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2023-09-21
UNA RICA EXPERIENCIA EL SEXO CON CERDAS SE LOS RECOMIENDO PERO TENGAN CUIDADO CUANDO ESTAN EN CELO .
Siempre me la pazo en busca de hembras en celo perras yeguas y muchas mas pero queria experimentar con una cerda y pense donde la podia encontrar asi que recorde que en caza de mis padres crian muchos cerdos los visite solo para ver cual hembra seria mia llege alos chiqueros abian un cerdo durot enorme 3cerdas enormes hechadas con tetas grandes dando de lacar y 13 hermbras jóvenes y 2 cerdas enormes separadas las mire todas tenían vajinas rosadas y unas cuantas negras pense en las 13 virgenes las perversiones que les aria entonces busque la forma de quedarme solo en la caza espere que nadie regrese y me dirigí alos chiqueros pensando en todas esas hembras llegue y fui directo donde las cerdas jóvenes les empecé a tocar las vulvas a todas estava disfrutamdo tocando a todas viendo cual me comeria todas muy ricas pero un no permitian que me aserque mucho empecé a masturbarme queria penetrat a cualquiera pero no se dejaban el corral era grande y corrian asia los rincones no podia me desespere estava muy exitado solo queria tener sexo con alguna pero al no poder atrapar ninguna me pase para el corral de las madres pero estaban hechadas lactando las manose un poco le meti los dedos estaba caliente suave y carnozo intente penetrarla pero no pude quize el suelo estava muy sucio y la posición hechada de la cerda no permitia solo podia tosarla desesperado me pase al otro chiquero dos cerdas enormes que estaban esperando al macho que las monte una de las cerdas se frotaba la espalda contra la pared empeze manosear le heche saliva y meti mis dedos era una vagina enorme ya abia tenido crías y mas el celo la tenia muy roja un poco abierta pero jugoza y muy carnosa desesperado dirigí mi pene a esa vulva la cerda la puse en la entrada y disfrute como poco a poco se undia toda en esa enorme cerda la cerda empezo a das pequeños somidos pujando y haciendo movientos asia atras y adelante estava realmemte humedo y suave empecé a moverme me heche en su espalda la tome de sus tetas colgadas aprete y empecé a embestirla mi pene se perdía en esa enorme cerda ella lo disfrutava la cerda empujaba mucho asia atras y yo tambien la empujaba pero por ella ponia todo su peso asia atras mi pene estava afondo abrazado montado sobre ella epezo a arinar sentia en mis webos lo CALIENTE que salia pero por la posicion en que estabamos solo choreaba al suelo me exito mucho que mientras orinaba yo seguia dandole duro y ella no se detenia a pesar que la ebestia muy duro la cerda me estava lavando el pene y las bolas con su arina segui penetrando asta que poco a poco dejo de fluir el orine asi que segui clavando mi pene ella seguia poniendo todo su pezo asia atras y frotaba su vulva contra mi pene si dejaba de penetrar y empujar la cerda se caeria asia atrás sentada mi pene erecto y duro me ayudaba a contener tremendo peso me ayudaba con las mamos para lebantarle el rabo podia mas el pezo de la cerda era mucho que me tuve que arrodillar y hechar mi cuerpo asia atras la cerda se sento sobre mis rodilla estaba.muy incómodo pero seguia dentro de la cerda etuvimos asi sin moverme un RATO asta que la cerda se refalo de mis piernas y se sento ya en el suelo no abia podido contener ese peso asi que pense en apoyarme de la pared levante a la cerda la posicione bien yo entre la cerda y la pared empecé a meterle los dedos saliva y la penetre la cerda al instante empezo a empujar la tome por la cintura y aguante retrocedimos asta que me arincono y toque la pared me apoye la espalda en la pared y estava hay atrapado entre la carda y la pared empeze a apretarle la vagina a frotarle los labios de su vulva carnosa ello solo empujaba dando pequeños gemidos estava disfrutando y ella seguia.presionenadome contra la pared la serda era enorme y era mucha presion que sentia en el vientre ella empujaba y soltaba las patas de atras sonteniendo su peso en mi pene y em la pared estava atrapado entre la cerda y la pared presionado del pene por ese enorme animal seguia Disfrutando de sus empujones con mi fuerza la.empujaba asia adelante y apenas la soltava ella.sola empujaba asia atras clavandose ella.misma mi.pene en su vagina y la.cerda se.acomoda y empieza a arinar nuevamente senti como.fluia por su vajina y caia al.suelo por mis bolas aproveche que arinaba para embestirla duro empezaba a salpicar por los movimientos termino de orinar y nuevamente me presiono contra la pared daba unos pasos asi adelante y me embestia con el culo pidiendo.que.la.clave mas no.pude mas la abraze y ayacule ella me presiono contra la pared y me quede ayaculando sentia el.pezo de.la.cerda presionando para que le.deje el semem mas al.fondo termine de ayacular.por.completo y la.solte ella se resbalo y callo sentada y satisfecha .
Autor: MAYOR.PERRO Categoría: Zoofilia
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Mi nene, mi verdadero amor
2023-09-21
Siempre he querido a mi hijo más que a nadie, y en este relato hablo de cómo me ha ayudado en mis momentos más calientes. Es un chico que nunca se queja, y siempre querrá a su papá como su novio.
Hola, me llamo Ramón; y mi hijo, la personita más importante del mundo para mí, es Dieguito.
Yo cumplí los 28 hace poco, tengo un cuerpo normalillo y hago ejercicio regularmente, pero no creo ser nada especial. Lo que sí es especial es mi bebín: Dieguito acaba de cumplir los 3 en septiembre y me acaba de sacar la leche por primera vez, todo por su cuenta.
Vamos a remontarnos un poco atrás… yo tuve a mi hijo cuando estaba en un matrimonio destinado a fallar. Quizás por mi atracción a los peques, quizás porque mi ex-mujer era una bruja. Pero al fin y al cabo, tuve que divorciarme de ella: le dije que estaba viendo a otra mujer cuando me preguntó que por qué ya no la encontraba sexy tras haber parido a mi precioso hijo. La realidad era que todas mis pajas las terminaba en el cuerpito de mi bebé, y poca energía tenía ya para follarme a una mujer adulta.
Desde que nació, Dieguito fue un guarro. Obviamente, yo estaba preparado como papá para cuidarlo, cambiarlo, darle de comer, de todo. Pero a Dieguito le gustaba muchísimo cuando yo lo cambiaba, en concreto. Cada vez que subía arriba sus piernitas para lavarle el anito, me miraba como con deseo. De vez en cuando, cuando lo estaba cambiando, se hacía pis mirándome y riéndose. Más de una vez, desnudito y sin taparse para nada, se tocaba el pequeñito pene de bebé que tenía mientras que me rozaba el bulto con sus pies. Entre todas estas cosas, era bastante difícil centrarme en cambiarle de pañal cuando me ponía el rabo durísimo y babeando presemen.
Para aclarar, aunque yo diga que soy poca cosa, mi polla es bastante grande. Quizás es de unos 18cm, con un buen prepucio, y soy bastante peludo.
Tras parir a mi hijo, mi ex-mujer empezó a distanciarse de mí tambien. Buscó trabajo, y dijo que como era yo quien quería tener un hijo, ahora me tocaba a mí cuidarlo. Obvio que esto no me supuso ningún problema, y ella no sabía las intenciones que tenía con ese bebé:
Un día normal y corriente en el que mamá iba al trabajo era así: yo me despertaba temprano, con una erección enorme. Al despertar, sabía que mi bebé (que dormía en la misma habitación, en su cuna) iba a necesitar su leche cuando despertara, así que me ponía a trabajar duro y masturbarme fuertemente para echar la leche de su papá en el biberón del bebé. Cuando me masturbo así, suelo hacer bastante ruído, así que normalmente despertaba a mi hijo en el proceso. Mi hijo a veces me miraba masturbarme sonriendo, a veces llorando ya que lo había despertado bruscamente con mis gruñidos de papá, pero igualmente yo dejaba que me mirara masturbándome porque así sabía mi Dieguito que le iba a hacer su lechita. Una vez que terminaba de pajearme pensando en cómo mi bebé me la iba a mamar, le daba el biberón a mi niño completamente desnudo (me siento más cómodo andando sin ropa igualmente, pero me gusta tambien la idea de que mi hijo no le tenga miedo al desnudo masculino y que se sienta orgulloso de sus partes más privadas, como su papá).
A mi bebé le encantaba tragarse su lechita mezclada con la de su papá. Cada mañana era algo que me encantaba compartir a mí también con mi bebé. Cosa que es natural, a todos los padres nos encanta compartir esos momentos especiales con nuestros hijos. Pero más especial es mi bebé.
Tras tomarse su lechita, yo dedicaba el día a ver porno en la tele. La verdad, es que me encanta el porno gay raro, y una vez que mi ex no estaba en casa, no me sentía cómodo sin porno gay en la tele. Sabiendo que mi hijo me rozaba con sus pies y sus manitas toda mi polla de hombre, yo sabía también que mi hijo iba a ser puto. Especialmente porque me encanta jugar con mi hijo.
De vez en cuando, ver tanto porno en la tele hacía que me sintiera un poco demasiado cachondo, la verdad, eso lo tengo que admitir. Todos sabemos esos momentos donde hemos estado mirando muchísimo porno diferente y nos va lo más raro, lo más asqueroso y horrible, a veces. En este caso, me encantaba ver vídeos de hombres con pañales, igual que los de mi bebecito. Eran tan bonitos esos vídeos. A veces se meaban y cagaban encima, me encantaba. Un vídeo en particular me dio una idea preciosa para hacer con mi Dieguito.
En este vídeo que me volvía loco, un señor mayor sostenía abierto el pañal de un chico más jóven, de unos 18 años. Eso me ponía a mil, pero lo que más me gustó fue pensar que yo tenía algo incluso más verdadero. Mi bebé se acababa de mear encima, por la humedad que detecté, pero entre lo cachondo que estaba y ese vídeo de la tele, decidí no cambiarlo esta vez. En su lugar, decidí mearle dentro del pañal, igual que esos actores porno. Mi hijo no lo entendería, pero ese día le meé dentro y mezclé mi meada con la suya.
Ver cómo mi pis entraba en su pañal y lo llenaba incluso más hizo que mi polla engordara un montón. En un par de segundos, mi pene estaba a mil, y mi bebé lo estaba mirando curiosísimo. Con esa erección enorme que tenía, no pude hacer otra cosa que enseñarle la erección de papá. Primero le acerqué mi pene adulto a su carita enana, mi erección quizás era más grande que su cabeza entera. Le toqué con mi babosa erección en sus mejillas, dejándolas babosillas también, cosa que me puso incluso más duro. Mi niño, tan precioso, solo me miraba sonriendo. Parecía encantarle las babas de la polla de su papá, y los meados dentro de su pañal: parecía que se lo estaba pasando genial.
Ya intuía que mi niño era putito, pero ese día lo puse a prueba. Mi erección babosa se plantó en la boca abierta de mi bebé de un par de meses. Aunque lloró un poco (nadie es perfecto), en nada de tiempo le metí el semen de su padre en su boquita. Literalmente, fue un par de segundos porque mi hijo me estaba poniendo súper cachondo. Esa fue la primera de muchísimas veces que mi bebé se tragó mi semen directamente, sin beberlo de la botella como estaba acostumbrado antes.
Hoy en día, mi nene está más que acostumbrado a tragarse mi lefa y a tener mi polla en su culito. Como regalo de cumpleaños para sus 3 añitos, lo puse un poco a prueba. Hasta ahora, cada vez que me he masturbado, ha sido con mi hijito, pero nunca me había hecho correrme desde principio a fin.
Como es un hombrecito de 3 años y va a empezar a ir a la escuela, yo creo que era necesario que sepa cómo masturbar y hacer que un hombre se corra, que tenga una buena experiencia. Así que le dije a mi Dieguito: hoy vamos a hacerte un buen hombrecito.
Tras desayunar, y obviamente desnudos (como andamos por casa normalmente), me senté en el sofá con mi semi erección fuera. Llamé a Dieguito, que estaba jugando con sus juguetes (tiene dildos pequeños, bolas chinas y tal, adecuado para su edad y tamaño de su anito), y le dije: venga, ahora me vas a sacar la lechecita tú.
Mi hijo acudió rápidamente y con muchas ganas. Él seguía llevando sus pañales, no me gusta la idea de que desaproveche meados ni mierda, así que no le he enseñado a usar el baño. Mi hijito se acurrucó en mi entrepierna y empezó a jugar con mi pene, que creció inmediatamente. Tras este par de años, no me corro tan fácilmente como aquella primera vez cuando juego con mi hijo, me gusta que dure y no me preocupa que me pille nadie ya que vivimos solos él y yo, de modo que yo sabía que iba a ser un poco difícil que mi hijo me sacara la leche.
