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2019-08-17
Informándonos de la inscripción de mi sobrino en la universidad. Como les habia dicho anteriormente, mi hermana me dijo que mi sobrino se quedaria a estudiar aqui, para lo que me pidio que vuera a la universidad para averiguar una informacion que a ella le interesaba, como en que nivel lo aceptarian, aunque ya tenemos una idea, el costo de la universidad y todo lo relativo a los gastos que tendra surante los estudios mi sobrino.
Fui a la universidad con mi sobrino, y hablamos con todos los que pudimos, recopilando la informacion, y despues dimos un paseo por la universidad, en ese maseo ya mi sobrino estaba cabilando las situaciones en las que me pondria alli como mi amo, fuimos a la cafeteria y alli nos sentamos donde me dijo que esa cuca tenia que ser vista por cualquiera qie pasara por alli, fueron varios estudiantes los que me vieron, y disfrutaron de mi enntrepierna.
todo esto me estaba poniendo caliente a mi, bueno ya saben que no necesito mucho para desear una polla jijiji, despues salimos de la cafeteria y paseamos viendo las aulas, los aseos, fue alli en el que me metio en el de los chicos y en un reservado me puso con brusquedad contra la pared, me subio la faldita y mientras me presionaba la cara contra la pared con una mano con la otra se saco la polla y asi como forzada o mas bien violada, porque era eso lo que pretendia hacer con su tia, me follo con duerza y no paro hasta que se corrio dentro de su tia la puta diciendome que ojala me dejara embarazada, el aun no sabe que eso para mi es imposible.
Cuando salimos del aseo, mi sobrino me dijo que en esa univsrsidad yo tendria mucha actividad, especialmente como puta y cuando conociera a sus compaNeros queria que fuera la puta para todos ellos y que cuando ruvieran examenes yo los desestresara abriendome de piernas para ellos, asi fue como me lo dijo, yo en mi cabeza ya suponia que me esperaba mucho tiempo sin parar de follar, entre la empresa y sus empleados y sus compaNeros de clase, ya mi sobrino estaba haciendo sus planes, y como deberiamos volver a la universidad pronto para llevar los papelde es que nos enciaba mi hermana que sin saberlo era ella quien me ponia en bandeja para el disfrute de los compaNeros de mi sobrino, nosotros seguimos paseando por la universidad, vimos los jardines, los pasillos, ascensores, y como fue su deseo cada rincon de la universidad para asi saber en que sitios me haria enseNar parte de mi cuerpo, o hacerme follar con alhuno de la universidad, despues de recisar y escudriNar la universidad regresamos a casa con la idea de llamar desde casa a su madre, Al llegar mi sobrino se desnuda tambien, porque yo debia hacerlo apenas entrase en casa, una vez desnuda y i sobrino tambien me llevo a la habitacion, y alli con mi yelefono llamo a mi hermana y mientras hablamos con ells mi sobrino no dejaba de sobarme la cuca metiendome los dedos para finalmente ponerme en 4 patas y comenzar a follarme mientras mi hermana nos hablaba, y en ocasiones me daba una palmada en el culo seguido de . hay un mosquito por aqui, y de nuevo otra palmada, yo hablaba con mi hermana contandole todo lo averiguado y mientras mi sobrino no paraba de meter y sacar su polla de mi coño, me follaba tan fuerte que yo tenía que morder la almohada para que mi hermana no escuchara como gemía de placer, mi sobrino follaba con fuerza hasta que finalmente se corrió llenando mi coño con su semen, finalmente pude hablar sin aguantar respiración y gemidos.
Mi hermano nos dijo que ya tenía los documentos de la universidad pasados por la notaría y demás, que pronto nos lo mandaría para que pudiésemos inscribir a mi sobrino.
Pasaron los días, siendo sometida por mi sobrino y marido, siendo entregada y follada por ellos y por quienes ellos querían, cuando llegaron los documentos fuimos nuevamente a la universidad, no sin antes vestirme y preparándome como el me lo había indicado, como una puta buscando cliente, así fui a la universidad con mi sobrino amo, realizamos la inscripción pero el encargado ponía pegas hasta que mi sobrino le dijo que si un buen revolcón conmigo podría dejar la inscripción completada y activa para que empezara el siguiente curso, el hombre puso cara de sorprendido pero le siguió el juego hasta que abrió una puerta lateral y me hizo pasar a mi sola, yo siguiendo la orden de mi sobrino, me desnude y ofrecí mi culo y coño,inclinandome y abriendolos con mis manos, no tarde en sentir las manos y polla de ese hombre sobre mi, se pegó a mi poniendo su polla entre mis nalgas presionando para separarlas y sus manos se apoderaron de mis tetas, entonces me dijo al oído: " cojeme la polla y meterla en el coño puton, mientras la buscaba con mi mano sentí un muy fuerte pellizco en mi pezon derecho que me hizo soltar un quejido, el hombre me agarro el pelo haciéndome girar la cabeza mientras su polla entraba en mi coño, y me dice :"las perras como tu no se quejan" .
Entonces comenzó a bombear follandome con tanta fuerza que casi me caigo, pude apollarme en una masa donde termine recostada presionada por ese macho, mis tetas sobresalían a los lados de mi cuerpo, el me presionaba por el cuello contra la mesa mientras metía y sacaba su polla de mi coño, que estaba empapado esa situación me había puesto muy cachonda, unos 15 minutos después de comenzar a follarme, me levanta de la mesa me saca la polla y poniéndome de rodillas ante él comienza a masturbarse me dice que abra la boca y un gran chorro de semen tras otro llenan mi cara pelo y boca, entonces me dice :" chupamela y déjala limpia, como si no hubiera follado a una puta"
Yo comencé a chuparla y exprimir la sacando hasta la última gota que quedaba en sus conductos seminales, entonces me dio una servilleta y me la lanzo a la cara, el guardo su polla y volvió a la ventanilla, la abrió y frente a mi sobrino le puso los sellos a la inscripción, ya mi sobrino tenía su cupo y cursaria el próximo año que comenzaría después del verano, ese hombre le dijo a mi sobrino que me llevara cuando quisiera hacer un trámite, que el se lo aceleraba encantado siempre que me follara y me llenara la cara de su corrida.
Ya con todo listo, salimos en busca de la que se suponía sería su salón, allí vimos a algunos de los que serían sus compañeros y compañeras, yo con restos de semen de la corrida en mi pelo que no sabia que estaban alli.
Ya de camino a casa me dice mi sobrino si había autobuses de noche para regresar a casa, le dije que si que le buscaría las rutas, pero el quiso que esa noche comiéramos un bus nocturno pero a las 3 a.m. naturalmente estábamos solos en la parada, mi sobrino no dejaba de besarme y sobarme metiéndome mano incluso bajo la faldita, cuando llego el bus, entramos y mi sobrino se fijo en donde podía vernos el chófer, y allí nos sentamos yo termine con la camisa abierta mis tetas las sacó mi sobrino y me las lamía ante la mirada del chófer, 3 parada más adelante se monta mi marido, evidentemente lo habían planeado, el y el chófer no nos quitaban ojo viendo como una mujer mucho mayor que el joven se dejaba manosear, se besaba con el y se dejaba ir al punto que me abrió la camisa haciendo que mi marido y el chófer prestaran mucha atención a esa pareja que necesitaban una habitación de hotel, mis tetas salieron de la camisa el chófer veía por el espejo, mi marido se soblaba la polla, mi falda subía cada vez más dejando mi coño a la vista de mi marido y el chófer, una parada y alguien esperaba el bus, una parejita que me vio medio vestida y se sentó como en primera fila para ver el show porque apenas nos pusimos en movimiento mi sobrino comenzó de nuevo a besarme con ganas de follarme, nuevamente mis tetad salieron de la camisa y mi falda subía a medida que la mano de mi sobrino masajeaba mi coño, mi marido hacía señas a la pareja con los ojos y movimientos de su cabeza, mire a la pareja y se estaban poniendo cachondos, ya el chico sonaba el muslo de la chica, yo con las tetad fuera mis piernas abiertas enseñando el coño a mi marido y chófer, entre besos sobrios y metidas de dedos de mi sobrinos llegamos a la parada final, hubo cambio de chófer solo que nuestro chófer no se bajo sino que se sentó al lado de mi marido mirando como mi coño recibía los dedos de mi sobrino, ahora eran dos los que se sonaban las pollas mirándome el coño y tetas, la chica tenía la mano sobre la polla de su acompañante y la blusa abierta, un sostén de encajes se veía, mi marido se sentó detrás de ellos y el chófer a mi lado, la polla de mi sobrino ya estaba en mi mano y las tetas de la chica en las manos de mi marido con el sujetador debajo de sus tetas, el chófer me tocaba el muslo y me lamia un pezon mientras yo masajeaba su polla por encima del pantalón aunque no tardaría mucho en estar fuera del pantalón ya no miraba a la otra parejita porque yo me incliné y comencé a mamarle la polla a mi sobrino, mientras el chófer tenía mi culo pegado a su pierna cosa que aprovecho para sobarmelo y robarme con su polla la frotaba por la entrada de mi culo y mi coño yo con la boca llena de polla apenas podía gemir, pero cuando tuvo la oportunidad por mis movimientos me terminó de meter su polla yo mamaba y gemía, escuchaba gemidos de la otra mujer me levantaron y con la falda en mi cintura agarrada a una barra e inclinada con las piernas separadas y el chófer follandome entonces pude ver como la chica estaba sentada sobre la polla de su acompañante y mi marido le chupaba los pezones, yo miraba a mi sobrino y le daba las gracias, estaba con una calentura tal que me había corrido ya 3 veces, Levante la cara y vi como la chica se le ponían los ojos en blanco u soltó un ahhhhhh de placer, ambos se corrieron a la vez estaban sudando, esa escena también hizo que mi chófer tuviese su orgasmo, la chica no quería que su falda se le manchará con la corrida así que mi sobrino le dice que yo me encargaría de eso, y me ordeno lamerse la u chupar cada gota que saliera del chocho de la chica, me puse en posición y comencé a comerme ese coño lleno de leche recién depositada, le lamía metiendo mi lengua pero también le lamía su clitoriano y se lo mordisqueaba sacando otro orgasmo a la chica, finalmente su coño quedo limpio nos vestimos todos y dos horas después de habernos montado nos bajamos en la misma parada, eran las 5 a.m. y nos dirigimos a casa, al entrar me arrancaron la ropa me llevaron al baño me dieron una ducha y nos fuimos al dormitorio allí fui de los dos, esta vez los dos me dejaron llena por delante y detrás.
Autor: MartaMartin Categoría: Dominación
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Condenada a trabajos de cantera
2019-08-17
Una guapa mujer rubia, desnuda, sudaba abundantemente mientras agitaba un pesado martillo aplastando piedras en la cantera… Era la reclusa S83574 como se podía ver por el número marcado a fuego en sus pechos… S83 en el pecho izquierdo y 574 en el derecho.
Estaba encadenada a otras reclusas de esta infame prisión femenina por las cadenas que unían sus tobillos... Todas las reclusas eran mujeres nativas que habían sido condenadas por delitos violentos en este país insular... Todas eran culpables, excepto S83574, que fue acusada falsamente, condenada y encarcelada... S83574 era la única mujer blanca que había en la prisión.
El juez había sido firme en su sentencia:
- “Usted es una extranjera en este país, por lo tanto, debe ser castigada severamente como ejemplo... Cumplirá su condena en la prisión Island en las condiciones de trabajo más duras permitidas por nuestra ley”… Y siguió con su sentencia:
- Al ser extranjera, no se le permitirá llevar ropa de prisión, por lo tanto, trabajará siempre desnuda... Además, su número de reclusa deberá estar marcado a fuego en sus pechos para que pueda ser identificada fácilmente en cualquier momento... Ahora serás la reclusa S83574… Guardias, ¡llévensela!”
Inmediatamente después de escuchar su condena, la enviaron a la Prisión Island donde comenzó su infierno... Una vez allí, la desnudaron, la colocaron en el poste de azotes en el patio y le dieron 100 latigazos, para que supiera lo que le esperaba allí..
Después de esto, la llevaron a la herrería donde le soldaron hierros en su cuello, muñecas, cintura y tobillos... A continuación, usaron una aguja gruesa y caliente para hacerle agujeros en sus pezones y coño donde le insertaron anillos para poder encadenarla fácilmente para realizar sus trabajos más pesado... La tarea final del herrero fue marcarle a fuego en sus pechos, su número de reclusa.
Hoy, el grupo de 20 prisioneras fue llevado a la cantera con la orden de picar 5 toneladas de roca... Todas llevaban uniformes y sombreros de la prisión, excepto S83574, que trabajaba desnuda para la alegría de las mujeres nativas que odiaban esta belleza rubia.
Las reclusas trabajaron desde el amanecer hasta la puesta del sol bajo los ojos vigilantes y los látigos de carruajes de los guardias… Estos golpeaban a las reclusas a la más mínima falta, o lo que se consideraba una falta.
Justo antes del mediodía S83574 colapsó por el calor… La reanimaron inmediatamente y un guardia la desencadenó del grupo y la colocó en un puesto de azotes cercano, del cual había muchos en la cantera.
Bajo los ojos de los otras reclusas, que recibieron la orden de mirar cómo la azotaban, pero de seguir trabajando, le dieron 30 latigazos con el gato de nueve colas… Luego la dejaron colgada en el poste durante una hora bajo el sol abrasador... De vez en cuando, el guardia le tocaba el coño o el culo o le torcía los anillos del pezón para estimularla... Después de una hora el guardia le gritó:
- “S83574, estás aquí para trabajar… Esta es una prisión de trabajos forzados para putas como tú… Serás castigada severamente si este equipo no cumple con la cuota de hoy… Tus compañeras prisioneras sabrán a quién culpar ya que a todas les estoy informando.”
Como era de suponer, el equipo no cumplió con la cuota y, mientras se encontraban frente al alcaide esa tarde frente a sus celdas, se les dijo que no serían castigadas por no cumplir con la cuota si podían identificar a la reclusa perezosa culpable de ellos... Todas gritaron ‘S83574,… S83574’.
Al oír eso, la alcaide permitió que todas los demás reclusas fueran a sus celdas pero que dejaran a S83574 para recibir un castigo adicional… Ella le enseñaría a esta prisionera a realizar trabajos forzados, ya que sentía que como directora o alcaide de la prisión ese era su trabajo.
S83574 se quedó temblando de miedo frente a la alcaide... Ésta, tomando un látigo de perro, comenzó a azotar los bonitos pechos de la reclusa... Latigazo tras latigazo cayeron sobre cada una de sus mamas y finalmente la sangre comenzó a gotear de cada pecho, mientras la desdichada bramaba de dolor.
- “Que esto sea una lección para ti, S83574… Estás aquí para realizar trabajos pesados y vigilaré que lo hagas.”
Al día siguiente, S83574 se encadenó al equipo de reclusas como de costumbre, pero al llegar a la cantera, a ella se la separó del resto y se la llevó al fondo de la cantera, donde había un tren de mulas listo para transportar enormes cargas hasta la cima de la cantera... A S83574 se la encadenó por sus anillos de teta y anillos de coño al tren de mulas... Ella era la tercera mula de la parte trasera en el tren… Un azote del látigo del conductor puso en marcha el tren hasta la cima de la cantera… S83574 tendría que mantener el ritmo... la guardia la golpeó con frecuencia, especialmente en la espalda, el culo y los pechos… La pobre mujer estaba pasando un verdadero infierno... Ella no era más que un animal de carga… Una y otra vez trabajaba bajo el brutal sol tropical.
Esa noche, ella se paró frente al alcaide junto con las otras reclusas... Era, con mucho, la más demacrada por haber trabajado todo el día como una mula más... Su cuerpo llevaba las marcas de cientos de azotes del látigo.
- “S83574… ¡Muestra tu marca!”, gritó la alcaide.
La prisionera empujó sus tetas hacia adelante tanto como pudo… la directora se acercó a ella y tocó su marca con el dedo:
- “Sí… tú eres S83574… No estaba segura ya que no te veo como la misma prisionera que estaba anoche delante de mí y fue castigada por pereza... Recuerda, S83574, el tren de mulas te espera si no trabajas y rindes lo que debes.”
Al día siguiente,la hermosa rubia desnuda balanceó su martillo tan fuerte como pudo tratando de picar la roca en la cantera junto a sus compañeras convictas... Ella haría cualquier cosa para no volver a colocarse en el tren de mulas... El sol estaba en su punto más alto del día y el calor se estaba volviendo insoportable... Ella envidiaba a las otras convictas que llevaban ropas y sombreros de prisión, pero al ser extranjera tenía que trabajar desnuda, tal y como la habían sentenciado.
Vió a la directora cabalgando en su caballo acompañada por una mujer con un espléndido atuendo de montar también en un caballo... Se detuvieron frente a S83574 y la directora le dijo:
- “S83574, esta es tu embajador en nuestro país… Dirígete a ella como su excelencia y pídele perdón por haber deshonrado a tu país.”
S83574 estaba asombrada... Ella pensó que sería liberada por su embajador, no castigada por un crimen que no cometió... Pero al ver a la embajadora, se dio cuenta de que era ella quien la había incriminado por no haberse sometido a sus deseos lésbicos después de una fiesta en la embajada.
- “Por favor, su excelencia, soy inocente… ¡Por favor sáqueme de este infierno!”, gritó S83574.
La embajadora la miró, sonrió y luego dijo:
- “Eso es lo que dicen todos los criminales... Mi amigo de muchos años, el juez, me dijo que usted es culpable… Por lo tanto, debe ser castigada severamente... Alcaide, ¿esta criminal ha sido colocada en el tren de mulas?”
La directora le respondió que sí, pero solo por un día.
- “En ese caso, creo que debería asignarla al tren de mulas durante una semana... Eso debería enseñarle a no mentirme sobre su inocencia... También podría hacer que la guardia le dé 20 latigazos en esas tetas por dirigirse a mi en ese tono… Ella debe entender que debe sufrir por su crimen... Qué presente sus pechos a la guardia para que le pueda dar una buena flagelación.”
La guardia le dió 20 brutales latigazos en las bonitas tetas de la torturada que las empujaba hacia adelante tanto como pudo cada vez que iba a recibir un latigazo para complacer de ese modo a su embajadora que miraba disfrutando como la golpeaban, al igual que le resto de prisioneras... Después de la agónica flagelación, en la que casi quedó ronca, se ordenó a las convictas que volvieran a trabajar.
S83574 quedó muy dolorida después de este castigo ordenado por su embajadora… Las otras convictas también se enteraron de que ahora S83574 podría ser usada de la forma que quisieran… Por tanto, fue abusada sexualmente no sólo por los guardias, sino también por las convictas tanto en la cantera durante el día como en la celda, durante la noche.
La semana siguiente, S83574 fue encadenada nuevamente al tren de mulas por las cadenas de su teta y coño, pero esta vez fue la primera en ascender y la última mula en el descenso… Se le ordenó mostrar su marca en todo momento en el ascenso, lo que significaba que debería mantener las tetas lo más hacia delante posible mientras el tren subía a la cima de la cantera… En el descenso tuvo que luchar para mantener el ritmo mientras el látigo azotaba su culo sin parar...
Sólo paró para satisfacer el capricho de un guardia que ordenó a una convicta que la follara con un arnés o para satisfacer a uno de los muchos perros guardianes en celo que pasaron y olfatearon su coño con ganas de montarla... Por la noche tenía que satisfacer a las guardias lesbianas mientras permanecía encadenada por sus anillos a la pared de su jaula.
No había piedad para una convicto, por inocente que fuera, en esta isla.
Un día de revista en el penal, la hermosa rubia desnuda estaba encadenada junto a las otras prisioneras, que también en ese momento estaban todas desnudas… La directora hablaba con el grupo en el cálido sol de la mañana... Estaban todas encadenadas por sus anillos del coño con una longitud de 5 metros de cadena... Esto era para permitirles mover sus martillos para picar las rocas.
Todas tenían marcadas en sus pechos su número de convicta... La marca en los pechos de S83574 apenas era visibles debido a los brutales latigazos que habían recibido mientras ella estaba en el tren de mulas… El resto de su cuerpo llevaba las marcas de cientos de azotes de látigo de mula… Las demás prisioneras estaban de pie con sus pechos empujados hacia delante tanto como pudieron, para que la directora las inspeccionara.
- “Espero que todas podáis reconocer a S83574 después de que ella pasó una semana en el tren de mulas… Que esto sea una lección para todas vosotras... Recordad que estáis aquí para ser castigadas por los delitos que habéis cometido y me aseguraré de que recibáis los castigos justos… Esta es una prisión de trabajos forzados… S83574 mintió a su embajador sobre su culpa y ella pagó por su mentira.”
S83574, trabajaba al ritmo establecido por el guardia del grupo... Si reducía la velocidad de trabajo, el grupo salía perjudicado y esa noche la entregaban a las demás reclusas para que fueran ellas las que la castigasen… Por eso, S83574 trabajó tan duro como pudo pero aún así fue brutalmente golpeada por el guardia para exigirle más esfuerzo... No habría descanso para ella, incluso después de su terrible experiencia en el tren de mulas.
A mediodía, bajo el sol abrasador, se desmayó… Inmediatamente, ella fue separada del grupo y llevada a los barracones donde fue encadenada por sus anillos de las tetas y coño a la pared de su celda... Esa noche ella pagaría por su pereza.
Después de la cena, el guardia abrió la puerta de su celda y permitió la entrada de tres prisioneras… S83574, satisfizo sexualmente a estas tres prisioneras antes de que le calentaran los anillos del coño con una plancha caliente hasta que se desmayó de dolor... Sufrió tanta tortura se le permitió descansar el resto de la noche.
