🔥Relato Erótico de Voyeurismo: Angie 2 - Sentadillas en el colegio ❌Sin Censura❌

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Fecha: 2019-11-24


Angie 2 - Sentadillas en el colegio


Autor: darkghostwritter

Categoría: Voyeurismo

Angie 2 - Sentadillas en el colegio Continuación de: Angie I Al otro día me sentía algo cansada, pero más aliviada y con el fuego latente resonando por mí ser, me arreglaba para el colegio con mi buzo para educación física, era mi día para entrenar y liberar energía. Tome mi desayuno, me despedí y me fui a tomar el bus. Teníamos educación física a la primera hora, así que una vez pisado el colegio pasaba directo al baño a sacarme el buzo, ya que por reglamento teníamos que ocupar la ropa del colegio camiseta y calzas rosadas con calcetas blancas. Al principio me acomplejaba, mis compañeros miraban sin disimulo, me daba mucha vergüenza, hasta que gracias a las palabras de mami ya lo aceptaba, me quería así, ahora me sentía bien, orgullosa, y aparte las calzas me quedaban bien ajustadas, me causaba gracia que sufrieran por solo verlo. Así que solo me concentraba en los ejercicios con energía y motivación, pensaba que me caería bien liberar más energía, iba mentalizada cuando se me cruza Don Facundo (Era un auxiliar del colegio que hacía tareas múltiples, como aseo general, abrir y cerrar salas, los baños, recolección de objetos extraviados, era una buena persona, siempre le conservaba, un señor humilde, muy respetuoso y educado, hasta me producía algo de atracción). Don Facundo: Hola señorita, como está usted? Yo: Muy bien Don Facundo como está usted señor, cómo va el trabajo, como lo trata la vida. Don Facundo: Bien mija, acá luchando, siempre con la sonrisa a pesar de todo. (En ese momento recordé por palabras de él que ha sufrido mucho, era huérfano y perdió a su hija cuando tenía 10 años) Yo: Tiene que ser fuerte, acá estamos para ayudarlo y darle sonrisas para que sea más feliz, usted es un ejemplo señor y aquí todos lo queremos mucho. Agache la vista porque sentía cariño por él y su tristeza me llegaba, hasta que un pensamiento me hizo recordar a mi hermana y su morbo asociado, la fantasía del conserje, la palabra me quedo resonando dejándome con cara de pava, mire a Don Facundo como tal y lo internalice en la fantasía de Lucía, inmediatamente comencé a imaginar a mi hermana con Don Facundo, no sé con qué cara baje mis ojos a su pecho, tenía de esos trajes de mecánicos con 2 botones sueltos, se le alcanzaba a ver su pecho velludo con pelos blancos y uno que otro más oscuros, le daba un toque recio, de madurez, si bien tenía algo de pancita se encontraba muy marcado físicamente. Estaba hipnotizada, quería bajar la vista y mirar bien su cuerpo, pero me pareció demasiado, no me atreví, solo recordé cuando un día bajo un potente sol Don Facundo cargaba unas piedras en musculosa, completamente sudado, todas quedamos muy sorprendidas de lo bien conversado que se encontraba Don Facundo. No sé cuánto tiempo pasó durante mis pensamientos hasta que Don Facundo preocupado por mi comportamiento se acercó a mí y muy gentilmente me puso una mano en mi brazo y la otra en la espalda muy sutilmente, como previniendo un posible desmayo y me pregunto si estaba bien. Ese contacto fue como una descarga de corriente con tales pensamientos, sentir sus manos grandes y maltratadas, muy ásperas producto del trabajo pesado, hacer contacto con mi delicada y suave piel, sentir ese raspadito, escalofríos me invadieron y tuve que apoyarme entre sus brazos para disimular. Yo: Ay disculpe Don Facundo que no me he sentido muy bien, ando en mis días, y es que ando algo alterada y sensible, discúlpeme. Don Facundo: No pasa nada señorita, esta segura, se siente mejor?, si gusta la acompaño a enfermería? (Mientras mantenía cada una de sus mano se mantenian en mis brazos a la altura de mis pechos mirándome fijamente, sus manos involuntariamente me apretaban muy suave esperando mi