Para mi sorpresa, mi Dieguito me conocía mejor de lo que me pensaba. Cuando vio que mi pene estaba duro a más no poder, empezó a restregar su pañal lleno en mi erección. Buah! Es que no me lo imaginaba, mi nene conoce bien los vídeos porno que pongo en la tele. Los había estudiado bien, así que incluso con 3 años supo que me iba a poner a mil si se quitaba su pañalcito encima de mí, lleno con su mierda y meados.
Mi hijo utilizó su pañal usado y sucio para hacerme una paja con mamada! No daba crédito, mi hijo era completamente natural en el terreno de las mamadas, y no solo eso, mamadas con mierda. El olor de la caca y pis de mi hijo llenó la habitación, y me intoxicó, haciendo que mi pene echara muchísimo líquido preseminal. La carita de mi hijo se iluminaba mientras que mis ojos se ponían en blanco, mi hijito me tenía a mí y a la erección de su papá a su merced.
Acto seguido, mi hijo se levanto encima de mí y empezó a rozar mi polla llena de su mierda con su ojete. El ojete de mi hijo no lo solía tocar yo nunca, aunque de vez en cuando sí lo rozaba y me corría ahí, pero nunca dentro por si acaso algún pediatra veía algo raro. Pero por su cumple no me podía negar hoy, mi hijo estaba hambriento por el pene de su papá: y cuando mi hijo necesita algo yo se lo tenía que dar.
La carita de mi hijo me decía «métemela, papá» y así tuve que hacer. Con la mierda en mi polla y la mierda dentro de mi hijo, en realidad fue fácil metérsela hasta la mitad, aunque mi bebé solo tuviera 3 años recién cumplidos. Pero aquí yo estaba dándole su regalito de cumpleaños: la primera corrida dentro de su anito: ver lo cachondísimo que estaba mi niño con su penecito diminuto arribita hizo que empujara mi pene dentro del ano lleno de mierda de mi hijo: tras un par de veces, con mi sudor, meados de mi nene y su mierda, por fin me corrí dentro de mi bebé!
Así que así estamos: mi hijo me acaba de sacar la leche por primera vez con su ano lleno de mierda, y no puedo estar más orgulloso. En un ratito nos iremos a la ducha/bañera para limpiarnos y nos iremos al pueblo para comprarle un heladito, que se lo merece. Es la putita más bonita del barrio, eso segurísimo.
Autor: P3RVERTIDO Categoría: Tabú
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Mi Cuñada III
2023-09-21
La relación con Emily y con la Ale se normalizó al punto de que la Ale pasó a ser mi hermana chica. .
Con Emily nos encontrábamos todos los días los jardines de la universidad. Compartíamos una bebida y algo para comer. Fue la única vez que pude compartir una bebida con migas flotantes sin que me diera asco. Como nos besábamos entre sorbo y sorbo, que importaban las migas en la botella.
Podíamos haber comprado una bebida para cada uno y un sándwich para cada uno. Pero la gracia estaba y darle un mordisco al mismo sándwich y un sorbo de bebida de la misma botella.
Después nos juntábamos para almorzar. Obviamente que cada uno con su plato. Esto era siempre que se podía.
Después de la universidad nos despedíamos hasta el otro día. El fin de semana iba a verla o ella venía a mi casa, ya que éso me acomodaba más. Podíamos ir a mi dormitorio y hacer el amor y mi hermana hacía de pantalla. En su casa no se podía porque la Ale no nos dejaba sólos. Si íbamos al Mall, teníamos que ir con ella, no es que me molestara, me gustaba salir con las dos. Pero la Ale me tomaba de la mano y no me soltaba más. Andaba tomados de las manos de las dos y las dos eran hermosas. La Ale era más alta y delgada que la Emily, no es que Emily fuera gorda, estaba bien proporcionada y bien distribuida. En cambio la Ale tenía poco busto, no muy ancha de caderas, un trasero no muy grande pero redondo y levantado, hermosas piernas largas bien torneadas y unas faldas cortas. Siempre que usaba faldas, eran cortas, le gustaba lucir sus piernas.
Si íbamos al cine, ella sentada a mi lado tomaba mi mano y se la ponía entre sus piernas, mientras yo abrazaba y besaba a la Emily. Después del Mall y/o del cine, las iba a dejar. La Ale como siempre, sentada atrás, al medio, con sus piernas entreabiertos y sus calzones blancos. Cuando se bajaba me daba un beso en la mejilla, pero como yo volvía la cabeza hacia atrás, ella aprovechaba de besarme en los labios. Seguramente Emily se dio cuenta alguna vez, pero nunca da dijo nada. Eramos un trío pero sin tener sexo. No con la Ale, por lo menos.
– Oye! – me dijo mi hermana cuando la conoció.
– Esa chica está realmente enamorada de ti! No pasa nada con ella? –
– No, aparte de algunos besos robados, no pasa nada.
– Besos como éstos? – dijo mi hermana tomando mi cara y besándome en los labios.
– Si, algo así, sólo que tus besos no son robados, mis labios son tuyos –
– Ya? Y lo sabe Emily? –
– No, no lo sabe – dije sonriendo.
– Entonces son robados –
– Si, tienes razón, un día le voy a contar para que dejen de ser robados – dije.
– Cuando? –
– No lo sé, tengo que buscar la ocasión –
– Emily – le dije un día tomándole una mano. Estábamos en el patio de la universidad.
– Tengo que contarte algo – dije rascándome la cabeza.
– De qué se trata ? –
– Mira, con mi hermana tenemos una cercanía muy estrecha. No sé cómo explicarlo… –
– No, no tienes nada que explicar – dijo interrumpiéndome
– Ya lo sé, ella me lo contó y lo entiendo, no me molesta. Como tampoco me molestan los besos que te da la Ale –
– De verdad no te molesta? –
– No, lo que me molesta es que no me lo dijiste antes –
– A la Ale le pregunté y me reconoció que te besaba en la boca y que estaba enamorada de ti. Que le iba a decir, que mientras fueran sólo besos no me importaría –
– En serio no te importa que la Ale me bese ? –
– No, mientras besos de saludo y despedida. Se lo expliqué a la Ale, yo sé que a ella le gustaría comerte a besos, pero éso me corresponde a mí – me dijo muy seria mirándome a los ojos.
Le agradecí a la Emily su comprensión y me sacó un peso de encima. Con mi hermana no había ningún problema porque nuestros besos eran cuando estábamos solos y era normales, salvo cuando ella quería hacer el amor.
Con la Ale, claro que como tenía la autorización de Emily, me besaba como saludo y despedida en la boca delante de su hermana que era mi novia. Emily entendía que lo de la Ale era un capricho pasajero y no le daba importancia.
Por fin terminé la carrera y un trabajo me estaba esperando. Dejamos de vernos en la universidad, obviamente. Pero después de unos meses de estabilidad económica, comencé a ahorrar gran parte de mi sueldo para el casamiento. Como mi suegro y mi papá también aportaron, me alcanzó para arrendar un apartamento y comprar algunos muebles.
– Tengo que mostrarte algo, pero que no sepa la Ale –
– Qué cosa ? –
Sin decir nada más la llevé al departamento que había arrendado. Tenía pocos muebles, pero la cama para mí era lo principal, la mejor cama que encontré.
– Y éste departamento? –
– Aquí vamos a vivir después de que nos casemos – faltaba un mes para el casamiento pero ya estaba todo listo. Cuando vio la cama se tiró de un salto, también me tiré y comenzamos a besarnos y a sacarnos la ropa. Iba a ser nuestra primera cogida en nuestra cama y nuestro departamento. Nos besamos apasionadamente.
– Quiero chupártelo! – me dijo dándose vuelta, se lo metió todo a la boca y comenzó a succionar como si quisiera sacarme el alma por mi miembro y casi lo logra. Le besaba los labios, jugueteaba con su clitoris y la penetraba con la lengua.
– Lo quiero adentro, lo quiero adentro y lo quiero todo… – dijo dándose vuelta, metiendo mi pene en su vagina y cabalgando desesperadamente emitiendo todo tipo de ruidos. En el departamento casi vacío, retumbaban los quejidos, el chocar de sus nalga contra mi y el sonido que hacía el entrar y salir mi miembro de su jugosa vagina.
Después de la ducha recorrimos el departamento juntos, los dormitorios y el baño. Encargamos una pizza y salimos al balcón a mirar la panorámica.
– Estamos desnudos – dijo ella.
– Nadie nos ve – le dije. Cuando llegó la pizza me puse calzoncillos para recibirla, Emily estaba desnuda en la cocina, no quiso recibir la pizza, sólo se reía.
– Me gusta andar desnuda, siempre pensé que algún día tendría mi casa para poder hacerlo – me dijo después de la pizza. Nos fuimos al dormitorio y volvimos a coger y con más ganas.
Sigue…
Autor: RISEVA Categoría: Incesto
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Como aprendí a viajar de gratis en autobús, y a usar el internet en el cibercafé del pueblo….
2023-09-21
Una mujer algo madura, cuando quiere ir a visitar a sus hijos a la ciudad solo le basta ponerse de acuerdo con alguno de los choferes de los autobuses, cuando no es que se pone de acuerdo con el encargado del cibercafe para que le deje usar las computadoras a cambio de acostarse con él..
Como aprendí a viajar de gratis en autobús, y a usar el internet en el cibercafé del pueblo….
Soy casada, madre de dos hijas y un hijo, que desde hace años no viven con nosotros, cincuentona, blanca, alta, de cabello negro, aunque reconozco que me lo pinto con regularidad para tapar las canas.
Tengo unos siete kilos de más, según me dijo mi ginecólogo, que, sin falsa modestia, entiendo me sientan muy bien, ya que, gracias a mis caderas, como a mis senos, a mis años, aun le llamo la atención a más de un hombre.
Vivo en una finca en un muy apartado pueblo, con mi esposo quien, aunque trabaja como un burro, siempre estamos faltos de dinero.
Razón por la que cuando me encontraba, un poco más joven, en más de una ocasión le fui infiel poniéndole los cuernos, con más de un hombre y hasta me llegué a ir de la casa, con uno de ellos.
Para luego de casi un año después regresé preñada, y mi esposo me aceptó nuevamente, sin que me decirme nada.
Así que cuando le dije que deseaba ver a nuestros hijos y nietos, el muy queriéndose hacer el gracioso, sacó una foto de las navidades pasadas, y mostrándomelas dijo, ya los vistes.
Era su manera de decirme que no podía darme nada de dinero, para que yo hiciera el viaje a donde viven mis hijos.
Ya sabía yo que él no me daría el dinero, así que tomé algo de mis ahorros, mi pequeña maleta y le pedí que me llevara en el camión hasta el pueblo, después de despedirme con un simple adiós, desde la plaza me fui a pie hasta la terminal de los autobuses, sin decirle más nada.
Apenas entré al terminal de autobuses, un grupo de hombres entre ellos algunos mucho más jóvenes que yo, a pesar de mi edad, comenzaron a tirarme uno que otro piropo, algunos tan atrevidos, que me hicieron sentir vergüenza, a los que, desde luego, no les presté mayor atención.
Pero cuando llegué a la ventanilla, mi intención era comprar el pasaje directo, pero la verdad es que calculé mal y no tenía el dinero suficiente.
Así que casi llorando le pedí al despachador que me vendiera un pasaje, le dije que iba a ver a mis hijas e hijo, hasta inventé que mi madre estaba enferma, le dije que para cuando regresara le pagaría el resto, y nada que el condenado no me quiso vender el pasaje.
A todas estas mientras yo estuve tratando de comprar el pasaje de autobús, uno de los tipos que me había dicho los piropos, un hombre como de unos sesenta años, alto, corpulento, con facciones de indio y piel morena.
Se paró al lado de la ventanilla y escuchó todo lo que yo le decía al vendedor, así que se dio cuenta de mi problema.
Ya estaba yo por marcharme a casa, cuando el tipo ese, se me acercó y me dijo en voz baja, como si me conociera. “Señora, si usted quiere yo puedo hacerle el favor de ayudarla.”
Sus palabras hicieron que me detuviera en el acto y me le quedé viéndolo de pies a cabeza, ya estaba por mandarlo al carajo, cuando continuó diciéndome en voz baja, yo soy el chofer del autobús que sale dentro de un par de horas para la ciudad.”
Por su manera de mirarme, además del tono que usó para hablarme y de decirme eso, supe que el tipo quería algo más, que dinero a cambio de ese supuesto favor.
Aunque sin sonreírme tan siquiera, le pregunté, ¿Y cómo me puede ayudar? De inmediato tomándome por el brazo, me dijo. “Caminemos hasta el cafetín y le explico.”
