El bully de mi escuela se coge a mi mamá

2019-08-16


Hola mi nombre es Luis, tengo 16 años, soy delgado, bajito, rubio... Hace unos meses mi mamá se divorció de mi papá, razón por la cual ella decidió que quería estar lejos de él y nos mudamos de nuestra natal Buenos Aires en Argentina a vivir a Bogotá Colombia. Al llegar a mi nuevo colegio inmediatamente me distinguí por ser extranjero, en todos los aspectos: en cuanto a mi apariencia, era el único rubio del salón y por mis ojos azules y mi acento no hacia falta decirle a la gente para que notaran que venía de otro país; rápidamente me destaqué por mi buen desempeño académico, y es que la educación en mi colegio anterior era mucho mejor que el nivel de exigencia acá, sin dificultad me convertí en el favorito de los profesores y empecé a despertar envidias; además de eso, era el más talentoso con el balón, tenía un regate similar el de Messi y la única forma de quitarme el balón era haciéndome falta, era titular indiscutido en la selección de futbol del colegio. Pero no todo era tan bueno como parece, en la escuela había un tipo llamado Auguto, era en pibe muy blanco, muy alto, como de 1,90 ; era además muy fuerte y musculoso, pero la principal característica de él, era su horrenda cara, este sujeto era demasiado feo, tenia la nariz muy grande y deformada, a sus cortos 16 años ya se le había caído el cabello y era de estos calvos que solo les crece cabello a los lados, su dentadura era horrible, se notaba que nunca había tenido acceso a ortodoncia porque sus dientes eran muy chuecos y amarillos, las chicas lo miraban pero para sorprenderse de lo feo que era, ni siquiera su impresionante físico lograba equilibrar su fealdad. A la primera semana de clases, este horrible Augusto me había empezado a hacer la vida imposible, me abordó en la caseta donde vendían la comida y me dijo: Augusto: "Vení Luisito, tu no has pagado tu cuota diaria" Yo:" de que me hablas pibe" le respondí tímidamente Augusto:” jajajajajajaja, ese acento argentino si me pela la verga" Estaba m*****o, soy muy nacionalista y me ofende que hable mal de los argentinos. Augusto:" ché,tenés que darme lo de tus onces, boludo" -dijo tratando de imitar mi acento. Yo: “A ti que te pasa imbécil" Y de la forma más rápida sin que yo pudiera reaccionar, me pego tremendo golpe en mi estomago, inmediatamente me tire al piso pues me había sacado el aire. Augusto: “dame tu dinero ya o te lleno la geta con tus mocos de la trompada tan hijueputa que te meto" No podía hacer nada, era muchísimo más grande que yo y mucho más fuerte, además estaba rodeado por sus amigos que solo se reían y lo alentaban. Sin pensarlo dos veces saque de mi bolsillo el dinero y se lo di. Los demás alumnos alrededor solo se quedaron mirando, ninguno me ayudo a levantarme, al parecer este hijo de puta Augusto dominaba esta escuela como si fuera su propia casa, y mis sospechas se confirmaron, al ver que después de golpearme y robarme, se dirigió donde otro pibe incluso más bajito y flaco que yo, con gafas, y lo intimido igualito como me hizo a mi, pegándole en el estomago y quitándole su dinero. Yo al ver eso, salí a ayudarlo pues el pobre quedó en el piso sufriendo tal como yo estaba unos segundos antes, apenas me le acerque él me dijo:" no me ayudes, solo empeorará las cosas". "Si Augusto ve que me ayudas te golpeará a ti y a mi"- me dijo este pobre pibe asustado y tartamudeando-"por qué no lo acusas con las directivas, me parece terrible que este idiota pueda hacer esas cosas y no le pase nada" le respondí aireadamente. “ya lo hice, pero fue peor, él sabe donde golpear para que no aparezcan moretones ni sangre, por lo que uno se queda sin pruebas para demostrar que te golpearon, y como la mitad del colegio son amigos suyos, y la otra mitad le tiene miedo, pues al final nadie lo denuncia. La vez que trate de denunciarlo, la maestra solo le llamó la atención , mientras que yo si tuve que aguantar la paliza más grande que me han dado en la vida....... lo mejor es que hagas lo que él te diga, hazme caso" Las cosas que me contaba este pibe eran atroces, le pregunte como se llamaba, me dijo que se llamaba Felipe ( o Pipe como yo le decía con cariño) y a partir de ese momento él se convirtió en mí mejor y único amigo en la escuela. Esta situación se repetía diariamente, a la hora del descanso me amenazaba con golpearme si no le daba mi dinero, yo accedía pues definitivamente no podía hacer más, si me resistía me golpeaba e igual se llevaba mi dinero. Afortunadamente después del divorcio con mi padre mi mamá no tenía problemas de dinero, por lo que le pedí que me diera doble mesada, la mitad se la daba a Augusto, y la otra mitad me la escondía en mi ropa interior para comer a escondidas. Los entrenamientos de futbol eran de lunes a viernes de 3 a 6 de la tarde, yo obviamente asistía pues era el jugador más talentoso del colegio, Augusto también, pero este imbécil era un petardo, era demasiado amotro, no podía correr bien, solo sabia hacer faltas, por eso estaba en el equipo suplente, que para desgracia mía, siempre jugaba contra el equipo titular en los entrenamientos, este a****l aprovechaba la ocasión para tirarme leña durísimo cuando yo tenía el balón, esa era la única forma como lograba contenerme, de lo contrario, yo le hacía un caño (túnel o cuquita como dicen acá en Colombia) y lo hacia quedar mal en frente de todos; en una de esas me pego una patada durísima y me tiro al lodo, quedé todo embarrado y no tuve otra opción mas que irme a bañar a las duchas del colegio. No acostumbraba a bañarme en las duchas del colegio, por temor a que Augusto me acosara en ese momento tan vulnerable, siempre esperaba a bañarme en mi casa, pero esta vez toco coger valor y bañarme junto a todos los muchachos del equipo. Ya en las duchas note otra cosa impresionante, todos estos tipos tenían unas pijas enormes, y no solo los negros... los blancos, los trigueños y hasta los gorditos sacaron unas vergas mucho más grandes que la mía, al parecer eso que me habían dicho en mi anterior colegio de que los colombianos, los cubanos y los ecuatorianos son los que tienen las vergas más grandes del mundo era cierto, yo siempre he estado orgulloso de mi raza, pero tengo que aceptar que en esa ocasión, trate de esconder mi pene pues me daba pena tenerlo tan chiquito. Pero fue en vano, uno de los muchachos noto que mi pene era diminuto en comparación al de ellos y se empezó a burlar: "chicos! chicos! vengan a ver el maní que tiene Luisito entre sus manos" En esas llegó Augusto, que impresión tan grande, este era sin duda el más vergón de todos, no se cuanto le media ese pedazote de pija, pero iba más allá que la mitad de su pierna y eso que no estaba erecto, con razón ese idiota no podía ni correr bien, semejante tripa era como de caballo, sin duda la verga más grande que había visto en la vida, superando a los actores porno que ya de por si eran impresionantes. Augusto: "Jajajajaja Luisito, con razón los argentinos son tan engreídos, les toca relucir por fuera lo que no tienen en los pantalones" Esos comentarios contra mi raza me ofendían mucho. Yo:" pues prefiero tener poca pija a ser un burro como tu, eso comprueba todas mis hipótesis, voz sos bruto, sos feo, sos amotro y tenés verga de burro, seguramente vives en un establo entre las vacas, un adefesio como tu solo pudo haber salido de una yegua" Inmediatamente todos hicieron esa gritería que es tan humillante: "huuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu" le decían a Augusto:" se va a dejar decir eso?", él se puso muy rojo, sabia que su imagen de macho alfa estaba en juego, inmediatamente se me lanzó encima y me recago a trompadas, me dio durísimo, yo trataba de correr pero el piso estaba húmedo y yo desnudo, me rompió toda la cara, y en esas llegó el entrenados: "Que pasa aquí?" nos separó y nos llevo a la dirección inmediatamente. En la dirección estaba yo sentado en una silla, con toda la cara sangrando, con mis mejillas todavía rojas, el ojo morado, un pedazo de servilleta en mi nariz evitando que saliera más sangre, mis labios rotos y un dolor impresionante; estaba esperando a que llegara la mamá de Augusto y mi mamá para hablar junto al director por lo que había pasado, la primera en llegar fue la mamá del troglodita, una vieja gorda, feísima, mal vestida, y con un acento que dejaba ver el estrato bajo del que venía, el director se quedó hablando un rato con ella hasta que llegó mi mamá, que contrate tan basto el que había en ese cuarto, pues mi madre era lo opuesto a la mamá de Augusto, una mujer hermosa, bien vestida, color de pelo castaño recién salida de la peluquería, con una carita muy dulce y un cuerpo muy bien cuidado, unos senos firmes, un abdomen plano y trabajado, pero lo que más llamaba la atención de mi mamá, era una cola de ensueño, grande y tonificada, bien paradita gracias a todas las horas que pasó en el gimnasio cuando estaba casada con mi papá; nunca he sabido cuantos años tiene mi madre, pero parece de 20, la gente siempre asume que es mi hermana, y siempre que salgo con ella me toca aguantarme las miradas de los demás hombres que no pueden evitar mirarle el culo a mi madre, el portero, el mesero, el taxista, nadie disimula cuando mi mamá entra a algún lugar, todos empiezan a morbosearla y se cogen la verga por encima del pantalón cuando lo hacen... El director no fue la excepción, apenas llegó mi mamá él se levanto sonriendo y empezó a intentar seducir a mi mamá como todos lo hacen, notaba todo el tiempo cuando mi mamá hablaba o miraba para otro lado, la mirada de este pervertido en su escote, además se cogía la pija por encima del pantalón y se mordía el labio. La reacción de Augusto también fue deplorable, si el director que se veía decente no pudo controlarse, mucho menos este a****l que no dejo de mirar a mi mamá, ni siquiera tenía la decencia de mirar al director a la cara cuando este le hablaba, no podía quitar su sucia mirada de las tetas de mi mamá, de sus piernas largas y de su culo que a pesar de que ella estaba sentada, se salía un poquito por la silla ya que mi mamá tiene un cuerpo de avispa; y para mayor descaro, en ningún momento se quito la mano de la sudadera y parecía que se estaba frotando, hasta la mamá del propio Augusto se dio cuenta de la escena y empezó como a regañar a su hijo con la mirada... Mi mamá por su puesto se dio cuenta y dijo que se tenía que ir por lo que había que terminar rápido... pobrecita, no podía resistir esa humillación en frente de su hijo. En esa reunión se hizo un poco de justicia, entraron varios profesores, entre ellos el entrenador que había visto la golpiza, y todos me defendieron, era buen alumno y buen futbolista por lo que todos se pusieron de mi parte, en cambio a Augusto, lo amenazaron con echarlo del colegio, le toco pedirme disculpas en frente de todos y prometer que no me m*****aría más, se le había dicho que de lo contrario sería expulsado de la institución. Eso hizo que el acoso disminuyera en las próximas dos semanas, ya no me golpeaba para pedirme mi dinero ni me ofendía, pensé que todo había quedado hasta ahí y que mi vida iba a cambiar, pero no podía estar más equivocado, la cosa se iba a poner mucho peor. En la clase de artes, debíamos construir una maqueta, la elaboración sería de a parejas por lo que inmediatamente me acerqué a Felipe para trabajar juntos, hasta que nos aborda la profesora y nos dice: "disculpa Felipe, será que puedes buscar otro compañero? me gustaría mucho que Luis trabajara con Augusto"- Yo:" pero por qué profesora, porque debo trabajar con Augusto si Felipe es un buen alumno y me llevo muy bien con el" Profesora:" como tu sabes, Augusto no tiene un buen rendimiento académico" Y es que este adefesio además era muy bruto, a estas alturas de la escuela no sabía cual era la capital de Inglaterra, no sabía operar fraccionarios, y hasta tenía problemas para leer de corrido, era un simio total. De hecho recuerdo que una vez Felipe me dijo que solo había avanzado en los cursos porque ponía a otros como el para que le hicieran la tarea y hacia copia en los exámenes. "el me a dicho que le gustaría trabajar contigo"- continuo explicando la profesora de artes-"dice que como tu eres tan buen alumno, y que además como tuvieron un percance tan atroz como fue la golpiza en las duchas, a él le gustaría trabajar contigo para tener buena nota y además tratar de llevarse bien contigo después de lo que pasó". Así que no tenía otra opción me toco invitar a mi casa al a****l de Augusto el fin de semana para hacer este trabajo. Me aseguré de invitarlo cuando mi mamá estuviera en el gimnasio, con eso no me tenía que aguantar a este hijo de puta morboseando a mi mamá. Apenas llegó, nos metimos en el cuarto y como era de esperarse, se tiro en la cama a jugar videojuegos mientras yo trabajaba solo en la maqueta. Quería terminar lo antes posible, para que él se fuera y salir de ese episodio, cuando miraba de vez en cuando a ver que estaba haciendo, notaba como disimuladamente metía la mano en mi cajón de cama y robaba mis cosas, esto ya era el colmo, pero aun así eran tantas mis ganas de acabar rápido que lo ignoré y seguí trabajando. En esas llegó mi mamá y abrió la puerta del cuarto: "Luisito la cena está servida"- sin saber que Augusto estaba ahí... "Ohh, no sabía que tenias compañía, pueden ir bajando a la cocina mientras preparo otro plato". Bajamos a la cocina y mientras yo comía mi mamá le preparaba algo de comer a Augusto, ella recordaba que él me había golpeado y que era un cerdo, pero aun así le preparó la comida pues ella es una mujer muy decente. En esas mi mamá nos da las espaldas para lavar un plato y Augusto se para diciendo "voy al baño", y pasa detrás de mi mamá restregando la verga por encima del pantalón en las hermosas nalgas de mi mamá sin disimular ni un poquito... Yo quede sorprendido con la falta de respeto de este hijo de puta, mi mamá también, quedó atónita frente a lo que acababa de pasar en frente mio, y apenas Augusto salió de la cocina me dijo:" Luisito no quiero que vuelvas a invitar a esta clase de personas a la casa", yo estuve de acuerdo y le dije que no era culpa mía, la maestra me había obligado a trabajar con el. Una vez terminamos de comer, subimos al cuarto, cerré la puerta y le dije a Augusto: "a ti que te pasa a****l, hazme lo que quieras a mi pero respeta a mi mama que ella es una mujer decente". el inmediatamente me cogió del cuello y me lanzó al piso sobre la maqueta, destruyendo lo que había construido durante todo el día, se puso encima mio, con sus manos sobre mi cuello, se saco el pene del pantalón y me lo puso en la cara, esa pija olía horrible, parecía que no se había bañado en varios días, sus bolas tocaban mi barbilla y la punta de su pene alcanzaba a tocar parte de mi cabello, además era tan grueso que me tapaba todo el ojo izquierdo, solo podía ver su fea cara por mi ojo derecho. Augusto: “Mira hijo de tu puta madre, me importa un culo si estoy amenazado en el colegio con ser expulsado, tu a mi no me vuelves a hablar de esa forma, y te advierto una cosa y espero que te quede bien claro, o me ayudas a que yo me c*** a tu mamita, o te meto esta verga hasta el fondo de tu flaco culo hasta que quedes cagando en una bolsa por el resto de tu vida"- se levanto, se metió la polla en el pantalón y se retiró del cuarto diciendo: "Y necesito sacarme 10 con esa maqueta, así que tiene que estar lista para el lunes, también necesito que me hagas la tarea de geografía y que hagas el examen de matemáticas por mi" Yo quedé atónito, no podía creer lo que había pasado, ya ni me acordaba de la ira que me dio cuando esta bestia le restregó la verga a mi mamá, lo único que pasaba por mi cabeza y por mi cuerpo era un miedo y un escalofrío impresionante de pensar que este malnacido me rompiera el ojete con semejante palo... Yo podía aguantar que me robara mi dinero al almuerzo, que me golpeara en los entrenamientos y en el receso, incluso iba a tolerar que hablara mal de mi amada Argentina, pero no podía dimensionar que este hijo de puta me hundiera ese pijononon en mi orto, no solo sería humillante para mi hombría y me atormentaría psicológicamente para toda la vida, podía dejarme una lesión anal permanente haciendo que tuviera que usar pañales para siempre como algunos abuelitos. Ahí recordé a Felipe cuando me dijo "es mejor que hagas lo que él dice". Esa noche no pude dormir del miedo, me desvelé terminando la maqueta para tenerla lista el lunes a las 7:00 AM. Y lo mismo fue toda la semana, no pude dormir, en el colegio me di cuenta que Augusto le había contado lo sucedido a sus mejores amigos y los escuchaba hablando en el entrenamiento diciendo: "imagínate la tripa de Augusto disfrutando del culo de la mamá de Luisito, dicen que esta rebuena, y con lo a****l que es Augusto, seguro no la suelta hasta que la ultima gota de leche pase al culo de la buenona". Hasta Felipe mi mejor amigo me hizo el comentario :" por ahí hay un rumor de que Augusto se quiere comer a tu mamá, ese Hijo de puta ni siquiera respeta al hablar de la familia de uno", pero me tocaba evadir el tema pues no quería que nadie se enterara. El fin de semana, se llevaría a cabo el plan de Augusto para salirse con la suya, me había hablado de unas gotas para que las aplicara en la bebida de mi mamá, supuestamente esas gotas harían que ella se excitara mucho. Fue el Domingo por la mañana cuando él llegó a mi casa temprano, yo estaba en piyama y mi mamá todavía estaba durmiendo, el no tocó la puerta , me envió un mensaje por celular para que le abriera, había que guardar silencio, luego le dije que esperara en el pasillo y el me dio las gotas. Me metí al cuarto de mi madre mientras ella dormía y le eche las gotas de Augusto al café que le acostumbraba a preparar los domingos y que le ponía en su mesa de noche, pero mientras le terminaba de echar las gotas, mi mamá empezó a moverse como si se fuera a despertar, yo inmediatamente y con mucho sigilo, me metí al closet para que no me viera, hubiera sido muy difícil de explicar porque le estaba echando gotas al café. Ella se despertó y lo primero que hizo fue tomarse el café ya con varias gotas, yo la observaba por la rejilla del closet mientras Augusto esperaba afuera. Una vez mi mama se termino el café, se paro al baño sin cerrar la puerta, por lo que no me pude escapar del closet. Ella se lavó los dientes y se limpio la cara, acto seguido se volvió a recostar en la cama y se empezó a tocar en su vagina, eso significaba que las gotas ya estaban surtiendo efecto, mi mamá lentamente se empezaba a excitar masturbándose cada vez más con mayor intensidad. En esas Augusto entra al cuarto, mi mamá estaba con su baby-doll puesto masturbándose y muy sorprendida pero sin quitarse la mano de la concha le dice: Mamá: “Augusto tu que haces acá!!!!" Augusto:" vine a traerle lo que necesita" Y se saca del pantalón la tremenda pija que me tenía atormentado toda la semana. Mamá: "esto no puede estar pasando , tu eres un amigo de mi hijo y no puedes estar en mi habitación, menos en este momento tan intimo, que vergüenza" Augusto se acercó al borde de la cama donde mi mamá estaba recostada y le puso cipote verga cerca a la cara. Augusto:" me va a negar que no le gusta mi pene?" Mi mamá se quedo unos segundos en silencio viendo la polla de Augusto y sin dejar de masturbarse, cosa que no había dejado de hacer y mucho menos desde que esta bestia se saco el a****l que llevaba en los pantalones. Mama: "prométeme que no le vas a decir nada a Luisito"- dijo sin dejar de mirarle la polla Augusto: “tranquila mi señora que esto va a quedar entre Ud. y yo" Mi mama le cogió el pene y sin preocuparse porque todavía no estaba erecto, trato de metérselo en la concha. En esas Augusto la detiene y la agarra del cabello: Augusto: “Crees que te puedes meter mi verga sin antes prepararla?"- dijo con un poco de ira-"vení acá que te la vas a comer todita" Y la puso de rodillas en el piso sin soltarle el cabello. “Ahora si vas a conocer a un hombre de verdad, no como el marica de tu hijo cuyo pipisito es del tamaño de una uña"-le dijo mientras le metía dos fuertes bofetasos en la cara. “es hora de que rindas homenaje a tu amo y señor"- y le hundió su pene en la boca hasta que ya no daba más, esa imagen nunca la olvidaré en mi vida, mi gran enemigo, mi bullyng, metido en la habitación de mi mamá, cogiéndola del cabello mientras ella de rodillas , con sus mejillas rojas de los golpes que le dio, abre su boca para que el a****l sin misericordia le empuje su tremenda pija sin importar que solo entraba un tercio de esta, y todo por mi culpa. En ese momento se me empezaron a salir las lágrimas. No contento con lo que estaba haciendo, se metió la mano al bolsillo y saco su celular, sin preguntar, empezó a tomarle fotos a mi mamá mientras ella trataba de lidiar con su gran miembro. “no me tomes fotos"-le dijo mi mamá, entonces él le saco el pene y le pego tremenda cachetada: "aquí se hace lo que yo diga" y le volvió a meter el pene en la boca esta vez con más fuerza, todavía sosteniéndola del cabello y empujando su cabeza hacia el mientras su pelvis trata cada vez con más fuerza de meter la pija en su garganta, cosa que era imposible pues no cabía. Luego de unos cinco minutos que duró el mamáso que mi mama le pego a Augusto, este la levanto del cabello, el cual no había soltado en ningún momento, fue ahí cuando pude ver la pija de Augusto en todo su esplendor, la cual solo había visto en estado de relajación, esta vez podía dimensionar semejante palo grueso y erecto, dispuesto a garcharce a mi mamita por el mismo lugar por el que había nacido yo. Mi mamá puso sus manos sobre la cama, sus rodillas en el borde de la cama y fue la primera vez que augusto la soltó del cabello, necesitaba sus dos manos para cogerla de la cintura mientras la otra mano le pegaba tremenda nalgada cuyo sonido retumbó en toda la casa, inmediatamente mi mamá pego un pequeño grito de dolor. "haz silencio puta que tu hijo va a escuchar"- le dijo Augusto para acto seguido pegarle otra nalgada durísima que mi mamá por más que intento no pudo contener el grito. El hijo de puta se detuvo un momento para manosear el maravilloso culo de mi madre, hasta yo sentí una pequeña erección de tan solo ver el espectacular derrier de mi mamá en cuatro patas, él le empezó a meter los dedos en la concha y en el culo, ella solo gemía de placer a pesar de la forma tan brutal como él lo hacia, las gotas hacían que mi mamá se excitara sin importar lo brusco que la trataba este a****l. Entonces volvió a sacar su celular para esta vez tomar video de como le metía los dedos a mi mamá, acercaba la cámara hacia su cara diciéndole. "mándale un saludo a Luisito mientras te cojo"- "Augusto mi hijo no se puede enterar de esto"-respondió mi mamá- "eso depende de tu comportamiento hija de puta". Y sin avisar le hundió la gran verga en la pequeña concha de mi mama, sin sacar dos dedos del culo. Yo no podía creer que semejante pijononon pudiera entrar en la concha de mi mamá, pero lo hizo, eso si, mi mamá inmediatamente pegó un grito ensordecedor mientras Augusto la volvía a tomar del cabello.... " ya te dije que te callaras perra chupapijas"- le dijo el muy cerdo mientras empezaba a coger ritmo.