respuesta, pero otra vez mis pensamientos me jugaban una mala pasada delatando mi condición de necesidad, imaginaba a mi hermana besando el pecho velludo de don facundo queriendo bajar hasta su intimidad, mi pecho se empezó a agitar y no sabía que decir, solo sentía.) Don Facundo: señorita está bien, está respirando muy rápido, y preocupado me miró directamente a la altura de mis senos, exclamando: señorita su pecho esta algo agitado (Ese me comentario me hizo un mar de agua, opino sobre mi pecho). La llevaré con el doctor. Yo: Al escuchar doctor me salí del contacto y volví a mí posición, recobre los sentidos y empecé a calmarme, me excuse mintiendo que a veces me pasaba y me iba a otro mundo, que ya me sentía mejor, que solo duraba un instante. Don Facundo: Que bueno señorita, ya me estaba asustando, sus ojos estaban perdidos, en otro mundo y su corazón parecía querer salírsele del pecho, pero está bien, es bueno a veces irse a otro mundo (fijando nuevamente su vista sobre mis pechos ahora más calmados). Sonrojada respondí: gracias Don Facundo, gracias por todo, ya llegaron los profesores, debo irme, que tenga un buen día. Don Facundo: Buena suerte señorita. No pretendía que este día comenzara así, pero creo que mi calentura, más la situación con mi hermana, me tenían muy alterada, lo recordaba constantemente, se me venían imágenes a la cabeza sin quererlo. Sería parte de mi despertar sexual el tener que lidiar con tales situaciones. Mientras caminaba asimilaba el hecho con Don Facundo, sus caricias con sus grandes y ásperas manos, y como me miro los senos sin disimulo, talvez este mirando mi trasero pensé, lo que me electrizo entera. Llegando al círculo con mis compañeros, el profesor de los chicos nos explica que nuestra profesora tuvo que ir hacerse unos chequeos médicos porque será madre, y que el realizará ambas clases. Quiero comenzar ya y apartar todas las ideas en mi cabeza, me siento incomoda tan caliente en una clase, pero todo había ocurrido sin intenciones, o así quería creer. Me di cuenta que el profesor mando a los chicos a correr a la cancha de futbol, mientras que nosotras nos quedamos en el gimnasio. El profesor nos hizo dar 7 vueltas por el gimnasio y comenzamos, iba intentando concentrarme en correr, mientras veo a Don Facundo reparando un camarín, me observa y me saluda, hago lo mismo sonriendo, sigo corriendo imaginando si me estará observando, me estremezco y sigo tratando de enfocarme correr, pero al pasar a las siguientes vueltas por donde Don Facundo me ponía ansiosa y corría con más energía para que me viera, así hasta completar. El profesor luego nos hizo hacer series de abdominales y velocidad, para luego informarnos que tendríamos prueba de piernas. La prueba consistía en hacer 22 sentadillas en 60 segundos, saldríamos de una a la vez, éramos 22 mujeres en nuestro curso. Así fuimos saliendo alfabéticamente, me divertía con las caras de mis compañeras, algunas motivadas, otras que apenas podían, hasta que salió un compañera que también está un poco nalgona, pero menos que yo, y me impresiono ver como se veía desde atrás, sus pompis se expandían cuando bajaban y se contraían cuando subían, la calza se le incrustaba más adentro con cada subida, el profesor estaba con una gran sonrisa, aparte se ponía detrás de una para mirar a gusto, luego de ya llevar varias, la niña lo hacía más lento, y veía como el profe gozaba del espectáculo. Volví a imaginarme pensamientos de mi hermana y Marcos con sus fantasías, pero lo que más me daba curiosidad, era como me iba ver yo. Escucho unas voces conocidas, saliendo de mi trance volteo a ver y veo que se acerca el Director con el profesor de Biología, miro más arriba y hasta Don Facundo lo veo observando las sentadillas de mi compañera. El director con el profesor de biología saludan al profesor de ed. Física mientras continúan su hablar acerca de las instalaciones y las remodelaciones que deben hacerse, pero también miran