Ya fuera del terminal, el tipo sin pelos en la lengua me dijo. “Mire usted se acuesta conmigo, y yo le aseguro que para mañana a esta hora se encuentra con su familia, sin tener que pagar nada.”
De no ser, que realmente deseaba ver a mis hijas, a mi hijo y a mis nietos, lo hubiera dejado sentado de culo, de la cachetada, que tuve ganas de darle.
Pero como no tenía otra alternativa, me detuve y sin pensarlo mucho le pregunté. “¿Dónde y cuándo?”
Al chofer del autobús, se le abrieron tanto los ojos, que parecía que se le fueran a salir de sus cuencas, de inmediato él me respondió. “En el bus y ahora antes de que me den la orden de salir.”
Yo me le quedé viendo, y antes de dar otro paso, sacó del bolsillo de su camisa, un pase de abordaje, el que, agarrándolo, y después de ver la fecha y destino, lo guardé entre mis senos rápidamente, al tiempo que comenzamos a caminar al garaje de la estación.
Una vez que llegamos al garaje, entramos al autobús, me dijo cerrando con llave el portón que habíamos pasado. “No se preocupe, que nadie entra aquí a menos que sea uno de los choferes, y el único bus es el mío.”
Yo me sentí bien confiada con sus palabras, y después que entramos en el autobús, me señaló mi asiento, justo de tras de él, me dijo. “Bueno quítese toda la ropa.”
Realmente solo pensaba bajarme las pantaletas y subirme la falda del vestido, pero continuó diciéndome. “Tenemos más de una hora antes de que me den la orden de salir, así que no se preocupe. Que lo vamos a pasar muy bien los dos aquí solitos.”
Después de escucharlo decir eso, sin vergüenza alguna, me comencé a desnudar, y mucho antes de que yo terminara de hacerlo, ya él se había quitado toda su ropa, menos las medias y zapatos.
No bien terminé de quitarme el sostén y las pantaletas, que él se me fue encima, comenzó a besarme y acariciar todo mi cuerpo, en medio del pasillo del autobús.
En cosa de segundos vi como su adormilado miembro se fue parando, una de sus manos se clavó sobre mi coño, y con sus dedos continuó agarrándomelo e introduciéndolos, hasta que me agarró mi clítoris.
Eso nada más bastó, para que yo me dejase caer sobre los acojinados asientos, quedándome con mis piernas bien abiertas.
El chofer agarró su verga y la dirigió directamente a mi peludo coño, al tiempo que continuaba besándome, colocando su cuerpo sobre el mío, sentí como me iba entrando toda su verga, y en cosa de pocos segundos yo ya estaba toda húmeda por dentro.
Nada más de pensar que le estaba volviendo a ser infiel a mi marido, me calentó mucho más, y en medio de todo hasta pensé en algún día darle las gracias, por ser así.
Así que comenzamos a movernos, y por un buen rato teniéndolo de frente, mientras que me besaba y acariciaba mis tetas, me dijo. “Ahora dese la vuelta.”
Eso me asustó, porque hacía mucho tiempo, que nadie me daba por el culo, pero el viaje bien valía la pena, así que, sin oponerme para nada, después de que sacó su verga de mi coño, me coloque de espaldas a él ofreciéndole mis nalgas, y separando algo mis piernas.
Cuando volví a sentir su parada y caliente verga, nuevamente dentro de mi coño, a medida que yo movía mis caderas, él no dejaba de meter y sacar su verga, una y otra vez, agarrándome las tetas, y presionándome contra su cuerpo, diciéndome que yo estaba bien buena y rica, que me movía mejor que una de quince.
Hasta que sentí que sus movimientos se hicieron más rápidos y fuertes sus embestidas contra mi cuerpo y mi coño, para finalmente detenerse, para sacar su verga de mi coño, y bañar mis nalgas con su leche.
Una vez que sentí que él había sacado su verga de mi coño, y que se había venido sobre mis nalgas, yo continué dándome dedo hasta que terminé de disfrutar del orgasmo que tenía en puertas.
Apenas él se paró, se comenzó a vestir y entregándome un montón de servilletas, me dijo. ¡Ahora, límpiese, y si quiere haya hay un baño para que se lave, pero no se me pierda, si quiere espéreme en el bus, para que no tenga que hacer fila para entrar!
Yo me limpié las nalgas, y me puse el vestido por encima para luego ir al lavado que me había señalado, donde terminé de asear mi coño y arreglarme, pero sin encontrar mis pantaletas, regresé al bus, y esperé sentada en mi asiento a que saliéramos.
Ya en el trayecto, él en cada una de las paradas que realizó, me trajo café y algo que comer, pero ya en la encrucijada, me bajé con él, y sin que me lo pidiera lo fui llevando tras el autobús, y en medio de la oscuridad, me agaché rápidamente, saqué su verga del pantalón, y sin demorarme mucho me puse a mamárselo.
El chofer nuevamente parecía que sus marrones ojos se le fueran a salir de las cuencas, viendo como yo le estaba mamando su verga, en agradecimiento por los varios favores que me había hecho.
Pero de paso también lo hice para que me recordase con facilidad, a ver si corría con la suerte de volvérmelo encontrar de regreso.
No bien terminé de mamar hasta la última gota de su leche que me puse de pie, y nos dirigimos al restaurante, donde tras tomarnos un café y comernos algo, regresamos al bus, y fue cuando nos pusimos hablar.
Resulta que el chofer, conocía a mi esposo, y que dándose unos palos de ron en un bar de mala muerte que hay en el pueblo, mi marido en una ocasión, que se emborrachó bastante, les dijo a él y a sus amigos que yo me había cansado de ponerles los cuernos.
Cosa que, aunque de cierta manera es cierta, no es para que se la pase diciendo a todo el mundo, el muy cabrón.
Yo le aclaré al chofer, que eso no era del todo cierto, que cuando lo hice fue por necesidad, ya que con lo poco que le pagaban a mi esposo para esa época, apenas y nos daba para comer.
Después de que llegué a ciudad y estuve casi tres meses viviendo en casa de mis hijas e hijo, cuando decidí regresar a casa, mi marido no había día que no llamase, rogándome que regresara.
Así que, aunque mis hijas e hijo me ofrecieron pagar el viaje en avión, yo decidí regresar en bus, con la esperanza de volverme a encontrar con aquel chofer.
Es verdad que no tuve la suerte de encontrarlo, por lo que tuve que esperar casi medio día, a que llegase un chofer que fuera para donde yo iba y que se fijase en mí.
Así fue como conocí a otro chofer un poco más joven, quien tras escuchar como prácticamente le lloraba al vendedor, cortésmente me ofreció un trato, a cambio de llevarme a mi pueblo.
No dudé en aceptarlo y nos fuimos a un cercano motel, donde apenas nos quitamos la ropa, me dijo que me quería dar por el culo.
Ya le había dicho que si, así que no me podía echar para atrás, cuando me recosté sobre la cama y me puse en cuatro patas, ese otro chofer, lo primero que hizo fue pasarme sus dedos embadurnados con su propia saliva, hasta que finalmente me enterró su buen pedazo de carne por mi culo.
Yo después del dolor que sentí, al ser penetrada por el chiquito, comencé a moverme mientras que él sujetaba mis nalgas con sus manotas, apretándome una y otra vez contra su cuerpo.
No sé qué comen o beben esos choferes, que tardan bastante en venirse a diferencia de mi pobre marido que en ocasiones no ha terminado de meterme su verga cuando se ha venido como un mismo pendejo.
Cuando finalmente él se vino dentro de mi culo, los dos quedamos tendidos sobre la cama, hasta que nos llegó la hora de vestirnos.
Y de igual forma que hice con el otro chofer, apenas se me presentó la ocasión ya acercándonos a mi pueblo en la última parada antes de llegar, le di una buena mamada de verga, como dicen, para que no me olvide.
Nada más regresé a la casa, le armé una tremenda pelea a mi esposo, por andar contándole a todo el mundo que yo, y que era una puta, y que ninguno de mis tres hijos es de él, aunque sea verdad, no me gusta que se enterase todo el mundo.
Se preguntarán, como siendo tan pobres, que, para visitar a mis dos hijas y a mi hijo, tuve que acostarme con los choferes de los autobuses en los que viaje, esté usando internet, mientras estuve en ciudad.
Mis hijas me explicaron lo que era, y hasta me ofrecieron regalarme una computadora, pero les dije que no, porque lo más probable es que no tuviera para pagar la conexión.
Pero un día de visita en el pueblo, pasé frente al cibercafé, me dio curiosidad y entré, al principio solamente me comunicaba ocasionalmente con mis hijas, pero me di cuenta de que no podía seguir haciéndolo, ya saben por falta de dinero.
Pero también me di cuenta, de la manera en que el chico que estaba a cargo del cibercafé se me quedaba viendo.
Pero como vi que era bastante tímido, no tan solo conmigo sino con todas las mujeres que usábamos el cibercafé, supe que debía ser yo la que diera el primer paso.
Así que una mañana bien temprano, apenas llegué al pueblo, hora en que el negocio se encontraba vacío, llegué a solicitar los servicios, al principio únicamente abrí mi correo.
Pero buscando alguna excusa para hablar con él, me le acerqué en silencio, y pude ver lo que él tenía en la pantalla de su monitor puesto, era un video porno, bien explicito, el chico estaba tan y tan concentrado en eso, frotándose su cosa por encima del pantalón, que ni cuenta se dio de que yo estaba a su lado después de un buen rato.
Cuando él se dio cuenta de mi presencia, se asustó y trató de salir de la página que estaba viendo.
Pero en su confusión, en lugar de lograr salir, paso a otro video donde un par de negros, con unas vergas bastante grande, mientras uno se lo metía por el culo, a una chica bien blanca y rubia, la que sin vergüenza alguna miraba hacía la cámara.
Al tiempo que se relamía los labios, sosteniendo la verga del otro frente a su boca, en fin era aún mucho más caliente y morboso, que el que él estaba viendo originalmente.
Yo me quedé de lo más tranquila y le dije, en un tono de broma. “Cualquiera diría que eso no le duele, por la cara que ella pone.”
El chico se medio sonrió, y continué diciéndole. “No te parece una exageración lo que están haciendo esos tres, no es que no esté de acuerdo, pero en mi caso prefiero hacer las cosas un poquito más íntimas, sin que nadie más se entere.”
Al tiempo que le fui diciendo esas palabras, coloqué mi mano suavemente, sobre el caliente bulto que el jovencito tenía formado entre sus piernas.
El chico algo asustado, comenzó a ver hacía todos los lados, y cuando se dio cuenta de que éramos los únicos, dentro del local, rápidamente se levantó de su silla, se dirigió a la puerta, la cerró y apagó las luces, para luego dirigirse donde mí, y agarrándome por una mano me llevó a la tras tienda.
Casi de inmediato se me tiró encima, tratándome de besarme y acariciar todo mi cuerpo, le dije. “Espérate, vamos a hacer de todo, pero con calma, para que lo podamos disfrutar los dos.”
El chico se quedó más tranquilo, mientras que yo me comencé a quitar mi vestido, él sin quitarme los ojos de encima, con su boca abierta comenzó a soltar lentamente los botones de su camisa.
Yo rápidamente quite todo, hasta mis pantaletas, quedando totalmente desnuda ante él, quien apenas y se había soltado un par de botones de su camisa.
Por lo que yo con toda mi calma, comencé a soltarle el pantalón, mientras que el joven, se quedó de pie frente a mí, sin mover ni un dedo.
Apenas le bajé los pantalones y sus interiores, al ver su miembro casi totalmente erecto, lo tomé entre mis dedos, y comencé a manipularlo llevándomelo a la boca.
Con toda mi calma, comencé a lamérselo lentamente, pero cuando vi que el chico estaba sumamente excitado, dejé de hacerlo poniéndome de pie, para luego recostarme sobre un camastro que había en la trastienda, con mis piernas completamente abiertas, y tomándolo de la mano lo atraje hacia mí.
Lentamente sentí como su joven, dura, y caliente verga, comenzaba a penetrar mi peludo coño.
Como soy mucho más alta que él, su boca quedó justamente sobre mis grandes tetas, y casi de inmediato su boca se dedicó a chupar mis oscuros pezones, al tiempo que yo comencé a mover mis caderas, de un lado a otro.
El chico no tardó mucho en venirse, quizás por lo excitado que se encontraba, por ser la primera vez que lo hacía de verdad, verdad, como después me confesó.
Yo me quedé con muchas ganas, así que esperé un corto rato, desnuda a su lado tendida sobre el camastro.