-"Ahora si te voy a poner a ver estrellas".... y con una fuerza descomunal, se empezó a garchar a mi mami durísimo, ella le decía, tartamudeando porque no podía evitar gritar, "ssuuuuuuuaaaaavvveee"- apenas podía respirar. "Mmaassss sssuuuuuavvveeee que tiiieeennes la pija mmmuuuuyyyyy graaaaande". Pero este hijo de mil puta no le hizo caso, la seguía nalgueando y culeando durísimo..... Eran tan fuertes los gritos de mi mamá, que para que los vecinos no se dieran cuenta, a Augusto le toco taparle la boca a mi mamá con la mano que tenía libre, porque la otra mano la jalaba del cabello haciendo que ella mirara el techo. Ahí vi cuando a mi mamá le salió la primera lágrima. El ritmo que llevaba Augusto era insuperable, se movía muy rápido y las embestidas eran durísimas, tanto así que mi mamá no logró contenerlas, si bien es cierto que ella iba al gimnasio y era atlética, sus manos no podían sostener toda la fuerza con la que Augusto se la culeaba, por lo que sus brazos cedieron y quedó recostada boca abajo, Augusto después de esto no hizo una pausa ni la soltó del cabello, solo se le monto encima sin sacarle el pene, y se la siguió garchando... mi mamá estaba boca abajo, y Augusto encima de ella disfrutando de sus nalgas a un ritmo intenso, mientras una de sus manos se apoyaba en la cama, la otra se apoyaba en la cabeza de mi mama, empujándola hacia la cama, como si la estuviera ahogando, pero a pesar de que estaba siendo sometida de la forma más brutal, y su cara estaba siendo empujada sobre la cama, ella no podía dejar de gritar. Aproveche ese momento en que mi mamá estaba mordiendo la cobija mientras Augusto se apoyaba sobre su cabeza y que ella no podía ver nada para salirme del closet, pues no soportaba seguir viendo esta humillación, al verme salir del closet, Augusto me miro sonriendo. Mal nacido hijo de puta, por fin había logrado salirse con la suya y se estaba garchando a mi mami a su antojo, en mi propia casa y en frente mio. Me salí del cuarto pero no pude evitar escuchar los gritos de mi madre sobre la cobija, eran muy fuertes, solo podía escuchar como se quejaba y el golpe que hacia la pelvis de augusto sobre las nalgas de mi mami, era muy intenso. Así que me fui de la casa para tratar de tranquilizarme, esa escena era muy traumática para mi, me fui al parque a sentarme en un banquillo, esperando a que pasara un tiempo para volver a casa e inventar alguna escusa, pero no podía pensar en otra cosa más que en la imponente tripa de Augusto, mi bully, rompiéndole las nalgas a mi mama. Volví luego de 2 horas a casa, abrí la puerta y todavía podía escuchar a mi mamá gritando al ritmo de la tremenda culeada que le estaba pegando Augusto, la diferencia es que se escuchaba desde la cocina, tenia que irme para otro lugar así que decidí ir a la casa de Felipe para quemar tiempo. llegue muy nervioso, ocultando lo que estaba pasando, con la escusa de que quería jugar video juegos, ahí me quede como por tres horas para luego volver a casa. Al entrar nuevamente, no lo podía creer, habían pasado como 5 horas desde que empezó la garchada y seguía escuchando los gemidos de mi mamá y el ruido que hacían sus nalgas cuando Augusto la embestía con fuerza a un ritmo todavía impresionante. No quería ver nada, por lo que me fui a cine, vi dos películas y di vueltas por el centro comercial. Cuando volví de noche, rogaba no escuchar nada, todo el día había sido muy traumático, toda una pesadilla... llegue a la casa y había silencio absoluto, subí al cuarto de mi madre y encontré la cama hecha un desastre, olía horrible, el olor me recordaba la verga de Augusto cuando la puso en mi cara, además notaba que habían charcos en la cama, no quería ni saber si era la leche de Augusto o los orgasmos de mi mamá, ese cuarto estaba un desastre, al igual que el baño... luego fui a la cocina tratando de encontrar a mi madre pero fue igual, la cocina estaba muy desordenada, habían muchas cosas en el piso y también habían charcos en el piso, pasando por la sala también encontré manchas en el sofá y las porcelanas en el suelo, lo mismo en el estudio, encontré un pegote blanco muy asqueroso cerca al teclado y olía a la verga de Augusto; finalmente entré a mi cuarto también lo encontré echo un desastre, charcos por todos lados y el olor a pito más intenso de toda la casa. Casi al instante llamaron al celular, era mi mamá, me pedía que si la podía ir a recoger al hospital, que no era nada grabe, que después me contaba...Rápidamente salí de la casa rumbo al hospital en el carro, no podía dejar de pensar en el camino que este hijo de puta, tras de que sació su inmenso apetito sexual con mi mamita, le había hecho daño, no había quedado conforme con la atención que le había dado mi voluptuosa y hermosa madre a su gran pija, que se había puesto a golpearla después (como si no hubieran sido suficientes las nalgadas y cachetadas que le daba mientras se la garchaba), apenas llegue al hospital mi mamá me estaba esperando en la acera afuera, se veía normal, excepto porque tenia la cara roja (de las cachetadas que le pego Augusto) y porque cojeaba. me baje del carro para abrirle la puerta como el caballero que soy, y note que antes de sentarse, puso uno de estos cojines ortopédicos que le dan a la gente que sufre de hemorroides, me explico que se había caído de culo por las escaleras y por eso no se podía sentar normal y le tocaba poner ese cojincito, y que como le habían puesto un par de inyecciones, se había puesto roja porque le estaba dando calor, también me dijo que no había alcanzado a arreglar la casa, que por favor no entrara a la casa hasta que ella la arreglara, me dio dinero para que fuera a cine mientras tanto.... Pero yo sabía lo que había pasado, mi pobre mamá estaba tratando de ocultar todas las secuelas producto de la impresionante cogida que le propino Augusto, mi bully, en mi propia casa y en frente mio, sabia que le había tocado ir al hospital debido al tren de verga que recibió por horas. Esa semana en el colegio fue una tortura, cuando caminaba la gente me miraba riéndose, al llegar al salón veo a Augusto rodeado de sus amigos, el mostrándoles algo en el celular, seguramente era la cara de mi mamá ensartada con el pedazo de tripa de Augusto, o tal vez su hermoso cuerpo siendo profanado por sus dedos y su verga, mientras ella pide a gritos piedad por la forma tan bestial como se la están cogiendo, en mi cuarto o en la cocina o en la sala... esa escena no podía ser más humillante, solo me quedaba presentar el examen de matemáticas por Augusto para que ese troglodita pasara la materia. Pasaron dos semanas, yo seguía yendo a los entrenamientos y para mi fortuna Augusto había dejado de ir, parecía que todo había vuelto a la normalidad, Augusto no me había dirigido la palabra desde ese suceso y la gente en el colegio ya no hablaba más de eso, o por lo menos yo no escuchaba nada. Llego el viernes y el entrenador de futbol no pudo asistir pues se había enfermado, ese día llegue más temprano de lo normal a la casa... abrí la puerta y escuche algunos ruidos en la cocina, me asomé sigilosamente por la ranura de la puerta y vi otra escena traumática: Augusto estaba recostado sobre el lavaplatos, comiéndose un sándwich, mientras mi mamá estaba arrodillada frente a él, con la falda levantada hasta la cintura lo que dejaba ver su gran, duro y paradito culo, con las manos atrás atadas con una cuerda y dándole una mamada a Augusto. "Mmmmmmm que rico te quedo el sándwich"- dijo Augusto mientras mi mamá le chupaba la verga.-"Mmmmmmm y que rica mamada también" le dijo a mi mamá mientras le empujaba la cabeza hacia su verga. "esta perfecto, solo tienes que tratar de meter mi pene hasta la garganta" y la empujó con más fuerza hasta que mi mamá empezó a atragantarse y creo que alcansó a bomitar." no alcanzo porque tienes la poronga gigante!!!".- le repondio mi mamá. A lo que él le pega una bofetada durísima tirándola al piso. La tuvo que levantar pues mi mamá tenía las manos atadas a su espalda... "que te he dicho estas dos semanas?...ya sabes que tienes que hacer lo que yo digo o de lo contrario le muestro a tu hijo las decenas de videos que tengo de ti dándole placer a mi verga"-"no, no por favor no, mi hijo no se puede enterar de las cogidas que me has dado" respondió mi mamá con miedo.-"entonces mas te vale obedecer puta!!!!, es mejor que te vallas acostumbrando a mi pija!!!, tu decides si hacemos esto por las buenas o por las malas!!!!” le gritó Augusto mientras la amenazaba con su mano de meterle otra bofetada. Mi mamá seguía haciéndole un pete a Augusto mientras él se terminaba el sándwich, cuando le dijo: “ahorita que termines de darle placer a mi verga, necesito que me des tu cuenta bancaria, la tarjeta y la contraseña porque tengo que comprar unas cosas…. Entendiste?” mi mamá asintió con la cabeza. ”Que si entendiste?” le gritó Augusto. “Sí”.- dijo mi mamá.- “Si que….” Le respondió Augusto”.-“Si señor” respondió mi mamá, a lo que Augusto la levanto cogiéndola del cabello y la puso sobre la mesa de la cocina donde yo comía todos los días, dejando su maravilloso culo a su disposición, le empezó a meter los dedos en la concha y en el culo como la otra vez, luego se sacó el cinturón y la azotó durísimo, mi mamá solo podía gritar, sus manos seguían atadas a su espalda; acto seguido la recagó a pijasos, los gritos de mi mamá eran ensordecedores, me fui de la casa como la otra vez por que no podía aguantar esa situación, los gritos se escuchaban hasta la entrada en el jardín, no podía evitar pensar que este hijo de puta no había quedado contento con la tremenda culeada que le pagó a mi mamá hace dos semanas, tan dura que la había dejado en el hospital; este mal nacido se la había venido cogiendo en este tiempo mientras yo estaba entrenando y ahora la iba a extorsionar. La semana siguiente me levante y me arreglé como siempre para ir al colegio, bajé a desayunar pero mi mamá no había preparado el desayuno, me dijo “Luisito se acabó el mercado, vas a tener que desayunar y almorzar en la escuela porque en el momento no tengo dinero”. Yo tampoco tenía dinero, pero no iba a hacer ningún reproche, sabía que seguramente la falta de dinero de mi mamá se debía a que el hijo de mil puta de Augusto se lo había pedido a cambio de no mostrarme los videos que tiene garchandose a mi mamá. Cuando llegue al colegio Augusto era el centro de atención, él tenía un carro nuevo y lo lucia con mucho orgullo, el viene de una familia muy pobre, así que podía jurar que lo había comprado con los ahorros de mi mami, me aguante la ira que llevaba por dentro y seguí como si nada. Ya en el receso me moría de hambre pues no había desayunado , le pedí a Felipe si me compartía un poquito de su comida, el con mirada extraña aceptó y lo compartió conmigo, eso fue lo único que comí ese día. Por su puesto que no podía ir al entrenamiento, esta situación me tenía muy afectado, no estaba comiendo bien y mi desempeño futbolístico había bajado, además, como podía jugar tranquilo sabiendo que mientras tanto el a****l de Augusto se estaba garchando a mi mamá en la casa, por esa razón ese día tampoco fui a entrenar, me fui a la casa sabiendo con lo que me podía encontrar. Al llegar a la casa no encontré nada, pasé por la cocina y tampoco, subí a mi cuarto y allí empecé a escuchar unos ruidos que provenían de la habitación de mi mamá, sigilosamente me asomé por la puerta de la habitación pero tampoco vi nada, eso sí, el ruido se intensificó y era obvio que venía del baño. La puerta del baño estaba un poquito abierta, eso me permitía ver por el espejo lo que estaba pasando…. Augusto estaba con los pantalones abajo mirando hacia el espejo, a sus espaldas, estaba mi mamá de rodillas en la ducha con la ropa puesta y mojándose con el agua fría que salía de la ducha (sabía que estaba fría porque no salía vapor), ella tenía su carita en las nalgas de ese monstruo y se movía hacia adelante y hacia atrás, era obvio que le estaba chupando el culo a ese desgraciado…. “Mmmmmmmm que ricos besos negros me das puta”.-“Augusto por favor dame un poco de dinero, mira que mi hijo y yo no tenemos ni con que comer” le dijo mi mamá casi llorando producto de la humillación que estaba sufriendo y del hecho de que estaba siendo bañada con agua fría…”si quieres plata te la vas a tener que ganar puta, ya sabía yo que te regalabas por unos cuantos pesos, si serás vagabunda”.-“ haré lo que quieras Augusto, pero por favor dame algo que tengo que alimentar a mi hijo”. Entonces Augusto se empezó a masturbar mientras mi mamá le chupaba el culo, esa verga se le puso muy dura, y por lo grande que era, no podía evitar verla…”tus lengüetazos me están dando ganas de cagar” dijo el malnacido, se dio la vuelta, agarró a mi mamá de la cabeza y la puso a gatear hasta que llegó al inodoro, allí se sentó y le dijo a mi mamá que le mamara la pija… ella no quería , se le notaba en la cara de asco que tenía después de chuparle el culo y de tener ahora que chuparle la verga mientras el caga, él la tomó del cabello y la empujó hacia su pene, ella empezó a mover la cabeza hacia adelante y hacia atrás, este troglodita no podía disimular la cara de placer…. Al rato empezó a sonar como este hijo de puta cagaba, sonaban los pedos, el tronco chocando con el agua y el olor tan horrible que se empezó a sentir, por supuesto aprovechó la oportunidad para tomar fotos y humillar a mi mamá. Después de terminar de cagar la levanto del pelo y puso su cabeza en el lavamanos, justo debajo del grifo, abrió la llave para que saliera agua fría mientras él le quitaba sus mojados pantalones y la iba nalgueando como siempre, cuando terminó de quitarle la ropa le dijo: ”y como me acabas de chupar el orto, te la voy a hundir por el culo”, a lo que mi mamá protesto aireadamente: “Nooooooooooo, Augusto por favor no, cuando me lo hundes por el culo me duele muchísimo, siento como me rompes por dentro, no quiero volver al hospital, te lo imploro por favor, no me rompas el culo otra vez”.-“verás pedazo de yegua, tu eres la que me esta vendiendo el culo por unos cuantos pesos, cállate de una buena vez, no opongas resistencia y entrégale el ojete a tu maestro, o de lo contrario no te pago, estamos?” mi madre no dijo nada, a lo que este hijo de puta le mete otra de sus fuertes e impresionantes nalgadas.-“Siiiiiiiii!” grito mi mamá luego de pegar el grito por tan fuerte nalgada.-“si que….” respondió Augusto.-“Si señor” dijo mi mama, y de un solo empujón, una brutal e implacable embestida, le enterró la poronga por el culo, a lo que mi mamá gritó como si la estuvieran matando, incluso debajo del agua, se escuchaban muy fuertes los alaridos de mi mamá al ritmo de la empalada de Augusto…. La cogida era brutal, mi mamá se golpeaba su cabecita contra el lavamanos mientras este hijueputa la nalgueaba sin compasión… claro que tenía ganas de irme, esa escena, sumada a los gritos y al sonar de las nalgas de mi mamá chocando con la pelvis de Augusto, retumbaban en mi cabeza volviéndome loco. Esa cogida tan impresionante duró como 15 minutos, 15 eternos minutos en los cuales Augusto nunca le bajó el ritmo a su implacable embestida, 15 eternos minutos en que mi mamá no dejó de gritar de dolor, pero por fin habían acabado, el a****l la cogió del cabello la puso de rodillas en el mojado piso, y le dijo: “abre muy bien la boca y los ojos” y le descargó una cantidad de semen impresionante en toda su cara, era mucha leche, ni siquiera en las películas porno había visto tanto semen eyacular de un pene, pero ninguna de esas gotas cayeron en la boca, todo calló en sus ojos, en su nariz, en su frente y en su cabello. “quédate quieta puta barata” le dijo Augusto, sacó de su bolsillo un billete de veinte mil pesos ( unos diez dólares estadounidenses), sacó su celular y empezó a grabar video… “aquí esta tu pago puta” le pego el billete en la frente, haciendo que el semen actuara como pegante, luego cogió su gran miembro y le dijo: “ como dijiste que no tenías que comer, ahora te vas a tomar toda mi leche” empezó a coger el semen de su cara con su pene como si este fuera una cuchara y luego se lo metía a la boca, ella solo chupaba y abría la boca para que el comprobara que se lo había tragado, mientras el seguía recogiendo la leche de su cara para que ella se lo comiera, hasta que mamá tragó hasta la última gota de semen mientras el la grababa con el celular. Augusto se empezó a vestir y supe que era cuando debía irme, debía salir corriendo sin que él se diera cuenta, corrí hasta afuera de la casa y me escondí detrás de un arbusto, al rato salió Augusto con una sonrisa de oreja a oreja, acomodándose la verga en el pantalón y dirigiéndose hacia el carro que acababa de comprar con el dinero de mi mamá, el a****l se fue y yo me quede pasmado, no podía evitar recordar como era que este pervertido se había enculado a mi mamita de forma tan brutal, reflexionaba como era que mi vida era una mierda y que el malparido se estaba saliendo con la suyo…. Al rato vi a mi mamá salir de la casa, con la mirada abajo, con una cara de dolor que se notaba de lejos y con un caminar muy lento y patiabierto (así como caminan los vaqueros), se acercó a la calle como pudo y cogió un taxi… al rato recibí un mensaje de ella en el celular pidiéndome que la recogiera en el hospital pues nuevamente se había caído de las escaleras. Al otro día en el colegio me tocó pedirle otra vez comida a Felipe, el me dio de comer pero me miró con ojos preocupados y de compasión, me pregunto que me pasaba, si habían problemas económicos en mi familia, yo no pude evitar soltar una lágrima , tenía que contar lo que me estaba pasando y que mejor que hacerlo con pipe, mi mejor amigo… le conté toda la historia desde aquel fatídico día en que la maestra me obligó a hacerme con Augusto en el trabajo de artes, él se quedó sorprendido, pero puso una mano en mi hombro y me dijo: “Tranquilo amigo, yo tengo la solución a tus problemas”. Ideamos un plan para detener a Augusto, al día siguiente, apenas salimos de clase, corrimos a coger un taxi y nos fuimos rápidamente a mi casa, teníamos que llegar antes que Augusto, quien tenía por costumbre garcharce a mi madre todos los días después de escuela mientras yo entrenaba. Entramos a mi casa sin que mamá se diera cuenta, ella no había ido al gimnasio, estaba en su habitación descansado de la empalada tan impresionante que Augusto le había pegado el día anterior, Felipe (o pipe como yo le decía con cariño) saco de su mochila unas gotas y las puso en el único jugo que había en mi nevera vacía, “ahora a esperar” me dijo con emoción y nos escondimos detrás del sofá. Al rato llegó Augusto, golpeó la puerta y mi mamá bajo a abrirle, apenas abrió augusto le dijo: “estas lista para la lección de hoy? Pedazo de yegua?”.- ella asintió con la cabeza, a lo que él le metió otra cachetada durísima.- “si señor” respondió mi mamá temerosa.-“ así me gusta putita, que seas bien obediente” entonces ella se agacho y empezó a desabrocharle el cinturón seguramente para darle otro mamaso. “muy bien perrita, es mejor que lo lubriques antes de que te lo ensarte por el orto”, “no Augusto, el doctor dijo que no podía meter nada en mi cola en dos semanas, si quieres romperme el culo hazlo dentro de dos semanas cuando me recupere, tienes que reconocer que la cogida que me pegaste ayer estuvo muy fuerte”.-“ esta bien putita barata, hoy solo tu boca y tu vagina recibirán las lecciones de mi verga…. Ve subiendo que voy por algo para coger energía, es que ni te imaginas la forma tan bestial como te voy a re-re-re-re-coger” le dio una nalgada a mi mamá y se fue a la cocina, mientras que mi mamá subía cabizbaja por las escaleras, sabiendo la culeada tan impresionante que la estaba esperando. Pipe y yo nos quedamos esperando , luego Augusto subió las escaleras corriendo, estaba entusiasmado porque dentro de poco tendría el delicioso culo de mi madre entre su verga otra vez, Pipe y yo nos fuimos a la cocina a comprobar que él se había tomado el jugo, y efectivamente, se había tomado más de la mitad de la jarra (ni siquiera había usado un vaso, ese cerdo de mierda tenía el descaro de tomar directo de la jarra, pero no sé porque me sorprendía, si se daba la libertad de meter su verga en la boca de mi mama, eso era una tontería), las gotas que pipe le había puesto al jugo era un fuerte somnífero, solo teníamos que esperar a que él se durmiera, pero al rato escuchamos a alguien bajar muy rápido de las escaleras, nos escondimos rápidamente detrás de la puerta y vimos como Augusto había bajado para llevarse el resto del jugo. Al rato decidimos que era tiempo suficiente para que las gotas hicieran efecto, subimos y vimos a Augusto y a mi mama tirados en la cama durmiendo, al parecer mi mamá también tomó del jugo pues la jarra estaba vacía en su mesita de noche, y parecía también que no habían alcanzado a garchar porque los dos estaban vestidos, entonces agarramos a Augusto entre los dos y lo llevamos al garaje, esa bestia era muy pesada, Pipe y yo éramos muy débiles y flacos, pero valía la pena hacer el esfuerzo. Ya en el garaje, Pipe sacó una cuerdas pues él estaba en el grupo de los boy scoutt y era experto en el tema de nudos y esas cosas, entonces lo desnudo y amarró sus piernas a dos ganchos que estaban en la pared y que servían para colgar hamacas, también amarró sus brazos para quedara totalmente inmovilizado… mientras tanto yo buscaba en su celular todos los videos que tenía, no quería ver ninguno pues sabía que seguramente iba a estar mi mamá en una posición humillante dándole placer a la pija de Augusto, lo único que note es que eran poco más de 100, que apetito tan descomunal el de este degenerado y pobrecita mi mamá, cuantas garchadas duras no le habría tocado aguantar, si las pocas que vi eran impresionantes y traumáticas. Una vez me deshice de todos esos videos, de cerciorarme que en su correo no hubiera enviado nada y que no existían copias de seguridad descargadas en otro computador, le dije a Pipe: “listo parcero (así se le dice a los muy buenos amigos en Colombia) ya esta la vuelta”….-“ jajajajaja, la vuelta no ha ni empezado, espera a ver lo que tengo preparado para este hijueputa”. Augusto estaba dormido, amarrado y desnudo; pipe estaba sentado esperando a que despertara, yo pensaba que le iba a tomar fotos en esa posición para intimidarlo, pero los planes de Pipe iban mucho más allá, apenas el a****l se despertó empezó a gritar: “Que están haciendo hijueputas!!!!!!!!!!!!!...... suéltenme rápido si no quieren que les rompa esa geta y los ponga a cagar para adentro!!!!”.-“ Jajajajajajajajajajajaj” Pipe soltó una terrible carcajada y le dijo: ”verás hijo de puta, como te puedes dar cuenta, no puedes ni siquiera moverte” Augusto trato de soltarse con toda su fuerza pero era inútil, los nudos de Pipe le quedaron muy fuertes. “ así que a partir de ahora, soy yo quien te dice que hacer, tu solo obedece malparido… a partir de hoy, serás una persona nueva” sacó su celular y empezó a tomar fotos, Augusto solo podía ofenderlo mientras Pipe amenazaba con colgar las fotos en todas las paredes de la escuela. Pensé que la cosa se iba a quedar así, que tal vez Pipe lo iba a golpear un rato y ya, pero no, luego de tomar algunas fotos pipe se bajó los pantalones…………..Eso que vi, aunque no me lo crean, era el pene más grande que había visto en la vida, era incluso más grande que el de Augusto, era tan grande, que Pipe lo tenía amarrado a su pierna derecha, pues de lo contrario, si dejaba que su pene circulara con libertad, el bulto tan impresionante se le iba a notar por encima del pantalón y no lo iba a dejar caminar. Entonces Pipe agarro su gigante pene con sus dos manos de la base, era tan grueso que no iba a poder sostenerlo con solo una, y empezó a masturbarse diciendo. “esto va por todas las veces que me golpeaste, que me ofendiste, que me humillaste, que me hiciste sentir menos, que me robaste mi dinero y sobre todo…. Mi dignidad. Hiciste que la escuela fuera una pesadilla para mi y lo vas a tener que pagar por el resto de tu vida” fue la primera vez que vi a Pipe hablar como un hombre, y también la primera vez que escuche a Augusto suplicar como una niñita: “tómalo suave Felipe, mira que todo era m*****ando, deja las cosas así, te prometo que no volveré a m*****arte ni a ti ni a Luisito, borraré las fotos de la mamá de Luis de mi celular (sin saber que yo ya las había borrado), te juró que no las guarde en ningún otro lado ni se las envié a nadie, no voy a volver a m*****arlos ni a ustedes ni a la mamá de Luis, deja las cosas así y te prometo que no habrá represalias y que no volverán a saber de mi”. Pero sus suplicas no servían, al contrarío, cada lagrima que salía de los ojos de Augusto, hacía que el pene de Pipe se pusiera más grande y más tieso… “ahora si te voy a romper los cachetes” dijo pipe poniéndose detrás de Augusto.-“no por favor no!!!!!” gritaba Augusto pero Pipe ya estaba tratando de hundirle su largo y grueso pene por el ano. Esa escena era horrible, yo tuve que dar la espalda pues no podía ver lo que estaba pasando, era asqueroso, Pipe agarró su celular y empezó a grabar la garchada que le empezó a pegar a Augusto, quien empezó a gritar: “para por favor, te lo suplico!!!”, pero Pipe le decía: Pipe: “ vas a seguir jodiendo a los demás?” Augusto: “No te lo juró nunca lo volveré a hacer pero para por favor” decía llorando Pipe: “Te vas a volver a garchar a la mamá de Luisito?” Augusto: “no te lo juro que no lo volveré a hacer” ya sus lagrimas se metían en su boca y eso le impedía hablar bien Pipe: “Vas a devolver la plata y el carro que robaste a la mamá de Luisito?” le preguntaba mientras le rompía el orto . Augusto:” si te lo juro lo devolveré todo y pediré perdón” Pipe: “Le contaras a alguien lo que esta pasando entre tu y yo?” Augusto: “te lo juro que jamás, pero por favor deja ya de culearme”.-pero Pipe no lo soltaba Pipe: “Pues muy bien, y quiero que sepas que si le cuentas esto a alguien, o si no cumples alguna de las promesas que me haz hecho, no solo le muestro este video a todos los de la escuela, también a tu familia y a tus hijos si tienes. Si me llego a enterar que no cumples tus promesas, también voy a tu casita, y le hago lo mismo a tu mamita, luego me garcho a tu papito y termino recagando el culo de tu hermanita a pijasos, entendiste?”. Le dijo Pipe sin dejar de hundirle su gran verga a un ritmo casi igual al que Augusto sometía a mi mamá. Augusto: “si” dijo llorando, y Pipe lo apretó de las bolas fuertísimo. Pipe: “si que……” Augusto: “ si señor” Yo no aguante más ver esa escena, me parecía un asco, entonces decidí salir por la puerta que daba al patio a esperar a que Pipe terminara su venganza. Espere como 1 hora, y durante todo ese tiempo no paré de oír a augusto llorar y suplicar para que no se lo garcharan. Luego salió Pipe y me dijo: “tienes que ayudarme a llevar a Augusto al hospital, esta como grabe”, así que juntos los soltamos, lo desamarramos, pero el no reaccionó violentamente, solo seguía llorando mientras sus piernas temblaban, lo subimos al carro y lo llevamos al mismo hospital donde el malnacido había mandado a mi mamá después de darle pija, al llegar dijimos que lo habíamos encontrado tirado en la calle y nos desaparecimos. Augusto no se apareció esa semana en la escuela, yo estaba preocupado, no sabía que le había pasado, y temía que alguien se diera cuenta lo que Pipe y yo habíamos hecho y termináramos en la cárcel. Pero la otra semana , a primera hora, apareció la profesora y se dirigió al grupo: “muchachos tengo que hablar con Uds. un tema muy delicado que le sucedió a su compañero Augusto”- mi corazón empezó a latir a mil -“resulta que tuvo un accidente grabe practicando un deporte extremo lo cual a repercutido gravemente en su salud y en su calidad de vida, espero de Uds. que sean muy compresivos y amables con su compañero que en estos momentos esta pasando por un mal momento, sean amables, solidarios y respetuosos para hacerle sentir que no esta solo”. Segundos después entro Augusto con un pañal entre su sudadera, entro cojeando y apoyado en el brazo de la profesora, algunos se empezaron a reír disimuladamente, hasta sus mejores amigos murmuraban :”Jajajaj, como que le rompieron el orto al Augusto, por eso los pañales, ajajajaj”. Augusto después de eso no volvió a m*****ar a nadie, después se supo que había sufrido ruptura parcial del esfínter, más otras lesiones en su colon, que lo obligaban a usar el pañal pues no iba a ser capas de controlar los reflejos que se utilizan para defecar, él iba a tener que usar esa bolsa por el resto de su vida, iba a tener que someterse a una dieta rica en líquidos y sopas y no podría consumir grandes cantidades de comida solida por el resto de su vida, obviamente no volvió a los entrenamientos, pero esta vez porque de verdad estaba impedido para correr, no por estar garchandoce a mi mamá, y también devolvió el carro y la plata que se había robado, nunca volvió a m*****ar y mi vida era muy tranquila.