de reojo sin perder detalle. Me doy cuenta que sigo yo, estoy ansiosa, no sé porque me genera tanta curiosidad saber cómo me veré yo, aparte que los mirones me dan mucha vergüenza, intento dibujar sus reacciones cuando me vean. Me pregunto si Don Facundo ira a observar. Sumida en mis pensamientos hasta que el Profesor llama mi apellido, me presento en el lugar indicado, estoy muy nerviosa, pero pienso que lo importante es la nota, y que debo concentrarme y hacerlo bien, me siento confiada, ya que siempre he sido fuerte con piernas, solo serían 60 segundos. Así que cierro los ojos, me pongo en posición, flexionando las piernas parando un poco la cola, esperando el silbato de partida, pero pasan 5 incomodos segundos donde me pongo como tomate estando en esa posición hasta por fin escucharlo. Comienzo lo más rápidamente y efectivamente al bajar las primeras ocasiones siento que mis pompis se expanden mucho y que con cada subida el calza se me incrusta más entre ellas, creí hasta escuchar un murmullo como “uffff” del descarado profesor de educación física, sin desconcentrarme sigo a un ritmo constante y veloz, imagino las caras de los mirones, y sobre todo la de Don Facundo (me preocupaba que mi cara fuera relajada, y empecé a intentar disfrutar el momento, cerré los ojos). Subía y bajaba lo más rápido que podía ya ajena el exterior, sentía la sangre caliente y eso me daba más fuerza y coraje, cada instante disfrutaba más ser el centro de atención de mis educadores. Recordé a mama y las palabras de Marcos, es herencia familiar, me estaba dando cuenta que disfrutaba provocar, comencé a sonreír muy placenteramente, imaginando como miraban mi trasero, las morbosidades que imaginarían conmigo, estaba disfrutando levantar pene pensé, al igual que mama y mi hermana, era como un reconocimiento, un despertar. Sobre las 17 sentadillas, mi velocidad era menor producto del cansancio, cuando justo un recuerdo fue impulsado por mi mente: Lucía moviendo su cintura y trasero mientras era penetrada. Con esas imágenes las últimas las hice más lento, disfrutando cada bajada y cada subida, como si estuviese montando. Sentía mis pompis querer romper las calzas de lo incrustadas que estaban entre mis nalgas y me presionaban mis sensibles intimidades, hasta ese instante no me había percatado que mi pupi estaba algo húmeda. Cuando ya faltaba la última recordé a Lucía como miraba a Marcos por sobre el hombro mientras la penetraba, me iba a dar vuelta, sentía curiosidad, quería ver sus expresiones viendo mi trasero moverse, deseándome, hasta que un rayo de razón me detuvo y me trajo a tierra, recordando el lugar donde estaba y con quiénes, decidiendo quedarme con la curiosidad y terminar mi examen (Luego me di cuenta que el despertar sexual nublaba mi racionamiento). Se hizo un silencio de unos 3 segundos, donde profesores y director me miraban rojos e incrédulos, luego vi como el profesor de educación física con un bulto bastante pronunciado, se veía un gran bulto mejor dicho, y no sé porque sentí satisfacción, era el primer pene que paraba. Mire donde Don Facundo y no estaba, me dio algo de pena, me preguntaba si me había visto, en cierta parte era el quién más me ilusionaba que mirará. El Director con el profesor de biología quiénes ambos estaban con sus celulares abajo haciendo no sé qué, para luego irse conversando en voz baja. La clase siguió con otras compañeras restantes, el profesor a las que estábamos listas nos mandó a bañarnos. Muchas chicas decidieron quedarse jugando voleyball, yo sin embargo preferí asegurar las duchas con agua caliente, son 4 duchas individuales y separadas para casos especiales, y como premio al esfuerzo para los que terminan los ejercicios antes. Necesitaba relajarme y calmar el torbellino de calentura que con cada instante se incrementaba. Las duchas deben ser solicitadas al profesor de ed. Física Rolando, cuando me acerco a preguntarle me responde coqueto: Te ganaste tu