Nada es más puro y bello que el amor entre hombres, nada supera el placer cuando dos vergas se tocan. . Somos 3 en la cama. El amor entre hombres es lo más puro y que perfecto que existe, solo entre hombres sabemos reconocer el placer, morbo y gusto que da el cuerpo, sabemos apreciar nuestras texturas, nuestros olores, nuestros puntos de placer, entre hombres se genera la confianza de experimentar, de probar, de darnos placer, entre hombres podemos hacer mil cosas que una mujer no puede, ya que limitadas por su carencia de pene, no tienen la dicha de saber lo que es tener verga y testículos. Al inicio solo era yo, Danny, cuando cursaba el tercer semestre de la escuela normal para maestros, era un momento muy padre en mi vida, disfrutaba la escuela, mis amigos, estaba orgulloso de mi cuerpo y de mi miembro, me gustaba masturbarme a cada rato, aprovechaba a tocarme en parques, transportes públicos, mi cuarto obviamente, baños, ese gusto de dejar mi semilla en cualquier superficie, andar con la mano oliendo a verga, saludar amigos y con la mano oliendo a huevos, era un placer, era un gusto saber que el otro cabrón también había tocado sus genitales y compartir olores. Un fin de semana salí con mis compas a postear y en un bar conocí a un hombre muy guapo, se veía algo afeminado, pero con un perfil muy sexy, su nombre era Alonso, uno de sus amigos conocía a uno de los míos y se unió a la mesa, desde que se sentó al lado mío comenzó la tensión sexual, ese sentir que te nervia, te hace vibrar los huevos, te para la verga y te hace lubricar, ver sus facciones y su sonrisa, ese cuello que daban ganas de comer, esos labios que se mordía al verme, unos ojitos que me decían lo caliente que estaba, pero que él mismo se controlaba. Poco a poco nuestras piernas se rozaban, comencé a acercarme y a dirigir su rodilla a mi entrepierna, posé mi mano en su hombro y comencé a bajarla por su espalda, nos empezamos a acercar, colocó su mano en mi pierna y la quería llevar a mi carpa, no pude más y le planté un beso y nos comimos, era el vaso más delicioso que había probado, sus labios carnosos, esas nalguitas ricas, este hombre debía ser mío, me levanté y lo tomé de la mano y lo dirigi al baño, lo metí a un cubículo y seguimos besándonos y tocándonos, se escuchaba el sonido de los hombres meando, otros hombres gimiendo y algún otro jalandose la verga, pero ese cubículo era nuestro nido de amor lo voltee recargado a la pared y comencé a abrazarlo de espaldas, le hice sentir mi erección colocando mi bulto en sus carnosas nalgas, le comí el cuello, toque su torso, bajé a su verga y sentí su bulto, marcaba una pequeña erección. Desabroché su cinturón y baje el pantalón, me encontré con un rico suspensorio que destacaba sus nalgotas, no dudé en agacharme y tener esas nalgas masculinas a la altura de mi cara, las abrí y Vi ese hermoso ano adornado de algunos vellos morenos, que me decían que mamara, y así hice, lamí ese ano, eres delicioso ano, era lo más rico que había probado, comí culo, lamí, mamé, el tiempo se fue, pero yo solo podía mamar culo, Alonso gemía y gemía, yo no dejaba de mamar, quería meter mi lengua entera, mi cabeza en ese agujero, mientras mamaba le tocaba la verguita, estaba empapado y yo también, cambié de posición, bajé mi pantalón y saqué mi fiel verga, se la presumí a mi amante, me senté en la taza de baño, abrí las piernas y bajé a Alonso a que me besara los genitales. Era la imagen más bella, un hombre guapo, moreno claro, con barba y bigote bien cuidados, esa carita de ángel con mi pene de 17 cm todo venudo, rojo, húmedo, se veía hermoso ese contraste, comenzó a oler, a probar de manera tímida, yo quería que mamara rápido, pero tomó su tiempo de conocer, olió mis huevos, mis pelos, era un momento muy caliente, esa pausa me causaba más y más excitación, la verga le llenaba gran parte de la cara, y por fin lo hizo, introdujo mi pene en su boca y uffff, solo pude gemir, el mejor mamador que había sentido, un placer un gusto, estaba en el cielo de los maricones disfrutando las mamadas de este cabrón, siguió así hasta que no pude más y sin esperar me vine, lo llené de mi esperma, llené su cara, su boca, mi camisa y la suya. Grité de placer y él recolectó mi semilla con la boca, este cabrón ya era mío. Ví su pequeña verga roja, media apenas unos 12 cm, lo senté en mi rodilla cuál niño pequeño y mientras nos besábamos tomé parte de mi semen ylo usé como lubricante para masturbar lo, metí mi mano izquierda por debajo de su entrepierna para acariciar su entrada anal y con la derecha mezclaba mi esperma con su precum masturbándolo, mi Alonso gemía mientras le decía que era mi hombre, mi machito, que tenía un ano de rey, un ano húmedo y sudado que sabía a gloria que mañana como gran puta y que era digno de tragar mi esperma. Mientras más le hablaba más se excitaba y movía mi mano más rápido hasta que mi dulce hombre gimió y también eyaculó gran cantidad de leche viril, tomé con mi mano y la metí en mi boca para después compartirla con la suya, nos dimos un rico beso blanco, nuestras lenguas jugaban, el esperma recorría una boca y la otra, fue un momento de gloria tan perfecto que al día de hoy sin recordamos, nos levantamos de la taza y ambos apuntamos nuestros penes para mear, meamos chorros de orina mientras seguíamos besándonos, al terminar sacudimos los penes y nos dimos besos de pito, juntamos los glandes mojados para que se besaran, nos gustan los besos de pito. Así nos conocimos, desde ese día se ha vuelto uno de mis grandes amores, el otro amor lo conocimos después… Danny J