Despertar inesperado

2019-09-05


Por un suceso inesperado mi vida cambió radicalmente a mi corta edad. Hola, esta es la primera vez que me animo a escribir y relatar a lo que yo llamo el evento que cambio mi vida. Soy Julia, vivo con mi familia, mi padre, madre y mi hermano un año menor. Mis padres se dedican al comercio, tienen una tienda de abarrotes, trabajan juntos atendiendo la tienda, siempre fueron el ejemplo de una hermosa relación, parecen novios aun con 17 años de casados. Mi madre es una mujer bastante guapetona, cabello risado largo, aunque no practica ejercicio la naturaleza la favorece y tiene todo en su lugar, mi padre dicen tuvo mucha suerte ya que el no es tan guapo pero tiene su encanto, sobre todo por ser muy alto y con mucha presencia, bueno me dejo de rodeos y voy al grano. Un viernes como cualquiera de rutina salí a la escuela temprano con mi hermano, mis padres aun se preparaban para ir a la tienda. Llegando a la escuela despedi a mi hermano, aún era temprano por lo cual me quede en la entrada del colegio a esperar a mi novio, pasaron algunos minutos y lo veo caminar a 2 calles, de pronto mi ex-mejor amiga se avalanza y le planta un beso y lo abraza. Al verlos y llena de coraje salgo corriendo hacia un parque cercano sin que ellos me vieran, llorando y desconsolada me siento en una banca, estuve ahi algunos minutos hasta que decidi regresar a la casa para estar sola, me sentía muy mal (el desamor típico adolecente). Llegué a la casa y me meti a mi habitación a llorar hasta que me quedé dormida. No me di cuenta cuanto tiempo pasó pero de pronto me despertaron algunos ruidos extraños, se escuchaba alguna risita y voces, me levante y sali un poco de mi cuarto y fué cuando escuche a mi madre reir y a continuación la voz de un hombre decir "te gusta?". Traté de pensar rapidamente y fue en ese momento que mi rabia se multiplicó por un millón, deduje que mi madre estaría con otro hombre en su habitación engañando a mi padre, mi mente se preguntaba ¿por qué? ¿qué le pasa al mundo?, en ese momento pensé en abrir la puerta y descubrirla, pero mejor tomé mi móvil y sali al patio esperando poder ver por su ventana y tomar un par de fotos como prueba, la casa es de una sola planta así que di la vuelta y despacio me aproximé a la ventana sin hacer minimo ruido, lo que vi confirmaba mis sospechas, un hombre acostado en la cama y ella encima obviamente teniendo sexo, podía verlos desde un angulo de la esquina inferior izquierda de la cama, veia el coño de mi madre entrando y saliendo del pene de aquel tipo, mis piernas me temblaban de rabia y nervios, mis manos temblaban pero encendi el móvil e inicié una grabación, la escena era irreal, el tipo se incorporaba para besarle las tetas a mi madre y ella se las ofrecía como una gran puta, no lo podía creer, paso un minuto y de pronto lo peor (o a estas alturas no se que pensar), alguien apareció de repente a su lado y era mi padre!, desnudo con una mano en su miembro y otra en una pequeña camara dando la vuelta a la cama y no perdiendose ninguna toma, había estado observando desde un punto donde yo no podía ver, quiza sentado en un sofá que tienen frente a la cama. No podía creerlo, baje el móvil y me agache un poco, mis piernas no daban más, respiraba muy agitadamente. Dios! siempre fui una niña inquieta, me daba mucha curiosidad los chicos, alguna vez con toda timidez me atreví a ver una de esas paginas porno pero mi pudor me lo impidió y me limitaba a ver fotos de chicos en instagram o facebook, pero esto era demasiado, no sabía que pensar, obviamente mis padres eran complices, no entendí que pasaba en ese momento. Tome fuerzas, mi rabia se convirtió en curiosidad, me levanté, lo que vi hizo explotar mi cerebro en ese momento: mi padre había dejado la camara en un tripié y estaba penetrando a mi madre por atrás, no me imaginaba cómo, ni siquiera podría ver sus miembros, únicamente escuchaba a mi madre gemir como loca entre ambos hombres, en ese momento sonó mi móvil, era mi novio. Sali disparada de la casa, cerré la puerta despacio y corrí de nuevo al parque.... Continuara....

Autor: Julia Categoría: Incesto

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Mi vida con mi tia

2019-09-05


Mi nombre es Dario soy un chico normal que siempre he tenido un deseo desmedido por las mujeres, mi tía fue la primer mujer con la que estuve y siempre la recuerdo como una de mis maestras Gracias tía Doris por mostrarme el mundo del sexo. INTRODUCCION Durante los días de veraneo del año 2000 cuando los integrantes de la familia de Darío regresaban a su ciudad de origen dejando al joven muchacho en casa de su tía Doris y su tío Dionisio confiaban en que el muchacho aprovechara la oportunidad de estudiar y estar en casa de sus tíos durante toda la carrera. Doris una mujer de treinta y cinco años de profesión enfermera que era una excelente ama de casa , antes de irse a su trabajo por la tarde preparaba el desayuno para toda la familia e incluso cuando tenía tiempo procuraba dejar la cómoda lista para que su esposo pudiera comer al llegar a casa. Físicamente era hermosa su piel de color perla como recién bronceada era la envidia de sus compañeras, su hermosa sonrisa y corte de cabello moderno la hacían parecer mucho más joven. Para los hombres que trabajaban con ella sus hermosos pechos eran la mejor cualidad de aquella mujer pero sus amplias caderas y trasero bien paradito la hacían la delicia de todos en su clínica e incluso de los jefes que trabajaban con ella. Por supuesto que el hombre de la casa Dionisio era el primero en salir de la casa, acostumbrado a sus largas jornadas de trabajo y ver poco tiempo a su esposa durante el día se quejaba constantemente por el horario de su mujer, puesto que siempre tenía que ser el el sacrificado. El joven Darío trató de adaptarse lo antes posible a la dinámica de la pareja, lo que menos quería era entrometerse en los asuntos que no eran de su incumbencia, y trataba de pasar desapercibido durante todo el día para no molestar a su tía Doris, mientras se preparaba para ir a trabajar o hacía la comida, las responsabilidades del muchacho eran pocas durante los primeros días de aquel verano, llegó con el suficiente tiempo para hacer los recorridos en camión a la que sería su nueva escuela. Un tanto solitario por las circunstancias que le tocaban vivir nunca se quejó de no tener amigos o amigas con quien compartir sus horas libres. El primer día de clases Darío acudió a clases por la tarde, le habían asignado el turno nocturno por lo que la mayor parte de la mañana estaría en casa, pero por ser el primer día decidió irse muy temprano. Dionisio y Doris estaba en casa cuando el muchacho salió hacia la universidad, la pareja después de 10 años de casados no era tan feliz como al principio, Dionisio se había convertido en un hombre que solo quería satisfacer sus propias necesidades sin darle mucha importancia a lo que le gustaba a su esposa, sin embargo Doris seguía siendo complaciente con el. Doris llevaba puesto el uniforme de enfermera mientras que Darío la observaba moviéndose ágilmente por la casa, al pasar por enfrente de su marido este la sujetó firmemente por la cintura, la puso en medio de sus piernas Parma disfrutar de sus preciosas nalgas presionando su miembro. -mi amor creo que la llegada de Darío es un problema ¿no te parece?- Mientras empezaba a meter sus manos por debajo de la blusa de su esposa y masajeaba sus hermosos pechos por encima del sujetador. -tal vez - Doris movía sugerentemente sus caderas para acomodarse en el regazo de su esposo y poder disfrutar de las caricias que le estaba proporcionando. Sentados en el sillón principal de la sala, con la ventana principal iluminando toda la habitación, sin ningún pudor la pareja seguía disfrutando de sus juegos sin darle importancia a que las cortinas estuvieran abiertas. Dionicio empujó a su mujer para ponerla de pie, de un solo tirón bajó sus pantalones hasta las rodillas dejando a la vista su hermoso trasero delicadamente decorado con una tanga color rojo de encaje, se acercó para besar los glúteos. -amor me tengo que ir a trabajar pero te prometo que en la noche te doy lo que quieres- Una mueca de desagrado de Dionisio se hizo evidente en su cara pero sabía que ella tenía razón así que tuvo que detenerse. Doris era una mujer muy inteligente, muchos se referían a ella como la más inteligente de la clase en sus años de universidad, en la clínica donde trabajaba también era considerada por sus compañeros como la mejor y sus pacientes la apreciaban. Una de las actividades que más disfrutaba Doris durante su jornada de trabajo era estar en la sala de operaciones para realizar las vasectomías, la mayoría del personal en su estación de trabajo eran mujeres. Lo que más disfrutaba era poder ver a los pacientes desnudos de la cintura para abajo al momento de la cirugía. En particular ese día que su esposo la puso caliente antes de irse a trabajar no dejaba de pensar en lo mucho que deseaba poder disfrutar con un pene diferente al de su esposo, desde antes de casarse no había tenido oportunidad de conocer a otros hombres. Al llegar a la clínica un hombre de unos cincuenta años estaba sentado en la sala de espera, a Doris no le pareció nada extraordinario y siguió hasta su estación de trabajo. El señor que había visto sentado era su paciente. Al presentarse en el consultorio Doris lo recibió con una amable sonrisa y comenzó a hacer las preguntas de rutina, como siempre la pregunta más incómoda era la que a ella más le emocionaba. -está usted rasurado de los testículos y el pene para la operación?- -no señorita nadie me indicó que tenía que venir rasurado- - no se preocupe nosotros le ayudaremos- Los ojos de la enfermera brillaron de intriga al darse cuenta que tendría que ayudar al paciente a realizar la tarea, ingresandolo en un cubículo pequeño que se encontraba a un lado de su escritorio le indicó a su paciente que se quitara la ropa, se levantó del escritorio para traer sus herramientas para rasurar. Al abrir la puerta del cubículo encontró a su paciente sentado en una silla y le indicó -póngase de pie- El paciente hizo lo que la mujer le indicaba dejando al descubierto su miembro, al darse cuenta Doris del tamaña de aquel pedazo de carne no pudo disimular su asombro y el paciente no hizo otra cosa más que sonreírle. Inmediatamente Doris se arrodilló frente a él para comenzar a rasurar el área completamente fuera del procedimiento común, Doris decidió no utilizar guantes para esta tarea, queria sentir la piel de aquel hombre con sus propias manos. Sin el menor pudor comenzó a manipular el miembro, experta en la materia y siempre disfrutando de ella, acariciaba el miembro de aquel varón sin remordimientos le indicó que separa las piernas para poder rasurar sus testículos, Doris no se quedaba con las ganas de acariciar delicadamente cada centímetro del pene. La cara de satisfacción de aquel hombre mientras era tocado por su enfermera lo decía todo, de apoco el pene comenzó a tomar volumen haciéndose cada vez más grande en la mano de Doris, su boca quería sentir aquel miembro entrando en ella pero la enfermera sabía que no estaba bien lo que hacía, podía ser descubierta en cualquier momento pero no le importaba. Doris podía sentir como su vulva se inflamaba debajo de su uniforme, mientras sus pezones luchaban por salir de sus sujetador, su profesionalismo la detenía y su deseo la impulsaba a seguir, cuando terminó de rasurar a su paciente, lo volteó a ver desde su posición y acariciado la punta del pene le dijo -ya está listo, pase al consultorio lo espera la doctora- Al levantarse le dio un pequeño golpe al pene de aquel hombre como despidiéndose de un nuevo amigo. Salió de la habitación moviéndose sensualmente para que su paciente la pudiera observar, se dirigió a su escritorio procurando que nadie la viera estiró la parte de enfrente de su pantalón para observar los jugos que su vagina que empapaban su ropa interior, metió los dedos para comprobar que estaba completamente mojada, apretó con fuerza su clítoris con los dedos, sus dedos empapados en jugos vaginales los llevó a su boca para saborearlos, volviendo rápidamente a la realidad recordó que tenía que asistir a la doctora en la cirugía. Realizó sus actividades como de costumbre asistiendo en la operación a la doctora de turno y finalizó esta dándole instrucciones al paciente de los cuidados que debía de tener durante su tiempo de reposo. El paciente sin decir una sola palabra la escuchó atentamente y al finalizar la consulta le entregó una tarjeta con su número de teléfono que llevaba grabado su nombre. -llámame cuando quieras- le dijo el paciente El hombre se retiró sin hacer ningún otro comentario, a Doris le agradó la caballerosidad del tipo y guardó la tarjeta en su bolsa. Durante ese día Doris asistió a otras operaciones pero no encontró nada interesante que hacer, estaba ansiosa por volver a casa para disfrutar de su marido. Al llegar a casa se dio cuenta que su esposo no estaba, al revisar los mensajes de su celular un mensaje la hizo enojarse, su marido había decidió salir con algunos amigos. Enojada, caliente y frustrada entró a la casa solo para darse cuenta que su sobrino Darío había llegado antes que ella, ahí fue donde se dio cuenta que esta noche a pesar de haber tenido entre sus manos aquel pene tan apetecible no recibiría nada más. Se acercó al sillón para saludar a su sobrino, el joven introvertido estaba exhortó viendo el celular por lo que no se dio cuenta que su tía se acercó a él, al levantar la la vista Darío se encontró con el rostro de su tía, le pareció que era hermosa, nunca la había visto tan de cerca, estando de pie frente a él pudo notar que sus pechos que se movían dentro de su blusa. Su tía se inclinó para darle un beso en la cabeza. -hola mi amor ¿como te fue en la escuela?- El chico realmente se encontraba intimidado por la presencia de su tía y la actitud que tenía con él, la única mujer con la que había compartido este tipo de contacto físico era su madre, al ser un chico tan introvertido las chicas de su edad no se fijaban en el. -bien tía pero ando un poco estresado todavía no se muy bien todo lo que tengo que hacer- -Si te entiendo por lo pronto déjame consentirte con la cena- A pesar de la frustración sexual que experimentaba Doris se entia comprometida con el muchacho así que fue a tomar una ducha rápida, acostumbrada a vivir sola con su marido salió del baño desnuda para dirigirse a su recámara, recordó que su sobrino estaba en la planta de abajo pero pensaba en que tal vez la pudiera ver desnuda, esta sensación la hizo sentirse viva. Fue a sus habitación y tomando una blusa de tirantes y un pequeño short se los colocó sin ropa interior como hacía siempre que estaba en casa. Darío a pesar de parecer un chico bastante calmado tenía una afición bastante comprometedora, disfrutaba de ver pornografia en su celular durante los momentos de relajación. Una vez que su tía subió a la parte alta de la casa el muchacho cambió la imagen en su celular, retomando la actividad que estaba haciendo viendo un video porno, en él se observaba a una pareja en donde la jovencita en él disfrutaba de la verga gorda de su amante, Darío sabía que no tenía tiempo de masturbarce en ese momento ya que su tía regresaría en cualquier momento. Doris regreso con el cabello mojado, las gotas escurrieron de su cabello mojaron un poco la blusa justo a la altura de sus pechos provocando que se marcaran sus pezones erectos por el frío al verla su sobrino no logró contenerse y se apretó el miembro por encima de su pantalón, Doris notó el gesto del muchacho pero no le dio mucha importancia. Ella sabía que un jovencito como él nunca llegaría a satisfacerla. Sonrió disimuladamente y entró a la cocina. Darío la observaba en cada movimiento esperando poder ver un poco más de lo debido, sin pensar mucho en las consecuencias de sus acciones espero a que su tía estuviera de espaldas para tomar fotografías de sus hermosas nalgas. La cocina estaba separada del comedor por una puerta, dentro de la cocina un pequeño desayunado destinado para este fin estaba decorado bellamente. -Darío acompáñame en la cocina- le indicó Doris a su sobrino. Al entrar en la cocina el muchacho se quedó parado en la puerta con los ojos bien abiertos, su tía estaba inclinada buscando un sartén para preparar la comida, en su ropa se notaban los labios vaginales apretados contra la tela, el muchacho no reaccionó hasta que su tía lo invitó a sentarme en el desayunador. La situación le parecía muy divertida a Doris estaba segura que aquel joven no sabía nada sobre mujeres. -siéntate ahorita te preparo la cena- El joven se entró en una de las sillas donde frecuentemente su tía le daba la espalda y furtivamente el chico seguía tomando fotografías de su tía, quería estar seguro de no dejar pasar esta oportunidad, su miembro crecía dentro de su pantalón tratando de liberarse de la opresión que le causaba el muchacho se apretaba el miembro tratando de liberarlo. Doris seguía con sus inocentes juegos, su mal humor había desaparecido gracias a su sobrino y queria saber hasta donde estaba dispuesto a llegar el muchacho. Doris se puso de frente al muchacho para seguir platicando con él, pero hábilmente el joven no quitaba sus manos del celular y disimuladamente le tomaba fotos a sus tetas, él sabía que esa noche descargaria toda su leche viendo las fotografías de su tía. A un lado de la silla donde se encontraba Darío estaba un pequeño mueble donde Doris guardaba algunas cosas, poniéndose a un lado del muchacho se puso en cuclillas para sacar un secador, apoyándose en su pierna derecha pudo sentir un objeto extraño, no podía creer las dimensiones de su miembro, Doris estaba fuera de sus cabales al imaginar el tamaño de aquel pene. -perdón hijo no quise incomodarte- Enderezandose inmediatamente y retirándose lo más que pudo del chicho. Doris nunca se imaginó lo que tenía en medio de sus piernas. -no te preocupes tía no me hiciste daño- extrañado por la reacción de su tía no le dio más importancia. Las cosas en la cena transcurrieron sin más contratiempos hasta que los dos decidieron ir a dormir. Las habitaciones se encontraban en la parte de arriba de la casa por lo que al subir las escaleras Darío como todo un caballero dejó que su tía subiera primero, sus verdaderas intenciones eran poder ver de cerca su trasero. -que duermas rico sobrino- -tu también tía- Fueron las palabras que intercambiaron y se dirigieron a sus respectivas habitaciones Doris no resistía más el cúmulo de sucesos excitantes de ese día, era demasiado para ella y necesitaba descargar toda su excitación, ella había notado que su sobrino le tomaba fotos durante la cena, entró en su habitación y esperando un tiempo prudente salió de ella para dirigirse a la puerta del muchacho, arrodillada frente al cerrojo podía ver parte de la habitación, frente a ella el joven estando de espaldas se quitó la camiseta de superhéroe que traía puesta, se quitó los tenis sin desamarrar las agujetas, bajo su pantalón para retirarlo con todo y boxer, Doris observaba los glúteos del joven, su cuerpo comenzó a reaccionar al ver a su sobrino desnudo, el chico se giró para sentarse en la cama. La sorpresa de Doris al ver el miembro semi erecto de su sobrino fue mayúscula al darse cuenta que era más grande y gorda que la de su paciente, instintivamente su mano buscó su vulva para empezar a acariciarse, Darío seguía disfrutando de su cuerpo frotaba su miembro con una mano mientras con la otra comenzó a revisar las fotografías que había tomado, ver a su tía con aquella ropa tan pegada lo había dejado excitado y deseoso de poder ver algo más. Los jugos vaginales de Doris no se hicieron esperar su short de pijama este se mojó completamente viendo cómo se masturbaba el muchacho, sabía que era una situación prohibida pero le encantaba, sus dedos comenzaron a buscar su clítoris por dentro de su pijama esto era mejor que pajearce sola en su cuarto, el espectáculo que le estaba dando su sobrino sin saberlo la ponía cada vez más caliente. El muchacho comenzó a intensificar sus movimientos, una sola mano no era suficiente para cubrir el tamaño de su pene pero lo intentaba con mucha dedicación. Doris sabía que el muchacho estaba viendo sus fotos y esto aumentaba su excitación. Darío comenzó a eyacular copiosamente y con tal potencia que su semen alcanzó una distancia considerable, continuó eyaculando por un par de segundos más, sin duda estaba disfrutando como pocas veces lo hacía. -aaaaaaagggggg tía me encanta tu culo quiero venirme dentro de ti- Las palabras del muchacho resonaron en los oídos de Doris que escuchaba atentamente lo que el chico decía. Se levantó del piso tratando de hacer el menor ruido posible y fue a su cuarto. Cerró la puerta y enseguida se quitó la ropa, su vello púbico estaba completamente mojado por sus jugos, sin pensarlo se tiró sobre la cama para comenzar a meterse con fuerza dos dedos, en su cuerpo sentía como si su sobrino la estuviera masturbando , desde ese momento no podría dejar de pensar en el tamaño de su pene y se preguntaba ¿sabrá cómo usarlo? Sin embargo su fantasía la hacía creer que el chicho sería un estupendo amante y que pronto lo tendría en medio de sus piernas, este solo pensamiento la hizo acabar entre gemidos ahogados de placer. Esa noche más tarde Dionisio llegó a su casa bastante tomado de la reunión con sus amigos, a Doris le molestaba cuando su esposo llegaba en ese estado, no toleraba el olor a cigarro y cerveza, pero en esta ocasión no quería dejar pasar la oportunidad de disfrutar del sexo que él le daba aún que fuera muy poco complaciente. Dionisio llegó a la cama con su mujer que se encontraba desnuda para deleite de Dionisio retiró la sábana que cubría su cuerpo y comenzó a masajear los pechos de su mujer a pesar que estaba dormida sus pezones reaccionaron a sus caricias de forma instantánea, el tipo comenzó a besarlas con salvajismo sin tomar en cuenta lo que su esposa quería, Doris despertó mientras él se bajaba el cierre del pantalón para meter su miembro en su boca forzándola a que se lo chupara, ella acostumbrada a este tipo de situación no le dio mayor importancia. No disfrutaba de esta situación pero esta noche era diferente el recuerdo del miembro de su sobrino la alentaba a sentir un pedazo de carne caliente en dentro de su vagina. Dionicio poniéndose en medio de las piernas de su esposa la penetro rápidamente, a los pocos minutos sin esperar satisfacer a su esposa se corrió dentro de ella para luego acostarse a dormir sin decir una sola palabra. Doris se levantó para hacer del baño decepcionada una vez más con la actitud de su marido, abrió la puerta del baño, encendió la luz y debido a la somnolencia que experimentaba dejó la puerta abierta, desde su cuarto Darío observaba el cuerpo desnudo de su tía, el ruido hecho por su tío al llegar lo había despertado, el chico observó el cuerpo de su tía completamente desnudo. Al sentarse en el retrete Doris comenzó a llorar por la situación que estaba pasando con su marido, no podía entender por qué se comportaba de esa manera a esta alturas de su vida. Doris se levantó del baño y se dirigió a su habitación para perderse de la vista de su sobrino en la obscuridad. El muchacho disfruto de ver a su tía desnuda pero no comprendía cuál era la razón de su llanto la simple idea que alguien le pudiera estar haciendo daño le pareció muy molesta y quería enfrentar la situación pero no creía tener ningún derecho. A la mañana siguiente Dionisio se levantó muy temprano para irce a trabajar como de costumbre, esta vez su mujer no se levantó para hacerle su desayuno, él entendió que se encontraba molesta por qué llegó tarde la noche anterior, pero nunca supo que esa noche fue un punto de inflexión en su relación. Doris se estiró en su cama mientras recordaba seguír molesta por lo sucedido durante la noche pero sabía que la situación con su sobrino la animaría un poco, esta vez quería seguir jugando con el. El muchacho se despertó cuando su tío se fue a trabajar el ruido provocado por la puerta cerrándose lo hizo reaccionar, no sabía nada sobre mujeres, pero lo que sí entendía era que si alguien que se siente mal lo mejor era consentirlo, así que fue a la cocina, prepara un café y cosino un omelette de huevos con jamón para su tía, colocó todo en una bandeja para llevarle el desayuno a la cama y subió las escaleras, toco la puerta. -buenos días tía puedo pasar?- Doris despertó con el sonar de la puerta -si pasa- Sus ojos hinchados de tanto llorar era evidencia del sufrimiento que le causaba su esposo, Darío entró con la mesita que había preparado para consentir a su tía, se acercó a ella y puso la comida delante de ella. -¿qué estás haciendo?- -Hola tía buenos días quise agradecerte por lo bien que te has portado conmigo, se que no es fácil tener en tu casa a un desconocido como yo- -Cómo dices eso tú no eres un desconocido eres como un hijo para mi, gracias por el desayuno nunca nadie me había preparado el desayuno antes- -Que bueno que te guste, tratare de hacerlo cada vez que pueda- Doris lo tomó de la mano y lo jalo hacia ella para darle un tierno beso en la mejilla, estás pequeñas caricias hacían despertar en Darío el deseo juvenil que le hacía hervir la sangre. -bueno tia te dejo para que disfrutes de tu desayuno yo me voy a bañar para irme a la escuela- Poco a poco el chico a la que ella consideraba poco capaz fue sorprendiéndola con cada una de sus atenciones. Al salir del baño Darío se dirigió a su cuarto para ponerse la ropa que tenía preparada en su cama, su tía estaba en la parte de abajo de la casa, con un mejor semblante que la noche anterior esperaba a su sobrino sentada en la sala tomando un café y hojeando una revista. Esta vez solo llevaba puesto un camisón que llegaba hasta sus muslos, con las piernas cruzadas recibió al muchacho. -tia me tengo que ir a la escuela te veo más tarde- -A no eso sí que no, no vas a salir de esta casa hasta que desayunes- Al ponerse de pie los pechos de Doris se marcaban en la tela y sus pezones se veían marcados y firmes al caminar, al pasar frente al muchacho este pudo notar que no llevaba ropa interior, la tela solo cubría delicadamente su trasero, la erección que experimentó Darío al ver por primera vez a una mujer vestida así fue descomunal. Su tía lo tomó del brazo jalandolo hacia la cocina, comenzó a moverse como de costumbre ágil y graciosa en aquel lugar. El chico no perdía de vista la imagen de su tía. Doris estaba disfrutando de mostrar su cuerpo casi desnudo al chico. Cuando el desayuno estuvo listo se acercó a la mesa y se lo sirvió. Se acercó al muchacho tanto que sus pechos se cargaron en el brazo de el, se inclinó para susurrarle en el oído -Gracias por preocuparte por mi, me encanto el desayuno- Incapaz de reaccionar a tal muestra de cariño Darío solo cerró los ojos aceptando con agrado sus palabras. -de de nada tía - El temblor en su voz denotaba el nerviosismo al que estaba sometido, Doris continuó jugando con la mente del chico, se sentó frente a él en la mesa de cristal transparente, Doris encontró la posición correcta para mostrarle a su sobrino sus piernas y por qué no su sexo. En efecto Darío pudo ver las hermosas piernas de su tía pero no podía resistirse a ver la vagina de aquella mujer que le ofrecía esta nueva experiencia, el vello púbico era abundante pero podía ver un poco de sus labios vaginales color rosa, apenado por la situación pero sobre excitado Darío comió rápido para levantarse de la mesa e irse a la escuela. -ya me voy tía gracias por el desayuno- -espero que te haya gustado- -si me encanto- Doris seguía moviendo sus piernas abriendolas y cerrandolas para que el chico pudiera ver todo lo que quisiera El chico se levantó de la silla provocando que su tia hiciera lo mismo de inmediato, Doris se acercó a él y mientras lo abrazaba aprovechó para restregar sus tetas en el pecho del chico, él puso sus manos alrededor de su cadera, Doris quería sentir el miembro del chico para sentir la erección que tenía, en su abdomen pudo sentir la dureza del miembro del chico y deleitarse con su tamaño. Le dio un beso en la mejilla y se despidió de él hablándole al oído. -Te veo en la noche para cenar juntos- -si- fue la respuesta de Dario El chico salió de la casa con las piernas temblorosas de nerviosismo y los testículos llenos de leche al grado que le dolían. Mientras que Doris seguía disfrutando de lo que podía provocar en su sobrino a pesar de ser mayor que el, estando en su caso sola y caliente las posibilidades de tener un pene dentro de ella eran nulas sin embargo su coño no se conformaría esta vez con unas simples caricias. La temperatura de su cuerpo era tan caliente que no pensaba con claridad, se sentó en una silla de la cocina y recorrió con la mirada todos los objetos que había a a su alrededor, tenía la intención de encontrar algún objeto que pudiera meterse en el coño y simular una penetración. Doris nunca fue de las mujeres que les gustan los consoladores por esa razón nunca compro uno. Pensaba en utilizar el mango de una cuchara pero le parecía muy poca cosa, quería sentir su coño lleno, recordó que en el refrigerador tenía unos pepinos de buen tamaño su mente divagaba entre la realidad y la fantasía, sus piernas se abrieron de inmediato cuando sacó de la nevera el objeto de su deseo, lo puso sobre la mesa y fue a su cuarto por un condon. Desesperada por la excitación y completamente mojada, colocó el condón en el pepino de inmediato recordó el largo y gordo pene de su sobrino, delicadamente desarrolló el condón sobre el objeto, sabiendo que disfrutaría de tenerlo dentro de ella, sin más preámbulo subió una pierna a la mesa, dejando expuesto su sexo, tomó con la mano derecha el pepino y lo dirigió a la entrada de su vagina. Completamente mojada como estaba empezó a introducir el objeto delicadamente, sus gemidos se perdían en la soledad de su casa, deseaba que alguien la observara mientras se masturbaba, era una de sus fantasías reprimidas. Poco a coco su vagina fue acostumbrándose al tamaño del pepino el rose de aquel objeto en las paredes vaginales la hacía delirar de placer. Con las tetas al aire, los ojos cerrados y el pepino en el coño se sentía plena, se retiró de la silla y sin sacar al pepino de su interior se acostó en el piso de la cocina, abriendo lo más que podía las piernas comenzó a meter salvajemente el pepino en su coño, en su fantasía el rostro de su sobrino era el protagonista y el pepino su pene. Este pensamiento la hizo correrse con mucha fuerza. Podía sentir las palpitaciones de su vulva apretando el pepino en su interior, satisfecha por la corrida disfruto durante un tiempo tirada en el piso, y en ese momento tomó la decisión que cambiaría la vida de su familia, se cogeria a su sobrino. Retiró el pepino de su coño mientras se estaba en el piso de su cocina, un golpe de realidad la llevó a analizar la situación, nunca antes se había comportado de esa manera, no entendía por que las circunstancias de su matrimonio la habían llevado al extremo de satisfacer sus deseos sexuales con un pepino, pero a pesar de todas estas cuestiones sentirse satisfecha la hacía sentirse bien consigo misma. Quitó el condón del pepino y lo arrojó a la basura, como si fuera un objeto muy preciado para ella besó el pepino en señal de agradecimiento para después dejarlo en el refrigerador.

