El Kelvin y sus desventuras

2019-08-13


Malditas las ganas que yo tenía de ir a pintar ese apartamento de mis padres que tenían en la zona costera, pero siendo hijo único no me quedaban más cojones, como decían ellos, dicho apartamento sería mío el día de mañana. De buena gana hubiera enviado un pintor, pero mis padres erre que erre, lo que podía hacer uno mismo no tenía el porqué pagar. Así que aproveché que mi mujer y los niños habían salido de viaje a ver a mi suegra, la cual había quedado viuda. Con treinta y tres años y mi posición de ingeniero informático todo me chirriaba, había tenido que pedir una semana de mis vacaciones en la empresa que trabajaba. Así que allí estaba, intentado pintar las putas paredes. Pronto me cansé y contrate una cuadrilla de pintores que en un día (un puto día) me la pintaron. Solo me quedaba descansar esa semana, y claro, me dije que allí mismo me quedaba. Hacía un calor de espanto y fui a la playa, era domingo. La playa siempre me había parecido de segunda, un lugar hortera y vulgar. Ese fin de semana tuve una familia al lado donde yo siempre me solía poner cuando acudía a dicho lugar de niño. Estaba formado por cuatro miembros, un puto gordo de cara roja y dos adolescentes estridentes, aunque la que marcaba la diferencia era la mujer, por su porte. Hembra sólida, de estatura considerable, facciones marcadas, tetona, culazo marcado, prieta de carnes, su mirada era de pantera, se la notaba relamida, caminaba como una gran diva, con su paso sólido, largo y pisando fuerte. Oí que me llamaban por mi nombre, no era ni más ni menos que Kelvin, un antiguo conocido de mi padre. Kelvin había trabajado esporádicamente para mi padre los veranos. Era negro, aunque había venido de niño, tendría la cuarentena larga de años. Siempre me había sido simpático conmigo, algo cargante, pero buena persona. Aún me acuerdo cuando limpiaba los jardines de la urbanización, en un rincón echaba una meada, yo nunca había visto una polla negra y me impresionaba, ese rabo negro de tamaño considerable junto con unos testículos también grandes. — ¡Cuánto tiempo Álvaro! — dijo en tono exclamatorio. — ¡Hola Kelvin! ¿Qué te cuentas? — dije al mismo tiempo que nos estrechábamos las manos. — Ya ves, he pintado el apartamento del viejo, ya lo conoces. — Sí, desde luego, no cambiara nunca, lo vi no hace mucho y a pesar de sus años sigue igual. — Pues sí, no te equivocas, sigue dando el clavo, pero bueno, ya se sabe los viejos. — Me alegro, entonces. ¿Aprovechas para disfrutar de la playa, por lo que veo? — Bueno, digámoslo así, aunque esto está muy aburrido. — Pues sí, mucha familia de los alrededores que digamos. — Poca cosa que pillar, entonces — le dije con una sonrisa socarrona, ya que sabía por mi padre que era un gran mujeriego y no desperdiciaba ninguna oportunidad. — No te creas, alguna cae, sin ir más lejos hace dos semanas cayó una — contesto en tono orgulloso. — ¿Y ahora, nada a la vista? — contesté. — La tienes allá — dijo mirando hacía la familia de nuestro lado. — Tiene meneo del bueno la jamona — contesté. — Pues sí, el año pasado ya le tenía ganas, pero me la levantó un chulito. — ¿No me digas? — contesté sorprendido. — ¡como lo oyes! Así, tal cual, incluso se la tiró a escape — contesto en tono vehemente. — No entiendo — dije — Pues ella encontró media hora para pasar desapercibida, se encontraron tras la duna, al lado de los matorrales y allí se la cepilló. Fue polvazo, yo lo vi, le dio tunda de polla en poco tiempo, ni siquiera se quitó el bikini, se tumbaron, ella se abrió y el hijoputa chulango le metió chorra a fondo, pude ver como el pollazo del tío, le entraba y salía. Gemía como una puta. Le descargo y cada cual por su lado. Ella la hijaputa volvió con los suyos. ¿Cómo te has quedado? Fue tal cual lo vi — dijo con entusiasmo. Tras la charla quedé algo confuso, pero con ese espíritu de iniciativa para poder tener ese aliciente. La hembra lo valía. Madurona, encima me miraba de soslayo. Kevin se dio cuenta, no era tonto, como buen ligón de maduras que era. Empleando su lenguaje (y siendo sincero me molaba) le pregunté: — ¿Qué edad puede tener la jaca? — Ejemplar de 46 — me dijo en tono convincente. Entre chapuzones escandalosos de los chicos y ajetreo de poca gente transcurrió la tarde. A última hora la gente ya recogía y se marchaba, los vecinos no fueron menos. Ella, al pasar me dedico una mirada lateral con movimiento de cabeza que movió su cabellera morena recogida en un moño. Ella iba tras el grupo, los cuales ya llegaban al coche. Volvió atrás, pude apreciar que les decía que volvía por la toalla y la bolsa que había dejado, que empezaran a colocar las cosas en el maletero. Pasó con paso erguido delante de nosotros, de la bolsa saco un cigarrillo. Se dirigió hacia nosotros, y a mi concretamente me dijo si llevaba fuego. Se lo di y dije como quien no quiere la cosa: — Ya ha terminado la tarde, mucho calor, también nos vamos. — Prefiero los lunes, no hay tanta gente que moleste — contesto ella con tono engolado al mismo tiempo que me miraba a los ojos con profundidad, al mismo tiempo que daba la vuelta y con un golpe de cadera hizo que su culo se moviera en vaivén. Quedé impresionado del descaro de ella, Kelvin quedo mirándola fijamente y me dijo: — La tienes, que suertudo, claro, con tu cuerpo, joven y guapo. Yo que no me lo pensaba, ya que seguro que has pillado el sentido de lo que te ha dicho. A mi ni se ha dignado a mirarme. Me pone la tía montón, tengo la polla tiesa — me dijo al mismo tiempo que se ponía la mano en su paquete. La verdad es que yo también estaba palote, enrabado mi pene me explotaba. Dejó a las claras que a la mañana siguiente allí estaría. Por la noche salimos a tomar unas copas con Kelvin, me llevó a una especie de local de baile anticuado, donde se servían licores baratos y dulzones. Iba como un dandi. Yo me aburría, todo eran matrimonios maduros. Kelvin entablo conversación con una pareja, eran extranjeros, pero llevaban años veraneando en la zona. Me resultaba aburrida la conversación ya que apenas entendían nuestro idioma. El hombre debía tener sus cincuenta largos años, ella en apariencia cuarenta y muchos, incluso Kelvin me confirmó que tenía 48. Era delgada, pintarrajeada, teñida de rubio, con gafas, sus pechos eran centrifugados, de piernas algo esqueléticas y aparentaba un culo pequeño bajo su vestido hortera con estampados veraniegos. Pasó la noche, el marido bebía como un cosaco, estaba ebrio. Kelvin se ofreció a acompañarlos con mi coche. Acepte, con la condición de que no me vomitara dentro y poder ir de una puta vez a dormir. Maldecía por haber ido con el puto coche. Nada más entrar quedo dormido en la trasera junto a su mujer. No tardó en despertarse y viniéndole pequeños hipos y arcadas. — Párate al lado del malecón en ese lado apartado — me dijo Kelvin. Salió el hombre, yo le ayudé a incorporarse, se arqueó y vomitó. Volvió a incorporarse tambaleándose al coche. Kelvin y la mujer hablaban, ella tenía risa conejera. — Mira, salimos un segundo nosotros mientras él se recupera y de paso ya mato dos pájaros de un tiro — dijo Kelvin. — No entiendo — dije. — Pues que aprovecho que el tío no te vuelva a vomitar y yo al mismo tiempo voy a calzarme la mujer, me la trajino en la arena mientras tú cubres que no venga ni se despierte — dijo Kelvin en tono mandón. Ellos bajaron tras el malecón, el hombre había quedado dormido otra vez. Pasado un cuarto de hora encendí un cigarrillo y paseé. Oí ronroneos y gemidos junto con esos golpes sonoros prolongados del plof, plof, plof. Se la estaba tirando en misionero, ella con el vestido subido, él con los pantalones y calzoncillos bajados hasta los tobillos de ella con embestidas potentes. Podía ver como en cada mete sus nalgas se contraían y tensaban, la clavaba hasta el fondo y después en el saca, la desenterraba toda y volvía a empujar con fuerza. Pude volver a ver esa polla grande y los testículos de Kelvin, eran encomiables ambos. Las tacadas se volvieron más continuas y rápidas. El ruido de chapoteos delataba el clímax. Kelvin empezó a embestir como un toro bravo, mientras ella estertoreaba jadeos y empezaba a emitir pedos vaginales. Era evidente que eran los últimos adentros afuera, la lechada no tardaría en realizarse. Kelvin empezó una serie de jadeos guturales al mismo tiempo que gritaba “Toma, toma, toma; por puta, por viciosa, por...” y en un bufido potente dejo toda la simiente en el coño. Ella emitió un suspiro largo quedando tendida, las manos que había arañado la espalda y las negras nalgas de Kelvin quedaron inertes. Kelvin, sin más preámbulos se levantó, ella intento darle besos, pero él lo único que hizo fue limpiarse la polla aún goteante en el hortera vestido de ella. También cogió las bragas de ella que estaban al lado de ellos en la arena y se las metió en el bolsillo. Ella estuvo un rato tendida abierta de piernas con el vestido subido, estaba exhausta; de su coño goteaba lefa. Kelvin me vio, me miro con complicidad y orgullo. Subí y vi que el hombre intentaba incorporarse en el coche. Llamé a Kelvin, vinieron los dos, ella despeinada y quitándose la arena del vestido, intentando secar la mancha al mismo tiempo. Había cuchicheos, ella pareciera que buscara algo. Entonces pregunté: — ¿Nos vamos o pasa algo? El tío empieza a despertarse. — No, nada, simplemente busca sus bragas, podemos irnos — me contesto. Los dejamos en una urbanización donde residían, él tambaleante y ella llevándolo por la cintura. Ya de vuelta y llevando a Kelvin a su casa tuvimos conversación machorra. — Follas de miedo, Kelvin, con decisión, contundencia y ganas. Me has puesto el rabo tieso, la intensidad de esta jodienda me ha dejado asombrado. — Procuro darlo todo, no desaprovecho oportunidades, aunque me sabe mal no haberte hecho partícipe, un trío hubiera estado bien, pero había que vigilar al marido. — Bueno, sería un placer, otra vez será, aunque quizá con tu apostura ante la mujer que he podido observar a valido casi más que el trío. — Me gusta ser el que lleva la iniciativa, tengo orgullo de macho si lo dices por el final de la jodienda de esta noche. — Me ha impresionado esa soberbia al final, le has esquivado el morreo y encima te has quedado con sus bragas. — Sí, me gusta dejar claro que lo hago porque lo valgo. Y las bragas, pues me gusta coleccionarlas, son como trofeos. Al día siguiente volvía a estar en la playa, expectante y algo nervioso. Para más pesar el apartamento de mis padres estaban los operarios de la electricidad, en caso de tener suerte habría que buscar alternativa. No adelante acontecimientos, ya que me suponía que tendría que ser, en caso de triunfar, algo a escape, de veinte minutos. Apareció al cabo de una hora, altiva, con gafas de sol, apechugada, mirando al frente, como si paseara en una pasarela de moda. Y lo más importante: Sola. El corazón me dio un vuelco, y más cuando vi que se ponía a pocos metros de donde yo estaba. Se quitó el pareo, ante mi deleite ese día iba entangada, pasó a mi lado provocativa hacía el mar, me dio la espalda y vi las nalgas separadas por el tanga, algo en caída pero apetecibles; meneo el culo como si fuera una campana. Fui tras ella a darme un chapuzón, nadé a su alrededor, demostré mis dotes de piscina cuando era universitario. Vi que me miraba penetrante, su rostro se reflejaba en el agua, salimos, su pelo mojado le daba un aspecto salvaje. Fue a su bolsa y volvió a pedirme fuego, me caían sus gotas e mis manos. Se tumbó en la arena. De repente vi a Kelvin, venía decidido, con su toalla roja en contraste con su piel negra; se sentó en la arena a mi lado. El hijoputa venía a incordiar. Ella miró de soslayo hacía nosotros. Kelvin le sonrió, acto seguido me dijo: — Me he tomado el día libre — Ya veo, vienes a ver… — dije — Bueno, los lunes me encargo de la caseta del pequeño muelle, me da algo de tranquilidad, el patrón tiene su día libre también y solo debo vigilar. — ¿Estás molesto? Te recuerdo que tuve oportunidad con ella — dijo en tono silencioso. — Eres un mujeriego nato, la verdad, aunque ella creo que empieza a sospechar y me vas a echar al traste el tema — dije algo molesto. Ella volvió a levantarse, cruzo ante nosotros altiva y segura, volvió a menear el culo con golpes de cadera. Se dirigió al herrumbroso chiringuito volviendo a pasar con supremacía. Ahí no tuve ninguna duda que algo pasaría. Incluso cuando Kelvin le dijo a ella: — Si quieres algo más fresco para beber estamos en la caseta del muelle. — Quizá en media hora — contesto segura de si misma. Fue la palabra definitiva, Kelvin me invitó a levantarme y ir a dicho lugar, unos 200 metros al final de la playa. Constaba de una cochera con aparejos náuticos, un cuarto y un pequeño comedor con un viejo y raído sofá. Olía a salitre de mar. Mire por la pequeña ventana del comedor y la vi a ella caminando decidida frente a la caseta. No cabía ninguna duda que la suerte estaba echada. Hembra a las puertas y trío a la vista. Kelvin por su parte también miró y sus ojos se volvieron voraces. Sin dudarlo se quitó el bañador — ya llevaba un empalme considerable en su gran polla — y se sentó en el sofá con las piernas abiertas. Entro ella algo perdida. Yo le abrí la puerta, entró. Miro a Kelvin, el cual dijo: — Supongo que no vas de rollo sensual, amoroso y todas estas mandangas y he dado por hecho que valía ir directo al grano — mientras se meneaba la polla. — ¿Qué te hace suponer eso? — contesto ella algo impresionada al ver su polla. En ese momento me abalancé sobre ella y la morreé, al mismo tiempo que le tocaba el culazo. Fue receptiva y Kelvin volvió a hablar. — Despelótala, me gusta ver a la tía que me voy a follar en pelota picada. Así lo hice, estaba desesperado, al poco tiempo ella mamaba a los dos en el sofá, iba turnando las pollas, una blanca y la otra negra; mientras chupaba una pajeaba la otra, hasta que Kelvin se levantó y mientras ella me mamaba él, le abrió las nalgas, hizo dedo en el coño, le comió el culo y coño. Notaba la respiración de ella en mi polla, la succionaba a fondo. Kelvin dijo que pasáramos al cuarto, ella de pie, nos pusimos en posición de perrito — por indicación de Kelvin — y ella nos comió el culo, huevos y mamó polla. Kelvin fue el primero en empotrarla, le tenía ganas a la hembra. Misionero clásico y bombeos a rabiar. Dejó su lefa en toda la cara de ella. Como un autómata la volví a montar, la besaba, notaba la lefa de Kelvin, me daba igual. Deslefé dentro de ella. Era un coño grande y húmedo, el cual se podía bombear a toda velocidad. Quedamos algo cansados, el calor y la corrida. Decir que ella se vino con ganas, mojó coño con Kelvin, yo la rematé. Al cabo de media hora, ella se disponía a irse, pero Kelvin le pidió el culo, se lo dio, la enculó con ganas, a fondo; ella berreaba, ronroneaba, suplicaba. El Kelvin la enculó en posición perruna, le tiró del pelo, la penetró hasta el fondo con su enorme polla terminando en su espalda. Quedó exhausta, al verla como un ser sin peso tendida en la cama y intentando incorporarse me entraron ganas. Sí, volví a la carga, también la enculé en misionero con las piernas muy altas apoyadas en mis hombros. Jadeaba, todos sus conductos habían sido usados. Me corrí una vez más, busqué su cara, la aparto, le deslefé en el pelo, en las orejas. Quedó cubierta de lefa. Tras la batalla se dispuso a marcharse. Verla desnuda, con el tetamen generoso algo caído, su coño depilado aún goteaba mi semen. La habitación ya no solo olía a salitre, también a sudor, semen, a macho y hembra: a sexo. Se puso la parte da arriba del bikini, busco la parte da abajo pero no la encontró de ninguna manera. Se enfadó a ver quién la tenía. Ante la imposibilidad de encontrarla y que ya empezaba a oscurecer opto por ponerse el pareo. Vimos cómo se marchaba, ni una despedida. Solo como sus pasos quedaban marcados en la arena. Un mes después en mi bandeja de entrada del correo electrónico pude leer: “Querido Álvaro, en primer lugar saluda a tus padres, espero que se encuentren bien de salud y a tu familia la cual no conozco. Solo decir, que fue un placer volver a verte y te envío archivo adjunto de recuerdo”. Abrí el archivo adjunto del correo electrónico en el cual había fotografiado un tanga bañador de color negro con un texto: “Aún huele a coño, es uno de los trofeos que he disfrutado más y tuve el placer de hacerlo contigo.” Mi mujer me llamo, la cena estaba lista.