A la mañana siguiente, cuando las reclusas se pararon en la cantera con sus pechos empujados hacia adelante en la medida de lo posible, la directora dijo:
- “Veo que S83574 está un poco cansado esta mañana… ¿Disfrutaste de tu castigo, anoche, perra?... Por cierto, tu embajador está de visita hoy... Te sugiero que trabajes duro cuando ella llegue… Asegúrate de mostrarle tu marca en todo momento.”
S83574 llevaba trabajando ya en la cantera, seis meses, bajo condiciones muy brutales, pero ella estaba todavía conservaba su belleza para la envidia de las demás convictas… El sol le doraba su cuerpo desnudo mientras ella martilleaba rocas en la cantera encadenada por sus anillos de coño.
En estos momentos, a S83574 le habían colocado pesas de castigo colgadas de sus anillos de las tetas, acusada de pereza por las otras compañeras convictas... A pesar de que las pesas eran pesadas, todavía tenía que empujar sus tetas hacia adelante tanto como podía cuando el guardia le ordenaba mostrar su número.
De vez en cuando, la alcaide traía a su embajador para inspeccionar a la prisionera y asegurarse de que estaba siendo castigada severamente por sus crímenes... S83574 temía estas visitas ya que sabía que podía esperar un castigo adicional exigido por ella.
Hoy era el día de una de esas visitas y, cuando se acercaron el alcaide y la embajadora, gritó la guardia:
- “¡S83574!... ! ¡Muestra tu marca!”
La belleza rubia obedeció de inmediato, aunque las pesas hicieron la tarea casi insoportable.
- "Bueno, veo que S83574 está siendo castigado por su pereza... Me gustaría ver de nuevo que ella aprende su lección golpeándole esas tetas con 20 latigazos del hípico”, dijo la embajadora... De inmediato, la guardia le dio 20 latigazos en los pechos, sacándole hilos de sangre mientras se escuchaban sus bramidos de dolor.
- Que esto sea una lección para ti, S83574... Estás aquí para realizar trabajos pesados y la pereza no será tolerada… Alcaide, por favor envíe a esta convicta a mi aposento al mediodía... Deseo que ella me satisfaga antes de que comience su trabajo esta tarde.
Al mediodía, a S83574 se la separó del equipo y se la condujo a los aposentos de la embajadora... La lesbiana la maltrató brutalmente con su látigo de caballo antes de obligarla a realizar actos sexuales obscenos... Después de una hora, la rubia fue devuelta y de nuevo azotada antes de ponerse a trabajar en el equipo... No había piedad para una convicto en esta prisión, no importa cuán inocente fuese.
Esa noche tres convictas entraron a su jaula y la torturaron con hierros calientes en sus pesas de castigo, que usaría durante otro mes, por orden de su embajadora.
La guapa convicta rubia desnuda, S83574, estaba soportando el sol abrasador encadenada a otras convictas por sus cadenas de coño.
Hoy era un día especial ya que varias de ellas, incluyendo S83574, debían completar sus sentencias siendo entregadas a un ‘comerciante de carne’, vendidas como esclavas a los propietarios de tierras cercanas… Uno de estos propietarios de tierras resultó ser la embajadora de su país, que la había pretendido hacerla suya desde la primera vez que la vio en una fiesta de la embajada.
Desafortunadamente, la belleza rubia se había negado cuando la embajadora intentó seducirla para que realizara actos lésbicos y en venganza por ello, mandó que la arrestasen rápidamente, por cargos falsos y la enviaron a esta infame prisión... Ahora la embajadora podría intentar comprarla y usarla como quisiera.
La venta de las convictas se llevó a cabo en la cantera al mediodía mientras balanceaban sus martillos aplastando rocas... Esto se hacía así para que los compradores potenciales vieran como trabajaban las esclavas que se iban a subastar.
Las reclusas continuaron trabajando mientras los compradores se detenían aquí y allá para inspeccionar los cuerpos que se subastaban.
Los guardias azotaban a las convictas con más crueldad estos días para mostrar cómo deberían ser tratadas después de que fueran compradas.
S83574 no fue una excepción a este tratamiento y, de hecho, como era extranjera en presencia de su embajadora, fue azotada, continuamente mientras trabajaba.
Las otras convictas que no iban a ser subastadas se salvaron de ese tratamiento y sólo fueron azotadas ocasionalmente… Finalmente, la directora ordenó a las convictas que detuvieran su trabajo para la venta.
La única oferta para S83574 fue de su embajadora que, por supuesto, fue planificado de antemano.
S83574 se desencadenó rápidamente a S83574 del resto del equipo y se ató con su anillo de coño a la silla del caballo de la embajadora... La embajadora llevó su nueva compra a su propiedad, que estaba a tres kilómetros de distancia... S83574 sufrió mucho para seguir el ritmo del caballo.
Al llegar a la propiedad de la embajadora, S83574 fue llevada a los establos, bañada, alimentada y encadenada por su anillo de coño a la pared de su puesto… Se le cortó el pelo quedando totalmente calva… A partir de ahora, ella sería utilizada como un animal de granja… S83574 pronto aprendería lo que significaba ser propiedad de la embajadora.
Al día siguiente ella fue conducida por sus anillos de coño a un delgado poste de látigo montado en una pequeña plataforma frente a la casa principal… Sus tetas quedaron encadenadas alrededor del poste por sus anillos y los brazos estirados por encima de ella... Todo el personal nativo se reunió para presenciar el castigo... Estaba de pie frente a la embajadora que estaba sentado cómodamente en una silla bajo una sombrilla tomando una bebida fría... La embajadora le dijo:
- “Ahora soy tu dueña, esclava... Trabajarás aquí como un animal y tengo la intención de asegurarme de que trabajes duro... Como introducción a tu nueva vida, recibirás 50 latigazos con el látigo… Guardia, comienza a azotarla.”
El guardia le dio 50 brutales latigazos… Cada quinto golpe se lo daba a sus tetas… Los gritos fueron ensordecedores… Estaba sufriendo muchísimo… Con el sol tropical cayendo sobre ella, se desmayó dos veces durante los latigazos, pero fue revivida cada vez… Finalmente el castigo se completó y la embajadora ordeno:
- “Dejarla ahí una hora más o menos… Que el sol cure esos cortes que el látigo le ha provocado en sus tetas y demás partes de su cuerpo.”
Transcurrida la hora, la mujer, desnuda como iba siempre, fue atada al arado y luchó para tirar del mismo bajo la atenta mirada de su conductor que no dudaba en azotarla a la mínima relajación que veía en ella.
Estaba atada por sus anillos de teta y coño, así como por sus muñecas y cintura quedando completamente a merced de su conductor del arado... Su única salvación fue trabajar tan duro como podía para así evitar un castigo más severo a manos de su nuevo propietario, la embajadora, que la había amenazado con marcarla a fuego en otras partes del cuerpo con su número, que era S83574.
Por la tarde, la embajadora pasó cabalgando en su caballo y le preguntó al conductor del arado:
- ¿Está respondido este animal al látigo o sigue siendo lenta en su trabajo?... El conductor le respondió:
- “S83574 estaba trabajando a un ritmo normal hasta que el perro guardián la montó y la folló… Después la puta, se ralentizó y tuve que azotarla con frecuencia para que siguiera el ritmo de trabajo.”
- No le muestres ninguna piedad... Aprenderá que es un animal en mi granja y será tratada como tal... Dale 10 latigazos en esas tetas ahora mismo, para enfatizar lo que acabo de decir.
El conductor del arado cumplió la orden recibida y la reclusa empujó sus pechos hacia adelante en lo que sabía que era la posición requerida por su Ama para recibir los latigazos en sus tetas… Ella se quedó casi afónica de los gritos frenéticos que emitía.
Después de los azotes, la embajadora se alejó y la reclusa fue llevada de nuevo a su arado, recibiendo aún algunos latigazos en su cuerpo por no ir lo aprisa que debía hacerlo… Se había convertido en esclava.
S83574 sería usada no sólo para arar, sino también para tirar de los carros que se cargaron con los productos de la granja.
Pero eso sería más adelante… Ahora la convicta, S83574, tiraba del arado lo mejor que podía, pero el sol tórrido que golpeaba su piel desnuda era insoportable... Hacia el mediodía ella cayó hacia adelante atrapada en su arnés... Las cadenas tiraron de sus anillos de pezones y coño forzándola a recuperar rápidamente su posición… El conductor del arado se acercó de inmediato y le ordenó que mostrase su marca y S83574 empujó sus tetas hacia adelante tanto como pudo y le dio cinco latigazos en ambas tetas, mientras ellas gritaba de dolor y desesperación, agotada del duro trabajo impuesto.
- “¡Ahora, trabaja, esclava… Trabaja o te seguiré azotando hasta despellejarte… Trabajarás al paso del caballo que llevas a tu lado de compañero, hasta el anochecer”... La mujer calva, siguió arando y a la más mínima señal de lentitud, el conductor del arado, la azotaba... Ella sólo era un animal más, en esta granja de la embajadora.
Por la tarde, la embajadora llegó a caballo y lo alentó para que oliera el coño y el culo de la esclava... El caballo se excito e intentó montar a la mujer rubia, que miró asustada su enorme erección... Viendo esto, la embajadora le dijo:
- “Mi pobre caballo está en celo y necesita algo de satisfacción para que se calme... S83574, chúpale la polla y tragarte todo su semen... Tú, conductor, posiciona a esta perra para que cumpla mis ordenes.”
S83574 se colocó debajo del caballo y tomó su enorme polla en su boca... Ella trató de complacerlo lo mejor que pudo, pero él no se corrió... Después de media hora de intentar satisfacer al caballo en vano, la embajadora le gritó, muy enfadada:
- “¡Suficiente!... Aprenderás a satisfacer a mi caballo... Esta noche, serás colocada en su puesto y encadenada a él… Se te acostará boca arriba y mamarás su polla… Si no logras que se corra, te colocarán en el puesto de látigo mañana por la mañana y la azotarán con 20 latigazos antes de que la encadenen a tu arado… Aprenderá a ser una puta de establo”, le dijo.
Esa noche, S83574 le chupó la polla lo mejor que pudo, pero el caballo no llegó a correrse... A la mañana siguiente, ella fue conducida al puesto de azotes, una barra horizontal sostenida por dos postes verticales, para recibir el castigo prometido por su Ama.
Este artilugio permitía la máxima exposición del cuerpo de la convicta desnuda al látigo que maneja el guardia... Veinte azotes fueron descargados sobre el cuerpo de S83574, que gritó desde el primer momento hasta quedar ronca… No hace falta decir que, después de esta paliza, quedo colgando desmayada en el poste de azotes.
La dejaron colgada durante una hora, y le dieron agua para que se hidratase... No se le permitió descansar y, transcurrido este tiempo, fue atada a su arado para comenzar su trabajo... No había piedad para esta convicta-esclava en la granja de la ruin embajadora.
Ella fue azotada brutalmente toda la mañana mientras araba, igual que cualquier otro día, sin apiadarse del castigo que terminaba de recibir... Las cadenas en sus tetas y su coño empezaron a calentarse bajo el sol tórrido... Su cuerpo llevaba las marcas de los cientos de latigazos que había recibido desde que llegó allí.
Por la tarde, la embajadora se acercó de nuevo montada sobre su caballo y le preguntó al conductor del arado:
- “¿Esta puta ha mantenido el ritmo?”
El conductor le respondió:
- “No, señora… He tenido que estar azotándola toda la mañana, pero aún no ha cogido el ritmo…. Si me permite usar el látigo de piel rinoceronte, es posible que pueda hacer que mantenga el ritmo.”
- “Eres un sádico nato… Por eso te elegí como el guardia de esta convicta... Tiene mi permiso, pero sólo por esta tarde... Este látigo también podría animarla a que haga mejor su trabajo esta noche con mi caballo, que la hizo ayer... Dale a esta puta sin piedad, pero no la dañes de forma permanente… Ya sabes como es ese látigo de duro.
El conductor del arado cogió el látigo de rinoceronte y le dio un golpe en la espalda a S83574… La esclava gritó y saltó hacia delante… Nunca había sentido un dolor tan desgarrador... Ella lo sentiría muchas veces más esa tarde.
Por la noche, una vez más, ella fue encadenada al caballo en su puesto… Le chupó con entusiasmo su polla durante varias horas hasta que finalmente el caballo se corrió... Ella trató de tragar su semen lo mejor que pudo… La embajadora lo presenció todo y le dijo:
- “Bueno, puta, veo que has aprendido a chupar su polla… Ahora queda el siguiente paso… Te meterás su polla en tu coño.”
La mujer, que ya empezaba a perder su belleza después de tanto sufrimiento y estar totalmente calva, al escuchar esto, gritó:
- “¡NOoo… NOoo… ¡Tenga misericordia de mi.”
- ¿Qué?... ¿Cómo te atreves a dirigirte a mí?... Mañana serás azotada con 20 latigazos con el látigo de rinoceronte y por la noche se te colocará en el banco de monta, en el patio, y mi caballo, te montará… Una convicta es una puta”, le dijo amenazadoramente.
Al día siguiente, S83574 fue azotada al amanecer con 20 latigazos del látigo de rinoceronte… El guardia usó el látigo del rinoceronte sin la presencia de la embajadora ya que a ella le gustaba dormir hasta tarde por la mañana.
Luego, la maltrecha convicta fue encadenada a su arado y obligada a trabajar en los campos... El conductor del arado siguió usando el látigo del rinoceronte hasta que escuchó que la embajadora se acercaba cerca del mediodía.
- “Esta puta se ve un poco agotada... ¿Sigues usando el látigo de rinoceronte?, pregunto sonriente la embajadora.
- "¿Sólo cinco o seis veces, Señora… Cuando me doy cuenta de que se esta desacelerando, la golpeo con ese látigo?"
- Muy bien… Ya sabes lo que ella necesita para trabajar al ritmo requerido… Apártala ahora del arado y llévala al bloque de montaje... Mi caballo se la va a follar ahora.
Un grito inhumano salió de la garganta de la convicta.
La embajador gritó indignada.
- “¡Cómo te atreves a protestar a una orden mía, perra… Conductor, dale 10 latigazos en cada teta con el látigo de rinoceronte.”
El guardia obedeció rápidamente mientras la convicta empujaba sus tetas hacia adelante como se le había ordenado que hiciera para todos los azotes de teta… Los gritos de dolor se escucharos muy lejos
La sudorosa y sangrante esclava fue conducida al bloque de montaje en el patio... Sin mostrar ninguna oposición, la colocaron sobre el bloque con sus tetas colgando sobre la parte inferior y su culo levantado alto… Su cintura fue encadenada a la parte superior del bloque y sus muñecas encadenadas a la parte inferior... Sus piernas fueron muy separadas dejando bien expuesto su coño y su culo para que todos aquellos que quisieran verlo.
Una vez colocada en su lugar, la embajadora le dijo:
- “Ahora, puta, rogarás que te folles mi caballo… Empieza a pedirlo porque voy a azotar tus tetas con mi látigo de perro hasta que esté satisfecha... Guardia, pon a mi caballo sobre esta puta”… Diciendo esto, la embajadora comenzó a azotar las tetas de S83574.
Y S83574 comenzó a gritar:
- “¡Por favor!... ¡Por favor!... Fóllame!... !Aaaah!... ¡Por favor!... ¡Aaaah!... ¡Follameee!
La enorme polla del caballo fue colocada a la entrada de su coño.
- “Aaaah… Nooo… NOooo… Por Favooor, nooo… Aaaah.”
Pero la embajadora siguió azotando sus tetas, al tiempo que le seguía diciendo que esa no era manera de tratar a su amante.
- “¡Pídele que te folle!... ¡Pídeselo!, le gritaba.
S83574 gritaba angustiada, una y otra vez
- “P-Por favor, fóllame!... Por favor, fóllame… Por favor… Por favor.”
Ella no se atrevería a gritar otra vez NO… Y mientras la embajadora azotó sus tetas que ahora sangraban por muchos lugares.
El caballo ahora tenía la punta de su polla dentro de los labios externos de su coño y estaba empujando hacia adelante al sentir el calor de su coño… El animal estaba nervioso y tuvo que ser calmado por la guardia, que le habló con calma mientras le daba unas palmaditas en el cuello... La guardia notó que las venas en su cuello se estaban hinchando al igual que las de su polla... Tanto ella como la embajadora encontraron esto divertido mientras escuchaban a S83574 rogarle que la follara.
El caballo estaba ahora a tres cuartas partes del camino en el coño de S83574 que ahora gritaba histéricamente a pesar de que la embajadora seguía azotando sus tetas con el látigo del perro.
La embajadora le gritó al guardia:
- “¡Dale a los pechos con el látigo de rinoceronte… Ella está perdiendo el control y debe ser controlada.
Con mucho gusto, el guardia tomó ese látigo y hábilmente golpeó las tetas de S83574... Después de darle 25 latigazos, S83574 se calmó y se escuchó suplicando suavemente
- “Por favor, jódeme… Por favor, te ruego que me jodas… Jódeme.”
Finalmente, los gritos vinieron simultáneamente de la torturada hembra y del caballo cuando este se corrió incrustado su enorme polla en su coño… Entonces ella se desmayó.
Lanzaron un cubo de agua fría sobre la esclava para reanimarla y una vez despertó, el veterinario procedió a limpiarle el coño utilizando agua casi hirviendo y una jeringa de metal… El dolor debió ser insoportable por los gritos histéricos que lanzaba.
Luego, la dejaron encadenada en el bloque durante más de una hora… Eso sería suficiente descanso para ella antes de que fuera atada nuevamente a su arado.
Una vez más ella se desmayó y fue revivida con agua helada... La embajadora le dijo a la guardia:
- "Sujetarla al arado... Ella tiene que trabajar en esta granja.”
S83574 fue azotada brutalmente por el guardia cuando ella tiró de su arado después de que una hora antes fue follada por el caballo... Finalmente el sol se estaba poniendo y le ordenaron que dejara de trabajar… Ella se desplomó en su arnés de cadenas.
Cada mañana, S83574 siempre era colocada encadenada al puesto de azotes por sus muñecas con las piernas abiertas y fijadas por las cadenas de su tobillo para su azotes matutinos.
Esto consistía en 10 latigazos con el látigo largo aunque a veces el guardia usaba el látigo del rinoceronte… Esta fue precisamente una de esas mañanas y el guardia fue especialmente cruel cuando la golpeaba con ese látigo a través de los muslos de la esclava en busca de su coño que encontraba en la mayoría de las veces.
Después de recibir los 10 latigazos matutinos, la esclava era alimentada y regada mientras colgaba del poste de azotes… Luego, era llevada, como de costumbre, a su arado y azotada mientras trabajaba en los campos.
Hacia el mediodía, la embajadora se acercó a ella en su caballo... El animal intentó en repetidas ocasiones levantarse tratando de montarla, pero la embajadora se lo impidió y se rió viendo cómo la esclava intentaba escapar tontamente de la bestia... ¡Como si hubiera un escape de su arnés!
- “Guardia… Azota a esta puta... ¿Cómo se atreve a tratar de evitar a mi caballo?... ¡Cinco azotes con el látigo de rinoceronte en esas tetas!”
El guardia obedeció y, una vez más, los hermosos pechos de la esclava fueron víctimas del hábil golpe del guardia.
La embajadora luego tomó las cadenas y acercó a la esclava a su caballo.
- “¡Ofrece esas tetas a mi caballo, esclava.”
La esclava empujó sus tetas lo más cerca que pudo a la boca del caballo... Pensó que le iba a morder las tetas, pero la embajadora lo guió hábilmente para que sólo metiera cada teta en la boca durante unos segundos.
- “Ahora le chuparás la polla… Guardia, libérala del arado”, gritó la embajadora.
La esclava se vio obligada a arrodillarse y comenzó a chuparle la polla al caballo… Intentó tanto como pudo para complacerlo, pero la bestia no alcanzaría el orgasmo.
Después de una hora, la embajadora dijo:
- “¡Basta!... ! Ella estará estancada con él de nuevo esta noche. Con suerte ella aprenderá su lección... Guardia, dale 10 azotes en la espalda!... ¡Luego, colócala de nuevo en su arado.”
La noche S83574 fue encadenada al caballo con una cadena de 5 metros de longitud.. Ella podía libremente moverse alrededor del caballo, pero solo lo suficiente para satisfacer su polla con su boca y su coño… Ella trató de llevarlo al orgasmo con la boca pero no tuvo éxito después de 3 horas de succionarlo... Y por no conseguirlo, sabía que sería azotada por este fracaso, pero no estaba preparada para escuchar a la embajadora decirle al guardia.
- “Sus azotes de la mañana se los dais con el látigo de rinoceronte… Serán 30 latigazos en lugar de 10… Después de eso, colocarla en el bloque de montaje para follar a mi caballo... Él es tan bueno ahora que está a punto de estallar… Tal vez ella lo haga mejor después de una paliza… Cuando se la haya follado mi caballos, la lleváis a que siga arando.
Y cumplido estas órdenes, la esclava desnuda S83574 trabajaba en el sol tórrido encadenado como de costumbre al arado por sus anillos de tetas y muñecas.
Pero ahora, sus cadenas de tetas eran tan pesadas que parecían arrancarle los pezones… Su Ama había ordenado que le pusieran cadenas de caballos especiales para esta "puta" como la llamaba desde que fue jodida por su caballo.
Los labios de su coño también le dolían por el peso de las nuevas cadenas pesadas que llevaba colgando como castigo supletorio.
Sudaba constantemente, al igual que todos los caballos en esta granja, pero su sudor se derramaba sobre su cuerpo sin alivio alguno.