Autor: Dany garcia Categoría: Incesto

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Una tarde aburrida

2019-09-05


Aburrido en casa, me pongo a espiar a la vecina y me sorprende mi hermana. Lo que transcribo a continuación es el relato de lo que ocurrió el día en que me inicié, de forma abierta y sin remilgos, al sexo. Constituye un recuerdo del pasado, explicado hoy con la perspectiva que permite la experiencia. Por eso, el relato puede contener expresiones o interpretaciones que son más propias de un análisis retrospectivo, realizado actualmente. Ocurrió una calurosa tarde del mes de junio, a punto de empezar oficialmente el verano de 1976 en la que después de comer, todos los miembros de la familia se habían ido a atender sus ocupaciones rutinarias. Todos excepto mi hermana Elvira, que esa semana se encargaba de fregar los platos. Ella era la mayor, con veintidós años, y se turnaba con mi otra hermana, Delia, de veinte. Esa tarde también yo estaba en casa, ocioso, sin saber qué hacer. Hacía dos días que había acabado los exámenes de selectividad, y mientras esperaba el resultado, andaba holgazaneando y sin saber qué hacer con mi tiempo. Contaba yo dieciocho años recién cumpliditos y mi experiencia con el sexo era de lo más desalentador. Nada de novias, nada de contacto con chicas… Un desastre! Eran otros tiempos, claro. La cuestión es que estaba aburrido en mi habitación, y a través de la ventana, que estaba entreabierta, me llegaron los sonidos típicos del trasteo con platos, vasos y demás menaje de cocina. Procedían del primer piso del edificio –yo vivía en un segundo-, de cuya cocina obtenía desde mi habitación una perspectiva bastante aceptable, pues la veía desde arriba. En ella estaba fregando los platos la vecina. Una mujer de unos treinta y algo, a la que ya tenía fichada, porque solía ponerse una especie de batita para estar por casa, muy corta, que mostraba unos muslos que a mí se me antojaban muy provocativos y sugerentes. Me quedé mirando a la espera de que en algún gesto que hiciera, al agacharse o estirar los brazos, descubriera a mi mirada libidinosa un tramo aún mayor de muslo, o quién sabe si algo más. En esas estaba yo cuando de repente se abrió la puerta de la cocina de casa, que también daba al patio de luces, y asomó Elvira. Al verme, enseguida se dio cuenta de que estaba espiando a alguien y no tardó en adivinar a quién. Me echó una mirada de reproche al tiempo que de burla y dijo sonriendo: - Se lo diré a la mamá. Volvió a entrar en la cocina y cerró la puerta. Yo me quedé sin reaccionar en un principio. A los pocos segundos decidí ir a la cocina, supongo que con la intención de convencer a mi hermana de que no se chivara. No es que pensara que me podía caer un castigo o bronca importante; era más bien por el miedo al ridículo, ante las seguras burlas de que sería objeto. Nada más entrar fue ella la que me dijo con tono distendido que yo agradecí, pues me hizo suponer que no había mucho peligro: - No sé por qué espías a Dolores –así se llamaba la vecina-. El tono de la pregunta me hizo relajarme y tras un instante de duda me atreví a decir: - Para verle los muslos. Es que está muy buena. - ¿Y con eso te contentas? También te los puedo enseñar yo. Confieso que la respuesta me dejó algo sorprendido, pero no cortado. Por eso reaccioné rápidamente: - A ver…. enséñamelos –dije con media sonrisa en la boca. Elvira no salía ahora con ningún chico oficialmente, pero yo sabía que había tenido algún tipo de experiencia con el sexo opuesto, aunque desconocía hasta qué punto había podido llegar. Esa tarde, mientras fregaba los platos, llevaba puesta una blusa de botones blanca, tras la que se adivinaba débilmente el sujetador en sus puntos más marcados, y una falda plisada que le llegaba hasta la parte de arriba de las rodillas. A mi petición, que sin duda interpretó como un desafío infantil, respondió sin darse la vuelta y girando levemente la cabeza, secándose despacio las manos que tenía mojadas, y a continuación, con la mano izquierda arrastró la falda por el lado de su muslo izquierdo, levantándola lo suficiente para que quedara al descubierto la práctica totalidad del mismo, pero sin llegar a descubrir las bragas que supuestamente debía llevar. Yo no daba crédito a lo que veía, pues hasta que lo hizo no pensé que hablara en serio ni que fuera capaz. Ella, tras asegurarse de que efectivamente no se le veían las bragas me miró, y al ver que clavaba mis ojos en ese muslo descubierto, soltó la falda y medio riendo, pero medio sonrojándose también, exclamó: - ¡Y se pone cachondo el tío! Se giró nuevamente y continuó fregando los platos. Se hizo un silencio pero a los pocos segundos lo rompí: - Sí….pero, cuando espío a Dolores, también me imagino que le toco los muslos. La estaba poniendo a prueba. Hacía tiempo que andaba tan caliente, que había empezado a fijarme en el culo y las tetas de mis hermanas, y a mirar más de la cuenta a través de las rendijas de las puertas del baño y de las habitaciones…. Así que la visión de aquel muslo me puso como un burro. O me llamaba guarro y me echaba de allí, con amenazas de chivarse, o yo iba a seguir adelante. Ya estaba notando una erección. Un breve silencio. - Pues conmigo, no hace falta que te lo imagines. Me los puedes tocar de verdad. Aquellas palabras, a pesar de que podían ser las que había deseado, me desconcertaron y me hicieron dudar. ¿Cómo debía interpretar aquello? ¿Quería decir que se los podía tocar, sin arriesgarme a ser el causante de un gran cataclismo, del que sólo yo sería el responsable? Dudé durante unos segundos, pero me acerqué a ella, que continuaba de espaldas, me senté a sus pies en el suelo y empecé a acercar mi mano izquierda hacia su pierna. Iba tan despacio que me pareció que tardé en contactar una eternidad. Pero contacté. Toqué con la yema de mis dedos su pierna, un poco más abajo de la rodilla. Yo sentía mi corazón palpitar de forma desbocada. Persistí y cuando el tacto se hizo firme noté que mi hermana hacía una breve pausa en la tarea que estaba haciendo, giró un poco la cabeza y me miró un instante. Se giró más aún y siguiendo con el trajín de los platos, dijo: - ¡Qué tonto eres! Entonces, animado por el hecho de que no me rechazara con brusquedad, como yo había temido, extendí mi mano en toda su amplitud para alcanzar la máxima extensión de pantorrilla posible. La dejé así unos segundos, como para afianzar la posición, y como quiera que seguía sin percibir rechazo alguno por parte de Elvira, empecé a deslizar la mano hacia arriba hasta que contactó con el borde la falda. Entonces me detuve nuevamente, por si había alguna reacción. Nada. Ella seguía manipulando los cacharros como si yo no estuviera allí. Así que continué mi pequeña excursión alcanzando ya zonas que normalmente no estaban al alcance de mi vista, y que había descubierto tan solo unos instantes antes en que ella voluntariamente me las había mostrado. Noté la piel más cálida y suave. Hice otra parada, esta vez para recrearme en ese tacto que estaba produciendo una excitación como no recordaba haberla alcanzado hasta entonces. Yo no decía nada ni ella tampoco. Continué ascendiendo ahora ya presionando a gusto, aunque sin saber qué era lo que tenía que hacer en una situación así. Había oído hablar mucho a otros chicos de mi edad, pero no tenía experiencia. Hasta que alcancé la parte izquierda de sus nalgas, protegida por las bragas. Entonces empezó a hablar y el estallido de su voz –estallido no por su violencia sino porque rompía el silencio que dominaba la escena que se estaba desarrollando- hizo que me sobresaltara y retirara instintivamente la mano, provocando un pequeño vuelo de su falda: - Como entre alguien y te vea te la vas a cargar. El tono de su voz había cambiado. Ya no era de superioridad. Era una observación de complicidad. Yo lo capté enseguida y diciendo que no me verían, volví a meter la mano directamente donde había estado tan solo tres segundos antes. Ahora fui directamente a amasar con decisión aquella nalga y como encontraba vía libre, decidí usar también la derecha para sobar a gusto la otra nalga. En esas estaba cuando sin saber qué paso podía dar a continuación, Elvira hizo ademán de sacar un vaso del fregadero y colocarlo a la izquierda, para lo cual aprovechó para separar un poco las piernas. Yo, en mi frenesí amasador, movía las manos y noté que había más espacio entre sus piernas, por lo que ya sin apenas pensar en las posibles consecuencias, desplacé mi mano izquierda hacia ese hueco, y enseguida contacté con una zona muy húmeda y mucho más caliente que el resto de la piel explorada hasta ese momento. Presioné levemente sin saber qué era lo que estaba tocando exactamente. Poco a poco me hice una composición de lugar. Eran los pliegues de la tela de las bragas y estaban algo húmedos. Como no conocía exactamente la causa le dije: - ¿Te has meado? - No seas idiota –y mientras decía esto me di cuenta de que se apoyaba con las palmas de ambas manos en el fondo del fregadero. Yo la miraba desde atrás, pero solo veía que había inclinado un poco la cabeza hacia delante. Al tiempo que empezó a moverse levemente, como presionando hacia abajo. ¿Acaso quería que le clavara los dedos? No acababa de entenderlo. Yo le frotaba toda la zona, desplazando mi mano hacia delante y hacia atrás hasta que noté que mis caricias estaban empezando a surtir efecto, porque oí que su respiración empezaba a ser más sonora. Seguía frotando y alternaba el contacto entre lo que ya había decidido que era su coño, y la parte interior de sus muslos, a la altura de las ingles. Elvira lanzó un suspiro más fuerte que los demás y decidí mover también mi mano derecha, que hasta ese momento se había mantenido clavada en su nalga. La deslicé hacia delante, asiendo con firmeza su muslo, y acariciando a intervalos su pubis, de forma que en algunas ocasiones coincidían las yemas de los dedos de ambas manos como si se encontraran a mitad de un túnel. Entonces Elvira sacó las manos del fregadero y de una zancada se deshizo de las tenazas de mis manos, al tiempo que decía: - Aquí nos pueden ver. Salió de la cocina sin mirarme y se fue hacia el interior de la casa. Yo me sobresalté en un primer momento, sin saber qué significaba aquella reacción. ¿Se había enfadado por haber ido yo demasiado lejos? No tenía mucho sentido, porque podía haberme parado los pies mucho antes. En cualquier caso ¿aquello significaba que hasta allí habíamos llegado y que se acabó? Pero, ¿qué es lo que ha dicho exactamente? Aquí nos pueden ver. Y se ha ido. Pero ¿cómo nos iban a ver, si no había nadie en casa? A no ser que se refiriera a que nos podían ver, si entraba alguien en casa de improviso. Y se ha ido a otro sitio. Quizá a algún sitio en el que no nos pudieran ver, si se producía esa presencia inesperada. Debía arriesgarme a aceptar esta hipótesis. Me dirigí al interior por el pasillo. ¿A dónde había ido, a su habitación, al cuarto de baño? A mi habitación era poco probable ¿o no? Al llegar a la altura de su habitación salí de dudas porque la puerta estaba entornada y al abrirla despacio y asomar la cabeza la vi que estaba echada sobre la cama, boca arriba, en posición algo oblicua, con la pierna izquierda fuera apoyada en el suelo, y la derecha doblada sobre la cama en ángulo recto. El borde de la falda le llegaba tan solo hasta la mitad de los muslos y desde la perspectiva que yo tenía desde la puerta, se veía un poquito lo blanco del triangulito de las bragas. Su brazo izquierdo lo mantenía apoyado en paralelo a su cuerpo, mientras que el derecho lo tenía flexionado sobre su cara, tapándose los ojos. No dijo nada. Yo tampoco. Pero sabía que se había percatado de mi presencia, no solo por el leve ruido de la puerta que había provocado yo al entrar, sino porque en el acto movió los labios con un gesto que denotaba nerviosismo, al igual que los dedos de la mano derecha. Además di los dos pasos que necesitaba para llegar hasta sus pies sin disimulo, quizá para asegurarme de que era consciente de mi presencia. Y lo era, porque empezó a respirar más profundamente, de forma que el pecho le galopaba ostensiblemente bajo su blusa blanca. Me arrodillé en la alfombra, al lado de su pierna izquierda, y con las dos manos rodeándola desde el tobillo, fui recorriendo toda su piel, llegando hasta la rodilla, donde hice un alto para mirar alguna reacción en su cara, pero no la vi. Continué sólo con una mano ascendiendo por el muslo, notando otra vez la calidez y suavidad de su carne, desplazando al mismo tiempo su falda hasta alcanzar el objetivo perseguido. Esta vez llegué sin tantas pausas a los pliegues de sus bragas que continuaban mojadas y calientes, notando más superficie a palpar, dada la postura que había adoptado mi hermana. Empecé a masajearle la zona y al instante ella reaccionó agitando la cabeza arriba y abajo, como dando bocanadas, que a mí me excitaban aún más. Sentía de nuevo la erección de mi polla y ya empezaba a molestarme el roce con el pantalón. Seguí frotándole el coño con mi mano hasta que ella alargó la que tenía extendida, e hizo el gesto de empezar a quitarse las bragas, pero como no debía querer usar la otra mano que aún cubría su rostro, me dijo en un tono imperativo: - Quítamelas. Sin pensarlo obedecí inmediatamente. Elvira me facilitó la tarea moviendo las piernas lo necesario para que salieran sin dificultad. Recuperó la posición inicial y se quedó quieta y sin decir nada. Yo interpreté que quería que siguiera haciendo lo mismo pero ahora sin la barrera de las bragas. Llevé pues una mano a su coño, que tenía una buena mata de pelo negro, rizado y espeso. Debido a la posición, se apreciaba no obstante las formas de su vulva, sobre todo sus labios mayores. Y ciertamente que tenía el coño mojado, pero no cometí lo que deduje había sido una torpeza unos minutos antes, cuando le pregunté si se había meado. Estuve acariciándoselo un buen rato, mientras ella respiraba profunda y sonoramente, relamiéndose con la lengua de vez en cuando. Hasta que me di cuenta de que tenía la otra mano sin utilizar, y decidí explorar nuevos territorios, poniéndosela directamente y sin avisar sobre su teta izquierda. Me pareció que daba un respingo de sobresalto, porque no debía esperárselo ya que continuaba con los ojos tapados. Tras el aterrizaje y una vez comprobado que ella también se adaptaba al contacto de mi mano, empecé a sobarla intentando abarcarla toda de una vez, lo que resultó imposible porque, aunque al estar tumbada boca arriba, el pecho se hundía confundiéndose con el cuerpo, aún se destacaba perfectamente la forma, en parte porque tenía las tetas grandes, y en parte porque llevaba puesto el sujetador. Lo que sí percibí fue la rigidez de su pezón, con el que me entretuve acariciándolo. Como todo esto lo estaba haciendo por encima de la ropa, y una vez que juzgué superado este escalón, me propuse desabrocharle un botón de la blusa para conseguir el contacto directo. Elvira se percató de mis intenciones. - Espera –y se incorporó de repente, empezando a desabrocharse uno a uno los botones de su blusa hasta que acabó y se la quitó. Se había quedado con el sujetador como única prenda de cintura para arriba. Permanecía así, sentada y mirándome con el semblante serio, como reconociendo que lo que estábamos haciendo era pecado, pero que a pesar de ello podíamos seguir adelante, si queríamos los dos. La admiré en todo su esplendor. Con el pelo que le caía a la altura de los hombros, sus pechos se destacaban con un aspecto de frondosidad y plenitud, empujando un poco de carne por el borde del sujetador. Quizá