Autor: Thotem Categoría: Sexo con Maduras

Leer relato »

Entre dos amas

2019-08-13


La cerradura gira dos veces. Desde mi posición no puedo ver más que el suelo y no más de medio metro de altura. Estoy a cuatro patas. Bueno si puede decirse así. Antes, de rodillas, una correa ha unido cada gemelo a cada muslo. Después, en posición de cuatro, cada codo se ha pegado a cada rodilla, sujetos por otras correas que se unen a la de los muslos y pantorrillas. Una posición muy incómoda y dolorosa para rodillas y codos. En contra de lo que pensaba, la mejilla no se apoya sobre el suelo. Es la barbilla la que lo hace. Una bola abre mi boca con unas correas que la sujeta por la nuca y otras que se cierran en la cabeza. En la parte superior una anilla de la que sale un cordón que mantiene la cabeza tensa atada a otra anilla en la parte posterior del collar. Unas pinzas metálicas unidas por una cadenita estiran los pezones hacia atrás, sujetos por la cadena al aro que envuelve los huevos. Termina el ruido de la cerradura y las embestidas en mi culo no paran. Los gemidos siguen, las embestidas son más fuertes. Lo único que sale de mi son ruidos guturales, entre dolor y placer. Son sordos. La bola hace su trabajo. Puedo ver la parte baja de la puerta. La miro directamente. Aparecen los zapatos de finos tacones. Solo veo hasta las pantorrillas de mi mujer. Desaparece uno de los zapatos al caminar. Noto una fuerte patada desde abajo que me hace morder la bola. Creo que me ha desencajado la mandíbula. Me invade el mareo a la vez que la oigo que me dice "maricón de mierda". - Pero qué haces... Lo vas a matar - oigo desde atrás. Ya no sé qué ha pasado. Ni el rato que llevo así. Me cuesta despertarme. Voy tomando conciencia. Y sigo en la misma posición. Solo que oigo un zumbido de fondo y otro delante de mi. Algo me está taladrando el culo sin parar a un ritmo que me hace temblar por dentro y por fuera. Creo que lo que me ha despertado han sido mis propios sonidos guturales. Quizás haya sido la polla de goma de esa máquina que ha sido creada para follar sin cansancio y que me obliga a mantener la boca abierta, reemplazando la bola. Aunque en este momento no me la folla, mas bien está casi parada. Digo casi porque sólo se mueve unos milímetros y gira provocándome una permanente arcada. De hecho me llega el asqueroso olor de los vómitos que he debido soltar durante mi desmayo. Me arde la garganta. Y sin embargo, la polla de goma que me folla el culo cobra más vida con esa maldita máquina. Ojalá que se corte la luz. Ahora que ya estoy más despierto aparece ante mi el rostro de la Ama que me ha dejado en ésta posición que se me hace eterna. Está igual que yo, inmovilizada y encogida como me ha descubierto mi mujer. Tiene el culo morado, con marcas rojas que lo cruza. La espalda refleja el castigo que ha sufrido, atravesada por líneas que dejan salir gotas de sangre ya secas. De sus pies que apuntan al techo veo una velas muy finas que salen de entre sus dedos hacia arriba, encendidas y goteando la cera sobre las plantas. Tiene colocada la misma bola que antes abría mi boca y que ahora ensordece sus llantos. Está totalmente desnuda. Las pinzas des sus pezones, exactamente como las mias, empujan sus pezones también hacia atrás sujetas a un gancho metálico que entra en su coño. -Bueno cielo, ya ves lo que les pasa a las chicas malas que cogen lo que no es suyo - la voz de mi mujer se acerca con cada paso que da. Se agacha ante la cara de la Ama con el arnés colocado, desnuda, con un móvil en la mano y un monedero portadocumentos. Empieza a sacar tarjetas que tira al suelo hasta que toma el DNI, se lo muestra y le dice "ahora ya sé tu verdadero nombre y dónde vives". Le da una fuerte bofetada a la vez que saca una tarjeta y añade "además de dónde trabajas y para quien", otra bofetada de ida y vuelta cruza su cara dejando los dedos marcados en una de las mejillas. Retira la bola de la boca y antes de que pueda tomar aire le llena la boca con la larga y gruesa polla del arnés hasta tocar con la nariz el pubis de mi mujer. - ¿Ahora me darás el pin de tu móvil, cariño? - le pregunta dejándole la boca llena de polla de goma sin moverla -. Con lo buenas amigas que éramos! - empuja más adentro la polla provocándole arcadas y vómitos tiene que tragarse parcialmente. Espera unos segundos y la saca expulsando a la vez una bocanada de bilis que encharca el suelo. Estira de la cadena de las pinzas y cuando la Ama va ha empezar a gritar vuelve a meterle la polla hasta la garganta. Suelta la cadena y saca la polla. Sale más bilis. - Éste es el pin - dice la Ama sin voz escupiendo aún la pegadiza saliva - ¿Por qué...? - la interrumpe mi mujer volviendo a estirar de la cadenita y llenarle la boca con la polla de goma. - Lo siento Azul ¿o debería llamarte Carla? - le dice mientras se desabrocha el arnés y se lo fija en la cabeza con la polla hasta el fondo -. Es mejor que no hables. Mi mujer empieza manipular el móvil de la Ama sentada sobre su espalda, mirándome de reojo de vez en cuando con una sonrisa que me aterroriza. Mira mensajes, contactos, llamadas, aplicaciones, fotos... Todo. - Verás Carla, lo que vamos a hacer es muy divertido. Voy a grabar en video una declaración tuya en la que vas a confesar lo que has hecho, tu nueva situación y esas cosas. Y para que estés tranquila lo voy a grabar con tu móvil - la Ama negaba con la cabeza -. Sabes que lo vas a hacer. Y sabes que lo vas a hacer con gusto. Si se te ocurre decir algo que no me guste te vuelvo a tapar la boca. ¿Vale? - la Ama afirma con la cabeza. Bueno, con lo poco que puede moverla. Mi mujer se levanta, me mira y se dirige a los pies de la Ama, estira despacio de las finas y largas velas hasta dejarlas tan bien situadas que el goteo de la cera cae justo en el esfinter. La Ama emite un grito apagado y ronco al aspirar aire del dolor e inflando las mejillas al soltarlo y ser frenado por la polla de goma. - Anda, si te han desaparecido las plantas de los pies -. Nunca había imaginado que mi mujer pudiera llegar a ser tan cruel -. Empezamos ya Carla -. Pasa el móvil apuntando a las velas, las nalgas, la espalda marcada. Quiere que se vea todo. Se para delante de su cabeza, bajando el móvil a la vez que se agacha ella. Estira de las pinzas -. ¿Preparada Carla? - a la vez suelta las pinzas y la mordaza -. Empieza el espectáculo amiga mia - sonríe. La Ama toma aire, suspira hondo, las lágrimas resbalan por las mejillas. Y empieza. - No sé bien cómo empezar... Me toca hacer lo mismo que he ordenado hacer antes -. Apenas de oye su voz. Se le nota la garganta irritada, los sollozos reprimidos. Aunque se le nota la humillación que siente, quiere aparecer digna-. Soy Carla, mi rol es el de Ama - un fuerte estirón de las pinzas la obliga abrir la boca cortando la declaración. - Estúpida, hazlo bien... Empieza -. Saca la polla de goma y suelta las pinzas. La Ama vuelve a respirar y "Soy Carla. Mi rol ha sido siempre el de Ama. Hasta hoy que como se puede ver he dejado de serlo. Y todo por culpa de mi irresponsabilidad y querer coger lo que por derecho es propiedad de mi amiga..." - otro estirón de las pinzas la interrumpe, aunque por esta vez Mi mujer no le llena con la polla. - Deja de decir estupideces - suelta las pinzas -. Sigue. " He sido una estúpida al querer usar lo que no me pertenece sin pedirlo prestado o que me lo hayan ofrecido expresamente. Por eso estoy así, con dolor por todo mi cuerpo, por dentro y por fuera. Herida en mi amor propio y destrozada moralmente. Por eso, por propia decisión decido que abandono mi rol de Ama con la súplica de que se me perdone por esta falta tan grave". - Bien Clara. Podría estar mejor, pero vale - le da dos fuertes bofetadas, la mira con gesto de falso asombro sonriendo -. Uy!!! Perdona Azul!!! Me he equivocado y has hecho tu declaración en directo en el grupo de skype que, cómo se llama...? Ahh sí, Solo Amas y alguno. Vaya despiste... - Eres una puta de... - una fuerte patada la obliga a callarse y girar la cabeza bruscamente, a la vez que se estiran las pinzas, el gancho del coño y el goteo de las velas cae también sobre los glúteos. El grito de dolor llena la habitación. - Escucha mierda, en este momento ya no eres nada. Estás así por tu culpa. Y solo yo puedo liberarte o dejarte así hasta que me salga del coño... ¿Te queda claro? - y le suelta otra patada, aunque un pelín más suave -. Y para que lo sepas, he agregado a tu marido vainilla al grupo para que se entere qué era su puta esposa y qué es en este momento. Y si ya no está aquí... no crees que le importas bien poco...? - el silencio llena la estancia, solo roto por el zumbido de las máquinas folladoras y el llanto ofuscado de Carla. Mi mujer sale de la estancia dejando el móvil apoyado en un taburete para seguir emitiendo. Tomo conciencia de que no solo estoy como espectador torturado. De un momento a otro llegará mi turno. Mi mujer, que como ya habrán adivinado es Mi Ama, aparece de nuevo con una correa que conozco en la mano, atrayendo algo a cuatro patas. Es el perro. Un pastor alemán muy en forma, adiestrado y muy bien cuidado. El mismo que ya me ha follado más de una vez. Y de dos. Lo pasea por delante de Carla, para que lo vea bien y vea lo grande y fuerte que es. - Después de esto, ya veremos si tu vainilla marido quiere volver a follar contigo. - No me puedes hacer esto... Por favor, no me volverás a ver... - mi Ama se detiene delante de Carla, le acerca el perro y éste le lame toda la cara dejándosela limpia de lágrimas, de bilis y resto de vómitos de la barbilla y comisura. El perro se tumba en el suelo por indicaciones de mi mujer, quedando a la altura perfecta para lamerle las tetas y moverle las pinzas con cada lamida. Carla aprieta la mandíbula por el evidente asco y dolor que siente en los pezones. - A ver si te enteras de una vez, puta mierda, desaparecerás solo si es lo que quiero, estarás hasta que me de la gana. Y puedes ir despidiéndote de tu marido y de lo que has sido hasta ahora. Al final va a resultar que te estoy tomando el gusto y que lo que has hecho es un regalo. Esta crueldad me sublima - tira ligeramente de la correa y el perro se levanta. Lo dirige hacia atrás, apaga y retira las velas de los pies y suelta a la mascota que se sienta olisqueando el culo de Carla. - Azul, vamos a hablar un rato - asiente varias veces sin hablar. Se coloca el arnés en la cintura, apuntando directamente a su boca, sentada en el taburete -. Vas a decir mirando fijamente a la cam de qué nos conocemos. - Del club de Amas - dice antes de que Mi Ama haya terminado. - Bien. ¿ Y qué hacemos?. -Someter, dominar, controlar a otras personas. - Es un poco vago eso, ¿no crees?. Es igual no respondas. Sabes que todas hemos llevado a nuestras parejas al club menos tu.¿Por qué? - Porque a mi marido no le gusta. - ¿No le gusta o no le has dicho lo que eras?. - No se lo he dicho. - Vaya. Nos tenías engañadas a todas. Di algo a la cam que te justifique perra - le da una bofetada tan fuerte que la hace tambalearse -. Folla - es la palabra para que el perro se suba en su dolorida espalda y le abra el culo. El pánico se refleja en la cara de Carla. No le da tiempo a decir nada porque mi Ama mujer mete la punta de la polla de plástico en su boca. Miro asombrado lo que está pasando, aunque pronto pierdo el hilo porque mi Ama hace que la máquina folladora de la boca se active y la folle despacio, hasta la garganta, dejándola parada cuando me la perfora hasta el fondo. Creo que no hace falta que diga lo que siento. - Antes de suplicar piensa bien lo que ibas a decir - le dice -. Sabes que eres patética y que todo ésto te va a cambiar, a hacerte algo diferente. Carla solo balbucea entre arcadas. Vuelve a llorar cuando nota la pezuñas del perro subirse en su espalda y arañarla, dejando gruesas marcas rojas, aunque aún no sangran. La polla del animal busca la entrada de alguno de sus agujeros a la vez que va haciendo movimientos de embite. La empuja hacia delante provocando que la polla de goma entre más en la garganta. De pronto se oye un aullido sordo de Carla, lleno de sollozos y que suenan lastimosos. Se la ha metido por el culo. Empieza a temblar, no sé si de miedo o por las frenética follada del perro que no la deja quieta ni un segundo. Mi Ama mujer se levanta sacando la polla de plástico de la boca de Carla que la mira como ida, apretando los labios después de tomar aire y sin dejar de llorar. Se dirige hacia mi y retira la máquina folladora de mi culo que queda libre de tan larga y profunda follada. La dirige a la boca de Carla e introduce la punta en su boca. La acciona y empiezan a sucederse las arcadas y la bilis que gotea sobre los vómitos anteriores. No se si siente algún tipo de placer. Por lo que puedo apreciar, no. - Limpia bien la mierda que ha dejado el perro de mi marido en esa polla... Mierda para otra mierda. Mi mujer Ama se pone detrás de mi, me coloca un espéculo en el culo abriéndolo tanto que creo que me desgarra el culo. Retira la máquina que me folla la boca poniéndome una anilla entre los dientes desencajando la mandíbula, sin dejarme cerrarla y vuelve a introducir la polla de goma accionando la máquina para que entre y salga deprisa, sin parar, hasta el fondo de la garganta y haciendo que gire a la vez. Me siento morir. Noto cómo el esfinter intenta contraerse constantemente con cada arcada. Los ojos me van a saltar en cualquier momento. Cuando noto un fuerte azote en la nalga que corta la meada que estoy expulsando sin haberme dado cuenta. Le sigue otro azote tan fuerte como el anterior y que resuena en toda la estancia. Está usando una pala de madera que golpea las nalgas sin parar. Baja a los muslos con la misma fuerza. Y de ahí pasa a la planta de los pies destrozándolas. Moja la pala en la orina de suelo y vuelve a las nalgas, más fuerte aún. Las debo de tener en carne viva. Aullo como puedo, bufo por boca y nariz hasta que por fin para. Vuelve a ver a Carla. Está destrozada. Mueve la cabeza a uno y otro lado, como loca, sin importarle la polla de plástico que entra y sale de su boca. El perro jadea sobre su espalda, a pesar de haberse corrido ya. "Folla" vuelve a decir Mi Ama mujer. Y el perro vuelve a acelerar moviéndola como si fuese un objeto. Le retira la polla de la boca dejándola a un lado. Limpia su cara con un trapo mojado y desinfectante. Se lo introduce en la boca unos segundos y lo saca. - Tienes que tener la puta boca bien limpia para lo que viene ahora - se agacha inclinándose dejándole el culo a la altura de sus labios -. Lame -. Y le muestra el esfinter. Carla está derrotada, sin fuerzas para resistirse a nada. Saca la lengua y presiona con la punta la entrada del culo, acompasando los movimientos con la follada del perro que no para de arañarle la espalda. Las lágrimas mojan el culo de Mi Ama mujer, de Eva. De pronto se aparta y le da un bofetón que le hace girar la cara. - Como vuelvas a tocarme el coño con tu mierda lengua te la arranco - y vuelve a colocar el culo en su cara, presionándola durante unos minutos. Por fin el perro se baja de la espalda de Carla. La huele y mea sobre ella. - Jajaja, vaya. Ya has visto en lo que te has convertido - le dice Eva. Se pone unos guantes de látex y va soltando todas las ataduras de Carla. Sin ninguna energía ni orgullo, cuando se siente libre, se deja caer en el suelo, sin importarle la orina del perro, los vómitos ni la bilis sobre los que cae. - Serás cerda.... - la coge del pelo que se le queda enganchado en la cara, lleno de grumos y desechos. La acerca a mi cara retirando la polla que me está follando sin parar y la anilla que mantiene mi boca abierta. La pone a cuatro patas ante mi acercándome su culo a la boca -. Limpia la leche del perro antes de que desperdicie... Me repugnáis - y antes de darme cuenta le estoy lamiendo y absorviendo el esfinter para tragarme el semen canino que sale solo de su agujero. Cuando mi Ama se cansa de esperar, vuelve a arrastrarla de pelo, le da otros dos bofetones y le ordena revolcarse en la porquería del suelo. - Llénate toda de mierda. Y cuando termines lo limpias y te largas - añade presionándole la mejilla en la orina del perro. Llama al perro y sale de la estancia.

