🔥Relato Erótico de Heterosexual: Hermoso culo ❌Sin Censura❌

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Fecha: 2019-08-09


Hermoso culo


Autor: Anónimo

Categoría: Heterosexual

Esta historia ocurrió el 23 de diciembre de 2001, un compañero de la universidad me invitó a su matrimonio en un pueblo aledaño a la ciudad de Bogotá, donde resido, el mismo día me dispuse a viajar en compañía de un amigo en mi automóvil, del matrimonio les puedo decir que estuvo bien, la ceremonia religiosa fue a eso de las 7 pm, después una cena y baile toda la noche. Durante la fiesta estuve departiendo con varias mujeres, pero ninguna sin llegarme a interesar ni ir más allá, todo parecía que iba a ser un matrimonio aburrido, como a las 5 am ya en casa de uno de los familiares de la novia, me acosté bastante prendido por el licor en una habitación con otras personas que no conocía antes, dormí unas 4 horas y como a las 9 am sucedió que desperté y lo primero que vi fue un culo redondito en frente mío, metido en una tanga de esas brasileras de color negro que me calentó de manera inmediata, disimuladamente entre abrí los ojos sin que esa mujer que estaba vistiéndose se diera cuenta que estaba despierto y pude contemplar una y otra vez ese hermoso culo. La descripción de aquella hembra que me estaba dando esa preciosa vista, unos 23 años, 1.60 aproximadamente, el pelo tinturado rojizo, de tez blanca, unos senos de tamaño y forma normal, un cuerpo magnifico y ese hermoso culo paradito, su cara no era muy atractiva, tal vez por eso, en la noche no me había fijado en ella, mi espectáculo terminó cuando esa mujer termino de vestirse poniéndose un jean ajustadito que marcaba perfectamente su culito y una camisita de esas pequeñitas que usan las mujeres en tierra caliente, bastante escotaditas que dejan ver las tetas en todo su esplendor, además la hembra llevaba una toalla en la cabeza. Luego de haber visto aquello me quede unos minutos más en la cama tratando de asimilar lo que había ocurrido y que se me bajara un poco la tremenda parola que tenía, así que decidí salir y percatarme de donde estaba, y pude notar que la parranda aún no había terminado, todavía habían borrachos tomándose las ultimas botellas de wiskhy, me senté donde pude y mi desayuno fue un trago por lo que quede de nuevo prendido, al rato salió de las habitaciones aquella mujer y yo no podía quitarme de la mente lo que antes había visto. La hembra se llama marcela y era amiga de la novia, busque la manera de acercármele y empezamos una de esas conversaciones normales de dos personas que acaban de conocerse, así siguió la mañana sin mayor novedad, solo que yo tenía una calentura que se acentuaba cada vez que hablaba o veía a marcela y recordaba su hermoso culo desnudo metido en aquella tanga negra. Como a eso del medio día y teniendo en cuenta que era 24 de diciembre, los que vivíamos en Bogotá teníamos que partir a buscar a nuestras familias para celebrar la fecha, afortunadamente para mí, y teniendo en cuenta que habíamos estado conversando, la novia me pidió el favor de llevar a marcela hasta Bogotá, pues ese día es difícil conseguir autobús, yo lógicamente accedí y pensé que era la mejor oportunidad que tenía de hacer mis fantasías realidad. Como a la 1 pm prendimos marcha hacía la capital, marcela, mi amigo que había venido conmigo y yo, obviamente la mujer adelante al lado mío y mi estorboso amigo en la parte de atrás del auto, llevábamos lentes de sol por lo que todo el tiempo miraba hacías sus tetas, las cuales debido al calor que hacía y a su escotada camisa se veían esplendidas, no les miento que todo el camino estuve con la verga parada y cada roce con marcela para mí era como un orgasmo. Hicimos un par de paradas a comprar esas cosas que uno le lleva a su familia de recuerdo y en una de ellas le pregunte a marcela que donde vivía en la ciudad, y para fortuna mía, era un barrio bastante cerca al mío, hacia el sur de Bogotá, por lo cual le dije que la podía acercar aún más, como a eso de las 3 pm entrando a Bogotá por la autopista Medellín me deshice de mi amigo quien vive hacía el norte y cogimos nuestro rumbo con marcela, por lo que estando ya solos inicie con la terapia respectiva, tenía que ganar tiempo por lo que le pedí que acompañara hasta la oficina a recoger un vino que tenía allí y debía llevar a la casa, obviamente la oficina estaba completamente sola púes era un 24 de diciembre y ella me pidió que la dejara utilizar el baño, subimos y allí le hice las primeras insinuaciones a lo que ella se resistió un poco. Ya en el automóvil le dije que me sentía un poco mal debido a la parranda y los efectos secundarios del licor y lo mejor era parar para tomarme, por lo que me estacione frente a un miniexpress y compre algunas bebidas frías, allí nos quedamos como media hora hablando y en mi desesperada calentura le confesé que la había visto en paños menores por la mañana a lo que ella respondió con algo de timidez y desconcierto al comienzo y después con risas lo que me tranquilizó y me dio confianza para seguir tirando el anzuelo, ya desinhibido le confesé lo caliente que estaba y que no podía sacarme su culo de mi mente y que todo el camino había estado fantaseando con sus senos y todo su cuerpo, acto seguido yo creo que ella se calentó al escuchar todo eso y aproveche para robarle un beso en la boca casi a la fuerza, ella que aún se resistía luego de varios intentos y de cursimente declararle mi amor a primera vista, accedió y nos prendimos en varios besos, yo sentía que mi verga se quería salir y no resistía más. Lo que había logrado era magnifico, como para irme a casa y exprimirme un