Tras lo cual volví a tomar su miembro entre mis dedos y sin demora alguna, me dediqué a mamárselo, y en cosa de segundos, su verga volvió a tomar cuerpo, para nuevamente volver a colocar su verga dentro de mi húmedo y caliente coño.
Así estuvimos hasta que yo disfruté de un orgasmo, y él volvió a venirse dentro de mí.
Después de lo cual, con toda confianza, continué asistiendo al cibercafé, uso regularmente los equipos, y ocasionalmente me acuesto con el joven.
Autor: MARTEHIJODEJUPITER Categoría: Dominación
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Descubrí algo perturbador
2023-09-21
Desde mis 15 años me case por caliente le abri las piernas a un profesor y a mi novio quede premiada y mi profesor me convencio de que era de mi novio ya pasaron los años de mucho sexo con mi marido y nada, tuvimos una niña y el siempre a querido un varon. Pero aparte de eso todo bien. Hace un poco mas de 2 años me jefe me propuso un ascenso en mi trabajo estaba super feliz hasta que me cito en su oficina al terminar turno me hizo esperar un par de horas por que estaba muy ocupado cuando por fin me recivio se sacó la veega y me dijo:
-Jefe- estas sentada en tu aumento.
-Yo- jefe si eso lo que busca tal vez no me lo merezco
-jefe- entonces mejor desde mañana ya no vuelva
-yo- bueno tampoco jefe si quiere se la chupo un rato
-jefe- los 3 servicios o mejor no vuelva.
-yo- esta bien
Bueno me cogio sin respeto y me robo mis cacheteros de abuelita diciendo que no me queria volver a ver con eso puesto.. Declarando que no seria la unica vez
Obvio no volvi a usar calzones solo para mis dias del mes y mi jefe despues del aumento me cogio cuanto quise hasta que resulte embarazada. Obvio mi marido super feliz enloquecido etc. Después de tantos intentos teniamos un niño yo como madre sobreprotectora compre muchas cosas y cuando se me acabo mi licencia por maternidad y volvi al trabajo mi jefe me volvio a coger con normalidad entonces ya que pagabamos niñera por que mi hija no es la mas responsable del mundo revisaba periodicamente mi bb con las camaras de los juguetes.
Hace ...
... un mes pude ver algo perturbador cuando ensendi la camara pude ver a mi hija chupandole la verga a su papá y teniendo sexo despues del shock y como al revisar note que mi hija era claramente la incitadora la cuestione,regañe y demas en un momento a solas. Cuando entre gritos y llantos ella me dice que el nisiquiera es el verdadero papá yo quede catatonica.
1, tenia mis dudas pero con los años asumi que si por muchas cosas
2, como tiene esa información
3, mi marido también la tiene
4, por aue me entero hasta ahora
Retomando la discucion y con mas calma resulta que desde que ella tiene el periodo mi marido se la coge por su insana obsesión con tener un hijo varon, y con el tiempo mi propia hija se llevo el semen del papá a clases y cerlo en el microscopio por curiosidas.
Segun la explicación de la profesora mi marido es extremadamente esteril por queno tiene espermatozoides en el semen. Algo que ahora tiene mucho sentido y despues en una discucion mas calmada y relajada ella me pregunta quien es el papá de su hermanito. Y me confieza que si digo algo de ella y mi esposo ella cuenta todo y la familia a mierda. Le cuento que es mi jefe y que no tenia opciones y ella me cuenta que desde hace años aprovechan cada minuto solos que incluso han cogido en el suelo de mi habitación mientras duermo.
Y necesitamos soluciones para solucionar de manera menos conflictiva esto
1. No soporto ni puedo dormir con alguien que tiene relaciones con su propia hija
2. No quiero que mi hija ...... se valla con el.
3. Separarnos y que ningun niño quede con el.
4. No quiero quedar como la puta que ebgaño su marido al final.
Que hago ???
Autor: Luz Categoría: Confesiones
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Las Perversiones del Abuelo vol. 1
2023-09-21
El abuelo los vino a cuidar por unas semanas y llevará a sus nietos por una espiral de abusos y sexo..
Buenas estimado lector: este relato lo escribí hace mucho tiempo. Si ya lo has leído en este sitio anteriormente, bueno, no diré que me lo hayan publicado sin mi permiso pero… si, ya que nunca lo he subido aquí, sin más.
¿Que clase de padres tengo?…eso me he preguntado estos últimos 8 días. Tiempo que mi abuelo Carlos ha vivido con nosotros. El tiene 70 años de cabello cano, robusto, de voz ronca y severa que, contrarresta con una sonrisa calida que esboza cada vez que habla.
Sin embargo, a mi, nunca me inspiro confianza, incluso algo de temor me provocaba cada vez que le visitábamos en su casa.
Ahora lo tengo aquí, gracias a mi querido padre que, sin consideración alguna acepto una comisión de su compañía para viajar a Shangai por 7 meses y claro, como era de esperarse, se fue únicamente con mi madre y nos dejó aquí con la excusa de; no tenemos que perder días de clases o reprobaríamos el año. Así con 13 años acabados de cumplir debo como hermano mayor, cuidar de mis hermanitas; Sofía de 9 años y Montserrat de 7 años.
No todo ha sido malo en estos últimos días, verán, mi abuelo solo hace dos cosas: Ver televisión y jugar cartas con sus amigos en nuestra sala 3 veces por semana, lo que, para un guarillas como yo, le genera mucho tiempo a solas para hacer lo que más me gusta, ver porno por Internet.
Estaba tan obsesionado con eso que nada mas llegar del colegio me encerraba en mi habitación a verlo y hacerme las pajas de rigor.
Llevaba estos 8 días practicando mi rutina de porno y paja sin inconveniente hasta que, cometí el peor error de todos, olvide asegurar la puerta de mi dormitorio antes de hacer las guarradas que más me gustan.
Alucinado viendo como un tío taladraba salvajemente a una chica y como esta bramaba ferozmente en cada embiste no me percate que, mi hermanita había entrado cual gacela sigilosa al cuarto plantándose tras de mi, contemplando con ojos como plato las imágenes proyectadas en la pantalla.
– Waaaaa parece que la estuviera matando- dijo Sofía con voz entrecortada, me
quede como de piedra no sabia que hacer, o que decirle a la niña delgada de piel clara y cabello castaño. Mi hermanita me pillo viendo porno, creerá que soy un pervertido y tendría toda la razón, los segundos pasaban y sentía que me daba un infarto. Aun no se con que fuerzas logré articular palabra.
– Que estas haciendo aquí a esta hora? no tendrías que estar dormida – le dije en voz baja pero firme
– Montse esta dormida. El abuelo esta preparando Cola Cao y me envió a ver si querías – respondió sin apartar la vista del ordenador – ¿ellos que están haciendo? –
– están jugando a cosas de mayores, tu no tienes que verlo, mejor vete a tu cuarto-respondí con una autoridad declinante
– no, hasta que me digas que juego es ese –
– te dije, a cosas de mayores, ya puedes irte – continuaba hablando en voz baja, no quería que el abuelo me pillase también.
– No quiero, puedo seguir viendo el video contigo – exclamo Sofía aumentando el tono de voz
– Si, esta bien pero quédate calladita ¿quieres? – dije con el corazón en la mano, intentando que bájese el volumen de su voz.
– Chicos van a querer Cola…pero que coños están viendo? – grito en abuelo de pie en el umbral de la puerta, lo que más temía se volvió realidad.
Dando un salto mi hermana y yo nos volteamos tratando de pensar una excusa adecuada para salir del paso, fue ahí donde vi sus ojos llenos de un sadismo reprimido por mucho tiempo, pensé que, en esa fracción de segundo fraguo un plan para nosotros o tal vez ya lo tenía y le di la oportunidad de llevarlo a cabo.
– No se asusten chicos, que no le diré nada a sus padres. Siempre que me dejen ver la peli con ustedes – dijo acercando una silla al escritorio, se sentó acomodándose a mi lado y dando golpecitos en sus piernas dijo – ven Sofía siéntate en la falda de tu abuelo.
La niña ingenuamente se sentó sobre él y seguimos viendo el video por unos 10 o 15 minutos más, hasta que, el abuelo hábilmente tomo el control del ordenador poniendo videos de sitios que ni conocía, se notaba que tenia más experiencia que yo en el porno de Internet, pues al comenzar su juego coloco un video de un chico besando apasionadamente a una chica con unas enormes tetas al aire. Disimulado puso su mano derecha sobre el muslo desnudo de mi hermana y lo fue deslizando arriba y abajo, por debajo de su falda, el abuelo girando la cabeza y guiñándome un ojo dijo
– dime cariño le has dado un beso así a algún chico?-
– no – respondió Sofía
– pero, sabes como hacerlo?-
– dar besos con saliva? No, no se como se hace –
– quieres que te enseñe? –pregunto el abuelo mientras continuaba sobando la pierna de la niña, acercándose cada vez más a su lugar secreto – es fácil lo único que tienes que hacer es abrir la boca y sacar la punta de tu lengüita-
no podía creer lo que veía, Sofía abre la boca y mi abuelo, aprovechando la situación sostuvo la nuca de mi hermana con su mano izquierda y comenzó a comerle la boca lascivamente dando sonoros chupetones a la lengua de la niña, el morbo me tenía alucinado, sabia que el viejo maldito quería abusar de Sofía pero, me encontraba tan excitado por la escena que mi mente estaba completamente nublada por la lujuria que, aumentaba cada vez que jadeando Sofía tragaba aire, oportunidad que el abuelo aprovechaba para meterle la lengua hasta la garganta.
– lo hiciste muy bien para tu primera vez, te gusto?, es rico ¿verdad? – preguntó el viejo alejándose, quedando ambos unidos por un hilillo viscoso de baba
– si, me gustó mucho- dijo mi hermana recobrando el aliento
– te gustaría que hiciéramos eso también?- pregunto mi abuelo indicando la
pantalla, en ella salía el mismo chico dándole a la chica ahora totalmente desnuda una comida de coño de campeonato, el viejo degenerado sabia muy bien cuando dejar de besarla para hacerle ver esas imágenes instándole a hacer lo mismo con ella.
– no sé –
– dale, se siente como un calorcito y unas cosquillas ricas, ¿no es cierto Rafa? –
el viejo canalla quería usarme para convencer a mi hermana. No se que hacer, por un lado ese viejo asqueroso esta abusando de Sofía y por el otro quiero que lo haga, podría apreciar en vivo y en directo lo que me gusta ver en el ordenador
– si, da un gustito en la tripa- soy un desgraciado
– ves…bájate la falda, las bragas y súbete a la cama quieres cariño-
la niña obedece como poseída, después de comerle la boca tiene que estar tan caliente como yo pensé, Sofía llevaba una blusa roja y una falda gris hasta la rodilla que se quitó soltando el seguro, estas se le cayeron hasta los tobillos seguidas muy de cerca por las bragas blancas con una notoria mancha de humedad, el abuelo sonrió maliciosamente acercándoseme.
– sabes Rafa, desde que tengo tu edad me atraen los culos jóvenes de una forma que me es imposible resistir, recuerdo que tenia unos 17 años la primera que vez rompí uno, era la hija de una vecina y mi mamá la cuidaba cuando la mujer tenia que trabajar. La niña tendría unos 5 años y me la pase por la piedra muchas veces. Ahora gracias a ti, le romperé el culo a tu hermana esta noche – me susurro el
viejo degenerado al oído, mientras veía como Sofía se acostaba en la cama.
Me quede petrificado por lo que escuche, quería levantarme, tomar el teléfono, llamar a mis padres y contarles que mi abuelo Carlos quería violar a mi hermana pero, nuevamente el morbo me congelo.
El viejo se levanto de la silla muy despacio y quitándose la camisa se acerco a la cama hincándose frente a la niña, la arrastro al borde de ella y colocando las piernitas sobre sus hombros, hundió su cara en el coño virginal de mi hermana, su lengua revoloteaba rítmicamente desde el borde de su sonrosado agujero, hasta el botoncillo de placer procurando mayor atención en ese punto, sin pensarlo me desabroche el pantalón liberando mi durísima polla, comenzado a masturbarme lentamente, quería durar lo más posible mientras escuchaba a Sofía gemir más y más fuerte.
Se notaba que mi abuelo tenía habilidad en comer coños pues no pasaron ni 5 minutos cuando mi hermana se corrió dando un ruidoso chillido, recibió su primer orgasmo por parte del degenerado del abuelo, este de entre las piernas sacó la cara llena del juguito de Sofía y mirándome satisfecho, mientras yo, al mismo tiempo me masturbaba descaradamente frente a ellos.