Autor: perrofiel Categoría: BDSM

Leer relato »

Final de fiesta

2019-08-13


Aunque Elena tuvo alguna reticencia en ceder a los deseos de sus suegros, la felicidad del día solo les daba la razón, celebrar la ceremonia y el banquete los jardines de su finca de la playa había sido un éxito. La de discusiones que había tenido con su ya marido Adrián por aquel motivo. Así andaba ensimismada, sentada con su traje blanco en el salón cuando llego su madre. Lidia – pareces cansada Elena – si mama, mucho Lidia tenía 46 años, morena y esbelta, normalmente no llamaba la atención ya que su 1,56 no la hacía destacar, salvo por su pecho bastante generoso, el cual había heredado en parte su hija. Pero el traje de la boda dejaba a la vista su bonita figura y sus pechos habían sido la envidia de muchos en el coctel. Elena – estoy reventada, el día, el baile, la bebida – dijo riendo. Elena era la copia de su madre pero agraciada con la juventud de su cuerpo. Lidia – ya queda poco, bueno, o mucho, dependerá de tu marido – y rieron las dos por la ocurrencia No tardaron en entrar sus suegros, Claudia y Arturo con Juan, su padre, y su marido. ¡Su marido! Aun le sonaba raro en su cabeza pero se acostumbraría rápido, Adrián era un cielo. Claudia – Ya tendrás ganas de quitarte el vestido – dijo su suegra al sentarse frente a ella. La madre de su novio al igual que su suegro eran de la alta sociedad de la ciudad, y su porte lo mostraba a todas horas con su vestuario cuidado y adecuado, y para aquella ocasión no había defraudado con un precioso vestido corto que realzaba su belleza, no tan explosiva con su madre, ya que sus pechos no destacaban, pero si por su figura que repartía en 1,68 de altura. Adrián – no te preocupes mama, ya se lo quitare yo Y todos rieron Luis entro con la bandeja en la mano, su sonrisa denotaba el trabajo bien hecho, era el encargado del catering, y dueño de la empresa, con 28 años había montado un negocio que esquivaba la crisis, la gente seguía casándose. Arturo – un aplauso para los camareros Todos aplaudieron a Luís, y este les fue entrando una copas de cava a cada uno. Luis – encantado de haberles servido y que todo haya sido de su gusto Arturo – ¿pero no brindas con nosotros? Luis – no, por favor, ustedes son los protagonistas, eso sí, esta copa es la de la suerte, así que no deben dejar nada Y con un brindes todos apuraron las copas Elena – uf, esta es la que me faltaba Luis retiro las copas mientras ellos seguían charlando de lo acontecido en aquel día, claro que poco a poco se fueron apagando las conversaciones y las miradas se quedaron ausentes. Elena observo asustada como uno a uno dejaban de hablar quedándose en un estado catatónico. Elena – pero que os pasa, venga dejar de hacer el tonto – pero nadie respondió y una voz la sobresalto Luis – no te preocupes Elena, está bien, drogados pero bien Elena se levantó como queriendo hacer algo pero Luís blandió una pistola, y su cuerpo quedo helado Luis – quietecita, venga vuelve a sentarte Elena – pero que quiere – dijo entre sollozos Luis – bueno, muchas cosas pero básicamente empezaremos por el dinero, esa idea de los sobres en la boda es una fuente de felicidad, así que dime dónde están. Elena – no sé, se encargó Arturo de todo Luis – a ver Arturo, donde está el dinero Arturo – en la caja fuerte, arriba en el dormitorio del fondo, detrás del cuadro de caballos, la combinación es 20-8-49-47 – respondió Arturo de forma automática ante la sorpresa de Elena Luis – ves, la droga hace maravillas, bien Elena, ahora… Elena – por favor no nos hagáis daño, ya tenéis el dinero, por favor, no… –pero no dijo más porque la mano de Luís le cruzo la cara Luis – la primera y la última vez que me interrumpes Elena cogiéndose la cara lloro mientras Luís se sentaba a su lado, pero no tardó mucho en atender a los ruidos que se acercaban. Carlo – ya está todo en la furgo y ya veo que aquí lo tienes todo controlado – dijo riéndose En el salón habían entrado 2 de los camareros de la fiesta, Carlo y Tim Tim – los demás ya se han ido, ya les he pagado Luis – perfecto, pues nada, venga Elena desnúdate para nosotros Elena se quedó de piedra Luis – vaya tan habladora antes y ahora no dices nada Ella solo pudo balbucear un por favor que provoca la risa de sus captores. Luis – dime Arturo, te gustaría ver las tetas de tu nuera Arturo – sí, me encantan sus tetas, y las de su madre también Elena miro a Arturo con mirada de incredulidad, pero él seguía con su mirada perdida, como no sabiendo que es lo que pasaba, Luís la saco de su perplejidad. Luis – has visto, aparte de tenerlos controlados, son sinceros, a ver Arturo, desnúdate Arturo se levantó como un autómata y se despojó de toda la ropa ante todos sin ningún atisbo de vergüenza, dejando a la vista un pene de tamaño considerable semirrecto. Luis – vaya, menuda polla, ¿no te gustaría chupársela Elena? Elena – por favor, para ya Luis – bueno, lidia, arrodíllate delante de Arturo y mámasela, y cuando te vayas a correr Arturo, lo haces en sus tetas. Elena observo con horror como su madre se levantaba y hacia lo que le habían dicho, en un visto y no visto el pene de Arturo desapareció en la boca de su madre. Luis – ¿te gusta Arturo? Arturo – joder, claro, habrá chupado muchas pollas porque lo hace de vicio, que bueno Luis – Adrián y juan, desnudaros también, y tu Claudia quítate el vestido En un momento la actividad fue frenética, Adrián y juan se despojaron de los trajes y no tardaron en sentarse desnudos mientras Claudia dejaba a la vista un conjunto de lencería que hizo que Tim y leo silbaran. Aquello hizo que Elena viera algo que le había pasado desapercibido ensimismada como estaba con la escena, habían montado un par de cámaras que cubrían todo el salón. Luis – como ves Elena, todos van a ser muy solícitos con mis deseos Elena – ¿por qué nos hacéis esto? Luis – porque podemos, dame tus bragas Elena se resistía pero viendo el resultado de su primera negativa cedió, e intentando no dejar nada a la vista de las miradas lascivas de Tim y Carlo, que estaban frete a ella se deshizo de ellas. Luis las tomo en la mano oliéndolas descaradamente. Luis – que bien hueles Elena – cerdo Luis – jajá, nos vamos a divertir Arturo – no puedo más, me corro – y sacando su polla de la boca de lidia varios chorros de leche se estrellaron en el escote de lidia que lo recibió sin ningún tipo de reparo. Luis – muy bien lidia, ahora quítate el vestido y vuelve a sentarte que tu hija le va a limpiar la polla a su suegro Lidia como una autómata se despojó del vestido dejando a la vista otro placer oculto, su ropa interior volvió a arrancar gritos de aprobación. Mientras Elena, estaba pálida y petrificada en el sillón. Luis – venga Elena, tu suegro necesita que le limpies la polla, no querrás hacerle ese feo Elena – no por favor Luis – tú lo has dicho, soy un cerdo, y los cerdos como yo hacen esas cosas, venga, aunque si te niegas podemos ir a cosas más fuertes. Aquella amenaza le dio fuerzas, para levantarse y dirigirse a Arturo, su pene había perdido algo de su dureza pero aún se veía imponente, un rastro de leche había quedado pegado al troco y la punta estaba toda blanquecina. Se arrodillo lentamente y sus ojos quedaron frente a aquel espectáculo. Luis – saca la lengua y comienza por eso – dijo señalándole el reguero de semen Elena contacto con el resto y entre sollozos lo limpio, después de introdujo la cabeza del pene en la boca recibiendo el sabor acido en su interior, lo hizo rápido, y no dejo ningún rastro. Luis – ves no ha sido tan terrible, venga Arturo, hazte una paja que tu nuera se ha quedado con ganas Arturo comenzó a machacarse la polla rápidamente, Elena no se atrevía a moverse viendo como su suegro se masturbaba a unos centímetros de su cara, y esperando secretamente que su reciente orgasmo no le permitiera tener otra eyaculación, pero vio con horror como su pene volvía a ponerse duro ante ella y su cara se retiraba de aquel cañón que la apuntaba. Luis – no Elena, abre la boca y prepárate, cuando se corra vas a comerte todo lo que salga por ahí, y si una sola gota se te cae se la corto delante de ti. Elena pensaba que aquello no podía estar pasando, pero aun así abrió la boca, y se preparó para lo inevitable, su suegro bufaba como un toro, y su mano se movía a una velocidad de vértigo. Arturo – me corro, si Elena no quiso jugar con fuego y atrapa la punta del pene con su boca y dos descargas se alojaron en su boca mientras su suegro gemía de placer son el contacto de sus cálidos labios. Luis – parece que te gusta, ¿quieres que se haga otra? Elena – no, ya basta Luis – siéntate Arturo Luis le tendió la mano a Elena para levantarse y esta lo hizo sola y se dirigió al sillón Luis – que genio, pero espera, siéntate pero no te sientes encima de la falda, pon tu culo en el sillón Elena lo miro e hizo lo que le pedía, se sentía sin fuerzas para oponerse con toda su familia en manos de aquel degenerado. Luis – Tim Tim se desnudó, sus 27 años y su cuerpo fibrado salieron de golpe a flor de piel, Elena aterrorizada lo vio venir desnudo hacia ella y no podía escapar. Luis - Ahora Tim te va a devolver el favor, es un experto comedor de coños Elena miro suplicante a Luís, pero Tim ya había puesto la cabeza bajo de su falda besándole las piernas mientras ella intentaba retirarla con sus manos. Luis – separa las piernas Elena – no por favor Luis se quedó mirándola con esa mirada fría y terrorífica, y la cabeza de Tim poco a poco se internó en sus muslos, mientras las manos de aquel hombre aferraban su desnudo culo y lo sacaban al borde del sillón, no tardo en sentir aquella lengua intrusa en su sexo. Elena no dejaba de repetir no, mientras su mente se derrumbaba con el trabajo de aquel hombre que concienzudamente exploraba cada milímetro de su intimidad. Luis – lidia, ¿te masturbas? Lidia – si Luis – ¿porque tu marido no te satisface? Lidia – sí, me quedo a medias, me consuelo yo sola Luis – ¿y porque no se lo dices? Lidia – me da vergüenza Luis – hoy es un día de libertad, así que mete la mano en tu sexo y hazte un dedo Lidia no tardo en obedecer y su mano se perdió dentro de tu braguita, sus dedos se movían dentro de ella y su cara reflejaba su placer. Luis – hoy no estás en tu cama haciendo algo en silencio, disfruta como te gustaría La boca de lidia se abrió y comenzó a gemir sonoramente, mientras Elena la miraba turbada con la reacción de su cuerpo, que comenzaba a reaccionar a las atenciones que recibía. Luis observaba como la resistencia de Elena iba evaporándose, el no que salía de su boca como una letanía desapareció dejando solo una respiración agitada en la que de vez en cuando se atisbaba un gemido sordo y contenido, y su respiración hacia que su pecho deseara salirse de su vestido. El recogido de su pelo dejaba su cuello libre así que se acercó a ella y sus labios besaron la piel de la joven. Ella intento apartarse pero él la siguió hasta apoderarse de su cuello. Aquello consiguió arrancar el primer gemido sonoro de Elena, el cuello era su perdición y su cuerpo no pudo contenerse más, y comenzó a correrse en manos de aquellos dos hombres que la tenían perfectamente inmovilizada. Elena – no, por, déjame, no, me, uf – balbuceaba mientras se corría sin remedio, noto la humedad de sus piernas y como la presión sobre su cuerpo desaparecía poco a poco. Luis – ves, si al final te lo pasaras bien – dijo Luís riendo – a ver, Claudia, ¿te gusta chupar pollas? Claudia – no, me da asco. Luis – juan, túmbate en el suelo que Claudia te va a hacer una mamada Juan se tumbó sobre el parqué y Claudia no tardo en hincarse de rodillas y tragarse el pene de juan que con sonoros gruñidos mostraba su aceptación de trabajo que le realizaban. Luis – Claudia. Para un poco, y dime, ¿usas anticonceptivos? Claudia – no Luis – bueno, bájate las bragas, y sigue atendiendo a juan Claudia arrodillada como estaba tiro de los elásticos de la parte inferior dejándolos a la altura de las rodillas y mostrando su parte posterior con todo su esplendor. No tardo Tim en ponerse detrás de él y apunto su pene a la entrada de su vagina. Elena – por favor, no habéis tenido bastante, por favor La frase se mezcló con el gemido gutural de juan vaciándose en la boca de Claudia. Luis – vaya tu papi estaba necesitado, venga Claudia sigue, que parece que está necesitado, y tu madre ya ves, no ha dejado de tocarse, debe de tener el coño inundado. Ciertamente la ropa interior de color salmón daba muestras de evidente humedad perfectamente visible, pero ello no era ningún impedimento para que siguiera dándose placer a la vista de todos. Mientras Tim acariciaba el sexo de Claudia proporcionándole de vez en cuando un azote en sus nalgas que era respondido con un quejido gutural. Juan – así chupa, que bueno Luis – ¿que tu mujer no te hace eso? Juan – no Luis – vaya padres Elenita, uno matándose a pajas y la