Autor: ikubat Categoría: Sexo con Maduras

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Mi novia me masturba mientras me obliga a mirarlas

2019-08-16


Hola! me llamo Raul, mi novia se llama Yoli. Todo sucedio porque yo estoy obsesionado con las chicas del instituto universitario, ya que cuando salen al recreo voy con mi coche y aparco delante de la puerta principal, entonces empiezo a masturbarme mientras las miro, es impresionante lo cachondo que me pongo mirandolas, sobretodo con la que ese dia les toca gimnasia, con esos tops super apretados, y esas mallas tan ceñidas, ufff. Bueno, pues un dia se ve que se dio cuenta una amiga de Yoli, que me estaba pajeando mientras miraba a sus amigas, y no tardo en decirselo a mi novia. Ella debido a lo tanto que me queria no llego a decirme nada, hasta que un dia me pillo en mi casa haciendome una paja mientras miraba por la ventana a un grupo de chiquillas, sobretodo a una que tendria sobre unos 19 años, rubia y que llevaba un vestido de esos de verano super cortos. pues al darse cuenta empezo a chillarme como loca y a soltar todo lo que no me dijo antes, despues de gritar se fue a la habitacion llorando, luego volvio y me dijo que me sentara delante del ordenador, asi lo hice ingnorando el por que, me comento que me metiera en una de esas paginas que salian fotos de mujeres de todo tipo, a esto que yo le pregunte el por que, ella ni me contesto, me grito que lo hiciera y asi lo hice. una vez dentro empezo Yoli abrir fotos de las chicas chupando pollas, follando, vamos hasta fotos que ni os imaginais, a esto que ella me dijo que me iba a pajear hasta que me corriera, me la cogio, me escupio en la polla, y empezo a masturbarme mientras me obligaba a ver esas fotos. no tarde en correrme y ella se enfado muchisimo, me decia que era un guarro de mierda, que por lo menos no creia ella que me iba correr tan pronto. Como loca decia que me iba a seguir pajeando hasta que se me quitaran las ganas de volver a masturbarme mirando a las crias esas. Lo volvio hacer, me la cogio y empezo a sacar fotos por internet, enseguida se me empalmo y volvio a escupirme en mi polla y a menearmela. yo esta vez me resistia y le dije que parara, pero Yoli pasaba de todo y seguia, al ver que no me corria con tanta facilidad acerco su cara contra mi polla y empezo a chuparmela, uffff. Nunca me la habia comido, ella decia que eso era una guarrada y que no me lo iba hacer jamas, pero no entiendo porque me la chupaba, yo le dije que parara, Yoli de vez en cuando dejaba de comermela para buscar otra foto en internet mientras seguia pajeandome. despues de volver a comermela me corri enseguida en su boca mientras yo miraba una foto de una tia de unos 18 años solo desnuda de cintura para abajo comiendosela a un viejo y otro tio. Pues despues de correrme vinieron mis padres y ella con el semen en la boca no tubo mas remedio que tragarselo. Yoli se fue a casa, por la noche me llamo por telefono y me dijo que quedaramos mañana, y asi lo hice. al recogerla en su casa me comento que fueramos al instituto de su amiga, yo obedeci ya que seguia muy enfadada y no queria que cortase conmigo. Al llegar a la puerta me dijo que parara el coche, ella empezo a tocarme la polla mientras me preguntaba quien era la que mas ponia, yo le dije que parara, que ya estaba bien, ella seguia. al ver que no paraba le segui la corriente y le conteste "vanessa, la rubia de melena con las mallas blancas", ella me dijo "la guarra esa que va marcando coño! pero si es una cria!", yo le conteste que si. yolanda me la saco y empezo a masturbarme mientras me decia "pues ya sabes lo que tienes que hacer cabron! correte mientras miras esas putas con sus mallas!", me di cuenta que su amiga estaba conpinchada con ella porque estaba fuera del coche evitando que vieran a Yoli masturbandome. yo le decia "para de una puta vez! no quiero correrme asi" en realidad yo estaba super cachondo, ella me contesto "no te gusta las crias de 18 o 19 años pues ahora correte mirandolas, pero conmigo delante" intente quitarle la mano de mi polla pero ella seguia, miraba para otra parte pero ella me cogia la cara con la otra mano y me la giraba hacia donde estaba las crias, a esto que mientras me resitia y sin quitar la vista de ese gordito coño marcado por sus pequeñas mallas me corri. Yolanda llamo a su amiga y le dijo que le diera un pañuelo, ella se lo dio mientras me miraba la polla empalmada y con semen. Yoli me dijo que lo volveriamos hacer hasta que yo me diera cuenta que eso no se debia de hacer. Bueno, pues como yo no podia aguantarme volvi pajearme pero esta vez mientras miraba fotos por internet, ella me pillo y esta vez me llevo a una piscina, aparcamos delante de una verja que se veia el interior de ella, me la saco y me dijo "no voy a parar de chupartela hasta que te corras hijo de puta!", asi lo hizo mientras yo miraba a las tias en bikini tumbadas en el cesped, corriendo por la piscina, y jugando de un lado para otro. una chica que estaba tumbada en la toalla se dio cuenta de que me la estaban comiendo mientras la miraba, ella se hizo la tonta y se volvio acostar, cuando volvieron sus amigas que estaban en el agua ella se lo dijo, y las amigas no paraban de mirarme, yo muy cortado le dije a Yoli que nos habian pillado, las crias vinieron hacia la verja disimuladamente y Yoli dejo de comermela para seguir masturbandome, me dijo " tu pasa de ellas y sigue fijandote en sus putos coños!", ellas se dieron cuenta de que Yoli me estaba haciendo una paja mientras las miraba y como no, me corri delante de ellas. Yoli dijo "muy bien raul, pues voy a seguir asi hasta que te des cuenta que esto no tienes que volver hacerlo". ella se limpio y nos fuimos a casa. alli Yoli me dijo que todo el mundo iba a saber lo que yo hacia hasta que no parara, pero yo la verdad es que no hice mucho caso de eso y me volvio a pillar, esta vez me llevo al paseo de una playa, pero eso es otra historia...

Autor: Anónimo Categoría: Voyeurismo

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Mi vida, desde niño un puto

2019-08-16


Imagínense hay, 2 niños de 11 y 14 solos en casa besándose desnudos en la cama, un dia estábamos asi en la bodega y no nos dimos cuenta de que llego carlos y que nuestros padres nos habían mandado a buscar. Hola, me he animado a contar ciertos recuerdos momentos de mi infancia, no todos pero creo los más importantes, cuando tenía 9 años tenía un amigo que vivía cerca Leo siempre jugábamos juntos el tenia 3 años más, ósea 12 años, un día llego el primo de el de unos 15 años se llamaba Carlos vivan en otra ciudad y solo llegaban de repente, el era delgado estatura media normal para su edad lo consideraban vago según escuchaba a mi mama, el se salía de clases y solo recibían quejas de el poco tiempo después se dedico a robar, volviendo a este día, mis padres y los padres de mi amigo salieron a una fiesta y nos dejaron al cuidado de Carlos el primo de mi amigo, entre los juegos q hacíamos el siempre hacia que mi amigo Leo se pusiera detrás mio, nos hacia desnudar y decía q jugábamos al papa y la mama y siempre yo era la mama, se ponía encima mio, el solo nos miraba, o me tocaba las nalgas y luego se tocaba el bulto. Leo siempre hacia de papa, y el tenia el pene más grande el era delgado tez morena creo por eso era dotado, luego de esos juegos no paso más, nos fuimos a dormir pero después de este dia con mi amigo siempre q nos veíamos nos tocábamos y si teníamos chance jugábamos al papa y la mama, Nos besábamos mucho y era como mi marido desde pequeño aunque siempre actuábamos normal frente a los demás sobre todo frente a nuestros padres, pero la ventaja que siempre nos dejaban solos. Carlos tenía un hermano menor por 4 años y uno de 3 años más, yo también tenía un hermano de 5, los menores ellos siempre jugaban entre ellos y nosotros igual, siguieron pasando los años y dejamos de nuestro juego y de juntarnos por un gran tiempo a la edad de 11 y el 14 nos volvimos a quedar solos y nos besamos con tanta pasión me tocaba mis nalgas, el ya era colegial yo recién saliendo de la escuela. Pero esta vez me lleve una sorpresa cuando le baje el pantalón tenia pelos bastante y la verga la tenia ancha y se le veía la cabeza rosada, unos 16cm y se la ponía hacia abajo cuando se la guardaba y se le ponía bien dura cuando se la tocaba ese día me asuste porque no había visto una igual, pero me besaba y me tocaba me la ponía por afuera de mi culito pero aun no me penetraba solo se ponía saliva para q resbale entre mis nalgas creo la poca experiencia tenía miedo a penetrarme, pasaron los días y nosotros seguimos con nuestros encuentros y me excitaba mucho verlo como se ponía era como mi macho, cuando no había nadie en casa de alguno, nos llamábamos llegabamos nos desnudábamos en el cuarto y asi pasábamos besándonos tocándonos…. imagínense hay, 2 niños de 11 y 14 solos en casa besándose desnudos en la cama, un dia estábamos asi en la bodega y no nos dimos cuenta de que llego carlos y que nuestros padres nos habían mandado a buscar y el fue a la bodega donde estábamos nosotros desnudos besándonos ya el con unos 17 años al vernos nos dijo q si, que éramos maricones putos cosas asi pero después pregunto quien hacía de mujer y Leo le dijo q el hacía de marido… bueno como nos esperaban nuestros papas esto quedo ahí. Un día Carlos fue a mi casa por un mandado, solo estaba mi mama y yo, a lo que conversan mi mama me dice ya vengo que se iba donde una vecina a ver algo para la mama de Carlos… nos quedamos los 2 en mi casa. El me mira y me dice. CARLOS. - Asi que te gusta los jueguitos con mi primo YO. - Solo es juego CARLOS. - A es solo juego tranquilo no voy a decirle nada a sus padres YO. - respire y dije bueno. CARLOS. - Pero te puedo enseñar algo mejor Se bajo la pantaloneta y me enseño su verga era casi igual q la de mi amigo Carlos aunque creo q para ser mayor era más pequeña, unos 15 cm gruesa y también se le veía la cabeza, me dijo ven chúpala te va a gustar, yo con asco le dije q no, me dijo eso hacen las mujeres ven te va a gustar, mira que si lo haces no le dire a nadie lo que vi, aparte te estoy enseñando para que se lo hagas a mi primito tu marido. Y ahí me arrodille se la comencé a chupar no me cavia en la boca el se movía me empujaba mi cabeza con su verga, que me provocaba arqueadas, hasta q dijo me vengo y la saco y eso blanco que ahora se q es leche la tiro en el piso luego cogió papel y limpio antes q llegara mi mama. CARLOS. - Muy bien, vas a ser una puta mamándolo, dale la próxima hazle a mi primito y lo harás feliz, igual el ya sabe más cosas. Al poco rato llego mi mama le entrego una funda y él se fue, yo quede pensativo me sentía mal no sabía si estaba bien o no nunca le conté eso a Leo y sobre todo pensaba si Leo también le hizo lo mismo o que mas el sabia que me enseñaría.