ducha caliente Angie, tus piernas tienen bastante potencia para levantar ese cuerpazo que tienes, aparte debes estar bien sudada. Viejo caliente pensé, me habría estado hablando en doble sentido con lo de caliente y sudada, mi mente comenzó a trabajar, aparte le dijo a su alumna que tenía un cuerpazo. Tome las llaves y me fui lo más rápido posible, ese viejo zorro me había calentando con esas palabras , como si oliese mi condición de adolescente caliente y necesitada, me hizo humedecer más mi pupi, que ya estaba muy húmedo. Me estaba gustando dejarme llevar, tantos años de represión me dejaban expuesta a desear disfrutar mi erotismo, mi sensualidad, y lo que más sentía mi cuerpo, sexualidad. Ahora tenía que encontrar a Don Facundo porque él manejaba las llaves, eche un vistazo alrededor y no lo veo. Me encamino a su estancia, una salita contigua a los baños, pero tampoco está ahí, frustrada y con la mala idea de tener que recorrer el colegio buscando a Don Facundo empiezo a ver si alguna ducha ya está abierta y para mi suerte la continua a su salita lo estaba, talvez el dejo abierto antes pensé, y entre. Al parecer alguien se había duchado pensé cuando veo dibujarse una silueta masculina con cuerpo velludo y marcado, con algo de pancita, recién salido de la ducha, bajo más la vista y veo su pene, llena de vergüenza levanto la cara y veo a Don Facundo con los ojos como platos muerto de vergüenza, mi corazón se aceleró, y la misma sensación que viví cuando descubrí a mi hermana, el tiempo se detuvo, mis oídos rezumbaban, mi sangre hervir, no podía dejar de observar su cuerpo fornido, deseosa vuelvo a mirar su pene, y rápidamente se tapa con su toalla y se fue a vestir detrás de la duchita. Don Facundo: Disculpe señorita, que vergüenza por dios, lo siento tanto, quedaban 25 minutos aún de clase que pensé que podía bañarme antes, lo siento mucho mi niña. Todos sabíamos que Don Facundo también se aseaba ahí, pero jamás en nuestros horarios, hacía mucho calor, y él trabajaba duro, lo podía comprobar ahora mirando su cuerpo, brazos y piernas tonificadas, pectorales marcados con algo de pancita, era bebe, no como la de mi padre que está bien panzón recordé. Yo: Discúlpeme usted Don Facundo, yo entiendo que quiera asearse con tanto trabajo y tanto calor, esta también es su ducha, yo no sé qué decir, me da tanta vergüenza haberlo importunado, yo lo andaba buscando para pedirle una ducha, discúlpeme a mí por no preguntar antes de entrar, pero vengo tan cansada, la prueba estuvo muy dura. Don Facundo: si señorita ya casi estoy, y sí que la estuvo, pero usted fue de las mejores. Me estremecí, sonreí sin poder evitarlo, Don Facundo me había visto hasta el final, talvez se la abre puesta dura y se vino a masturbar fantaseaba. Tiene mucha potencia en sus piernas, usted sería una gran montadora de caballos, como lo era mi hija. Usted es tan perfecta, siempre es un agrado observarla, con todo respeto mi niña. Yo: Gracias Don Facundo, es usted muy amable y galán por lo que veo, seguro fue un Don Juan cuando joven y conquistaba muchas jovencitas, no me diga cosas que me sonrojo (Estaba coqueteando con Don Facundo, que me pasaba). Don Facundo: jajaja que ocurrencias señorita, bueno si, algunas, pero ninguna tan bonita como la campeona de las sentadillas, pero a nadie le falta dios jeje (Había hecho referencia al examen, uhmmm al parecer también le habían pasado cosas con mis sentadillas). Yo: Don Facundo no me diga así que me da vergüenza jaja, aparte al final ya no daba más, necesito practicar más pero últimamente estoy algo floja (mi calentura no daba a más, intentaba actuar natural pero no me podía sacar la imagen del cuerpo de Don Facundo y su pene). Don Facundo: Para que quieres más mi niña, si así estás perfecta, tienes un cuerpo envidiablemente exquisito, está hecho para estarlo admirando por horas, obviamente se lo digo con todo el respeto que merece usted señorita Angie. Me puse más colorada y sentí