Tenía sed de agua, pero sólo podía esperar que la siguiente hora pasara rápidamente, ya que sólo podía beber con el resto de los caballos en el abrevadero.
Le dolía el coño por las ‘caricias’ que sufría todas las mañanas después de ser utilizada por los hombres y mujeres de su dueña, la embajadora.
Mientras araba, solo podía pensar en el dolor que estaba sufriendo... Su única esperanza era trabajar tan duro como pudiera para complacer al guardia y evitar el látigo.
Pero esto, por supuesto, era absurdo... Ella era sólo una esclava desnuda para ser usada como caballo... Cada paso era una agonía mientras ella tiraba de su arado en el accidentado campo... Sus pies desnudos estaban en carne viva de las interminables filas de campo que había arado desde que fue sentenciada a este infierno, que sólo terminaría cuando ya no sirviera prácticamente para nada y sería devuelta a la prisión para realizar otro tipo de servicios y recibir otras modalidades de castigos.
En fin, una vida de infierno fue la que tuvo.
F I N
Autor: yanine10 Categoría: BDSM
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Mi madre y yo
2019-08-17
Carmen se gira hacia mi madre y coloca su boca sobre la de ella, morreando, echándose encima lo que obliga a que mi madre se tumbe boca arriba sobre el sofá, abriéndose el albornoz de mi madre y exponiendo su conejo totalmente depilado a mi vista y a la de Adriano.
Mi madre lucha para levantarse, pero Carmen la inmoviliza debajo de su cuerpo.
El albornoz de Carmen también se ha abierto, lo que hace que coloque directamente sus tetazas sobre las tetazas de mi madre, y deja ver por detrás sus glúteos redondos y macizos.
Debajo de los glúteos de Carmen está el conejo de mi madre, abierto de par en par, y muy próximo el rabo enorme de Adriano, que ha salido de su calzón y que está creciendo cada vez más y más, aproximándose a la entrada del conejo de mi madre.
El cipote de Adriano me recordó por un momento a la nariz de Pinocho que crecía en cada mentira que decía. El pollón de Adriano, sin embargo, no crece por las mentiras, sino por la excitación que le provoca la proximidad de la presa, como cualquier buen cazador de conejos que se precie.
Adriano se ha colocado entre sus piernas, la sujeta por las caderas y poco a poco el cipote va entrando en el conejo de mi madre, que comienza a jadear y deja de luchar.
Carmen la descabalga, dejando las tetazas de mi madre al descubierto, pero se coloca al lado, sujetándola las manos y sobándola, chupándola y lamiéndola las tetazas.
Mi madre gime de placer y su gemido se confunde con el de ella misma en la televisión. Un negro y un blanco se la están follando en distintas dimensiones, y yo estoy allí para no perderme ningún detalle.
Las piernas de mi madre están ahora dobladas sobre el pecho de Adriano, que no para de follársela.
Entre tanto movimiento, me fijo que Carmen tiene su culo en pompa, y me atrae como un imán, por lo que coloco mis manos sobre sus nalgas, sobándoselas una y otra vez.
Mi cipote también ha crecido bajo el pantalón, por lo que procedo a liberarlo, dejándolo libre en todo su esplendor, erguido y tieso como un palo, y apuntando al culo de Carmen, se lo meto poco a poco, entre los gritos iniciales de Carmen y los gemidos de placer que luego la provoca.
Imito a Adriano y pongo una pierna sobre el sofá para arremeter con más fuerza, con más ganas, el culo en este caso de Carmen.
Las nalgas de Carmen se mueven en cada una de mis embestidas, lo mismo que las tetazas de mi madre por las embestidas de Adriano. ¡Adelante y atrás, adelante y atrás!
También imito a Adriano en los jadeos, resoplando en cada entrada y salida del cipote.
No hay nada como aprender de un buen maestro.
La habitación se ha convertido en un excitante salón de baile, entre jadeos y movimientos rítmicos.
Mi vista recorre el culo de Carmen, las tetas, el conejo y la cara de mi madre, en el sofá y en la televisión, así como las frenéticas entradas y salidas de los tres rabos en los lubricados agujeros.
De pronto, Adriano para y ruge como un tigre herido, ha tenido un orgasmo, por lo que la saca gritando “¡No, no!” y se marcha de la habitación.
La ansiedad de follársela le ha motivado a que embista a mi madre con demasiadas ganas y le provoque un orgasmo antes de lo que quería.
Mi madre se gira, dándome la espalda, y comienza a incorporarse lentamente, poniendo su culo en pompa.
Carmen me urge diciéndome:
¡Ahora tú! ¡Métesela ya! ¿A qué esperas? ¡Vamos, antes de que se levante!.
Rápidamente se la saco del culo de Carmen, pero mi madre está ya levantada.
Carmen agarra rápidamente a mi madre, y la empuja otra vez sobre el sofá, tirándose encima.
Mi madre está otra vez sobre el sofá, ahora boca abajo, intentando levantarse otra vez, con el culo en pompa, sujetada por Carmen que me grita:
¡Venga, gilipollas! ¿A qué esperas? ¡Métesela ya!
Mi madre grita débilmente:
¡No, no, mi hijo no!
Pero yo ya estoy lanzado, por lo que, imitando al negrazo que todavía continúa follándosela en la tele, coloco una pierna sobre el sofá, la sujeto con una mano por las caderas y con la otra ayudo a que entre poco a poco mi polla erguida en el conejo jugoso de mi madre.
Oigo a mi madre chillar.
¡Ya estoy dentro! ¡dentro del conejo de mi madre! ¡No me lo puedo creer! ¡Estoy totalmente emocionado!
¡Ahora soy yo el que se la folla, el que se folla a su madre, elquefolla!
Comienzo a bombear poco a poco, sintiendo en toda mi polla el contacto con las paredes del conejo de mi madre, entrando y saliendo cada vez más rápido, con más fuerza.
Carmen me ayuda, la sujeta para que no se mueva, para que pueda follármela a placer.
Mi madre ya no chilla, solo jadea y gime de placer en cada entrada y salida de su conejo.
Sus nalgas se mueven cada vez más rápido por mis embestidas.
La doy un azote que me suena a gloria, luego otro y otro, sin dejar de follármela, y en cada azote la oigo chillar, de placer.
Pero me falta algo.
La desmonto, ante la atónita de Carmen que me grita:
Pero ¡qué coño haces, gilipollas!, ¡fóllatela!.
Mi madre comienza a levantarse, pero yo me siento en el sofá y tiro de ella, obligándola a que se ponga sobre mis rodillas, boca abajo, con el culo en pompa, la sujeto bien y comienzo a darla de azotes, fuertes, sonoros. En cada azote mi madre chilla, se retuerce como queriendo escapar pero no la dejo, la sujeto con la ayuda de Carmen, mientras la doy un azote tras otro sin dejar de observar sus nalgas, cada vez más coloradas.
¡Tenía ya ganas de azotar ese culo macizo, respingón, que tanto deseo despierta a los que lo ven!.
Sus nalgas han adquirido un intenso color rojo por los azotes que la estoy dando.
Ya estoy satisfecho de los azotes y ahora me falta acabar de follármela, por lo que, otra vez con la ayuda de Carmen, la tumbo boca arriba sobre el sofá, con un cojín debajo de sus nalgas para levantar la entrada a su conejo, y poniéndome de rodillas entre sus piernas, la sujeto las caderas y se la vuelvo a meter poco a poco.
Carmen la sujeta los brazos que están estirados a lo largo de su cuerpo, realzando aún más, si es posible, sus tetazas.
Veo como mi cipote entra un poco dentro de su conejo, para volver a salir, y luego otra vez entrar y a salir, cada vez más dentro, hasta que desaparece dentro de él, para volver a salir.
Me fijo en las tetazas de mi madre, enormes, redondas, erguidas, con pezones rojizos como cerezas saliendo de aureolas casi negras.
Su cara está encendida de placer, con las mejillas coloradas, sus ojos semicerrados y sus gruesos y sonrosados labios entre abiertos, enseñando unos dientes blancos y regulares con una lengua sonrosada entre ellos.
La levanto las piernas y se las coloco sobre mis hombros.
Mis embestidas son cada vez más rápidas y enérgicas.
Sus tetazas se mueven cada vez más, adelante y atrás, adelante y atrás, se bambolean como flanes sin perder su redondez, su consistencia maciza.
Estiro un brazo y manoseo sus tetas, sobándolas, noto la suavidad de su piel y la dureza de sus carnes prietas.
Noto que me viene el orgasmo, pero no intento detenerme para atrasar el glorioso momento, sino que dejo que fluya con toda su intensidad, sin moverme, disfrutando del instante.
¡Grito de placer! ¡rugo! ¡del placer mayor que he tenido en mi vida!.
¡Me he follado a mi madre!
Con la polla todavía dentro, la miro, y está con los ojos cerrados, con una sonrisa en los labios y con unas tetazas enormes que parecen que me aplauden, que aplauden el polvazo que la he echado.
Saco poco a poco mi polla, con restos de esperma, seguramente mía y de Adriano, y me incorporo.
Carmen me aplaude a rabiar, gritando “¡Bravo, bravo!”.
Con una sonrisa de oreja a oreja y tambaleándome de placer, cojo mi ropa, y Carmen me indica que me vaya al baño a ducharme.
Así lo hago mientras observo que mi madre aún yace tumbada boca arriba sobre el sofá.
Estoy un rato bajo la ducha, sonriendo todo el tiempo y riéndome de la emoción de follarme a mi madre, a pesar del dolor persistente de cabeza que tengo.
Cuando salgo, mi madre también se ha duchado y se ha puesto un vestido corto de Carmen.
Nos esperan Adriano y Carmen para llevarnos en coche a nuestra casa.
Adriano no quiere que vaya Carmen, dice que no es necesario, pero Carmen se empeña, diciendo:
¡No me jodas, joputa! ¡Que ya sé que quieres volver a follártela! ¡Pero por hoy es suficiente, que tiene que verla su maridito inmaculada como si fuera la Virgen María recién aparecida de los cielos.
Nos dejan en el portal de nuestra casa, y subiendo en el ascensor, mi madre me dice:
¡Que cansada estoy! ¡estoy agotada! ¡vaya día tan intenso que hemos tenido hoy! ¡Y ahora no hagamos ruido, no vaya a ser que despertemos a tu padre que estará durmiendo, el pobrecito!.
Entramos en casa que está a oscuras, haciendo el mínimo ruido y encendiendo las luces mínimas para poder llegar a nuestros dormitorios sin despertar a mi padre que debe estar durmiendo en la cama.
Mi madre se mete de puntillas en su dormitorio, cerrando la puerta, y yo me voy al mío.
Ya dentro de mi habitación, me estoy cambiando en silencio cuando oigo en la calle el ruido del claxon de un coche y luego el ruido estridente de la alarma de un coche.
El claxon suena de forma intermitente, suena, deja de sonar, vuelve a sonar, y así durante un buen rato, hasta que se oye a alguien que grita:
¡Cabrones, iros a follar a vuestra puta casa, que aquí hay gente decente durmiendo!.
Salgo a la terraza y veo el coche de Adriano que continúa abajo donde nos dejó.
Es el claxon de su coche el que suena de forma intermitente y está pegado a un coche que tiene su alarma sonando.
¡El muy cabrón se está ahora follando a Carmen dentro del coche! ¡por eso suena así su claxon! ¡y con sus movimientos de mete-saca ha hecho que su coche dé al coche que está aparcado a su lado por lo que suena su alarma!
¡La que ha montado el muy cabrón!
El mirón del edificio de enfrente creo que también debe estar despierto, ya que tiene las luces de su vivienda encendidas.
Cojo los prismáticos y a oscuras miro hacia su vivienda, y así es, ahí está en su terraza mirando por su telescopio hacia los coches y hacia nuestra vivienda.
Oigo un coche de policía, que viene rápido por nuestra calle.
Ahora es el coche de Adriano el que se pone en movimiento, huyendo del coche de policía que le persigue, desapareciendo ambos en una calle más adelante.
¡No me lo puedo creer!
Pero lo peor es que ahora mi padre se ha debido despertar, y recrimina a gritos a mi madre por la hora a la que ha venido y la pregunta de dónde ha venido y con quien ha estado. Se ponen a discutir hasta que después de unos diez minutos parece que la cosa se calma y se callan.
Me acuesto y me duermo, pero al rato un ruido me despierta.
¡Oigo a una mujer gemir a gritos, gritos de placer!
¡Es mi madre! ¡Vienen de su dormitorio! ¡Nunca la había oído mientras follaba con mi padre!
¿Será la bebida que ha tomado? o ¿gime así para provocarme sexualmente?
Aunque todavía me duele la cabeza, estoy demasiado agotado para nada más, así que en un instante estoy dormido profundamente entre los gritos de placer de mi madre, sin dejar de pensar que debería grabar las escenas y que el mirón se debe estar poniendo las botas con el espectáculo.
Autor: david19922 Categoría: Sexo Anal
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ESTA NOCHE VAS A SER MUY PUTA
2019-08-17
Quedamos a la hora prevista en el apartamento que he reservado para ti, tú me estás esperando como te dije. Duchada, con tu piel totalmente hidratada con ese aceite que te regalé con olor a canela que tanta sensualidad desprende, perfectamente maquillada, y con una bata de seda negra únicamente para cubrir tu delicioso cuerpo, junto con unos stilettos negros de aguja que estilizan tú figura.
Según entro dejo unas bolsas en el sofá, se tratan de unas compras que he hecho para ti, y te doy un cachete suave en tu delicioso culo, envuelto en esa bata de seda negra que invita a poseerte, esta noche tu mente te pedirá que te domine, que te castigue como a una niña mala. Encantadoramente puta y encantadoramente perversa, tan inocente a la vez.
A una señal de mi cabeza, recoges las bolsas y desapareces con ellas dentro del baño, al cabo de un rato, sales vestida, conservas los zapatos de aguja pero los sustituyes por unas botas negras altas de charol, de unos trece centímetros de tacón, y que llegan hasta la mitad de tus muslos. Estás muy atractiva, las prendas elegidas te dan un aspecto de zorra pidiendo pollas. La camisa negra entallada te queda elegante, a la vez que sugerente, la minifalda plisada de cuadros fucsia acentúa tus esplendorosas piernas, pero tendrás que tener precaución con tus movimientos o el tanga negro que llevas debajo se verá perfectamente.
Al no llevar pantys puestos, y ya que es un deseo mío que no lleves ningún tipo de medias, me será mucho más fácil ponerte el plug anal que llevarás puesto toda la noche, de acero, color plata y con un diamante rojo redondo en su parte final. Que junto al collar negro de piel, con aro, que llevas puesto en tu cuello, harán sentirte totalmente de mi propiedad.
Entramos en una güisquería, un ambiente algo selecto, estilo inglés, no demasiado iluminado y con unos parroquianos dispersos, bien solos, bien en reducidos grupos. Todos nos han mirado al entrar. Te das cuenta de que eres la única travesti del local, me miras de reojo y caes en la cuenta de que esta elección no es casual. No ha terminado el juego, ni siquiera te brindo unos minutos de descanso.
Elegimos la barra para sentarnos. Te invito a sentarte en un taburete alto y yo elijo otro para situarme justo delante de ti. Al sentarte y cruzar tus deliciosas piernas, tus muslos suaves afloran en toda su plenitud, pedimos dos bebidas, tienen alcohol. Bebemos y nos dejamos embriagar ligeramente por el licor. Nuestros cuerpos, físicamente sedados, lo aceptan con infinito placer. Una situación muy agradable. Nuestras mentes excitadas, por lo que intuyen lo que se avecina, lo aceptan como un estimulante elemento más de seducción.
Charlamos, mientras lo hacemos mi mano reposa en una de tus piernas. Pasan los minutos de la que es una agradable charla, cuando mi mano se acerca a acariciar el interior de tus muslos, enseguida tú cara cambia de semblante y adopta esa expresión de puta caliente que tanto me gusta, y como imperceptiblemente separas tus piernas dejándome el camino abierto hacia tu coño, (polla).
En ese momento un hombre se acerca a nosotros es algo mayor que yo, elegante, muy educado, y nos invita a tomar una copa con él en una de las mesas del fondo. Unas mesas en las que no hay nadie y que están entre penumbras.
Te miro y tus ojos brillan, estás expectante. Acepto la invitación en nombre de los dos y cogido a tu cintura seguimos a ese hombre hasta la mesa. El resto de clientes miran como caminas con esas botas altas y como contoneas las caderas de lado a lado. En los ojos de muchos noto el brillo de la envidia, del deseo.
La mesa es circular y una especie de sofá semicircular la rodea por el lado donde está la pared. Nos sentamos, tú quedas en medio de los dos con las piernas cruzadas. Tal y como estamos sentados, el resto de clientes debe girar su cabeza 180 grados para podernos ver.
Sobre la mesa, el camarero deja una cubitera de hielo, copas y las botellas de las consumiciones que estamos tomando. Nuestro anfitrión tiene una conversación amena, interesante. Pero se le nota demasiado que está intentando llegar a otro tipo de conversación. Sus ojos no dejan de mirar tus piernas, al hacerlo, inmediatamente me mira a mi esperando algún gesto de ofensa por mi parte. Yo me mantengo impasible.
Después de realizar varias veces esta operación sin ver reacción alguna por mi parte y comprobando que tu mirada navega entre la excitación y el desconcierto decide mostrar sus cartas. Está convencido de que tú y yo somos puta y cliente. Género fino, caro. Demuestra estar totalmente encaprichado contigo. Me ofrece el doble de lo que he pagado para que te ceda a él.
Me acerco a ti y te susurro al oído unas órdenes. Tú obedeces, y con mucha suavidad descruzas tus piernas, dejando al descubierto tu tanga. Pongo la mano sobre él y compruebo lo caliente que está. Como no decepciona, invito al desconocido a que haga lo mismo. El hombre está algo desconcertado y accede a mi invitación con la sensación de tener los esquemas rotos. Empieza a dudar seriamente de que seamos puta y cliente.
Al fondo de la sala se empiezan a ver movimientos inquietos de cabezas. No es que puedan ver gran cosa, pero nuestros gestos y posturas dejan mucho campo a la imaginación fantasiosa
El hombre está francamente excitado. Te has dado cuenta de ello, al mirarme a mi, confirmas que tanto mi pantalón como el brillo de mis ojos delatan que yo estoy peor que él. Con un ligero movimiento de cabeza, te cedo la iniciativa…..
Sin apartar la mano del hombre, de tu coño (polla), y mirándome a los ojos, dedicas una mano a cada uno de nosotros para desabrochar nuestras braguetas y coger nuestras pollas. Te sitúas cómodamente en el sofá, abriendo bien las piernas y comienzas a masturbarnos a los dos a la vez. Mi boca busca tu lengua. Mientras, el otro hombre, manosea lascivamente tu coño (polla), por encima del tanga.
A los pocos minutos, prácticamente todo el bar está girado mirándonos, el camarero no se atreve ni a acercarse a decirnos nada. La gente se mantiene en sus asientos pero está que arde. Un cliente, incluso ha cerrado la puerta de la calle con pestillo y se ha sentado en la barra a mirar.
Empiezas a excitarte. Lo noto en tu respiración, te sientes poderosa causando tanta expectación, consciente de que me estás haciendo poner a cien, de que te acabas de converti en protagonista de un improvisado espectáculo X en vivo.
Pero es demasiado para nuestro desconocido amigo. El sentirse observado por tanta gente, lo ha desconcertado. Se separa de nosotros y sale del sofá, situado en la barra del bar, no puede dejar de mirar.
Ahora que noto que estás excitada, que incluso el haber asustado a ese hombre por lo puta que eres, te excita todavía más, vuelvo a darte una orden. Me miras sorprendida, como si no hubieras entendido bien lo que te he dicho, pero tras unos segundos de duda me miras desafiante y excitada y obedeces.
Te has levantado del sofá y te has quedado sentada sobre la mesa, apoyada con las palmas de tus manos sobre ella, con las piernas bien abiertas y los tacones de tus botas altas bien asentados en el suelo. Totalmente excitada puta, y pidiendo con tu mirada ser follada por alguno de esos hombres que tanto te miran y desean, pero no se atreven a dar el paso.
Con una mano tomas la tela del tanga que tapa tu coño (polla) y lo desplazas de lado. Muestras tu coño (polla) depilado a los parroquianos. Separas las piernas sensual y a la vez irreverente. Lentamente empiezas a tocarte, tú cara de zorra lo dice todo, estás hirviendo, palpas la excitación que flota en el ambiente del bar. Miras fijamente mis ojos mientras juegas con tu coño (polla). Te das cuenta de que te miro con verdadero deseo y admiración.
Enseguida me doy cuenta de que uno de los parroquianos está totalmente excitado, se lo noto en su cara, así que decido acercarme a él y hacerle una proposición. Se lo comento al oído y me contesta que si, que está dispuesto a ello.
Sin más dilación se levanta, yo ocupo el sitio en el que estaba sentado, y se acerca hasta donde estás tú. Sigues tocándote, totalmente excitada, y en la misma posición en la que te dejé. Él es un hombre de unos cincuenta años, bien parecido, de constitución fuerte, alto, canoso, con un olor agradable a perfume varonil, y vestido de forma elegante. Vamos, de los que sé que te ponen a cien, puta.
Sin decir nada te baja de forma brusca de la mesa, estás de pie frente a él, coloca una mano en uno de tus hombros y ligeramente te agacha hasta que tu boca queda a la altura de la cremallera de su pantalón, al agacharte tus piernas se flexionan, quedando nuevamente bien abiertas y mostrando todo el esplendor de tus muslos por delante y parte de tu delicioso culo por la parte trasera.