– date vuelta corazón, tengo ganas de comerte ese culo tuyo –
Sofía agotadísima se volteo lentamente dejando su culito al borde de la cama con las piernas colgando, el viejo con las dos manos le abrió las nalgas dejando descubierto el anito y el coñito que eran muy chiquito, y sin cortarse lo más mínimo mete su cara entre medio de ese culo, dándole lamidas a toda su raja sacándole muchos gemidos de placer,
Dejándolo reluciente de saliva y bien lubricado. Al darse cuenta que ya estaba lista, se levanto, soltándose los botones termino por bajarse los pantalones y los calzoncillos dejando al descubierto una tranca gruesa y venosa de unos 20 centímetros dura como el acero.
– aquí viene corazón, relájate y no aprietes el ano ¿entiendes muñequita? – dice
hincándose otra vez. En mi ángulo puedo ver perfectamente cuando el viejo sitúo su polla en la entrada del culo de mi hermana, yo estaba a punto de correrme cuando escuché el alarido brutal de mi hermana al notar como la verga dura le perforaba hasta lo más profundo de sus entrañas. Asustado miré al viejo quien, con las manos clavadas en sus caderas presionaba el cipote contra el ojete de Sofía que ya se había tragado el glande.
– abuelo, me haces daño, por favor detente que me duele mucho – dicho esto Sofía intenta forcejear para soltarse pero, mi abuelo la tiene bien sujeta.
– Tranquila preciosa, no te muevas, relájate o te dolerá mas –
Continuando con la lenta y constante presión, forzando lo más posible su pequeño esfínter. La niña lloraba y gritaba cada vez más fuerte del terror y dolor que sentía, pero el cabrón no tomaba en cuenta las suplicas de su nieta, estaba decidido a fallársela.
Con un fuerte movimiento de cadera su polla desapareció por completo dentro del culito hasta ahora virginal. Mi hermana dio un grito desgarrador y cayo hundiendo su cara en la cama, mi abuelo se mantuvo quieto por unos minutos para luego comenzar un suave bombeo, dentro, fuera, dentro, fuera, Sofía a penas daba unos extenuantes gemidos de dolor. La visión de la polla del viejo dentro de las nalgas de mi hermana era tan excitante que comencé a masturbarme nuevamente.
-ya debes tener tu ojete acostumbrado al grosor de mi polla, así que, ahora va enserio- dicho esto, el viejo subió una pierna a la cama para mantener el equilibrio y empujar con más fuerza. Empezó un enviste endemoniado provocándole un dolor punzante en el culo dando escalofriantes gritos de dolor, las gotas de sudor bajaban por su frente mezclándose con las lagrimas que emanan a raudal, sus manos encrispadas se aferraban a la ropa de cama intentando escaparse de la terrible sodomizada, el sádico cabrón continuaba con el violento mete y saca, las penetraciones eran cada vez mas profundas llegando a golpearse los cojones contra el coñito de Sofía, haciendo que el sonido de sus huevos retumbe en mi habitación.
Luego de unos minutos la niña ya no gritaba ni forcejeaba, solo con la boca abierta y la cara desencajada se dejaba hacer en las manos del sádico abuelo que continuaba su frenético bombeo como queriendo reventarla.
Estuvo mas de media hora cabalgando a mi hermana cuando dando un bramido vació sus cojones en las entrañas de Sofía, socó su polla ya flácida con manchas de sangre comprobando que, le había desgarrado el agujerito, dándole una sonora nalgada el viejo me mira y dice:
– Rafa termina con eso, esta noche dormirás en el cuarto de tus padres, yo dormiré aquí con Sofía, como es la primera vez que le petan el culo esta muy cansada y no quiero moverla-
– Si abuelo lo entiendo – dije parándome de la silla cabreado, aún no había alcanzado mi tan preciado orgasmo y subiéndome el pantalón caminé hacia la puerta sin apartar la vista del trasero de mi hermana.
– Espera – dijo mi abuelo, descubriendo las sabanas y cargando a Sofía en volandas la colocó entre ellas, dejando apuntado su trasero desnudo directo a mi – mira como quedó – continuó. Separando las nalgas con sus manos, su pequeño orificio rosa ahora se encontraba destrozado, dilatadísimo y rojo por el salvaje folleteo, algo de leche e hilillos de sangre se escurrían por los glúteos. Le di las buenas noches y antes de cerrar la puerta, vi al abuelo acostándose junto a Sofía abrasándola por detrás.
– buenas noches – respondió.
Esa noche me masturbe 3 veces recordando la dolorosa enculada que recibió mi hermana de 9 años, agotado me dormí profundamente. Al otro día desperté muy temprano, culpa de la luz que se filtraba por la ventana, me levante, Salí del dormitorio de mis padres y camine por el pasillo. Siguiendo un misterioso rechinar que me llevo directo a mi cuarto. Conforme me iba acercando por el pasillo, los sonidos eran cada vez más intensos. Apoyado en el marco abrí despacio la puerta. Lo que allí vi me sorprendió.
El viejo pervertido nuevamente se follaba a mi hermana, esta vez con todo su cuerpo cubriendo a la niña, la tenía doblada aguantándole los tobillos sobre sus hombros mientras le daba por el culo. Sofía completamente desnuda sollozaba y gemía, su cara se encontraba roja por el esfuerzo de soportar las embestidas, cubierta de lágrimas secas demostrando que lloró durante la noche.
– por favor abuelo ya no más, me duele, me duele mucho el culito, déjame tranquila por favor abuelito para ya – susurraba ella casi sin aliento.
– Silencio putita mía, que no la estamos pasando bien? – decía el viejo que no tenia lastima alguna y seguía bombeando con un ímpetu descomunal
– Rafa venga entra…no sabes como me pone tu hermana – dijo sin dejar de follarla.
El cabrón me había descubierto y como sabía que me ponía eso, me invito a pasar, flexionando los brazos se levantó unos centímetros dejándome ver los pequeños botoncillos coronados por manchitas rosas en forma de pezones que, tenía mi hermana por tetas pero, tras agudizar la vista. No podía creer lo que veía.
Marcas de dientes, varias y repetidas por todo el contorno de sus senos sin desarrollar, el muy cabrón no solo la sodomizó si no que le mordió repetidamente sus pequeñas tetas.
– tiene un culito tan dulce que no puedo parar de follárselo, esta ya es la quinta vez – me dijo
La quinta vez!!! Imaginar que el desgraciado se la follo toda la noche, hizo que se me endureciera la polla otra vez, deseaba sacarla y cascarmela ahí mismo pero, no quería demostrarle que era tan salido como el. Sofía se dio cuenta de mi presencia, me miró con ojitos vidriosos llenos de lágrimas.
– Rafa, hermanito ayúdame, dile al abuelito que, lo que me hace no me gusta, me arde y duele muchísimo- dijo chillándome del dolor
Yo no la mire, me di la vuelta y Salí del dormitorio con dirección a la cocina.
El crujir de mi cama se incrementó con un mayor frenesí al igual que los lamentos y suplicas de Sofía, parecía que mi abuelo pretendía que escuchara como le destrozaba el culo a mi hermana y así fue por más de una hora, no podía concebir el aguante descomunal que tenia el viejo, se la folló toda la noche y aún tenia energía para seguir haciéndolo, empalmado me deslice al dormitorio de Montse, rogaba que no hubiese oído nada y al abrir la puerta lo confirme, la pequeña estaba completamente dormida. Afortunadamente ni los alaridos, ni el rechinar de la cama la despertó.
De un momento a otro todo sonido cesó y luego de uno minutos la puerta se abrió y salio mi abuelo, vistiendo una camisa abierta dejando al aire una polla morcilloza cubierta de lefa.
– no andes así por casa, podría verte Montse o que, pretendes follartela también? – no sé por que dije eso, pero en mi cabeza daban vuelta muchas ideas
– tal vez – respondió mi abuelo
– anda a ver a tu hermana y échale esta pomada en el ojete para que se le quite el dolor, voy a ducharme mientras- dijo el viejo dándome el tubo del medicamento
Corrí a mi cuarto, al entrar contemple a mi hermana boca bajo llorando desconsolada
– tranquila Sofía te pondré esta crema y se te quitara el dolor – le dije abriéndole
las nalgas, su agujerito rosadito se encontraba de un color rojo brillante cubierto por lefá y restos de sangre. Tome sus bragas que aun se encontraban donde mismo quedaron la noche anterior y con ellas le limpie la leche que escurría de su reventado orificio. Después de dejarlo lo más limpio que pude, le unte el medicamento metiéndole todo el dedo anular dentro de su dilatado ano, entró con tanta facilidad que comencé a calentarme con la idea de metérsela yo al igual que mi abuelo y follarmela a conciencia,
entonces todo se aclaro en mi mente, soy tan depravado como el viejo degenerado ese y si quiere abrirle el culo a Montse, pues le ayudare a follarse a mi hermanita de 7 años.
L.p.d.a-2/1
a determinación de aquellas palabras terminó por extinguir la poca fuerza de voluntad que me quedaba.
Me sentía cual marioneta demencial la que, jalándole los hilos era arrastrada a los recovecos más oscuros de mi propia mente. Dejando así aflorar profanos deseos de lujuria.
– por que me hizo esto? – pregunto Sofía sacándome de mis pensamientos
– lo que el abuelo hizo fue convertirte en mujer, ahora le perteneces y podrá hacer contigo lo que él quiera ¿entiendes eso?. por eso tienes que descansar ya que, es muy posible que él vuelva esta noche a jugar con tu culo – dije embozando una sonrisa maliciosa
Sofía no respondió solo se arropo en la cama y cerro los ojos. Sabia que el viejo deseaba follarle el culo nuevamente pero, eso estaba lejos de mis planes, mis intenciones era entregarle otro agujerito virgen que profanar. Por lo que corrí a la habitación de Montserrat calculando el tiempo exacto que el viejo tardaría en la ducha.
Entré a su cuarto y la desperté remeciéndola suavemente, la niña girándose en la cama, se incorporó somnolienta.
– que pasa?- dijo tallándose los ojos
– levántate perezosa, es hora del desayuno y tu aún aquí –
– espera que me ponga ropa – replicó sentándose en la cama entre bostezos
Montse en verano acostumbraba dormir solo con calzoncitos, yo sabia, la había mirado así antes pero, ahora la veía, mi plan marchaba mejor de lo esperado.
La levante casi a rastras y la encamine por el pasillo, en el momento exacto en que mi abuelo salía del baño, tal y como entro, llevaba la misma camisa abierta con su polla balanceándose al caminar, mi hermana quedo prendada al pene morcillozo del viejo y este con cara de sorpresa, me lanzó una mirada de interrogación pero, luego de ver mi sonrisa perversa, rápidamente cambió su semblante al darse cuenta mis intenciones y en confabulación casi telepática se agachó a acariciar la mejilla de la niña,
– linda, aún tienes cara de sueño, voy a prepararte un buen desayuno para que te despereces – dijo encaminándose a la cocina medio en pelotas sin cortarse un milímetro.
Mi hermana entre asustada y consternada siguió al abuelo mirándole en todo momento el culo desnudo del viejo y yo tras ellos riéndome a carcajadas en silencio.
Los minutos pasaron y mi abuelo casi terminaba de preparar el desayuno.
– Montse cariño, por que no terminas de poner la mesa, Rafa y yo veremos si Sofía quiere desayunar – dijo mi abuelo haciéndome señas con la cabeza.
– Si, claro – respondió
Nos dirigimos a mi dormitorio siendo el viejo el primero en atravesar la puerta, allí me encontré a Sofía, sobre la cama, boca abajo, totalmente desnuda y profundamente dormida, mi abuelo se sentó en la cama, cerca de sus piernas sonajeándole las nalgas suavemente, intentando abrirle los glúteos.
Sofía se movió pesadamente sin posibilidades de despertar, el viejo separó sus nalgas dejando al descubierto su agujerito,
– ven acércate – me ordeno.
Al hacerlo observé, su orificio cerrado y apetitosamente sonrosado igual a la primera vez que lo vi.
– has hecho un buen trabajo con la crema, ábrele el culo mientras pruebo su resistencia-
y eso hice, con mis manos separé sus nalgas al tiempo que el viejo chupándose el dedo índice se lo metió en su orificio de un golpe, mi hermana se estremeció al notarse invadida nuevamente sus entrañas pero, no despertó
– está algo más dilatado que la última vez, tranquila preciosa cuando acabe contigo… –
No terminó la frase pero no importaba, al escuchar eso, me recorrió una suerte de temor y excitación por partes iguales.