Autor: Nenexcitao Categoría: Sexo Gay

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Mi experiencia como profe de español

2019-08-16


Voy de profe de español en la Costa del Sol y me acabo tirando a mi alumna... y más cosas que vendrán. Incluye sexo anal y oral, y algunas cochinadas más. Fue dura esa experiencia, pero más dura se me puso. Os cuento. Vivo en la Costa, en una zona muy turística y en verano suelo ofrecer cursos de español a extranjeros. No faltan los que quieren torturar a sus hijos de vacaciones con clases del idioma autóctono del sitio donde van. Aunque técnicamente esta vez me contrató una muchacha de por sí, su madre era quien pagaba mi minuta, así que por mí no había quejas. Me llamaron por el anuncio que había dejado en la comunidad, una urbanización de chalets con su entrada particular y hasta con barrera y todo. Como que vienen de vacaciones pero no quieren mezclarse mucho. La cuestión es que concreté una cita para conocer a la alumna que decía llamarse Mary, con un fuerte acento escocés. La conocí aquella misma tarde, en una cafetería. Y es la típica escocesa postadolescente. Alta, piel rosita, pelirroja con una trenza de espiga, pecosa en la cara y los brazos. Llevaba un pareo y una camiseta blanca anudada bajo la que veía el bikini amarillo fosforito. Llevaba unas chanclas Havaianas y en la silla de al lado había dejado las gafas de sol y una gran pamela, un libro y una pequeña bolsa de tela. Al menos no olía a coco. Tenía la sonrisa muy simpática y los ojos verdes bajo unas inquietantes pestañas muy claras pelirrojas también. Ese detalle me hizo gracia. Hablamos sobre el nivel de español que ella tenía, bastante rudimentario pero suficiente para hacerse medio entender en un restuarante o garito de la costa, y me comentó sus objetivos. Era una chica ordenada. Me dijo que quería mejorar su nivel como para poder leerse una novela sencillita. Era aplicada y le gustaba estudiar así que en los tres meses que iban a estar quería clases intensivas. Las clases, me dijo, las quería top, así que nada de aprender a pedir paella, quería algo intensivo y duro, el dinero no era problema. Me pidió las credenciales y le enseñé mi título de filólogo y el formador de formadores, experiencia y demás. Exigía, sí, pero estaba dispuesta a darme el doble por hora de clase. Por mí encantado. Decidimos hacer la primera clase gratuita de prueba y las siguientes a convenir, en horario de tarde. Allí me planté, a la hora convenida, las cinco de la tarde. Su casa estaba al final de la urbanización así que subí con la bicicleta pasando ante los augustos chalets y siguiendo el demencial trazado que algún mono loco con licencia de urbanismo trazó entre tiro y tiro de coca. La casa era bastante discreta para lo que se estilaba en la zona, más tarde sabría que engañaba a la vista porque daba al barranco que había al otro lado, con una construcción modernista en forma de cubos superpuestos y ventanales del suelo al techo. Tenía seis habitaciones, dos salones y baños suficientes como para avergonzar a la tienda oficial de Porcelanosa. Llamé y me franquearon el paso por el videoportero. Me recibió Mary vestida de nuevo con un pareo y esta vez solo la parte de arriba del bikini. Iba descalza y tenía el pelo mojado. —Hace calor hoy —me comentó. Sonaba a frase pensada. —Sí, bastante. Pero no tanto como ayer. Ella sonrió. Lo había entendido. Me dirigió hasta uno de los salones donde había dispuesto una mesa para estudiar que daba al jardín donde podía ver una piscina más grande que mi piso. Nos sentamos y empezamos a hablar distendidamente, obligándola a rehacer frases y a complementar lo que me quería decir. Después pasamos a vocabulario, pero todo con mucha naturalidad. Era muy inteligente y aprendía con rapidez. La tónica se repitió toda la semana y a principios de la semana siguiente coincidí con su madre, una réplica más mayor y con más tetas de Mary, que ya iba bien servida, más pelirroja y con cara de poder parar una vaca cargando de un bofetón. Aun así tenía la cintura marcada y un culo generoso sobre unas piernas torneadas en gimnasio. Su madre, Iona, nos traía algo de beber y después se iba a la piscina o volvía a desaparecer. Tarde de viernes. Estamos en la mesita con unos vasos de té frío. Hace mucho calor fuera y Mary se ha dado un chapuzón en una pausa que hemos hecho. Ahora está sentada delante de mí y con el aire acondicionado se le han endurecido los pezones que se marcan de forma soberbia en el bikini amarillo. —Ahora, cosas prácticas, muy prácticas —me dice en inglés, para hacerme saber qué es lo que quiere aprender—. ¿Cómo le digo a un chico que quiero chuparle la polla? La pregunta me deja helado por un momento y sonrío, nervioso. Ella me mira con interés y una sonrisa malvada, mordiéndose el labio inferior, rojo, grueso y voluptuoso. Le digo las diferentes formas en que puede referirlo. Desde la traducción literal a las formas más coloquiales como «hacer una mamada» o «comerle la polla». Lo repite un par de veces hasta coger soltura suficiente con las expresiones y le indico más o menos cómo y cuándo referir una u otra forma. —¿Y si te quiero comer la polla a ti? —me pregunta en español— ¿Lo he dicho bien? —agrega en inglés. Me ruborizo, soy consciente, pero Mary se levanta. No debería. O sea, es mi alumna y estoy en su casa y eso no está bien, no es profesional y, y… Y dios, me está bajando el pantalón de un tirón antes de darme tiempo a reaccionar. —Esto es una polla gruesa y grande —me dice con mi miembro en la mano, moviéndolo, de rodillas ante mí, y apretando con la mano—. Ya estabas… ¿Cachondo? ¿He dicho bien? Antes de darme tiempo a responder ya tiene mi polla metida en la boca en una brusca y profunda chupada. Se la calza entera, como no fuera el más mínimo esfuerzo —no es que quiera tirarme flores pero tengo una buena herramienta—. Y comienza una mamada espléndida, me lame los huevos, los manosea un poco, me masturba con mano experta y chupa el glande, lame el tronco entero hasta cubrirlo de saliva y chupa, chupa como si le fuera la vida. Siento su garganta tragarse mi polla, noto una o dos arcadas controladas, siento su respiración en mi pubis cosa que hace que mi polla brinque y vea cómo su espalda tiene un espasmo al notar mi polla volver a endurecerse un ápice más. Empieza a mover la cabeza sistemáticamente de arriba abajo cubriendo toda la superficie de mi miembro, sus labios van de la base a la punta del glande y vuelta sin parar, como si no necesitara respirar. Es una máquina de mamadas perfecta, sincronizada. Chupa con cuidado y dedicación, concentrándose cada vez que se la mete hasta la garganta y mirándome de vez en cuando con sus chispeantes ojos verdes que dicen que disfrute de esa mamada que me está regalando, que ella también lo está haciendo. —Joder, Mary si sigues así voy a correrme. Ella se saca la polla de la boca, sonríe, sus dientes blancos entre sus labios rojos y cubiertos de saliva. Y se ensarta de nuevo hasta la garganta. Pero lo hace despacio, las dos manos en mis muslos, solo la boca trabajando, centímetro a centímetro, sacando un poco la lengua que me acaba por tocar los huevos empapados y… me corro. Me agarro a la silla y siento el chorro reunirse en mi interior y luego coger velocidad por toda mi polla para estrellarse contra su garganta directamente, sin pasar por la boca. Se aparta despacio, con algunos hilos de semen entre la boca y mi glande. —Corres mucho —me dice en español. Se toma un trago de té helado de la mesa. Se lo ha tragado todo de una vez. Ufff… casi ni se me baja la erección. —Y sigues duro… Es entonces cuando se quita el pareo y se desnuda totalmente. —¿Quieres follar? ¿Lo he dicho bien? Asiento, tontamente. No sé si a su primera pregunta o a la segunda. Creo que da igual porque se me sienta encima con cuidad y me besa profundamente. Su lengua está helada por la bebida que se acaba de tomar y su entrepierna ardía debajo del bikini. Se quitó la parte de arriba y con cierta coquetería expuso sus pechos ante mi cara. —¿Te gustan? —Son preciosas —le digo cogiéndolas tras preguntarle con la mirada. Ella asiente y lo hago. Son pesadas, densas, deliciosas. El pezón duro, la areola arrugada y rosa. Pellizco suavemente los pezones mientras ella empieza a tocarse. Escucho sonidos húmedos en su entrepierna y respira profundamente. Mientras me meto el pezón en la boca, después de los pellizcos, y se los chupo, ella se masturba y se mete los dedos. Me tira del pelo para apartarme de sus tetas y me mete los dedos en la boca. Sabe dulce, suave, excitante. No tiene un sabor fuerte y chocante como otras veces me he encontrado. Y joder, uno podría hacerse adicto a eso. Así que tomo la decisión y la levanto desde los muslos para llevarla hasta el sofá cercano. La dejo allí, me arrodillo y abro sus piernas. Tiene el coño depilado y muy rosado, los labios grandes y los interiores más pequeños, el clítoris es deliciosamente grande y se lo lamo y chupo con ganas mientras me quito la camisa de lino. Mi polla ya está palpitando otra vez a lo bruto y se muere por volver a ser la protagonista, pero vamos por partes. Hay que ser agradecido. Le lamo desde el ano hasta el pubis y vuelvo. Meto mi lengua dentro de su coño y la saco de nuevo. Me concentro en el clítoris, metiéndole dos dedos que sincronizo con mis lamidas. Ella apoya sus bonitos pies en mis hombros y yo sigo comiéndole el coño. Gime, se coge los pechos, se tira de los pezones y noto cómo sale mucho flujo de su interior. Casi parece un grifo. Mis dedos se pierden en los espasmos de su interior mientras mis labios atrapan el duro brote de su clítoris y la lengua se afana en él, chupo, tiro ligeramente, Mary gime y gime y acaba gritando —en un idioma que no conozco, joder, qué curioso esto— que se corre. Intuyo que dice eso porque siento cómo lo hace, cómo los espasmos recorren con fuerza su coño y mis dedos clavados en su interior y ella empieza a gemir, casi parece que llora, con un quejido hondo y continuo. Me separo. Este es el mejor momento y un «Oh, God!» sale de su boca cuando se la meto del tirón. Ya, ya lo sé, sin condón. Bueno, habrá que apechugar (luego me dijo que tomaba la píldora y que al igual que yo no tenía ninguna ETS). En el momento estaba ciego de precipitación y caliente como un reo a 15 años en aislamiento: deseando encontrar un agujero donde enterrarla. Y ella casi grita cuando se la meto de un tirón. Me rodea con las piernas, me pellizca malévolamente un pezón y se agarra mientras la embisto. —Folla, tú folla a mí —se ve que pierde semántica con cada embiste. Podría perpetuar mi posición de profe con este sistema… Me río por dentro, pero por fuera estoy muy concentrado en deleitarme, en sentir cómo su carne se aprieta en torno a mi polla. Gime, nos sincronizamos, empujo con fuerza, me clavo dentro de ella, me araña, creo, se junta más a mí y la beso, me besa, su lengua me inundo, la inundo con mi polla reclamando todo su interior con ansia. Me pide que la folle más. En inglés, en español y en no sé qué. Voy a correrme, se lo digo, quien avisa… y me dice que sí, que vale, y se señala las tetas. —Aquí. La saco de su interior casi a regañadientes, a punto de estallar, y ella, se sienta en el sofá con el coño chorreando, casi de cuclillas, se coge las tetas, me mira, se la mete en la boca y chupa su propio sabor en mi piel dura y venosa. Chupa dos, tres, cuatro veces con fuerza, como si tuviera que desatascarme la polla, y entonces me voy. Apunto como puedo y le lleno las tetas de semen con varios manguerazos apenas apuntados. Ella ríe, algo le cae en la boca y lo lame de sus jugosos labios. Cuando acabo, respirando agitadamente, ella se vuelve a meter suavemente, con delicadeza, mi polla en la boca. Lame con dulzura y se la saca finalmente dándole un último beso en el glande. —Ven, vamos a piscina —me dice tendiéndome la mano. —No tengo bañador —repongo, estúpidamente, estando en pelota picada y con la polla amorcillada, venosa y goteante. —No seas tonto, Jo —Jonás, no os he dicho mi nombre, me llamo Jonás, pero ella me llama Jo, «Yo», suena con su pronunciación inglesa. Nos refrescamos primero en la ducha y luego nos tiramos al agua después, para pasar un buen rato chapoteando y charlando. Nos besamos unas cuantas veces más y sentimos que otro calentón palneaba sobre nosotros. —Bien pensado, quizás no tenga que salir de casa para buscar una polla que follar —me dice, abrazada a mí. Yo vuelvo a estar empalmadísmo y siento sus duros pezones contra mi pecho. Su aliento me enardece —yo, literato, con dos novelas autopublicadas, uso palabros raros, ¿habéis visto?—, y me muero por seguir explorándola. —Casi lo has dicho bien —y le digo un par de cosas más. Lo bueno es que podemos cambiar los dos de idioma con bastante facilidad y nos entendemos bien. Al rato nos da algo de frío, conforme se esconde el sol, y volvemos a la casa. De pronto lo pienso: —Oye, ¿y tu madre? Ella se ríe. —¿También te la quieres follar? —se ríe de mí, ampliamente, sin lugar a dudas, mientras, desnudos, vamos hacia las toallas del porche y luego entramos. —¡No! —¿Por qué? Está buena. Yo lo haría. Ya hemos compartido hombre antes. Jajajaja. ¿Threesome? —¿Tríos? ¿Has hecho tríos con tu madre? —le digo, asombrado, interrumpiendo mi secado. —Sip. Ha pasado. Y ya está. A veces pasa. Trato de recoger la mandíbula de abajo del suelo, que apenas se coloca en su sitio. —¿Tienes hambre? Do you want pizza? Me mira. La veo desnuda, agacharse a recoger el folleto de la mesilla del teléfono. Le veo ese esplendoroso culo y su coño como un paréntesis de carne delicioso listo para ser tomado de nuevo, con algunas gotas de agua. Me empalmo y mucho a una velocidad tal que creo que me voy a desmayar. Ella se gira y me mira. Sonríe. Me señala el rabo: —¿Eso es pizza que sí? La pizza llega a la media hora más diez minutos para que el chaval venza al minotauro, encuentre el tesoro y finalmente llegue hasta la casa en esa urbanización que casi parece el mapa de una mazmorra de D&D. Mi erección bajó, preferí reservarla, así que mientras llegaba la pizza me aseé en uno de los baños y me volví a vestir. Mary se colocó el pareo y un sujetador de encaje blanco de esos que tienen una pequeña orla por debajo y que muchas usan como complemento para salir. Me encantan. Le podía ver los oscuros pezones a través del encaje y la repartidora de pizzas también. Una chica con un flequillo violeta y los lados de la cabeza rapados. Tenía un solo pendiente y los rasgos duros. Mary tonteó con ella un poco, con la entrega de las pizzas, y la repartidora le apuntó un teléfono en uno de los cartones y se despidió. Cenamos las pizzas y un par de cocacolas, viendo absolutamente nada en la gran televisión. Pese a las ganas que tenía de acostarme con ella otra vez le dije que a lo mejor debería irme, que era tarde… —No, quédate esta noche si quieres. Podemos dormir juntos. O puedes usar otro dormitorio. Hay muchos. Mi madre no está, se habrá ido a algún club o algo de esos que le gustan, o a casa de alguien. Lo hace mucho. —Como quieras. ¿Te apetece que me quede? —le pregunté con sinceridad. Por toda respuesta empezó a tocarme la entrepierna. Son las once y media de la noche. Lo veo en el despertador de la mesilla de noche de la habitación donde nos encontramos. Mary está desnuda, sentada en el borde de la cama, chupándome la polla. De nuevo se afana, me coge las pelotas y estas se arrugan a su tacto. Abre la boca, su aliento me da en la punta del glande, y se la mete de nuevo, entera. Abre bien las piernas y empieza a masturbarse mientras me la chupa. Lo hace con ganas, con ansia, casi. Lo de que se le apetecía comer polla es verdad. Son las doce. Después de sacarle la polla casi a regañadientes de la boca, le comí el coño un rato hasta que se corrió, de nuevo. Me encanta follarme los coños recién corridos. La pongo a cuatro patas y ella se aparta los muslos ofreciéndome el coño y el culo. —My ass también está disponible para follar, ¿sabe? Me dice, mirándome por encima del hombro. Se me pone tan dura que podría partir almendras al vuelo. —Pero lub it first, okey? Me señala un cajón. Me acerco y encuentro un alijo de cosas. Un par de porros, algo de maría, tres o cuatro plugs anales, unas bolas chinas, dos consoladores, un bote de Aquaglide anodilatador y algunos lubricantes y condones más. Cojo condones y el lubricante. Ella me mira y me guiña. Va contra todas las convenciones, pero me quita los condones y me pide que le fuck the asshole. Que le folle el culo muy hard, hard. No me lo pienso mucho. Primero penetro su coño, lo disfruto, le dilato el ano masajeandolo con algo de lubricante y el dedo pulgar haciendo círculos. Joder, se dilata al momento y parece casi boquear, como si pidiera polla a cada embiste. Así que la saco, ella se abre bien las deliciosas y blancas nalgas, y pongo la punta en su esfínter tras lubricarlo algo más. Entra la punta, despacio. Pero ella no espera. Debe estar acostumbrada a dilatar rápido o estar extremadamente cachonda por mueve el culo de golpe hacia atrás y se ensarta el culo en mi polla, que discreta no es. ¿Quieres hard? Pues tendrás hard. Le cojo las caderas, me sitúo, abriendo bien las piernas para estar a la altura perfecta (ella es algo más baja que yo), y entonces empiezo a embestirla con ganas, con fuerza y sin mucha piedad. Pero concentrándome mucho para no correrme de golpe con las ganas y la presión que ejercía su ano sobre mi polla. Plaf, plaf, plaf, plaf. Mi polla dentro de su culo, mis caderas chocando en sus nalgas que se iban sonrosando. Ella se metía el consolador que le acerqué para que se penetrara mientras yo follaba su culo con ganas y hambre. Ver el final de su trasero y su culo dilatadísimo para albergar y tragarse toda mi polla hacía que quisiera clavársela con más fuerza, enarcando mi espalda y aullar como un animal. Tampoco es que me marcara una de cine porno: son las doce y cuarto y me estoy corriendo como un condenado dentro del culo de Mary mientras ella tiene los ojos en blanco después de haberse corrido cinco veces y el orgasmo que le vino por el culo la estaba dejando casi sin sentido, tan solo una mujer corriéndose con todo el cuerpo prácticamente, apenas pudiendo respirar, los ojos entrecerrados y gimiendo casi a cada espasmo. Era un orgasmo realmente potente y casi me dolía la polla cada vez que se le contraía el esfínter alrededor de mío mientras las últimas gotas de esperma se derramaban en su interior. Caímos hechos polvo en la cama. Ella tardó casi media hora en poder moverse. Joder, vaya orgasmos se gastaba la niña, la verdad. No os lo vais a creer pero son las ocho y media de la mañana y estoy en la cama de Mary. Es blanda y agradable. Tiene unos venanales enormes que permiten ver un gran paisaje de montaña, sotobosque y al fondo el mar azul matutino. ¿Qué me ha despertado? La cabeza de Mary apoyada en mi vientre calzándose mi polla de desayuno. Eso me ha despertado. Ser profe de idiomas no está mal.

Autor: DominusBleatus Categoría: Heterosexual

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No era un chalet, era una casa de putas