tramando pajazo, pero lo que yo quería era más, así que prendí motores y tomamos rumbo hacia nuestras casas, igual el tiempo apremiaba y sabía que era una carrera loca contra reloj y que no nos debía coger la noche, en mi maquiavélica mente sabía que debía tomar una ruta que me condujera por el lugar apropiado, por lo cual crucé por un sector en el que hay bastantes residencias o moteles "Restrepo", durante el camino en cada semáforo donde debía detenerme, aprovechaba para calentar a marcela, por lo cual los besos ya se habían tornado más eróticos e iban acompañados de manoseos en los senos y en el culo, y en una ocasión le había tomado la mano a marcela para que frotara mi verga mientras conducía, yo estaba en la gloria y sabía que la perra era toda mía. Pero sorpresivamente cuando intente ingresar a una residencia de estas, marcela como es costumbre en la mujeres, decidió que no, que el tiempo no alcanzaba, que tenía que llegar a su casa, que nos acabábamos de conocer, etc., etc., bla, bla, bla., por lo cual toco abortar este plan y seguir por nuestro rumbo, yo pensé que ya no habían más moteles por el camino que nos quedaba, y que debía cambiar de plan inmediatamente, por lo cual en un campo desolado y cerca de unos apartamentos, decidí estacionar y presionar a mi acompañante, nos empezamos a besar apasionadamente, le saque sus brasieres y lamí sus senos, alcance a desabrochar su pantalón y rozar con mi mano su chocha muy humedad por cierto, ella estaba entregada y yo no podía más, pero algo inesperado sucedió, todavía era muy claro y se veía toda nuestra lujuria, así que desde un apartamento empezaron a gritar cosas, por lo cual tuvimos que abortar nuestra calentura y dar marcha nuevamente. A estas alturas la arrechera que nos invadía a juntos era enorme, cada vez que nos deteníamos y aún con el auto andando, nos besábamos y nos manoseábamos mutuamente, yo tenía mi pene fuera del pantalón y ella lo agarraba fuerte con sus manos yo trataba de meterle mis dedos en su vagina completamente húmeda, tanto que creo que ya se había venido, mi plan era llegar hasta un parque que tiene muchos árboles y es muy desolado, su pantalón estaba en las rodillas y mis dedos ya recorrían sus entrañas, esto era muy emocionante porque la gente de los otros vehículos podría vernos, al fin llegamos hasta nuestro parque, estacione el auto en el sitio más desolado y enseguida me lanzó sobre marcela con mis pies y con mis manos, termine de sacar su pantalón, note que la silla estaba empapada, esta mujer estaba disfrutando más que yo, mi verga que estaba afuera trataba locamente de penetrar la chocha de marcela, con una pequeña ayuda y bajando lo más que pude mi pantalón, logre empacársela toda, este fue el momento que todo el día estaba deseando y por fin lo estaba logrando, estaba en el cielo y no quería bajar de allí, lo que siguió fue una culiada como de media hora, yo aguantaba lo más que podía la descargada, le lamia sus senos y le mordía sus pezones queriéndoselos arrancar, la embestía y en poco tiempo los vidrios estaban completamente empañados, la incomodad del vehículo y el hecho que llevaba bastante tiempo y no sentía ni una mosca en el lugar, me indujeron a que abriera la puerta, me bajara y colocara a marcela en cuatro patas, introduciendo aún mejor mi verga que parecía que creciera más y más, ahora sí podía disfrutar de ese hermoso culo que me había despertado aquella mañana y me sentía morir, marcela ya se había corrido no sé cuántas veces y estaba completamente mojada, gotas de su semen le escurrían por sus piernas blancas, yo recogía lo que podía y se las untaba en su agujero negro, el cual me dispuse a perforar con mis dedos, creo que marcela nunca había sido culiada por su orto porque era muy estrecho, con todo su liquido la lubricaba hasta que pude meter un dedo, lo metía y lo sacaba al mismo tiempo que le metía y sacaba y mi verga de su chocho, ella seguía gimiendo y gozando y creo que se venía porque no dejaba de chorrear, hasta en el piso caían sus gotas. Así duramos un buen rato hasta que se me cansaron las piernas, entonces me volví a meter en el auto y me recosté boca arriba, colocándose ella encima mío, enterrándose toda mi verga en su chocha, se movía desaforadamente y se corría ahora más rápido que antes, mojándome todo mi vientre, cada vez que entrega y salía mi verga de su vagina, sonaba el charco que ya tenía encima mío, se golpeaba contra el techo del auto pero no le importaba, yo creo que tuvo como cuatro orgasmos más y me decía que nunca había estado tan rico que ya no podía más que quería que me viniera ya, por lo cual entendí que era el momento que debía acabar así que empezó a embestirla yo mismo desde abajo como estaba, ella alzo su culo lo más que pudo, creo que alcanzaba a tocar el techo, yo me impulsaba con mis piernas las cuales estaban encima del tablero y contra el panorámico del vehículo y así le daba con tanta fuerza que sus flujos me salpicaban la cara, era la culiada más deliciosa que había tenido y cuando me vine lo hice completamente adentro, quedándonos un rato en esa posición y sintiendo nuestros cuerpos estremecer. Nos quedamos como 20 minutos más desnudos como estábamos, mirándonos como sin creer lo que había pasado y magnifico que había sido, nos besábamos tiernamente y nos juramos repetir por siempre nuestra magnifica culiada. Después nos acomodamos, nos vestimos y nos fuimos, eran como las 7 de la noche, yo la deje en su casa y me devolví hasta la mía, esa noche me dormí antes de que fuera media noche, pues mi regalo de navidad ya lo había tenido y había sido el mejor.


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