Seguidamente baja su cremallera y saca a la luz su polla, incluidos sus huevos. Son de esas que tanto te gustan, totalmente depilada, sin circuncidar, con un aspecto saludable, con una piel tersa y de color moreno, un glande de color rosado, y un tamaño aceptable, no excesivamente grande. Dese la distancia te observo y sé que estás deseando introducirla en tu boca, perfilada con un pintalabios de color rojo intenso.
El tipo gira su cabeza y me mira, como pidiéndome permiso para que comiences a lamer su deliciosa polla. Me levanto, me acerco a vosotros, y te digo en tono alto y autoritario que le comas la polla y que dejes hacerte todo lo que le apetezca al señor. Sin perder ni un segundo agarras su miembro con una mano, lo estiras hacia arriba y comienzas a lamer sus huevos de una manera lasciva, mientras con la otra mano pajeas lentamente toda la extensión de su tronco.
Después de estar lamiendo sus huevos y demás, llega el momento de saborear su polla, así que, la introduces en tu boca y tus movimientos de cabeza comienzan de forma progresiva a devorar tan delicioso manjar para ti. Estás muy excitada, tanto es así, que mientras mamas, desabrochas completamente su pantalón y lo dejas caer al suelo junto a su bóxer blanco, te sujetas delicadamente en sus caderas y sigues mamando.
Llega un momento en que la excitación que has provocado en él es alta, y su polla está totalmente dura y perfecta para que pueda follarte sin ningún problema. Te agarra de un brazo, te levanta, te da la vuelta y te empuja hacia la mesa ligeramente, doblando tu cintura y apoyando medio cuerpo en ella. Tú culo está totalmente a su disposición en esa postura.
Con las piernas bien abiertas y tu culo totalmente dispuesto, te levanta ligeramente la minifalda, el tanga lo aparta hacia un lado, y comienza a sacar lentamente el plug que llevas introducido, al sacarlo vuelve a meterlo lentamente, y así en seguidas ocasiones, para que tu culo esté totalmente preparado para recibir la embestida de su polla. Tus gemidos de zorra se comienzan a escuchar en el bar, y eso hace que algunos de los parroquianos se acerquen a la mesa para ver de cerca tal estampa.
El plug me lo da para que me lo guarde y comienza a introducir su polla lentamente en tu culo, la verdad es que lo hace bien, poco a poco y sin ningún tipo de prisa, hasta que la tenga totalmente introducida, y los movimientos entrando y saliendo se aceleren. Observo tu cara y estás totalmente entregada, me miras complaciente y sé que estás disfrutando como una puta, pero sobre todo porque estás complaciendo mis deseos.
Aprovechando la ocasión, algunos de los parroquianos comienzan a sacar sus pollas y tocarse mientras el tipo ya te está follando rápido y duro, cada vez gimes con más fuerza, el placer te invade, lo sé. Y como yo no voy a ser menos, acerco tu cabeza al borde de la mesa, y la giro hacia donde estoy yo. Saco mi polla y te la doy para que mientras te follan, disfrutes de ella con tu boca.
Todo transcurre como yo había planeado más o menos, hacerte disfrutar como una puta, siendo observada y ofrecida a hombres desconocidos, pero bien seleccionados, como sé que a ti te gustan. Se nota que él está a punto y yo también, en ese momento tomo el mando, retiro al tipo, te incorpora hacia arriba y te vuelvo a agachar con las piernas flexionadas y abierta de piernas. En esa posición acercamos ambas pollas a tu boca, con movimientos rápidos y continuos de nuestras manos para darte todo el placer acumulado, alternas la mamada de una a otra, hasta que llega el momento, toda la leche caliente y espesa en tu boca. No te puedes ni imaginar que cara de placer y de zorra tienes en este momento. Tu boca completamente inundada de semen, mezclado con el color rojo de tus labios y todavía sigues mamando.
Ana Pleaser
❀ Hechos reales.
Autor: AnaPleaser Categoría: Sexo Anal
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Enloqueciendo.
2019-08-17
Había llegado a casa tras una jornada fuera de casa y necesitaba una ducha, me dirigí al dormitorio mientras llamaba a Mikaela, como no contestó, me desnudé y me metí a la ducha, la verdad es que la insistencia de Mikaela cuando compramos la casa en tener un baño privado en nuestra habitación y sacrificar un hueco no me acabó de convencer, pero terminé por darla la razón, era un placer y muy práctico tener ese baño cerca de la cama, era amplio, luminoso y con una ducha muy grande, como me decía entre risas y miradas pícaras Mikaela cuando me bombardeaba constantemente con ese deseo del baño privado.
Abrí el agua y esperé unos segundos hasta que comenzó a salir a una temperatura adecuada, tibia, el día era caluroso y necesitaba refrescarme tras un largo día, comencé a jabonarme y me pareció oír la puerta abrirse, cerré el grifo mientras le decía a Mikaela que estaba en la ducha, y seguí jabonándome, tenía los ojos cerrados mientras lo hacía para evitar que la espuma del champú me entrara en los ojos y los irritara, cuando sentí su voz por el pasillo saludándome.
- Hola mi amor, ya llegaste, - dijo con esa voz dulce, que tanto me gustaba.
- Si, por fin, te parece que cuando salga de la ducha pidamos algo para cenar? –contesté mientras acababa de jabonarme y volvía a abrir el agua para aclararme
- No sé…. Creo que tengo una idea mejor. - Oí que me contestaba, desde la puerta del baño.
Cuando me aclaré y abrí los ojos, no lo podía creer, estaba asomada a la puerta con su sobrina, Rosa, la hija de Erika, su hermana mayor, estaban cada una a un lado de la puerta, mirándome sonriendo lascivamente, no podía creerlo!!!!
-Pero Mikaela, que haces!!! – Empecé a protestar tímidamente.
-Nosotras también necesitamos una ducha, cariño….Nos harás un sitio en la ducha?
Venían de hacer jogging, con unos pantalones cortos y camisetas sin mangas, se las veía deliciosamente sudadas y con los ojos chispeantes.
-No estoy seguro de que sea la mejor idea, Mikaela….- Seguí protestando sin mucha convicción.
-Deja que eso lo decidamos nosotras, no crees, Juan, mi amor.
Ambas entraron y comenzaron a desnudarse sin apartar la vista de mí, en realidad la situación me excitaba de tal manera que mi polla apuntaba al techo, se miraban entre ellas y me miraban a mí alternativamente.
-Estamos sudadas y necesitamos una buena ducha refrescante, serías capaz de negárnosla?
-Mi amor…..sabes que no podría negarte nada. – Mikaela sabía perfectamente como excitarme hasta el paroxismo, lo hacía casi a diario y se jactaba de ello.
Se acercaron lentamente, de la mano, abrieron la puerta de la ducha y Mikaela hizo una seña a Rosa con la cabeza mientras sonreía, nuevamente volví a dar las gracias mentalmente a Mikaela por insistir en esa ducha amplia y luminosa, me hice un poco a un lado, para que pudiera ponerse bajo el agua templada.
Rosa no dejaba de mirarme directamente a los ojos mientras se metió bajo el agua y comenzaba a pasar sus manos por su cuerpo. Mikaela cerró la puerta y me besó.
Una ducha después de hacer deporte siempre es necesaria, mi amor – Me dijo mientras me besaba, y ella también se metía bajo el agua.
La situación era tan excitante que mis ojos casi no parpadeaban, ahí tenía a dos mujeres increíbles bajo el agua, con sus cuerpos rozándose y mirándome con dulces ojos de vicio, el agua mojaba sus cuerpos, el de rosa un poco más menudo, joven, y el de Mikaela más maduro y curvilíneo de esos que te giras al pasar, dos diosas en la ducha.
Mikaela ya me había comentado que tras la experiencia con Erika Y Pablo, Rosa se había acercado a ella a veces para charlar, no sabía cómo abordar el tema de la sexualidad con sus padres y recurría a ella, su tía, abierta y comprensiva, era bisexual y había tenido disgustos cuando se lo decía a quienes eran sus parejas, niñatos cegados por una hombría mal entendida, Mikaela salía a hacer deporte con ella y hablaban, la aconsejaba y se relajaban corriendo por un gran parque cercano mientras se hacían confidencias.
Y ahora ahí las tenía, a escaso medio metro bajo el agua, mirándome con ojos de deseo, sencillamente increíble.
Me tendieron sus manos mientras me hacían un hueco entre ellas. – Irrechazable, pensé. Y agarré el gel y me dispuse a ayudarlas en esa reconfortante ducha.
Jabonaba el cuerpo de Mikaela mientras Rosa se pegaba a mi espalda y mientras una mano recorría mi pecho y vientre y la otra los pechos de Mikaela, Mikaela se pegaba a mi pecho y su mano tanteaba la dureza de mi polla y la turgencia de las nalgas de Rosa. Era como estar en el paraíso.
-Sabes la de veces que he pensado esto mismo, tía? – Dijo de repente Rosa.
-Puedo imaginármelas Rosa, ya he visto como nos mirabas a veces cuando estábamos juntos.
No salía de mi asombro, está visto que no me había enterado de nada, y Mikaela tampoco me había sacado de mi ignorancia, conociéndola, seguro que había pasado todo este tiempo urdiendo esta situación, pensé mientras la besaba bajo el agua.
Rosa dejó los pechos de Mikaela y se centró en mi polla y pezones, los pellizcaba ligeramente y susurraba a mi oído que estaba deseando tenerme dentro de ella, y comprobar si era tan rico como Mikaela la había contado. Miré a Mikaela y su cara era la de una viciosa desenfrenada, cuando se pone así es toda una fiera, nada la detiene, conocía bien esa expresión. Me miró y agarrándome de los hombros hizo que me girara hacia Rosa.
Al hacerlo, se apoyó en la pared, dejando un poco de distancia entre nuestros cuerpos, sus pezones estaban duros, tiesos, desafiantes, sus labios entreabiertos, sus ojos clavados en los míos, provocándome.
Mis manos se posaron en ellos, mientras Mikaela me animaba y miraba a Rosa con la cabeza apoyada en mi hombro.
-Rosa está deseando un hombre, y no niñatos con ínfulas, dale lo que necesita, mi amor, dáselo.
Mientras la besaba Mikaela nos acariciaba a ambos, y nuestras manos recorrían el cuerpo de Mikaela sin descanso, pasaban de uno a otro, de una piel a otra, sin pausa, elevando la excitación al infinito.
Finalmente Rosa se giro y apoyando sus manos en la pared me ofreció sus nalgas, mis manos las separaron y mi polla se apoyó en la entrada de su sexo, no quería follarla todavía, quería que lo pidiese, que lo suplicase, así que no presioné, simplemente apoyado mientras pellizcaba los pezones, que estaban durísimos, Mikaela también se ocupaba de Rosa, de su sexo, su vientre se movía, sus caderas buscaban mi sexo dentro de ella, pero aún no era el momento, los expertos dedos de Mikaela jugaban con su clítoris y Rosa gemía cada vez más, de vez en cuando giraba la cabeza y me miraba con rabia, me quería dentro ya, la besaba con pasión, mi lengua y la suya se entrelazaban en juegos diabólicos.
Finalmente Mikaela se sentó y llevó su boca hacía el clítoris de Rosa la escena era brutal, Rosa con su culo en pompa, mientras Mikaela se comía su clítoris, mientras mi polla permanecía entre los labios de su coñito sin acabar de entrar.
Estaba cada vez más desesperada, la excitación llegó a su clímax y tuvo su primer orgasmo, tras él Mikaela no se separó de su clítoris y Rosa gemía que por favor la metiera ya de una puta vez.
-Deja de torturarme y métela hasta el fondo de una puta vez.
Mikaela entonces puso una mano en mis nalgas y presionó. Empecé a notar como el calor de Rosa invadía mi polla, poco a poco, a medida que Mikaela empujaba, yo entraba en Rosa, que maldecía y temblaba. Mis manos en sus caderas, separando sus nalgas, mi polla ya entera en su interior la lengua de Mikaela sin dejar su clítoris, Llevaron a Rosa en cuestión de un minuto a su segundo orgasmo, los gemidos se volvieron roncos, profundos.
Notaba las contracciones en mi polla, y entonces Mikaela empujó con fuerza mis nalgas y me clavé hasta el fondo. Rosa se retorcía, y Mikaela había atrapado su clítoris entre sus labios, yo notaba su barbilla pegada a mis huevos, la sensación era enloquecedora.
Tras ese segundo orgasmo, Mikaela cerró el agua y soltando el sexo de Rosa la invitó a saborearse.
-Ven aquí, saborea tu coñito, sobrinita. -La dijo.
Rosa se sentó junto a Mikaela, y acerqué mi polla a sus labios. Su lengua recorrió entonces mi capullo y todos sus pliegues, la punta de su lengua repasaba cada milímetro de él, hasta que sus labios se abrieron y pasó al resto del tronco de mi polla, sabía cómo hacerlo, desde luego. Mikaela la abrá aleccionado sobre cómo se come una polla, o ya tenía aprendido el ejercicio, pensé mientras las veía a ambas, Mikaela me miraba con esa mirada suya, mientras acariciaba mis huevos.
Finalmente. Le arrebató mi polla cariñosamente a su sobrina, y se la metió hasta el fondo de la garganta, lenta y suavemente, pero sin parar, eso me hacía perder la cabeza, lo sabía…..me ponía al borde del orgasmo cuando lo hacía, y mientras me miraba con los ojos entornados al máximo, y Rosa no perdía detalle, creo que lo inaudito de la situación fue lo que hizo que no me corriese de inmediato.
Con la misma lentitud fue sacando mi polla, sin dejar de mirarme, ni un instante, era una maravilla verla hacer eso.
-Vamos Rosa, tú también puedes. -La dijo cuando finalmente acabó.
Respiré profundamente, no podía ser verdad. Rosa entonces me miró y como había hecho Mikaela se metió en la boca mi polla hasta que no quedó nada fuera, pero sus ojos empezaron a humedecerse y notaba su garganta
contraerse, estaba a punto de atragantarse, y sacó más rápidamente la polla llena de babas de su boca…. Había estado a punto de correrme y Mikaela disfrutando de ello, como una colegiala la mañana de Reyes.
Se incorporaron ambas y fue Mikaela la que, de nuevo tomó la iniciativa.
-Tómala en tus brazos y empálala como sabes.
Su mirada era perversa, estaba disfrutando. Rosa me extendió sus brazos y al acercarme la abracé, la levanté y apoyándola en la pared mientras la sujetaba por las piernas la elevé hasta que mi polla quedaba por debajo de su sexo abierto de par en par, Mikaela lo dirigió a la entrada y dejándola caer se introdujo por completo. Noté el cuello de su útero en mi capullo, acomodándose, Rosa tenía una expresión de incredulidad en su rostro, y Mikaela la acariciaba y besaba mientras la dedicaba palabras tiernas. Por un instante temí lastimarla, pero sus gemidos y movimientos enseguida me tranquilizaron, movía sus caderas en círculos, y cada vez gemía más u más alto, casi llegaba a gritar cuando se corrió, maldiciendo.
-Joder!!!! Que es estoooooo!!!!!
Mikaela sonrió y la dijo. -Te lo dije, te llevará al cielo, cariño.
Notaba como mi orgasmo se empezaba a convertir en irreversible, en cuestión de segundos no habría marcha atrás. Mikaela, mi amor, me voy a correr, dije entonces…..
Sin dar tiempo a Mikaela a responder, Rosa dijo. - Si, aguanta unos instantes y hagámoslo juntos, por favor, lléname, por favor.
-Ya sabes que tienes que hacer, amor mío, dijo entonces Mikaela.
Y comencé a embestir como antes lo había hecho en esa situación con Mikaela tantas y tantas veces, como una bestia desbocada, mis manos apoyadas en la pared, mientras sujetaban mis brazos las piernas abiertas y mi polla se clavaba en ella, sin piedad, entre resoplidos notando como el calor se acumula en mis riñones antes de explotar.
Y finalmente explotamos a la vez, como si nada más importase que nosotros tres.
La sujetaba en la misma posición cuando empezaba a salir mi semen del coñito de Rosa y Mikaela se acercó a recogerlo con su boca.
No se puede desperdiciar, dijo mientras luego se puso en pie y lo compartió con nosotros mientras nos besábamos los tres apasionadamente.
La locura, pensé entonces, acababa de comenzar.
Autor: bilbao_49 Categoría: Tabú
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El jacuzzi del club de intercambio y mi mujer.
2019-08-17
Llegamos mi mujer y yo al club de intercambio sobre las 11 de noche, ella llevaba un vestido justo por debajo del culo que si se movia demasiado permitia ver sus nalgas perfectamente, la parte de arriba era semi transparente y llevaba un sujetador negro que apenas le tapaban los pezones, era foco de muchas miradas pues sus tetas no pasan desapercibidas.
Nos pedimos unas copas para ir entrando en el ambiente, y despues nos sentamos en una zona donde habia 2 parejas, y enseguida entramos en calor con unos besos con lengua que ya me estaban poniendo la polla dura. Empece a rozar sus pezones por encima del vestido con la punta de mis dedos y notaba como se ponian duros al momento, ella estaba empezando a excitarse, como es bastante timida le pedi que me acariciara la entrepierna para que notara que mi polla estaba ya como un mastil, entonces me paso la mano por encima del pantalon de lino que llevaba y empezo a frotar su mano con la punta de mi polla.
En poco tiempo y casi sin darme cuenta me habia sacado la polla del pantalon con una maestria digna de una prostituta experta. Comenzo a sacudir suavemente mi polla de arriba a abajo mientras su lengua recorria mis labios y sus pezones se volvian mas y mas duros, estaba empezando a disfrutar de la situacion cuando le digo que vayamos al jacuzzi a continuar jugando...
una vez alli, nos desnudamos y nos sentamos dentro del jacuzzi. Justo al lado nuestro habia una pareja de unos 40 años que estaban besandose, ella estaba encima de él y se podian distinguir unas bonitas tetas de tamaño medio, él estaba pellizcando sus pezones mientras ella jadeaba encima de suya.
Nosotros continuamos donde lo dejamos y mi mujer se subio encima mia con los pies en el asiento del jacuzzi dejando ver perfectamente sus enormes tetas justo por encima del nivel del agua, lo cual no paso desapercibido para la pareja que teniamos justo al lado, ella observaba como se movian los pechos de mi mujer mientras él le pasaba la lengua por los pezones, se podia escuchar la respiracion de la chica como iba aumentando el ritmo a la vez que miraba las tetas de mi mujer.
Mi mujer empezo a acariciar mi polla por debajo del agua, mientras con la otra mano me sujetaba la cabeza y me besaba sin descanso. Mi polla estaba ya totalmente empalmada y ella seguia frotando la punta para despues llevarla hasta su clitoris y frotar todo el glande en su coño empapado de flujo, estaba muy caliente...
De repente me di cuenta que la chica de al lado empezo a meterle mano a mi mujer, acerco su mano a las tetas de mi mujer y empezo a rozar sus pezones con la punta de los dedos, mi mujer lo noto pero no le importo, ya que estaba muy excitada. Aproveche ese momento de confusión para introducir mi polla en el coño de mi mujer y ella solto un gemido de placer, ella empezo a moverse al compas de mi polla y cada vez estaba mas caliente, sus tetas subian y bajaban rompiendo el plano del agua del jacuzzi al entrar y salir del agua, y salpicando considerablemente por su gran tamaño.
La chica de al lado se percato de que ya estabamos follando y se acercaron un poco mas para poder participar con sus manos. Tras unas cuantas cabalgadas de mi mujer sobre mi polla la chica se acerco a mi mujer y le cogio las tetas, apenas podia rodearlas ya que son bastante grandes y se le escapaban entre los dedos, mi mujer paró las embestidas y la chica acerco su boca para chupar los pezones de mi mujer, y diria que le gusto porque empezo de nuevo a subir y bajar sobre mi polla mientras la chica succionaba sus pezones. Yo aproveche que los tetas de mi mujer estaban ocupadas para acariciar las tetas de la chica. Eran de piel suave y bastante duras para su edad, al notar que le acariciaba los pezones de repente levanto la cabeza y se dirigio a la boca de mi mujer.
Yo estaba ya apunto de explotar de excitacion, la chica acerco los labios a los de mi esposa y comenzaron a besarse apasionadamente mientras mi mujer bajaba el ritmo de las embestidas contra mi polla. Estuvieron un rato morreandose entre ellas cuando veo que la chica baja su mano por debajo del agua buscando el clitoris de mi mujer.
En ese momento sus labios de despegaron un instante y mi mujer jadeo suavemente y solto un pequeño gemido, volvieron a besarse y la chica empezo a agitar mas el brazo para acariciar el clitoris de mi mujer con mas fuerza. Mi mujer ya estaba empezando a moverse al compas de mi polla y de los dedos de la chica. La cara de mi mujer era indescriptible, jamas la habia visto disfrutar de esa manera. Mi mujer siguo intensificando el ritmo de sus movimientos mientras la otras chica frotaba el clitoris de mi mujer con sus dedos cada vez mas deprisa.
Mi mujer estaba totalmente entregada al placer, al cabo de unos minutos llego al orgasmo con un grito de placer, su cuerpo estaba en convulsión, sus pezones duros como piedras, mi polla entraba en su coño con una facilidad pasmosa. La chica de al lado se retiro y yo saque mi polla del coño de mi mujer, me sente en el borde del jacuzzi por encima del agua y mi mujer comenzo a comerme la polla lentamente, la otra chica nos miraba lascibamente mientras follaba con su pareja, veia como entraba y salia mi polla de la boca mi mujer, ella succionaba cada vez mas fuerte, yo no podia mas. Saque la polla de la boca de mi mujer y ella abrio su boca y saco su lengua, mi polla exploto de placer y su cara se lleno de semen chorreando por toda la boca y lengua. Aun tenia la cara de placer que le produjo la corrida anterior. Despues nos besamos y estuvimos un raro relajandonos en el jacuzzi.