otra también, ¿tú también te pajeas? Elena – esto no puede estar pasando Luis - Venga Claudia, empálate tú misma con la polla que tienes detrás, fóllate tú misma Tim coloco su mene en la entrada y Claudia fue presionando hacia atrás, sin dejar de comerse la polla de juan, hasta que sus nalgas toparon con el cuerpo de su invasor, entonces comenzó a moverse rítmicamente. Tim observaba con cara de placer como aquella señora se lo follaba. Tim – joder qué coño más caliente, así señora, que gustazo Juan volvía a agitarse y con evidentes muestras de placer volvió a descargar en la boca de su recién estrenada familiar, y mientras esta no dejaba de moverse con una cadencia muy sensual hacia atrás, emitiendo ahora, liberada de su tarea bucal, fuertes gemidos de aprobación con cada envite. Tim no dejaba de machacar sus nalgas que iban tomando un color rojizo que contrastaba con la blancura de su piel. Tim – como folla esta tía, Luis Luis – ya lo veo, ya Elena miraba a su suegra, no entendía muy bien lo que pasaba, allí estaba aquella persona recta y moral, dando un espectáculo porno de lo más explosivo sin ningún atisbo de remordimiento. Y aun mas vergonzante era la más que evidente erección de Arturo y su marido, su padre no acompañaba debido al reciente trabajo de la protagonista del momento. Luis – Adrián, ¿te gusta tu suegra? Adrián – ya lo creo esas tetas me vuelven loco, y me he hecho un montón de pajas a su salud Elena miro a su marido con una mirada asesina pero este, siguió hablando Adrián – y el culo que tiene más de una vez se lo hubiera partido a pollazos, a su hija le encanta. Elena – eres un cabron Luis – tranquila Elena, es sincero en contra de su voluntad, si tú estuvieras en su situación seguro que tendrías algo que le avergonzaría a él, ¿no? Elena calló, no pudo evitar volver a recordar aquel día en que vio la polla de su suegro que se cambiaba en la habitación mientras ella pasaba por la puerta. Se quedó en la rendija que le daba visión embobada con el tamaño considerable del miembro que colgaba entre sus piernas. Aquello le provoco unas cuantas noches calenturientas fruto de su juventud. Luis – el que calla otorga Elenita, venga Adrián, fóllate a tu suegra, que lo está deseando. Elena – no por favor, eso no, hazme lo que quieras a mí, pero eso no – dijo Elena en tono de suplica Luis – espera Adrián, venga quítate el vestido. Si ya estaba atrapada, aquello ya no tenía salida, así que controlando sus nervios bajo la cremallera lateral del vestido y lo dejo caer a sus pies, quedando desnuda ante todos. Se tapó los pechos y su sexo provocando la risa de aquellos desgraciados. Luis aparto el vestido del suelo y se fue desnudando lentamente escuchando los por favor lastimeros de Elena. Luis - ¿Qué no quieres que te folle? Elena - No por favor Luis – bien – y le tendió la camiseta que acababa de quitarse – toma ponte esto y siéntate a mi lado Elena de sentó, Luis se puso a su lado haciendo que reclinara su espalda contra él. Las manos de su captor atraparon sus pechos por encima de la camiseta provocando una reacción de rechazo. Carlo tráeme unas esposas. Elena – no, me estaré quieta Carlo se acercó con ellas Luis – así no habrá tentación – y cogiendo suavemente su brazo se las ajusto – ¿te hacen daño? – y siguió con el otro sin esperar la contestación. La volvió a colocar de nuevo sobre si y sus manos volvieron a atrapas sus pechos duros y jóvenes, coronados por unos prominentes pezones que sobresalían a través del liviano tejido que la medio vestía. Mientras Luis se propasaba con Elena, Claudia comenzó a correrse gimiendo sonoramente. Fue Tim entonces quien cogió el ritmo viendo que su pareja no controlaba ya el ritmo, asió sus caderas y comenzó un frenético mete y saca que solo consiguió elevar los gritos de ambos y ocultar el chapoteo que producía la unión de sus sexos. No tardo Tim en anunciar su corrida vaciándose en el interior de Claudia que cayó desmadejada al suelo cuando Tim la soltó. No tardo Elena en tenerlo frente a su cara. Tim – venga, hazme lo mismo que a tu suegro Elena que estaba soportando el sobo de Luis, no reacciono, hasta que oyó su voz en su oído. Luis – venga preciosa Elena – no por favor Luis – Claudia, súbete las bragas y ven aquí a limpiarle la polla Tim. Claudia no tardo en estar de rodillas ante Tim, y sin hacerle ascos se tragó el semirrecto pene de Tim embadurnado de semen y flujos, que no tardo en dejar brillante y ensalivado. Luis –Adrián, fóllate a lidia a cuatro patas, así podrás disfrutas de sus tetas. Adrián se levantó como un resorte, Elena intento hablar pero la mano de Luis le tapó la boca, y observo con horror como madre de arrodillaba apoyándose sobre el sillón y su marido le retiraba a un lado la braga encajando su pene en la entrada de su suegra. Luis - con fuerza Adrián, lo está deseando Adrián se la enterró de un solo envite haciendo que lidia diera un grito, no tardo en asir sus pechos mientras envestía salvajemente el coño de su suegra que gemía de placer cuando sentía como su sexo se llenaba. El griterío de la pareja contrastaba con las miradas ausentes del resto. Luis – ¿si te suelto vas a estar calladita? – le dijo susurrando al oído a Elena que asintió sin esperanzas ya de salir de aquella. Adrián no tardo en abrir el cierre del sujetador sus manos buscaron debajo de él los pechos exuberantes que le esperaban. Lidia – dios, me corro si, que gusto – exclamo lidia mirando a su hija –como folla hija que gusto, ya entiendo porque te gusta tanto Elena la miraba anonadada como el cuerpo de su madre recibía dichosa el continuo machaqueo de Adrián. Luis – lidia, ¿tu marido usa condones? Lidia – sí, uf, dios, que gusto Luis – parece que tu maridito te va a dar un hermanito Elena – por favor, no, eso no Luis – solo sabes decir no, pero luego no cumples, dale duro Adrián Elena – hare lo que me pidas, te lo prometo pero páralos por favor – dijo entre sollozos Elena Luis - Carlo, ocupa el lugar de Adrián, que Adrián le va a follar la boca a su mujer Carlo que andaba desnudo ya hacia un rato encajo su polla en el coño de lidia nada más dejarlo Adrián. Carlo – vaya yegua, joder Luis – venga Adrián – le dijo mientras incorporaba a Elena plantándola frente a la pringosa polla de su marido. Esta abrió la boca y comenzó a chupar pero Adrián le atrapo la cabeza por la nuca e introdujo su pene casi por completo y comenzó a moverse dentro de su boca. – ¿alguna vez te ha dejado follarle la boca? Adrián – no nunca. Dios que gusto, no voy a poder aguantar mucho más, entre el coño de su madre y esto estoy que reviendo, me corro, ya ya La polla de Adrián comenzó a escupir chorros de semen, llevaban más de una semana sin sexo por los preparativos y su herramienta tenia excedente, hasta cinco descargas inundaron la garganta de Elena, que no tuvo más opción que tragar rápidamente para no ahogarse. Adrián bufaba mientras los últimos coletazos de su corrida se depositaban en el paladar de su mujer. Luis – ya te has tomado el postre, así que límpiala bien. Mientras Elena se afanaba el limpiar el mástil de su marido, su madre berreaba de placer a manos de Carlo, el cual le había atrapado el pelo para incorporarla mientras su otra mano pellizcaba y amasaba sus tetas, y entre sus caricias tampoco faltaban algunos cachetes sobre sus hermosos pechos. Y eso entre embestidas de su polla que barrenaba sin piedad su sexo. Carlo – toma, toma, toma – y encajando profundamente su herramienta comenzó a verter en su interior su caliente semen en copiosos disparos – sí, que ganas tenia de descargar joder, me tenéis toda la noche de mirón. Luis – no te quejes que ya llevas más que yo Carlo – jajaja, si, venga lidia, ponte el sujetador y siéntate Luis – venga Adrián, ves al lado de tu suegra y siéntate y tu Elena – le quito las esposas – te vas a sentar sobre mi polla y te vas a follar tu solita. Elena quiso responder pero sabía que no había escapatoria, así que como a cámara lenta dispuso sus rodillas en el sillón a cada lado de Luis, y decidida a acabar con la tortura agarro la tiesa y gorda polla de Luis y la llevo a su entrada, y comenzó a sentarse sobre ella despacio. Mientras eso sucedía Luis comenzó a morderle los pechos, dejando marcas evidentes, y provocando que su intento de evitarlo se transformó en que la polla de Luis se encajó hasta el fondo de su intimidad. Luis – uf, que estrechita estas, y caliente, venga comienza a moverte Elena comenzó despacio, lentamente, quería controlar su cuerpo y no darle el espectáculo de su disfrute, pero aquel hierro candente recorría sin descanso todo su excitado interior. No tardo en comenzar a sentir como su cuerpo comenzaba a entregarse, su sexo era un hormigueo de sensaciones que en cualquier momento la obviaría y tendría vida propia. Luis – venga preciosa – dijo Luis mientras se recreaba tiernamente en su pezón derecho mientras sus manos recorrían suavemente la espalda de su víctima , y noto como los movimientos de Elena eran más erráticos, su cuerpo se pegó al suyo mientras el movimiento de caderas rápido y enérgico sustituyo al cadencioso sube y baja inicial. Elena comenzó a correrse, su vagina parecía querer exprimir a su intruso con periódicos espasmos que la llevaban al éxtasis, exteriorizado con contenidos gemidos de placer, y cuando su ritmo comenzó a descompasarse fue Luis el que agarrándola fuertemente de las nalgas comenzó a embestirla con movimientos secos, lo cual provoco una continuación de su orgasmo, oía bufar a Luis, y entendió que estaba próximo al orgasmo, e intento en vano separarse. Luis lo esperaba y la abrazo fuertemente mientras aceleraba el ritmo hasta estallar en lo más profundo de la novia que sabiendo que su interior había sido regado abundantemente lloro desconsoladamente en brazos de su placentero violador. Luis la aparto de encima suya quedándose sentada a su lado. Elena – ¿porque no me diste droga como a los otros? Luis – la novia no debe perderse nada del día más feliz de su vida, así que venga límpiamela – dijo Luis mirando a Elena que lo miraba con cara desencajada, como no se movía, el la agarro del pelo y la llevo a su polla, la cual engullo sumisa – ves así, uf que boca más caliente tienes. Tim no perdió la oportunidad sentándose detrás de Elena que por su posición había dejado su parte trasera expuesta y sin mucho problema comenzó a introducir su pene en el rezumante coño de su víctima. Elena intento levantarse pero Luis ya la tenía bien sujeta y no tardo en verse ensartada de nuevo completamente. Luis – tu sigue chupando – dijo Luis encarando de nuevo su polla a la boca de Elena – hoy te vamos a rellenar así que vete haciendo a la idea. Tim no tardó mucho en coger una buena postura y su cadencia hacia que Elena no tuviera que hacer mucho esfuerzo para introducirse el pene de Luis que bailaba en su boca desbocadamente. Y tampoco tardo en ir poniendo rojo el culo de la novia como antes había hecho con su suegra. Tim – joder con la novia que estrechito lo tiene Luis – sí, su novio no le da lo que necesita Tim – se nota – dijo riendo Las manazas de Tim sobaban las maltrechas tetas de Elena que solo pensaba en que todo acabara cuanto antes, y se alegró cuando noto como Tim aceleraba su ritmo revelando la cercanía de su clímax. Tim – sí, toma leche, toma – dijo Tim lanzando su leche dentro del coño de Elena que en silencio había tenido dos orgasmo más, pero la vergüenza y la polla de Luis en la boca los oculto. Tim salió de Elena y se fue directo a donde estaba sentada Claudia pidiéndole que le limpiara la polla, cosa que Claudia se dispuso a hacer sin ningún reparo. Luis – venga Carlo te toca Carlo – creía que no me iba a tocar nunca, que ganas tengo de follármela Luis – pues toda tuya Carlo se dirigió con su poya tiesa, de largo la más grande de ellos, hacia Elena, le tendió la mano y la hizo levantarse haciéndola ir detrás del sillón donde estaba sentada. Con tranquilidad cogió las esposas y se las puso dejándole las manos por detrás de la espalda y la hizo apoyarse sobre el estómago en el respaldo, inclinándola hacia delante. En aquella postura su trasero quedo totalmente expuesto a su agresor, no tardo en notar como la cabeza de su herramienta pugnaba por introducirse en ella, pero la extrema lubricación hizo que su invasor no tuviera problemas en ensartarla completamente, haciéndola exclamar un gemido sonoro. Después de que Carlo enfundara su pene en el interior de aquel deseado coño, la saco lentamente disfrutando de los sonidos que emitía Elena con la operación, todo el tronco estaba bañado con abundante líquido, y cuando la tuvo fuera la encaro al otro agujero que tenía disponible. Elena noto la presión sobre su ano e intento en vano resistirse Elena – no por favor, ahí no – grito Elena Pero Carlo no atendía a nada, presiono y el ano de Elena, acostumbrado a ese tipo de práctica poco a poco fue cediendo al empuje alojando