necesitara una talla más. Llevé mis manos a sus tetas, primero haciendo cuenco en sus pezones, luego desplazándolas alrededor de ellas, magreando cuanto podía. Enseguida me di cuenta de que me atraían más las zonas no cubiertas por el sujetador, donde presionaba con más ahínco con mis dedos. Elvira, que no parecía disfrutar de estas caricias tanto como lo había hecho antes, volvió a darse cuenta y dijo: ¿Quieres que me lo quite? –esbozó una leve sonrisa esta vez. Yo asentí con la cabeza. Al instante llevó sus manos a la espalda y tras un segundo vi que toda la estructura de aquella prenda se aflojaba, produciendo un movimiento como de descanso en aquellas tetas que tanto ansiaba ver de una vez. Se lo quitó del todo y por fin pude admirar aquellas enormes bolas de carne blanquecina, con aquellos sonrosados pezones duros y erectos, en el centro de unas areolas que iban difuminándose y confundiéndose con el resto de la piel, a medida que se alejaban del pezón. No podía apartar la vista de aquel espectáculo. Además, por primera vez me puse a pensar que estaba allí, con mi hermana, tocándole el coño y viéndole las tetas a gusto. Aquello debía ser, lo era, estaba seguro, un pecado muy grande. Y además de ser pecado, debía de estar muy mal considerado desde cualquier punto de vista. ¿Sería incluso un delito? Pero ya no me podía parar. Además al pensar en aquello todavía aumentó más mi excitación. Llevé las dos manos a aquellas masas de carne, notándolas más calientes que parte alguna de su cuerpo explorado hasta entonces. Las magreé con fruición, hasta que Elvira me dijo que lo hiciera con cuidado, que si no le podía hacer daño, así es que continué pero dulcemente, deteniéndome otra vez en los pezones, que los acariciaba al unísono uno con cada mano. Estuve así unos instantes hasta que me soltó: ¿Quieres besármelas? Oh…sí –dije en un tono que pretendía expresar cercanía al éxtasis. Elvira se cogió con su mano izquierda el pecho del mismo lado, sujetándolo como si estuviera sobre una bandeja, y ofreciéndomelo esperó a que yo me acercara y me introdujera el pezón en la boca. Empecé a chupar con ganas y tuvo que decirme otra vez que lo hiciera con cuidado para no hacerle daño. Me calmé y continué haciéndolo despacio, notando que se ponía aún más duro. Al mismo tiempo le acariciaba, o más bien le magreaba la otra teta con la mano izquierda, mientras que con la derecha exploraba primero en su cadera, para notar aquella parte de su cuerpo que podía considerase culo, aunque al estar sentada no proporcionaba mucho estímulo; luego le acaricié la cintura, no sé muy bien por qué; hasta que la dirigí al pecho que estaba chupando y lamiendo, pues aún quedaba zona libre para amasar. En mis movimientos de boca y lengua, en ocasiones llegaba a rozar alguno de los dedos de la mano de mi hermana que sujetaba su teta, y me di cuenta de que ella los acercaba para que me los introdujera en la boca, así que fui directamente hacia ellos y empecé a chuparlos, percatándome que efectivamente le gustaba. Te gusta chuparle las tetas a tu hermana, marrano –no era una pregunta, era una afirmación. No supe muy bien por qué, pero en ese momento me dio por pensar que el encuentro no había sido fruto de la casualidad. Mi hermana debía tener los mismos o parecidos pensamientos escabrosos y morbosos que yo, respecto del sexo. El incesto siempre había supuesto para mí, y ahora me daba cuenta de que para ella también, la máxima expresión del goce sexual, con todo lo que tiene de perversión. Ni me molesté en replicar, ni en asentir siquiera. Seguí chupando, lamiendo y tocando todo lo que se me ofrecía, consciente de que estaba gozando al máximo. Cambié de pecho para chupar y lamer, magreando ahora el que ya había recibido mi lengua. Así continuamos otro ratito. Elvira entonces me separó primero las manos de sus tetas y luego se separó ella perdiendo yo su pezón de entre mis labios. Me miró a los ojos y me dijo: ¿No te gustaría chuparme también …. abajo? –y señaló con el índice a su coño. Bueno. –Contesté tímidamente, sin saber si debía mostrarme interesado en ello por mi propio placer. Ella recobró la posición inicial tumbada boca arriba, pero ahora con las dos piernas encima de la cama, flexionadas como si estuviera en la consulta del ginecólogo. Yo me imaginé lo que esperaba de mí y continuando de rodillas en la alfombra, sujeté con mis dos manos sus muslos por su cara anterior, como si fuera a hacer flexiones en una barra fija, y acerqué la boca al coño de mi hermana, que antes había admirado mientras lo acariciaba con la mano. Empecé literalmente a chuparlo, notándolo efectivamente muy mojado. Si me lo hubieran explicado antes, seguramente hubiera hecho un gesto de repugnancia al considerar tener que meter mi lengua en un sitio tan encharcado, pero en aquel momento ni me lo planteaba; es más, yo sentía más excitación porque casi instantáneamente Elvira empezó a agitar todo el cuerpo, y ya no es que respirara ruidosamente, es que literalmente gemía de placer, y sus gemidos aún me excitaban más. Le metía la lengua todo lo que podía, y ella gemía. Le lamía de arriba abajo todo su coño cubierto de pelos, y ella gemía. En un momento dado mi hermana llevó su mano al coño y yo me aparté un poco sin entender qué pretendía. Entonces vi que con los dedos índice y anular se separaba lo que, con el tiempo, supe que eran los labios mayores, dejando al descubierto una zona que yo aún no había visto nunca, -en ilustraciones de libros, que era la única oportunidad que había tenido hasta entonces- y se quedaba así quieta. Comprendí que quería que le pasara la lengua por esa zona, que para ella debía ser más sensible. Lo hice. Efectivamente era más sensible porque los gemidos aumentaron y las convulsiones de su cuerpo también. Noté que la otra mano la llevó a mi cabeza, y me la acariciaba al tiempo que yo cumplía mi cometido de proporcionarle placer. ¡Cómo gozaba! De pronto sentí que su agitación se acentuó y diciendo ¡me corro! , se me inundó la boca de un líquido caliente que yo no rechacé, y que me dediqué a esparcir con la lengua por todo su coño y las paredes internas de sus muslos, hasta que fue reduciendo sus espasmos y quedó en reposo. Yo deduje que había acabado ese momento de placer, y me separé de ella, mirándole a la cara. Elvira, poco a poco iba recuperando la respiración normal, hasta que abrió los ojos. Me miró y se incorporó quedándose sentada en la cama con los pies en la alfombra. Yo seguí de rodillas y quedé colocado entre las suyas. No pude evitar que se me fueran otra vez las manos a sus tetas, que seguían maravillándome por lo grandes y blancas que eran. Te gustan mis tetas, ¿verdad? Mucho. Me gusta verlas, tocarlas y acariciarlas –y mientras lo decía iba dándome el gustazo con ambas manos. A mí también me gustaría ver. ¿El qué? ¿A mí? –no se me había ocurrido que mi cuerpo pudiera ser deseado, ni siquiera para mirarlo. Sí –dijo, y bajando la mirada-… eso que tienes ahí. Se refería claramente a mi polla, que por cierto, se mantenía en erección y después de tanto rato, ya ni siquiera notaba la presión con el pantalón. Entonces me puse en pie quedando su cara a la altura de mi bragueta. Le bajé la cremallera de un tirón enérgico. Elvira fijó la mirada con expectación, y como empecé a introducir los dedos me dijo: No, así no. Quiero verla bien. Bájate los pantalones. Obedecí y me los bajé, ahora lentamente porque me di cuenta de que ella disfrutaba más con el espectáculo. Quedó expuesta la hinchazón de mi calzoncillo, en el que se transparentaba una mancha de humedad por los flujos emanados, que mi hermana saboreaba con la mirada. El calzoncillo también –dijo. Me lo bajé y seguidamente me quité el pantalón y el calzoncillo, apartándolos con el pie. Me había quedado desnudo de cintura para abajo. Me pareció que con solo la camiseta estaba ridículo y me la quité también. Elvira seguía con la mirada fija en mi polla. Alargó lentamente una mano tocándome en la barriga con las yemas de los dedos. Yo aspiré profundamente. - ¿Te molesta? –preguntó mi hermana. - No, al contrario, me da mucho gusto notar tus dedos fresquitos. Me calman la enorme calentura que tengo. Sigue, por favor. Entonces Elvira cogió con toda su mano mi polla y aquello me produjo una nueva sensación. Además de notarla fresquita empecé a notar por dentro que algo se me movía como hirviendo. Pensé que me iba a correr en ese instante y me retiré. Ella se sorprendió y me miró. - Es que creía que me iba a correr –dije. - Bueno, ¿y no quieres hacerlo? Hice una mueca como diciendo: bueno, si tú quieres… Pero ¿dónde lo echo? Estiró su mano izquierda hacia la mesita de noche, abrió el segundo cajón y sacó un pañuelo blanco. Con él me envolvió cuidadosamente la polla, formando una especie de capuchón en el final. Entonces, sujetando el pañuelo para que no perdiera la disposición protectora que le había dado, al tiempo que rodeaba mi polla con toda su mano, empezó a masturbarme lentamente. No tuvo que estar mucho tiempo porque enseguida noté que se agolpaba la leche y se produjo la explosión, que hizo mover la punta del pañuelo. Con la primera sacudida, Elvira dejó de mover la mano, pero le dije que siguiera, y ella obedeció. Así seguí bombeando esperma mientras mi hermana seguía dándole para adelante y para atrás. Por fin salió hasta la última gota y le dije que ya podía parar. Elvira quitó el pañuelo al tiempo que me limpiaba y lo dobló por dos veces más. Lo dejó debajo de la cama. Luego lo lavaré. Entonces volví a arrodillarme con la clara intención de que sus tetas quedaran al alcance de mis manos y de mi boca. Seguía claramente obsesionado por aquellas tetas. Empecé a magrearlas con ambas manos. - ¿Otra vez? –dijo ella con una media sonrisa. Yo no respondí porque ya dirigía mi boca hacia sus pezones, con los que me volví a entretener otro ratito. Magreando y chupando. Ella me acariciaba la cabeza, masajeándome el cuero cabelludo. De pronto introdujo una novedad: con dos dedos de una mano empezó a acariciarme un pezón. Enseguida me lo puso duro. Y de repente caí en la cuenta de que no le había visto el culo a gusto…., detenidamente. El culo de las mujeres era algo que siempre me había obsesionado. Cuando las miraba por detrás, no podía dejar de fijar el objetivo en aquellas dos masas simétricas. Elvira tenía un buen culo. Guardaba una perfecta simetría, ambos globos tenían la suficiente dosis de carne y opulencia, sin llegar a la gordura, y con una justa proyección horizontal, que le deba la atractiva forma de ocho a todo su cuerpo. En infinidad de ocasiones había admirado aquel culo desde la retaguardia, cubierto de un pantalón o de una falda. Ahora tenía la oportunidad de admirárselo en todo su esplendor sin ninguna barrera de por medio. - Elvira, déjame ver tu culo. - ¿Pero no has visto ya bastante? - Me gustaría verte el culo tranquilamente, sin la falda. Elvira, después de todos los juegos que habíamos practicado, seguía con la falda puesta, aunque sin bragas. - Seguro que no te conformas solo con mirarlo. -Empezó a ponerse de pie, y mientras se desabrochaba la falda añadió- ¿por qué a los chicos os gusta tanto tocarle el culo a las chicas? Yo no respondí, pero me vinieron a la mente unas cuantas de las ocasiones en que le había tocado el culo a una chica. Había sido siempre con ocasión de aglomeraciones, en el metro, autobús, … Elvira dejó caer la falda al suelo y ahora quedó completamente desnuda ante mis ojos. Yo me separé un poco para poder admirarla en todo su esplendor. Seguía de rodillas en la alfombra. Ella se dio media vuelta y dijo: - Aquí lo tienes. En un principio clavé los ojos en él, yendo de una nalga a la otra con avidez. Lo percibía apetitoso; blanco y carnoso. Llevé con lentitud las dos manos a ambos globos, intentando abarcar en lo posible todo el trasero; era imposible. Tuve que ir moviendo las manos para tener la sensación de haber llegado a todos los rincones de aquel hermoso culo. Lo amasé, lo apreté y también lo acaricié con dulzura. No pude resistirme más y me acerqué para besarlo. Empecé a besarlo con delicadeza, juntando los labios a su piel por varios sitios. Al mismo tiempo continuaba tocándoselo con las manos. Luego saqué la lengua y empecé a lamerle, primero también con delicadeza, después con fruición. Seguí así: amasando con las manos y chupando y lamiendo con la lengua. - A mí me gusta más que me toquen por aquí –y diciendo esto Elvira, cogió mi mano derecha y la llevó a su pubis, guiándome los dedos hacia su coño, que seguía estando mojado. Estuvimos así otro poquito más. Yo tocando y chupando, y ella recibiendo mis caricias en su coño y en su culo. Llegó un momento en que noté que la polla se me volvía a poner dura, aunque sin llegar al grado de erección alcanzado antes de eyacular. Entonces mi hermana dijo: - ¿Por qué no me dejas ver otra vez tu polla? No me hice de rogar y me puse en pie, al tiempo que ella se volvía a sentar en el borde de la cama. Efectivamente mi polla había alcanzado otra vez una digna posición, descubriendo el glande de un rojo intenso. Elvira volvió a fijar su mirada en el objetivo, y esta vez, sin dar explicaciones ni hacer comentario alguno, acercó su boca y empezó a chupármela. Enseguida sentí una sensación nunca experimentada, que me llevó a echar la cabeza para atrás en señal de satisfacción. Aquello era la gloria. Sentía la calidez de su boca alrededor de mi polla, y su lengua paseándose por el frenillo. Era para perder el sentido. Cuando empezó a succionar, creí morir de gusto. Yo le sujeté cariñosamente la cabeza con las dos manos, acariciándole el pelo y frotando suavemente por detrás de las orejas. Ella me chupaba con dulzura. Yo se lo agradecía deslizando las yemas de mis dedos por sus mejillas. Le acariciaba las orejas, y cuando llevé una mano a su nuca, cerró suavemente los ojos, e hizo un pequeño gesto de complacencia. Ella estaba gozando también. Entonces se sacó la polla de la boca y empezó a lamerme los testículos. Primero uno y luego el otro. ¡Qué maravillosa sensación, sentir su cálida lengua en mis huevos! Luego volvió a ocuparse de mi polla chupándola con ternura. Tras un tiempo que soy incapaz de medir, sentí que me volvía la presión en la polla. ¿Era posible que me volviera a correr? Aquello me desconcertó. No sabía qué pensar, cuando de pronto noté la corriente de esperma fluir hacia fuera y depositarse en la boca de Elvira. Enseguida se apartó. Me miró también desconcertada y sacó otro pañuelo de papel de su mesita de noche. Mientras, una segunda sacudida de esperma había ido a parar a una de sus tetas, sin que yo pudiera controlar la situación. Se limpió la boca, y con otro pañuelo, se deshizo del semen que había ido a parar a su pecho. - Perdona Elvira. Yo no sabía…. No me dio tiempo a parar. Estaba tan a gusto…. - No te preocupes. Tampoco yo esperaba que te corrieras dos veces. Al menos no en tan poco tiempo. En ese preciso momento oímos el ruido que indicaba que alguien se disponía a abrir con la llave la puerta de casa. Elvira cogió la ropa que se había quitado y se metió en el cuarto de baño, cerrando por dentro. Yo cogía la mía y me fui rápidamente a mi habitación; me puse solamente el calzoncillo y me tumbé en la cama, fingiendo dormir la siesta. Nuestra madre no sospechó nada. Ahí acabó esa primera experiencia…, esa iniciación al sexo incestuoso con mi hermana mayor. Fue emocionante, transgresor y satisfactorio, a pesar de no haber consumado una penetración vaginal. Para eso, hubo que esperar a la segunda oportunidad en que nos quedamos solos en casa. Pero esa, es otra historia. ([email protected])