Terminamos la noche con unas copas en la zona reservada y nos fuimos a casa.
Autor: Hastaelrabo Categoría: Sexo en Grupo
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Sexo en la oficina
2019-08-17
Como cualquier día de aquella semana de turno llegué a trabajar inmerso en la misma rutina.
Prefiero trabajar en agosto, es mas tranquilo, y por la noche sin jefes todavía mas.
Iba camino de la oficina, con un café en la mano, despidiéndome de los últimos trabajadores que se iban a sus casas o en busca de algún bar en el que refrescar las ideas con una fría cerveza.
En el turno de noche somos 3 personas, el jefe y dos mas. Bueno, en este caso la jefa se llama Ana y tiene unos 30 y pico.
Sin ser espectacular para nada, es una mujer muy atractiva con unas curvas muy sensuales y mirada picarona.
Su simpatía la hace aún mas guapa y tenemos feeling. Se nota, nos caemos bien.
Esa tarde-noche se presentaba algo extraña. El compañero de fatigas no se había presentado a trabajar alegando no sé que enfermedad y no se había podido cubrir con ningún otro compañero.
Bueno no hay tanto trabajo en las noches de agosto
Empezamos nuestra jornada algo atareados, acabando de cerrar el trabajo del cambio de turno que poco a poco íbamos solucionando.
En ese punto, Anna y yo nos organizamos el momento para parar a cenar.
Nos preparamos cuatro cosas en el office charlando de nuestro día a día. Nada hacia presagiar como acabaríamos esa noche.
Cenamos, hicimos un café y nos volvimos a centrar cada uno en nuestras pantallas de ordenador.
El calor empezaba ha hacerse sentir ya que habían decidido hacer mantenimiento de la climatización y no funcionaba demasiado bien.
Empezamos a comentar el calor mientras nuestra piel se ponía pegajosa.
En un momento dado Anna comentó, yo creo que inconscientemente, en voz alta: -¡Me suda todo! -
A lo que yo sin pensar contesté: - ¿Todo?-
No sabía donde meterme. Había sido una
Respuesta instintiva, sin pensar, y ahora me moría de vergüenza. Y se me notó. Y a ella también porque se empezó a ruborizar.
Yo quería arreglarlo y solo me salió una media sonrisa y una cara de lo siento. Ella reaccionó, me sonrió me puso cara de picarona y me dijo: - Si, todo, hasta lo que no puedes imaginarte.
Y ahí empezó todo...
-Yo tengo mucha imaginación. Y muchas fantasias!...- Contesté
Y durante un buen rato estuvimos intercambiando pullitas, sonrisas, miradas, todo con segundas.
En un momento dado, justo cuando llevavamos un rato sin hablar, inmersos cada uno en su ordenador y en el trabajo.
Ella separó su silla de la mesa y se remangó un poco la falda. Estaba absorta Intentando desliar algún follón laboral con la mirada perdida en el mail.
Yo, sentado en mi mesa, en su diagonal y mirando hacia ella pude ver como abría ligeramente las piernas.
Y me quedé embobado, fantaseando con sus piernas y su posición.
Y me pilló de marrón. Embobado.
Me miró fijamente y yo no le retiré la mirada y con un gesto, tirándose hacia atrás, y bajando la silla de oficina con la palanca, me invitó a entrar sin mediar palabra.
Si lo llego a pensar, no lo hago. Pero lo vi tan claro que no lo dudé.
Me levanté, me puse frente a ella y sin dejar de mirarla a los ojos me arrodillé. Mis manos se posaron en sus piernas y poco a poco fui deslizando mis dedos a lo largo de la parte exterior de sus muslos, buscando sus caderas.
De este modo mi cabeza se fue introduciendo entre sus piernas, mientras iba rozando mis mejillas, mis labios y la punta de mi lengua por el interior de sus piernas... Notaba como a cada roce, la piel se erizaba, la espalda se tensaba y las piernas se abrian para facilitarme el paso.
El calor era cada vez mas intenso. El sudor me bajaba por la espalda.
Hasta que me topé con sus bragas. Olian a limpio, a detergente que se mezclaba con el olor a sus flujos que humedecía la fina tela. Unas braguitas de color claro, con una tela muy fina, como de gasa, que empecé a rozar muy suavemente.
Con la punta de mi lengua podía recorrer y adivinar cada pliegue de sus labios externos y en eso me concentré. No dejé ni un milimetro por rozar, mordisquear, lamer... Por el interior y por el exterior de sus labios, de arriba a abajo.
A estas alturas, las bragas eran un mar de flujo y sudor. Mi polla me pedia paso a través de los tejanos. Me iba a estallar el rabo. Que morbazo, mi fantasía haciéndose realidad.
Podía notar su clitoris, a través de la tela, bien erecto, lo estuve masajeando muy suavemente unos segundos, y con mis manos en sus caderas le estiré de las bragas hacia abajo, quedando su coñito depilado a mi merced.
Espectacular, observarlo palpitante y húmedo. Hacía rato que no había marcha atrás.
Ella ya se había quitado los sujetadores y se habia dejado la camisa por encima.
Hundí mi cara entre sus piernas y la obsequié con unos lentos y pofundos lametones del ojete hasta el clítoris. Me acomodé en el suelo y me coloqué de tal forma en la que mi cabeza llegaba comodamente a su coño y mis manos a sus tetas. Buffff que tetas. La imagen era morbosísima. No me corrí de milagro, sin tocarme..
Me encanta sentir la cara mojada de flujos, notar su calor en mi boca mordisqueando y succionando muy suavemente sus labios interiores y exteriores. Sus respiraciones profundas y sus gemidos sordos que intentaba apagar para no llamar la atención.
A estas alturas me cogia por el pelo y me masajeaba la cabeza y la nuca con sus uñas perfectamente pintadas de rojo. Me apretaba hacia su coño y movía sus caderas al ritmo que ella necesitaba.
En una de esos movimientos, apoyó sus piernas en la mesa y noté como empezaba a correrse.
Seguí con mis movimientos sin perder el ritmo y dejé que ella dominara la situación hasta que noté como se dejaba ir, gimió larga y profundamente, arqueó la espalda y se relajó. Se había corrido.
Y para mi fue como tocar el cielo. Casi me corro con ella. Sintiendo sus espasmos, gemidos y acariciandole las tetas. Continué acariciando y besando sus labios exteriores y sus ingles. Pasaba mis uñas por la espalda y por sus tetas.
Finalmente, apoyé la cabeza entre sus muslos y estuvimos unos minutos recuperando el aliento mientras asimilaba lo que acababa de pasar.
Le habia comido el coño a mi jefa. ¿Y ahora que?.
Autor: aflordepiel Categoría: Masturbación
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Le comí el coño a mi jefa
2019-08-17
Como cualquier día de aquella semana de turno llegué a trabajar inmerso en la misma rutina.
Prefiero trabajar en agosto, es mas tranquilo, y por la noche sin jefes todavía mas.
Iba camino de la oficina, con un café en la mano, despidiéndome de los últimos trabajadores que se iban a sus casas o en busca de algún bar en el que refrescar las ideas con una fría cerveza.
En el turno de noche somos 3 personas, el jefe y dos mas. Bueno, en este caso la jefa se llama Ana y tiene unos 30 y pico.
Sin ser espectacular para nada, es una mujer muy atractiva con unas curvas muy sensuales y mirada picarona.
Su simpatía la hace aún mas guapa y tenemos feeling. Se nota, nos caemos bien.
Esa tarde-noche se presentaba algo extraña. El compañero de fatigas no se había presentado a trabajar alegando no sé que enfermedad y no se había podido cubrir con ningún otro compañero.
Bueno no hay tanto trabajo en las noches de agosto
Empezamos nuestra jornada algo atareados, acabando de cerrar el trabajo del cambio de turno que poco a poco íbamos solucionando.
En ese punto, Anna y yo nos organizamos el momento para parar a cenar.
Nos preparamos cuatro cosas en el office charlando de nuestro día a día. Nada hacia presagiar como acabaríamos esa noche.
Cenamos, hicimos un café y nos volvimos a centrar cada uno en nuestras pantallas de ordenador.
El calor empezaba ha hacerse sentir ya que habían decidido hacer mantenimiento de la climatización y no funcionaba demasiado bien.
Empezamos a comentar el calor mientras nuestra piel se ponía pegajosa.
En un momento dado Anna comentó, yo creo que inconscientemente, en voz alta: -¡Me suda todo! -
A lo que yo sin pensar contesté: - ¿Todo?-
No sabía donde meterme. Había sido una
Respuesta instintiva, sin pensar, y ahora me moría de vergüenza. Y se me notó. Y a ella también porque se empezó a ruborizar.
Yo quería arreglarlo y solo me salió una media sonrisa y una cara de lo siento. Ella reaccionó, me sonrió me puso cara de picarona y me dijo: - Si, todo, hasta lo que no puedes imaginarte.
Y ahí empezó todo...
-Yo tengo mucha imaginación. Y muchas fantasias!...- Contesté
Y durante un buen rato estuvimos intercambiando pullitas, sonrisas, miradas, todo con segundas.
En un momento dado, justo cuando llevavamos un rato sin hablar, inmersos cada uno en su ordenador y en el trabajo.
Ella separó su silla de la mesa y se remangó un poco la falda. Estaba absorta Intentando desliar algún follón laboral con la mirada perdida en el mail.
Yo, sentado en mi mesa, en su diagonal y mirando hacia ella pude ver como abría ligeramente las piernas.
Y me quedé embobado, fantaseando con sus piernas y su posición.
Y me pilló de marrón. Embobado.
Me miró fijamente y yo no le retiré la mirada y con un gesto, tirándose hacia atrás, y bajando la silla de oficina con la palanca, me invitó a entrar sin mediar palabra.
Si lo llego a pensar, no lo hago. Pero lo vi tan claro que no lo dudé.
Me levanté, me puse frente a ella y sin dejar de mirarla a los ojos me arrodillé. Mis manos se posaron en sus piernas y poco a poco fui deslizando mis dedos a lo largo de la parte exterior de sus muslos, buscando sus caderas.
De este modo mi cabeza se fue introduciendo entre sus piernas, mientras iba rozando mis mejillas, mis labios y la punta de mi lengua por el interior de sus piernas... Notaba como a cada roce, la piel se erizaba, la espalda se tensaba y las piernas se abrian para facilitarme el paso.
El calor era cada vez mas intenso. El sudor me bajaba por la espalda.
Hasta que me topé con sus bragas. Olian a limpio, a detergente que se mezclaba con el olor a sus flujos que humedecía la fina tela. Unas braguitas de color claro, con una tela muy fina, como de gasa, que empecé a rozar muy suavemente.
Con la punta de mi lengua podía recorrer y adivinar cada pliegue de sus labios externos y en eso me concentré. No dejé ni un milimetro por rozar, mordisquear, lamer... Por el interior y por el exterior de sus labios, de arriba a abajo.
A estas alturas, las bragas eran un mar de flujo y sudor. Mi polla me pedia paso a través de los tejanos. Me iba a estallar el rabo. Que morbazo, mi fantasía haciéndose realidad.
Podía notar su clitoris, a través de la tela, bien erecto, lo estuve masajeando muy suavemente unos segundos, y con mis manos en sus caderas le estiré de las bragas hacia abajo, quedando su coñito depilado a mi merced.
Espectacular, observarlo palpitante y húmedo. Hacía rato que no había marcha atrás.
Ella ya se había quitado los sujetadores y se habia dejado la camisa por encima.
Hundí mi cara entre sus piernas y la obsequié con unos lentos y pofundos lametones del ojete hasta el clítoris. Me acomodé en el suelo y me coloqué de tal forma en la que mi cabeza llegaba comodamente a su coño y mis manos a sus tetas. Buffff que tetas. La imagen era morbosísima. No me corrí de milagro, sin tocarme..
Me encanta sentir la cara mojada de flujos, notar su calor en mi boca mordisqueando y succionando muy suavemente sus labios interiores y exteriores. Sus respiraciones profundas y sus gemidos sordos que intentaba apagar para no llamar la atención.
A estas alturas me cogia por el pelo y me masajeaba la cabeza y la nuca con sus uñas perfectamente pintadas de rojo. Me apretaba hacia su coño y movía sus caderas al ritmo que ella necesitaba.
En una de esos movimientos, apoyó sus piernas en la mesa y noté como empezaba a correrse.
Seguí con mis movimientos sin perder el ritmo y dejé que ella dominara la situación hasta que noté como se dejaba ir, gimió larga y profundamente, arqueó la espalda y se relajó. Se había corrido.
Y para mi fue como tocar el cielo. Casi me corro con ella. Sintiendo sus espasmos, gemidos y acariciandole las tetas. Continué acariciando y besando sus labios exteriores y sus ingles. Pasaba mis uñas por la espalda y por sus tetas.
Finalmente, apoyé la cabeza entre sus muslos y estuvimos unos minutos recuperando el aliento mientras asimilaba lo que acababa de pasar.
Le habia comido el coño a mi jefa. ¿Y ahora que?.
Esto es una historia real. Se han modificado algunas cosas para no comprometer a nadie.me encanta comer coños y sentir como una mujer se corre en mi bica. Para mi ha sido una de las experiencias mas morbosas que he tenido.
Autor: aflordepiel Categoría: Sexo con Maduras
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Gym Unisex
2019-08-17
En el plano sexual, Adriana era muy distinta a Verónica… más bien cercana a mis gustos. Podía percibir, como se sentía a gusto siendo sumisa, cada vez más por mi parte, descubría en mí una parte nueva, me sentía cada vez más seguro de mi mismo…, me gustaba aquello de llevar el mando.
El secreto de papá conmigo era difícil de demostrar por Dámaris, al fin y al cabo era su palabra contra la nuestra porque no tenía pruebas de los hechos, aún así necesitábamos asegurar su silencio con algo que la pusiese en evidencia…esa misma noche comencé a leer ávida por saber los secretos más íntimos de Dámaris, “El diario de una princesa”, en principio eran relatos sin mucho interés hasta que me encontré uno titulado…
Mi primera vez con un madurito
Me emociona escribir cómo fue mi primera vez… hoy con el frío que hace y bien vestidita recordaré cómo perdí mi virginidad y por fui una mujer feliz. Antes que nada, quise aprovechar la casa sola para vestirme y tomar muchos selfies. Hoy decidí darme una ducha y depilarme toda, me encanta ver mis piernas depiladas, me puse una tanga rosa con flores, muy coqueta, un sujetador color lila con encaje que hace que mis tetas se realcen y luzcan bonitas, a pesar del frío tengo puesta una mini falda ya que quiero aprovechar la depilación, todo esto lo combiné con un blusita azul y alisé mi cabello rebelde con un planchado, me encanta tenerlo lacio.
Pero ésta historia no se basa en cómo estoy vestida el día de hoy sino en cómo por fin me animé a estar con un hombre. Yo tenía la edad perfecta para poder dejar de ser virgen, en mi cabeza siempre rondó esa idea, al menos desde que empecé a vestirme para dejar ser virgen a esa edad como una señorita. He de confesar que me daba miedo porque estaba confundida, ahora sé que me encanta. Ya llevaba un tiempo de con mensajes de email con un chico que resultó no ser tan chico, 55 años para ser exacta… No me importó que fuese guapo, pero era alto, fuerte, amable… el único que me conquistó del todo… siempre me han atraído los hombres maduros. Un día, por fin me decidí ir a verlo…cuando lo vi me quedé patidifusa, aquel hombre con quien llevaba meses tonteando vía email era el abuelo de Cata, quise darme la vuelta pero él tenía fotos comprometidas que me dejaría en mal lugar, además estaba decidida a ir por todas fuese quien fuese. Como buena niña no tenía nada de nada sexi que ponerme, pero él como todo un caballero me llevó de compras.
Yo tenía clases en el instituto, pero dije “es ahora o nunca” y lo vi en la Zona ajardinada del centro comercial y nos metimos en ZARA para escoger lo que me pondría. Debo confesar lo nerviosa que estaba porque era mi primer encuentro con un hombre y se me salía el corazón de tan solo estar parada ahí, nos quedamos en ver a las 10 de la mañana y fue puntual, estaba de espaldas y sólo sentí una mano en la cintura diciéndome “Dami” lo cual me hizo sentir “Woooooow”. Nos saludamos, algo nerviosa pero me tranquilicé, escogí una mini falda negra muy corta pensando que me la levantaría y jugaría conmigo, una blusa morada escotada, medias negras y unas braguitas coquetas, negra con un moñito al frente… El camino a Versus fue raro, la verdad hablamos poco pero él en todo momento me tranquilizó y tomaba mi mano para calmarme, eso de verdad lo sigo recordando agradable. Por fin llegamos y la chica que me atendió me hizo sentir cómoda, segura y sobre todo guapa, ya que me dijo que me veía bonita sin siquiera haberme maquillado. Aún faltaba mi sujetador porque una nena no puede andar así sin él, ahí había uno con efecto push-up…, me dejó ahí para irse a comer mientras me maquillaban y la aventura continuaba. Subí para comenzar con mi transformación… Bajé las escaleras y comenzó a maquillarme, la conversación la verdad fue muy amena con la chica que me maquilló, no paraba de decirme que me veía como niña, en realidad, siempre me lo han dicho que tengo carita de cría inocente de 8 años, pero a veces me es difícil creerlo. Por fin terminó, al verme frente al espejo, creo que quería llorar de emoción, por fin mi sueño de verme bien maquillada, arreglada y lista para salir con un hombre maduro, se me había cumplido.
Pasó a por mí y aún recuerdo su cara de asombro, se acercó, me tomó de la cintura, me plantó un beso, mi primer beso con un hombre que no era de mi familia… sentí mariposas, sentir sus labios, sus manos rodeando mi cintura y tocando ligeramente mi culo… ¡Woooow! Me abrió la puerta del coche, subí y yo lo que quería era pasear con él un poco, pasear como nena de su hombre, tomar un helado, qué sé yo, pero el camino hizo que nos desviáramos ya que había mucho tráfico y “curiosamente” dimos con un hotel cerca del malecón, antes de irme mi amiga me dijo “usa condón para que no pase nada” era mi primera vez y las primeras veces una chica no se queda preñada, así que prescindí de la gomita… necesitaba que me follaran a pelo y me llenaran de leche…era mi estreno y debía de ser así completo…solo te desvirgan una vez. Preguntó si deseaba entrar…y no dude ni un segundo, lo besé…– “Es lo que he estado esperando desde que te vi”, mentí un poco, porque esperaba a alguien mucho más joven, maduro pero no tanto. Mi respuesta no sé si lo excitó pero aceleró para conseguir una habitación. Aún recuerdo la cara del señor del hotel al verme tan niña con un viejo. Por fin entramos en la habitación y empezó a besarme, aún recuerdo cómo sus besos erizaban mi piel, al principio tenía miedo pero al sentir sus besos, descubrí que un hombre es lo que quiero en mi vida y no sólo eso, sino ser su princesa. Cabe mencionar que cumplió mis sueños de ser una dama, señorita, nena, putita o zorra…me hizo sentir mujer. Notaba cómo se excitaba y su polla se endurecía, fue una rara sensación pero a la vez agradable. No dejó de besarme, al mismo tiempo que me tomaba de la cintura diciéndome… – “qué hermosa te ves”
NOTA: ¡CHICOS, es lo que nos gusta, que nos traten como nenas!
Le quité la camisa dejando a mi hombre en jeans y ¡Se veía tan fuerte, tan macho, tan excitante! Se acercó a mí, me giró y puso mi espalda contra su pecho al tiempo que sobaba su verga erecta contra mis nalgas, aún disfruto eso con cada chico con el que estoy. Me besó el cuello, la espalda, los hombros, no dejaba de besarme y por fin hice lo que una chica debía de hacer… voltearme, ponerme de rodillas y besar ese miembro que tienen los hombres y nos vuelve locas a las mujeres. Me arrodillé, le bajé los jeans, le bajé el bóxer y al ver su cipote en mi cara me excité más, por fin sería esa chica de las películas porno chupando una buena verga de su macho, ¡por fin me entraría esa masculinidad en mi zorra boca, por fin! Me lo metí en la boca como niña con juguete nuevo, lo besé, lo acaricié, lo chupé con todas mis ganas, siempre había querido probar una polla dura, siempre había querido metérmela y disfrutarla al sentirla palpitante. La primera sensación fue… su rico sabor salado, mi zorra boca tenía miedo de probar y que le gustara, se equivocó un poco, ¡¡ME ENCANTA!!