la cabeza invasora, Carlo entonces la retiro y aprovechado la dilatación embadurnó la entrada con los restos húmedos que pringaban su polla. Repitió la operación varias veces introduciendo cada vez un poco más su polla y sin hacer caso a las suplicas y ruegos que escuchaba. Carlo – de ahí ya no va a salir, y ahora vas a saber cómo se folla un culo de verdad, te vas a acordar toda tu vida - y sin más la embistió llevando su polla hasta lo más profundo del culo de su desventurada compañera. Elena emitió un grito y se sintió rota, y más cuando noto las manos de Carlo agarrándole las tetas, mientras comenzaba a embestirla con saña. Cada golpe hacia que Elena emitiera un quejido con la boca abierta no acostumbrándose aun a aquel monstruo que barrenaba sus entrañas, aunque en su interior temía la reacción de su cuerpo. Cuando era enculada por Adrián tenía unos orgasmos descontrolados que no querría regalar a aquellos cerdos. Luis andaba totalmente empalmado después del trabajo oral que había recibido, y viendo el espectáculo decidió no quedarse quieto. Cogió a lidia y la hizo quitarse la ropa interior que la cubría y la puso en la misma postura que su hija y a su lado. Luis – me has dado envidia cabron Carlo – pues venga, rómpele el culo a la mama Luis jugo con sus dedos en la entrada trasera de lidia arrancando sus quejidos, era virgen y él lo notaba, pero embardunó con saliva la entrada y su polla, y lentamente comenzó a trabajar el orificio que poco a poco fue cediendo a sus deseos, y los quejidos de lidia se mezclaron con los de su hija llenado la habitación. El culo de lidia recibía sin problemas la polla de Luis, así que decidió divertirse un poco más Luis – ven Álvaro, lidia está deseando que le des por culo, verdad lidia Lidia – si Álvaro, dame por culo Álvaro se levantó, y cuando se retiró Luis, le clavo la polla sin ninguna delicadeza, arrancando un grito que no le detuvo, todo lo contrario, agarro sus caderas y comenzó a embestirla. Luis entonces decidió completar la escena con Claudia que siguió los mismos pasos que lidia, y en su caso fue juan quien acabo dentro de su maltrecho culo. Elena ya era un trapo en manos de su agresor, su cuerpo había vuelto a decidir ir por libre y se deshacía con cada envite de su trasero, incluso creyó oírse decir algún si o más, en la nube en la que se encontraba, cosa que no era una ilusión, realmente lo estaba diciendo lo cual excito todavía mas a Carlo, que no tenía compasión de ella. De pronto la polla desapareció de su culo y entro de forma violenta en su sexo, y oyó como gritaba Carlo, revelándole que de nuevo su sexo había sido regado abundantemente y hasta el fondo. Carlo se retiró y fui Luis, tremendamente excitado por sus recientes torturas de culo de las madres que la embistió por el culo y de un golpe se la enterró hasta el fondo comenzando a moverse rápidamente, y no duro mucho, al minuto repetía la operación de su compañero y se vaciaba en el sexo de la novia. Luis – venga Arturo, este culito lo está esperando – dijo señalándole el culo de su nuera, y sacando su pene de la madre se dirigió a la hija, embistiéndola sin ninguna delicadeza. Luis - así Arturo, te gusta darle por el culo a tu nuera, eh Arturo – si joder, que ganas tenia Arturo clavaba su polla en las entrañas de Elena con un ritmo que arrancaba los gemidos de placer de Elena, que seguía totalmente entregada a su tortura, y más aún cuando con los gritos de su suegro noto como un líquido caliente regaba sus entrañas. Pero no tardo en notar como otra polla la invadía. Luis – venga juan, dale, que tu hija necesita más polla Elena supo que su padre también la violaba, noto como su pene entraba en su interior y sus manos agarraban su cintura para comenzar sus movimientos, y no fue lo peor, ya que además oía sus expresiones de places con cada golpe de cadera. Además su cuerpo no entendió de aberraciones, y siguió descargando oleadas de placer que la hacían gemir sin poder controlarse. Luis –dale duro que le gusta Juan redoblo su intensidad pero no tardo en lanzar su semen en el interior de su niña que noto de nuevo como su interior se calentaba por la eyaculación de su padre. Cuando paro y Elena fue más consciente de lo que le rodeaba, oyó los gemidos de Claudia, la cual estaba siendo sodomizada por su hijo. Luis le había puesto el culo de su madre en bandeja y lo taladraba sin ningún rastro de compasión. Luis – ¿te gusta? Adrián – que culo más estrecho, es delicioso, no creo que tarde en correrme Luis – ¿y no te gustaría llenarle el culo de leche a tu suegra? Adrián observo el culo de lidia y no se lo pensó, saco su mástil y lo ensarto en lidia mientras bramaba de placer y escuchaba los quejidos de ella al sentirse de nuevo traspasada. No tuvo mucho tiempo ya que sus cojones decidieron vaciarse en el interior de aquel culo tan deseado. Luis – ven Claudia, ¿qué te parece el culo de lidia? Claudia se incorporó y observo con cara de desagrado el abierto culo con los restos de semen y heces que había dejado su hijo. Claudia – es asqueroso Luis – cierto cierto, así que pon tu boca sobre él y límpialo, métele la legua, y que tu mano masturbe a lidia, es tu invitada y debes atenderla Claudia pese a la cara de asco, no tardo en explorar con su boca el culo de lidia, que noto como la caliente lengua recorría el exterior de su orificio trasero para después introducirse cada es mas en él, y si ello no fuera suficiente unos dedos atraparon su hinchado clítoris haciéndola gemir. Luis se dirigió entonces a Elena quitándole las esposas e incorporándola la llevo hasta sentarla en el sillón al lado de su madre que se corría desesperadamente con las atenciones de Claudia. Luis de nuevo a su lado comenzó a hablarle mientras la humedad era demasiado evidente bajo su cuerpo, donde la gravedad comenzaba a hacer salir de su cuerpo la cantidad ingente de semen que habían depositado en ella. Luis – ¿a que nunca habías follado tanto? Elena – os vamos a denunciar – dijo sacando fuerzas de no sabía donde Luis – bueno, sí, estaríais en vuestro derecho pero, dos cosas, todos estos no se acordaran de nada, y en unas horas no quedara ni rastro de la droga en su cuerpo, y por otro, en los videos que nos llevaremos, convenientemente editados, se verán escenas totalmente incestuosas y aberrantes de sexo en familia, y totalmente consentido. Una denuncia haría que esas imágenes saltaran de ordenador en ordenador de amigos conocidos y familiares. Así que es mejor que ni lo pienses. Elena se quedó pensativa sabiendo que tenía razón, y en ello estaba cuando observo que Carlo se acercaba con un vaso. Luis – bueno, esto ya ha acabado, tomate esto y en 10 minutos estarás durmiendo, cuando despiertes dentro de unas diez horas ya tendrás tiempo de decidir qué haces. Elena miro el vaso con recelo, pero después de todo lo que le habían hecho poco más podrían hacerle, así que lo bebió sabiendo que en nada estaría dormida y alejada de aquella locura. Luis – bien Elena, ahora los demás dormirán también, y nos iremos. Elena poco a poco se perdió en la oscuridad, descansando del intenso día de su boda. DOS MESES DESPUÉS Elena se había levantado tarde, hacia una semana que se había confirmado su embarazo y se aprovechaba de ello. Acabo con el desayuno que le había dejado preparado su marido Adrián, y se dirigió a la ducha en la que se volvió a perder más de una hora. Cuando por fin anduvo visible, salió a recoger el correo, sentándose en porche de la piscina para leerlo tranquilamente. Como siempre, facturas e invitaciones poblaban el correo, pero en esta ocasión, una carta grande y sin remitente destacaba entre todas. La abrió curiosa y apareció una caja con un DVD dentro con el texto Boda de Elena. Se extrañó muchísimo, ya que el video de la boda lo recogieron poco después del viaje de novios, pero pensando en que igual era una rectificación, se apresuró a entrar en el salón y visionarlo. Lo introdujo en el DVD y con el mando en la mano se sentó en el sillón, esperando el menú que no tardo en salir, en la pantalla aparecían dos menús, uno subtitulado como película y otro con escenas, así que rápidamente fue a escenas pero todas las fotos de pre visualización estaban en negro así que le dio a visionar la primera. Después de unos segundos en negro apareció un cartel CONFESIÓN En la pantalla aparecía ella vestida de novia y comenzó a hablar Elena – Hola, hoy es el día de mi boda, bueno, ya me he casado, y ahora que he descubierto lo depravados que son en mi familia y en la de mi marido voy a empezar a disfrutar yo también, así que me he traído a unos camareros a la habitación. Elena no salía de su asombro, y más cuando al acabar la frase ella se fue hacia abajo, y al seguirla la cámara apareció una polla que empezó a chupar con deseo. Elena paro la secuencia con los nervios a flor de piel, aquello debía ser un montaje para chantajearla a ella o a su marido, no podía ser ella. Sin atinar mucho busco otra escena, otra vez fundido en negro y un nuevo cartel “PAPA ME DA SU REGALO”, la imagen de su cara desencajada apareció en el televisor. Elena – así así, dame más, que gusto, como follas, cabron Al abrirse el plano Elena quedo pálida, Su padre estaba detrás de ella follándola Juan – que culo tienes zorrita Elena – te gusta follarte mi culo Juan - si me. . . Elena paro el video. Se intentó convencer que aquello no era real, pero las escenas eran demasiado explicitas, así que armándose de valor pincho otra y el cartel ya la sobresalto, “CABALGANDO” Su cara de placer pese a su sorpresa volvió a llenar el plasma y sus gemidos la habitación, su cuerpo desnudo solo era roto por su velo de novia, y este cimbreaba sin descanso Elena – dios que polla tienes, me estas matando Arturo – así así, sigue moviéndote, que manera de cabalgar Elena – me corro sí, me corro Arturo – dios que gusto, te voy a llenar le leche Elena – sí, venga vamos Arturo mientras emitió un grito que le hizo entender a Elena que se había corrido cosa que corroboro cuando al cabo de un rato la cámara enfocaba por detrás a Elena y se veía como la polla disminuía de tamaño y al liberar su sexo este rezumaba la eyaculación. La pantalla volvió a fundirse en negro y Elena no daba crédito, eran ellos pero no recordaba nada, repaso escena tras escena horrorizándose más, los tres camareros, Adrián, Arturo y su padre la habían follado, pero no solo a ella, sino a su madre y a Claudia, escenas lésbicas, filiales, tríos y orgias, y todo con una expresión de felicidad y disfrute que no entendía. Y al final lo más terrible de todo era pensar que, viendo aquello su embarazo podía ser de cualquiera. El sonido del teléfono la saco de sus negros pensamientos. Lidia – ¿hija? Elena – Ah, sí, hola mama Lidia – te pasa algo Elena – no, dime Lidia – no es como decirte esto, pero tengo que darte una noticia, y no te enfades Elena – ¿enfadarme? ¿Por qué? Lidia – estoy embarazada – dijo rápidamente – no me digas porque, por que tomamos todas las precauciones, pero ha pasado Elena forzó la alegría, y le siguió la cuerda a su madre, pero en su mente veía las imágenes de su madre follada por todos, pidiendo más, y estuvo a punto de vomitar, y andaba en esas tribulaciones cuando vio sonar el móvil y leyó el nombre de Claudia en el visor. Elena – mama, tengo una llamada en el móvil, ahora te llamo yo – colgó para poder atender el móvil temiéndose lo peor Elena pulso la tecla y contesto Elena – ¿sí? Claudia – hola hija, como estas – siempre la trato como tal, y pensar que la tuvo entre sus piernas comiéndole el sexo Elena – bien y tu Claudia – bien supongo, ¿tú me ves vieja? Elena – para nada, que solo tienes 45, ya quisiera estar como tu cuando llegue a esa edad Claudia – ¿y para ser madre? Elena – ¿estas embarazada? Claudia – sí, no veas que sorpresa nos hemos llevado, tu suegro esta encantadísimo Joder, pensó, y mientras charlaba en modo automático con su suegra, veía a su suegra follada a cuatro patas por Adrián, dios que locura. Cuanto colgó decidió ver el DVD entero, llenado la habitación de imágenes y sonidos que la abstrajeron totalmente. Y cuando el ultimo fundido en negro acabo con el fin de rigor, se levantó convencida que aquello no podía salir de allí, cogió el DVD y lo puso de nuevo en la caja, y se dio cuenta que allí en el interior había lo que parecía el nombre de una empresa con su teléfono y email, quizás ellos son los que montaron el video y podrían decirle quien lo encargo. Nerviosa llamo, y al tercer tono alguien descolgó al otro lado Elena – hola, mire es que he recibido un DVD y quisiera saber. . . Luis – Elenita, preciosa, quieres contratar un catering? Elena colgó con los ojos vidriosos, si lo que vivió el día de su boda fue terrible aquello era todavía peor, y no sabía si aún habría otro nivel todavía más oscuro. Y en esos pensamientos su mano se perdió en su sexo para evadirse, como hacía varias veces al día.