2019-08-16


Alex tenía 26 años, era moreno, de ojos negros, nariz aguileña, cabello marrón, corto y rizado, culo redondito y prieto... Era un cachas. Se fue a su habitación para vestirse e ir de juerga. Al pasar por delante de la habitación de su hermana Lorena creyó oír gemidos. Cómo la puerta estaba entreabierta asomó la cabeza. Daniela, su madrastra, una treintañera, rubia, de ojos azules, delgada, con ricas tetas y con un polvazo bestial (se parecía a Bo Derek cuando hizo La Mujer 10), tenía las piernas abiertas y las rodillas flexionadas. Con el dedo medio de su mano derecha se acariciaba el coño, coño que parecía una mariposa con las alas abiertas. En la otra mano tenía unas bragas rojas y las estaba oliendo. Vio cómo después de olerlas acariciaba sus grandes tetas con ellas, lentamente, y lentamente las fue bajando y frotó su su coño con ellas, para luego subir por donde habían bajado, volver a acariciar sus tetas con ellas y volver a olerlas profundamente. Al ver aquello y sentir a su madrastra gemir, Alex, pilló un empalme de burro. Sabía que era normal que las mujeres se desahogaran ellas solas, lo que no esperaba era que su madrastra lo hiciera oliendo unas bragas de su hermana. La visión era tan excitante que se quedó a mirar. Vio cómo su madrastra, sin dejar de oler las bragas, metía medio dedo dentro de su vagina... El dedo iba a entrar, salir, acariciar su clítoris unos segundos, luego vagina y clítoris, acariciaba los labios, y volvía a empezar... Al comezar a salir jugos lechosos del coño de su madrastra, Alex sacó la polla y empezó a menearla. Daniela, algo más tarde, pasó de meter la mitad de un dedo a meter dos dedos enteros dentro del coño... Volvió a hacer lo mismo de antes, acariciar el clítoris de nuevo de abajo a arriba, pero con más celeridad. Cuando volvió a abrir el coño, de su vagina ya no salían jugos lechosos, ahora eran cremosos. Siguió masturbando el clítoris y los jugos cremosos empaparon su coño y bajaron de él por el periné hasta el ojete. Daniela, con dos dedos los repartía por los labios y los saboreaba de cuando en vez. Siguió masturbando el clítoris con un dedo cada vez más aprisa. Sus gemidos subieron de tono. Arqueó su cuerpo. Su pelvis quiso llegar al techo de la habitación. Al correrse y alcanzar el placer sus más altas cotas, de su coño salió un chorro de orina y después siguió meando hasta dejar la cama perdida. Alex soltó otro chorro, pero este de leche, que se estrelló contra la puerta. A este chorro siguieron cinco más. Las corridas fueran brutales. Alex, al acabar de correrse, sacó la toalla, limpió la leche de la puerta con ella y se fue a su habitación. Tres días después era el cumpleaños de Daniela. Un mensajero llamó a la puerta del chalet. Le abrió Karla, la doncella, una joven de veinte y pocos años, que vestía un uniforme azul con cofia. El mensajero le entregó un paquete. Karla se lo llevó a Daniela, que estaba en la cocina, desayunando, en bata de casa, despeinada y sin maquillaje. Daniela abrió el paquete y lo que vio le sacó una sonrisa. En el paquete había un consolador vaginal y otro anal. Karla, lavando unos platos en el fregadero, giró la cabeza, miró para el contenido del paquete y le dijo: -Le aconsejo a la señora que busque un amante. -¡Qué graciosa! -Yo no le veo la gracia por ninguna parte. Karla, la doncella, era una morenaza que tenía los ojos color café, grandes tetas, buen culo... Tenía otro polvazo. Había llegado huyendo de Honduras tras cometer un desfalco, y que mejor sitio para esconderse que trabajando de doncella. Daniela, la estaba puliendo. -Esas cosas no se dicen, Karla, una mujer debe saber guardar sus secretos. -Los gordos los guardo, señora. La curiosidad entró en escena. -¿A qué llamas secretos gordos? -Si se los cuento me despide, señora. -Tienes mi palabra de que no lo haré. Karla se puso a largar. -La última vez que usted se la rascó su hijo se la peló mirando cómo lo hacía. A Daniela casi le da algo. -¡¿Y tú cómo sabes eso?! -Porque yo también la rasqué viendo cómo se movía el brazo su hijo y oyendo sus gemidos en la habitación. Nos corrimos los tres. -¡Nunca pensé que te masturbaras! Pareces tan ingenua... ¿Te metes un dedito o dos? -Me meto de todo, señora. Dedos, zanahorias, pepinos, plátanos, salchi... Paró de hablar, pero ya era tarde. -¿Te metes las salchichas que comemos en el coño antes de freirlas? -¡Que vergüenza! -No la tengas. ¡Qué morbazo! ¿Y después de ver cómo las comemos qué haces? karla, quiso escaquearse. -También me masturbo con el móvil, al vibrar, ya sabe... Me masturbé sentada encima de la lavadora... Me metí el rodillo de la cocina... -¡Que barbaridad! ¿Te masturbaste pensando en mi después de comerme salchichas que metieras en el coño? -¡Ay, señora! Qué me voy a quedar sin trabajo. A Daniela le dio la risa. -¡Que cabrona! ¿Me comes el coño en tus fantasías? Antes de responder, Karla, bajó la cabeza. -Sí, señora. -Y parecías una mosquita muerta. ¿Qué más secretos tienes? -Si se lo digo, ahora sí que me despide. -¡Qué no! Es algo sobre mi marido y tú. ¿A qué sí? -¡¿Cómo lo sabe?! -Sumando uno y dos. ¿Le das con tu zapatilla? -Parece una adivina, señora. -¿Te la mete en el culo? -Sí, me lo tiene más abierto que el coño. -Vamos a hacer una cosa. La próxima vez que quiera estar contigo me lo dices. -¿Para qué? -Para ponerle el culo negro a zapatillazos. Ya sabía yo que al no pedírmelo a mí tenía a alguien de mano. -¿Y a mí me va a hacer algo, señora? -Comerte el coño, y te lo voy a comer ahora. -¡Ay, señora! -No me hubieras calentado. Limpia la mesa y desnúdate. -No me gustan las mujeres. -Cuando acabe contigo te van a encantar. Ya le encantaban, pero sabía mentir muy bien, Karla limpió la mesa, se quitó los zapatos, el uniforme y la cofia. Sus tetas eran enormes, con pezones gruesos y bellas areolas marrones. El coño lo tenía peladito. Daniela cogió un tarro de miel, echó una poca el su coño, y le dijo: -Cóme, morena. Karla se puso en cuclillas, le echó a su jefa las manos al culo y le lamió la miel del coño. -¡Que rico coñito tiene, señora! Daniela no era de orgasmo fácil, pero Karla había visto mucho porno y sabía donde y cuando lamer, donde y cuando chupar y donde meter lengua. Tan cachonda la puso que Daniela se dio la vuelta, cogió el rodillo de la cocina, lo untó con mantequilla, y le dijo a Karla: -Lámeme el culo. Daniela metió el mango del rodillo dentro de coño. Karla le lamió el culo. Al ratito el rodillo, cómo si fuera la gorda polla de un negro entraba y salía del coño, haciendo bueno el dicho: Mujer flaca, coño de vaca. Poco después, cuando Daniela se follaba el coño a toda hostia con el rodillo y jadeaba cómo una perra, Karla, le metió la punta de la lengua en el ano, ese fue el detonante para que explotase, chillando: -¡¡¡Me corrooooooo!!! Las piernas de Daniela comenzaron a temblar. Karla vio que su jefa se iba a derribar cómo un castillo de naipes bajo la lluvia. Se levantó y la sujetó. El rodillo lleno de jugos cremosos cayó al piso de la cocina, luego cayeron las babas y al final una meada que dejó el piso que daba pena verlo. Karla miró a la cara a su jefa y vio que tenía los ojos en blanco. Ya estaba excitada y esta visión aún la puso más cachonda. La sentó en una silla y mientras se recuperaba le pasó la fregona a las baldosas. Daniela cumplía lo que decía. Al acabar Karla de fregar el piso de la cocina la cogió por las axilas, la sentó sobre la mesa, y le dijo: -¿Lista para disfrutar? -Lista, señora. Una voz las interrumpió. -¿Me dejas que la haga yo disfrutar, mamá? Daniela, sonrió, giró la cabeza y le dijo a su hijo: -Toda tuya, cariño. Karla supo en ese momento que madre e hijo ya estaban cansados de follar. Alex venía en bata de casa de color dorado. Entró en la cocina, quitó el cinturón, cogió la miel, untó la polla empalmada con ella y se la metió en la boca a Karla. La joven se la mamó. Al poco le quitó la polla de la boca. Le echó miel en las tetas y se las lamió haciendo círculos sobre ellas hasta llegar a los pezones. Después chupó las tetas y los pezones hasta dejarlos duros cómo astas de toro. Daniela, agachada, le chupaba la polla a su hijo. A acabar con las tetas le echó miel en las axilas, en el vientre y la barriga hasta llegar al clítoris. Lamió muy lentamente hasta que no quedó rastro de la miel, luego le dijo: -Date la vuelta, putita. Karla se dio la vuelta. Alex untó de miel su nuca, su espina dorsal, el ojete y el periné. De nuevo lamió lentamente hasta llegar al culo. Allí lamió periné y ojete y le folló el agujero con la punta de su lengua dándole pequeños cachetes en las nalgas. Esta vez no le dijo nada. Le puso una mano en la barriga y ya Karla se dio la vuelta. Le echó miel en las plantas de los pies y en los dedos, luego lamió las plantas y los deditos... Después de esto echó miel en el interior de sus muslos hasta llegar al coñito, lamió y luego echó miel alrededor de la vulva, la lamió y acto seguido sacó la polla de la boca de su madre y se la frotó desde el ojete hasta el clítoris pasándola entre los labios del coñito... Se acabó corriendo en la entrada de la vagina. Con la leche de su hijo entre los labios del coñito de Karla, Daniela se lo comió... Entre lamida y lamida, le dijo: -Delicioso, morenita. Alex le quitó la bata a su madrastra, le frotó la polla morcillona en su coño mojado y después se la clavó. Al estar la polla dentro del coño se puso dura. Tiempo después, Daniela, moviendo a lo bestia el culo hacia atrás, sintió cómo su hijo le llenaba el coño de leche, al mismo tiempo, Karla, le llenaba la boca de jugos con una deliciosa corrida. Explotó y se corrió ella también... Otra vez había que pasarle la fregona al piso de la cocina, pero eso sí, se corrieran a lo grande. Robert era un broker que hiciera fortuna. Tenía 42 años y medía un metro ochenta y algo. Con su físico y su porte podría pasar por un gigoló, aunque quien lo viera en aquel momento le parecería un maricón de libro. Tenía los ojos y los labios pintados y llevaba puesta una lencería fina de color negro, sujetador de encajes, liguero que se unía a las ligas elásticas de las medias mediante dos tirantes, unas bragas de encajes donde se marcaba un paquetazo y zapatos negros de tacón de aguja. Paseando de la puerta a la cama contoneando su cuerpo, con voz amanerada, le dijo a su hija Lorena: -¿Que puntuación le das a miss summer? Lorena (era un cuadro de Sofía Loren a los 19 años) que estaba sentada en a cama, también cubierta por una lencería fina de color blanco en la que sus grandes tetas parecían querer romper su sujetador y en la que por los lados de sus bragas y por arriba sobresalían pelos negros (así quería su padre que estuviese), le respondió: -Cero, vaca burra. Tienes más celulitis en el culo que lana tiene una oveja. Robert, moviendo el culo y las manos cómo un marica, le dijo: -¡Ay, quítamela, quítamela! Lorena cogió debajo de la cama de Karla (le habían pagado para que se fuera de copas y les dejara la habitación) una zapatilla con un peluche de perro que tenía el piso negro de goma, y le dijo a su padre: -Ponte sobre mis rodillas, maricón. Robert se echó sobre las rodillas de su hija, y Lorena le dio con ganas en ambas nalgas. -¡¡Plassssssssss, plassssssssss, passssssssss, plassssssss, plasssssssssss, plassssssss, plasssssssss, plasssssssss!! -¿Dónde está mi dinero, cabrón? -En mi culito. Lorena le bajó las bragas y vio que de su ojete salía un papel enrollado en forma de cigarrillo. Lo saco, cogió los cinco billetes de cien euros, se los pasó por la nariz, y le preguntó: -¿Te gusta el olor del dinero? Robert lo olió profundamente, y le respondió: -Sí, cariño. -¡A ti lo que te gusta es el olor a mierda, cerdo! Lorena, le volvió a dar con la zapatilla, esta vez mas fuerte. -¡¡¡Plasssssssss, plasssssssss, plassssssssss, plasssssssss. plasssssssss, plassssssssss, plassssssssss, plassssssssss!! Robert tenía el culo rojo y un empalme de burro. Oyó una voz que le decía: -¡¡Serás desgraciado!! ¡¿No te llegaba la doncella qué tenías que pervertir a tu hija?! Daniela estaba en la puerta de la habitación cubierta por una lencería roja. Iba con idea de encontrar a la doncella con su marido y se llevara una sorpresa. A Robert le importó una mierda que lo pillara. Con su voz normal, le dijo: -Únete a nosotros, cariño. -¡¿Qué?! ¡Serás hijo...., de tu madre! Lorena, poniendo voz de pija, le dijo a su padre: -Sabes, papi, mami es de esas que le dan arcadas si le ponen un chochito en la boca. Daniela, que le tenía ganas a su hijastra, se hizo la ofendida. -Sí, me daría asco estar con otra mujer, no soy ligera de cascos cómo tú, zorrita. -¡Serás puta! Si me pusiera a comerte el coño te correrías tantas veces que te dejaría seca. Ya verías el asco que te daba. Daniela, se regodeó de ella. -Bla, bla, bla, bla. Robert, le preguntó a su hija: -¡¿Tuviste relaciones con otra mujer?! Lorena era tan mentirosa cómo su madrastra. -No, pero veo mucho porno lésbico. -La teoría y la práctica son cosas muy diferentes, pero mira, eso sí que tendría morbo... Mi mujercita con la leche de mi caramelito en los labios y mi caramelito con la cara llena de jugos cremos y... A Lorena no le gustaba quedarse con la curiosidad. -¿Y que? Robert no le quería decir que Daniela iba a mear por ella. -Y te bañaría, hija, y te bañaría. Lorena ya había comido unos cuantos coños y las palabras de su padre no la impresionaron. -Ya no será la cosa para tanto. Daniela, le preguntó a su marido: -¡¿Te daría morbo ver cómo le coño el coño a tu hija?! -Y cómo te lo come ella a ti. Lorena ya estaba caliente. -Por mi no hay problema, papi. Si mami no fuera tan estrecha... -Decente, Lorena, una palabra que tú no conoces. Lorena se acercó a su madrastra contoneando las caderas. -¡Ni te me acercas, putita! -Solo te quiero decir una cosa al oído para que no la oiga mi papi. Acercó la cabeza a su oído, y le susurró: -Coopera si no quieres que le diga a mi padre que follaste con la doncella y con mi hermano. Robert sintió curiosidad y le preguntó a su esposa: -¿Qué te dijo? Daniela, no le respondió, le dijo a Lorena: -Vale, acepto el reto, pero dile a tu papi que se quite esas ropas que me da no sé qué verlo. Robert, protestó. -¡Ala, coño! De actriz principal a actor secundario. Daniela, le dijo: -Vas a ser actor principal y vas a puntuar. -¿Puntuar qué? -Quien mama mejor tu polla. La que iba a protestar ahora era Lorena, pero Daniela le susurró al oído: -Coopera o le digo a tu padre lo que hiciste en la piscina con tu amiga. ¿O prefieres que le diga lo que haces con tu hermano? Robert se quitó la ropa interior y se sentó en una silla. Vio cómo las dos mujeres se ponían en cuclillas delante de él. Daniela cogió sus 18 centímetros de polla por la base (no la abarcaba con la mano). Sin dejar de mirarlo a los ojos, la lamió hasta llegar al glande, lo chupó varias veces, y después metió la polla en la boca hasta que sus labios tocaban los dedos que la rodeaban, después lamía el meato y el frenillo, chupaba de nuevo el glande y volvía a empezar. Acto seguido, mientras mamaba el glande, lo masturbó, más y más y más rápido... A Daniela le caía por la comisura de los labios su saliva mezclada con la aguadilla que salía de la polla. Gemía ella, gemía Robert, y se mojaban las dos. Cuando Daniela vio que Robert se iba a correr, se apartó y le dijo a Lorena: -Mejóralo. Lorena cogió la polla de su padre con su pequeña mano, pasó su lengua por el periné, después por el ojete y se lo folló varias veces con ella, luego le metió mitad del dedo medio en el ano... Subió lamiendo, se paró en el frenillo y le dio un buen repaso con la punta de la lengua, acto seguido puso la legua plana sobre el meato, le folló el culo con el dedo, apretó la lengua contra la cabeza y Robert soltó una corrida inmensa, que le bajó por la polla, y encharcó su pelvis y sus huevos. Al acabar de correrse, le preguntó Lorena a su padre: -¿Quién lo hizo mejor, papi? -Os doy a as dos un diez. ¿Por qué no os coméis los coñitos? -casi les implora- Dadme ese caprichito, queridas mías. Lorena estaba más que dispuesta. Se puso mimosa. -Yo tengo ganas. Anda, se buena, mami, dale ese caprichito a tu maridito. Daniela tenía tantas ganas cómo Lorena. Cuando su hijastra, detrás de ella, le desabrochó el sujetador, no opuso resistencia. Al caer el sujetador al piso las suaves manos de Lorena acariciaron las tetas de Daniela. La besó en el cuello, en una oreja, le besó la nuca... Daniela giró la cabeza y Lorena la besó en los labios, sin lengua. Luego le lamió la espalda. Al llegar a las bragas, se las bajó, abrió sus nalgas y le lamió el culo... Quitó bragas, liguero y medias, y después le volvió a lamer y a follar el culo con su lengua. Le dio la vuelta y lamió sus pantorrillas y el interior de sus muslos hasta llegar al lado del coñito, primero una pierna y después la otra, esto hacía mientras le acariciaba las nalgas. Le separó los labios del coño y vio que la vagina estaba cubierta por sus jugos, jugos que formaban una pasta cremosa. Los lamió. A Daniela se le escapó su primer gemido, el primero de muchos. No se paró más de diez segundos en el coñito, subió lamiendo su vientre y después le comió las tetas, rozándolas, casi cómo acariciándolas con las yemas de los dedos, lamió sus areolas y sus pezones y después se las chupó. Besó su cuello. Cuando la besó en la boca y le metió la lengua dentro, Daniela, casi se la devora con la pasión que puso en los besos. Robert, sentado en la silla, ya estaba otra vez empalmado. Vio cómo su esposa desnudaba a su hija, cómo la echaba sobre la cama y cómo a cuatro patas metía la cabeza entre sus piernas y cómo le comía el coño. Veía el sexo de su mujer goteando gotas blancas y veía el interior de sus muslos mojados. No se pudo resistir. Se metió en la cama. Le lamió el coño y después se la clavó hasta las trancas... La folló despacito para que su mujer no moviera la cabeza del coño de su hija. Daniela estaba tan cachonda, Que al ratito, le dijo: -¡Me corro, me corro, me corro, me corro! ¡¡¡Lléname el coño de leche!!! Daniela se corrió cómo una loba. Robert, sintiendo cómo le anegaba la polla con sus jugos y su meo, se corrió dentro del coño de su esposa. Daniela con el tremendo placer que sentía levantó la cabeza y dejó de chupar, lamer y mamar, Lorena le cogió la cabeza, la volvió a llevar a su coño, y se corrió apretándola contra él y moviendo la pelvis alrededor y de abajo a arriba. Le dejó la cara perdida de jugos mucosos. La serenata de gemidos se repetiría mas veces... Daniela mearía en las tetas y en el coño de Lorena, y muchas cosas más, pero esa ya es otra historia. Quique.

Autor: Quique Categoría: Incesto

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¿Y si escribo un relato yo?