La mañana del sábado transcurrió con relativa normalidad, si encuentras normal que tú abuelo se siente en el sillón a leer completamente desnudo, para no incomodar la situación distraje a Montse jugando videojuegos gran parte del día solo que, el juego era lo que menos me importaba, estaba prendado de los deliciosos botoncillos rosados del tamaño de canicas que sobresalían de su pecho semiplano, me preguntaba ¿Cómo haría para morderle las diminutas tetitas que posee mi hermana, como lo hizo con las de Sofía la noche anterior?…sin embargo el viejo parecía no estar muy interesado en el culo de Montse, eso era algo que debía arreglar. Por un descuido (intencional) dejé caer gaseosa de mi vaso sobre los calzoncitos naranjos de la niña
– ah, pero que haces – dijo Montse sobresaltada al sentir el liquido helado sobre su trasero
– discúlpame – respondí rápidamente
– ahora tendré que cambiármelos –
– por que no solo te los quitas, ya ves al abuelo – respondí suspicazmente
– pero…- titubeo
– a que no te atreves niñata – sentencie
– no soy niñata – respondió bajándose los calzones naranjos, dejando al descubierto su rajita inmaculada, estaba tan cerrada que, no le entraría una hoja de papel entre sus labios vaginales.
Al fin motivé al viejo quien, por debajo del libro que pretendía leer, no apartaba la vista del pequeño trasero de Montse.
Como a eso de las 6 p.m. Escuché abrirse la puerta de mi dormitorio seguida por la del baño, minutos después aparece Sofía con el cabello mojado y una toalla cubriendo su cintura dejando desnudas su tetas que, aún pálidamente se distingan las mordeduras del viejo que coronaban sus contornos. Alegando que no se sentía muy bien, por lo que se retiraría a su cuarto, mi abuelo corrió a prepararle una merienda para que llevara y ambos se encerraron en la cocina.
Definitivamente quería ver a mi abuelo follarle el culo, que se lo dejara tan abierto como el de Sofía, pero no lograba encontrar la manera de lograrlo. Me licuaba el cerebro pensando en la excusa para que el viejo le ponga las manos en el culo de mi hermanita.
Sin darme cuenta estaba en el baño frente al espejo del botiquín y fue allí donde la epifanía me golpeo la cabeza como el yunque de las caricaturas, medicina, cada vez que Montse come chocolate le da una urticaria insoportable en todo el cuerpo, para aliviarla mamá le coloca un supositorio de no se que, supositorio que tengo frente a mi en el botiquín del baño. Con la idea fija en mi objetivo, regrese a la cocina donde me encontré con Sofía esta vez completamente desnuda, era obligada a caminar con el viejo pegado a su espalda, hundiéndole con furia el dedo profundamente en el maltratado esfínter de la niña, quien con rostro desencajado daba pasos corto y temblorosos.
– eso putita mía, de a poco iré ablandando ese culo tan sabroso tuyo – dijo mi
abuelo al oído de mi hermana, de esa forma la dirigió a su cuarto y luego de cobijarla en la cama sin sacarle el dedo en ningún momento, le dio un tierno beso en la mejilla y ambos nos retiramos el viejo se dirigió al salón donde Montse continuaba jugando sin enterarse de nada, yo entre a la cocina , tomé un trozo de chocolate ocultándolo dentro de una magdalena de crema lo mejor posible, luego se lo di a mi hermana, esta se lo comió sin prestarle atención concentrada en el juego.
A los minutos comenzó con una leve comezón el brazo izquierdo que fue avanzando a la pierna y espalda.
– que tienes? – pregunte haciéndome el tonto
– es la comezón- respondió – necesito medicina-
– voy a buscarle – dije incorporándome raudo
– si pero, mamá no esta…quién me la colocara?-
– pues, el abuelo puede, no es así abuelo?-
– claro, que medicina es? – preguntó el viejo
– es un supositorio – respondí.
El viejo degenerado entendió lo que yo pretendía hacer y embozando una sonrisa lasciva que hasta a mi, me dio escalofríos. Me ordenó que corriera a buscar la medicina, mientras él levantaba a la niña, acomodándole el vientre en el reposa brazos del sillón dejándole las piernas colgando, el culo en pompa y la cara pegada a los cojines,
Cuando regresé al salón el viejo demostrando lo que pensaba hacerle, cubrió con sus nudosas manos las pequeñas y tersas nalgas de pre-adolescente.
– que bien ya llegas, ven ayúdame y ábrele las nalgas – me ordeno el viejo.
Apoyándome en el sillón le abrí los glúteos dejando al descubierto aquel anito sonrosado y delicadamente cerrado.
– como tu mamá te coloca los supositorios, teniendo el ojete tan cerrado? – preguntó mi abuelo acariciando el agujerito, mi hermana se sonrojo y hundió la cara en el cojín
– no logro introducírtelo – dijo el viejo – lo dilatare un poco con el dedo, trata de
relajarte, quieres cariño? – dicho esto, hundió poco a poco el dedo en su ano recién profanado, dejándolo allí largo rato, sosteniéndole las nalgas podía ver como mi hermana apretaba los dientes y tensaba su rostro mientras el viejo iba enterrándole un segundo dedo.
– ah me haces daño abuelo – musitó Montse pegada al cojín
– relájate – dije sosteniendo la mano a mi hermana
El viejo depravado estaba tan zafado que, no espero tranquilizar o calentar a mi hermana y sujetándose la polla empalmada al máximo, le apuntó el glande al agujerito, empezando a hacer presión.
Veía cada detalle de la expresión de dolor en su rostro, esperaba pajearme con ella grabada en mi mente como lo hice con Sofía la noche anterior, y al igual que el viejo, mi cipote se endurecía a cada gemido y suspiro de dolor que salía de la boca de mi hermana. De pronto el grito de Montse me confirmo que el viejo la había penetrado miré para asegurarme, si, él cabrón se la había metido y haciendo presión con su cadera esperaba que su pene entrara más profundo en sus entrañas, mi hermana soltaba fuertes quejidos de dolor. El viejo preparándose para su gran enculada.
– mira como le reviento el culo a tu hermana – dijo mi abuelo cargando todo su peso
en el culo de Montse, esta en un acto reflejo, levantó su pierna derecha acertando un fuerte golpe en los cojones del viejo. Mi abuelo dio un quejido y soltando a la niña se retorció del dolor. Libere los glúteos y lleve mi mano a la boca intentando ocultar las carcajadas que espontáneamente emergían, eso hasta ver los ojos inyectados en sangre del viejo, eso no era dolor, era odio. Se levanto del suelo aparatosamente y dándome bramidos guturales.
– métele el supositorio en el culo y llévala a su cuarto mañana me pagara esta
humillación – berreo el viejo encaminándose al dormitorio de nuestros padres, maldiciendo mientras se sostenía el racimo dolorido con sus manos, levante la medicina del suelo y la introduje en el ojete de mi hermana que lloraba desconsolada.
– por que hiciste eso? – le pregunte a Montse pero no respondió, todo el morbo
había desaparecido y aunque llevaba a mi hermana desnuda con su culo medianamente profanado, no tenia ganas de continuar con el juego, la recosté en su cama y regrese a intentar calmar a mi abuelo pero parado frente a su puerta escuche algo que me helo la sangre. El viejo hablaba con alguien por teléfono, no podía escuchar bien, solo pude concluir que quedó con una persona para mañana y que algo pasaría.
Autor: V1RGILIO Categoría: Incesto
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Dios, de una embestida me la clavó hasta las bolas.
2023-09-21
Mientras me daba por el culo, yo me abrazaba a él comiéndole la boca y pidiéndole que no parara, Dios que tremendo gustazo me estaba dando..
Este es un relato de una de las muchas folladas que me dio mi vecino de puerta. El nombre lo dejaremos por privacidad, solo decir que era unos años más joven que yo, vivíamos desde niños en el mismo edificio, muchas veces yo iba a su casa y lo mismo él a la mía, vamos que solíamos jugar juntos desde que éramos niños.
Con él podemos decir que nos iniciamos juntos en el sexo, yo fui el primero en descapullarlo, en enseñarle a pajear, a ver como era el semen. Fue también al primer culito que penetré y preñé de lechita, fue también al primero que le probé el semen, fue al primero que le dejé que eyaculara en mi boca y viera como me tragaba aquella calentita y espesa lechita. Vamos que juntos hicimos de todo y lo hicimos en todos los lugares que os podáis imaginar, cualquier lugar nos valía para tener sexo.
Los 2 siempre fuimos delgados y de estatura parecida, él era algo más alto que yo, 1,70 y yo de 1,65. Con solo mirarnos a través de nuestras respectivas ventanas, ya nos entendíamos, ya sabíamos lo que queríamos y en que estábamos pensando, que no era otra cosa que en sexo.
Aunque él era unos años más joven que yo, a la hora de tener sexo, aunque al principio yo le había enseñado a él, luego siempre era él, el que venía con nuevas cosas. Por ejemplo, él fue el primero en proponer que realizáramos un 69, fue también el que me pidió que se la metiera por el culo, el primero en proponer un trío con otra persona, o sea que en temas sexuales era mucho más morboso y lanzado que yo.
Hoy ya los 2 mayores, puedo decir sin equivocarme, que fuimos como una pareja, los 2 nos conocíamos y conocemos a la perfección, vamos que los 2 sabemos de nuestros gustos y secretos más ocultos. No tenemos ningún problema por salir juntos y luego sin necesidad de proponerlo, acostarnos juntos para tener sexo. No hace falta que nos digamos nada, en eso somos como un matrimonio, ya sabemos dónde vamos a acabar.
Sobre él muy poco he escrito, solo escribí cuando otro vecino nos chantajeó para conseguir darnos por el culo a los 2, pero de él podría escribir un libro y aún así quedarían cosas sin contar.
La historia que hoy voy a tratar de contar fue una de las folladas que me dio él a mí, fue una de las más placenteras, ese día no solo me dio por el culo, es que ese día mientras me daba por el culo, yo me abrazaba a él comiéndole la boca y pidiéndole que no parara, Dios que tremendo gustazo me estaba dando.
Todo comenzó como otras muchas veces, era un día de semana cuando sobre las 7 de la tarde yo había llegado a casa, no había nadie en ella, hasta las 10 u 11 de la noche, no solían llegar mis padres. Iba a ducharme y seguramente cambiarme y bajar de nuevo a la calle, era lo que solía hacer a no ser que anduviera mal de dinero que eso también era algo habitual.
Al entrar en mi casa, fui directo a mi dormitorio, la persiana estaba abierta e iba a cerrarla, cuando enfrente ya veo a mi joven vecino que, al escuchar ruido en mi casa, se asomó a su ventana para ver si era yo. Nada más vernos ya los 2 nos entendimos, con una ligera seña, le di a entender que sí, que sí podía venir a mi casa, que estaba yo solo.
Al momento ya fui a la puerta para abrirle y así no tuviera que tocar el timbre, no queríamos que nadie se enterase, pues los 2 sabíamos muy bien que era lo que íbamos a hacer, ya no íbamos a jugar el uno a la casa del otro, ahora siempre era para tener sexo, era para follarnos mutuamente.
Así que sentí cerrar la puerta de su casa, sin hacer ningún ruido, abrí la de mi casa, pasó silencioso como solía y sin necesidad de decirle nada, ya fue delante de mí para mi dormitorio.
Nada más llegar ya los 2 nos abrazamos empezando a meternos mano mutuamente y comernos la boca.
¿A que hora vienen tus padres! Me preguntaba.
Tranquilo, tenemos tiempo de sobra, hasta las 10 u 11 de la noche no llegan, le contesté, empezando a aflojarle la correa del pantalón, así que por lo menos tenemos 3 horas para hacerlo.
Dándonos besos uno al otro, nos fuimos quitando la ropa hasta quedarnos desnudos por completo, hasta los calcetines y zapatos nos solíamos quitar, vamos que nos quedábamos como Dios nos trajo al mundo.
Los 2 estábamos empalmados a tope, él siempre que se queda desnudo por completo delante mía, tiene la costumbre de rascarse con una mano uno de los cachetes de su apetecible culito, es una manía que tiene, seguramente sea un tic nervioso pues lo hace siempre.
Al momento ya nos volvimos a abrazar y meter mano mutuamente, yo recuerdo que ese día le agarré la polla que es un poquito más larga que la mía, 15 centímetros le mide cuando la mía es de unos 14, es una polla recta, de igual grosor en la punta como en la base, el glande lo tiene sonrosado, recubierto por la piel del prepucio, y acercándolo mientras lo agarraba por la polla, la metí entre mis piernas, justo por debajo de mis huevos, y así abrazado a él, empezamos a comernos la boca uno al otro.
Nos mordíamos el labio, nos metíamos la lengua y nos la chupábamos uno al otro, mientras nuestras manos iban recorriendo y acariciando todo nuestro cuerpo.