Autor: HELLMASTER Categoría: No Consentido

Leer relato »

La familia se respeta

2019-08-13


Una semana faltaba para mi boda y más que estar nervioso por si me daban el si ¡yo estaba nervioso esperando que no me escucharan entrar a la casa de Lourdes! Ella me había dado un juego de llaves para que entrara cuando quisiera, esa noche fría tenía muchas ganas de fornicar con ella, y es que mi Lety no estaba y la vería hasta la boda, Yesenia estaba enojada porque la compartí con otro y mis queridas amigas estaban enojadas porque me casaba, así que la única que me quedaba era mi tía Loulu. Entre sigilosamente a la casa, ella no vivía sola, Yesenia su hermano David y su hermana de Lourdes Martha habitaban esa casa que se encontraba en lomas de Chapultepec. Subía la escalera casi a gatas, su habitación estaba hasta el rincón del segundo nivel, abrí la puerta sin hacer ruido y la vi, ¡estaba acostada de ladito con un sexi blusón enseñando sus ricas piernas!, y sin que se diera cuenta me acosté detrás de ella y la abrace. L: ¡Hola corazón! ¡Que rica sorpresa! Lu: ¡Que piernas! ¿Me estabas esperando tía? L: ¿Por qué me lo preguntas? Lu: Tal vez por tu sexy blusón que traes, me provoca demasiado Comencé a besarla, le besaba sus hombros su cuello y su mejilla, ella cerraba los ojos disfrutando el momento, mi pene comenzó a sentir ganas de endurecerse, y sus ricas nalgas estaban repujadas a él, ¡moviéndose de tal forma que el rosé nos ponía a mil! Me empecé a quitar la ropa mientras ella quitaba las sabanas de la cama, ya desnudo ella comenzó a besarme de pies a cabeza, su boca besaba cada parte de mí, me excitaba lo que hacía y mi amiguito se endurecía cada vez más. Lu: ¡Que rico tía! L: ¡Me encanta tu cuerpo papi! Ella poco a poco comenzó a besar mi verga dura, la lamia deliciosamente mientras yo le acariciaba la cabeza, ¡apretaba sus cabellos rizados mientras su boca succionaba mi pene! ¡Que rico! esa madura era una maquina sexual, y mi verga era su comida favorita. L: ¡mi amor me encanta tu cosa! Lu: ¡a mí me encantas tu tía hermosa! ¡Eres una diosa sexual, tu cuerpo, tus tetas, tus piernas! ¡Me enloqueces! Ella se quitó la tanguita y subió en mí, se dejó caer en mi verga dura y comenzó a cabalgarme, ¡uf! Que movimientos, y sobre todo la forma en que se movían sus enormes tetas me ponía más y más. Lu: ¡Dios que rico devoras mi pene! L: ¡Que dura! ¡Hijo cógeme! Lu: ¡Tía que nalgas! Muévelas, muévelas rico! ¡Ella me cabalgada delicioso mientras mi boca mordía sus pezones, la muy excitada apretaba mi cara a ellos para no dejarlos de morder mientras su concha tragaba toda mi verga! L: ¡Luis que rico! muérdeme papi muérdeme! Lu: Que tetas, ¡son un sueño! Ella se acostó y se abro de piernas yo la penetre suavemente mientras la besaba, nos acariciábamos con pasión, mi boca besaba su cuello y su oreja y mis manos acariciaban sus piernas, ella me acariciaba la espalda y mi trasero, nos perdíamos en tremendos besos, sabíamos que si hacíamos ruido alertaríamos a los demás, ¡en especial a su hija! L: ¡Métemela Luis! ¡Eres un amor! Lu: Te quiero tía, ¡no me dejes nunca! L: ¡Jamás dejaría de tenerte hijo!, ¡desde que te vi te traía ganas uf! La puse de cucharita le levante su pierna y la penetre, mi boca devoraba su espalda y su cuello, ella gemía suave, ¡y se movía rico!, Que sensación saber que sus hijos podrían escuchar y venir me excitaba más, mis movimientos aumentaron de fuerza, apretaba sus nalgas y sus tetas, ella gemía más y más se mordía una almohada para que no la escucharan, ¡yo la miraba y la besaba y se lo daba más duro más fuerte! La puse en cuatro y comencé a dársela suave, me gustaba acariciarle su trasero mientras ella gemía y lo movía, con mi mano comencé acariciarle le clítoris, su sensación aumento, ¡ella se movía como loca mientras yo con mi mano y mi verga la gozaba! L: ¡Así que rico, dámela, dámela rico! Lu: Si tía tómala, ¡es tuya uf! L: ¿Así papi te gusta cómo me muevo? Lu: Muévete rico tía, ¡me estás haciendo llegar! L. Lleguemos juntos amor! ¡Dámela hazme venir! ¡Ambos nos movíamos fuerte, su concha trituraba mi verga y yo apoyándome en sus nalgas aumentaba mis movimientos de pronto, ambos nos venimos juntos, mis fluidos y los de ella, que orgasmo!, creo que hicimos un poco de ruido pero no nos importó, nos quedamos descansando un rato luego me levante me puse mi ropa y me despedí de ella con un tremendo beso, me dispuse a huir y al bajar la escalara… M: ¿Luis que haces aquí? L: ¡Martha! Yo estaba, vine a dejar unos papeles. M: ¿Tan tarde? ¡Y a donde los dejaste? Le di la vuelta a la conversación y convencí a Martha que sólo dejé papeles, ella se despidió de mí y cuando me iba me dijo… M: Luis ahora que eres de la familia, te pido por favor que la respetes, a mis sobrinas y mis hermanas, ellas son muy mensas, ¡te pido las cuides por favor! Le dije que no había problema y que confiara en mí que yo cuidaría perfectamente de todas.

Autor: luisylety Categoría: Incesto

Leer relato »

La prueba de una aventura

2019-08-13


Carmen oyó el sonido del despertador de su móvil a las once, y alargó el brazo para deslizar el dedo índice sobre la pantalla y apagarlo; después abrió los ojos. El dormitorio estaba en penumbra; la claridad del día, filtrada a través de los estores, daba un aspecto irreal a la habitación; bueno, eso y lo bien que se sentía esa mañana, no como otras, en las que se despertaba desgastada, sintiéndose vieja, no: esa mañana se sentía joven. Le vinieron a la cabeza borrosas imágenes de lo ocurrido durante la tarde y noche del día anterior, y una leve sonrisa se le dibujó en la boca. Se inspeccionó el cuerpo mentalmente, haciéndose una especie de TAC: los miembros estaban relajados; el torso irradiaba calidez; la cabeza descansaba; eso sí, notó que estaba completamente desnuda bajo la sábana. "¡Cómo!, me acosté desnuda", pensó, y rio para sus adentros. Acto seguido, se levantó. En fin, estaba desnuda, sí, no se había puesto el pijama de verano, ese tan fino que hasta los oscuros pezones se le transparentaban, pero sí se había duchado: un perfume a rosas difuminado proveniente de la tibieza de la cama recién abandonada lo delataba. Carmen se puso una batita y salió del dormitorio. En el saloncito había orientativas pistas sobre lo acontecido hace relativamente escasas horas: una botella de vino tinto Chianti vacía y dos vasos de caña manchados y un cenicero a rebosar de colillas sobre la mesita de centro, y dos condones con los depósitos llenos de semen cerrados con un nudo en la abertura tirados en el suelo, junto al sofá. Carmen recogió las basuras con ambas manos y se dirigió a la cocina. Una vez tiradas las pruebas de su aventura al cubo, preparó la cafetera italiana y cogió dos magdalenas del mueble despensa. "Carmen, oh, oh, Carmen"; "Sigue, no-no pares, Aurelio, ahh, ahh". Le vino esto a la memoria. Carmen, repantigada en la silla, obtenía flashes de sus recuerdos. "Pero ¡tanto no había bebido!", pensó. No, Carmen, no, tanto no habías bebido, sin embargo el cerebro a veces nos juega malas pasadas y, algo que deseábamos apasionadamente, lo borra del intelecto y lo graba en las emociones; así que, Carmen, debes traspasarlo desde tu pecho a tu cabeza, tarea harto difícil. Carmen, ¿cuándo fue la última vez que follaste antes que esta? "Fue con mi marido; yo ya estaba dormida; él llegó del restaurante, me despertó el portazo; él entró en la habitación, se quitó la camisa, se sacó la polla por la portañica del pantalón, me destapó, me subió el camisón hasta el cuello, me apartó la tirilla de las bragas y, de un tirón, me arrancó el sujetador; luego se subió encima mía, olía a sudor, alcohol y mujeres; me salivó y mordió las tetas brutalmente, y me penetró; noté la abrupta presión en mi entrepierna y decidí gemir lastimerante para que acabase antes: pronto, se corrió, y se durmió; unos días después me separé, luego nos divorciamos". ¿Y antes? "Mi marido...". No, Carmen, digo antes de tu marido... "Antes de casarme fui novia de un muchacho muy dulce; era músico, me componía letras, canciones; cuando hacíamos el amor, él, se diría, se posaba sobre mí, como una mariposa, me susurraba al oído mientras me montaba, yo le sujetaba las nalgas y lo apretaba, le marcaba el ritmo, pues él se extasiaba mirando mi rostro y nunca me ponía a punto para el orgasmo: se sacudía lánguidamente cuando se corría y me llenaba de besos; no puedo decir que no me gustara, pero una, en fin...". Carmen, entonces... has tenido orgasmos, ¿verdad? "Pocos, sí, y a mi edad, que rozo la cincuentena, ¡ay!, pero ayer..." Ves, Carmen, a través de una emoción, el orgasmo, resurge la memoria. "Sí, sí, ayer, me acuerdo, fue...": "Fui a la playa, como todas las tardes. Puse mi cesta en la arena, me saqué el vestido por la cabeza, extendí la toalla y me tumbé bocarriba sobre ella. Ah, qué tranquilidad, a esa hora, en la que apenas hacía calor, y tan poca gente había, el murmullo de las olas..., ah; cambié de posición y me senté; tengo las tetas grandes, carnosas, y, como me apretaba el sujetador del bikini me lo quité; las tetas cayeron grávidas, libres; luego cogí el paquete de cigarrillos de la cesta, saqué uno y lo encendí; después de fumar, fui a darme un baño corto en el mar; y fue cuando salía que me fijé: un muchacho joven, musculado, moreno y de pelo rizado me estaba observando; no puedo negar que en ese momento me sentí especial, pero también pensé que quizá el muchacho estaba mirando otra cosa, así que giré la cabeza hacia atrás, aunque sólo vi un barco, muy lejos; sí, sin duda me miraba a mí; me doy cuenta de que el tamaño de mis tetas es llamativo, no obstante el muchacho parecía estar mirándome a la cara; volví a sentarme en la toalla, encendí otro cigarrillo". Aurelio avanzó unos pasos hasta llegar a la posición de Carmen. "Hola", dijo, "¿no me conoces?" Carmen, sorprendida, dijo: "No"; "No, claro", dijo Aurelio, y se sentó junto a Carmen. "Tú eres Carmen, la ex esposa de Ramiro", afirmó Aurelio; "Sí, pero tú ¿de qué me conoces?", preguntó Carmen; "Soy Aurelio, el hijo del por entonces jefe de Ramiro, me traías caramelos cuando ibas al restaurante a ver a tu marido, ¿te acuerdas?, supongo que por hacer la pelota a mi padre", rio Aurelio; "Ahora caigo, ¡oy, hijo, cómo has crecido!", rio Carmen; "La última vez que te vi yo tenía catorce años, te separaste, no volviste más"; "Debes comprender que..."; "Te eché de menos". Esta última frase salió tan de dentro de Aurelio, y fue pronunciada con tal solemnidad, que a Carmen se le transformó el rostro; notó una especie de reclamo en el uso, un algo trascendente, algo que tenía que ver con un profundo deseo. "Oye, Aurelio..."; "¿Me das un cigarrillo?". Carmen tendió el cigarrillo a Aurelio y le prendió lumbre. Aurelio se tumbó de costado en la arena, cara a ella, sin dejar de mirarla. Carmen no tardó en seguir su ejemplo. Ambos se miraban. Carmen reconoció los rasgos de aquel joven que hace tiempo la miraba de la misma manera; Aurelio, a pesar de los años pasados, veía en Carmen aquella mujer treintañera que excitaba sus sentidos. Al principio, se besaron en los labios, con suavidad; pronto sus lenguas se enlazaron entre sus bocas. Los suspiros de Carmen se ahogaban en los labios de Aurelio. Una mano en las tetas de ella, otra mano en la entrepierna de él, la saliva de la cascada de las bocas goteando en la arena; un gemido de Carmen al contacto de una mano de Aurelio sobre las caderas; "Vivo a dos manzanas", y la invitación de Carmen. Sentados en el amplio sofá de la casa de Carmen, hablaron, rieron, fumaron, bebieron vino, y, cuando oscureció en el saloncito y hubo que encender la lámpara de pie, se desnudaron. Aurelio se arrodilló en el suelo, metió la cabeza entre las piernas de Carmen y le comió el coño, degustando sus flujos, oyendo sus grititos y jadeos; notó su clímax, entonces se irguió, se puso el condón, la guio para que se levantase y se sentase en su regazo cuando él se sentara, y follaron: las rodillas de Carmen se hundían en el mullido sofá mientras botaba arriba y abajo sobre la dura polla de Aurelio; los pezones, mordidos y besados, trazaban círculos en el aire. "¡Carmen, oh, oh, Carmen!"; "¡Ahh, ahh, ya, córrete, ya!", gritaba Carmen; y Aurelio eyaculó. Después, tras acabar la botella de Chianti, hubo otro polvo. Esta vez precedido de una mamada de Carmen para que Aurelio recuperase el tono: inclinó la cabeza sobre el regazo de Aurelio y chupó, lamió y mamó; luego, apoyando las manos en el reposabrazos, se puso a gatas para que Aurelio la penetrara a placer. La columna inclinada, el culo subido, el torso adelante y atrás, las tetas bamboleándose, las recias manos de él sujetas a la cintura de ella para no errar nunca en la diana del coño. "¡Ahh, más, más, sigue, no-no pares, Aurelio, ahh, ahh!"; y el ronco rugido de la corrida de Aurelio. Y, ahí, en la cocina, sentada frente a la mesa de formica, Carmen se masturbó. Esta tarde iría de nuevo a la playa.

Autor: Havelass Categoría: Erotismo y Amor

Leer relato »

Las manos de Cecilia en mi cuerpo

2019-08-13


Me desperté dándome cuenta de que sus dedos estaban masajeando entre mis muslos, empujando a través de la delgada tela de algodón de mi tanga. Con ella había compartido mi cama desde los primeros años de la escuela secundaria, cuando se quedaba a dormir en casa para estudiar. Siempre habíamos sido muy cariñosas, mucho más que con mis otras amigas… Ya estaba acostumbrada a despertar con su brazo sobre mi cuerpo, o haciendo “cucharita”, con sus muslos tibios sobre mi cola; pero ella nunca me había tocado así. Me sorprendió al principio, pero se sentía tan genial, que no me resistí. En pocos segundos mi respiración comenzó a agitarse. Podía sentir el aliento de ella en mi nuca. Entonces supe que eso me gustaba… Su cuerpo se pegó al mío, mientras me acariciaba el pubis. Separé un poco mis muslos, dándole a ella un mejor acceso. Respondió explorándome todavía más. Ahora estaba trabajando sobre mi labia, tratando de llegar a mi clítoris. Pude sentir una humedad tibia entre mi piel y mi tanga, mientras ella empezaba a frotar sus dedos con más fuerza… Pronto metió sus dedos dentro del elástico y sus largos dedos se deslizaron por el vello delineado de mi pubis; enseguida se hundieron entre mis labios vaginales, tratando de llegar a mi clítoris. Sus dos dedos empujaron más adentro, encontrando mi humedad. Suspiré suavemente, sintiendo que iba a explotar. Entonces dejé escapar un gemido más audible y mi cara buscó la suya. Ella continuó frotándome suavemente, haciéndome disfrutar esa sensación tan placentera. Sus dedos traviesos ahora masajeaban mi concha en una manera que yo nunca antes había experimentado. Comenzó a hacer círculos alrededor del clítoris, despacio al principio, aumentando hasta una velocidad casi frenética. Yo podía sentir mi orgasmo empezando a ebullir dentro de mi vientre. Sus tetas desnudas presionaban contra mi espalda; podía sentir sus pezones duros sobre mi piel, mientras mi respiración aumentaba su ritmo cada vez más y más. Sus dedos se quedaron quietos un instante; pero enseguida retomaron la actividad; esta vez comencé a temblar, sintiendo que mi orgasmo aparecería en cualquier momento. Estaba caliente y realmente quería acabar… Sus dedos girando dentro de mi concha me llevaron a un estado orgásmico total y mis caderas comenzaron a moverse a su propio ritmo. Ella disfrutaba manteniéndome así, sin dejarme que acabara de una vez. Mi boca buscó la suya y la encontró, su aliento caliente ahora llenó mi garganta, mientras ella seguía masturbándome. Su lengua se entrelazó con la mía, mientras yo ahogaba los gemidos que ahora me provocaban sus dedos frotando mi clítoris. Murmuré en su oído que me hiciera acabar; ya no aguantaba más. Ella besó mi oreja, mordisqueándola y sus dedos iniciaron un movimiento más frenético dentro de mi concha. Entonces mi cuerpo se agitó sin control y acabé lloriqueando… Acabé con tanta furia que mi cuerpo parecía quemarse. Ella sonrió… Me había robado el orgasmo más intenso y brutal de mi vida. Siguió frotando mis labios externos; pero yo seguía temblando de placer y me separé de su abrazo. Caí rendida sobre la cama, respirando agitadamente. Pero ella no iba a rendirse con tanta facilidad y siguió acariciando mi vientre, mis hombros, mis pezones endurecidos; otra vez mi clítoris hasta hacerme acabar por segunda vez. Cuando pude recuperar mi respiración, la miré a los ojos y la besé. Nunca había imaginado que besar a mi mejor amiga me iba a provocar tanto placer. Desde ese día, supe que iba a hacerlo por siempre…