Autor: Capachero Categoría: Incesto

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Mamá borracha.

2019-09-03


Una madre sale de cena con sus amigas, se emborracha y vuelve a casa acompañada por los amigos de sus hijos. Amor filial, sexo no consentido, chantaje, son parte de los alicientes de este relato. Madrid, viernes 30 de agosto, 2 de la madrugada, en una zona céntrica de copas cerca de la puerta del Sol se encuentra Teresa con un grupo de cinco amigas. Las vacaciones han terminado, el lunes comienza la rutina. Como hace unos cuantos años, al terminar la época de vacaciones, Teresa y sus amigas han quedado para cenar y tomar unas copas, contarse sus vacaciones, escapada de amigas lo llaman. Todas superan con creces la treintena, la mayoría cerca de los cuarenta, casadas, con hijos, clase media, vidas acomodadas la mayoría, en esa fase de la vida que el matrimonio se convierte en rutinario, monótono, El trabajo, los hijos, la casa, los problemas cotidianos, todas esas cosas que llegan a producir la sensación de agobio, de vivir para los demás, para el entorno. Por eso cuando puntualmente se juntan es como tener una válvula de escape, unas horas de desconexión, de recordar cuando estaban solteras y salían a ligar por esas mismas zonas de copas. Teresa tiene 38 años, casada con Roberto de 44, recepcionista de un hotel que trabaja siempre por las noches, eso le permite compaginarlo con su afición por escribir, de carácter tristón y apocado, con dos hijos, Lucas de 20 y Hugo de 18. Teresa trabaja como vendedora de seguros, en la misma agencia, desde hace casi 20 años. Tiene una buena cartera de clientes después de tantos años pero esta aburrida y cansada de su trabajo, le gustaría cambiar pero se siente incapaz de reciclarse, está estresada y sufre depresiones. Habituada a los ansiolíticos y antidepresivos que toma regularmente, al igual que los somníferos para poder conciliar el sueño. Su pensamiento recurrente es desaparecer, marcharse sin decir nada a nadie, escapar, no le gusta su vida y al mismo tiempo se siente incapaz de abandonar a sus hijos, son todo para ella, su debilidad, … Teresa es consciente que los ha malcriado y consentido en exceso, convirtiéndose en dos chicos caprichosos y egoístas, la tratan con desprecio tanto a ella como a su padre, son frecuentes sus malos modos y gritos hacia sus padres, parecen ellos los cabezas de familia, pero ella se los perdona todo. Nunca tienen bastante, cada día que pasa les piden mas dinero, especialmente el mayor que se pasa el día por ahí con sus amigotes. Su marido Roberto tampoco ayuda mucho en su educación, es un escritor frustrado que mantiene la ilusión de escribir una gran novela y se pasa las horas encerrado en su estudio cuando regresa de su trabajo, intentando realizar su sueño, incapaz de admitir que es un pésimo escritor que nunca escribirá nada que supere la mediocridad. Para Teresa es como tener un compañero de piso en lugar de un marido, sus relaciones intimas son cada día mas escasas y menos satisfactorias. Hace años que Teresa no tiene un orgasmo con su marido. Físicamente Teresa sigue siendo una mujer muy deseable, melena rizada de pelo muy negro, alta, delgada, mantiene una excelente figura acudiendo diariamente al gym y cuidando mucho su dieta, generoso pecho que se mantiene bastante firme a pesar de los años y culo prominente. Su marido no lo sabe pero sus hijos han llegado a maltratarla cuando no les parece suficiente lo que les da, tanto el mayor como el pequeño le han dado mas de una bofetada en alguna ocasión. Aquella misma tarde recibió una del pequeño porque no le daba el dinero que le pedía para comprarse uno de sus videojuegos favoritos. Teresa recordaba la escena de aquella tarde mientras estaba en la calle fumando un cigarrillo … -Te he dicho que necesito sesenta pavos para comprar ese juego, sale hoy, necesito tenerlo- le dijo Hugo, su hijo pequeño. -No los tengo ahora hijo, tengo que bajar al cajero para sacar dinero, ..- le dijo Teresa -Pues baja ya … tengo que ir a comprarlo…. si no soy de los primeros se acabaran…. para tus vestidos siempre tienes….ese vestido que llevas es nuevo ¿no?…. solo piensas en ti…- decía gritando Hugo a su madre mirando el vestido blanco ibicenco, de fina gasa, que su madre se había puesto para salir aquella noche con sus amigas. -Hijo este vestido es el único que me he comprado en el verano, lo compre en las rebajas, he gastado mucho mas dinero en vuestra ropa que en mí- le replicó Teresa viendo que se estaba alterando, cuando sin esperarlo recibió un bofetón de su hijo… zasss -No me gusta…. se te transparenta todo….pareces una puta….vas siempre provocando por la calle…. ponte otra cosa mas decente para salir….-gritó Hugo, sin inmutarse después de haberle dado un guantazo a su madre. -Hijo es un vestido largo… de verano...esta sin estrenar….- protestó Teresa llevándose la mano a la cara dolorida. Hugo la cogió de la mano y la llevó hacia la ventana del salon, el sol entraba a raudales en aquella tarde veraniega….-Fijate joder…. a la luz se te transparenta todo….te veo perfectamente ese tanga blanco...veo como se te mete la tira por el culo y hasta como se te marca el coño y los pezones…. pareces una golfa…. QUITATELO y ponte otra cosa mas decente joder..- Las palabras de su hijo casi hicieron que Teresa se sintiese avergonzada, quizás tenía razón y aquella gasa transparentaba demasiado, olvidándose del bofetón recibido asintió con la cabeza .-tienes razón hijo…. me pondré otra cosa, lo aprovechare para llevarlo por casa- -Ves… te das cuenta como tenía razón….pontelo por casa algun dia sin nada debajo….papa parece que no se fija mucho en ti últimamente…. yo creo que lo tienes que motivar mas- dijo Hugo -Tu padre ya sabes que piensa mas en su novela que en su familia… pero es un buen hombre os quiere mucho hijo- dijo Teresa abrazando a su hijo, le dolía reconocerlo pero su marido hacía mucho tiempo que apenas le prestaba atención. Se cambió y poco después bajó a la calle a sacar dinero del cajero, lo primero que hizo al subir a casa es coger 60 euros y llamar a la puerta de su hijo, nunca entraba sin escuchar las palabras mágicas… -Adelante, puedes pasar Teresa se había cambiado de ropa, en lugar del vestido ibicenco llevaba una falda negra, corta, sin llegar a ser minifalda, ceñida al cuerpo, con mucho vuelo que sus generosas caderas y culo macizo movían con descaro ayudada por aquellos zapatos negros de tacón tan alto. La blusa blanca, entallada, abotonada por delante, con un escote en pico generoso que dejaba ver un buen canalillo la hacía estar realmente atractiva. Con los tres billetes de 20 euros en la mano se los acercó a su hijo -Tu dinero Hugo- El chico se apresuró a cogerlos y meterlos en su bolsillo, contento de haber conseguido lo que quería de su madre, el dinero y hacerla cambiar de ropa, era como un juego para él, el palo y la zanahoria, antes un bofetón ahora tocaba un halago y un abrazo, mimos para compensar, lo sabía bien, instintivamente la educaba para que si ella hacía lo que él quería tenía su premio… habitualmente lo hacen los padres con los hijos, en esta casa los dos hijos habían aprendido esa técnica mucho antes que los padres. -Gracias mama, estas preciosa…. me alegra que te hayas dado cuenta que ese vestido no te favorecía...pareces una modelo….y ¿sabes lo que me gusta hacer cuando pareces una modelo?....- dijo Hugo dándole un abrazo, estrechando entre sus brazos, mientras sus manos recorrían la espalda de su madre desde el cuello hasta un poco mas abajo de la cintura…. -Si, hijo, lo se…. pero es un poco tarde para eso….tengo muchas cosas que hacer…..- dijo Teresa rehuyendo el tema, sabía que cuando su hijo la veía con ropa que le gustaba le pedía hacerle unas fotos de recuerdo...hacia un par de años que tenía esa obsesión, le encantaba fotografiar a su madre… -Eres mi musa,.... mi inspiración….ya soy mayor… tengo mis necesidades…. tu lo sabes...y me gusta pensar en ti cuando…..- decía Hugo cuando su madre le tapó la boca -Hijo no es sano que te masturbes viendo fotos de tu madre… eso no esta bien….tu padre está en casa ….- decía Teresa…. pero sus palabras sonaban a excusas y Hugo lo sabía perfectamente. -Papa no te mira como yo…. no saldrá de su cuarto hasta la hora de cenar antes de irse a trabajar...seguro que ni se fija de como vas vestida……¿prefieres que me haga pajas viendo videos de guarras en internet como hacen todos mis amigos? -Hijo hemos tenido esta conversación muchas veces…. ¿desde hace cuanto tiempo? ¿cuatro años?...desde que comenzaste a… bueno tu ya sabes…- -Si mama, desde que me hago pajas… ya lo sabes… te pedí ayuda…. me cuesta mucho relacionarme …. sabes que tengo pocos amigos… ninguna chica… y tengo mucha necesidad….- -Lo se hijo… lo se….no te preocupes…- dijo Teresa abrazándolo de nuevo con fuerza… -Eres mi niño…. siempre lo serás…. sabes que haría cualquier cosa por ti… cualquier cosa...pero no puedo estar masturbandote toda la vida…. ya eres mayor… todo un hombre… y eres mi hijo…- Teresa no quería reconocer que aquel “pequeño secreto” que mantenía con su hijo cada día la excitaba más, las relaciones íntimas con su marido eran cada vez mas escasas y menos satisfactorias, por contra su hijo en pleno desarrollo estaba permanentemente excitado… se pasaba el día encerrado en su cuarto, estudiando o jugando con la videoconsola….sabía que necesitaba desahogarse….su verga se había desarrollado generosamente, bastante mas que la de su marido y tenerla en su mano, acariciándola, haciendo que su hijo se corriera en sus manos cada vez le provocaba mayor incomodidad y excitación…. -Siéntate en mi silla…. no tengo fotos tuyas con esa falda ni esa blusa….-dijo con voz tajante Hugo, mientras sacaba su móvil del bolsillo Teresa obedeció, se sentó en la silla de Hugo, juntando las piernas haciendo poses con los brazos, cogiendose su abundante melena negra con las manos…. ofreciendo una generosa sonrisa….mientras Hugo comenzaba a hacer fotos con su móvil y grabando pequeños videos con las poses… -Mama joder…. sabes para qué son las fotos….no son para ponerlas en el álbum familiar…. son para hacerme pajas….llegamos a un acuerdo…¿no?... si tengo fotos tuyas me hago las pajas yo solo, asi no tienes que menearmela a diario...pero hay que renovar el material de vez en cuando ya me canso de pajearme siempre con las mismas…..apoya el culo en el borde de la silla y separa las piernas, ábrete bien de piernas para mi joder….. Teresa tragó saliba, sus piernas enfundadas en aquellas medias negras altas al muslo se separaron por completo, apoyadas en aquellos zapatos negros de tacón fino, dejaban a la vista por completo su tanga blanco, pequeño, apenas le cubría el sexo, aquel pequeño triángulo blanco resaltaba como un faro bajo su falda negra….. -uhmmm que buena estas mama….. supersexy….mejor que ninguna puta de internet…. tu eres de verdad…..me encanta ese tanga blanco.. buff como resalta en la foto… me gusta… uhmmm… ahora desabrocharse la blusa despacio…. muy despacio…. voy a grabarlo en video.. Hugo a sus 18 años era un chaval delgado, 1.70 de estatura, abundante melena negra como su madre… de apariencia frágil, enclenque, pero bajo el boxer que llevaba como única prenda se veía el abultado paquete de su verga tiesa como un palo, estaba muy desarrollado en ese sentido, mucho…. bastante mas que su padre. Teresa obedeció y fue soltando uno a uno los botones de aquella blusa blanca, ceñida a su cuerpo… dejando ver el sujetador de aros blanco que levantaba sus generosos pechos, grandes, firmes todavía… -Ponte de pie, quítate la blusa y el sostén…. tengo ganas de verte la tetas….me gusta verlas bien cuando me hago las pajas…. -decía Hugo nervioso… la mano le temblaba por la excitación sujetando el móvil… tenía ganas de pajearse pero no quería perderse un detalle en la grabación… sabía que luego con aquellas fotos y videos se pajearía docenas de veces y era lo mas importante en ese momento…. se tendría que esperar en hacerse la paja...lo primero era lo primero. Teresa había pasado muchas veces ya por aquella situación, sabía muy bien lo que quería su hijo...aquellas pajas inocentes que le hacía de adolescente para que pudiera conciliar el sueño acostado en la cama, se habían convertido poco a poco en aquello… exhibirse para el. dejarse fotografiar y grabar en poses cada vez mas obscenas para que ella no tuviese que estar presente cada vez que se le antojaba hacerse una paja a su salud…. Se había quitado la ropa de cintura para arriba, dos grandes pechos, algo caídos por el peso, un poco abiertos hacia los lados, pero todavía bastante firmes se mostraban desafiantes. grandes areolas oscuras como dos galletas con dos pezones puntiagudos que sobresalían en exceso, como dos pitones…. -Vaya tetazas tienes mama….ufff me encanta como se te mueven cuando andas…. anda un poco… camina… quiero ver como las meneas…. Teresa hizo lo que le pedía, comenzó a caminar por la habitación, balanceando su cuerpo, moviendo la cintura, haciendo que sus tetas se bamboleaban de lado a lado…. -Dios como me pone verlas….no quiero que lleves sostén cuando estés en casa… ¿me has oído?... me gusta ver como las meneas… papa fijo que no se dará cuenta… no te mira...y si consigues que lo haga mucho mejor… igual tienes suerte y te echa un buen polvo… -decía Hugo con desprecio hacia su padre….. -¿que si me has oído joder…. como quiero que vayas por casa mamá?- -Sin sostén, sin sostén…. esta bien… no me lo pondre cuando este en casa…..- dijo Teresa resignada incapaz de llevarle la contraria a su hijo -Eso es, … asi me gusta mama… cuando te diga algo lo haces….vas a ser muy obediente conmigo… ¿verdad que si?- dijo Hugo al tiempo que colocado frente a su madre cogió los dos carrillos de su cara con una mano, con fuerza, tirando de su cabeza hacia abajo…. -Si…. sii.. lo que tu digas Hugo… me haces daño… por favor…- decía Teresa -No te quejes tanto… joder… y quedate asi.. inclinada hacia adelante… me gusta ver como te cuelgan las tetas...pareces una vaca con esas ubres…. me encantaría que papa te preñara otra vez y poder volver a mamar de estos cántaros…. joder como me gustaría uhmmm- Teresa permaneció así, inmóvil, inclinada hacia adelante con sus manos apoyadas en las rodillas, dejando que sus pechos colgaban moviéndose ligeramente de lado a lado mientras su hijo a su alrededor no dejaba de hacerle fotos y videos desde todos los ángulos….. -Buff qué barbaridad de tetas tienes...sino fuese por el inútil de mi padre haría que fueses desnuda todo el día por casa….me gusta verte así...en pelotas… me gusta cuando nos sirves algo en el sofá y te inclinas hacia adelante….bien escotada… mostrando canalillo… y si esta mi amigo Toni mejor…. me gusta ver como te mira las tetas… ver como se la pones dura me pone cachondo…… -Hijo por favor…. no digas esas cosas….- decía Teresa avergonzada de escuchar a su hijo pero sin cambiar para nada la postura…. -Que pasa… es cierto…¿no quieres saber en qué pienso cuando me pajeo viendo las fotos de mi madre?... pues en cosas así...en las miradas de todos los tios que vienen a casa, todos te ven como una puta…. mirando como mueves el culo o las tetas… todos menos mi padre… hasta el idiota ese de su compañero de trabajo que viene alguna vez no te quita el ojo de encima….eres una calientapollas…. y lo sabes… quiero que lo digas… DILO -Hijo por favor…. esto no está bien….- Teresa estaba comenzando a estar asustada, su hijo estaba sobreexcitado… se le notaba y no controlaba lo que decía….-deja que te calme… mama te relajará como siempre… déjame hacerlo- decía Teresa pensando que masturbandole podría calmarle… -Déjame… no quiero que me toques …. PUTA...yo te dire cuando quiero que lo hagas…. ahora quítate la falda y el tanga, ponte sobre la cama a cuatro patas, levanta bien el culo, separa bien las piernas, quiero verte bien el culo y el coño, apoya las manos en la cama, quiero ver las tetas colgando, menealas de lado a lado, como una vaca…. me voy a pajear yo solo…. tu haz lo que te digo… HAZLO PUTA Teresa obedeció, se quitó la ropa, dejando solo las medias y los zapatos de tacón y se subió a la cama, su culo en pompa y sus piernas separadas dejaban ver un sexo abierto, sonrosado, de grandes labios que mostraban aquella raja grande, abierta, brillante por la humedad, un frondoso vello negro cubría su entrepierna, un felpudo muy cuidado, su abundante mata de pelo negro estaba recortada, pero no rasurada, de tal modo que sus labios vaginales y el coño quedaban completamente a la vista al tiempo que su vello negro resaltaba en su entrepierna de piel tan blanca Hugo comenzó a masturbarse mirando a su madre, colocado a su espalda, se la meneaba con la mano derecha al tiempo que la izquierda sostenía el móvil y no dejaba de grabarla…. -Eres una PERRA, una CALIENTAPOLLAS…. DILO… quiero escucharlo …- decía Hugo mientras se pajeaba compulsivamente -soy una perra …. una calientapollas…- dijo por fín Teresa… costandole bastante pronunciar aquellas palabras.. -Claro que si…. eso es …. una puta… una puta que le gusta hacerle pajas a su hijo…. hoy quiero que tu te toques … tócate el coño PERRA… metete los dedos…. quiero ver como lo haces….. HAZLO…hace muchos días que no te corrés para mí y no dejes de decir que eres una puta calientapollas mientras lo haces…. HAZLO PUTA- gritaba Hugo Teresa comenzó a tocarse manteniendo la postura, apoyando la cabeza sobre la cama y metiendo su mano derecha entre sus piernas, sus dedos comenzaron a acariciarse el sexo, a deslizarse dentro de él, estaba excitada…. por un momento se olvidó que su hijo estaba a su espalda pajeandose viéndola mientras la grababa -soy una puta calientapollas…. soy una puta… soy una puta calientapollas… soy una puta….- repetía como un mantra, pero un par de minutos después no pudo aguantar el orgasmo….. fuerte…. brutal… retenido desde hacía días…. un fuerte chorro de flujo vaginal acompañado de orín mojo la cama de su hijo….. empapándola…..mojándolo todo…… al tiempo que Hugo se corría de pie mirándola, hechando un buen chorro de leche sobre el suelo…. tras la cama …..los dos se habían corrido casi al mismo tiempo. -Levántate PUTA…. eres una guarra…. lo has dejado todo perdido…. vístete… limpialo todo GUARRA…..- gritaba Hugo -Perdona hijo… yo … yo… hacía muchos días que no…..no he podido evitarlo ….- decía Teresa sintiéndose avergonzada de haberse corrido así… en ningún momento se planteaba que su hijo era quien se tenía que avergonzar de su comportamiento…. Apresurada se vistió, quito la sabana de la cama de su hijo para echarla a lavar, puso una sábana limpia, fregó el suelo para limpiar la corrida de su hijo y lo dejó solo en su cuarto. Una hora después volvió a llamar a la habitación de su hijo…. -Adelante puedes pasar- oyó que le decía su hijo -Hijo voy a salir, he quedado con mis amigas en una terraza, tu hermano no ha vuelto aún, tu padre sigue en su estudio escribiendo, os he dejado la cena preparada en la cocina, no creo que vuelva muy tarde. ¿Necesitas alguna cosa? Hugo desde su silla frente al ordenador, giró la cabeza, la miró de arriba abajo, llevaba la misma ropa, la falda negra y la blusa blanca….-vas muy escotada…. esa ropa te marca mucho- le dijo -Hijo por favor… ya hemos hablado de eso antes….- dijo Teresa temiendo que su hijo la hiciese volver a cambiarse de ropa otra vez. -Esta bien…. puedes salir con esa ropa….. pero cuando vuelvas a casa… ya sabes que me gusta que entres a darme la buenas noches… despiértame si duermo….quiero que me digas como te miraban los hombres esta noche…. si alguno se ha refrotado en tu cuerpo o se ha sobrepasado, se que a tus amigas y a ti os gusta ir a garitos abarrotados de gente para dejar que os metan mano…. me gusta que me cuentes esas cosas mientras me haces una paja….