como mi pupi acalambrarse, Don Facundo se estaba refiriendo a mi cuerpo, que era digno de ser admirado, mi calentura me domino y me deje llevar tomando su comentario como un halago. Yo: Usted cree Don Facundo? (Mientras con carita de niña buena me tomaba de las manos para apretar mis pechos y ladear un poco la cintura). Don Facundo: Que quiere que le diga señorita Angie, usted está hecha a mano (Dijo esto más serio, con un semblante distinto, Don Facundo también estaba perdiendo el control de su lengua, mientras ya salía de la ducha vestido con su trajecito) Yo: No cree que estoy algo gorda? Poniendo mis manos en la cintura mirando hacia abajo. (Mientras modelaba con posturitas como niña juguetona, necesita más placer, más estímulos, era una oportunidad única con Don Facundo, en una situación tan íntima, mi deseo me pedía más información, quería jugar con Don Facundo, que se refiriera explícitamente a mi cuerpo). Don Facundo: Como cree señorita, tus piernas son hermosas, contundentes, bien gruesas y duras… en mi ciudad usted hubiese sido la campeona del rodeo, con esas piernas se debe agarrar bien firme, está hecha para montar. Aparte se nota que son suaves… (Don Facundo si bien se notaba distinto, sus palabras eran calmadas y sin ansiedad, eso me tranquilizaba ya que así sentía que la situación estaba bajo control y podía seguir obteniendo más) Sus palabras me hacían estremecer, me encantaba lo sincero y directo que estaba siendo, estaba admirándome con respeto y admiración, aquella melodía me llevo a preguntar sin pesarlo dos veces. Yo: Puede ser, pero siempre he creído que mi trasero es demasiado grande, que opina usted ¿? Don Facundo se me quedo mirando fijo y muy serio como esperando que todo fuera parte de una cámara indiscreta, o una mala broma de chicas mimadas, al parecer no esperaba aquella pregunta y ahí estaba como esperando algo. Impulsada por mí calentura deje de pensar y volví a decirle: ¿y bueno que opina? - Mientras me di un poco vuelta y le pare mi colita como niña buena, mientras lo miraba coqueta como si no fuese más que una simple pregunta. (No me reconocía, siempre había sido recatada en el tema con los chicos, pero viendo a mi hermana se habían despertado facetas dormidas y desconocidas acerca de mí y necesitaba vivirlas). Don Facundo se recompuso e imitando mi naturalidad muy seguro de sí mismo, mientras caminaba hacia mí, al pasar por mi lado me dijo: Eso podría saberlo si la viese como usted me vio recién al salir de la ducha, opino de sus piernas porque las veo ahora mismo, por mucho que se pegue una tela no es lo mismo, ya que estas le ajustan y sujetan su trasero haciendo comprimir su verdadera magnitud, no apreciando así el verdadero volumen de lo que usted realmente pregunta señorita Angie: su anatomía trasera… Pero de manera banal le puedo decir que su trasero es para no olvidar, por ende recordar cada noche… Sus palabras me dejaron al borde del abismo, casi al mismo grado de excitación que el día anterior, mis pechos gritaban ser escuchados como ayer, mi sangre la sentía hervir y mi corazón querer arrancarse, mientras mis pompis estaban siendo modeladas, o ya más bien expuestas de mi parte a Don Facundo para su total admiración. Donde el muy zorro quito la dosis diaria de información apelando que no estaba en condiciones de opinar puesto que no ha visto como se debe, uhmmmmm eso me hizo volar la imaginación trazando muchas situaciones donde yo le mostraba por primera vez mi gran trasero, imaginando su cara, sus gestos, sus movimientos, esperando su opinión y comentarios. Junto con eso engendro la condición si quería saber su opinión debía enseñárselo por mi voluntad. Aparte de su banalidad de recordar mi trasero cada noche, uhmmmm era demasiado para mí, Don Facundo me hizo un mar de excitación con su extrema sinceridad, todo por mi calentura de querer recibir comentarios sobre mi cuerpo. Ideas que quedaron resonando un deseo casi a****l, me sentía