslo y como mi hermanita es caderona para su edad y nalgoncita, pues no quise dejar pasar la oportunidad y me puse detrás de ella, la tome de las caderas y le repegué mi verga entre sus nalgas. Sandy no dijo nada, solo movió ligueramente sus caderas, se enderezo y volteo a verme con una sonrisa. -¡Que hermosa cola tienes Sandy! Me encanta.- Le dije sin soltarla. -¿Te gusta mi cola?- Me pregunto. -¡Claro que sí! Y es mía, esta cola y esta concha.- Le dije mientras agarraba con la mano derecha y por encima de su falda su concha. -Espérate manito, puede venir Mony.- Me dice, pero sin oponer mucha resistencia de su parte. -No viene, está bien entretenida con la tele.- Le conteste. -Espérate, no se me vaya a caer la leche.- Me dice un poco suplicante y camina hacia una mesa que está en la cocina, donde pone en frasco de leche. Apenas si pone el frasco, cuando la vuelvo a tomar de sus caderas, con la mano derecha le subo su falda hasta la cintura y sobre su pantaleta la tallo mi dura verga que hace tremendo bulto debajo de mi short. Deje de usar trusa en casa cuando me quedaba solo con mis hermanas y andaba solo con short. Sandy se deja hacer, por lo que llevo mi mano hasta su concha que le palpo y luego le presiono con el dedo medio a lo largo de su raya. Unos suaves gemidos escapan de los labios de mi hermanita, lo cual me excita, pero yo deseo más, por lo que con ambas manos le bajo su pantaleta a bajo de sus ricas nalgas, luego me saco la verga del short y se la coloco entre las nalgas y se la empiezo a tallar. Sandy separa un poco sus piernas y mi trozo de carne se acomoda bastante bien entre sus duras nalgas. Llevo mi mano derecha de nuevo a su concha y se la acaricio despacio. ¡¡Guau!! Mi hermanita resulto muy dócil y caliente, más que Betty. Apenas si se siente un ligero terciopelo en su pubis. Suspira y gime, tratando de ahogarlos en su boca cerrada mientras se la sigo tallando como si la estuviera penetrando. Sus nalgas aprietan rico. -¡Que rica está tu cola Sandy!- Le digo sin dejar de gozarla. En eso se oye la voz de Mony desde la sala. -¿Qué haces Sandy?- Le pregunta Mony. -Voy a hacer choco milk ¿quieres?- Le contesta Sandy. -Si, por favor.- Le contesta Mony. Mientras sigo tallándosela y ahora llevo mi mano izquierda por debajo de su blusa hasta llegar a su teta izquierda, la cual ya va tomando una deliciosa forma. Sandy se inclina, apoyando su pecho sobre la mesa y levanta sus caderas, siento mejor en mi verga su caliente culo y su concha húmeda. Separa un poco sus piernas y ¡¡Uf!! La punta de mi verga presiona con fuerza en cada tallón sus labios íntimos casi para abrirlos, lo cual provoca algo sublime en mi verga que me hace estremecer y venirme entre sus piernas. Inclino más mi cadera hacia atrás, a modo de que mi verga presione con más fuerza toda la concha de Sandy y mi leche se impregne en ella, pero es bastante, por lo que se derrama toda entre sus piernas. Varias son las erupciones con fuerza, por lo que mi hermana termina agarrando unas servilletas y limpiándose con ellas las piernas. -No te limpies la concha, así déjatela.- Le digo. Sandy me mira, sonríe y asienta con la cabeza que sí. Se sube la pantaleta y se arregla la falda mientras me subo el short y me regreso a la sala donde Mony sigue entretenida pero me pide que me siente en el mismo sillón de ella, así lo hago, luego recarga su cabeza sobre mis piernas. Luego entre comerciales me abraza y besa mí abdomen. Unos minutos después llega Sandy con los vasos con choco milk, se sienta Mony para agarrarlo y tomárselo, entre juegos quiere estar tomando del mío mientras Sandy solo nos mira callada. Durante los siguientes días no puede acercarme como yo quería a mis hermanas, ya que mi madre y mi abuela planeaban como adornar la casa, ya que estábamos a mediados de noviembre y mucho tiempo se la pasaban en el segundo piso, justo donde dormían mis hermanas, ya que planeaban poner luces y adornos desde el tercer piso hasta abajo por el lado de la calle. Betty se notaba inquieta, no molesta, pero si inquieta, al igual que yo. Pero entre una que otra oportunidad me le acercaba por detrás y le tallaba la verga entre sus nalgas, le agarraba de la cintura, le acariciaba las tetas y le decía: -¡Que rica cola tienes Betty! ¿Cuándo vas a mi cuarto?