- -Si hijo…. se lo que te gusta…. pasare a darte las buenas noches cuando vuelva- dijo Teresa resignada… pero al mismo tiempo aliviada de que la dejase salir con aquella ropa… los últimos meses se había vuelto muy celoso de la ropa con la que salía a la calle y de la que le pedía que se pusiera en casa, diametralmente opuesta. Cada día era mas incapaz de negarle nada a su hijo pequeño, quizás si no le hubiese consentido aquellas primeras bofetadas que ahora asumía resignada como se repetían con demasiada frecuencia. Por contra su hijo mayor simplemente no estaba, apenas le veía, siempre por ahí con sus amigotes, distante, indiferente. El único cariño que sentía en su casa era el de su hijo pequeño, y era un cariño muy especial, enfermizo… lo reconocía… aquellos cambios tan bruscos de carácter la tenían descolocada… cada día era mas exigente, mas posesivo…. tan solo cuando le concedia cualquier capricho, cualquier petición, él se sentía satisfecho y entonces sí se mostraba cariñoso, afectivo, la abrazaba y le decía cuánto la quería. Pero cada día que pasaba eran mas frecuentes las bofetadas y mas escasos los abrazos, le costaba infinitamente más esfuerzo conseguirlos que antes. Por otra parte los últimos orgasmos que había tenido habían sido siempre en presencia de hijo, tocándose para él y aquello comenzaba a obsesionarla, no dejaba de darle vueltas y por otra parte cada día que pasaba lo echaba más en falta, necesitaba correrse, disfrutar, sentirse una hembra deseada… lo necesitaba mucho. Teresa olvido por un momento sus pensamientos y volvió a la realidad, su cigarrillo se había consumido, ensimismada en sus pensamientos y vio reflejada en el cristal de un escaparate que había frente a ella. Era muy consciente del atractivo que despertaba en los hombres y siempre había sabido utilizarlo, le gustaba vestir muy femenina, siempre con vestidos o faldas, ropa ceñida, algo provocativa, insinuante a veces, siempre había sabido utilizar sus armas de mujer para triunfar en el mundo de las ventas. Sabía muy bien cuándo y cómo enseñar el canalillo del escote o mostrar muslo con un buen cruce de piernas para firmar un seguro. Sus clientes la conocen la mayoría desde hace mucho tiempo y con los años ha ido dejando, sin darle importancia, que muchos de ellos se toman “demasiadas confianzas”, ella hace como que no se da cuenta cuando algún cliente la saluda afectuosamente cogiéndola por la cintura para abrazarla y acariciar con disimulo sus posaderas. Siempre sabe como quitarselos de encima con una sonrisa, sin enfados, sin malos gestos, sabe que es parte del juego de la venta para ella, por eso es consciente y lo propicia, con los mas reticentes a firmar ella toma la iniciativa, cogiendolos del brazo, haciendo que noten sus tetas cuando los atrae hacia ella, llevándolos a su terreno. Sabe bien que si les pone la polla dura la venta está hecha y a Teresa nunca le ha gustado perder una venta. Pero quien juega con fuego se acaba quemando, con los años los clientes también la van conociendo mejor, saben que si se hacen los remolones a la firma de la renovación de los seguros ella se muestra mas complaciente, mas dispuesta y en el juego de la caza el cazador se convierte en presa. En los últimos meses algunas renovaciones de pólizas de buenos clientes han tenido un coste extra, pajas, mamadas, cosas que eran una línea roja para Teresa y que sin saber muy bien como, la ha pasado con mucha ligereza, demasiada.. La zona de copas está repleta de gente, la mayoría veinteañeros bastante pasados de copas, Teresa se queda parada en la puerta de uno de los pubs viendo como sus amigas entran delante de ella…”me parece que es suficiente para mi” se dice, decidida a esperar que sus amigas entren en el pub para emprender la escapada sin decir nada, las conoce muy bien y sabe que si dice de marchar no la dejaran...no quiere oír la famosa frase “venga Teresa, la última”, porque siempre hay una última después y por un momento es consciente que ya lleva demasiadas copas encima y no está acostumbrada a beber, su cuerpo no está acostumbrado al alcohol y se siente algo mareada. Cuando ya parece decidida a marcharse una amiga suya sale del local…. -Venga Teresa, que te conozco, no vayas a desaparecer ya…. Pili a pedido unas copas y el camarero nos ha invitado a unos chupitos…. tenemos un hueco en la barra… venga mujer la última… te lo prometo. -Mejor que no.. estoy un poco cansada y bastante mareada… creo que ya he bebido demasiado y con la medicación seguro que no me sienta bien… mejor me voy a casa… además este local parece solo de críos… son todos de la edad de mis hijos…. -Que no te vas leche… tu te vienes conmigo… tomamos la última y luego te vas a casa, que ya están las copas pagadas - le dice su amiga al tiempo que la coge del brazo para meterla dentro de un local abarrotado de veinteañeros y música a todo volumen. Teresa incapaz de decir que no se deja llevar dentro del local, la verdad es que todas se han vestido provocativas, maquilladas, con buenos tacones… un grupo de maduritas, milfs como dicen ahora, muy deseable para el público joven que abarrota el local. Teresa lleva una falda negra bastante corta y con mucho vuelo, medias negras altas al muslo, zapatos negros de tacón, blusa blanca, ceñida y abotonada con un generoso escote de pico que deja asomar su lenceria blanca. Está realmente atractiva pero desde luego, como todas sus amigas, fuera de lugar, en aquel local de chavales tan jóvenes. Su amiga tira de su brazo, va delante, abriendo paso a empujones y a mas de un chaval no le hace ninguna gracia las maneras de abrirse paso que tiene, pero para cuando se giran la amiga ya a pasado delante y lo que ven es el cuerpo de Teresa que la sigue. -Tía no empujes….les grita uno -Dejalas seguro que están buscando al hijo de alguna de ellas… no las ves? parecen mi madre.. dice otro -Pues a mi no me importaría tener una madre así…. menudo culo tiene esa pava joder...añade otro refiriéndose a Teresa. -Miralas, van con esas que están en la barra, Lucas le está comiendo la boca a una de ellas, me parece que las mamis llevan un buen pedal jajajaja. Apenas cuatro metros delante del grupo de chavales en la barra, PIli una de las amigas de Teresa le come los morros a un chaval veinteañero, es Lucas, el hijo mayor de Teresa que está a punto de ser pillado por su madre en una situación incómoda. El destino hace que Teresa se tope con un hombre maduro antes de llegar a la barra y no se de cuenta de la presencia de su hijo. -Hombre Teresa… que alegría verte por aquí ! - es Jorge el dueño del local y propietario de varios pubs de la zona. Un buen cliente de Teresa desde hace muchos años, recientemente ha firmado la renovación de los seguros de un par de locales de copas, consiguiendo sendas mamadas de ella para firmar los contratos. - Hola Jorge, qué sorpresa!- responde Teresa al tiempo que le da un abrazo cariñoso y dos besos en las mejillas, sorprendida por el encuentro, su cara no puede evitar la incomodidad que le supone encontrarse con un “cliente especial” delante de sus amigas. -He salido a cenar con unas amigas, íbamos a tomar la última ya me iba a casa, estoy algo cansada. La verdad ni me di cuenta que era uno de tus locales- dice Teresa intentando salir del paso -Ja ja ja ja se ríe Jorge…¿seguro que no?... los próximos días tenemos que renovar los seguros de otro par de locales…. yo creo que te has dejado ver para que no firme los seguros con la competencia…..- le dice Jorge susurrandole al oído al tiempo que una de sus manos baja de la cintura al culo de Teresa sobandolo con descaro. -Jorge por favor…. estoy con mis amigas..- dice Teresa mientras le aparta rápidamente la mano de su culo. -Venga Teresa…. no te hagas la estrecha...los dos sabemos que la chupas muy bien cuando te interesa…. ya te aviso que las siguientes pólizas no te van a salir tan baratas…. me apetece probar este culazo mmm despues de tantos años de cliente yo creo que me lo merezco...pero hoy podrias darme una mamadita de adelanto..¿no te parece? La música está muy alta en el local y por mucho que Jorge le habla al oído Teresa hace como que no le entiende……-No se puede hablar aquí Jorge…. hay demasiado ruido… te llamo esta semana y concertamos una cita en tu oficina…. ahora no puedo…. estoy con unas amigas- dice Teresa claramente incómoda por la situación. -Jajaja comprendo…. no quieres que tus amigas te vean acarameladita con un cliente….no vayan a darse cuenta lo complaciente que eres en tu trabajo…¿verdad putita?- -Jorge por favor …. -Ni Jorge ni ostias...tu no te vas hoy de aquí sin bajarme la polla….. me la has puesto dura solo de verte Teresa- responde enérgico el hombre al tiempo que le coge una mano a Teresa llevandosela a su paquete disimuladamente -¿notas como me tienes? no dejo de pensar en ti desde la mamada del otro día, Una amiga de Teresa se acerca hacia ellos con un cubata de ron y un chupito -Tu copa y tu chupito Teresa…..que no decaiga la fiesta….¿Y este tio… de donde lo has sacado… me lo presentas? -Jorge es un amigo… te presento a Marta…. - responde Teresa presentando a su amiga -No quiero beber mas Marta… ya voy bastante mareada- haciendo un gesto de no querer coger las copas que le ofrece su amiga. Jorge da dos besos a la amiga al tiempo que coge de la cintura a Teresa con mucha confianza y hace un gesto al camarero de la barra para que ponga una ronda al grupo de amigas de Teresa -Claro que si…. la noche es joven…. el camarero ya os está sirviendo la siguiente…. no hay que dejar que se amontonen las copas en la barra- dice Jorge al tiempo que él coge las copas de la mano de Marta para ofrecerle primero el chupito a Teresa -Venga Teresa bebé…. no seas mala … que sino le chismorreo a tu amiga lo que hablábamos antes….- dice Jorge con sorna -¿Un chisme?.... mmm cuenta cuenta… me encantan los chismes- dice Marta que se la nota bastante animada por las copas que llevan tomadas. Teresa teme que Jorge sea capaz de ponerla en un compromiso delante de su amiga y coge el vaso de chupito de la mano del hombre para beberlo de un trago y coger el vaso de cubata a continuación…-No es nada Marta… Jorge es un bromista … es el dueño del local… comentamos una fiesta de promoción de un seguro para moteros que hicimos aquí y termine de camarera en la barra...pero hace mucho tiempo de eso- improviso Marta. Jorge quedo sorprendido por la agilidad mental de Teresa y su capacidad de improvisar una respuesta -jajaja si fue un día muy divertido...se te da muy bien el trabajo de camarera Teresa….hoy llevas hasta el uniforme de trabajo jajajaja- dijo refiriéndose a la faldita negra y le blusa blanca que vestía Teresa. -seguro que con unas copitas mas te animas otra vez para hacer de camarera coyote jajajaja- -Jajaja no me imagino a Teresa de camarera…. pero si es una pija tan seria- apuntó Marta -No creas…. Teresa cuando se anima es una fiera….jajajaja- dijo con ironía Jorge -Marta porque no vas a la barra y le dices al camarero que no quiero ver un vaso de chupito vacío en toda la noche…. ¿de que los habeis pedido? -Tequila…. nos gustan las cosas fuertes jajajaja- respondió Marta encantada con el ofrecimiento -Voy volando…. no quiero que te arrepientas…..para un día que encontramos un tipo generoso… jajajaja- -Asi me gusta Marta…. pero no te olvides de traer su parte a Teresa…. si la quieres animar….nosotros tenemos que ponernos al día- apuntilla Jorge guiñandole un ojo a Marta que se dió la vuelta hacia la barra encantada de tener la bebida pagada. Teresa daba pequeños sorbos al cubata de ron, se la notaba saturada de alcohol, el chupito le había caído como dinamita en el estómago, comenzó a sentir náuseas y ganas de vomitar pero mantuvo el tipo. Jorge no soltaba la mano de su cintura agarrandola fuerte hacia el…. cualquiera que les viera pensaría que eran una parejita de maduritos acaramelados en un pub de jovencitos. A Teresa le flojean las piernas, comenzaba a sentirse bastante mareada y casi agradecia la fuerte mano de Jorge sosteniendola y apoyándose en él. -jajajaja llevas un buen pedo Teresita bebe guapa… bebe… te sentará bien. le decía Jorge cogiendo el vaso de cubata y llevandoselo a los labios para hacerla beber más rápido. Pocos minutos después había conseguido que Teresa se bebiera todo el cubata. Los efectos de la borrachera eran ya muy evidentes, apenas se sostenía de pie, la mirada perdida, completamente mareada empezaba a perder la consciencia de donde estaba… Marta su amiga hizo un par de viajes trayendo mas chupitos y cubatas que Jorge hacía que Teresa los tomase sin ser ya consciente de que lo hacía. Eran cerca de las 3 de la madrugada, el local estaba atestado de gente, la música a tope, los empujones de la gente intentando entrar y salir constantes. La pandilla de chavales de la que forma parte Lucas el hijo mayor de Teresa está pegada a la pareja, no le habían quitado la vista de encima desde que entró, desde luego Teresa es el prototipo de madurita que encanta a los jovencitos, tetona, culona, delgadita, buen tipo, algo provocativa… una auténtica milf. -Que buena esta la madurita joder...mmm vaya muslazos y vaya culazo- dijo uno de ellos a sus amigos, se había colocado estratégicamente espalda con espalda con Teresa y aprovechaba cualquier empujón de la gente para sobarle el culo con disimulo -lleva un buen pedal …. no se entera que le estoy metiendo mano ufff- -El tipo que se ha encontrado no para de hacerla beber….a mi me parece que el tío ha visto la ocasión de follarsela- respondió otro y mientras lo decía un grupo grande de chavales intentaba salir del local empujando a la gente que tenían delante. Jorge había conseguido que Teresa se mantuviese sola en pie un instante mientras él se quitaba la americana, estaba sudando por el agobio del local y los ardores que le producía aquella magnífica hembra. En ese momento la avalancha del grupo que empujaba para salir hizo que la pareja quedasen separados. Teresa dio un traspiés y casi se cae el suelo de no haberla sostenido un par de chavales de los que estaban pegados a ella. Jorge quedó separado por el aquel grupo grande de chavales que empujaba para salir. Al instante las manos de los cuatro chavales se afanaban en agarrarla para evitar que se cayese...bueno esa fue la excusa… la verdad es que los cuatro aprovecharon la ocasión para meterle mano, viéndola que está bastante bebida, Teresa queda en el centro de los cuatro chicos que forman un pequeño círculo improvisado a su alrededor. Con total impunidad rodeados de una marabunta de gente Teresa en pleno subidón del alcohol es ajena a lo que ocurre a su alrededor, su mirada perdida, las arcadas que comienza a sentir por sus deseos de vomitar hace que no sea consciente de las manos que se afanan por manosearla dentro de aquel pequeño corrillo de chavales. Ansiosas, varias manos le magrean las tetas por encima de la blusa, otras se meten bajo su falda buscando la entrepierna, el culo, el coño, ningún rincón de su cuerpo queda sin explorar en unos instantes, en medio del local, entre empujones….. -Joder que buena que esta esta pava…. menudas tetazas tiene…..vamos a llevarnosla antes de que se den cuenta sus amigas o el tío con el que estaba…- dice uno que no se a cortado en soltar uno de los botones de la blusa y le mete mano en las tetas por el escote. La idea parece que es del agrado de todos, que se dejan llevar por una de las riadas de gente que sale del local mientras otros tantos pugnan por entrar. En el caos de la multitud salen del pub sin que Jorge ni las amigas de Teresa se den cuenta de nada de lo que ocurre. Ya fuera del local uno se acuerda que se han dejado a su amigo Lucas en la barra comiendole los morros a una de las amigas de Teresa -Lucas se ha quedado dentro- dice -Dejalo estaba enrrollándose con una amiga de esta pava…. seguro que moja… ahora nos interesa pirarnos de aquí …- responde otro de los dos que sostienen a Teresa sujetándola por la cintura y comenzando a caminar hacia una de la callejuelas próximas del centro de Madrid. Uno de los cuatro chicos a cogido el bolso de Teresa que se le cayó en el pub y mientras caminan lo abre buscando si lleva dinero o algo de valor…..saca la cartera y la abre...lo primero que ve es una foto de los dos hijos de Teresa -Tios no os vais a creer lo que acabo de encontrar…..¿sabéis quién es esta tía?....mirad- dice mostrándoles la cartera abierta de Teresa con las fotos de Lucas y Hugo -No me jodas que es la madre de Lucas!!! Vaya cabronazo, menuda pava tiene en casa joder…..- dice uno de los que la sostiene aprovechando la parada para magrear con descaro las tetas que casi se le salen fuera del sostén al llevar la blusa medio abierta. Su amigo al otro lado hace lo propio metiendo la mano bajo la falda para sobar a placer el culo de Teresa. El que sostiene la cartera y les muestra la foto de los hijos de Teresa mira el interior de la cartera -120 pavos pal bote chicos- dice mientras los coge y se los mete en el bolsillo, entonces saca el móvil de Teresa, aparecen varias llamadas perdidas y media docena de mensajes de Whatsapp de un tal “Jorge cliente”. -Parece que el tío con el que estaba la está buscando……- dice comenzando a leer los mensajes. “¿Teresa dónde estas?, no te vayas, me has dejado con la polla dura … cabrona… ya estas volviendo a chuparme la polla para dejarme contento o tu maridito se enterara de lo que haces para conseguir contratos con tus clientes...ZORRA. Mas te vale volver puta… no me dejes asi” -Joder vaya con la madre de Lucas….resulta que es una puta que se folla a sus clientes …. creo que dijo una vez Lucas que su madre vendía seguros o algo asi…¿No? -Sí, eso dijo y que su padre trabaja de recepcionista en un hotel por las noches y no vuelva a casa hasta las 9 de la mañana. -Jajaja se me ocurre una idea…. dame el móvil voy a responderle a ese pavo para que no de la lata- , el amigo le pasa el móvil de Teresa y este comienza a escribir como si fuese la propietaria del celular -”Lo siento Jorge. Estoy muy borracha. Me voy a casa, me acompañan unos amigos de mi hijo.. Hablamos el lunes y quedamos, te compensaré por la mamada de esta noche.”- y le díó a enviar Unos instantes después sonó de nuevo el móvil con la respuesta de Jorge -Chica mala, no voy a conformarme solo con una mamada, el próximo día que vengas a mi oficina quiero tu culo de ZORRA- Los chicos rieron al leer la respuesta de Jorge y el que llevaba el móvil le divirtió seguir con el juego un poco mas y continuó escribiendo “Tranquilo, voy a ser una buena perra para ti, el próximo día que vaya iré sin bragas y podrás follarme como quieras, mi marido nunca me ha dado por el culo, será todo para ti. Dile a mis amigas que me he ido a casa por favor. Besitos Teresa.”- -Mas te vale que cumplas, PUTA, o tus amigas y tu marido sabrán lo zorra que eres. Hablamos el lunes, el mensaje adjuntar varias fotos en la que se veía a Teresa mamando una buena polla y haciéndole una cubana con las tetas- fue el último mensaje de Jorge Por último el que llevaba el móvil se reenvió al suyo los mensajes del Whatsapp de Teresa con Jorge,y los de sus hijos, para que no hubiese dudas que eran de la madre de Lucas, su amigo. -Ahora la madre de Lucas va a ser una buena zorra con nosotros tambien jajajaja, te vamos a follar este culazo antes de que lo haga ese pavo, Teresita- dijo el que había mandado los mensajes con el móvil y dándoselo a su amigo para que lo guardase en el bolso de Teresa. -mmm seguro que si, yo tengo el rabo que revienta de ganas- dijo uno de los que la sostenían mientras le manoseaba el culo bajo la falda -Joder es que esta tia esta de puta madre, fijaos que tetazas tiene, que ganas de follarmelas- dijo otro que sin cortarse le había sacado las tetas fuera del sostén y se las magreaba con las dos manos. Uno de los cuatro, Toni, parecía el menos borracho de los cuatro y el mas sensato, quizá por su apariencia bastante mas joven que los otros -Tíos joder que estamos en plena calle, cualquiera la puede reconocer….. yo no quiero lios…, yo la conozco, he estado en su casa con el hermano de Lucas, Hugo es compañero mío de clase ¿Porque no la llevamos a casa?... Tenemos la parada de metro aquí cerca, yo se donde vive… yo creo que la deberíamos dejar en casa- El que había enviado los mensajes con el móvil de Teresa se llamaba Blas, parecía el gallito del grupo y desde luego no estaba dispuesto a renunciar a la presa -Toni tiene razón, tenemos que tener cuidado, estamos en plena calle, tapale las tetas joder- le dijo al que se las había sacado que se apresuró a meterlas dentro del sostén y acomodar un poco la blusa. Pero Blas no había terminado de hablar y miró fijamente a Toni con cara amenazante -Mira chaval aquí vamos todos a una, nadie se raja o te reviento a ostias….. la madre de Lucas y Hugo es una zorra que mama pollas para firmar pólizas de seguros y ahora que lo sabemos verás como es una buena puta con nosotros también. Me parece buena idea llevarla a casa, es el mejor lugar para poder follarnola a gusto, nos la vamos a follar todos, tu también...pero como no me fio de ti, antes de llevarla quiero ver como esta golfa te hace una buena mamada y lo voy a guardar de recuerdo con mi móvil para que luego no puedas decir que no participaste….