muy cerca del orgasmo, deseando ahí mismo bajarme las calzas que ya no daban más, y ofrecerle mis intimidades al desnudo a Don Facundo, y desatar mi calentura. Todas estas ideas fueron algunas de las que pasaron por mi cabeza en ese momento, con esas ganas de venirme y buscando esa última gota del cáliz me deje llevar y me comporte como una calienta pene y le acerque mi cola muy cerca de su pierna y le dije: Don Facundo que lastima, me hubiese gustado saber su opinión, de verdad, me ha encantado su sinceridad y la forma como me admira. Pero con sus comentarios banales me dejan algo conforme. – con mi carita de niña caprichosa. Don Facundo con cara de satisfacción sutilmente puso una mano sobre mi cintura pegándose muy cerquita y dijo cerca de mi oído: Que tenga un buen día señorita Angie, eres una jovencita muy dulce, me has alegrado el día, gracias por permitirme admirar tu belleza, no quiero olvidar jamás este hermoso día, por eso puedo pedirte un último favor? Intrigada y totalmente entregada apenas pude responderle susurrando: sii Doon Facuun..do, dii..game. Sentí como se movió para situarse detrás de mí. Don Facundo: Podría sacarte una foto?, prefiero decirlo a hacerlo a escondidas, me gusta la verdad por delante, espero que no lo tomes mal, pero con lo sincero que me has permitido ser, no podría no intentarlo. Ladee mi cabeza mirándolo sobre mi hombro y asentí levemente. Yo: Como quiere la foto, de frente o... Don Facundo: De espaldas por favor. Entregada a los deseos de Don Facundo apoye mis manos entre mi cintura e incline levemente mi trasero entre mis ajustadas e incrustadas calzas. Yo: Esta bien así doooon faaacun..dooo? (Mirándome yo misma la cola). Don Facundo: Ummmm. (Mientras sonaban los flashasos). Yo: Quee di..ceee Doon Faacun..do, están saliendo bien las fotoos? . Ya no me importaba desatar mi orgasmo con Don Facundo ahí mismo. Don Facundo: Gracias Srta. Angie, ahora si podré recordarla bien, guardo su celular y se fue dejándome así. Me fui corriendo a la ducha, me saque la camiseta bajo ella, comencé a apretar desenfrenadamente mis pechos, los estrujaba casi con violencia, bajando como pude mis calzas que mi gran trasero agradeció expandiéndose en toda su magnitud, como Don Facundo señalaba que debía ser. Sin esperar más me estruje mis pompis, las abría y las volvía a juntar, hasta me pegue solita unas nalgadas que me ponían más caliente, como Lucía las gozaba con Marcos. Para luego empezar a chuparme un dedo imaginando el pene de Don Facundo, si bien nunca había besado un pene, lo hacía con una gula que jamás había sentido, lo devoraba con placer, apretaba bien fuerte mis labios queriendo estrujar, con mucha saliva, lo que me hizo querer llevarlo a mi anito y darme esa sensación que tan rico había sentido ayer. Mi otra mano sin perder tiempo fue a mi pupi que me daba sensaciones divinamente placenteras por haber sido escuchada luego de una mañana de tanta calentura. Esos tratos a mi pupi más ese dedo atrás me tenían en otra dimensión, yo misma me penetraba mi delgado y fino dedo, que solo lograba entrar 2 cuartas parte con suerte, en ese mismo instante imagine el pene de Don Facundo y sin pensar me mande 2 dedos muy profundo como si fuese él quién lo hiciese… Estalle hasta ese momento en el orgasmo más violento de mi vida, contorneándome como serpiente, por casi 20 segundos estuve corriéndome, donde chupe mis dedos, me azote como 5 veces ambas pompis imaginando las grandes manos de Don Facundo, sumida en mis pensamientos me entregue mentalmente: uhmmmmmm Don Facunado si acepto, vuelva conmigo por favor, quiero mostrarle mi traserito sin calzas….para que pueda opinar a gusto, si se porta bien le dejo tomarme una foto así uhmmmmmmmm. Angie sin darse cuenta, se estaba esclavizando a la frecuencia y la intensidad de situaciones sexuales, sobre todo con los alicientes que había engendrado Lucía y ahora Don Facundo.


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