Él me acariciaba la cabeza haciéndome disfrutar de la gorda tranca que portaba el macho, por fin me dijo las palabras mágicas… – “Quiero follarte nena”, me levanté como un rayo, me pidió que sacara un condón y no traía, OMG me quería morir, sin condón no hay follón. Sin embargo se portó como lo haría un buen semental que folla para preñar a su hembra y me espetó… – “No te preocupes, así nos gustará más a los dos”. Esas palabras me llenaron sin habérmela metido… Creo que fue la primera vez que me sentí tan zorra porque le dije… – “¿Quieres tocármelas?” Al tiempo que le ponía la mano en mis piernas hasta llegar a mi culo, esas nalgas que estaban cubiertas por una mini falda que hacía lucir mis esbeltas piernas…mi hombre acostado, con el mástil empalmado esperando a su princesa, no aguanté más. Se puso de rodillas sobre mí, enfiló su ariete en mi coñito y le pedí que me la metiera con cuidado porque sabía que dolería. ¡Puedo asegurar que es el hombre que mejor me la ha metido! Noté su glande entre mis labios vaginales, encontramos la boca del coño y me fue dilatando hasta que por fin me penetró…, entró su ancho cipote en mí, acostada, mirándonos a los ojos me dijo… – “¡Te va a doler pero te va a gustar nena!” y entró esa dura polla en mi vaginita, ¡¿Dolió?! Sí, un poco justo cuando me rompió el himen, pero duró solo cinco segundos… mucho menos de lo que siempre me habían contado, hasta que llegó el placer, ¡¡Muuuuucho placer!!
Cambiamos de posición, se acostó y me monté sobre él y me movía como loca, traía su verga entre mis nalgas y lo que alguna vez me daba miedo en ese momento se volvió puro placer, me movía como una loca, al menos él decía… –“Pensé que nunca habías follado y te mueves como toda una zorrita…, se ve que te encanta” (al tiempo que me daba nalgadas) Cambiamos de nuevo de posición y quería quitarme la mini falda, le pedí que no lo hiciera y me pusiera a cuatro patas y me la metiera así, se colocó detrás y comenzó a metérmela de nuevo al tiempo que me masturbaba, tener a un hombre jodiéndote como una perra me encanta, ahí perdido entre mis nalgas y mi aroma follándome el coño sin cesar. Después de un tiempo no aguantaba más… – “me voy a correr nenita”, aumentó el ritmo de las clavadas… me excité tanto que me corrí yo antes. Saber que di tanto placer a mi macho me encendió…, de pronto entre mis convulsiones él también se corrió dentro de mí. No sé lo que notaba, pero me hallaba en el cielo tras el orgasmo y la llenada de mi coño con su rica leche fue lo más emocionante que había vivido hasta ese momento en toda mi vida ¡Me sentí llena de esperma! Me dio un beso diciendo… – “Follas de miedo cariño” Creo que hasta ahora naaaaadie se puede quejar de mis folladas. Nos vestimos de nuevo y me llevó a casa…iba emocionada y triste porque quería más pero para ser la primera vez no estuvo mal. Me esperó como todo un caballero nos emplazamos para otro encuentro posterior. Llegué a clase tarde…algunas compañeras me veían rara y en tono de broma decían… – “Nena, parece que te acaban de follar”, tanto se me notaba con una sonrisa permanente en la bocay si, así fue, acababan de darme la follada que jamás olvidaría, mi primera vez, que a la postre sería el inicio de una serie en mi vida, casi siempre de hombres maduros y más atractivos. El abuelo de Cata, aun probó mi coñito varias veces más esa primavera, la última cas acabando el curso en junio… y ya no lo volvimos a hacer. Ahora no pierdo la oportunidad de follarme a un madurito… sé que ellos se pierden por la nenas calientes como yo, más siendo mulata y exótica.
Mi primera vez con Scooby.
No es fácil estar soltera sin tener sexo después de la aventura con el profe de mates, se ha acabado el curso y estoy pasando unas vacaciones aciagas. Siento en mi cuerpo estilizado y apetecible pidiendo sexo a gritos, pese a mis quince años. A falta de una buena polla, vivo masturbándome en la cama, en la ducha, en el salón de casa y hasta en el mismo jardín de mi casa, cuando tomo el sol casi desnuda los sábados por la tarde. Fue justamente un fin de semana cuando me dejan sola, cuando me di cuenta que la solución a tanta calentura acumulada, estaba en casa… Mi padre hacía tres años que había comprado un pequeño Gran Danés que llamamos Scooby, por los dibujos animados “Scooby Doo”, con los años ha crecido y es un enorme perro de color canela. Lo compró para que me hiciera compañía, debido a que pasaba gran parte de su tiempo viajando por negocios. Pese a ser cachorro a sus tres años, inspiraba respeto y temor a cualquier desconocido cuidando de la casa, aunque en verdad, es demasiado dócil y juguetón. Papá quería hacerme responsable, y mi Gran Danés me ha hecho madurar… hoy no me arrepiento de aquella decisión… Sucedió un sábado caluroso. Como era costumbre, desplegué mi toallón sobre la grama, apliqué un poco de protector solar a mi piel y me eché desnuda a disfrutar del agobiante sol de julio…a pesar de ser mulata, me gusta broncearme un poco más.
A los pocos minutos, cuando estaba comenzando a dormitar debido al relajante calor, una gran sombra se acercó a mí. Al principio me tomó por sorpresa, pero luego me tranquilicé al comprobar que era Scooby, mi Gran Danés, quien se acercaba juguetonamente. Con su enorme cabeza empujaba mi cuerpo, como invitándome a jugar con él. Giré, porque estaba de espaldas al sol, y allí con mi cabeza apoyada en la verde grama, a escasos centímetros del animal, tuve una visión espectacular que hasta el momento no había tomado a buen recaudo… “La gruesa y larga verga de Scooby”, coronada en su base por un par de huevos grandes y redondos, que seguramente, acumulaba una abundante cantidad de leche virgen en cada uno de sus morados testículos… el pobre aún no se había montado a ninguna hembra y debía tenerlos a reventar prestos a inseminar. Como Scooby seguía empujándome con su cabeza, un poco temerosa, aproveché mi posición para acariciarlo y jugar con él. Le pasé la mano acariciando el musculoso vientre y, poco a poco acerqué mis dedos al mástil de dura carne de mi joven Gran Danés… el animalito estaba muy excitado sin saber la razón de ello. Me dio pena que sufriera por no tener a una perra a la que meterle esa polla inconmensurable. Se veía un poco nervioso, más de lo que acostumbraba por su juventud, así que pensé que debía de ser su estado de celo…nada diferente a lo que le ocurre a los hombres. De ahí deduje que con una paja se quedaría aliviado. Me acerqué allí tumbada, y una vez que pude asirlo delicadamente con mi mano, comencé a practicarle un suave masaje fálico bajándole la piel despacio, y descubriendo una punta roja carmesí que brillaba por la humedad.
A Scooby parecía no disgustarle el suave frote que le propinaba a su verga, ya que le crecía e hinchaba a ritmo desenfrenado…, si al principio me pareció grande, después era tremenda casi doblando en tamaño a cualquier polla humana que hubiese visto o disfrutado hasta la fecha. Ahora, un poco más cómoda debajo del animal, se podía oler su sexo cargado de testosterona canina. ¡Me hallaba fascinada por la vara roja de unos 20 centímetros que ya asomaba de su peludo capullo de piel, su prepucio! Esta situación terminó por humedecerme la raja de mi coñito…, que a esa altura, manaba flujo caliente entre mis muslos. Scooby seguramente olió las feromonas de mi chocho en celo que se derramaba sin poder evitarlo. Sin esperarlo me propinó una lengüeteada en la raja, me asusté pero conociendo la inocencia de Scooby, me despatarré para que llegase mejor y continuó un largo rato hasta que me hizo llegar al orgasmo en menos de dos minutos. Su larga y áspera lengua lamía mis calientes labios a lo largo de toda la raja, los apartaba con destreza y se metía en el fondo de mi coño, causándome un placer indescriptible…. Al mismo tiempo, noté que Scooby, como buen semental, comenzó a moverse con el clásico vaivén de los perros cuando montan a una perra en celo. Esto sin querer, aceleró la paja que le estaba haciendo con mi mano y, cuando quise darme cuenta, Scooby empezó a vaciar su caliente y espeso esperma de su enorme barra de carne en chorros de lefa abundante. Era curioso como eyacula un perro con infinidad de chorros, así como el capullo del perro, algo diferente a la de un hombre, pero en instinto igual. Seguramente fue la calentura acumulada de meses sin probar una polla, que me impulsó a hacer algo que jamás hubiese imaginado. Viendo la esperma que bañaba parte de mis tetas y cara, agarré la verga de Scooby, le corrí la piel hasta su bulbo e hice desaparecer esa manguera de semen en mi boca…comencé a chuparle su capullo cerrándolo con mis labios mientras no paraba de correrse. A los dos minutos me pareció haber mamado medio litro de leche, de la sabrosa tranca de mi adorable Gran Danés, la cual seguía latiendo y regando mi paladar.
Luego, notando que Scooby seguía inquieto agitándose de aquí para allá frenético sin encontrar una gruta caliente donde montarse y clavar su verga, me puse a cuatro patas como la perra más en celo que pudiera encontrar mi mascota… empiné mi cintura hacia arriba, dejando ante la vista del perro mi culito con mi coñito depilado abierto, oliente y sudado segregando las hormonas del placer… una profunda raja fielmente lubricada y deseosa de carne. El perro reaccionó por instinto al segundo y casi me tira de boca al césped cuando quiso montarme, pesa tanto como yo, pero tiene el doble de fuerza. Su enorme verga seguía erecta, como una lanza en ristre de caballero andante, como si no hubiese vaciado ya un torrente de semen, y en su desesperada calentura junto con la mía, se montó sobre mi grupa y tras tres intentonas fallidas, le así el badajo y me la introduje de lleno en la raja, haciendo que mi perro empujase bestialmente insertándola de una sola embestida. Scooby me encajó los 20 cm de verga hasta la pelotas… me cabalgaba como buen animal, a un compás que ningún hombre podía igualar en frecuencia de entrada y salida de mi coño. Introducía su barra de dura carne hasta el fondo mismo de mi útero, sintiendo como su bulbo, a punto de meterse también en mi sudada cueva del placer, golpeaba mis mojados labios vaginales deseando expandir mi coño…. En un momento pasó por mi cabeza el miedo de quedar preñada de mi Gran Danés, pero de manera más inmediata el de quedar "abotonada", como les ocurre con las perras. Esa idea me impulsó a graduar con la mano sus embestidas, evitando que su redondo bulbo como una pelota de tenis, ingrese a mi raja. De pronto, mientras comenzaba a deleitar mi segundo orgasmo, sentí latir el caño de carne de Scooby dentro de mí, y en el fondo de mis entrañas, recibí el chorro más potente y caliente de leche de toda mi vida…durante minutos continuó inseminándome con chorros más débiles pero acompasado. Una vez que Scooby terminó su tarea, y temiendo que algún vecino haya escuchado mis gemidos y presenciado el espectáculo más singular de su existencia, llevé a mi Gran Danés hasta el dormitorio, lo acosté con suaves caricias en mi cama y limpié con mi lengua, los vestigios de leche que habían quedado en su ya flácida verga. Bebí hasta la última gota, exprimiendo sin reparo la manguera de semen de mi joven Gran Danés.
Desde ese día, Scooby no duerme más en el jardín. Tiene un lugar reservado en mi dormitorio. Y más allá de haber aprendido a lamer el coño de maravilla, tengo la oportunidad de follar casi a diario en la intimidad de mi cuarto, sobre mi cama con un semental súper dotado.
Todas aquellas revelaciones eran increíbles y suficientes para contrarrestar el chantaje al que nos tenía sometidos a mi hija y a mí…. Que ahora por extensión también podría salpicar a su hermanastro Gabriel e hijo mío. Así que buscaríamos el momento de presentarnos ante Dámaris y zanjar el asunto, entre tanto ese jueves por la tarde Adriana y yo nos encontrábamos en casa sin nada que hacer… así que planeamos un fin de semana para los dos.
Un fin de semana antes de revelar la verdad a Dámaris… A través de mi pequeña hija reviví algo que no pensé volvería a mí…enamorarme de una mujer. Sin llegar a convivir con un hombre en muchos años, solo con su madre, las cosas le iban saliendo mal hasta cohabitar con su padre. Ella estaba y está entregada a mí pero yo era incapaz de amarla en el mismo sentido que amé su madre, sin embargo todo aquello hizo que Adriana me quisiera aun más. Yo tenía 36 ella 16 años, rubia alta madura para su edad, solvente económicamente, por su trabajo produciendo videos tutoriales en Youtube. Se parece tanto a su madre, la única mujer que me subyugó que me rindió…, Adriana es muy atractiva, nada más tengo que salir con ella para darme cuenta como la desean, sin embargo, era al revés de lo que había vivido con su madre.
En el plano sexual, Adriana era muy distinta a Verónica… más bien cercana a mis gustos. Podía percibir, como se sentía a gusto siendo sumisa, cada vez más por mi parte, descubría en mí una parte nueva, me sentía cada vez más seguro de mi mismo…, me gustaba aquello de llevar el mando. En esa parte de nuestra relación, Adriana siempre conseguía tener dos o tres orgasmos, aquello para mí era lo máximo, más que tenerlos yo. Con Verónica no sé cómo explicarlo, me era tan difícil que lo consiguiera, se podría decir que terminó por hacerme inseguro a pesar de mi aguante y no estar para nada mal dotado, e intentar buscar situaciones morbosas. Ahora me encontraba en la parte contraria con la persona que tenía a mi lado… mi hija estaba coladísima por mí hasta unos extremos insospechados…, sin embargo yo seguía sin reaccionar, viviendo en el pasado en parte. Creo que hay un momento en la vida, en el que sabes cuando de verdad te has enamorado… a mi me ha ocurrido dos veces, la primera con Andrea la madre de mi hijo, y no creí me volviera a ocurrir hasta que apenas llevé unas semanas conviviendo con Adriana.
Planifiqué un puente de fiesta, saldríamos el viernes volveríamos el lunes… Casa rural senderismo, piragüismo montar a caballo, todo en la sierra apartado de todo, en pequeños aparta-hoteles rurales, como pequeños búngalos ideal para la soledad. El viernes noche, aún cansado nada más llegar hicimos el amor. El sábado lo dedicamos a hacer de todo y comer de lo típico del lugar, íbamos tan agotados que nos dormimos sobre las cuatro de la tarde tras una mañana agotadora desde las siete. Nos levantamos casi para cenar, no quería ir al pueblo cercano ni al restaurante que tenía el pequeño complejo, había comprado carnes chorizos y vino, lo hice en la pequeña chimenea preparada para el uso, con una pequeña parrilla, en el pequeño salón. Tras comer y recoger, en vez de ir a la cama disfrutamos el amplio sofá, y nos pusimos a ver la tele, comencé a tontear a su oído, el vino y la situación me hizo decirle cosas que en otro momento no le había dicho, Adriana a cada frase mía se iba calentando más y más. Le contaba lo que quería hacer con ella, y terminamos haciéndolo. Adriana en braguitas y sujetador, y casi sin darnos cuenta terminé sentado con los pies en el suelo, ella puesta sobre mi regazo como una niña…, comencé a golpear sus duras y redondas nalgas, primero con suavidad, acompañada de caricias, pero viendo su reacción y la mía, deseaba darle más fuerte. A cada nalgada con mi mano… terminé dándole bastante fuerte ella gozaba más, viendo como sus dos nalgas, divididas por la pequeña tela de sus braguitas tenían señaladas los dedos mis manos.
Adriana, a cada golpe daba un grito, sus ojos cerrados su cabeza ladeada, para después jadear con un enorme deseo, cuando tras el golpe acariciaba sus nalgas…, paré mi mano sobre su enorme melena cogiéndosela y la bajé al suelo. Adriana, bajo su cabeza y comenzó a lamer mis pies, su cuerpo en esa postura realzaba sus glúteos. Al tener toda su melena en mi mano podía ver como su lengua pasaba por mis pies… le quite el sujetador, le hice erguirse de rodillas ante mí la acerqué todo lo que pude, le di de abajo a arriba con la palma de mi mano en su redonda teta lejos de un grito soltó un gemido… volví a darle más fuerte, ella ahora gritó, finalizando con un largo suspiro mirándome retadora a los ojos, volví a darle en una y otra teta con parsimonia tomándome mi tiempo. Entre caricias a sus tetas cerraba los ojos interiorizándolo, pellizqué de uno de sus pezones erectos y durísimos como nunca, hasta que gritó…, en ningún momento decía que parara, entonces la hice colocarse a cuatro patas. Yo seguía sentado al borde del sofá sin levantarme pase mi mano por su braguita de atrás hacia adelante, ella suspiro sentí en mi mano la tela húmeda, la fui pasando una y otra vez, Adriana gemía más y más…era la situación morbosa más impresionante de mi vida. Me levanté tirando de su pelo, la hice levantarse, Adriana estaba irreconocible. Quedé tras de ella con su culo pegado a mi dura polla, mi mano paso por delante pegándose a su mullido coñito sobre sus bragas, la otra no soltaba el cabello como si de unas riendas se tratase…, apenas froté su clítoris un poco más sobre las bragas… mi niña Adriana se corrió.
Gemía y gritaba corriéndose de forma que antes nunca había visto, dando gritos. Sentí como su cuerpo se aflojó, mi mano ahora pasó por toda su cintura al notarla desfallecer, dejando todo su peso sobre mi brazo tenso, aguantándola, sus piernas no la mantenían temblaba hasta que por fin comenzó a reaccionar. Había vivido unos momentos sublimes de delirio, pero la nena quería más…. Yo no podía parar, la hice caminar como la tenía hasta entrar en el baño. La obligué a arrodillándose frente a mí… me desnudé quedando mi polla frente a ella no le sorprendió al verla tan gruesa y rígida, agarré de nuevo su cabeza con una mano y con la otra mi polla, le di en su cara con ella…, primero suavemente después cada vez más fuerte. Ella se quedo simplemente inerte recibiendo mis pollazos, gustosamente sumisa… a su vez disfrutaba de aquello. Mis ganas de mear no me la retuve… solté un buen chorro sobre sus tetas y Adriana, entonces reacciono agarrando con su mano la manguera… la guió a su cara, bañándose con mi meada. Le agoté la meada en su cuerpo diciéndole que era una guarra, una perra y una niña muy puta. Cuando terminé de mearla se metió la polla en la boca sin pensarlo dos veces… mi hija se la comió con ansias saboreándola. Terminamos bajo la ducha… la coloqué de pie inclinada dándome el culo… se la metí rabioso creyendo que me corría dentro de ella, sin importarme lo que ella sintiera…, pero apenas mi polla entró en su coño, este se hizo fluido entre gemidos desbordantes… fueron aun más fuertes. Los empellones eran duros y profundos a toda máquina le bombé encarnizadamente durante dos minutos… se corrió de nuevo impresionantemente… tuve que parar de follármela o moriríamos.
Le abrí el agua de la ducha para asear su cuerpo. Extendí rápido una toalla grande, me recosté en ella sin soltarla del pelo en ningún momento y le hice cabalgar en mi polla consiguiendo un orgasmo atroz fundiéndose los gritos y reconociendo lo PUTA que era… – “Sí soy tu perra y deseo más que nada tu leche en su coño”. Terminamos agotados sudando tras eyacular en largos y copiosos chorros de lefa espesa dentro de su cérvix. Tras refrescamos otra vez bajo la ducha volvimos al sofá a relajarnos tumbados. Con apenas 15 minutos transcurridos después de tumbarnos, estaba yo de nuevo golpeando sus nalgas, provocándole con ideas más fuertes que al principio… se excitó tanto que terminó comiéndose mi polla largamente. Bajo mis órdenes follé a Adriana cumplidamente de manera salvaje acuchillando su coño sin compasión alguna, tanto en el sofá como en el suelo…, la hice parar a mitad para que lamiese mis huevos, mi polla y continué hasta que logré que se corriese ella al volver a montarla. Lo dejaba para golpear sus tetas de nuevo y sus nalgas, volví a montarla y se volvió a correr. La obligué a tragarse mi polla, tirando de sus pezones. En el esprín final volví a follármela a cuatro patas diciéndole lo puta y perra que era. Agachada recibiéndome sumisa y perra tras haber conseguido tres orgasmos, hizo correrme explotando a chorros dentro de su coño…, esta vez si nos dormimos.
La mañana siguiente fue especial, montamos a caballo e hicimos piragüismo los dos, pero era como si nos hubiéramos conocido la noche anterior, Adriana no se separaba de mí, me besaba por lo más mínimo, yo sentía como una mínima caricia mía la hacía temblar todo su cuerpo. Esa noche la até, la tuve más de media atada follándomela a mi antojo, atada la colocaba en el sofá o en el suelo, la tenía abierta de piernas el tiempo que se me antojaba, acariciaba su coño abierto a mi capricho, me comía el clítoris recibiéndome con sus ojos vendados… se corrió dos veces en esa media hora. Cuando decidí soltarla y mandarla a la ducha, allí volví a mearle el coño en tanto ella lo hacía lo propio sentada en el váter uniendo los chorros en uno solo. Después de mamármela saboreando mi salado y ácido glande, le metí en la boca las braguitas, llevándola de nuevo al salón donde la volví a follar por el coño y una vez me había corrido volví a follarla seguidamente…, Adriana terminó suplicándome que no podía más, tras volverse a correr, cayendo desfallecida…. Mi descubrimiento de los gustos de Adriana, cambió totalmente mi vida y la de ella…, mi hija no sabía lo puta que era y cuanto la gustaba la dominación del macho y semental que la hace sumisa. En esos días terminé por enamorarme perdidamente de ella, como ella lo está de mí. Acabó por hacerme olvidar a su madre completamente. Despertaba viendo a la persona que tenía ante m… Una mujer que sobretodo es una gran persona, enamorada de mí, que de verdad me quiere, que se ha entregado totalmente desde el primer momento, algo que yo no había hecho con ella, hasta ese momento. Hoy la comparto con su hermano Gabriel y la madre de éste, Andrea… ambas están preñadas y esperamos a nuestros hijos como locos. Mi niña me ha hecho ver que puedo tener un buen recuerdo de Verónica o incluso tenerle cariño, por el tiempo vivido juntos y la hija que compartimos, pero amar no, amar ahora sé lo que es y amo profundamente a Adriana por encima de todo. El lunes volvimos a la rutina de los gimnasios y se presentó el día de la grabación… El caso de Dámaris quedó liquidado con el diario y su amenaza de publicarlo entre los familiares y conocidos, último relato fue clave. Nunca más supimos de la mulata y a partir de ahí Gabriel y Adriana se encargarían de los Youtubes. Y como los cambios no vienen solos, Andrea y nuestro hijo se vinieron a vivir al nuestro chalet, en tanto se firma el divorcio consentido y compartido.