2019-08-16


El día está horrible, especial para leer relatos lésbicos, o para imaginarlos, ¿y si escribo uno? Era un día horrible, llovía, hacía frio, y los relámpagos discurrían por el cielo metiendo miedo al que se animara a andar por la calle. Y sabiendo el pronóstico, no iba a ser yo la que se animara. Era viernes y me había preparado; no pensaba salir. En casa estaba calentita, la calefacción a tope me permitía andar con poca ropa. Mi amiga Luisa, me había recomendado un trago internacional, según ella era la leche. Me había comprado todo lo que requería. Whisqui, shake, ron, tequila y brandy; un jugo de moras que me costó encontrarlo, canela, nuez moscada, y ralladura de una semilla de la india que había conseguido ella, parece que le daba un toque especial. Lo preparé para dejarlo para después de la cena, metí todas las bebidas, los condimentos y le rallé la pepita esa, se me partió un pedazo y fue para dentro de la coctelera. No creía que le iba a cambiar tanto el gusto. Hay veces que lo que abunda no sobra, y ahí batí como la mejor, cuando me pareció que estaba a punto, traté de catar. ¿Presencia? buen color, ¿olor? Cierto aroma a moras con alcohol que te nublaba los ojos. ¿El gusto?, el gusto los conocía mejores; pero ¿cómo exótico? ¡asquerosamente exótico! Justo lo que necesitaba para pasar una noche cómo esa, leyendo relatos eróticos, con una bebida al lado que no me llamara tanto. Terminé de cenar (no soy de comer mucho a la noche, me gusta estar liviana para lo que sea) junté todo, probé un poco de la bebida, que por cierto que ahora que estaba bien asentada, sabía mejor. Me fui a mi ordenador, a ver si encontraba algo, que me ayudara a pasar una noche de fantasía. Empecé por el correo. Me comunicaba con algunas de las que subían esos relatos, para comentarles y animarlas, que supongo que también lo necesitaban “Por si no se dieron cuenta, a mi lo que me van son las chicas. Y porque no se los dije, para que se enteren, me llamó Leticia, y soy como soy, que no viene a cuento de esta historia” A veces encontraba algunos relatos con personajes que me gustaban, pero siempre hacían algo que yo no les hubiese hecho hacer. Yo en esa situación, hubiese hecho que se comportaran diferente. Se los tengo comentado, ¡y vaya contestación que me daban! Pero ¿qué quieres que haga? Si hacen eso será porque quieren hacerlo. ¡Mira tú! Cómo si se escribieran solas. ¿Pero dime? ¿las protagonistas hacen lo que quieren, o lo que tú quieres que hagan? Leti, no entiendes (ya me trata con confianza, que rica) yo pienso la trama, a medida que va, te encuentras que empiezan a ir para donde les parece que está bien. Tienes que pensar que no van a hacer siempre lo mismo, sino sería siempre el mismo relato, déjalas que vivan, que un poco hagan lo que quieren, que no hacen daño. Me quedaba un poco desconcertada. mientras tomaba de la jarra continental, leía esos correos (qué no eran muchos) que me hacían un rulo en la cabeza. - ¿Pero tú cómo eres? Grande, chica, linda, fea, joven vieja, ¿cómo eres? - Soy cómo te imaginas, todo lo que quieres que sea, para ti lo voy a ser. Para qué te voy a explicar lo que te gusta, si tu cabecita ya me imaginó. Mejor que lo que imaginaste ¡no va a ser la realidad! ¡Sí! La verdad, la tenía imaginada - Bueno, pero ¿si todo puede ser como yo lo imagino? Yo imagino que la chavala del cuento tiene bastante más que contar y tú la cortas. - ¡Y sí! a lo mejor, tiene más que contar, pero te lo quiere contar a ti, imagina, escucha, y escribe. Estoy segura que tú puedes. Anda, hoy es un buen día Ese es el último correo que me había llegado. Tomé un buen trago de la jarra y me quedé dudando, ¿abriría la página de los relatos, o imaginaría el relato mío? Me recosté sobre el respaldo mientras seguía tomando del coctel ese, que por lo demás se ve que así asentado ya no parecía asqueroso, para nada. Imaginación tenía, pero a mí, que no me vinieran a hacer lo que se les diera la gana. Iba escribir a mi manera, y ellas chito, que la que mandaba era yo. ¡Sí! Tomé otro trago, y me decidí. Iba a escribir un cuento; un cuento donde hicieran lo que yo quisiera, como a mí me gustaba. Bueno; antes de escribirlo, primero tendría que pensarlo. Me puse la jarra en la mesa de luz y me acosté desnuda (me gusta dormir desnuda, sobre todo si voy a pensar cosas agradables, hay que estar preparada, una nunca sabe) tomé otro sorbo, y a meditar. Si iba a pensar un cuento; que por lo menos me gustara a mí. Todos los fines de semana salía. Salía y casi siempre algo pillaba, esta semana de perros me quedé en casa. Ahora, no sé si por el cuento de la imaginación, o por qué; estoy un poco emocionada, (¿Excitada tal vez?) es mi primer cuento Pues voy a usar mi excitación. Voy a pensar un cuento a mi medida, en el que me hacen lo que me gusta, lo que nunca me quisieron hacer, o nunca deje que me hicieran, ¡y a obedecer eh! A ver, voy a pensar que estoy con una chica en la cama, ¿y cómo llegó a la cama? Bueno, eso lo pienso después. Me chifla un poco imaginarme esa situación. El caso que quiero que este aquí a mi lado, cierro los ojos y no hace falta mirarla. Imagino esos labios carnosos acercándose a los míos, me llevo el dorso de la mano a mi boca y siento la suya, uf…cómo besa la cabrona, quisiera que me besara entera sin soltar mis labios. Sentir su aliento por todo mi cuerpo. Puedo imaginar que hay otra más, pero ¿la primera vez? ¿y ya un trio? me parece que es una putada, ¿Qué le va a parecer? tengo que pensar algo mejor, después de todo un cuento puede quedar para la posteridad. Me siento en la cama, bebo un poco más. A ver, ¿cómo puedo hacer que el gusto me lo dé una sola, pero que me lo de en todos lados? ¡No! algo tengo que pensar diferente, sino terminamos que el cuento va a ser lo que hago todas las semanas. Ya sé, a mí me gusta la mitología, le cambio un poquito nada más, y va a estar. Supongamos. Soy Afrodita, me enteré que uno de los trabajos de Hércules, es matar a la Hidra. Si ella no se iba a meter con él, ¿Por qué? Si no había necesidad, lo que pasa que son machistas y todo lo quieren arreglar a palos . Bueno a lo mejor él no tenga la culpa, a lo mejor es ese rey Euristeo de mierda, ese que le hizo el encargo. La cosa que me voy al golfo de Argolia, a la laguna de Lerma a ver como lo convenzo. Soy Afrodita, soy la diosa del amor, y me va la juerga, pero tampoco es que me vayan a comer de un bocado, que tonta no soy. Si no me quiere hacer caso, ¡a ver cómo le va! Ya está, lo veo venir, lo paro, y le digo buenamente. -Mira Hércules, tú sabes que esto de la guerra, no es lo mío, pero a esa animalita la ando necesitando, así que vamos a ver cómo nos arreglamos. - ¡No! el rey Euristeo me encomendó que la tenía que matar y tengo que hacerlo, es uno de mis trabajos - yo con toda la paciencia le explicaba, - Espera, no te pongas tonto, se puede arreglar de otra manera, date cuenta que él es un rey, pero yo soy una diosa, ¿no me digas que no te das cuenta que no es lo mismo? - quería que notara la diferencia; porque fuerza no le faltaba, ¿pero burro? era burro por donde lo miraras - ¡Y… sí…notar se nota! pero él puede hacerme matar - Y yo puedo hacer que no se te vuelva a poner duro el cacharro que tienes entre las piernas - abre los ojos cómo plato. Me dice casi llorando. - A mí, a Hércules le vas a hacer eso, me van a tomar para la coña. - ¡Calma! cálmate que todo tiene solución; mira, yo con mis poderes hago que Hidra en vez de ser un bicho con cabezas de culebra, que sea una mujer con varias cabezas, tú te matas algunos lagartos por ahí y dices que era Hidra, total, esta no va a aparecer más, me la llevo para mi casa. - ¿Y tú para que quieres una mujer con varias cabezas? - ¿Y a ti qué te importa? ¿te pregunto yo para que quieres que se te ponga duro ese trasto? Si total andas con tu sobrino – se puso colorado y no dijo más nada Al fin arreglamos, él se fue a pillar culebrones por ahí, y yo me traje a la tal hidra. La convertí en una mujer; que había que echarle. Cada carita la quería de un país diferente, internacional, como lo que me estaba tomando, que por cierto cada vez sabía mejor. Y a la cama, las dos solitas; que eso de las orgías para este cuento no me va Abrí los ojos y respiré, (antes también había respirado, pero respiré más). ya había resuelto como tener la chiquitina en mi cama, ahora a ver lo que hacía con ella. Bebí otro trago, ¡y ya! a pensar. Volví a cerrar los ojos, me entretuve un rato pensándome las caras a mi gusto. Uy… que caras bonitas, así todas juntas con un solo cuerpo, el conjunto no se veía muy lindo, pero confiaba que iban a ser funcionales. No sabía cómo tratarlas, si en plural o singular, era un problema, después había que ver como se portaban, que como lagartos, eran bastante jodidas, había que probar, sino, la des pensaba y listo. “Eh tú, la morenita, la del lunar tan chulo, a ver como besas” “Sí mi ama, gracias por salvarnos de ese hijo de puta, nos quería matar y no le habíamos hecho nada (hablaba en plural, ya había descubierto algo) estamos a tus ordenes, tús deseos son los nuestros”. Lo dijo y me emocioné. “Bueno, Bueno, repártanse el trabajo que hay para todas” La morenita se vino a besarme, pero era medio tontarrona, le iba a tener que enseñar, ¿las otras? Un desastre, creo que ni sabían para que servían, parece que antes tiraba fuego, y tenían miedo de quemarme. Yo con la calentura, si no aprendían pronto, las iba a quemar a ellas. -A ver organicémonos, tú, la rubita, ¿ves esto? ¡Esto es una teta! y ahí vas a tener que chupar, ¿a ver? Muéstrame los dientes que la última vez que te los vi, no estaban para chupar nada, uhm…está bien, y tú la chinita, aquí hay otra, tienes que chupar lo mismo. A ver, que más hay, tú, ¡Hay! que negrita más bonita me pensé, uhm esos labios gorditos, me los vas a pasar por la raja y me vas a chupar la pepita, ¡chupar!, que con ustedes nunca se sabe. - Si mi dueña y señora, tus deseos son los nuestros - Ay…pero mira que ricas, que bien que se portan, y a ver tú, puedes meter la lengua en ese agujero; eh tú, quita la cabeza un momento para que pueda mirar esta, ¿a ver cómo andas de lengua? ¡Oye! ¿no puedes sacarla más? mira que cuando te vi, pedazo de lengua tenías, ¿a ver qué es lo que puedes? - Lo que tú mandes mi ama” empezó a sacarla, tuve que decirle que se pare, no era para envolverme. - Bueno, van a ir todas juntas, esperen a ver si quedó algo para tomar - apenas un restito, pues allí va para adentro - Me puse un almohadón abajo del culo, para que estuvieran cómodas y grité, - vamos a ver lo que saben hacer - tardé un poco en concentrarme, pero cuando lo conseguí, eso era para no creer, me gustaba que jugaran con sus lenguas, pero eso ya era un campeonato. Las tetas, bueno, las tetas no sé cómo hacían, pero se las metían enteras en la boca, eso que no las tengo tan chicas, pero les cabía igual, los pezones míos parecían misiles. Es que me derretía de gusto. ¿Por abajo? Era un parque de diversiones, la que me chupaba el clítoris había conseguido que me creciera como la pollita de un nene, así desde aquí arriba por la mamada, le calculaba ocho centímetros más o menos, lo que siempre había soñado. La que me metía la lengua, ¡Oh! Eso era la gloria, me recorría todo, no me lastimaba, pero me llenaba de una manera que no iba a tener lugar para correrme, bueno eso me lo pensé yo, porque cuando me empecé a correr, creo que tuvieron para beber las cinco. Me quedó el cuerpo mojado, no sé si del sudor o las babas de ellas, ya ni podía abrir los ojos, ellas seguían, sentía sus labios por todo el cuerpo, y el cuerpo irradiaba calor. Ellas lo absorbían aliviando mi calentura. Estás habían sido medio serpientes, quizá las serpientes follen así. No sé, pero si siguen haciendo eso voy a terminar arrastrándome yo también. Siempre quise que me chuparan los dedos de los pies, lo había visto en un video, pues ellas se enteraron y hay que ver que gusto. No sé porque, tenía ganas de tocarme, fui llevando mi mano hasta mi abertura, se ve que cuando iba yo, ellas se retiraban porque no me las choqué nunca. Llegué hasta mi almeja, metí mis dedos adentro. Uy dios, ¿qué era eso? Eso era una laguna, si podía poner mis dedos a nadar, buscaba por si me habían dejado todo cómo la gente; pero es que eso me ponía bruta. Ellas, como si nada; dándome lengua por todos lados, hasta se metieron con mi culito. Pues no va que se les ocurrió meterse por ahí adentro. ¿Sera cierto que los personajes, toman vida propia? ¿No será que ya me está gustando? Muchas veces tuve ganas de probar pero no me animé, pensé que podía quedar feo: pero ahora, ¿qué me importaba? Que se metiera, pero como me hicieran doler, le plantaba un bofetón que iba a saber quien mandaba en este cuento. No me dolió ¡qué va! Me metió la lengua esa, pero en plan de amiga, no me hacía doler; iba para adentro, para los costados, engordaba, me hacía delirar (si las colposcopías son así, voy a tener que revisarme seguido) la muy puerca si seguía así se iba a llenar de mierda. Y bueno, que se joda, ¿Quién la mandó? Yo seguía con mis dedos, (que algo tenía que hacer yo también) primero fueron dos, después le fui agregando, no sé a cuantos llegué; creo que más de cinco no tenía en la mano, pero vaya tú a saber. Es que si me pongo a imaginar, no me voy a andar fijando dedo más, dedo menos; la cosa que, con semejante calentón, el coño me rebalsaba. Fui buscando mi punto G; o me aprendí el alfabeto o tenía puntos G para regalar; donde me tocaba, explotaba Puf… que manera de correrme, pero si hasta en un momento, me pareció que eyaculé. Eyaculé o me meé, la cosa que sentía que me mojaba como si lo hiciera, (que no creo que haya sido la famosa Hidra, que si así fuera, se iba a enterar) sentí que me mojaba toda, ¡mi madre que polvazos! Tendría que imaginar bien las cosas si no quería que terminaran conmigo, la estaba pasando como las diosas, pero tampoco abusar. Seguían por todo mi cuerpo, lame, besa, chupa, no se separaban de mí, todo lo que alguna vez había deseado, las cabronas me lo estaban haciendo. No se me metían en el coño porque tenía la mano adentro. Me sentía cómo si tuviera un mechero adentro. Mi cuerpo expelía fuego y estás cabezotas parece que, o me querían aliviar, o se calentaban conmigo. Los orgasmos se sucedían llevándome a la extenuación. La estaba pasando como nunca me hubiese imaginado. Cuando escriba este cuento no me lo van a creer. ¿Escribir este cuento? Eso sí terminaba viva, porque a la Hidra esta, no la veía en plan de parar de darme gusto, y a mí no me parecía nada mal. ¿A ver si todavía tenía que llamar a Hércules y dejar que la mate antes que me mate a mí de placer? ¿Será que ya está haciendo lo que se le da la gana? Aunque ¿buscar a Hércules? Mejor no lo busco, ese paspado vaya a saber por dónde anda, aparte que mucho musculo, mucho musculo, pero me pareció un poco rarito; con Yolao, el sobrino, para mí, algo llevaba. Tampoco era para despreciar, cinco cabezas con sus lenguas dándote el lote. No es para todos los días, que muchas pagaría buena pasta para tenerlas como yo. aj…lo único que me faltaba; meretriz. Como una nebulosa algo me estaba invadiendo el cerebro, me estaba agotando, se me estaban acabando las pilas. Todavía las sentía cerca de mí, cómo mirándome sin saber lo que hacer. ¿Qué les podía decir? ¿Que se queden hasta mañana, que después seguimos? ¿que no me hagan lio, y si no tienen sueño que limpien un poco la casa sin hacer ruido? Bueno, que no hagan mucha bulla, que cuando descanse seguimos, que me dejen ir un rato al reino de los sueños. Que Afrodita también duerme. Y allí fui. Un zumbido penetraba mis oídos, me senté en la cama, era el móvil, quien estaría llamando a la madrugada, atendí, era mi amiga Luisa. -Leti, ¿no quieres venir a mi casa? estoy sola, la podemos pasar bien. - Pero Luisa ¿a ti te parece que me tienes que despertar a la madrugada para invitarme? Podías esperar a una hora decente. - Oye, la una de la tarde, será la madrugada de mañana, no me digas que estabas durmiendo. - ¿Qúeeee? La una de la tarde, no pensé que había dormido tanto - ¿Te preparaste el combinado que te recomendé? ¡te emborrachaste! Eso es lo que pasó ¿Le rayaste la semilla que te di? - Anda, si fui a rayar y se me fue media semilla a la jarra - ¿Media semilla? y todavía estás viva, ¿verdad? - Pero sí mujer si no me hizo nada, me dio un poco de sueño nada más. - Bueno, no es eso lo que me habían contado, pero si vienes te voy a hacer yo lo que no te hizo la semillita esa. - Uhm…está bien, no sé porque, pero no tengo mucha gana de juerga, pero no te voy a dejar colgada. - Pues ven, te quedas a dormir conmigo que las ganas te las pongo yo. - cortó Uf…como tengo la cabeza, no me duele, pero es como si estuviera abombada. Miro la cama, esta mojada, ¿me habré meado? Tomo el olor, ¡y no! ¡Cristo! ¿Habré soñado que andaba de jodienda? Puf…si es eso, por la cantidad, no la pasé nada mal Esto es el colmo, yo de fiesta, y no me entero, ¡lo que me faltaba! Trato de acordarme. A ver; me traje la jarra al lado del ordenador, tomé un poquitín, (bueno no será tan poquitín porque la jarra está vacía) y me puse a leer los correos. Ah…ahí fue que se me ocurrió escribir un relato. ¿Y después que hice? ¡Ya sé! pensé que primero lo tenía que imaginar, y me acosté a imaginarlo. Claro, entre algo que tomé de la jarra, (o bueno, me la tomé toda) y el aburrimiento de querer pensar algo interesante, (qué se ve que no soy capaz), me quedé dormida. Qué idea tonta, querer escribir yo que no tengo imaginación ni para imaginar un churro. Mejor me quito eso de la cabeza, necesitaría tener fantasías y yo de eso, nada Esta bebida con esa semillita, mejor no la tomo más, me quitó las ganas de todo, en otro momento hubiese salido de estampida a pasarla bien, y hoy ni ganas que tengo, y eso que hace rato que no nos cascamos. Si no fuera porque no le quiero hacer un feo a Luisa no iba. Me hubiese gustado escribir un relato: pero que le voy a hacer ¡Qué pena! nunca se me ocurre nada. Eso queda para las que tienen imaginación. Ya sé, es un estilo que se mete en el absurdo, pero me divierte, espero que a algunas también