- Se habían apartado un poco de la zona de copas y caminaban por las callejuelas del centro cuando uno de los chicos que llevaba sujeta por la cintura a Teresa, Oscar, vio una calle pequeña apenas iluminada por la que no pasaba nadie -vamos a uno de esos portales, está oscuro, nadie nos verá, quiero ver como se la chupa a Toni-. Oscar había sido el primero que se atrevió a meterle mano a Teresa en el culo mientras hablaba con Jorge y el que luego le había sacado las tetas en plena calle, parecía el mas salido de todos. Gordito, poco agraciado físicamente parecía el mas necesitado de echar un buen polvo. Blas con una cínica sonrisa afirmó con la cabeza, dando su consentimiento y se dirigieron hacia un amplio portal que quedaba oculto con un elevado escalón a la entrada del inmueble. Blas era un chaval de 20 años, alto, fuerte, delgado, fibrado, deportista, moreno, atractivo pero de carácter violento, pendenciero, era raro el fin de semana que no se metía en alguna pelea, de caracter dificil, ninguno de sus amigos se atrevía a llevarle la contraria, ahora llevaba el brazo derecho escayolado de la última bronca. Teresa era llevada entre Oscar a un lado y Felipe al otro, sujetándola por la cintura, los dos se habían apresurado a llevarla para poder manosearla al mismo tiempo. Felipe era el contrapunto de Oscar, flacucho, alto, cara enjuta y nariz aguileña, un tipo feo pero famoso por tener una polla descomunal. Toni el mas joven, tenía 18 años, su cara de crío le delataba, hijo de buena familia a diferencia de los otros, era un chaval introvertido, tímido, sin amigos salvo estos, pero que siempre llevaba dinero para pagar las rondas de sus amigos, era el único motivo que lo incluyeran en el grupo. Virgen, no había estado con ninguna chica nunca, se mataba a pajas diariamente viendo fotos y videos en internet y hacía mucho que fantaseaba con Teresa la madre de su compañero de clase Hugo. Toni sí había reconocido a Teresa cuando entró en el pub, pero no dijo nada, como siempre guardaba sus fantasías en secreto, estaba empalmado después de verle las tetas, cuantas pajas le había dedicado el último año a Teresa imaginando sus tetas cuando iba a estudiar a casa de su compañero de clase, ufff, muchas, incontables. Y ahora la tenia caminando allí, delante de él, borracha perdida, llevada por sus dos amigos, aquel culazo se contoneaba de lado a lado… ufff.. si sus amigos querían verle darle de mamar, desde luego lo iba a hacer muy agusto, si señor…. Blas caminada a su lado, mirándole de reojo, atento a sus reacciones, no se fiaba mucho de aquel niñato hijo de familia bien……-vaya culazo tiene la madurita ehh chaval, no me digas que no te pone follarte a la madre de tus amigos… imaginate cuando vayas a su casa a estudiar con su hijo y esta zorra te reciba con una buena mamada…. yo apuesto porque sus hijos cuando se enteren de lo puta que es también se la follaran…¿tu que crees?- Aquellos comentarios no hacían mas que aumentar la excitación de Toni, la polla le dolía de la empalmada que llevaba hacía rato y a pesar de ser siempre tan introvertido y no hablar de intimidades por fin parecía dispuesto a confesar a sus amigos cosas que sabía de Teresa y sus hijos -Lucas y Hugo graban a su madre, tienen cámaras ocultas instaladas en el baño y en su dormitorio, Hugo me las ha enseñado mas de una vez y nos hemos pajeado viéndola en el portátil de Hugo mientras se duchaba, hablando de lo puta que es y lo buena que esta, de que viste como una zorra y que se pasa el día calentándole ligera de ropa….- Los que caminaban delante de Toni pararon en seco la caminata girando la cabeza hacia Toni, no podían creerse lo que acababan de escuchar, Blas era el que tenía la cara de incrédulo mayor -no fantasees chaval… me estas diciendo que sus hijos la graban en el baño y se hacen pajas mirándola… y que encima el pequeño te deja que tu la veas y te pajees con el viendola?... anda ya… tú alucinas….- decía Blas incrédulo de lo que escuchaba -Os lo juro… lo que digo es cierto...Hugo me dijo que su madre toma pastillas para dormir y se queda frita enseguida… que no se entera … y ellos aprovechan muchas noches, como su padre trabaja de noche, para pajearse mientras la manosean en la cama….me lo dijo Hugo mientras nos estábamos haciendo una paja viendola ducharse con la cámara oculta del baño en su portátil… lo juro- insistió Toni. Blas parecía que comenzaba a dar crédito a lo que estaba contando Toni -si eso es cierto seguro que la graban también mientras se pajean sobándola en pelotas en la cama…¿sabes si existen esas grabaciones? ¿las has visto?- -Si, se que lo hacen… pero yo no las he visto...ya sabéis lo chulos que son los dos hermanos, un día Hugo, el hijo pequeño, viendo como yo miraba el escote de su madre dijo presumiendo de lo buena que estaba y que el la veia cuando quería en pelotas…. fue cuando me enseñó en el portátil las cámaras…. le gusta presumir de lo buena y puta que es su madre… juro que es verdad lo que digo- insistió Toni Blas asentía con la cabeza, confirmando que creía lo que decía Toni -Pensándolo bien he escuchado muchas veces hablar a Lucas de lo calzonazos que es su padre por no atar corto a su madre….es cierto que habla de su madre como si hablase de una puta, con desprecio, dice que está mal follada y que va salida como una perra...y que si por él fuera la pondría a trabajar de puta, pero ya sabéis como es Lucas, un bocazas, nunca le hice caso a sus comentarios. Pero si existen esas grabaciones con sus hijos tenemos que conseguirlas, buff eso si que sería definitivo…. la tendriamos bien agarrada por el coño….seguro que no dejaría que nadie viera videos de sus hijos pajeandose con ella… joder que fuerte..- Los cinco se habían parado en el portal de aquella casa, una zona discreta, oscura, en silencio comparada con la algarabía que había apenas unas calles abajo. Oscar el gordito, mas ansioso que ninguno tomó la palabra -Felipe sujetala… que no se caiga. Tengo ganas de ver lo que guarda aquí debajo…- Felipe sujeto por la espalda a Teresa, metiendo los dos brazos bajo los sobacos de la mujer y manteniendola de pie, mientras tanto Oscar inclinado delante de ella metía las manos bajo la falda de Teresa para quitarle las bragas. Las manos ansiosas de Oscar metidas bajo la falda no tardaron en tirar de los elásticos de un tanga blanco con forma de triángulo delantero y una fina tira a la espalda deslizandose por los muslos hasta bajarlo a los tobillos de Teresa -Subela al escalón del portal Felipe… vamos a ponerla en cuclillas para que nos enseñe bien el coño….- Felipe obediente tiró de ella para subirla al escalón del portal y luego la hizo bajar el cuerpo hasta que casi apoyó las nalgas en el suelo, en cuclillas, sostenida de los sobacos por los brazos de Felipe para que no se cayese al suelo. La falda negra, corta y con mucho vuelo quedo echada hacia atrás, mostrando por completo las piernas, largas, delgadas, de muslos poderosos, juntas, enfundadas en aquellas medias negras hasta la parte alta del muslo, y aquel tanga blanco ceñido a sus tobillos. Teresa era como una muñeca articulada que movían a su antojo sin ser ella consciente de nada de lo que ocurría a su alrededor. Oscar se puso de nuevo frente a ella -joder vaya borrachera lleva esta tía,... no se entera de nada- decía mientras sus manos sacaron el tanga blanco de los tobillos guardándolo en el bolsillo y luego cogiendo con las dos manos las rodillas de la mujer tiró de ellas hacia los lados abriendola por completo de piernas frente a los tres chavales, Felipe a la espalda de Teresa sosteniendola protestaba porque no podía ver el espectáculo… Y menudo espectáculo….completamente abierta de piernas, en cuclillas, con aquellas medias negras que enmarcan la zona púbica, los zapatos negros de tacón fino y sobre todo aquella raja, aquel coño sonrosado de labios grandes, vello muy recortado pero no rasurado, dejaba completamente a la vista la entrada de la vagina, brillante de humedad, no de excitación sino de simples ganas de mear que por la postura fue casi instantáneo soltar un gran chorro de pis casi al mismo tiempo que le abrían las piernas….. Blas fue el primero en reaccionar para sacar su móvil y grabar la escena de la madre de su amigo meando en la calle -joder que ganas de mear tenía esta perra.. menudo chorro está soltando…. vaya coño mas rico nos vamos a follar chicos… buff menudo potorro… venga Toni, a que estas esperando… sacate la polla… metemela en la boca… dale de mamar joder… queremos verlo- Toni, no se hizo de rogar, se bajó la cremallera del pantalón y se sacó la polla, dura como un palo, el chaval tenía una polla normalita, no muy grande ni gruesa pero si muy dura y no tardó en acercarla a los labios de Teresa… ella no facilitaba la labor ajena a lo que estaba ocurriendo asi que el mismo se cogio la polla con la mano y la acercó a la boca de Teresa, presionó en los labios metiéndosela hasta el fondo y comenzando a follarlsela, hasta que Teresa de forma inconsciente comenzó a chupar y tragar por completo -mmm asi asi chupa puta chupa…..ohhh que rico …. cometela toda zorra… cometela puta…-decía mientras no dejaba de meterla y sacarla de la boca, ella tragaba sin demasiado esfuerzo aquella verga juvenil.. Toni no pudo aguantar mucho rato así, tenía tantas ganas de hacer aquello, tantas pajas imaginandolo que cuando se quiso dar cuenta se había corrido en la boca de Teresa….-que bueno joder…. que ganas tenía … -decía Toni, mientras Blas grababa toda la escena con su móvil…. Teresa se había quedado con la corrida en la boca, rezumando por los labios y algunas gotas de leche caían al suelo, totalmente ajena a lo que había ocurrido…. El propio Toni una vez que enfundo la verga flácida en el pantalón sacó un pañuelo de papel de su bolsillo y limpio los labios de Teresa que goteaban su leche -que buena estas hija de puta- decía mientras lo hacía. Blas seguía grabando la escena pero no acababa de estar satisfecho -venga chicos abrirle la blusa… quitarle el sostén… quiero tenerla grabada con las tetas al aire bien abierta de piernas Obedientes, Tony y Oscar hicieron lo que pedía su amigo, con la blusa completamente abierta rompieron el sostén a tirones y la dejaron con las tetas al aire, en cuclillas, abierta de piernas…. aquellas tetas llamaban la atención, blancas completamente, en contraste con su piel bronceada, grandes, firmes, de grandes areolas, pezones puntiagudos muy pronunciados -vaya tetorras tiene esta tia joder…. menudas pajas que tiene que hacer con ellas- decía Oscar que no se podía contener en magrearlas de nuevo . Felipe por su parte estaba cansado de sostenerla para los demás sin poder disfrutarla -venga tíos vamos a llevarla a su casa y nos la follamos...ya no me aguanto… o nos vamos o me la follo aquí mismo- Blas terminando la grabación se reía por los comentarios de Felipe -jajaja tienes razón Felipe vamos a llevarla a su casa y nos la cojemos a gusto…. volved a poner la blusa que tenemos que pillar el metro aquí cerca. Unos minutos después los cinco estaban en la estación de metro, afortunadamente una de las pocas líneas que funcionaba a esas horas cruzaba la ciudad en la dirección a la casa de Teresa. La fauna humana del metro a esas horas era variopinta, jóvenes noctámbulos en su mayoría que volvían a casa después de una noche de copas, bastantes borracheras, muchos emigrantes de los que pululan por el centro de madrid, pandillas, gente con malas pintas, mezclados con los escasos currantes que salían o se dirigen a trabajos de madrugada. No tardó en llegar el metro y subieron a un vagón casi vacío, media docena de trabajadores de los servicios de limpieza vestían sus uniformes, aquellos monos de trabajo fosforitos, parecía que comenzaban la jornada y se dirigían a su puesto de trabajo. Los seis eran hombres bastante maduros, barbas, mal aseados, si no hubiese sido por el mono de trabajo se diría que eran un grupo de viejos verdes de camino a la casa de campo a por unas putas. Los cuatro chavales sentaron a Teresa en uno de los asientos, pero la tenían que sujetar por los hombros para que no se cayera de lado, las piernas se le abrían sin ser consciente de que no llevaba bragas y los seis hombres que viajaban de pie a unos metros de ellos no le quitaban el ojo de encima. -Vaya borrachera que lleva la señora no?....muy mayor para vosotros me parece… sois unos crios y ella una señora….me parece que os la habéis encontrado por ahí, borracha y la habéis recogido para disfrutarla mas tranquilos…. ¿me equivoco?- dijo uno de los hombres que se había acercado al grupo poniéndose delante de Teresa y sin quitarle la vista a las piernas que se abrían a cada vaivén del vagón de metro. -Es la madre de un amigo y la llevábamos a su casa - dijo Blas, que por un momento parecía menos chulito de lo normal, estando con su mano escayolada. -ya ya seguro que si…. entonces no os importará que llamemos a la policía para decir que una señora se encuentra en mal estado y necesita que la atiendan?.... o no decimos nada y compartimos la pieza? mmmm ya veo que le habeis quitado las bragas y el sostén… tiene muy buena pinta,... menudas peras ..cómo se le menean buff y ese coño que se le ve cuando se le abren un poco las piernas tampoco tiene mala pinta…..¿que decís… llamamos a la policía? Blas sabía que podía ser un farol, pero desde luego que lo que menos le apetecía es que apareciese una patrulla de la policía en una de las paradas del metro y les pidiese la documentación, miró a sus amigos que tenían mas cara de susto que el por la decisión de aquel viejo que adivinó sus intenciones nada mas verles y luego se giró hacia el viejo con el uniforme de servicios de limpieza….-¿qué propones?-dijo Blas -¿Vais muy lejos chicos? Blas le dijo la parada, el hombre enseguida calculo que quedarían 30 o 40 minutos de trayecto hasta donde pensaban bajar los chicos -Bien, tenemos tiempo, nosotros nos hacemos cargo de la señora hasta esa parada, luego ella se baja con vosotros y todos contentos.- -Está bien- dijo Blas viéndose pillados -Chico listo, asi me gusta, hay que compartir… si no os importa me llevo a la señora para presentársela a mis compañeros de curro, en media horita es toda vuestra nosotros tenemos que currar.- Dejándolos con la boca abierta a los cuatro y como si fuese algo de lo mas natural se acerco a Teresa y la cogió por la cintura ayudándola a levantarse -Ven conmigo guapa, verás que bien lo pasamos.- Ante la mirada atónita de los cuatro el hombre se llevó a Teresa hacia el grupo de currantes con mono, presumiendo de lo fácil que había sido….-como quitarle un caramelo a un crío a la puerta de un colegio…. menudos niñatos jajajaja. Mirad que pedazo de hembra os traigo compañeros…….- -Joder vaya colocón lleva la tia, no se mantiene de pie….. pero esta bien buena… - respondió uno de sus compañeros, El que la llevaba en volandas de la cintura, presumía de lo fácil que había sido quitarsela a los chavales -los chicos ya se han encargado de quitarle las bragas y el sostén...solo tenemos que meterla por donde queramos jajajaja… venga vamos al fondo del vagón… hay agujeros para todos… pero ligeritos ehhh que tenemos una media hora hasta que se la lleven los chavales- -Venga vamos… vamos .. mirad como se le menean las tetas…. quitale la blusa...sacarlas- decía uno mientras otros se afanaban por meterle mano mientras la llevaban al fondo del vagón. Cuando llegaron a los últimos asientos ya le habían quitado la blusa tirándola sobre uno de los asientos..tal como llegaron la pusieron a cuatro patas sobre dos de los asientos, al instante uno cogio la falda y la rasgó por completo por detrás, dejando el culo al aire en la zona del pasillo central. -Dejadme a mí …. para algo la he conseguido yo…. voy a estrenarla- decía el que parecía llevar la voz cantante colocando en el pasillo a la espalda de Teresa. Las cremalleras de los monos se fueron bajando una tras otra sacando media docena de pollas de todos los tamaños y grosores…..la primera no tardó en presionar el coño de Teresa que en un par de embestidas se la clavo hasta el fondo mientras otro de los tipos se ponía a la altura de su cabeza para hacer que se la mamara mientras le follaban el coño. -mmmm que chocho mas rico…. que bien le entra joder…. vaya polvazo tiene esta zorra….mmm que rico….seguro que tiene en casa un calzonazos que está esperando que vuelva su mujercita de marcha jajajaja- decia el que la follaba el coño desde atrás -yo creo que su marido estara dormido…. estas pijas golfas estan aburridas de sus maridos...la mayoría son cornudos o maricones…. apuesto que al suyo le gustaría verla ahora lo bien la que la chupa mientras se la follan jajajaja- decía el que la daba de mamar una gruesa verga que la tenía clavada hasta el fondo de la garganta. -chupa joder chupa con mas ganas putón- -pero no ves que no se entera…. esta tía está ciega perdida… como quieres que chupe si apenas le cabe en la boca…. no seas animal- protestaba uno de los que esperaban su turno -Claro que le cabe, fijate como la tiene entera dentro, le estoy dando con los huevos en la boca…. espera que se la meta en el culo…..ahí detrás si que puede que no le quepa….. -Tendrás que esperar si hay tiempo para una segunda ronda….primero la metemos todos una vez…. tu ya has cogido la boca así que si quieres correrte aprovecha el agujero que tienes, que para los otros estamos esperando los demás- dijo otro Todos estaban nerviosos e impacientes por que llegara su turno así que se fueron conformando con folladas rapidas, intentando correrse pronto y alternando los agujeros...el primero no tardó en venirse en el coño de Teresa aullando como un lobo mientras otro le empujaba para ocupar su puesto y meterla en el culo….el animal ni siquiera se molestó en lubricarla y Teresa dió un grito de dolor sintiendo como aquel pedazo de carne comenzaba a encularla con fuerza…-si que tiene el culo estrecho joder…. a esta puta se la follan poco por detrás- protestaba el que la estaba enculando con gran esfuerzo. La media hora dio el tiempo justo para que cada agujero recibiera dos folladas, seis folladas, seis corridas, que dejaron a Teresa chorreando leche por el coño, el culo y la boca. Blas desde la distancia había grabado la escena disimuladamente con su móvil, viendo que el espectáculo acababa lo guardó de nuevo en el bolsillo. -Chavales ya podeis venir por ella…. no nos da tiempo a otra ronda…. os la hemos dejado bien engrasada Los chicos se acercaron a recogerla, Felipe cogió la blusa tirada sobre un asiento y se la puso con ayuda de Oscar, de nuevo los dos volvieron a cogerla de la cintura pero Teresa apenas podía caminar, las piernas no la sostenían, estaba molida por las embestidas de aquellos animales, la cabeza seguía dándole vueltas, susurraba palabras sin sentido, la cara y el pelo pringosos de churrutones de corridas, las medias destrozadas, la falda rasgada por detrás de abajo arriba por completo, al ponerla de pie parecía que llevaba un delantal dejando el culo completamente al aire. -Estos bestias la han destrozado, ¿cómo la vamos a sacar a la calle así?, va enseñando todo el culo- decía Toni el chaval mas joven, pero su comentario fue escuchado por el grupo de currelas -Chavalin cuidadito con lo que dices…. o vas a tener que quedarte a chuparle la polla a todos mientras llegamos a nuestro destino….tienes carita de mamón- le increpó el cabecilla del grupo -Así es guapito… no os podeis quejar…. os la hemos devuelto bien engrasada…. si no os parece bien nos la llevamos...seguro que nos da el viaje para otra ronda y en la base tenemos mas compañeros que también les gustaría disfrutarla- añadió otro Los chicos no se atrevieron a responder, Oscar y Felipe cogiéndola de la cintura la sacaron del vagón al abrirse las puertas de la parada. Blas y Toni pegados a su espalda intentaban que el culo al aire de Teresa pasase desapercibido. -Menos mal que su casa está justo al lado de la salida del Metro….y a estas horas hay poca gente por la calle- decía Toni mientras salían de la estación del metro. Toni que llevaba el bolso de Teresa sacó las llaves -es ese portal, el nº37-, el grupo se quedo en el portal de la casa mientras Toni abría la puerta. Un edificio bastante antiguo de 3 alturas con dos apartamentos por planta. Teresa y su familia vivían en el tercero A. El ascensor era pequeño, Toni y Blas subieron delante y esperaron en la puerta de casa. Oscar, Felipe y Teresa subieron a continuación. Toni abrió la puerta y pasó delante, era el único que conocía la casa, -seguidme el dormitorio de los padres está en ese pasillo con el despacho del padre, , los de Lucas y Hugo en ese otro-, el salón cocina que había nada mas entrar en la casa hacia de distribuidor, desde el se accedía a las habitaciones y al único baño. Entraron en el dormitorio de Teresa, con sigilo la tumbaron sobre la cama, ella seguía semiinconsciente, ajena a lo que ocurría….Blas tomó la iniciativa -Tenemos que saber si el hijo pequeño está en casa- -Seguro que si, no es de salir mucho- dijo Toni -Bien, pues tu que conoces la casa ves a su cuarto, coge el portátil, tenemos que conseguir esos videos que dices…. no hagas ruido… que no se despierte s

