🔥Relato Erótico de Tabú: Nerina. Infancia feliz. ❌Sin Censura❌



Fecha: 2025-03-25


Nerina. Infancia feliz.


Autor: FABRICIO

Categoría: Tabú

Soy Nerina. Actualmente tengo 16 años y encontré este medio para poder contar cosas de mi infancia que jamás pude hablar con nadie. Conocí el sexo en mi propia casa, siendo demasiado pequeña. Un día que nunca voy a olvidar, quedé sola con mi hermano Ian, 10 años mayor que yo. En esa época tenía 4 y medio, lo sé porque Ian llevaba nota de todo lo que hacíamos. Recuerdo con claridad que fué a mi cuarto, me despertó, dijo que me amaba y empezó a besarme, hasta que, sin darme cuenta, me quitó la poca ropa que había usado para dormir y chupó mi cuerpito entero. Creo que a esa edad ya estaba enamorada de él, algo que le sucede a muchas niñas. No me resistí, ya que era muy intenso ese placer que estaba viviendo por primera vez. Me quedé tan inmóvil como pude, hasta que Ian levantó mis piernas para penetrarme la conchita y el culo con la lengua. Fué tan sublime que hoy, 12 años después, está como sellado en mi memoria. Por mi corta edad hay momentos que apenas recuerdo, pero aquellos de placer y dolor extremo jamás se borrarán de mi cabeza. Por ejemplo, cuando a los 6 años me cogió por el culo. Yo fuí feliz toda mi infancia. Al estar perdidamente enamorada de mi hermano, me sentía una princesa, vivir con él era, en mi inocencia, habitar en el paraíso. Ni más ni menos. - Cuando sea grande quisiera casarme con vos. - le confesé una vez. - No es necesario que seas grande, putita preciosa (así me llamaba), pero hay cosas que deberías aprender. Sólo tenés 6 añitos... - Y vas a enseñarme ?? - Hoy mismo, que estamos solos, si querés. Apenas estuvimos un par de veces juntos, mi amor. Casi no nos conocemos. Me entendés ? - Yo quiero ser tu mujer para siempre, papito. Te amo... Después de unos cuantos años, me contó que esas palabras fueron las que lo hicieron calentar, hasta llegar a pegarme una tremenda culeada, la primera para mí. La inolvidable. Me pidió que me ponga de rodillas en la cama y pasó por el agujerito de mi cola, virgen hasta aquel día, un líquido frío con el cual no sentí molestia al meterme con cuidado un dedo, y luego otro. Lo que sí me dolió fué el tercer dedo dentro de mí. - Aaaaaay !! Eso me duele, papi...! - Está bien, no vas a poder, y yo no quiero hacerte daño. No importa... Recuerdo que le pedí por favor que me diera otra oportunidad, y él no se hizo rogar, sinó todo lo contrario. - Escuchame, puta, si de verdad querés ser mi hembra tenés que aguantar, y si no podés vamos a dejar de intentarlo. Es tu decisión... Me entregué ciegamente a la lujuria sexual de Ian, lo que me causó un dolor terrible, pero no me arrepiento. Ian me hizo poner con el culo para arriba y se acostó con sus 80 kilos sobre mí, hasta encontrar mi esfínter anal, que era lo único que deseaba. Empujó y logró que la verga entre, provocándome un dolor que no conocía Sentí que me estaba desgarrando. Lloré, grité y traté de salirme, pero todo fué imposible. Parecía estar poseído, no escuchaba mis súplicas, y me cogió por el orto hasta que sacó la verga para llenarme la cara de leche. Ese día lo hice feliz, y conocí dos nuevas experiencias, pero terminé con el ojete roto y abierto. También probé el sabor exquisito de la leche espesa de mi hermano, y no dejé una sola gota sin tragar. Esto recién empezaba.


¿Qué te parece el relato?