Autor: vima Categoría: Sexo Lésbico

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Mi conocido del gym

2019-08-16


Esperé un mes para probar a aquel tío, aquel bulto que veía todos los días pasar frente a mí. O aquella polla en las duchas. Un mes... que pasó y llegó. Había pasado casi un mes desde que habláramos por primera vez y desde entonces supimos que conectábamos. Rafa se llamaba. Me sacaba ocho años y en aquel momento yo tenía treinta y cuatro, por lo que él tenía cuarenta y dos. Llevaba dos meses en el gym cuando lo vi por primera vez y me llamó la atención. Un tío algo maduro, bien de cuerpo, y según lo que vi en los vestuarios durante los primeros días estaba muy bien dotado. No llevaba alianza por lo que supuse que no estaba casado y empecé a fijarme en él cada día. Al principio fue un saludo, luego un… qué tal? Hasta que días más tarde nos pasamos wassup y comenzamos a hablar. La temperatura subió un día que me escribió de noche con la escusa de enviarme unas fotos sobre ciertos ejercicios para aumentar volumen en pecho, y a partir de ahí supimos que algún día follaríamos pues fue una conversación subida de tono y ambos buscábamos lo mismo, llegando al extremo de mandarnos fotos sensuales y desnudos. Rafa era un tío simpático, amigable. Pero por wassup era cachondo y espabilado. Empezamos a tomar la rutina de hablar por las noches mediante wassup y un día me envió una foto de su rabo semi empalmado, aunque seguía sin haberlo visto nunca erecto del todo. No era nuevo para mí porque a diario lo veía en los vestuarios o por el gimnasio, pero si fue nuevo que estuviera en bóxer y con el rabo morcillón, a lo que tras mi comentario pareció gustarle el que me hubiera fijado. Un día en las duchas nos liamos bajo el agua pero allí delante de cualquiera que nos pudiera ver en cualquier momento decidimos parar y no pasé de tocarle el paquete. Aquella noche me invitó a su casa pues vivía solo, pero me negué porque madrugaba al día siguiente y me era imposible. Dos días después lo invité yo a la mía y tampoco pudo. Y así estuvimos hasta que hoy, un mes después de verlo en el gym, voy decidido hacia la dirección que me dio porque sí podíamos quedar ambos. A la hora acordada aparqué mi coche cerca del lugar y toqué el timbre. -¿Sí? –Dijo Rafa a través del telefonillo-. -Soy Dani, Rafa. Abre. –Contesté, y tras oir el abrir de la puerta entré en el portal y llamé al ascensor-. Yo soy un chico majete y guapo según dicen. Al llevar en el gym unos cinco años puedo decir que tengo un buen cuerpo. Mido 1,77 cm y peso 72 kg. Soy de pelo moreno, piel clara, buen culo. Buen paquete. Visto de manera casual y no como los tíos modernos de hoy con esos pantalones que parecen mallas de tía. Me considero un tío masculino y todos los chicos u hombres en los que me fijo son así. No me va la pluma. Rafa era similar a mí, pero más maduro. Eso sí, me encantaba su cuerpo, y no sólo por la buena polla que parecía tener, sino por todo su conjunto. Era de mi misma altura y aún conservaba todo el pelo, el cual era plateado debido a las canas. Él molaba porque había observado entre las máquinas que las mujeres lo observaban al pasar. Parecía y era más serio que yo, aunque allí, en su casa, me llevé una grata sorpresa. Cuando llegué al piso ya estaba preparado. Vestía solo un bañador azul y estaba sin camiseta y sin zapas. Sonaba música lounge de fondo y era ya de noche pero tenía la mayoría de las ventanas de su casa abiertas de par en par y a través de ellas entraba el aire fresco de la noche. Se estaba muy a gusto. Rafa vivía en un tercero, en una calle normal llena de bloques, por lo que al otro lado de la calle se veía cientos de ventanas que miraban hacia allí. -¿Quieres tomar alto? –Preguntó nada más entrar en su casa. Le contesté que no casi sin tiempo a penas pues se lanzó a por mí y me empezó a comer la boca-. ¡Qué rico estás, tío! ¡Y qué ganas tenía de esta… quedada! Le comí la boca al igual que él a mí y me dejé meter su lengua en la boca mientras ésta tocaba mi paladar e impregnaba mi lengua con su saliva. A la vez comenzó a acariciarme el culo. Yo tenía puesto zapatillas, una camiseta algo ajustada y un pantalón vaquero corto y algo ajustado, pero Rafa metió una mano entre la tela y mi cuerpo y me sobó el culo. Pasó uno de sus dedos entre ambos glúteos y en aquel momento metió su lengua hasta el fondo en mi boca y llegó a traspasar mi anillo con aquel dedo que estaba seco. Lo sentí. -Mmmm –Gemí-. -Vamos a ponernos más cómodos, tío. Vamos a mi cuarto. Durante el camino hasta allí, Rafa no dejó de sobar mi cuerpo y yo le agarré el paquete palpando su polla morcillona. Parecía muy buena. Nada más llegar allí me desnudó dejando mi verga y el culo al aire y él hizo lo mismo con mi ayuda. Encendió una vela y abrió la ventana del dormitorio por lo que entraba una ráfaga de aire muy rica. Estábamos súper a gusto y tan sólo eran las once de la noche por lo que disponíamos de buen rato al no madrugar ninguno a la mañana siguiente. Entre caricias y besos nos tumbamos en la cama y pude ahora ver bien su rabo en todo su esplendor. Al fin lo tenía duro. Más de veinte centímetros de rabo apuntaban al techo y nunca se lo había visto así. -¿Qué? ¿Te gusta? –Me preguntó cuando vio que no dejaba de mirarle la polla empalmada y mi cara denotaba gusto-. -Sí, claro. –Dije, y me arrodillé en la cama mientras llegaba con la boca a su entrepierna. Olía un poco a sudor y meo, pero también a jabón por lo que no llevaría más de una o dos horas duchado. Luego me metí su glande en la boca-. …mmmmm… -¡Ah! –Gimió Rafa con gusto-. Eso es… chúpala. Moví mi lengua para acariciar su capullo dentro de mi boca y empecé a salivarlo todo lo que pude. A la vez iba bajando mi cabeza y tragándome la mitad. Siempre se me dio bien tragar polla, y tragarla a tope, así que de primeras empecé a mamarla entera. Más de veinte centímetros entraron en mi boca y empecé a subir y a bajar mi cabeza. -Ohh, cabrón. –Dijo excitado-. Cómo la mamas, ¿no? Así estuve con aquella polla en la boca lo menos un cuarto de hora sin parar. Subiendo y bajando, subiendo y bajando. Me la tragaba entera, haciendo que su capullo entera por mi garganta y echando babas con mucho gusto para que Rafa viera como me resbalaba por la barbilla. -Joder, Dani. ¡Cómo la mamas, tío! Mamaba y mamaba. Me encantaba aquella polla. Recta y larga. Algo gorda pero sin llegar a ser exagerada, y con un glande rosado y brillante más que apetecible. Me entraba bien aún así. Sin mediar palabra para no dejarme parar, me giró y levantó para que pusiera mi culo en su boca y empezamos un sesenta y nueve. Noté primero su lengua húmeda y vigorosa. Me recorría toda la raja del culo una y otra vez mientras se detenía en el esfínter y me metía fuerte la lengua en mi agujero para bajar de nuevo hasta llegar al perineo. A veces cogía mis cojones y se los metía en la boca, pero no cesaba en lamerme la raja y darme golpecitos con la yema de sus dedos en el agujero. -¡Paf! ¡Paf! ¡Paf! ¡Paf! –Se escuchaba en la habitación-. -¿Te la clavo ya? –Me preguntó Rafa viendo que yo movía la cadera con ganas. Al yo asentir me cogió de la mano y con cuidado me apoyó contra la ventana de la habitación y le di la espalda-. Apoyó su polla en mi culo y de una enterrada me la clavó de un golpe. -Aaaaaah… -Gemí yo como un cerdo-. Qué gusto, tío. Rafa empezó a meterla y sacarla despacio mientras yo observaba la fachada del bloque de enfrente. -¡Ah! ¡Ah! –Gemía yo mientras notaba como esa barra de carne me abría por completo en canal. Me llenaba el culo y la retraía para sacarla haciendo que yo culeara para que no dejara mi agujero vacío-. Dame fuerte, tío. Estoy acostumbrado. Él empezó un mete saca más rápido y a la vez me daba alguna cachetada. -Desde el primer día que te vi en el gimnasio quise follarme este culo. –Me dijo-. ¡Ah! ¡Cómo se abre! ¡Tu culo pide polla, tío! -Tenía hambre. –Dije sensual y con cara de vicio-. Dame fuerte si quieres, tengo experiencia. Y sin esperarlo Rafa no me dio más fuerte, sino que se lubricó los pulgares con saliva y fue metiéndomelos en el culo a la misma vez que su polla. -Te entran dos fijo, niño. –Me dijo al rato, sin dejar de mirar mi agujero y contemplando cachondo como su polla me resbalaba ahora más en mi culo dilatado-. Tengo algún juguete, ¿quieres? -Si te apetece. Sacó el rabo de mi culo y me quité de la ventana para tumbarme a cuatro patas sobre su cama. Le vi sacar de un cajón dos dildos, uno de unos veinte centímetros y muy, muy gordo, y el otro era de largo como mi antebrazo y puño juntos, lo menos treinta centímetros de goma venosa. También cogió varios condones y lubricante. Reparé en que me la había metido a pelo, pero es que últimamente todos los tíos que me querían follar me pedían no usar gomas, así que no dije nada y me limité a disfrutar de aquella polla, pues ya vería donde echaba la lefa. Introdujo al menos la mitad del dildo largo y fue untándome de lubricante el culo a medida que lo introducía. -¿Quieres popper? –Me preguntó-. Tengo. -¡Sí! –Dije alegre, pues es algo que me hace ponerme muy cerdo y guarro-. Tras aspirar ambos del botecito me dispuse a relajarme y dejé a Rafa hacer todo lo que quisiera. Yo estaba en la cama en aquella posición, y él detrás de mí y dándole la espalda a la ventana, por lo que el aire fresco entraba y nos refrescaba a los dos por igual. -Aaah, Aaah, Aaaah, Aaaah… -Mis gemidos se oían por toda la estancia mientras Rafa jugaba con mi culo y con los dildos-. -Te voy a intentar meter la polla, ¿vale? –Me dijo-. Rafa me tenía el pollón largo de goma metido bien dentro cuando noté que acercaba su glande y escupía sobre aquel agujero cedido. Lentamente lo logró. Al principio me dolió un poco, pero apenas nada si lo comparo con el placer que empecé a sentir mientras tenía el culo doblemente abierto. -Uff, aaaah, ah, ah, qué gusto, niño… -Me decía-. …cómo tienes el culo, y cómo te entran, tío. ¿Puedo echarle una foto? Lo pensé por un momento, pues yo también hubiera disfrutado viendo mi culo así de abierto con la polla de Rafa dentro y la de goma mientras él las movía las dos con el balanceo de su cuerpo. Me he dejado fotografiar o grabar sin que sacase la cámara mi rostro, y no tengo pudor a la hora de mostrarme desnudo pues mi figura gusta y empalmado mi rabo mide unos 18 centímetros. Pero no quería que parase, quería seguir disfrutando de aquel movimiento y de aquellas dos pollas en mi culo. Una real, y la otra de goma. -No, tío. –Le contesté-. Paso de móviles ahora Rafa, ¡fóllame! -Vale, no hay problema. –Dijo Rafa mientras siguió dándome por culo un buen rato más-. Paró y sacó la polla de goma para follarme fuerte durante un rato con su rabo. Sabía que estaba disfrutando conmigo de lo lindo, pues sé que mi culo suele gustar. Tengo experiencia con tríos y a veces me han penetrado doblemente, por lo que no me achanto ante nada. Metió entonces la otra polla, la que era más corta pero mucho más gruesa y las dos entraron bien también, y a la primera. La de él y la más gorda de las de goma. -¡Joder, tío! –Me decía Rafa súper cachondo-. Hacía mucho que no disfrutaba así. -¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! Pues dale. –Le dije mientras miraba hacia atrás y le miraba a los ojos-. ¡Dame más, por fa! Noté como me echó en el ano más lubricante aún y metió su dedo pulgar, pero ya empezó a dolerme y él se dio cuenta, por lo que siguió metiéndome las pollas de gomas alternativamente junto con su polla. Más de una hora de reloj estuvo disfrutando así de mi agujero, haciéndome cambiar de postura mientras me metía las dos pollas de goma y le chupaba su rabo, o alternándolas con su instrumento. -¡Ah! Mmmmmm. –Nuestros gemidos se oían altos-. Tras todo aquello le pedí que me sacara las de goma y se tumbara boca arriba sobre su cama. Así pude subirme sobre él y cabalgarlo mientras me pajeaba. -¡Quiero repetir contigo, Dani! –Me decía Rafa antes incluso de acabar-. ¡Me corro! ¡Me corro! -¡Lléname! –Le pedí mientras botaba sobre su rabo y metiéndome aquellos más de veinte centímetros dentro, pues quería que su orgasmo fuera bestial-. -No, ven aquí. –Me dijo haciendo que saltase y me quedara sin rabo-. Me dio tiempo a ponerme de rodillas al tiempo justo de ver como Rafa se ponía en pie sobre la cama y apuntaba con su cipote a mi cara y se pajeaba fuerte. -Ya viene, ¡tómala! –Me dijo-. Uno, dos, tres trallazos, cuatro y cinco. Todos al interior de la boca y labios, y con abundancia. Hasta que me metió toda la polla dentro de la boca y volvió a tocar mi campanilla con el capullo. El sabor de la corrida inundó mi boca y tragué leche con gusto. Joder, cómo tragué leche aquella noche, además de quedarme toda la cara manchada de los restantes tiros de lefa que me cayeron por la cara. Luego, tras recuperarse, me hizo poner boca arriba y me mamó el rabo hasta que me corrí. La noche terminó genial y nos despedimos con muy buen rollo hasta el día siguiente que nos viéramos en el gym. Me vestí y me fui de su casa. Ya en el coche y a punto de llegar a mi aparcamiento me vibró el móvil. Cuando estacioné el coche abrí y vi que la notificación era de Rafa. Me escribía y me mandaba varias fotos e imágenes. En todas ellas se me veía a mí y a Rafa follando, comiendo rabo, o con mi culo y las dos pollas bien visibles dentro de mi culo. Habían sido tomadas desde una de las ventanas de enfrente al bloque de Rafa, a través de otra ventana. Nuestros rostros no eran muy visibles, pero sí las posturas o lo que hacíamos. Sonreí y me sentí más guarro y cachondo viendo aquellas imágenes. ¡Qué polvazo! -Mi vecino dice que estás muy rico. –Me escribía Rafa al wassup-. Y dice que si mañana quieres volver a venir a casa él también tiene otro buen rabo para que no te meta nada de goma. Piénsalo.

Autor: DaniX33 Categoría: Sexo Gay

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La primera vez con mi amigo

2019-08-16


Una chica bisexual y su amigo virgen. Es difícil follar cuando eres una adolescente. En primer lugar, tus padres pocas veces te dejan sola en casa el tiempo suficiente para echar un polvo en condiciones (los rapiditos no son lo mío). En segundo lugar, hace falta alguien que me guste lo suficiente como para follarmelo. Su sexo me suele dar igual. Mi especialidad son las chicas, aunque solo pido que no sea un, o una, gilipollas. Noé (como el del arca, no el diminutivo de Noelia) es un poquito imbécil, pero es mi amigo y le quiero. Además es virgen y nunca he follado con un chico virgen. Bueno, mejor dicho: nunca he follado con un chico. Como dije, mi especialidad son ellas, no ellos. Así que se podría decir que también iba a ser su primera vez. Desde que le conocí y comenzamos a tener confianza, esperé con ansia que mis padres se fueran para invitarle a mi casa. Parecía el chico perfecto con el que perder mi heterovirginidad, como la llamo yo. El día de tirarmelo tardó en llegar, pero por fin, un dia, mis padres se marcharon de viaje dejándome la casa toda para mí. —Noe, ¿qué coño estás haciendo con mi cobaya? Mi amigo, imbecil con cariño, estaba sentado en el sofá y tenía a Robbie, mi cobaya, sobre la cara. Su voz sonó asfixiada bajo mi mascota. —Nada. Se subió aquí ella solita. Será que le gusto. Me acerco al sofá dónde está sentado y le quito a Robbie de encima. Me siento a su lado y dejo a mi animalillo en mi regazo. Robbie se queda quieto mientras le acaricio la cabeza. —En el baño hay toallitas, por si quieres limpiarte la cara -informo a Noé, viendo como se pasa la mano por la cara, quitándose las gafas para librarse de algún pelo que se le ha caído a Robbie. —Va, ahora vuelvo. Y se tarda una eternidad. Me da tiempo a aburrirme de Robbie, a encerrarle de nuevo en su jaula y a poner la tele el tiempo suficiente para darme cuenta de que no hay nada interesante. Me siento tentada de poner porno (mi padrastro tiene un Pen Drive lleno de eso y cree que yo no lo he descubierto) pero al final decido ser una buena anfitriona y no asaltarle sexualmente a la primera de cambio. Voy a por algo de beber y cuando vuelvo a sentarme, con un vaso de Coca cola light en la mano, él sale del baño. Por fin. —¿Qué, te estabas poniendo guapo, princeso? —le digo, con tono burlón. —Que va. Estaba cag… Paso de oír sus tonterías y me muero por ver que hay en sus pantalones. Dejo el vaso en la mesa. Me interpongo en su camino levantándome del sofá. Le agarro de la camisa para ponerle a mi altura y le beso. Sé que dije que no me lo tiraría a la primera de cambio pero no he estado esperando todos estos meses para ahora escuchar sus tonterías. La curiosidad por descubrir cómo es una polla, y la excitación que llevo conteniendo semanas, me empuja a actuar de manera impulsiva. El beso es intenso, casi agresivo. Él también me deseaba, aunque lo había ocultado bien. Ahora lo siento en cómo me besa, en cómo sus labios se mueven devorando mi boca. Pierdo el equilibrio y me caigo en el sofá sin soltarle, lo que provoca que él casi se caiga sobre mí. En un alarde de buenos reflejos, que no esperaba que tuviera, Noé apoya sus manos en el respaldo y se inclina para seguir besándome. —Me vas a aplastar, pelmazo —le digo. Mi voz suena un poco jadeante por los besos. Noé se deja caer a mi lado. Le miro un instante antes de quitarle las gafas con cuidado. —No veré una mierd… —Da igual. Deposito las gafas en la mesa, al lado de su vaso de Coca cola light que no ha podido catar, y vuelvo a besarle. Ni siquiera le prestamos atención a la tele. Nos besamos y mis manos se apoyan en su pecho y de vez en cuando trepan hasta sus mejillas. Nos detenemos el tiempo justo para respirar y nos miramos cachondisimos. ¿Cómo ha podido mantener las manos quietas cuando se nota a la legua que se muere por meterme mano? No puedo evitar mirar la abultada entrepierna de sus pantalones, como él no es capaz de disimular esas miraditas a mi escote. Sin pensarlo dos veces, me coloco a horcajadas sobre él, con una pierna a cada lado. Agarro su cara con mis manos, sintiendo como me pinchan los cuatro pelillos de barba que tiene. Mientras nos besamos, muevo mi cintura frotándome contra su entrepierna. Noto el bulto duro presionando mi coño a través de toda la ropa y la verdad es que quiero sacarle la polla ya. Cuando intento meter mi lengua en su boca, Noé se aparta, cortándome un poco el rollo y sacándome del trance en el que estaba metida. Tiene las orejas rojas y las mejillas ardiendo. —Solo era un beso con lengua. —Es que me he puesto nervioso. Yo que sé —me mira un instante y luego aparta la mirada. No soy capaz de discernir qué ha pensando, en que se han fijado sus ojos grises y miopes, para que se sonroje todavía más. —¿Qué pasa? —Nada, solo que lo había imaginado de otra manera —responde, sin mirarme a los ojos.— ¿Me pasas la Coca cola? Tengo la boca seca… Mil y un comentarios mordaces pasan por mi mente, pero decido quedarme callada. Me giro, sujetándome con una mano en su muslo, y me inclino de medio lado para coger su vaso. —Toma, anda. Se lo bebe de un trago, intentado ver la tele por encima de mi hombro, como si yo no existiera. —Gracias. Por fin me mira. Cojo el vaso de su mano y lo dejo sobre la mesa. Me inclino para besarle con suavidad. Sus labios tienen un regusto a coca cola y, cuando vuelvo a intentar meter mi lengua en su boca, esta vez no se resiste. Su lengua se mueve torpemente y me sorprendo pensando que apenas siento ninguna diferencia entre besar a un chico o a una chica, porque Noé no tiene barba y no me pincha con ella. Con lo que sí me pincha es con la polla, sobre la que de nuevo me estoy restregando. Siento su polla muy dura y mi coño tampoco está sereno precisamente. Siento una leve humedad entre mis piernas, mojando el tanga negro que llevo bajo los pantalones cortos. Estoy tan cachonda como cuando María, mi ex, sacaba ese cinturón con polla y me decía que me pusiera a cuatro, que íbamos a jugar… ¿Su polla será como ese juguete? La ropa comienza a molestarnos. El acaricia mis tetas por encima de mi camiseta de tirantes, sin atreverse a meter sus manos por debajo. Como no llevo nada sujetador, mis pezones se marcan y él se está haciendo una idea de cómo son mis tetas, pero yo quiero sentir sus dedos contra mi piel. Y tengo que ser yo la que le invite a desnudarme. Levanto las manos y él me quita la camiseta. Mis tetas, del tamaño justo para llenar su mano, botan un poco cuando escapan de la apretada camiseta. Noé se queda mirando mis pechos. Dudo de si verá algo o necesita las gafas para hacerse una idea de lo que tiene delante. Al final, para mi sorpresa, y deleite, agarra mis tetas con sus manos y comienza a masajearlas, moviéndolas un poco y apretando con los dedos. Me imagino que debió de ver esos movimientos en el porno. Se nota que intenta esforzarse aunque no tiene muy claro lo que debe hacer. Juguetea con los pezones, sin atreverse a llevárselos a la boca. Le acaricio esa mata de pelo castaño y rebelde que le cubre la cabeza, sintiéndome tentada de empujarle y forzarle a que lama mis pezones. Pero aun soy una buena chica y trato de que se relaje y se sienta cómodo. Sin embargo, algo me distrae. El bulto de su entrepierna, durísimo bajo mi culo, me tienta a que lo toque e investigue. Y ya no puedo resistirme, quiero ver lo que oculta bajo los pantalones. Abandono esas tiernas caricias y le beso, mientras él sigue pendiente de mis tetas. Tira de uno de mis pezones y yo le muerdo labio… mientras una de mis manos se mete entre mis piernas y comienza a acariciar su entrepierna. Sus manos se detienen un instante, luego vuelven a sobar mis pechos. Agarro y aprieto su entrepierna, sintiendo el calor que emana de debajo de la ropa, pero en mi caso no me vale para hacerme una idea de cómo es su polla. Trasteo con su bragueta y al final me rindo. Dejo de besarle y me centro en desabrocharle los pantalones. Él abandona mis tetas y mira lo que hago. Una chica bisexual con las tetas al aire peleándose con sus pantalones. —Oye, me podrías ayudar. —Plana —responde. No necesito mirarle para saber que se está burlando de mí. Le miro de todas formas. Sus labios dibujan una sonrisa, mezcla de diversión y excitación, que me recuerda porque he decidido perder mi virginidad con este chico. Dulce y gracioso hasta el los momentos más calientes. Le beso sin que mi objetivo sea ponerle cachondo. —Entonces, no es así como lo habías imaginado? —le pregunto cuando paramos un instante de besarnos. —De momento me está gustando más que cómo lo había imaginado —responde, y por primera vez se atreve a besarme. Nuestras lenguas se rozan. Dejamos a un lado la ternura y volvemos a ponernos cachondos. Oigo como se baja la cremallera de los pantalones y un calor recorre mi cuerpo hasta mi entrepierna. Detengo el beso y bajo la mirada. Noé ha dejado su bragueta abierta, pero sin sacarse la polla. Se ha quedado quieto, indeciso. Pero también un poco provocador, dejandome decidir a mí si quiero ver más. Trago saliva, viendo el bulto que cubren sus calzoncillos. Ahora casi me puedo hacer una idea de lo que hay ahí. Casi. Paso la palma sobre ese bulto, frotándolo, sintiendo el calor que emite lo que hay debajo. Acerco mis dedos al borde de sus calzoncillos y los bajo despacio. Rozo su piel suave, recién depilada, y luego me topo con algo duro. Paso la tela por encima y por fin veo la punta de su polla. Hinchada, de un tono rojizo, próximo al morado. Sigo bajando. El tronco tiene venas que se me antoja lamer. Deslizo los calzoncillos hasta la base de su polla y la agarro con la otra mano. Me sorprenden dos cosas: lo caliente que está y lo suave que es. La aprieto y me sorprende también lo durísima que está. Escucho a Noé soplar y volver a respirar. Había estado conteniendo la respiración el muy tonto, de manera inconsciente supongo. —Madre, está mazo dura —la pajeo un poco, arriba y abajo y añado:— y super suave. No se parece mucho a los juguetes que he usado. Solo en la forma, pero las sensaciones al acariciarlo son muy diferentes. Me pregunto a qué sabrá y me inclino para lamerlo… pero cuando mi lengua está a un par de centímetros de su polla, la posición me parece demasiado incómoda y decido dejarlo para luego. —Joder —le escucho jadear. Me siento a su lado, sin soltar su polla. La pajeo lento, sintiendo todo el músculo con las yemas de mis dedos. —¿Quieres tocar tú también? —le pregunto para provocarle. Me apetece ver qué tal se maneja con los dedos en mi coño. —Va —dice en otro suspiro mientras le aprieto la polla fuerte. Me levanto y me quito rápidamente el pantalón y el tanga, mientras él hace lo mismo empujando su ropa hasta el suelo. Me tumbo en el sofá de lado, apoyando la espalda en el respaldo. Él se tumba a mi lado, al borde. Le he dejado espacio de sobra. Agarro su polla de nuevo y me sorprende otra vez su calor. —Estás ardiendo —le escucho comentar. Sus dedos ya han empezado a explorar mi vagina. No me molesto en responderle. Sus dedos se mueven entre los labios de mi coño, buscando el clítoris. Lo acaricia de vez en cuando por casualidad, pero se nota que está perdidísimo. Me conformo por el momento con sus caricias, le dejo que me explore por sí mismo mientras yo me divierto con su polla. La pajeo más rápido y un jadeo se escapa de los labios de mi amigo. Le beso un instante, sin parar de pajear. Su mano se ha quedado laxa sobre mi vagina, centrado en lo que le hago a su polla. Entonces decido que ya quiero descubrir a qué sabe. Me siento y me inclino hacia su pene. El pelo me tapa la cara y lo aparto con la otra mano mientras él me mira, atento a lo que voy hacer. Saco la lengua y me aproximo a ese glande hinchado. Lamo la punta su polla, pero no me sabe a nada. La meto un poco en mi boca y la envuelvo con mis labios, moviendo la lengua a su alrededor. No está mal. La saco de mi boca y lamo el tronco, pasando mi lengua a lo largo por el lado que no estoy sujetando con la mano. Entretenido. La pajeo despacio mientras chupo la punta y luego intento ver cuánto me cabe en la boca. Bajo por su polla, metiéndomela en la boca hasta que mis labios chocan con mi mano. Suelto su polla, metiéndola más y más. Tanto que me da una arcada. La saco tosiendo. —¿Estás bien? —su pregunta esta vez no suena a que esté riéndose de mí. —Creo que no me gusta comer pollas —gruño. Unas lágrimas difuminan mi visión y solo veo la cara de Noé como una mancha. Me froto los ojos mientras él se incorpora. Le beso, sentados uno frente al otro. Noé me empuja hasta tumbarme en el sofá y se coloca sobre mí. Paso mis brazos por sus hombros y le abrazo para que no pare de besarme. Pronto vuelvo a estar tan cachonda como antes de que me atragantara. Atraigo su cuerpo más hacia mí. Acaricio su nuca con una mano, mientras con la otra presiono su espalda. Siento algo cálido que roza mi vagina. Aparto la cara a un lado y le suelto. Contemplo nuestros cuerpos, el suyo sobre el mío, cerca de estar piel con piel pero aún separados. Su polla, dura, apunta hacia mi vagina. Llevo mis manos hacia ahí. Mi vagina está muy empapada y acaricio mi clítoris, más por costumbre que porque lo necesite. Le miro sin para de masturbarme. —Metemela. Noé obedece. Me besa y baja el cuerpo, aplastando mi mano. La retiro y vuelvo a abrazarle. Su polla se frota contra mi vagina. Arqueo la espalda y su polla se desliza en mi interior. Gimo contra su boca. Él para de besarme y oculta se cara en mi cuello. Siento sus labios antes de que me muerda mientras comienza a follarme. Al principio me duele un poco, siento como mi vagina se dilata por el tamaño de su polla, pero no es algo nuevo. Cuando otras chicas me metían juguetes, también me dolía hasta que me acostumbraba. Su polla no es muy diferente de esos juguetes. Cierro los ojos y me abandono a las sensaciones. El placer recorre mi cuerpo. Le abrazo fuerte para que no se detenga. No paro de gemir, le pido que vaya más rápido. El cae con todo su peso sobre mi. Chillo, corriéndome, abrazándole con las piernas y sintiendo toda su polla dolorosamente dentro de mi. Tiemblo mientras él me folla un poco más. Luego se queda quieto. Se incorpora. Alargo los brazos en su dirección y me ayuda a sentarme. Hay algo blanco en su polla, pero no me preocupo por eso ahora. O porque hayamos podido manchar el sofá. Ya habrá tiempo de preocuparse luego. Bostezo. Él saca un pañuelo de sus pantalones y se limpia la polla antes de abrazarme y tumbarse conmigo. No dice nada, ninguna broma forzada para romper el hielo. Creo que nos quedamos dormidos así poco después.