Autor: mariaruizred Categoría: Incesto

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Le chupe la verga a mi papa

2019-09-03


Saludos a todos, hoy les traigo un relato erótico soy nueva escribiendo en esta pagina pero llevo ya unos cuantos meses leyendo y la verdad no me había atrevido a escribir hasta ahora Yo soy una chica mexicana de 20 años de edad, mido 1.62, soy de piel clara y cabello negro que me llega a los hombros, liso. Uso lentes siempre, de armazón negro. Mis ojos me dicen mucho que con ellos se ven grandes, son color café un poco oscuro. Tengo pecas en mis mejillas, se me hacen muy lindas aunque comprendo que no a todos les gusten. Mi cuerpo no tiene nada muy destacable, digamos que tengo un poco de todo, mis pechos y mi culo son medianos, mía piernas también son muy normales, como dije, un cuerpo con un poco de todo pero nada que destaque demasiado. Tengo muchas historias las cuales podría contar pero prefiero iniciar por ahora con la que fue la primera de todas ellas… mi primera vez, tanto en el incesto como de mi vida. También he de decir que tenia en ese entonces 18 años y en casa solo vivíamos mi padre y yo. Obviamente loa nombres tampoco serán los reales, espero lo comprendan. Era el 26 de mayo del año 2013… final del clausura 2013 las águilas del América de mi tío contra la maquina celeste de la Cruz Azul de mi papa, clásico joven, con una lluvia que solo hacia ver el encuentro mucho mas épico, la tensión dura todo el partido para los americanistas por no poder conseguir un gol… llega un tanto de los celestes… mi tío estaba que se moría, mi papa casi llora de la alegría… avanzan mas los minutos… tiro de esquina antes del tiempo agregado, la defensa logra sacar el balón del área pero la pelota cae en un rival que manda un centro y Mosquera de cabeza remata… imposible que Jesús Corona lo pare, el balón entro en la esquina inferior. Mi tío estaba que se moría de la emoción, sus águilas del América a un gol de mandar a tiempo extra una final que parecía perdida. Lo siguiente es historia… remate de Moisés de palomita que desvía un jugador de los celestes y se empata el partido… tiempo extra. Todo en mi casa era locura, de tantos gritos me arte y me fui a mi habitación, cerré mi puerta y solo escuchaba como en el piso de abajo se calmaban las cosas un poco. Ya era muy tarde para una joven yo de 18 años, una chica de secundaria de excelentes calificaciones y sin ninguna falta o retraso. Quería dormir pero el ruido que hicieron cuando se reanudo el partido fue demasiado como para dejarme descansar en paz. Lo intente un par de veces pero no podía. Me senté en la orilla de mi cama. Recordé en ese momento que no me había puesto mi pijama. Comencé a desvestirme viéndome en un espejo que esta en la pared de mi habitación, el reflejo me permitía verme por completo. Comencé a ver mi cuerpo en la oscuridad de mi habitación. Mientras me observaba, de una u otra forma comencé a tocar mis pechos, los masajeaba con mis dos manos e intentaba lamer mis pezones sin éxito alguno. Una de mis manos dejo uno de mis senos para ir a mis piernas y acariciarlas delicadamente, tenia ya varios días sin masturbarme y aprovechando que había mucho ruido abajo y que nadie podría escucharme comencé a hacerlo. La mano que estaba en mis piernas fue ahora lentamente a mi vagina. Comencé a jugar con ella, la recorría con mis dedos, jugaba con mi clítoris, metía y sacaba la punta de uno de mis dedos en ella, también hace poco había descubierto que me gustaba mucho pellizcarme fuerte los pezones así que lo combine con todos los demás movimientos y el resultado fue que casi se me sale un grito de placer, afortunadamente logre callarme antes de que ocurriera. No quería desaprovechar la oportunidad que tenia para hacer aun mas ruido masturbándome así que me puse mi pijama rápidamente y tome mi cepillo de encima de cómoda, cepillo el cual en ese momento para mi era el mejor de los consoladores y lo reservaba solo para ocasiones especiales como esta. Me puse en cuatro sobre mi cama, abrí lo mas que pude mis piernas. Antes de meterlo dentro de mi siempre le daba una mamada, lo podía meter ya todo en mi boca y me encantaba además hacerlo. Mientras lo hacia uno de mis brazos pasaba por encima de mi culo y con la mano me dedeaba imaginándome que se la estaba mamando a un chico mientras me dedeaba fuertemente. Después de darle ese oral al cepillo fue cuando lo comencé a meter dentro de mi vagina. La sensación era increíble, con lo mojada que estaba y lo bien que se sentía se me salían ligeros gemidos, no podía controlarlos. El ruido que había abajo me indicaba que estaba cerca de terminar el partido pero no me importaba. Mi vagina quería verga y mis labios hablaron por ella. “Quiero verga, quiero verga, quiero verga” salía de mi boca, al principio despacio y aumentaba el volumen y velocidad de mis palabras a la vez que la fuerza y la velocidad con la que metía el cepillo incrementaba. No pude terminar, debajo de mi cuarto las voces se estaban despidiendo y escuche como subían las escaleras. Tuve que poner el cepillo rápidamente en su lugar y me hice rápidamente la dormida. No podía creerlo, tan cerca de terminar y fui interrumpida por mi tío que se iba a su casa y mi padre que le llamaremos Fabio. Me sentía algo molesta pero seguía muy excitada, dispuesta a seguir en cuanto el se fuera a dormir pero eso no ocurrió. Entro en mi habitación, intento ser silencioso pero no servía de nada, yo estaba despierta. Solo entro a comprobar si estaba dormida, el estaba llorando. Se acerco a mi y me dio un beso en la frente como de buenas noches. Yo me sentí un poco mal al verlo así y fingí que me había despertado. Al darme ese beso percibí inmediatamente que estaba borracho. -¿Papá?- me senté en la orilla de mi cama mientras el intentaba salir igual de forma silenciosa. -Perdón… te desperté… -No te preocupes por eso… ¿Por qué estas llorando? -Ya sabes… el Cruz Azul… que le vamos a hacer… -Si te sientes muy mal por eso puedes dormir aquí conmigo hoy, para que no te sientas tan solo. -Me arrepentí en cuanto dije eso, o sea no quería que se sintiera mal y menos solo pero yo quería masturbarme salvajemente en cuanto se durmiera en SU habitación. -Esta bien hija… hazme lugar ahí en tu cama… Nos logramos acomodar los dos ahí. El estaba boca arriba y me abrazaba con un brazo mientras que yo estaba de lado, con uno de mis brazos encima de su pecho. Se quedo dormido a los pocos minutos. Los perros ladraban fuera de la casa, comenzó a llover y se escucharon un par de truenos, yo estornude una vez pero nada lo despertaba, se había quedado completamente dormido. Siendo sincera, nunca había sentido atracción por Fabio, un hombre que en ese entonces tenia sus 40 años, antes, cuando yo era mas niña el solía ir al gimnasio pero desde que mama murió el dejo de hacerlo, aunque aun se veía fuerte. No sabia porque estaba viéndolo de esa manera pero mi vagina aun me gritaba su deseo por ser desvirgada y justo frente a mi estaba la mejor oportunidad posible en ese momento. El llevaba un short de mezclilla y obviamente su playera de Cruz Azul. Primero antes de siquiera desabrochar su short comencé a tocar su miembro por encima de su ropa. Aun siendo la verga de mi padre, al ser una experiencia completamente nueva para mi, no podía evitar sentirme excitada e intrigada. Su miembro sin estar erecto era muy grande, no podía creerlo, mi padre tenia ya grande su verga aun sin estar excitado (Con el tiempo descubriría que de hecho al estar excitado su tamaño básicamente no cambio, creo recordar que se le conoce como pene de exhibicionista o algo así) Me estaba mojando mucho con la idea de saboreárselo por completo y después tenerlo dentro de mi así que, comencé a desabrochar su short, le baje el cierre también y como pude lo baje lo suficiente como para también poder bajar su bóxer y sacar por completo su verga, la cual era la primera que veía en toda mi vida. Aun estando oscuro mi cuarto podía ver su cabeza y se me antojo muchísimo mas. No aguante demasiado antes de meterla en mi boca. Obviamente no se parecía en nada al mango de mi cepillo ya que además aun no estaba dura. Empecé a mamarla lo mejor que pude, a medida que mi boca la metía y la sacaba sentía como poco a poco se comenzaba a poner dura. Me detuve un momento para voltear a verlo a el pero aun seguía en la misma posición. Se veía igual de dormido. Yo aun con miedo pero muy excitada seguí mamándosela ahora mas lento, aumentando el ritmo poco a poco. Voy a dejar esta parte aquí. Mañana escribiré y subiré el resto. Besos y saludos a todos, les recuerdo que pueden hablarme a mi correo o comentar el relato. Nos leemos pronto de nuevo. si te gusto mi relato porfavor hazmelo saber a mi correo: [email protected]