Ya llevábamos un buen rato metiéndonos mano y comiendo la boca, cuando me dijo de tumbarnos sobre la alfombra para chuparnos mutuamente la polla, vamos para realizar un 69. A él le gustaba mucho que yo le chupara la polla, además de gustarle que se la metiera por el culo, lo que más le encantaba era que yo le chupara la polla, siempre quería que le succionara el glande, le gustaba que justo ahí yo presionara con mis labios y le estuviera succionando el glande hasta que se corriera en mi boca, cosa que le gustaba ver, pues le encantaba ver como empezaba a eyacular y como iban saliendo a borbotones su esperma y yo me los iba tragando.
La verdad es que eso a mí también me gustaba mucho, no me cansaba de chuparle la polla, incluso luego de correrse en mi boca, se la chupaba y succionaba hasta que ya no le salía nada, vamos que se la dejaba limpita y flácida.
Pero yo ese día tenía otra idea en la cabeza, quería que me la metiera por el culo y se corriera dentro, quería que me preñase, además de probar una nueva postura que hacía algo menos de un mes, había probado con un hombre de unos 37 años, al que al final en lugar de cogerme él a mí como yo quería, lo había terminado cogiendo yo a él.
Me había llamado la atención la postura en que me hizo cogerlo, además que la polla me había entrado con suma facilidad, vamos que o aquel maricón tenía un agujero que tragaba las pollas fácilmente, o aquella postura facilitaba la penetración. Así que yo quería probarla y ver lo que se sentía y sí entraba tan fácil como me había parecido a mí.
Así que luego de llevar un buen rato tumbados chupándonos la polla mutuamente, le dije a mi vecino de probar una nueva postura, que quería probar a ver si la polla era que entraba tan fácil por el culo.
Así que, sin esperar más, nos levantamos y lo llevé para el baño, allí era donde íbamos a probar, allí era donde quería que me la metiera por el culo.
Lo llevaba de la mano, estaba ansioso por que me la metiera por el culo. Nada más entrar al baño, mojé la mano con agua y me enjaboné los dedos, eso lo iba a utilizar de lubricante, ya en más ocasiones habíamos utilizado el jabón para lubricarnos el agujero, pasé la mano por mi ano y luego de lubricar mi entrada anal, subí una pierna al borde de la bañera, dejando la otra en el suelo, estando así le dije a mi joven vecino que me metiera la polla por el culo.
Ven, métemela así, le dije mientras él se pegaba a mí quedando a mi costado izquierdo, pues la pierna que tenía sobre el borde de la bañera era la pierna izquierda. Mientras se pegaba a mí llevando su polla a la entrada de mi ano, yo pasé mi brazo izquierdo por su hombro derecho, para poder apoyarme sobre él.
¡Ohhh! ¡ooohhh! Grité a la vez que me sujetaba a él, Dios, de una embestida ya me había clavado la polla hasta las bolas, joder había entrado con tanta facilidad que ni lo había esperado, la hostia que tremendo gusto me dio cuando noté como su polla se introducía a tope por mi abierto culo llegándome a lo más profundo de mis entrañas. Note sus huevos pegados a la entrada de mi ano y nada más soltar el gemido y estremecerme abrazándome a él, ya siento como saca la polla de todo y vuelve a metérmela por el culo.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Volví a gritar al volver a ser penetrado. Al cabronazo le gustaba mucho el meter y sacar de toda la polla para luego volver a meterla, le gustaba cuando mi esfínter se abría y le apretaba el glande, eso a él le encantaba.
Dios, no la saques, sigue, sigue sigue, no te pares, dale así dale dale.
¡Dios que gusto! Gritaba yo abrazándome a él, notando como empezaba a bombear, metiendo y sacando una y otra vez
La polla por mi culo.
Las piernas me temblaban del tremendo gusto que me estaba dando, era tanto el placer que sentía, que abrazado, así como estaba a él mientras el no dejaba de penetrarme, le empecé a comer la boca. Dios, le mordía el labio y metía la lengua devorándole toda la boca, podía notar su polla entrando y saliendo una y otra vez por mi abierto culito, como rozaba mi próstata y como se clavaba en lo más profundo de mis entrañas.
Tremenda la follada que me estaba dando mi vecino, nunca había notado su polla llegarme tan profundo, además que me había entrado con suma facilidad.
Así me estuvo cogiendo un buen rato, era bastante tardón en correrse, cosa que aquello a mí, me estaba matando de placer, no paraba de gemir y pedirle que no parara.
Sentía su pelvis golpear una y otra vez con mi culito, plof, plof plof plof plof, plof plof plof plof, y mí pobre polla soltar gotas de semen que caían en la bañera, desde la punta de mi polla caía un hilito de semen por donde iban resbalando las gotas.
Yo ya estaba que no aguantaba más, las piernas cada vez me temblaban más, cuando por fin noto como empieza a apurar las arremetidas que me daba, como empieza a respirar más fuerte y dándome unas últimas estocadas mucho más profundas y salvajes, empieza a correrse dentro de mi culito.
Me corro, me corro, ¡ahhh que gusto! ¡aaahhh que gusto! Gritaba llenándome el culo de leche, leche calentita y espesita que salía por su polla dejándome preñado.
Así que dejó de bombearme, le pedí que no me sacara la polla del culo. No la saques, le dije, pajéame para que me corra yo también le pedí.
Y así acoplados como estábamos, echó su mano a mi polla empezando a meneármela y al momento ya me estremecí a la vez que gritaba:
¡Ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! Gritaba soltando unos tremendos trallazos de semen que fueron a pegar contra los azulejos de la bañera, Dios que tremendo gustazo me acababa de dar mi joven vecino, tremenda follada que me acababa de largar, menuda preñada que me acababa de dar.
Así que recuperamos la respiración, aún seguimos comiéndonos la boca mutuamente, y así comiéndonos la boca, nos metimos en la bañera, duchándonos juntos como ya teníamos hecho en más ocasiones.
Mientras nos duchamos lavándonos uno al otro, yo aún le chupé la polla haciendo que se corriera de nuevo en mi boca. Mientras se la chupaba succionándole el glande como le gustaba a él, con una mano le acariciaba los huevos y le iba metiendo los dedos por el joven culito, haciéndole que se abriera de piernas mientras apoyaba sus manos en mi cabeza, así hasta que le empezaron a temblar las piernas a la vez que me anunciaba su eminente corrida.
Ya, ya me corro, ya me corro, gritaba apartándome un poco la cabeza para poder ver como le salían los chorros de semen y yo me los tragaba sin dejar caer ni una triste gota de esperma.
Una vez ya deslechados y limpios, salimos de la bañera, nos secamos y fuimos para mi dormitorio donde teníamos la ropa, nos vestimos pues ya eran las 9 de la noche, charlamos unos minutos y lo acompañé a la puerta donde aún le sobé el rico culito cuando se marchaba para su casa, yo ya no iba a salir como en principio tenía pensado, ya estaba muy relajado y a gusto, así que me puse el pijama y me quedé en casa viendo la televisión, hasta que cerca de las 11 de la noche llegaron mis padres, cenamos y me fui para la cama, esa noche iba a dormir super relajado y sobre todo bien follado. Follado por mi joven vecino de puerta con el que mantuve infinidad de relaciones sexuales.
Si queréis escribirme o poneros en contacto conmigo, podéis hacerlo a:
Danisampedro91@gmail.com
O podéis buscarme en la red Twitter por:
@danisampedro91
Autor: DANISAMPEDRO91 Categoría: Sexo Gay
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Con mi perro abotonada
2023-09-21
Saludándola este día; como les conté en anteriores relatos que comencé la zoofilia leyendo relatos y viendo vídeos, primero no me gustaba sentía miedo hoy soy adicta a estar con mi lindo y amado perro.
Saben doy de Lambayeque, piel no muy morena me dicen morocha, con un hermoso cuerpo eso me dicen los hombres en sus piropos, unas tetas buen puestas y un trasero creo que les gusta mirar.
Vivo con mi pareja, tengo dos hijos los dos ya adultos; eso es otro relato; tengo un perro que lo crío desde muy pequeño con orejas grande y su cuerpo de buen tamaño desde que leí relatos y vi videos poco a poco me fue gustando y mi cuerpo corría ormigas y se hacía piel de gallina así fue la primera vez eso está en mis relatos primeros. Voy a lo que hicimos este sábado último.
Mi pareja que estamos recién como seis meses que pidió mi mano ( el no sabe de mi zoofilia) mis hijos si saben; bueno me quede sola en casa mis hijos salieron con sus amigos y amigas mi.pareja salió no sé adónde Soo me dijo ya regreso.
Me puse caliente cuando vi a mi perrito que está en el mueble lamiéndose su bulto y estaba rosado que le salía no perdí el tiempo fui a cariciarlo y como ayudarlo hacer lo que siempre hacemos cuando estamos solos. Comencé a cariciar su lomo luego su cara a darles besitos el también me lamis toda mi cara luego toque su rica verga y le salía poco a poco y yo ya estaba muy mojada. Comencé a chuparle su rica verga el comenzó el mete y saca en mi boca que llegaba hasta mi garganta su ...
... punta eso me gustaba después de unos minutos me dejó su leche dentro de mí y la trague todo su bolo quedó fuera de mi boca.
Después que la deje se lamió su verga y aún estaba colgandole di rica verga me pare y me saque mi tanga y dejé a merced mi vagina para que me haga un oral luego me penetre y así fue como estaba muy pero muy mojada el sabía que hacer y así lo hizo me dio unas lamidas que me hizo venirme en su boca el continuaba lamiendome que su lengua llegaba hasta mi culo que ya estaba latiendo por probar nuevamente su vergs.
Me pude se cuatro como su perra que soy y comenzó a subirse y me punteaba mis nalgas siempre le ayudo a ubicar mi vagina o mi culo, esta vez quería que me rompa nuevamente mi amigo y así fue le guíe con mi mano y en una lo metió muy rápido fue el mete y saca que yo estaba en las estrellas porque que hacía feliz lo sentí su bola dentro de mí y se quedó quieto fue donde eso me hace muy feliz y me hace venirme muchas veces y a choros donde quedó temblando y no puedo pararme por un buen rato.
Así quedamos culo con culo donde yo no quería que lo saque y eso fuera eterno me gustaba y yo feliz de estar así mi perrito es mi marido, amante, yo doy su perra, su puta, soy toda de él. Así pegado quedamos como 45 minutos después escuché un plooof y salió su rica bola le ayude a limpiar su verga con mi boca igual ido con mi amigo lo limpio con su rica lengua áspera. Cuando estoy sola el remplaza a mi pareja y a mis hijos
Espero que les guste mi relato todo es real.
Autor: Solnela Categoría: Zoofilia
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Sumisa infiel atada y marido cornudo
2023-09-21
Matrimonio con una vida sexual basada en el BDSM, el bondage, y que tienen una relación liberal sexual con infidelidad y juegos de cornudo cuckold.
Ese martes de abril era como cualquier otro día, de planes de ir de aquí para allí y con el aburrimiento rutinario de cualquier ciudad. Amigos los de siempre, recorrido el de siempre, horario el de siempre, y las únicas novedades son los correos que vamos recibiendo mi mujer y yo, dado somos matrimonio liberal y abierto sexualmente. De vez en cuando practicamos tríos, intercambios de parejas, y contactamos con amos, alguna ama de vez en cuando, y también otras parejas y matrimonios que les guste el BDSM y el bondage.
Aquel martes estábamos pendientes de recibir un correo de un amo con el que habíamos visto gustos compatibles, y nos proponía una idea y fantasía divertida. Nos habíamos escrito un par de semanas, nos habíamos dado los teléfonos para acordar la cita, pero justo cuando iba a revisarlo recibí un audio de voz de mi mujer.
“Cariño, he llamado esta mañana a HardRopes y he quedado con él en un bar a las 12 del mediodía. Luego te informo”.
Sabía que mi mujer estaba impaciente, pero no me imaginaba que tenía tanta prisa. Habíamos hablado de todas las posibilidades de sexo y morbo que parecía que ofrecía, y no quise estropear la cita que ella había planeado. Entendí que quería hablar a solas, porque no me dije el lugar dónde habían quedado, y yo seguí aquel día con la normalidad de siempre, esperando encontrarnos a la hora de comer y que me explicara qué tal había ido la conversación.
Casi me había hasta olvidado de su mensaje, cuando pasados diez minutos de las doce en punto recibí otro audio de voz.
“Estamos tomando un café y comiendo un poco. Se le han puesto los ojos como un búho cuando me ha visto. Me he puesto ese vestido blanco ajustado que me llega justo hasta tapar el culo (aquí se oía sus risas). Ahora está en el lavabo. Luego te cuento. Ah, y es guapo y está muy bueno”
Entiendo el impacto que le provocó al chico verla con ese vestido. Mi mujer es delgada, tiene un buen pecho, cadera estrecha, de figura muy fina, y aquel vestido le realza la belleza. Siempre que se lo pone van mirando los hombres adultos, y es incómodo para andar porque cada dos por tres se lo tiene que ir bajando, porque se le sube al ser algo elástico. A mí me encanta cómo le queda, está preciosa, y estaba convencido que para la cita iba a poner a mil al pobre chico.