Autor: IreneAdler Categoría: Heterosexual

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La primera vez con mi amigo

2019-08-16


Una chica bisexual y su amigo virgen. Es difícil follar cuando eres una adolescente. En primer lugar, tus padres pocas veces te dejan sola en casa el tiempo suficiente para echar un polvo en condiciones (los rapiditos no son lo mío). En segundo lugar, hace falta alguien que me guste lo suficiente como para follarmelo. Su sexo me suele dar igual. Mi especialidad son las chicas, aunque solo pido que no sea un, o una, gilipollas. Noé (como el del arca, no el diminutivo de Noelia) es un poquito imbécil, pero es mi amigo y le quiero. Además es virgen y nunca he follado con un chico virgen. Bueno, mejor dicho: nunca he follado con un chico. Como dije, mi especialidad son ellas, no ellos. Así que se podría decir que también iba a ser su primera vez. Desde que le conocí y comenzamos a tener confianza, esperé con ansia que mis padres se fueran para invitarle a mi casa. Parecía el chico perfecto con el que perder mi heterovirginidad, como la llamo yo. El día de tirarmelo tardó en llegar, pero por fin, un dia, mis padres se marcharon de viaje dejándome la casa toda para mí. —Noe, ¿qué coño estás haciendo con mi cobaya? Mi amigo, imbecil con cariño, estaba sentado en el sofá y tenía a Robbie, mi cobaya, sobre la cara. Su voz sonó asfixiada bajo mi mascota. —Nada. Se subió aquí ella solita. Será que le gusto. Me acerco al sofá dónde está sentado y le quito a Robbie de encima. Me siento a su lado y dejo a mi animalillo en mi regazo. Robbie se queda quieto mientras le acaricio la cabeza. —En el baño hay toallitas, por si quieres limpiarte la cara -informo a Noé, viendo como se pasa la mano por la cara, quitándose las gafas para librarse de algún pelo que se le ha caído a Robbie. —Va, ahora vuelvo. Y se tarda una eternidad. Me da tiempo a aburrirme de Robbie, a encerrarle de nuevo en su jaula y a poner la tele el tiempo suficiente para darme cuenta de que no hay nada interesante. Me siento tentada de poner porno (mi padrastro tiene un Pen Drive lleno de eso y cree que yo no lo he descubierto) pero al final decido ser una buena anfitriona y no asaltarle sexualmente a la primera de cambio. Voy a por algo de beber y cuando vuelvo a sentarme, con un vaso de Coca cola light en la mano, él sale del baño. Por fin. —¿Qué, te estabas poniendo guapo, princeso? —le digo, con tono burlón. —Que va. Estaba cag… Paso de oír sus tonterías y me muero por ver que hay en sus pantalones. Dejo el vaso en la mesa. Me interpongo en su camino levantándome del sofá. Le agarro de la camisa para ponerle a mi altura y le beso. Sé que dije que no me lo tiraría a la primera de cambio pero no he estado esperando todos estos meses para ahora escuchar sus tonterías. La curiosidad por descubrir cómo es una polla, y la excitación que llevo conteniendo semanas, me empuja a actuar de manera impulsiva. El beso es intenso, casi agresivo. Él también me deseaba, aunque lo había ocultado bien. Ahora lo siento en cómo me besa, en cómo sus labios se mueven devorando mi boca. Pierdo el equilibrio y me caigo en el sofá sin soltarle, lo que provoca que él casi se caiga sobre mí. En un alarde de buenos reflejos, que no esperaba que tuviera, Noé apoya sus manos en el respaldo y se inclina para seguir besándome. —Me vas a aplastar, pelmazo —le digo. Mi voz suena un poco jadeante por los besos. Noé se deja caer a mi lado. Le miro un instante antes de quitarle las gafas con cuidado. —No veré una mierd… —Da igual. Deposito las gafas en la mesa, al lado de su vaso de Coca cola light que no ha podido catar, y vuelvo a besarle. Ni siquiera le prestamos atención a la tele. Nos besamos y mis manos se apoyan en su pecho y de vez en cuando trepan hasta sus mejillas. Nos detenemos el tiempo justo para respirar y nos miramos cachondisimos. ¿Cómo ha podido mantener las manos quietas cuando se nota a la legua que se muere por meterme mano? No puedo evitar mirar la abultada entrepierna de sus pantalones, como él no es capaz de disimular esas miraditas a mi escote. Sin pensarlo dos veces, me coloco a horcajadas sobre él, con una pierna a cada lado. Agarro su cara con mis manos, sintiendo como me pinchan los cuatro pelillos de barba que tiene. Mientras nos besamos, muevo mi cintura frotándome contra su entrepierna. Noto el bulto duro presionando mi coño a través de toda la ropa y la verdad es que quiero sacarle la polla ya. Cuando intento meter mi lengua en su boca, Noé se aparta, cortándome un poco el rollo y sacándome del trance en el que estaba metida. Tiene las orejas rojas y las mejillas ardiendo. —Solo era un beso con lengua. —Es que me he puesto nervioso. Yo que sé —me mira un instante y luego aparta la mirada. No soy capaz de discernir qué ha pensando, en que se han fijado sus ojos grises y miopes, para que se sonroje todavía más. —¿Qué pasa? —Nada, solo que lo había imaginado de otra manera —responde, sin mirarme a los ojos.— ¿Me pasas la Coca cola? Tengo la boca seca… Mil y un comentarios mordaces pasan por mi mente, pero decido quedarme callada. Me giro, sujetándome con una mano en su muslo, y me inclino de medio lado para coger su vaso. —Toma, anda. Se lo bebe de un trago, intentado ver la tele por encima de mi hombro, como si yo no existiera. —Gracias. Por fin me mira. Cojo el vaso de su mano y lo dejo sobre la mesa. Me inclino para besarle con suavidad. Sus labios tienen un regusto a coca cola y, cuando vuelvo a intentar meter mi lengua en su boca, esta vez no se resiste. Su lengua se mueve torpemente y me sorprendo pensando que apenas siento ninguna diferencia entre besar a un chico o a una chica, porque Noé no tiene barba y no me pincha con ella. Con lo que sí me pincha es con la polla, sobre la que de nuevo me estoy restregando. Siento su polla muy dura y mi coño tampoco está sereno precisamente. Siento una leve humedad entre mis piernas, mojando el tanga negro que llevo bajo los pantalones cortos. Estoy tan cachonda como cuando María, mi ex, sacaba ese cinturón con polla y me decía que me pusiera a cuatro, que íbamos a jugar… ¿Su polla será como ese juguete? La ropa comienza a molestarnos. El acaricia mis tetas por encima de mi camiseta de tirantes, sin atreverse a meter sus manos por debajo. Como no llevo nada sujetador, mis pezones se marcan y él se está haciendo una idea de cómo son mis tetas, pero yo quiero sentir sus dedos contra mi piel. Y tengo que ser yo la que le invite a desnudarme. Levanto las manos y él me quita la camiseta. Mis tetas, del tamaño justo para llenar su mano, botan un poco cuando escapan de la apretada camiseta. Noé se queda mirando mis pechos. Dudo de si verá algo o necesita las gafas para hacerse una idea de lo que tiene delante. Al final, para mi sorpresa, y deleite, agarra mis tetas con sus manos y comienza a masajearlas, moviéndolas un poco y apretando con los dedos. Me imagino que debió de ver esos movimientos en el porno. Se nota que intenta esforzarse aunque no tiene muy claro lo que debe hacer. Juguetea con los pezones, sin atreverse a llevárselos a la boca. Le acaricio esa mata de pelo castaño y rebelde que le cubre la cabeza, sintiéndome tentada de empujarle y forzarle a que lama mis pezones. Pero aun soy una buena chica y trato de que se relaje y se sienta cómodo. Sin embargo, algo me distrae. El bulto de su entrepierna, durísimo bajo mi culo, me tienta a que lo toque e investigue. Y ya no puedo resistirme, quiero ver lo que oculta bajo los pantalones. Abandono esas tiernas caricias y le beso, mientras él sigue pendiente de mis tetas. Tira de uno de mis pezones y yo le muerdo labio… mientras una de mis manos se mete entre mis piernas y comienza a acariciar su entrepierna. Sus manos se detienen un instante, luego vuelven a sobar mis pechos. Agarro y aprieto su entrepierna, sintiendo el calor que emana de debajo de la ropa, pero en mi caso no me vale para hacerme una idea de cómo es su polla. Trasteo con su bragueta y al final me rindo. Dejo de besarle y me centro en desabrocharle los pantalones. Él abandona mis tetas y mira lo que hago. Una chica bisexual con las tetas al aire peleándose con sus pantalones. —Oye, me podrías ayudar. —Plana —responde. No necesito mirarle para saber que se está burlando de mí. Le miro de todas formas. Sus labios dibujan una sonrisa, mezcla de diversión y excitación, que me recuerda porque he decidido perder mi virginidad con este chico. Dulce y gracioso hasta el los momentos más calientes. Le beso sin que mi objetivo sea ponerle cachondo. —Entonces, no es así como lo habías imaginado? —le pregunto cuando paramos un instante de besarnos. —De momento me está gustando más que cómo lo había imaginado —responde, y por primera vez se atreve a besarme. Nuestras lenguas se rozan. Dejamos a un lado la ternura y volvemos a ponernos cachondos. Oigo como se baja la cremallera de los pantalones y un calor recorre mi cuerpo hasta mi entrepierna. Detengo el beso y bajo la mirada. Noé ha dejado su bragueta abierta, pero sin sacarse la polla. Se ha quedado quieto, indeciso. Pero también un poco provocador, dejandome decidir a mí si quiero ver más. Trago saliva, viendo el bulto que cubren sus calzoncillos. Ahora casi me puedo hacer una idea de lo que hay ahí. Casi. Paso la palma sobre ese bulto, frotándolo, sintiendo el calor que emite lo que hay debajo. Acerco mis dedos al borde de sus calzoncillos y los bajo despacio. Rozo su piel suave, recién depilada, y luego me topo con algo duro. Paso la tela por encima y por fin veo la punta de su polla. Hinchada, de un tono rojizo, próximo al morado. Sigo bajando. El tronco tiene venas que se me antoja lamer. Deslizo los calzoncillos hasta la base de su polla y la agarro con la otra mano. Me sorprenden dos cosas: lo caliente que está y lo suave que es. La aprieto y me sorprende también lo durísima que está. Escucho a Noé soplar y volver a respirar. Había estado conteniendo la respiración el muy tonto, de manera inconsciente supongo. —Madre, está mazo dura —la pajeo un poco, arriba y abajo y añado:— y super suave. No se parece mucho a los juguetes que he usado. Solo en la forma, pero las sensaciones al acariciarlo son muy diferentes. Me pregunto a qué sabrá y me inclino para lamerlo… pero cuando mi lengua está a un par de centímetros de su polla, la posición me parece demasiado incómoda y decido dejarlo para luego. —Joder —le escucho jadear. Me siento a su lado, sin soltar su polla. La pajeo lento, sintiendo todo el músculo con las yemas de mis dedos. —¿Quieres tocar tú también? —le pregunto para provocarle. Me apetece ver qué tal se maneja con los dedos en mi coño. —Va —dice en otro suspiro mientras le aprieto la polla fuerte. Me levanto y me quito rápidamente el pantalón y el tanga, mientras él hace lo mismo empujando su ropa hasta el suelo. Me tumbo en el sofá de lado, apoyando la espalda en el respaldo. Él se tumba a mi lado, al borde. Le he dejado espacio de sobra. Agarro su polla de nuevo y me sorprende otra vez su calor. —Estás ardiendo —le escucho comentar. Sus dedos ya han empezado a explorar mi vagina. No me molesto en responderle. Sus dedos se mueven entre los labios de mi coño, buscando el clítoris. Lo acaricia de vez en cuando por casualidad, pero se nota que está perdidísimo. Me conformo por el momento con sus caricias, le dejo que me explore por sí mismo mientras yo me divierto con su polla. La pajeo más rápido y un jadeo se escapa de los labios de mi amigo. Le beso un instante, sin parar de pajear. Su mano se ha quedado laxa sobre mi vagina, centrado en lo que le hago a su polla. Entonces decido que ya quiero descubrir a qué sabe. Me siento y me inclino hacia su pene. El pelo me tapa la cara y lo aparto con la otra mano mientras él me mira, atento a lo que voy hacer. Saco la lengua y me aproximo a ese glande hinchado. Lamo la punta su polla, pero no me sabe a nada. La meto un poco en mi boca y la envuelvo con mis labios, moviendo la lengua a su alrededor. No está mal. La saco de mi boca y lamo el tronco, pasando mi lengua a lo largo por el lado que no estoy sujetando con la mano. Entretenido. La pajeo despacio mientras chupo la punta y luego intento ver cuánto me cabe en la boca. Bajo por su polla, metiéndomela en la boca hasta que mis labios chocan con mi mano. Suelto su polla, metiéndola más y más. Tanto que me da una arcada. La saco tosiendo. —¿Estás bien? —su pregunta esta vez no suena a que esté riéndose de mí. —Creo que no me gusta comer pollas —gruño. Unas lágrimas difuminan mi visión y solo veo la cara de Noé como una mancha. Me froto los ojos mientras él se incorpora. Le beso, sentados uno frente al otro. Noé me empuja hasta tumbarme en el sofá y se coloca sobre mí. Paso mis brazos por sus hombros y le abrazo para que no pare de besarme. Pronto vuelvo a estar tan cachonda como antes de que me atragantara. Atraigo su cuerpo más hacia mí. Acaricio su nuca con una mano, mientras con la otra presiono su espalda. Siento algo cálido que roza mi vagina. Aparto la cara a un lado y le suelto. Contemplo nuestros cuerpos, el suyo sobre el mío, cerca de estar piel con piel pero aún separados. Su polla, dura, apunta hacia mi vagina. Llevo mis manos hacia ahí. Mi vagina está muy empapada y acaricio mi clítoris, más por costumbre que porque lo necesite. Le miro sin para de masturbarme. —Metemela. Noé obedece. Me besa y baja el cuerpo, aplastando mi mano. La retiro y vuelvo a abrazarle. Su polla se frota contra mi vagina. Arqueo la espalda y su polla se desliza en mi interior. Gimo contra su boca. Él para de besarme y oculta se cara en mi cuello. Siento sus labios antes de que me muerda mientras comienza a follarme. Al principio me duele un poco, siento como mi vagina se dilata por el tamaño de su polla, pero no es algo nuevo. Cuando otras chicas me metían juguetes, también me dolía hasta que me acostumbraba. Su polla no es muy diferente de esos juguetes. Cierro los ojos y me abandono a las sensaciones. El placer recorre mi cuerpo. Le abrazo fuerte para que no se detenga. No paro de gemir, le pido que vaya más rápido. El cae con todo su peso sobre mi. Chillo, corriéndome, abrazándole con las piernas y sintiendo toda su polla dolorosamente dentro de mi. Tiemblo mientras él me folla un poco más. Luego se queda quieto. Se incorpora. Alargo los brazos en su dirección y me ayuda a sentarme. Hay algo blanco en su polla, pero no me preocupo por eso ahora. O porque hayamos podido manchar el sofá. Ya habrá tiempo de preocuparse luego. Bostezo. Él saca un pañuelo de sus pantalones y se limpia la polla antes de abrazarme y tumbarse conmigo. No dice nada, ninguna broma forzada para romper el hielo. Creo que nos quedamos dormidos así poco después.

Autor: IreneAdler Categoría: Heterosexual

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Mi hija me convirtio en su esclavo y juguete.

2019-08-16


Soy un hombre maduro de 52 años.Vivo con mi esposa y una hija nuestra llamada Paloma Mi hija tiene 26 años y se vino a vivir con nosotros despues de que su marido muriera muy joven.Ella no pudo hacer frente a la hiporteca y tuvo que venir a vivir con nosotros.Su madre no hacia mas que echarla en cara que no trabajaba y ella decia que lo buscaba ,pero yo veia que pasaba mucho y que era bastante vaga y no encontraba nada que la gustara. Mi mujer tenia un grupo de amigas con las que se iba algunos fines de semana y nos dejaba solos a los dos. Lo malo de ser padre de una hija que que cuando es pequeña la adoras y la ves como una hija ,pero ella habia crecido y se habia convertido en una mujer preciosa y yo empece a desearla y verla como una mujer.Ademas mi mujer ya casi no practicaba el sexo conmigo.Asi que me masturbaba bastantes veces. Mi hija a veces me pedia dinero y yo a veces se lo daba de lo que tenia para mi ,no era mucho pero asi ella podia salir a tomar algo.Aunque los fines de semana los pasabamos metidos en casa ,yo porque no me apetecia salir y ella porque no tenia dinero. Mi hija encima se paseaba con un camison por la casa y me dejaba ver el canal de sus tetas y un poco sus braguitas.Creo que al principio no lo hacia con mala intencion pero quizas luego se dio cuenta de como la miraba. Una noche de viernes estabamos los dos viendo la tele y ella estab acurrucada como adormecida en un sillon y yo la miraba las piernas y el canalillo. No pude mas y dije que me iba acostar y en mi habitacion,despues de cerrar la puerta me puse a ver peliculas de señores mayores con chicas jovenes y me masturbe muy fuerte.Luego me dormi. Al dia siguiente mi hija habia hecho el desayauno y nos pusimos a desayunar y cuando estab tomando cafe ella me solto: -¿Que hacias anoche? Me atragante y dije: -¿A que te refieres? -No te hagas el tonto ,te estabas haciendo una paja,y menudo ruido hacias. -Eso es una cosa de mi intimidad. -Si pero menudo ruido hacias. Nos que demos un momento en silencio y despues ella meneo la mano riendose como haciendo el movimento de la masturbacion masculina y dijo : -¿Asi lo haces? -¿Porque me averguenzas asi,hija mia? -Porque eres mi padre ,pero tambien eres un viejo verde.Me he fijado como me miras. -Y quizas tu deberias taparte un poco . -¿Deberia taparme o quedarme mas fresca?Es verano y hace mucho calor.¿Sabes que?aunque seas mi padre y no puedas tocarme nunca quizas no pasaria nada si me vieras mas ligera de ropa. -¿Pero que dices? -Si me das 50 e,te dejare verlo. -Claro que no quiero hacerlo. -Ademas podrias hacercarte a olerlo solo olerlo y te podrias hacer esa paja que tanto te gusta mirandolo. -No quiero. -Esta bien ,ahi lo dejo. Ya durante el dia no dijimos nada hasta eso de las 18:00 y yo no podia mas y fui a mi cuarto y donde tenia yo mi dinero saque los 50 e y se los lleve y sin decir nada ,se lso ofreci a ella que estaba sentada. Ella sonrio picara y dejo los 50 e encima de la mesa y dijo: -Quitate los pantalones y arrodillate. Me sorprendio el tono dominante que uso.Pero asi lo hice. Ella se levanto y se bajo las bragas y se puso frente a mi.Era el coño de mi hija pero era precioso y me acerque a olerlo y pase mi lengua por el coño y ella se retiro aunque no se enfado si no que dijo riendose: -Esto no es lo que habiamos quedado. -Por favor dejame lamerte,por favor hija mia. -Quizas si me dieras otros 50 e... -Sabes que no puedo,eso es de mi dinero y tu madre no sospecha nada ,pero al darte esto me quito muchos almuerzos. -Esta bien pero haras una cosa por mi. -Si dime hija. -La proxima vez que mama me ponga a caldo tu te pondras de mi parte.Si lo haces asi te dejare lamerme todo. -Si lo hare. -Pero hoy no ,ese debe ser tu premio si te portas bien. -Por favor-dije suplicando. -Esta bien te dejo que me lamas el culo. ¿con eso te vale? -SI. Ella se dio la vuelta y me puso a lamer el culo.Estaba sucio pero lo limpie con mi lengua y entonces ella se empezo masturbar por delante y yo tambien. Y nos corrimos los dos a la vez. Despues nos sentamso exahustos en el sillon y ella me dijo: -Van a cambiar muchas cosas,vas hacer todo lo que yo te diga,cuando yo lo diga.Y ni por un momento pienses que vamos a follar o yo te voy a chupar.Soy tu hija y eso no podra ser. Y vi que si,que algo habia cambiado.

Autor: Tortuga9 Categoría: Incesto

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