- -No he podido, he tenido mucha tarea.- Me decía. -¿O quieres que yo vaya al tuyo?- Le contestaba. -¿Y si se dan cuenta?- Mejor espérate. -¡Ok! Pero no tardes, porque ya quiero comerme de nuevo esta concha.- Le dije. Pasaron un par de días para que la oportunidad se diera de nuevo. Un viernes mis hermanitas Sandy y Mony, fueron invitadas al cumpleaños de una de sus amigas, por lo fueron acompañadas por mi madre, quedándose mi abuela sola. Eran pasadito de las cinco de la tarde cuando llega Betty a mi cuarto, vestía una blusa blanca con un estampado al frente y una falda rosa a medio muslo, amplia y tableada, se veía hermosa. Llego y como era su costumbre se tumbó sobre mi cama boca abajo separando las piernas y doblando las rodillas. -Creí que no ibas a venir, ya estaba pensando en ir a tu cuarto en la noche.- Le dije. -No exageres, apenas se fue mi mamá y mis hermanas ¿A poco irías a mi cuarto si están Sandy y Mony a un lado?- Me pregunta un tanto sorprendida. -¿Y porque no, si lo que es mío lo puedo checar a la hora que yo quiera, ya que no me lo traes?- Le dije. -¿Tuyo?- Me pregunta. -¡Si! Mío, ya te dije que todas las colas y conchas vírgenes de esta casa son mías.- Le contesto firme. -¡Pero yo ya no soy virgen, ya me desvirgaste tanto por la concha como por la cola!- Me contesta con una sonrisa. -Pero sigues siendo mía y aunque tengas novio seguirás siendo mía.- Le contesté con firmeza. Con la mano izquierda palmee la cama, indicándole que se subiera un poco más. Betty sonrió y obedeció, recorriéndose hasta donde estaba yo, que estaba recargado sobre la cabecera de la cama. Con los dedos del pie derecho agarro la falda de Betty y se la subo hasta su cintura. -¡Que bonitas nalgas tienes Betty, me encantan!- Le dije mientras con los dedos le jalaba su pantaleta blanca. Betty solo miro mi pie y luego me miro a la cara. Que me levanto y me puse de rodillas a la altura de sus caderas, que agarro su pantaleta y se la bajo más allá de sus rodillas. Betty no decía nada, solo miraba. Que la hago girar boca arriba y le quito por completo su pantaleta dejándome ver esa concha preciosa que tenía y que días atrás había desvirgado. Su silencio era su aceptación, por lo que la despoje de su blusa, luego su brassier y por último su falda. Quedando completamente desnuda y a mi merced. Mi verga estaba dura y erecta debajo de mi short, el bulto era bastante visible y Betty no dejaba de mirarlo. Esta vez ya no había cuestionamientos de su parte, no había oposición, no había nada, estaba completamente sumisa frente a mí. Me baje el short y mi verga salto frente a ella firme y dura. -Ven, chúpamela.- Le dije y ella obedeció, despacio acerco su cara, agarro mi verga con la mano izquierda y se la llevo a la boca, chupo la punta de la cabeza, una, dos veces, luego poco a poco la fue chupando más y más, hasta meterse más allá de la mitad en su caliente boquita. ¡¡Guau!! Aunque un poco torpe al principio, pero luego fue haciéndolo de maravilla por varios minutos. -Ya, ahora quiero comerme esa rica concha que tienes.- Le dije mientras me separaba de ella y me acomodaba entre sus piernas que separaba doblando las rodillas y apoyando sus pies sobre la cama. Me acosté entre medio de sus piernas y con la punta de la lengua lamí sus labios vaginales, una, dos veces, luego la fui hundiendo poco a poco hasta encontrar el pequeño botón de su clítoris ¡¡Guau!! Gran gemido que se escapó de los labios de mi hermana, lo bueno es que solo estaba mi abuela y que veía las novelas a esa hora y con volumen alto, sino hubiera escuchado el gemido de Betty. Hundí mi boca entres su concha y la chupe con suave fuerza, metiendo mi lengua en su vagina, Betty empujo mi cabeza con sus manos contra ella, como queriendo fundirse. Lamí entres sus labios íntimos, hurgue con mi lengua las paredes de su vagina y jugué con su botón cuanto quise haciéndola gemir con fuerza una y otra vez hasta que la hice tener un orgasmo del que me bebí todo su néctar. Me levante y me subí un poco más, agarre mi verga con la mano derecha y se la centre en la entrada de su concha, despacio se la fui metiendo, estaba rica, apretada y caliente. Se la metí toda, hasta que con la punta toque el fondo de su vagina. Me abrazo con fuerza y sus piernas rodearon mi cintura, entonces comencé a bombearla primero despacio por unos minutos. -¡Te dije que esta concha y esta cola eran mías! ¡Que rica esta hermanita! – Le dije al oído mientras la bombeaba y movía mis caderas en círculos. -¡Dijiste que todas las conchas y colas vírgenes de esta casa! ¿De verdad te vas a coger a Sandy y a Mónica?