A Scooby lo he hecho mi amante
Mi nombre es Dámaris, aunque mi familia, y algunas amistades, me llamen Dami, no me agrada mucho la idea de que me nombren en diminutivo… pero por costumbre me llaman así. Bueno después de mi estreno con mi profe de mates y mi reestreno con Scooby, encontré un filón con mi Gran Danés ya no tan cachorro como llegué a pensar. A mi semental lo tengo disponible las 24 horas del día, solo para mí en la intimidad de mi hogar sin que nadie pudiera sospechar que yo, gozaba como perra de sus 20 cm de dura verga rojiza y brillante…
…En mis ratos de ocio, busco relatos de sexo con maduros… sí bien al principio de leer los primeros, consideraba que todos eran inventados, o que eran narrados por depravados, pues muchas cosas de las narradas eran inimaginables para mí, recuerdo que cuando entre a la sección de zoofilia, y leí uno que me recordaba a mi actos impúdicos con Scooby… me vinieron a la mente muchas imágenes que me excitaban, era un mundo nuevo para mí, la mano con la que sostenía el mouse me empezó a temblar, y al momento empecé a sentir una serie de pensamientos que nunca habían aflorado en mi mente. A mi miedo de quedar preñada o rota por la gran vera de mi mascota, tenía miedo a ser contagiada por una enfermedad de mi perro… con el tiempo me enteré que solo te puede contagiar dos enfermedades, la rabia y la leptopirosis, ambas se previenen con vacuna, y preguntando al veterinario de la familia, actualmente es raro se presenten estas enfermedades en lugares urbanos, mucho menos mi cuidado perrito al que cuidamos de cualquier riesgo de enfermedad o parásitos.
En un principio pensé en ponerle un condón, pero no tenía acceso a tales preservativos, mucho menos del tamaño de mi Gran Danés. La primera "sesión" de ese día solo me puse en cuatro patas y dejé que me lamiera mi anito y mi vulva, se sintió súper bien, acto seguido y rápido me fui a mi patio que tiene muros altos lo que hace que ningún vecino pueda asomarse o algo y césped inglés que está muy bien cuidado y hace agradable el patio trasero, tanto que uno se siente sobre él como en una cama mullida y fresca. Me desnudé, el sol calentaba en plena canícula… golpeaba mi piel morena. Esta vez use miel como leí en un relato, me la coloqué en mi anito y me cubrí mi coñito también…, me puse a "cuatro patas" y levanté mi trasero, entonces el perro lamió mi culo metiendo la lengua áspera y gruesa hasta mis profundidades. En solo tres minutos muy agradables y deliciosos diría para ser precisa, las piernas me temblaban por la novedad y la excitación. Después el perro trato de subírseme o de "montarme" pero no lo dejé, noté su falo salido por completo y cada vez se ponía más grueso, me giré y abrí las piernas, flexione las rodillas enseñándole todo mi coño ardiente a Scooby… con mi mano izquierda abría mis labios menores y con la derecha me acariciaba y me pellizcaba los pezones que se pusieron más rígidos. Mi mascota y amante no tardo ni cinco segundos en ver lo que quería y comenzó a lamerme mi entrada vaginal, fue al principio de algo divino… me hizo hacer la cabeza hacia atrás de placer.
Empezó a meter su lengua muy adentro cosa que me asustó, pero lo controlé con mi mano izquierda cerrando los dedos y negándole la entrada de su larga lengua. Él continuaba oliéndome y tratando de lamerme metiendo cada vez más su babosa en mi vaginita, yo permití que continuara pero de una forma controlada, o sea dejaba que me metiera su lengua hasta donde yo quería, también controlaba los lapsos en que lo hacía, así estuve un tiempo prolongado… ¡Obtuve mi primer orgasmo del día con mi nuevo amante! Fue sublime y no sé si fue por tanta excitación reservada o por lo que me provocaba verme a mí misma en esa circunstancia, iniciándome en lo que siempre creí algo "anormal". Sentía el roce del viento y el sol sobre mi cuerpo totalmente desnudo, pero lo que mejor percibía era esa lengua entre mis piernas y el roce de su hocico en mis muslos produciéndome cosquillas y más excitación. Lo separé de mí con las dos manos, tomándolo del hocico, y me preparé para la siguiente fase de la acción fornicadora. Marché desnuda hacia dentro de casa para ponerle calcetines, por eso que te rasguñan la espalda, me costó un poco de trabajo ponérselos y sin más preparativos me puse en posición a cuatro patas como su "perrita", la adrenalina del momento me dio valor para seguir mi plan, me puse mostrándole todo mi trasero levantándolo lo más que pude, flexionando mis brazos para no cansarme, quedé con la cara a unos centímetros de la hierba…, entonces, mi Gran Danés trató de montarme…, cuando lo tenía sobre mí apuntilló hasta que le tomé su cipote y lo dirige a mi coñito… ¡Me lo metió todo de un solo envión!, era fantástico. Sentí que me desmayaba de placer al iniciar la follada moviéndose súper rápido.
Scooby ya pesa mucho, así que tuve que apoyar mi cabeza en el césped, cosa que me excitó más pues me sentía completamente dominada, entrando una y otra vez en mí coño a una velocidad sorprendente, y yo estaba babeando de lo que gozaba. Su verga rojiza empezó a engrosar expandiéndome las paredes vaginales, más y más arremetiendo con ahínco…sentí su bola, al principio no entraba hasta que la coló… aquello era signo que comenzaría a eyacular en breve. Una vez dentro no era tan molesto como se dice, pero una vez comenzó la excitación canina crecía dentro de mí, y al sentir esto tuve otro orgasmo, creo que fue por quedarme expectante a como engrosaba su bola dilatándome el coño. Así duramos un buen rato hasta que sentí su semen en mi útero… como siempre una cantidad desmedida y abundante para un animal de solo 40 kg… también muy caliente, creía notarla hirviendo…dejo de moverse pero no dejó de eyacular. Percibía cada chorrito rellenarme el fondo de mi coño, quise desabotonarme pero no pude. Con más de media hora desnuda sobre el patio gozando en estos placeres, comencé a pensar si alguien de mi familia llegaba. Tras unos cinco minutos abotonados, mi Gran Danés me inseminaba a conciencia…me consideraba su perra y me llenaba con todo el enorme contenido seminal que sus par de huevazos producían. Pensé que tardaríamos mucho abotonados, pero no fue así, el perro pasó su pata sobre mí y se puso de espaldas, estábamos trasero con trasero, y se sentía bien la nueva postura con el miedo a que alguien me viera así, hice un esfuerzo, y en menos de 30 segundos forzando pude desabotonarme. Me gustaba disfrutar de la situación en que me encontraba pero el miedo y los nervios me ganaron… Scooby se puso a lamerse su polla latente aún, soltando algún chorrito de semen todavía. Rápida, entré a bañarme y sentí como un pequeño reguero de leche canina manando de mi raja, deslizándose por las piernas. Templaba no sé por qué, supongo que por las emociones nuevas y también por nervios. Me puse otra muda de ropa, me peiné, y en eso recordé que a las 16:00 tenía clase de inglés y ya eran las 15:20.
Así me aliste rápido y llegue cinco minutos tarde, pero no puse atención en nada de la clase porque solo pensaba en mi nuevo amante "Scooby". Es una experiencia que recomiendo ampliamente, si estás bien informada puedes disfrutar muchísimo de esta categoría erótica, que era practicada, hasta en la antigua Grecia, y si no deseas tener relaciones totales por no perder tu himen, en el caso que seas virgen, pues ya ves que tu mascota disfrutará igual de tu ano… pronto probaré a que me dé por el culo también.
Gabriel se despertó como le sucedía usualmente, con una tremenda erección. Se vistió con un pantalón corto deportivo y calzoncillos corrientes, tiró su camiseta favorita encima de su cabeza, y se calzó unas zapatillas también corrientes. Verificando su apariencia en el espejo, satisfecho con su imagen caminó hacia el vestíbulo y salió por la puerta de su dormitorio. Cuando pasó frente al cuarto de Adriana, tuvo el impulso repentino de tocar a su puerta y despertarla. Las cortinas dibujadas del cuarto de Adriana estaban abiertas, inundándolo de una luz matinal muy cálida, cuando él abrió la puerta. Acercándose a su cama, vio que ella todavía dormía, estaba tendida de espaldas y con el pelo sobre la cara. Gabriel la miró, y notó de nuevo cómo es de caliente y sexy su nueva hermana. El pensamiento de ser su novio se disparó tanto en su mente como en su verga, que creció dura y larga en los calzoncillos. La camiseta que ella usaba para dormir solo le alcanzaba la cima de sus muslos, cubriendo su culito apenas… Gabriel acarició muy suavemente los muslos lisos de su hermana dormida… Inclinándose intentó vislumbrar algo entre sus piernas… Con gesto muy suave, le separó las piernas y levantó poco a poco su camiseta hacia la cintura. Él miraba su cara cuidadosamente para confirmar que ella no se despertase… Logró su misión, él miró fijamente las bragas de encaje blancas, que cubría el coñito de Adriana. Lamiendo sus labios, Gabriel se acercó y olfateó, él pensó que podría oler indefinidamente el aroma sensual de coño caliente y se acarició su vara lujuriosamente por sobre la ropa.
Adriana se agitó y se acomodó de lado, Gabriel sentía su verga endurecer en su pantalón. Ahora podía ver el culo firme de su hermana. Su respiración se agitó más aun, cuando él vio que sus bragas estaban metidas en el hermoso canal del culo de Adriana, una línea de algodón blanco entre las redondas nalgas. Adriana cambió de nuevo de posición al tiempo que abría los ojos. Gabriel, estaba de pie, mirándola fijamente. Ella se estiró y bostezó, le sonrió él, había estado soñando con él… Adriana observo la verga impresionante de su hermano que la sostenía en su mano y tirando de ella…, extendiéndola con la mano, moviendo el prepucio de arriba abajo encima del glande…ella acarició el tronco suavemente con sus dedos. Gabriel la miró fijamente y entonces empujó sus pantalones y calzoncillos por debajo de las rodillas… Adriana se levantó y se arrodilló en la cama, se acercó para tomar el hinchado capullo de Gabriel en su boca, su lengua se extendió para lamer la gota de rocío que brillaba en la punta. Gabriel miró con los ojos muy abiertos como Adriana tomaba el tronco palpitante y duro y lo hundía en su boca, empujó su verga dentro de la boca de su hermana. Tomando su cabeza en sus manos, Gabriel empezó a entrar y sacar la polla de la boca de Adriana. Él miró la cabellera rubia casi albina de su hermana y vio como se perdía en la boca su tronco venoso. Los dedos de Adriana ahora jugaban con las pelotas sin vello que se balanceaban en el aire bajo le robusto ariete fálico… Él se corrió demasiado rápido, empujando casi hasta la garganta de Adriana y en recompensa ella se tragó toda su leche caliente… Después que él hubiese terminado, soltó su cabeza y la vio sonriéndole… – “Buenos días. Gracias por la leche caliente”, Gabriel, casi de un solo movimiento se quitó las zapatillas, la camiseta, y los pantaloncitos junto con los calzoncillos… empujó a Adriana acostándola en la cama y movió su cuerpo desnudo entre sus piernas, su estómago se apretó contra el coñito apenas tapado por las bragas blancas, cuando él le sacó su camiseta de dormir y tomó ambas tetas que llenaban sus manos y las apretó. Su boca chupó y lamió a su vez cada pezón duro… Subiendo su cuerpo, él acercó su boca a la de ella y por primera vez en su vida probó su propia lefa mezclada con la saliva de su hermana.
Adriana lo empujó diciéndole… – “Permíteme cepillarme primero”. Gabriel la soltó y la siguió con la mirada cuando ella caminaba hacia el baño, más bien siguió el candente movimiento de su culo. Vio sus dedos acomodar las bragas, quitándola del surco de sus nalgas. Gabriel verificó la puerta rápidamente y entonces se echó de espaldas en la cama y esperó, su mente ya planeaba lo que él y Adriana harían luego. Adriana surgió desnuda del baño, a Gabriel le parecía perfecta la figura de su hermana y lamió sus labios. Éste era un sueño hecho realidad. Ciertamente esta muchacha ya había sido follada antes por su padre, el padre común de ambos. Las imágenes de Patricio gruñendo encima del cuerpo jadeante de Adriana, encendió su mente y desaparecieron cuando él miró sus tetas firmes desafiantes a la fuerza de la gravedad, la delicada tira de vello púbico casi inapreciable al ser rubio. Cuando Adriana se extendió al lado de él, él se levantó, y se tendió entre sus piernas, apretando su verga ardiente contra la rajita infantil de su coñito… – “Siempre he soñado con esto” dijo Adriana… – “¡Revienta mi coño! Ponme tu verga caliente en mi conejito hambriento” Gabriel fue a trabajar sobre sus tetas, sobando y apretando, amamantándose de sus pezones…. – “¿Quieres la verga de tu hermano?” Él preguntó calurosamente. –“¿Debo reventar tu culo también? ¿Quieres que te llene con mi leche caliente?” –“¡SÍ SÍ! Adriana gritó presa de un ataque descontrolado de lujuria, sus piernas se envolvieron alrededor de la cintura del chico y sus pies se pegaron a las nalgas de Gabriel, cuando ella gimió a gritos… – “¡Fóllame duro! ¡Lléname con tu leche!”
Rodaron e hirvieron en una única pasión lujuriosa, los dedos de Adriana se hundieron en las nalgas de Gabriel cuando ella movió su coño contra su verga caliente. –“¡CLÁVEMELA!” Rogó ella a Gabriel, pero su hermano no tenía ninguna prisa arrastró los besos hacia abajo en su cuerpo, él empujó su cara finalmente entre sus piernas abiertas y lamió el clítoris de la niña… sus manos empujaron sus piernas abriéndolas al máximo cuando él empujó su cara contra el coñito de Adriana. Susurraba algo como te quiero, lo quiero así, sí… o algo parecido, casi no se entendía o él estaba a otras cosas. Se levantó y acercó sus labios a los de ella y se dieron un intenso beso…, sus lenguas se encontraron y se besaron frenéticamente con lascivia y deseo lujurioso. Se quedó tendida, exhausta, complacida aunque supongo que no del todo, la mujer siempre necesita ser terminada con una buena penetración. Lo miró y buscó sus brazos para acurrucarse en el cuerpo de Gabriel en clara señal que deseaba llegar más lejos. La besó, ella abrió sus piernas y se colocó en la posición del misionero listo para follarla, puso su verga en la entrada de su vagina y lentamente empujó abriendo sus carnes…, ella reaccionó con un… – “¡Oh! No la metas muy fuerte que me duele, la tienes muy grande y yo tengo una vagina estrecha”. Sus labios callaron su boca con un suave beso e intentó nuevamente perforarla, ella se abrazó fuertemente como una gacela indefensa, tímida y temerosa… la miró, observando a un animalito en pleno sacrifico.
Ella por su parte, se hizo hacia atrás para que la penetración se hiciera aún más profunda. Le introdujo la lengua y succionó la suya, se tragaban la saliva del otro. No sabían si estaban en el cielo o en el infierno, pero gozaban el uno al otro. Entonces la giró, abrió sus piernas y la penetró salvajemente, de un solo tirón, ella aguantó el golpe y comenzó el mete y saca pero esta vez mucho más rápido y fuerte. Ella resistía los embates de su duro cipote mañanero jadeando igual que él. Chupaba sus tetas, sus labios, mordía sus orejas, su cuello… agarraba brutalmente su culo y siguió haciéndola suya insertando la tranca endurecida a más no poder dentro de su tierno estuche. Sudaban de tanta acción física empujándola sin cesar hundiéndola en el colchón de visco-elástica que no sonaba como los de muelles, gracias a ello pudieron gozar salvajemente de una follada tremenda que ambos deseaban con pasión sin levantar sospechas. Ella le abrazaba y él la besaba en todos los lugares que su boca alcanzaba, se la comía sin dejar de perforar su gruta uterina. No pudo aguantar más de diez minutos calzándosela cuando comenzó a sentir una sensación electrificante que le recorrió todo el cuerpo, culminando en una gran corrida en su fondo vaginal, muy dentro de ella. La clavó hasta los huevos, percibiendo inundar su interior con el esperma de su hermano. Chorro a chorro notaba la presión en su glande rellenándola.
Se le ocurrió decirle que al fin era mi mujer y él su hombre…, – “el macho que ella necesitaba” añadió ella. Se besaron exhaustos y contentos, habían conseguido hacerlo después de varios intentos frustrados. Cuando Gabriel se despertó, una hora después, Adriana estaba acurrucada sobre su pecho también dormida. Él bostezó y rascó su pelo púbico sintiendo los pelos todos pegados en una mezcla de su propia leche y sudor. Él sonrió cuando recordó la forma en que penetró a Adriana. Su verga ahora estaba flácida luego del desenfreno lujurioso llevado al máximo soportable junto a su hermana… Él se desenredó de Adriana y caminó despacio al baño, desnudo. Adriana se animó cuando su hermano se levantó, sus ojos soñolientos observaron su culo camino del aseo…su mirada se dirigió a sus nalgas duras… Su coño se sentía condolido por los placenteros golpes que Gabriel le había dado. La verga le había estirado e irritado el coño tras el continuo mete saca. Ella oyó el sonido de la salpicadura de la meada de Gabriel en el inodoro y rápidamente salió de la cama directa al baño, Gabriel se volvió y miró a Adriana cuando ella entró. Adriana se acercó a él mirando fijamente su verga, se arrodilló al lado del inodoro, consciente que Gabriel la miraba confundido por sus acciones, extendió la mano y le tomó la verga. Gabriel miró a Adriana preguntándose qué estaba haciendo, ella había asido la maza en su mano antes de que él hubiera tenido una oportunidad para sacudirla
La chica se llevó la verga a su boca, degustando el agridulce sabor que la sazonaba, chupó el prepucio de su hermano que le encapuchaba la verga, Gabriel abrió la boca, su carne de hombre endureció de repente cuando vio que Adriana chupaba y lamía su verga limpiándola y en parte se bebía las últimas gotas del largo chorro de esa meada, mamando golosamente el glande de su hermano… A ese punto su padre la había viciado sumisa en esas prácticas de undinismo con la lluvia dorada. Gabriel vio la mano libre de Adriana entre sus piernas frotándose la ahora abierta raja de su vaginita, y la alzó de los hombros poniéndola de pie. Él la abrazó en un abrazo caliente y apretó sus labios a los de ella. Ellos se chupaban ansiosamente, de pronto ella se sentó en el váter y comenzó a evacuar su meada mañanera ante la atenta mirada de su hermano, cuando esta acabó, Gabriel movió a Adriana contra la pared y arrodillándose, lamió su coño desagraviando lo hizo con su polla…favor por favor. Se bañaron juntos. Cada uno enjabonó y lavó el otro con sus manos. Gabriel prestó atención especial al culo de Adriana. Sus manos jabonosas se movieron entre las profundas nalgas para lavar y sondear su ano. Movió su mano entre las piernas, mientras la besaba desde atrás lavándole el chochito con su mano suavemente enjabonada. Adriana sentía desaparecer el mínimo dolor que minutos antes le había causado su follada a todo trapo durante media hora. Su coñito ahora parecía a gusto y su sonrisa le dijo a Gabriel que ella se sentía muy feliz por la buena follada que le había dado.
Gabriel se había arrodillado por detrás de Adriana, y amorosamente lamió su agujero. Su lengua se hundió dentro de su culo y ella apretó su cara contra la pared de la ducha y suspirando, gimió… – “Esto se siente grande” después de eso Gabriel se paró y besó a Adriana en la boca, llenándole de saliva la boca. Para entonces él le había levantado suavemente una de sus rodillas y allí, con la ducha descargando una tibia lluvia sobre ellos, empujó su verga desde atrás en su coñito y la folló hasta correrse dentro de su hermana, llenándola nuevamente de su leche caliente haciéndola gemir de placer… Por entonces, Patricio se había marchado para su oficina del gimnasio centro. Él no había visto a Gabriel para hacer running juntos como era de costumbre, pero no dio mayor importancia y mientras leía el periódico, solo se preguntó si Gabriel estaba enfermo. Una historia en la página local lo atrajo separándolo de sus pensamientos sobre Gabriel. Un juzgado local declaró culpable a un hombre 56 años por incesto después de que su hija de 25 años había confesado que sus dos hijos, eran de hecho del padre y no su marido. La historia contaba además que el hijo del hombre también había confesado haber follado con su hermana e insistió que él era sin duda el padre de los niños. Al parecer el marido vio a su esposa teniendo sexo con su propio padre una noche, y a la mañana siguiente lo denunció a la policía…
Para Patricio era lógico que no se hubiera informado que el marido disfrutó del show consentido por este, en el que se masturbó viendo como su esposa tomaba la verga de su padre para meterla muy profundo en su coño. Patricio estaba duro como una barra de hierro cuando pensó de nuevo en su hija Adriana en tomarla sobre la cama y meterle su verga en la apretada vaginita que no paraba de llenar desde hacía meses… Se frotó la verga y leyó la historia de nuevo… Andrea dejaba su cuarto cuando vio a Gabriel salir del de Adriana. Ella no pensó nada más sobre él, hasta la hora del almuerzo cuando Adriana y Gabriel parecían estar mirándose fijamente muy felices. Andrea se notó celosa e inquieta… ¿Gabriel y Adriana follando juntos sin condones? Ella supo de inmediato que fue lo que pasó, pero nunca pensó que pasaría de nuevo…Cuando ella pensó más detenidamente sobre el hecho se volvió a encolerizar… Adriana había sido follada por Gabriel. Seguro que a Adriana le había gustado sentir la verga de su hermano dentro de su coñito, quizás en su boca y seguro también lo había disfrutado… Entonces su enojo se volvió celosa… – “¿Por qué Adriana debe ser la única que puede tener a Gabriel?” Ella tenía más derecho sobre él que Adriana… ella le había dado vida. Esa tarde lo postuló para ella… – “Gabriel, me olvidé de algo. Saca el coche y por favor ven conmigo…” Gabriel, inseguro de donde iban, condujo calle abajo con su madre al lado.