Autor: Anitaslut44 Categoría: Sexo Lésbico

Leer relato »

Buenos días en fin de semana

2019-08-13


Esto pasó hace unos minutos y no quería perder los detalles. Era un fin de semana cualquiera, yo dormía aún por el cansancio de la semana, me levantaba temprano, toda la semana, para ir al gym, ayudar a mi mujer a preparar los desayunos y los lunchs para los niños. Ahora, el fin de semana aprovechaba para despertarme un poco más tarde. Había escuchado a Laura, mi esposa, que había despertado y encendido la TV con un café caliente. Veía una serie española un poco cachonda y se escuchaban los gemidos, ya saben entre sueños, intentaba abrir los ojos para ver la escena de la protagonista, una morena de buenos pechos, pero mi sueña era más y prefería seguir dormido. Caí en sueño profundo nuevamente, hasta que sentí una lengua caliente en mi pija, estaba muy dura por la clásica erección matutina. Empezó a lamerla, succionarla, yo empecé a salir de mi sueño, abrí el ojo y vi que Laura estaba completamente desnuda en cuatro patas succionando, ensalivando, chupando y mirando hacia arriba a ver a qué hora abría los ojos. Se tocaba los senos con fuerza, apretando sus pezones, con la mano derecha, mientras jugaba con mi miembro en su boca. Lo hacía majestuosamente, ella sabía cómo hacerlo para venirme, no se como, pero ocultaba sus dientes por completo. Bajó la mano a su concha y empezó a masturbarse, solo para lubricarse. Casi nunca lo hacía; Prefería que yo la tocara y la hiciera sentir; pero estaba caliente y quería disfrutar con lo que veía y tenía en su boca. Yo le acariciaba la cabeza, su pelo rizado abundante, le empujaba un poco la cabeza para aumentar la presión. Siguió por 3 o 4 minutos hasta que me vine en su boca, escurría un poco de semen por sus comisuras. Saco su boca y subió hasta que me dio un beso de piquito, acto seguido me acerco sus bubbies, las empecé a lamer, mientras ella se acariciaba su clítoris con mi pene, gracias a la erección matutina aún estaba duro. Sabia como hacerlo se rozaba de tal modo que podía tener un orgasmo sin meter nada. Yo no me distraía, seguía en sus lolas, mordiendo succionando, jalando. Empezó a gemir, yo le mordisqueaba el pezón, con cariño, ella lo alejaba de repente, imagino que sentía dolor, me acercaba el otro mientras movía la cadera rítmicamente, cada vez más rápido. Mi erección empezaba a bajar así que le pedí que lo metiera y se viniera, no fuera ser que se bajara y la dejara a medias. Ella la metió hasta el fondo de su vagina, como para agradecer la chamba que le había hecho, dos, tres empujoncitos y lo saco. Empezó a subir sus piernas encima de mis hombros, veía venir su vulva, depilada con forma de corazón, poco vello, acercándose a mi lengua. Por fin llegó, la puso por completo en mi cara, mi lengua, estaba cabalgando mi boca, con la mano en la pared, sentía sus fluidos en mi nariz, en mi boca, llegó a faltarme la respiración por la presión que ejercía en mi cara con todo su cuerpo. Traigo barba cerrada de 2 días y me imagino que sentía bien la fricción en el clítoris. Laura empezó a moverse, como cuando estaba acariciando su clítoris en mi pene, despacio, en círculos cortitos, Yo movía mi lengua a su ritmo, subió la velocidad poco a poco, escuchaba sus gemidos, sus gritos después de 1 minuto. Yo apretaba sus nalgas, mordía su clítoris de vez en vez, lo que la hacía gritar más fuerte. Se vino en mi cara, dio brincos como si recibiera una descarga eléctrica, escurría su fluido por toda mi cara, mi barba, mi nariz. Era delicioso, tragué lo más que pude mientras ella se detenía, dando los últimos restregones en mi barba. Se detuvo, le di una nalgada de aprobación. No respondió, solo se fue deslizando para quedar acostada sobre mí. Me dio un beso de piquito y me dijo ‘Buenos días’.

Autor: locol1169 Categoría: Heterosexual

Leer relato »

Me perdonó mi novio los cuernos con su hermano

2019-08-13


Empecemos Para que se entienda un poco mas contare desde cuando quede embarazada muy joven y pues no tenia tanta experiencia aun que debo reconocer el noviasgo fue muy bueno, saliamos al parque al cine me acompañaba a casa todos los dias saliendo del colegio iba ala casa de el por que me quedaba cerca, claro a coger toda la tarde mi novio en ese entonces Raul el cual era un poco mayor que yo no teniamos casa ni propia ni rentada. Asi que viviamos en la casa de sus papas los cuales mi suegra asistia todo el dia , el tiene un hermano ( Hector ) de mi edad , el cual antes de ser novia de Raul, el me tiraba la onda, bueno ya estando viviendo en esa casa despues de que naciera mi hijo Raul empezo a descuidarme bastante se salia con sus amigos a beber cerveza mientras yo me quedaba en la casa a cuidar al bebe , Mi Cuñado se quedaba en casa el no hacia nada de beneficio y pues platicábamos mucho, hasta que llegabara Raul muchas veces todo tomado en veces Para esto mi cuñado siempre andaba en la casa sin playera como para que lo mirara lo cual no me desagradaba tanto y a Raul le m*****aba y le decía q se vistiera eso si tenia buen cuerpo y si lo veía la verdad , un día Raul se fue a trabajar y pues yo igual en la casa aburrida,. un dia discutimos un poco antes de que saliera ,a lo que mi cuñado de metiche escuchando como de costumbre inmediatamente en cuanto salio el se arrimo a decirme que no merecia que me trataran asi lo cual ni fue tan grave el pleito y empece a notar un poco sus intenciones, unos días después Raul estaba en la sala platicando con su mamá quien cuidaba mi bebe mientras yo me bañaba entonces salí del baño en pants , sudadera y subí a cambiarme , me desvestí cuando apenas y me había puesto las bragas y estaba batallando para ponerme el sostén por que tenia los pechos mas grandes que de costumbre hasta los pezones se veían grandes también jeje , entonces entro mi cuñado Hector preguntando por raul lo cual estaba segura q sabia donde estaba el antes lo había visto con su mamá, cuando entro sin avisar yo me sorprendí y me trate de cubrir el se disculpo pero continuo viéndome yo me puse nerviosa y le dije perdón también jeje y me tapaba abajo o arriba pero dejaba algo ala vista y me puse de espalda luego lo pensé y me di la vuelta jaja fue gracioso, después de unos minutos o segundos de silencio mirándome le dije que si podía salir por favor, me contesta claro perdón al rato vuelvo y pues no puedo negar que me excite por como me miraba y que se le veía húmedo el pantalón donde estaba la punta de su pene empujando como carpa de circo sabe que estaría antes de hacer eso, pensé en contarle a Raul pero no me anime, días después Raul comenzó a estar menos en la casa por el trabajo y a ponerme menos atención, mientras mi cuñado no paraba de decirme como dejaba que me tratara así que era una mensa aunque ya ni peleáramos ,en ese tiempo no lo entendía tanto lo que el buscaba. Hasta q uno de esos días volví a discutir con Raul y me salí del cuarto y cuando estaba acomodando la cama con mis cosas para acostarme escuche que entro alguien , pensé que era Raul viniendo a rogarme para que me regresara cuando siento q me empieza a tocar los senos y besar el cuello le dije que no me iba a convencer que estaba m*****a y menos asi pero al ver las manos me di cuenta que era Hector me asuste y me quede paralizada, mientras el no paraba de presionarme los pechos lo que me comenzó a gustar por la adrenalina o no se simplemente me gustaba el , entonces sentí su pene en mis pompas se sentía muy duro, entonces escuche las escaleras y lo quite a tiempo era Raul que venia a rogarme ahora si jeje entonces mi cuñado dice no se pelen hablen hacen una muy bonita pareja por dentro me dio risa de lo cínico que era, Raul le pidio que nos dejara solos, ya hable con el y nos fuimos a dormir,. al dia siguiente cuando no estaba Raul pero si mi suegra y mi cuñado comencé a platicar como si nada hubiera pasado y el me dice en voz baja para a no lo escuchara ella que tenia su habitacion junto ala sala donde estabamos nosotros ,el me dice apoco no te gusto ? Yo intente cambiar el tema por obvias razones ademas q era algo incomodo de inicio la pregunta mi doblemente suegra estaba cerca Jeje le dije que estaba loco que era la esposa de su hermano ya saben para no verme urgida jeje entonces me pidió q me acercara para decirme algo lo cual el corazón me empezo a latir rapido ya sabia a donde iba el entre en un no lo hagas amo a Raul y tambien me gusta Hector me arrime a el y el me dio un beso y yo me hice la digna y no le correspondi entonces subi a la recamara y me puse a pensar las cosas decidi ya no permitir que se me acerque .., pasaron dias y no le dirigi la palabra hasta incluso le pedi a Raul q buscaramos otra casa un dia llega Raul super tomado yo le pedi que se acostara y me grito que quien era para mandarlo y todavia se salio con sus amigos yo me quede en la casa furiosa, entonces estaba en la sala viendo tv con el bb dormido en un sillón, con mi suegra en su recamara cuando llega hector y me pide disculpas lo cual le dije que no pasaba nada y me dijo que contara con el que su hermano era tonto no me valoraba la mujer tan guapa y buena que tenia , que al ser el mi novio no estaría tomando mejor me comería todo el día , creo que me gustaron sus palabras y m*****a le seguí la platica entonces pongo cara triste diciéndole lo mal que me sentía el aprovecho para abrazarme y disimuladamente me rozaba los pechos con el antebrazo según el yo no me daba cuenta bueno también me estaba poniendo caliente, lo raro fue q se escuchaban los ronquidos de mi suegra jeje me comenzó a besar no era muy bueno pero tenia entusiasmo si me ponía cachonda ya que Raul ni caso me hacia , entonces estira bruscamente mi blusa y sostén y comienza a estrujármelas eso me calentó aun mas lo desesperado que estaba , entonces me acuesta en un sillon y empieza a manosearme toda, el muy muy estando la mama cerca y que fuera la esposa de su hermano estuvimos fajando un buen rato parecía loco me gustaba su saliba en mis pechos como movía la lengua, perdí el pudor completamente, me tocaba culo desesperado lo cual me encantaba y me dice yo nomas arriba y ve que culo tienes puta ya tenia humedas las bragas pregunto, cuando me pone la mano en su pene y me dice nadie te a tocado como yo verdad Dianis mi hermano no te cumple yo lo hare por el, le dije esta bien, siguió tocándome hasta desabrochar mi pantalón y dice quiero meter la mano por adelante para sentir tu pocha húmeda, yo estaba bien caliente el respiraba como degenerado me excitaba cuando de pronto hablo mi suegra nos separamos rápidamente hasta se nos estaba olvidando q estaba ahí menos mal no se dio cuenta jeje., con el susto casi se me sale el corazon ., nuevamente me dio arrepentimiento no pude dormir o seria por la calentura que se me quedo , al día siguiente se fue Raul a trabajar y hector ya tenia plan espero a que estuviéramos solos lo cual fue hasta la tarde, para invitarme a su cuarto ahí ya tenia cerveza pensé esto no es bueno con lo caliente que me pone el alcohol jeje, platicamos un poco bebiendo y empezamos lo de un dia antes lo cual rápidamente fue interrumpido raul llego temprano abrio con su llave menos mal llego llamandome y nos alizamos un poco en lo que el subia lo cual cuando vio que estaba en el cuarto de su hermano se m*****o de inmediato yo le dije que solo estaba viendo un video que descargo su hermano , no me creyó y peleamos un rato ay tuve que convenserlo con una chupadita lo cual se hacer muy bien desde la secundaria mmm,,, en la noches desperte y me arrepenti de lo que estaba haciendo cuando el me dio un poema escrito para mi y decidí otra vez ya no hacer eso yo me volvi a retirar de hector un tiempo el no se cansaba de acorralarme por toda la casa cuando nos quedabamos solos pero yo me negaba hasta un día yo estaba en la computadora viendo algo de porno también las mujeres vemos y mucho, escuche cuando se acerco al cuarto donde estaba cierro de inmediato la pagina pero me equivoco y el ve el vídeo que tenia estaba una chica chupando varios penes suelta una risa y me dice así te quería encontrar me quede sin habla me amenazo de decirle a Raul lo nuestro si no cooperaba le dije que no le dijera nada ademas que ya estaba yo muy cachonda , de inmediato el se saca el pene y me lo mete en la boca , de las ganas que me dieron viendo vídeos ni pensé y se lo empece a chupar le sabia algo salado pero no me importo y segui chupandoselo hasta q se vino en mi boca lo malo que de tan caliente el también no duro ni 2 min, casi era hora de que llegaba Raul le pedí que se saliera del cuarto yo seguía muy caliente pensé al llegar Raul me desquito con el prácticamente lo viole jeje, y en cuanto entra lo sorprendo con un beso al infeliz nunca había besado a alguien después de chupársela a otro, aun tenia algo de semen de su hermano en la boca jeje que mala lo se ,ni noto el sabor y le di una chupada tan deliciosa y después de cogérmelo también me los comí los de el,ese dia me comí el de los dos hermanos , días después el encontró un sostén mio en el cuarto de su hermano no se como lo tenia el degenerado , por lo que tuvimos un buen pleito casi me corre de la casa ,me dijo que ya no le hablara a hector mas tarde me volvió a reclamar lo mismo y de por que pasábamos mucho platicando juntos de ahí todo empezó peor entre el y yo lo cual no me acercara a hector para nada por lo que nos mandábamos textos jeje el ingenio que uno tiene aunque los 2 por mensajes acordamos ya no hacer nada o al menos por un tiempo por que mi suegra nos vigilaba., Un domingo Raul estaba tomando mucho y llego algo agresivo y me estrujo por lo que estaba furiosa por lo que mande mensaje a Hector para vernos en el patio cuando Raul y los demás se durmieran, el se queda muerto de borracho ,ya dormido me fui al patio empezamos a besarnos y el como siempre devorando mis pechos ya muy calientes empezó a desnudarme me puso una cobija y me tiro ahí mismo comenzó a lamerme mi puchita me succionaba algo raro pero rico después me pidió que se la chupara que le encanto la vez pasada yo me la metí toda ala boca se sentía tan caliente y soltaba liquido cada vez que entraba y salia en mi boca lo tire al suelo y empezamos un rico 69 ya estaba muy caliente solo pensaba en que me penetre, el me recostó y empieza meterla sin cesar sentía el deseo que me tenia, en cada metida me empezó a follar cada vez mas fuerte me presionaba mis pechos como si los fuera a arrancar y su pene caliente dentro de mi, me puso en cuatro patas como dicen los hombres y me la metió por atrás, con lo caliente ni me dolió, me follo duro, después de un rato me voltio para q me los comiera diciendo que le encantaba mi culito, mis tetas, mi picha y como me los comía, que era una puta recatada , eso fue como alas 4 am nos vestimos y seguimos platicando ahí mismo después de un rato y como hacia algo de frio nos metimos al cuarto de lavar tiramos ropa sucia para recostarnos el quería otra vez pero lo tenia dormido a lo que me ofrecí a pararlo y empece a chupárselo hasta q se lo endurecí rápido y me le puse arriba soy muy buena en lo que hago créanme pobre ponía los ojos en blanco y respiraba muy rápido yo le giraba el pene dentro de mi como si se lo fuese a cortar el feliz de la vida se corrió dentro de mi le tiemblan las piernas y sudaba mucho con una cara de enfermo jeje después de un rato todavía queríamos mas y nuevamente hice que se le parase con una buena chupada ese ultimo para el tercero ahora me tenia de perriro cuando escucho la voz de Raul llamándome se me salio el corazón se me detuvo literal o no se que me pare como de rayo y le respondí ahora voy estoy metiendo ropa a lavar lo cual no me creyó alas 5 am o no se bien que hora seria,cuando se acercaba me asome para decirle que ya iba pero el no dejo de avanzar al llegar empuja la puerta y nos ve desnudos se veía su cara de diablo pero solo me aventó diciendo que no lo podía creer no recuerdo todo lo que dijo se fue maldiciendo despertando a mis suegros con los gritos , mi cuñado salio disparado se vistió y se fue a la calle yo no supe que hacer ni siquiera encontraba mi ropa , Raul regreso por mi y me jaloneo hasta nuestro cuarto, tenia mucho miedo pensaba que me mataría o de que me hiciera algo a lo que subieron mis suegros a calmarlo y el no paraba de decir que me largara que era una puta yo no sabia como llegar con mi familia mejor dicho con que cara si se enteraban despues de mucho rato ya mas tranquilo les dijo mis suegros que salieran y como lo vieron mas tranquilo accedieron, esa si es una familia moderna jeje., empezamos a platicar el me pregunto que si cogimos yo respondí que solo faje que el llego antes de empezar entonces el me pego una bofetada y me dijo que no mintiera que le dijera la verdad le dije otra vez que era la verdad y me pego advirtiendo que era la ultima que me daba despacio lo cual me asuste por que me dolió muchísimo, a lo que le dije llorando que si pero que me perdonara que a el lo amaba que había sido un error por que no me hacia caso me sentía sola , lo de siempre una chica mártir jeje, entonces me pregunta te gusto como te la metía cabrona ? le respondí que maso menos que lo hice por despecho, me dijo cállate solo responde lo que yo pregunte moví la cabeza y me agache me dice voltearme a ver ala cara por lo menos eso me merezco,y pregunto cuantas veces te cogió ?? -yo le digo que solo una y me volvió a pegar una bofetada pero ahora mas fuerte,pronto respondí que 2 y cuando llego el llego, el dice pues entonces si te gusto mucho por que despecho hubiera sido una, te cogió por atrás? yo lo negué, el me jalo y dice voy a revisarte me inclina y me toca diciendo siiii si luego luego se ve mira como tienes el culo dilatado empezo a meterme los dedos bruscamente metiendo 2 o 3 dedos yo solo me aguantaba solamente lo que me hiciera,ahora pregunta se la chupaste ? yo solo moví la cabeza afirmando despacio esperando su reacción el mueve la cabeza diciendo, eres una zorra sabe cuantas veces te los comiste te conozco, yo solo me agache el sigue las preguntas, quien la tiene mas grande puta? le digo que el lo cual si era verdad la de su hermano fácilmente me cabía completa en mi boca alo que el se la saca y me hace que se la chupe yo entre miedo y no se que ya estaba bien caliente jeje mientras se la chupaba continuo con las preguntas , yo sacaba su pene de mi boca para responder y como ya estaba caliente le iba diciendo los detalles , pregunto que si me había cogido muchas veces , lo que dije que solo esa noche otras veces solo me tocaba y se la chupaba y me pego otra vez , le dije que ya no me pegara y le respondía lo que me preguntara, el sonrió y siguió ahora cogiéndome como le iba contando si le decía que me empino el lo hacia paso a paso yo estaba muy caliente aun con lo raro de de la situación o seria por eso no se jeje, me pregunto si me los había comido al chupársela le dije que si casi todas las veces incluso le conté de la vez que lo bese a el después de comérmelos de su hermano hector , que si me gusto?contestando mm muchísimo aunque ahora que tu si me quieres coger eres mejor jeje el contesta si puta si fuera cierto no lo hubieras hecho pero eres mi puta y vas a hacer lo que yo diga pregunta como me toco las tetas? yo tome su mano y la moví en mis pechos explicándole como hasta que terminamos también comiéndome su semen creo que ya lo estaba haciendo parte de mi dieta pensé,después de eso ya acostados, comenzó a llorar lo abrace nos quedamos abrazados un rato y se durmió cuando despertó hablamos otra vez y volvimos a coger., ese día fue de mucha acción, a mi cuñado me lo volví a comer una vez mas unos días después en un hotel por que si termino por mandarme unas semanas con mi familia hasta que mi novio Raul fue a buscarme y rogarme que volviera soy irresistible jeje y si si lo perdone