- Me pregunta entre gemidos. -¡Si! A ellas también.- Le conteste sin dejar de bombearla. Arrecie mis embestidas mientras Betty comenzó a jadear con fuerza, sus brazos se aferraban más y más a mi espalda y sus piernas a mi cintura. -¿Y a quien te vas a coger primero a Sandy o a Mónica?- Me pregunta entre jadeos. -¿Por qué quieres saber?- Le pregunto. -Me excita pensar ¿a quién y cómo te la vas a coger? ¿Crees que quieran? – Me pregunta mientras entierra sus uñas en mi espalda. Tal como Andrea, parece perra en brama, aunque más entregada y dejando aflorar su lujuria. -Sí, van a querer porque saben que son mías y que son para mi sus colas y sus conchas.- Le contesto bombeándola con más fuerza. -¿Se las vas a meter por los dos lados? ¿Qué les vas a hacer?- Entre jadeos sigue preguntando. -Les voy a chupar la concha, luego se las voy a meter por la concha hasta que se las llene de leche, luego se las voy a meter por la cola así como te la metí a ti una y otra vez y como te la estoy metiendo.- Le conteste mientras pausaba mis embestidas pero en cada una se la metía con fuerza, golpeando el fondo de su vagina. -Sí, méteselas a las dos.- Me contesta mientras ahoga su gemido en un orgasmo. Arrecio de nuevo mis embestidas hasta que con fuerza se la meto y me detengo cuando siento su fondo, entonces se la saco y le digo que se ponga en cuatro a la orilla de la cama, Betty obedece rápido, me bajo y me paro detrás de ella, la tomo de las caderas y se la meto de nuevo para bombearla de nuevo con fuerza. Nuestros cuerpos empapados de sudor expulsan por nuestros poros lujuria y perversión inundando mi cuarto. Se la saco de su concha y la empujo a la cama, se acuesta, le separo las piernas y me acomodo entre medio de ella, ensalivo los dedos de mi mano izquierda y se la tallo entre medio de sus nalgas, picoteando el agujero de su cola. Le meto el dedo medio, despacio hasta que entra todo, se lo saco y vuelvo a meter, luego le meto el dedo índice, mientras Betty hunde su cara en una almohada. Agarro mi verga con mi mano derecha y le centro la punta en la entrada de su cola donde despacio se la voy metiendo. ¡¡Uf!! Que rica esta su cola, apretadita. Se la meto toda, entonces me quedo quieto por un instante para disfrutar como aprieta mi verga. Se la saco un poco y comienzo a bombearla despacio, apoyo las manos a la altura de sus hombros, los gemidos brotan de sus labios, arrecio mis embestidas metiéndosela toda hasta que exploto dentro de ella, pero no me detengo, sigo bombeándola una y otra vez hasta que por fin me detengo dejándosela toda dentro de su rica y apretada cola. Me recuesto sobre ella, nuestras respiraciones agitadas se mezclan en una sola, luego de un par de minutos se la saco despacio y me recuesto a su lado derecho, ella voltea a verme y se acerca para besar mis labios una y otra vez. No hubo palabras de nada, solo nos paramos y metimos a bañar, lavándonos uno al otro, terminado regresamos a la cama así desnudos, miramos el reloj, eran 07:15pm. Nuestra madre y hermanas aun no llegaban de la fiesta, tal vez Andrea si pero no importo, ella no iba a mi cuarto. Se levanta Betty y se viste despacio sin decir nada, cuando termina: -Ya me voy, tengo que preparar la cena, me la encargo mamá.- Me dice al pie de la cama, muy cerca de mí. -¡Ok!- Le digo mientras agarro su concha debajo de su falda, Betty solo me sonríe. Se retira dándome un beso en los labios. Ya más tarde llega mi madre y mis hermanas, cerca de las 09:00pm cenamos casi todos, excepto mi padre que no llegaba. El decirle a Betty que todas las conchas y colas vírgenes de las mujeres de la familia eran mías y el saber que solo ella, Sandy y Mónica lo serian, al parecer provoco que su lujuria poseyera su mente, lo cual fue increíble. Más ella no sabía que ya con Sandy había cierto inicio y que era más dócil y que tenía deseos de ser penetrada. Y que aceptaban ser mías.


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