Andrea, con el corazón latiendo aceleradamente y con la boca seca, había decidido tomar el asunto en sus propias manos con Gabriel. Ella llevaba una camisa de muselina delgada, dejando su sostén de encaje blanco muy claramente visible a través del tejido delgado. Ella sintió una emoción como de alegría a través de su cuerpo maduro, cuando notó la manera que Gabriel astutamente espió sus tetas cuando ellos dejaron la casa. Ella intencionalmente, ajustó su escote para permitirle una vista más clara de sus grandes ubres tentadoras para Gabriel, visible a través de su camisa… – “¿Dónde te llevo mamá?” Gabriel preguntó cuando ellos se detuvieron en un semáforo. Su verga latía en sus pantalones a la vista de las tetas de su madre. Increíblemente, a pesar de haber follado con Adriana esa mañana, él estaba muy caliente todavía. Había planeado ir furtivamente al cuarto de Adriana durante la siesta y darle otra follada más, le tenía carencia por la novedad, pero la madre había encontrado cosas para hacer, que por cierto era una lista larga. Andrea puso su mano de repente sobre el muslo de Gabriel y lo miro, a la vez que la movió, directamente sobre la protuberancia en sus pantalones. Gabriel la miró y sonrió… – “Mamá ¿Estás segura de hacer esto?” Él apretó su mano aún más contra la protuberancia en sus pantalones.
Andrea cabeceó afirmando… lamió sus labios con lascivia. Echando una mirada alrededor rápidamente, Gabriel vio una calle lateral despoblada. Una vez estacionado en una parte oscura del camino, Gabriel extendió la mano audazmente y apretó las mamas llenas de su madre. – “¿Estamos seguros aquí?” Andrea preguntó. Gabriel contestó desabotonando uno a uno los botones del frente de su camisa y movió su mano dentro para tocar sus tetas. Gabriel asintió con la cabeza y jugueteó con la mano por encima del sostén y le apretó los pezones. Las manos de Andrea acariciaban su verga a través del pantalón y lo besó en la boca. Ella pensó de repente que los labios que ella estaba besando habían besado y habían gustado a Adriana… Ella no entendió por qué pero la encendió… Gabriel se desabrochó el cinturón, desabotonó sus pantalones, y abrió la cremallera, mientras alzando sus nalgas los bajó un poco, dejando al aire libre su monstruo palpitante y tomando a su madre por la parte de atrás del cuello, bajó su cabeza hasta su verga. Andrea cooperó totalmente, ella vio muy poco de su verga en la penumbra de la calle pero lo había sobado muy bien con las manos. Sus dedos fueron entre sus piernas para sentir las pelotas llenas de su hijo, cuando su boca se abrió y metió la verga de hombre dentro de ella. Usó su boca simplemente como lo hacía con su padre. Ellos eran casi similares en el tamaño…, Andrea podía decir después de años de comerse la verga de Patricio, que Gabriel era una copia de su padre. Sus orificios nasales aspiraron el aroma sudado de sus pelotas y a ella le gustó los débiles latidos de la cabeza de su verga. Su cabeza meneada de arriba abajo cuando Gabriel gimió y movió sus manos encima de su cabeza para hundirle hasta la garganta su verga chorreante. Los dedos de Andrea apretaron más profundamente entre sus piernas buscando tocarle el ano.
Gabriel se movió un poco para permitir el libre acceso a los dedos de su madre hacia el ano. Él sentía los dedos de su madre seguir su canal hacia la apertura anal entre sus nalgas duras. – “¡Joder! Nadie nunca me tocó allí”. Cuando la boca de su madre se ahogó con su verga en el interior, meneó su tronco gordo de arriba abajo. Él sentía el toque en su ano. Sus uñas largas y afiladas raspaban su piel sensible cuando ella forzó aún más el dedo índice en el interior del ano… La sensación era inimaginable… entró en un orgasmo violento, mojado, caliente, su verga explotó en un volcán de lefa que se convertía con la saliva en un jugo blanco pegajoso en la boca de Andrea quien se lo tragó todo. Su saliva mezclada con el jugo agridulce y espeso de su bebé, de su hijo… y llenando su estómago de tan delicioso néctar. Cuando ella arrancó su dedo suavemente del interior del culo de Gabriel, alzó la cabeza mirándolo, Gabriel la levantó contra él y chupó su boca. Andrea sintió escurrir los flujos de su coño cuando saboreó el aroma salino y ácido con textura gelatinosa del esperma espeso de su hijo… Gabriel era tan caliente y viril como lo era su padre Patricio. Era una mujer muy afortunada… pero ella sabía que su juventud le infundía mayor aguante y necesitaba follárselo, o más bien su coño exigía una buena regada.
La polla de Gabriel es enorme. Había soñado con ella en más de una ocasión ayudada por las fantasías de su marido, pero creo que no se la había imaginado tan grande la primera vez que la gozó. Andrea no era de esas mujeres que prestan importancia al tamaño de las pollas pero en aquella ocasión no le quedaba más remedio que hacerlo. Fundamentalmente por lo que ya pueden imaginar. Ella ya había decidido metérsela, pero sobresalía tanto por delante de su coño, y estaba tan hinchada que no sabía cómo arreglármelas para poder llevarla al interior de su vagina, sin tener que levantarse descaradamente arriesgándome a que alguien se diera cuenta de lo que ocurría en aquel rincón dentro del coche. Gabriel se percató de sus intenciones y se hizo para atrás cuanto pudo. Su madre se inclinó más incluso sobre la parte delantera. En el momento en que metió mano bajo su culo para asirla directamente y oír un suave gemido de Gabriel, el cual hizo un movimiento brusco y logró colocar su polla en la entrada del coño. Justo en ese momento Andrea se incorporó hacia atrás y sintió como el rígido mástil se deslizaba suavemente por su interior.
La penetración no era su ejercicio sexual favorito, pero aquella situación estaba marcando un antes y un después en su vida sexual con su hijo. No pudo reprimir un gritito por lo que preguntó si me estaba corriendo, pensando que sólo estaba jugando a los roces. Sin embargo, la conoce lo suficiente para saber cómo respondía a los estímulos… le dijo que lo disfrutara pero que disimulara para que no se diera cuenta nadie que pasara por la acera de enfrente. Gabriel, sin embargo ignoraba lo que pasaba en el exterior situándose en las nubes con los ojos cerrados. Llevó las manos a mis tetas y palpó los pezones durísimos que tantas veces había mirado con deseo y, estoy segura que tantos celos habían provocado en multitud de ocasiones en su novia. Ya sabéis que las chicas jóvenes odian a las mujeres que tenemos pezones muy pronunciados con grandes tetas, pues sabido es que es una de las imágenes que más cachondo pone a cualquier hombre. Apretándome los pezones Gabriel empezó a mover ligeramente las caderas, al tiempo que ella hacía lo mismo encima de él, mientras con una mano se acariciaba el clítoris y con la otra jugueteaba con la boca de su hijo, que no hacía más que chuparle los dedos del mismo modo que ella le chupaba a él la polla. Gabriel no pudo aguantar más y empezó a tener espasmos dentro de su madre. Andrea se reclinó hacia delante arreciando sus frotaciones en el clítoris, al tiempo que le asió los huevos a mi hijo masajeándolos y apretándoselos. Ambos se corrieron simultáneamente, sin cortarse en nada. Cabalgó sobre Gabriel y sobando con fuerza la polla de su hijo y su cuello. En aquel momento ya llevaba todo el vestido abierto por delante con las tetas fuera. Con dificultad por las estrecheces me costó sacarme la polla que llevaba en mi coño. Su hijo paró de follársela y a los pocos segundos abrió la puerta, entonces su madre se incorporó lentamente…según se iba levantando sacaba de su coñito aquella enorme polla, aún dura, dándose cuenta que el semen de su hijo resbalaba por sus muslos. Gabriel hizo lo que pudo para guardársela aún tiesa. Según puso un pie fuera del coche, sujetándose la falda para que no se dieran cuenta de su desnudez, no pudo evitar lanzar un pequeño gemido de placer al notar el vacío de mi coñito y pronto las piernas empapadas de un reguero de semen. Volvieron a casa.
Patricio había gastado la mayor parte del día pensando sobre la historia del periódico que él había leído. Lo había tenido distraído todo el día. Cada vez que él leía y releía la noticia pensaba en lo afortunado del “bastardo”, si le habrían dado una oportunidad antes, él habría follado con su hija Adriana, así como el padre de la noticia se follaba a su hija… para su moral aquello no tenía razón de ser dentro del delito. Cómo habrá hecho él para darle una follada…se preguntó. ¿Él habría hecho que le chupe la verga…? ¿Habría Tragado su leche…? ¿Él habría tomado su virginidad…? ¿La tenía tomada por el culo cuando se la follaba…? ¿Él habría le hundido su verga en el culo…? Cada pregunta atravesó en su mente como relámpagos y le vino a la cabeza a Adriana haciendo cada acto a la vez, chupándolo, tragando su leche, y tomando su verga en su coño y en su culo… Cuando él estaba en camino a casa 30 minutos después, su verga estaba dura como piedra y latiendo muy enojadamente en sus pantalones. Él había oído cuando Andrea le pedía a Gabriel que la acompañara… Sólo se sentó en el sofá de tela de la sala para tomar un descanso mientras miraba algún programa por la TV, bebiendo a sorbos una taza de té verde. Adriana se unió y besándolo en la boca… – “¿Dónde están todos?” – “Gabriel y Andrea están fuera” Sus ojos miraron como Adriana se sentaba con las piernas en cruz sobre la alfombra.
Apoyándose contra el sofá, Patricio comprendió de repente que él y Adriana estaban solos en la casa. Su hija aún vestida con leggins short ceñido de algodón, y tenía el pelo sin peinar, Patricio miró fijamente sus tetas, su verga latió con ganas de desnudarla. Adriana bostezó y miró la TV sin interés. Ella sentía los ojos de su padre en ella y sonrió, él siempre estaba mirándola fijamente esos días. Era obvio que él tenía ganas de follar con ella a todas horas, ella no menos… La chica se volvió y sonrió a su padre…. Él no era en absoluto un hombre mal parecido. Su pelo con unos brotes de canas agregaba algo de distinción a su apariencia. Él era un hombre de buena salud, musculoso y en muy buena forma…un papá que toda nena quisiera follarse. Sintió mojarse de repente entre sus piernas, sus pezones endurecieron por la fuerte atracción física hacia su padre. Ella se puso de pie y lo miró a los ojos, preguntó una vez más… – “¡¿Estamos solos papá?!” Patricio asintió con la cabeza. Sus ojos vieron algo llamativo en los de ella, con el mismo brillo acuoso de cuando tiene ganas de follar, pero no estaba demasiado seguro. Adriana caminó hacia su padre y se sentó en su regazo. Llevó los brazos alrededor de su cuello y dijo – “¡Te amo papá!” Los brazos musculados de Patricio la abrazaron, su verga ya amenazaba con reventar los pantalones. Adriana besó a su padre en la boca otra vez pero con mayor detenimiento, y cuando sus labios se abrieron, ella empujó su lengua dentro y gimió. Patricio también gimió. Éste era ya un sueño recurrente hecho realidad… la putita de su hija caliente besándolo. Ella acariciaba su pelo, orejas y cuello con sus manos suaves y los dedos delgados. Él la agarró de una nalga con una mano y la apretó duro contra él. Besando y gimiendo ellos cayeron hacia la alfombra dónde Patricio quedo encima de Adriana entre sus piernas. Adriana envolvió sus piernas alrededor de la cintura de su padre cuando él besó su cara, boca, y cuello y frotó su dura verga contra su coño…
– “¡PAPÁ, FÓLLAME!” Ella le cuchicheo al oído. – “Rápido. Antes de alguien vuelva” Su boca chupó fuertemente de las tetas de la niña cuando él oyó estas palabras, se quito rápidamente los pantalones y la ropa interior… apretó su verga desnuda contra l
Autor: TrovoDecimo Categoría: Incesto
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20 años de casados
2019-08-17
Una pareja que aguanta 20 años casados, bien merece darse un homenaje. La mejor forma de hacerlo es disfrutando nuevamente de la juventud. En el sentido más ámplio de la palabra. Una inocente y dulce chica veinteañera.
Después de 20 años de casados y alguno más de novios, se hace difícil encontrar un regalo que sorprenda y supere las expectativas de la pareja. Pero en los tiempos que corren que las relaciones apenas duran y a la mínima las parejas son incapaces de superar sus diferencias, debería ser un regalo acorde a dicha gesta.
Aun teniendo ya algunos años, nuestra vida sexual creo que sigue siendo la envidia de muchas personas de nuestra edad. Y precisamente por esta línea, se me ocurrió el regalo perfecto. Más bien ha sido por un cúmulo de situaciones que lo han permitido y se ha producido la oportunidad.
Le he regalado a mi pareja, y para mi también, un encuentro sexual con una veinteañera. Qué mejor regalo que el ímpetu, fogosidad y placer de la juventud. Quizás si eres joven no lo comprenderás mucho, pero si ya tienes cierta edad, sabes perfectamente a lo que me refiero.
Ella es una chica perfecta para este tipo de cosas. Guapa, con facciones dulces y piel tersa. Blanquita y que se ruboriza con facilidad. Un cuerpo menudo sin grandes distracciones y que se ocupa de cuidar con delicadeza y recelo. Hace ejercicio y tiene hábitos saludables. Y lo más importante, además de no tener pareja, siente especial atracción por las personas mayores que ella. Algo que he descubierto en los ratos de charla e intercambio de intimidades que tenemos a veces. Cosa que no viene al caso de porqué nos conocemos y tenemos trato habitual siendo de generaciones distintas.
Antes del gran momento, yo ya le había enseñado fotos de mi pareja y habíamos hablado en varias ocasiones sobre temas sexuales. Sabía que no iba a ver ningún problema.
Para la ocasión, disfrutamos mi marido y yo de un circuito termal, un servicio excelente de comida, y como colofón, una habitación del balneario con unas vistas a la naturaleza. Y la compañía de esta chica, que también disfrutó del lugar.
Durante esas horas previas, fuimos rompiendo el hielo y la incomodidad de la falta de confianza. Hasta que después de la comida, subimos los 3 a la habitación.
Mi marido, se tumbó desnudo sobre la cama, yo animé a nuestra joven amiga a que se dejara llevar por la tentación. Ella aun seguía vestida con un bañador. La invité a sentarse junto a mi en el borde de la cama y masturbar a mi marido. Comencé yo hasta que entró en erección. Ella miraba tímidamente pero en sus pupilas podía ver como crecía el deseo y la curiosidad. Aunque no era su primer maduro a nivel sexual.
El momento en el que alargó su mano para sujetar el pene erecto de mi marido fue el comienzo de todo. Se le pasaron todas las dudas y el morbo comenzó a fluir. Ella se relajó. Lo masturbaba mientras me miraba. Buscaba mi aprobación. Yo la alentaba de forma cómplice.
Pasé a desnudarme yo también y acercarme a mi marido. A él le encanta disfrutar de mis pechos. Los masajea y manosea con gran maestría. Yo estaba de espaldas a mi joven amiga y tapando con mi cuerpo el contacto visual de mi marido y ella. En ese intervalo le pregunté por gestos como la veía él. Como la sentía. Su cara de satisfacción lo dijo todo.
Apenas unos momentos después, escuché el ruido húmedo de una garganta. Miré a mi pareja y estaba con la cabeza estirada hacia atrás, los ojos cerrados y relamiéndose de placer. Giré mi cabeza y observé el bulto de la chica subido en la cama. Era una felación.
Me quité de encima de mi esposo y ella se asustó. Me miró con ojos asustados mientras tenía la polla de mi marido en la boca. Se ruborizó rápidamente y con muchas dudas abrió la boca y lentamente fue subiendo la cabeza. La polla de mi marido brillaba envuelta en babas. Desde la boca de ella, se descolgaban flemas e hilos de saliva que terminaban por el cuerpo del pene y el pubis de mi esposo. Fue una visión realmente hermosa. Inocencia y perversión perfectamente equilibradas.
Le di mi enhorabuena y la pedí que se quitara el bañador. Que un cuerpo tan bello era para mostrarlo. Además de que ya había confianza y sería más cómodo para ella. Así lo hizo. Se quedó completamente desnuda. Un cuerpo juvenil de portentosa belleza y perfectamente cuidado. Mi esposo no se contuvo y comentó lo maravillosa que era. Le pidió que se acercara y ella anduvo hasta el lateral de la cama. Pese a yo no sentir atracción por las mujeres, no pude evitar quedarme obnubilada por el balanceo sensual de sus caderas. Sufrir el magnetismo de sus hoyuelos de venus en la espalda e hipnotizarme sus blancas y tiernas nalgas con movimiento acompasado de sus piernas.
Mi marido extendió el brazo con la palma de la mano hacia arriba a la altura de la vulva de ella. Con una mirada envuelta en timidez, miraba con gran atención a mi esposo y luego a mi. Yo le hice el gesto de que se relajara y me acerque a donde estaba. Ella separó ligeramente las rodillas y sacó pubis.
Mi esposo la acariciaba y la miraba como si de un niño con juguetes nuevos se tratara. Dulzura y suavidad era una. Yo la puse mis manos sobre sus hombros y la susurré: Disfrútalo, no estés tensa. Aquí estamos para disfrutar.
Un tímido gemido salió de sus labios carnosos y húmedos. Había sido penetrada por los dedos de mi marido. Ella sopló y resopló. Su cadera cobraba vida, se iba moviendo buscando el placer. Su cuerpo comenzó a sonrojarse. primero un rosa pálido, después un tono más salmón y ahí fue cambiando de tonalidades.
Mi marido se revolvió en la cama y se puso cabeza abajo. Quería degustar ese coño joven y caliente. Ella dudo cómo colocarse. Con inseguridad y ayudada por mi, se colocó junto a la cama con la cabeza de mi esposo entre sus piernas. Mi marido rápidamente estiró sus brazos y agarró con firmeza el culo de la chica. Una mano en cada nalga que se apretaban entre su carne. Ella miró al techo y bufó cerrando los ojos para después morderse los labios de forma pasional. No pudo resistirse a llevarse sus manos a sus pechos y manosearlos.
Yo me coloqué en el lado opuesto de la cama para verla a la vez que le realizaba una felación a mi pareja.
Era una preciosidad verla disfrutar. El mejor momento fue cuando en esa posición, sin dejar de mirar al cielo y con los ojos cerrados, intentó decir que por el culo no. Comenzó con cierta energía, pero “culo” apenas se la oyó, y el “no” fue entre exhalaciones de placer. La pregunté qué le ocurrió, y con dificultad por la agitación de su respiración me contestó, lo tengo virgen. Creo que mi marido ni la escuchó, porque sino se hubiera puesto mucho más excitado. Aunque por suerte para ella, solo estaba experimentado el placer de un beso negro.
Les paré un segundo, la pregunté a ella si estaba bien o la incomodaba eso. Mi marido se quedó muy sorprendido y sin terminar de entender lo que ocurría. Ella con timidez y desasosiego, volvió a repetir que nunca había tenido sexo anal. Por eso estaba algo asustada e incómoda. Pero que eso de la lengua, si la estaba gustando mucho. La propusimos probarlo en una postura más cómoda, el beso negro. La penetración ya llegaría después si ella quería.
La recomendé ponerse en pompa en mitad de la habitación. Ella enseguida comentó: "¿Cómo haciendo twerking?" y adoptó la postura en un santiamén. Mi marido se puso tras de ella. Yo delante de ella mirándola para apoyarla y sobre todo para sujetarla los glúteos y que mi marido se pudiera esmerar en el beso negro.
A mi me resultó tremendamente excitante tenerla así y poder sentir a través del contacto piel con piel su placer. En cuanto comenzó mi marido a usar la lengua, comenzó a respirar más fuerte. En el momento de introducirle algún dedo por la vagina. Ella comenzó a tener pequeños espasmos. Yo animaba a seguir a mi marido haciendo lo que estuviera haciendo y a dare más placer a esa chica. Una juventud que afloraba por cada poro de su piel. Tuve la oportunidad de darla algún cachete en el culete y de arañarla. La pobre joven se derretía con eso. El placer la superaba. Así llegó al clímax, que lo culminó con una eyaculación femenina. Terminó soltando gran cantidad de fluido a chorro por su vagina. Bañó a mi marido y empapó el suelo de la habitación.
Autor: Toulouse Categoría: Erotismo y Amor
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