Autor: panchi6666 Categoría: Sexo Duro

Leer relato »

Compañero nuevo

2019-08-13


Esta historia me sucedió con un compañero que conocí una vez que salí de la secundaria. Contaba con mis 18 años recién cumplidos cuando empecé en un ciclo formativo en uno de los colegios más prestigiosos de mi ciudad. El colegio hasta no hacia muchos años era solo para chicos, pero al cogerlo una institución pública decidió que fuese mixto. Yo me quede más tranquilo pues me relaciono mejor con las chicas que con los chicos. Desafortunadamente para mi el ciclo que iba a estudiar solo se apuntaron chicos, por lo que mi temor era que iba a pasar un año algo complicado, pues la mayoría de los chicos siempre se han metido conmigo. Empezó el año escolar y mis sospechas no cayeron en saco roto, los “gallitos” de la clase se burlaban de mí, por el simple echo de llevar gafas y no ser tan tosco y bruto como ellos. Por suerte hice una pequeña pandilla con la que pasaba los recreos y la hora de la comida e hicimos buenas migas. En esta pandilla estaba el chico por lo que viene esta historia. Era un chico bajito (170cm, a comparación mía que mido 1.84) y fibrado, piel blanca, de pelo corto y moreno y unos ojazos azules, a mí se me da un aire al actor Wentworth Miller, pero bueno eso son impresiones mías, y contaba con unos 18 años. Aun asiendo parte de la pandilla de vez en cuando se metía conmigo para seguir con la gracia de los demás, yo se lo toleraba hasta cierto punto, pero cuando me enfadaba, me iba yo solo por el recreo y los dejaba abandonados. Lo malo que después el se enfadaba por haberme ido y no haber estado con ellos. Los días del curso iban pasando y un día en clase me dice: Él: Oye, me comerías la polla a la hora del almuerzo? – y se echa a reír. Antes de mi contestación voy a matizar, parte de las burlas que me hacen es que me llaman “maricón” aunque yo no diga que lo sea. El simple echo de este insulta es que yo una persona reservada y educada que no voy de macarra y propiciando insultos a diestro y siniestro y me visto bien, cosa que ya me distingue de ellos y por eso ya soy gay. Bueno sigo: Yo: Si claro, cuando quieras – ya le respondí así porque estaba cansado de siempre lo mismo y decidí por darles la razón a ver si así me dejaban en paz. Él: En serio me comerías la polla – me mira con cara de vicioso y a la vez burlón. Yo: Claro que si – yo le seguía el juego – Pero tú me la comes a mi también. Él: Vale, que bien me qué vas a comer la polla – en tono burlón – Si si. Aun es a día de hoy que no se porque se le dio por pedirme eso ni el porque, y no será porque no le pregunté, pero se hizo el loco. Bueno, pues estuvo toda la mañana ilusionado y recordándome lo que iba a pasar en la hora del almuerzo. Yo le dije y en realidad lo creía “te hace más ilusión a ti que a mí”. También es verdad que yo pensé que era todo un juego de él. Llego la hora del almuerzo, cerca del colegio había una tienda donde comprábamos unos bocadillos para comer, a veces los comíamos en el recinto del colegio y otras veces íbamos a un parque que hay allí cerca, todo dependía de las ganas que teníamos. Esta vez tocó parque, fuimos a por los bocadillos y después de comer estuvimos un rato tirados en la hierba, pues teníamos 2h para comer. Estábamos muy tranquilos y como imaginaba pensé que mi amigo se había olvidado o más bien dejo de hacer el tonto con lo de la mamada, cosa que suponía. Pero de repente se levanta y me mira. Él: Tengo que ir al baño – me ve con cara de levántate – Vienes conmigo. Yo: Bueno, voy porque tengo ganas – era mentira. Nos dirigimos al baño y nos pusimos en los urinarios y aunque no tenia ganas me puse a mear y mientras tanto él a parte de mear observo por el baño que no hubiese nadie. Era un baño público y pequeño por lo que con un vistazo ya sabes si hay alguien o no. Acabé de mear me subí la cremallera del pantalón y me dispuse a salir fuera. Él: A dónde vas? – me preguntó agarrándome del brazo – Tienes algo que hacer. Yo: Pero aún sigues con eso? – le veo con cara extrañado – Venga deja de hacer le tonto. Él: venga entra a la cabina – entra él y me hace un gesto para que lo siguiera Para ver hasta donde iba el juego, entro detrás de él y cierro la pueta tras de mí. Pero aun así no tengo muy claro que iba a pasar, yo pensaba que lo que pretendía llegado hasta ese punto era verme desnudo para después burlarse más. Él: Bueno, quien empieza – su cara de emoción me descuadraba, pues el se identifica como hetero. Yo: Empiezo yo – digo para ver que hace – Venga bájate los pantalones o quieres que te lo haga yo – me quedo un poco borde, pero me tenia que hacer el duro para si era una broma no me pasase factura. Él: Vale – dicho esto se baja los pantalones y bóxer de golpe y se levanta la camiseta. Al aire deja una enorme polla de 20cm y de un ancho considerable, con el capullo cubierto y empalmada y viendo hacia el techo. Mis ojos al ver aquello se abrieron como platos y no resistir las ganas de llevármelo a la boca. Lo primero que hice para tantear el terreno fue llevar mi mano derecha a su polla y agarrarla y hacerle una pequeña paja. Al ver que no decía nada me puse de rodillas y acerqué mi boca a su capullo y abrí la boca y me lo metí. Al ver que no decía nada mi para bien mi para mal, empecé con la mama. Traque parte de su polla, intenté metérmela toda pero no era capaz por su tamaño, la saque y la lamí desde la punta hasta la base, dejándola bien mojadita. Por dato curios, no era la primera polla que comía. Él solo gemía por el placer que le estaba dando. Yo: Bueno ya está – dije cuando me volvió la sangre y la cordura al celebro – Ya cumplí con lo que acordamos, no? – hice una pausa – Ahora te toca a ti Él: Eh! – se quedó un poco desubicado – Si claro lo que se promete se cumple. Me baje el pantalón y los calzoncillos y mi polla ya estaba empalmada, y normal después de ver y hacer lo que acababa de hacer. Se arrodillo y metió mi polla en la boca. Se sentía muy bien, pero se notaba que era su primera vez o tenia muy poca experiencia mamando. Tuve que decirle un par de veces que tuviese cuidado con los dientes que me hacia daño. La metía y sacaba de su boca con más facilidad que yo la de él, y para ser sinceros me ponía un montón ver a ese “machito” comerme la polla. Yo: Bueno por hoy ya basta – le dije apartándolo – Se está haciendo tarde y los otros se preguntarán que estamos haciendo. Él: Si mejor lo dejamos aquí – volvió a tomar las riendas de la situación – Que bien que me has comido la polla – se ríe y vuelve a poner esa cara de vicioso pervertido. Yo: Si si – dije sin darle importancia – Y tú a mí, así que a ver qué vas contando. Salimos los dos del baño y nos dirigimos hacia nuestros compañeros. Y allí estaban tan tranquilos donde los hemos dejado y sin hacerse ninguna pregunta del porque habíamos tardado tanto. Llego el momento de irnos de vuelta para el colegio y después de 3h de clase el momento de irnos para casa. Ese día fue el comienzo de otros muchos que os contaré en otra u otras historias (dependerá de lo larga que se haga) Espero que os guste la historia y gracias por leerme.

Autor: David Categoría: Sexo Gay

Leer relato »

Braguitas mojadas y corridas

2019-08-13


Mientras absorbía su bebida se le ocurrió lo más morboso que podría haber hecho nunca. Lo miró… él estaba mirándola con deseo, lo sabia… y se le notaba. No apartaba sus ojos de los suyos. Estaba segura que debajo de sus pantalones había una erección. Dejó su copa y se levantó. -voy al servicio, ahora vuelvo. Sonrió y lo besó en la mejilla.- Le dijo Carlota. Estaba mojada. Estaba muy mojada. No pudo evitar tocarse en la baño durante unos momentos. No había nadie y sus pequeños gemidos no llamaban demasiado la atención. O eso quería seguir creyendo ella, aunque alguien le pillara aun le ponía mas y sobre todo si fuera él. Mojó sus braguitas tocándose y cuando estaban lo suficientemente húmedas se las quitó. Las guardó en su bolso y se colocó la falda lo mejor que pudo. Los calores aun corrían por su cabeza… y por el resto de su cuerpo. Salió, se acercó a su lado y le pasó mis húmedas braguitas por debajo de la mesa disimuladamente. -vete al baño y córrete en ellas.- le susurró. Fran agarró las braguitas fuertemente notando que estaban húmedas. La miró a los ojos y sin salir una palabra de sus labios se dirigió al baño. Carlota se sentó y siguió bebiendo de su copa. El frio de aquel vodka limón le refrescó. Ya casi podía sentir el chispazo dentro de sí. Quién sabe si aquello fue iniciativa suya o de su interior aflorado por aquel cargadísimo vodka. Al cado de los minutos, Fran salió del baño con una mano en el bolsillo y una cara de necesito hacer algo más que correrme en tus bragas. Se las paso debajo de la mesa como ella había hecho y volvió a levantarse. La miró extraño y ella le respondió con un guiño de ojo. Podía sentir como la miraba mientras volvía al baño. Volvió a entrar y en ese momento había una mujer de unos 40 o 50 años, bien vestida, de forma clásica se podría decir. Se metió en un servicio, cerró la puerta y se volvió a colocar sus braguitas húmedas y corridas. Se había corrido en el interior. El cabrón sabía donde hacerlo. Y eso le gustó. Salió del baño sin tirar de la cadena, no le apetecía ni disimular. Que aquella mujer pensara lo que quisiera. Sentía en su coño el calor de la corrida de Fran y eso le ponía, le ponía mucho. Salió y volvió a acercarse a su oído y le susurró algo que hizo que sus ojos se abrieran y sus dientes mordieran su labio superior. -Siento tu semen contra mi chochito. Fueron a casa de Fran y en cuanto entraron, Carlota le puso el dedo en la boca, no le dejó que dijera nada. Fueron directamente hacia su dormitorio y lo tumbó sobre la cama. Se puso el dedo en la boca para que siguiera sin decir ni una sola palabra. Se colocó sobre Fran, colocándose sobre su cara. Quería que se lo comiera con sus bragas mojadas y corridas. Aunque ya se había secado el semen, aun seguían un poco húmedas porque aun no había dejado de estar cachonda. Quería sexo. Y lo quería ya y que fuera del duro. Que la empotraran. Que se lo comieran. Quería tener una polla dentro.

Autor: autordeldelito Categoría: Fantasias Eróticas

Leer relato »