Yo seguí con lo mío, inmerso en mis cosas, despreocupado y pasó media hora hasta que volvió a enviarme una serie de audios cortos y escuetos.
“Estoy sentada a su lado. Me ha puesto la mano en la rodilla, y la está subiendo”.
Dos minutos después me llegó otro.
“Ha metido la mano por debajo de mi vestido”.
Y luego envió otro acto seguido.
“Ya la ha quitado, pero tengo el muslo, y lo que no es el muslo, que me hierve (y si oían risas de los dos)”.
Se notaba la clara intención de mi mujer en putearme pícara y traviesa, y en que supiera que estaba dejándose seducir por otro hombre. Cuando me lo hace yo juego haciendo indiferencia y que no le hago ni caso, y la forma de demostrárselo es que yo no le llamé ni le respondí. Hice como si no me hubiese enterado, como si no lo hubiese oído, pero tanto ella como yo sabíamos que el rol de su travesura y mi indiferencia nos encanta a los dos. Se divertía ella al enviarlos, y sonreía yo al escuchar los audios.
Me envió un par de audios más que no hace la falta comentar porque ya eran como enfriando la escena sensual, queriendo llamar mi atención también copiando ella mi estilo de la indiferencia, y el último que me mandó era para decirme que salían del restaurante. Supuse que en torno a las dos del mediodía llegaría a casa y me contaría lo que habían hecho, pero apenas habían pasado quince minutos que me volvió a llegar otro audio, ahora ya mucho más caliente.
“Cariño, estamos en el parking. Me ha puesto de cara a la pared. Tengo las manos en la pared y las piernas muy abiertas. ¡Como los polis que cachean a los ladrones en las películas! Me ha ordenado que no me mueva, y me va a cachear”.
Me quedé imaginando la escena, en un parking solitario supuse o fantaseé, en esa posición sumisa y sensual, manos arriba con los brazos muy abiertos en la pared, hacia los extremos, alejados de la cabeza, piernas abiertas como si dibujara un triángulo, y las manos del chico registrando por sus nalgas, por debajo del vestido, y emitiendo ella algún suspiro o gemido y él susurrando al oído para no ser descubiertos.
Debió de hacerlo muy bien mi mujer para seducirlo hasta alcanzar ese punto tan valiente y atrevido, y yo tenía muchas ganas de recibir un nuevo audio para saber qué seguía sucediendo. Me llegó otro en pocos minutos.
“Sigo de cara a la pared, y me ha quitado el vestido”
Entonces se oía en voz baja la voz del chico ordenando qué me explicara más detalles.
“tengo los ojos vendados, y me tiemblan las piernas de lo excitada que estoy. No veo nada, no sé si me ve alguien, esto es muy morboso”.
Entonces oí ordenarle que me describiera la ropa.
“Llevo sólo el tanga y sujetador morados de encaje que tanto te pone, y los zapatos de tacón de aguja que compramos en la calle Alcázar”.
Ahí se apagó el audio. La imaginé tal como se había descrito, y la polla se me puso que iba a reventar los pantalones. Me despertó envidia sana la situación erótica que estaba viviendo, y por el acento en su voz sabía que le encantaba, y que estaba muy excitada. Me imaginé que tal vez el chico le acariciaba la espalda, o las costillas, sin dejar que ella moviera su posado de cara a la pared, dominada, sometida, y a lo mejor besaba o lamía su cuello para mayor crueldad, y me encantó.
Volví a recibir otro audio en el que se oía la complicidad sexual entre ambos. Mi mujer preguntó si podía moverse, y al responderle el hombre con un NO dominante escuché a mi mujer exclamar un “vale”, demostrando que estaba de acuerdo, e incluso yo diría mucho más, que le encantaba.
Habían pasado diez minutos desde ese audio en que me decía su posado hasta este otro del breve diálogo, y al cortarse este audio me quedé a la expectativa, pensando en un montonazo de cosas. Ahora tenía la incertidumbre de si iba a follar allí mismo en el parking, o si la iba a masturbar, o se irían a un hotel, o vendría para follar en casa. No sabía cuál iba a ser la continuación. Podían ser muchas cosas, y la verdad es que el próximo audio se demoró intencionadamente. Pasó tanto rato que ni miré el reloj, pero al final se reanudó los mensajes.
“Estoy en su coche” – me dijo con un tono muy excitada – “Sigo con los ojos vendados, en ropa interior, y estoy atada”.
Se oía el motor del coche circulando, y entre el ronroneo del motor oí que el chico le decía que me contará más. Concretamente, le ordenó que me dijera cómo estaba atada, y ella me contó que tenía los brazos a la espalda, atada con cuerdas que le daban toda la vuelta al cuerpo, doblados, con las manos que habían quedado elevadas, cerca de los hombros.
El chico le dijo que me comentara si podía desatarse.
“No puedo desatarme” – y al añadir “no vendré a comer” se cortó el audio.
Yo estaba vestido con mi ropa de calle, y me senté en un banco de una plaza, apoyándome en el respaldo, porque no podía andar con esa bestial erección que me había entrado. Iba a romper los pantalones, como se suele decir. Me dije que me tenía que relajar, pero imaginarme la escena me hacía fracasar todos los intentos, y una parte de mí pensaba dónde iban, pero mi mujer ya es adulta, lista, madura, le encanta seducir y provocar, lo lleva en la genética diría yo, y confiaba en que ella sabía en que iba a disfrutar y pasárselo bien.
Todo el rato iba pensando yo a qué lugar bien, si yo tendría que ir a buscarla a algún sitio, un hotel, un piso, una calle, y me quedé totalmente expectante esperando noticias. Tardaron en llegar, pero ya di por supuesto que no iban a decir nada hasta llegar al lugar donde iban, y así fue. Por fin llegó un nuevo audio.
“Cariño, ya hemos llegado”.
Primero me habló del lugar.
“No sé dónde estoy. Tengo todo el rato los ojos vendados, y no sé dónde me ha llevado” – y rápidamente añadió – “pero estoy genial, ¡tranquilo!”.
Después me contó que estaba desnuda. Le había quitado toda la ropa, descañza, y que tenía las piernas atadas dobladas como si fuesen las patas de una rana. El talón le tocaba el culo, y no podía estirarlas ni un milímetro. Las ataduras y el bondage eran estrictas y duras, y me contó que se iba a quedarse con él toda la tarde. Había decidido que iba a ser su esclava hasta las siete de la tarde.
Imaginarla todo el tiempo atada en esa posición, sin ver nada, sin poder escapar, sometida y torturada por un amo severo y perverso, me encantó. La ideé atada toda la tarde, sin descanso, perdiendo la noción del tiempo al tener todo el rato los ojos vendados, con pausas a veces y a ratos martirizada de orgasmos y placer, y me excitaba. Imaginé la posición que me había dicho porque he visto muchas fotos de ese estilo, y lo hice fue poner en mi cerebro la cara de mi mujer. La imaginé gozando, excitada, y me encontré tan tranquilo que me vino esa modorra de que duermes pero que te entra sueño y vas cerrando los ojos.
De pronto volvió a sorprenderme otro audio. Era mi mujer gemir.
“Sí, sí, sigue, sigue” – decía, y el chico le ordenaba que me contara qué estaban sucediendo. Se lo tuvo que repetir tres veces, severo y dominante, porque ella no paraba de gemir, y entonces logró contar que le estaba lamiendo el clítoris con la lengua. Le dijo que tenía que obedecer a la primera, y que se merecía una lección. Ella dijo que sí, que la castigara, pero seguía gimiendo, y ahí se paró el audio.
Cuando volvió el siguiente audio comenzó con la voz del chico, hablando con mi mujer. Le ordenó que me lo volviera a contar, y al oír sus mmmppfffhhfhhf y mmmmaafffpff supe que estaba amordazada. Y debía de estar muy duramente amordazada, porque no se le entendía nada, y era incapaz de articular una palabra.
Entonces hablaba el chico, y en un mensaje dirigido a mí me decía que mi mujer se lo iba a pasar de maravilla, que la iba a volver loca de placer, y que a las siete la desataba y vendría para casa. Añadió que ya enviaría algún audio más, y colgó.
Durante toda la tarde fui recibiendo varios audios. Las dos primeras horas todo el rato fue amordazada, y todo el rato gimiendo. Algunos eran orgasmos alocados, “ffffmmpfffifififi mmmppffii”, otros eran como torturada “aaaafffffffhhhfff mmmamafffappp”, y unos pocos eran como diálogos, como queriendo decirme qué tal iba “ffffoooiiii mmmmippfpfifif mmmaaapppffhhoooggg”, todos ininteligibles pero que no entendía nada de nada.
Pasadas las cinco de la tarde oí de nuevo su voz.
“No tengo ni idea de que hora es, pero me lo estoy pasando de puta madre. Sigue, sigue” – decía desesperada.
Sonaba que no hablaba conmigo. Era como un mensaje que le había dado a su amo, y de este estilo llegaron un par más. Uno era misterioso.
“Duele, pero me encanta”.
Y otro en el que demostraba haber conseguido su obediencia y sumisión, ya que se dirigió al chico como “sí, señor”, y en otra frase añadía el “sí, por favor”. No tuve más audio, así que no supe de que iba el diálogo entero, pero tenía suficiente notando ese acento de excitada y cachonda.
Imaginé que habían follado con ese frenesí que es típico estando los dos cachondos perdidos. Imaginé que la había masturbado, y que la estaría sometiendo a esas sesiones maravillosas de multiorgasmos que le encantan a mi mujer, en la que tiene tres o cuatro orgasmos seguidos. En eso le encanta suplicar y rogar que paren, y quedarse un rato atada mientras recupera fuerzas. A lo mejor la sometió a algún castigo, pero todos los detalles me los contará cuando venga a casa.
Yo os comentó que había ido repasando los audios. Había elegido varios en los que gemía amordazada, en los que se oía sus orgasmos, y me hice una paja escuchando los audios, fantaseando con la escena, y sabiendo lo bien que se lo había pasado.
A las siete y dos minutos volvió a llegarme otro audio.
“Me está desatando. Ya vuelvo para casa”.
La fui a encontrar en la esquina de las calles Baltazar y Bronto. Tenía muy marcadas todas las cuerdas, lo que demostraba que había estado atada estricta y severa mucho rato, y aún llevaba el dibujo del antifaz de cuero usado para los ojos vendados.
Rápidamente se abalanzó sobre mí, nos estampamos un beso apasionado en los labios, me contó que estaba exultante, cansada y agotada también, pero que se lo había pasado maravilloso, y me enseñó orgullosa todas las marcas preciosas que llevaba por todo el cuerpo.
Me contó que había llegado con los ojos vendados, y que de verdad no tenía ni la más mínima idea de dónde habían ido, más allá de que se habían metido una hora en coche. Después siguió con todos los detalles, que dio para esa noche y el día siguiente y la semana entera, pero eso ya os lo cuento en otro relato.
Autor y propietario del relato: parejasumisa@yahoo.es
Autor: PAREJASUMISA Categoría: BDSM
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Una virgen para la bestia
2023-09-21
Se ve muy triste y asustada. Ella sabe muy bien lo que está por suceder. Ella quería mantener la castidad, esperando al hombre de sus sueños pero ahora una vil bestia va a arrebatarle toda su inocencia y definir su precioso cuerpo adolescente. Es tan injusto. Ella es solo una niña y se enfrenta a un hombre lobo gigante. ¿Por qué el destino es tan cruel? Por si fuera poco, está atada a un árbol, por lo que incluso la forma más rudimentaria de defensa es imposible. Ella está completamente expuesta y es tan vulnerable que sus objetos más sagrados están a la vista, libres para que el monstruo los use y explore. Ella aún no ha mostrado su coño a nadie y ahora este monstruo, este animal, penetrará en su jardín sagrado, reclamando su cuerpo como propiedad propia. No es justo. Ya se siente tan degradada y humillada que ni siquiera ha empezado todavía. Piensa en todo el dolor que está por llegar. Ella solo metió 2 dedos dentro de su raja y ahora una polla canina gigante está a punto de atravesarla. No es de extrañar que las lágrimas corran por sus mejillas. Al final, ninguna cantidad de lágrimas la ayudará, ya que la bestia no siente simpatía por ella y solo la ve como un objeto para satisfacer sus necesidades físicas. Tiene que someterse a ello y aceptar su destino.
Autor: Saw Categoría: Fantasías Eróticas
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