Después de ese sábado en la piscina, cada vez que tenemos ocasión nos lo hacemos con la nena, es un placer tocar el chochito de la nena mientras se la cómo a mí sobrino, el me pone cachondo hablándome de cómo se la toca en la ducha mientras su madre lo mira y me pone a mil pensar en follarme a mí cuñada. Me encanta que me folle al mismo tiempo que se la chupo a mí hija. Mi hija se mea cuando se corre y a mí sobrino le encanta y nos gusta ver cómo la nena se traga la leche. La última le chupe el culo a la nena para intentar meterle la polla y le puse el dedo primero y se movía del gusto que le daba después le puse la polla en el ojete y le metí el capullo se quejó un poco pero a medida que iba metiendo le gustaba, mientras mi sobrino le puso la polla a la boca a la nena y con cuatro embestidas la llenó la cara de leche mientras yo me corría en su culito y la nena se meaba de gusto. Después mi sobrino se fue y el ver a la nena con la cara llena de leche me volvió a excitar y empecé a besarla y me empalme de nuevo, está vez viendo su coñito rosado empecé a chupar enloquecido mientras la nena me contaba que su mamá también la chupaba y que le había dicho que no se lo dijera a nadie, esto me excito muchísimo y volví a metérsela mientras ella jadeaba y pidiendo que me contara que le hacía su mamá. A mamá me decía que le gustaba que mi nena se la chupara y la nena me contaba que mamá gritaba. Me gusta mucho follar a la nena por el culito y imaginar como se la chupa a su madre. Desde ese día mi sobrino y yo nos chupamos haciendo el 69 y imaginamos sexo con la familia. Otro día continuaré