Autor: lizmaury Categoría: Incesto

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La mudita

2019-09-02


Una jovencita, muda, recibe una carta erótica y busca que le hagan lo que le dicen que le harán después de secuestrarla. En una boda coincidimos en la misma mesa mi amigo Javier, su esposa, su herma, su sobrina Abi, yo y algunas personas más. Abi era una jovencita, muda, morena, de ojos azules, alta y guapa. Llevaba puesta una falda gris que le llegaba hasta los pies con una abertura lateral que casi dejaba ver el color de sus bragas, y una camiseta blanca en la que se le marcaban los pezones de sus redondas y medianas tetas. Es obvio que era el centro de atención de los hombres y de las miradas de reprobación de las mujeres de su familia. Ana, su madre, que era viuda, no podía con ella, y antes de que se le fuese de casa dejaba que vistiese cómo le viniese en gana. Mientras Abi se mandaba un trago de Acuarius, una de sus tías, le dijo: -Te hace falta un novio, Abi. Abí, leía los labios, y se comunica por gestos. Su madre traducía y respondía por ella. -Dice que no lo necesita para nada -Sí que lo necesitas, vas pidiendo guerra. -Dice que tú que sabrás lo que pide ella, mal pensada. -Un buen carallo (un buen pene), eso es lo que necesitas. -Dice que le llega un dedo. La tía se escandalizó. -¡¿Qué dijo qué?! -Olvídalo. Cambiaron de tema, pero Javier se quedó con ganas de echarle un polvo que le quitase las ganas de hacerse un dedo, Bueno, Javier, yo y alguno más... Y quien dice un polvo dice media docena. Unos días más tarde, Javier, me convenció para que le escribiese una carta que la calentase. Yo accedí, con la condición de que si ella se prestaba al juego, yo miraría. Esto fue lo que escribí: De un admirador para la chica más bonita de la ciudad. Amada Abi, sueño contigo y no me canso de manchar las sábanas de mi cama. Folló con mi mujer y estoy imaginando que follo contigo... Eres mi sueño erótico. Eres la dueña de mis suspiros... Una noche te voy a esperar, te voy a dormir, te voy a meter en una furgoneta y te voy a llevar a esa cabaña abandonada en el monte a la que solías ir a jugar con tu hermano. Allí te voy a atar a la cama, te voy a vendar los ojos y te voy a comer las tetas, el coño, el culo... Voy a recorrer cada rincón de tu cuerpo. Te vas a correr tantas veces conmigo que acabarás por desearme tanto cómo yo te deseo a ti. Abí leyó la carta en su habitación en compañía de su prima Rosa, una mujer recién casada que esa noche escapara de casa porque su marido llegara borracho y le quisiera ir a la cara. Las dos vestían pijamas de raso de color blanco con rayas verticales de color azul, le dijo Rosa a Abi: -¿Quién será tu admirador secreto? Abi cogió un bolígrafo en la mesita de noche, y apoyándo el papel en ella, iba a escribir las respuestas en la misma carta. -Un listillo. -¿Vas a ir al cuartel a denunciarlo? -No, me gustaría que me secuestrara y me hiciera esas cosas -Eres bien puta. -¿Tú no? -Vamos a dormir. Media hora más tarde, Rosa, pensando que Abí ya se había dormido, se puso boca arriba, metió la mano derecha dentro de las bragas y comenzó a hacerse un dedo. Al rato, acalorada, se quitó la sábana de encima, se bajó el pantalón del pijama y las bragas y siguió tocándose. Se puso tan cachonda que desabotonó la chaqueta del pijama y al tener sus grandes tetas al aire se las magreó. Abí estaba despierta oyendo los dedos de su prima entrar y salir del coño. Tenía una mano de canto tocando su coño. Sus piernas estaban cerradas. Apretaba el culo y las piernas sin hacer ninguna clase de ruido. Abi tenía que follarse el coño con sus dedos o reventaba.. Encendió la luz, y vio semi desnuda a su prima. Rosa, le dijo: -Yo también soy muy puta. Abí le comió la boca, luego, contempló las grandes tetas de su prima con areolas casi negras y pezones grandes y erectos, y no se pudo resistir. Mientras se tocaba le lamió un pezón, chupó la teta derecha, después hizo lo mismo con la izquierda... Poco más tarde, Rosa, ya estaba perra perdida. Cogió a Abi por los pelos y le llevó la cabeza a su coño, Abi le metió la lengua en él... En nada, Rosa, moviendo la pelvis, soltó un chorro de jugos que le dejó la cara perdida a su prima.. Rosa, al acabar, cómo si fuera una perra, le lamió la corrida de la cara a la Mudita, luego le comió la boca, las tetas... Cuando su lengua lamió el coño de su prima, Abi, con el morbo que sintió, sin necesitar más que una lamida, se corrió sacudiéndose cómo si le estuvieran dando una descarga eléctrica. Rosa lamió sus jugos blancos como la leche, jugos con sabor agridulce. Abi, desde ese día, se daba un paseo por la noche por calles poco transitadas. Al cuarto día sintió un auto parar detrás de ella. La Mudita se detuvo y se agachó para subir un calcetín. Javier no la durmió, solo le vendó los ojos. Ni un momento giró la cabeza Abi par ver quien la secuestraba. Unos veinte minutos más tarde, Javier, la cogía en brazos en la furgoneta... Poco después la echaba sobre una cama. Sonando música de Amaral en su teléfono móvil le ató las muñecas a los barrotes. Le levantó la camiseta y le quitó los pantalones y las bragas. Se echó a lo largo de la cama y metió su cabeza entre sus piernas. Estirando los brazos le acarició las tetas... Metió su coño en la boca, y la lengua dentro de él. Abi, con las rodillas flexionadas, comenzó a gruñir. Javier acariciaba sus tetas y cada vez que apretaba sus pezones le daba un pequeño mordisquito en el clítoris, después volvía a lamer todo el coño y regresaba al clítoris para lamerlo de abajo arriba, hacia los lados y alrededor. A los diez o quince minutos, Abí, empapada y con su coño latiendo, echó la cabeza hacia atrás, arqueó su cuerpo, y se corrió en la boca de Javier gruñiendo cómo un cerda. Yo, sentado en una silla, con la polla fuera, me hacía una paja. Javier se desnudó. Estaba empalmado, pero aún no era su hora. Cogió en la cómoda un enchufe anal, un vibrador grande, un huevo vibrador, y aceite con olor a avellanas. Le echó aceite al enchufe anal y se lo metió en el ano despacito, muy despacito, luego le metió el vibrador en el coño y con el huevo acariciando el capuchón del clítoris, el otro vibrador follando su coño y el enchufe dentro de su culo, le mamó las tetas. Poco después, Abí, encendida, abrió las piernas de par en par. Sus pezones ya estaban duros como piedras y su coño estaba encharcado... Se retorcía, gruñía, mordía el labio inferior y quería romper las cintas con las que estaba atada. Me calenté tanto que fui a su lado y le puse la polla en los labios, Abi, apartó la cabeza. Seguí meneándola. Javier notó que el lado derecho de su capuchón era su lado débil, pasando el huevo por él y dándole más potencia al vibrador vaginal se lo metió y sacó hasta que Abi, arqueándose, gruñendo y temblando de nuevo, se volvió a correr con una fuerza brutal. Al acabar de correrse la soltó, le quitó el enchufe anal, el vibrador y la camiseta, la puso en sus rodillas y la nalgueó. Luego la echó sobre la cama y quiso besarla, Abi, en un acto de rebeldía, le hizo la cobra. Al no poder besarla, le lamió chupó y mamó las tetas. Luego quiso besarla de nuevo y Abi volvió a apartar su boca. Bajó y le volvió a comer el coño. Cuando ya gruñía de nuevo le metió la polla en su coño peludo. Entró con suavidad. Unos minutos más tarde, Javier, sintió que se iba a correr. Salió de la cama y con la cabeza me indicó que la follara. Apoyé las manos en la cama y comencé a meter y a sacar. Abí, pasado un tiempo, me echó los brazos al cuello, me atrajo hacia ella y me comió la boca. Después de un largo mete y saca, puse a Abi encima de mí. La Mudita me cabalgó y buscó el orgasmo. No tardó en llegar. Al correrse sentí cómo sus jugos me mojaban los pantalones. Su coño apretaba y soltaba mi polla. A duras penas aguanté, pero lo hice. Al rato Abí estaba de lado, su tío, le daba caña. Al tener las piernas cerrada la polla le entraba más apretada. Le levantó una pierna y la polla ya entró con holgura. Abi giró la cabeza, le echó la mano a la nuca y lo besó mientras la polla entraba y salía de su coño. Poco después se apartó, le cogió la polla y le hizo una deliciosa mamada. Yo la meneaba viendo cómo a Abi le caían las babas de la boca mientras mamaba. Me olí los sobacos. El desodorante me había abandonado, supuse que también abandonara a Javier... En ese momento caí en la cuenta de que nuestros olores corporales eran diferentes. Abí sabía que la estábamos follando dos hombres. Me acerqué a la cama, Javier me dijo con gestos que me alejara, no lo hice, le puse la polla en los labios, la cogió y lamió las dos pollas, luego las mamó por separado, y las meneó con ganas atrasadas. Al dejar de mamar, lo que hizo Javier fue ponerla a cuatro patas, le comió el culo, y después le folló el coño y le magreó las tetas hasta que sintió que Abi se iba a correr. En ese momento, sacó la polla del coño, y engrasadita, se la metió en el culo. Abi se quejó... Javier le folló el culo hasta que los quejidos dieron paso a los gruñidos de placer... Luego, Javier, se echó sobre la cama con Abí encima de él dándole la espalda. La Mudita abrió las piernas. Esperaba la otra polla. No la hice esperar mucho. Me desnudé y se la metí. La follamos con mucho cuidado. Cuando una polla entraba la otra salía... Y entrando y saliendo se corrió dos veces más. La ultima cuando Javier le llenó el culo de leche. Yo me corrí sobre sus tetas. Dos horas más tarde, cuando ya no podíamos dar más, dejamos de follar. La Mudita nos había dejado secos. La dejamos cerca de su casa. Cuando se quitó la venda de los ojos no giró la cabeza para nada. ¿Lo repetiríamos? ¿Tú que crees? Quique. ([email protected])

Autor: Quique Categoría: Incesto

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Mi hermana y yo

2019-09-02


Estábamos de vacaciones en la playa, nuestra casa quedaba en una playa muy larga y desierta. Una mañana caminamos y pasamos junto a un hombre negro enorme, sentí miedo de que nos atacara, pero solo nos miró. En ese entonces yo tenía 16 años y mi hermana 18. Al volver el hombre nos dijo: Con dos nenas como ustedes, podría tirar por hora. Me molesté y le dije: Mira negro marico, yo soy un hombre. El rió y dijo, tus lindas nalgas dicen lo contrario. Mi hermana se acercó a él y le pidió que no fuera grosero, entonces el negro tomó a mi hermana por el brazo y la haló hacia el y le dió un beso largo en la boca. Para mi sorpresa mi hermana se pegó a él. No sabía que hacer, entonces la soltó. Nadia quedó como embelezada mirando al tipo, al cual se le notaba un enorme pene erecto, el le pregunto: Mi diosa, has tirado con un negro? Nadia le contestó que no, entonces él le dijo que tenía que probarlo. Nadia se acercó nuevamente a él coqueteandole y lo besó con deseo. El negro agarró con sus manos las bellas y níveas nalgas de mi hermana y se besaron con lujuria. Nadia se arrodillo ante él, descubrió su pene y lo acarició con su boca. Me acerqué a ver y el hombre me haló y me besó a la fuerza por un rato, a pesar que trataba de oponerme. Al sentir que metía la mano bajo mi traje de baño, traté de gritar y zafarme, pero Nadia lo ayudo a bajar mi traje de baño y me lubricó con su boca, y el hombre introdujo uno de sus dedos en mi ano. Traté de gritar, me dolía y me sentía humillado, pero el continuó varios minutos, hasta que eyaculó en la boca de mi hermana. Nos invitó a ir a su casa y Nadia le dijo que nos esperaban, pero tal vez podíamos vernos en la mañana. Esa tarde estuve muy molesto y me sentía humillado, por lo que me fui a dormir temprano. En la noche, fui despertado por mi hermana, quien entró a mi cuarto y se desnudó completamente, luego empezó a satisfacerme oralmente, y después se montó sobre mi, introdujo mi pene erecto en su vagina, y cabalgó al infinito. Nunca había tenido sexo con nadie, y mi bella hermana parecía una diosa fuera de si, en un frénesí sexual. Al acabar ella también tuvo un orgasmo y me abrazó y besó con deseo. Esa noche Nadia y yo hicimos el amor hasta quedar agotados. Mi hermana estimuló mi ano con su boca y lengua, y me volvió loco de deseo, por lo que la dejé introducir 3 de sus dedos en mi ano. Ella me decía, Mattias, ser cogido por la cola es lo más rico del mundo, no te resistas a lo que tu deseo te pide, eso no es ser gay, tirar con un negro es rendirle tributo a su superioridad sexual. Al encontrarnos con el negro al día siguiente, sentí miedo, pero Nadia me calmó. El hombre nos esperaba totalmente desnudo sobre una toalla inmensa. Al llegar besó a mi hermana y empezó a morbosearsela. La tocaba como quería y por donde quería y mi hermana solo gemía de placer, entonces el negro se montó sobre ella, quien ya había tenido tres orgasmos, y la penetró virilmente. Mi hermana tuvo un cuarto orgasmo al sentirse llena, y dos más mientras tiraban. Parecía una puta de una película porno, gritando y moviendose en una entrega absoluta. Al acabar se besaron con lujuria y deseo. El negro salió de ella y me tomó de la mano y me llevó al agua y me dijo: Limpiamelo bien. No quería, pero mi sensual hermana me convenció. Ese día fui penetrado por aquel desconocido, quien me trató muy tierna y sensualmente, diciendome que le gustaba mucho. Por tres semanas estuvimos encontrandonos con aquel hombre, quen me decía que me amaba y me trataba como a una mujer. Al volver a la ciudad continuamos en contacto y mi hermana me llevaba a nuestra casa de playa cada fin de semana. Luego de 6 meses, tomamos unas largas vacaciones, nuestros padres viajaron por más de un mes, y aquel hombre se apoderó de nosotros. El primer día que llegamos mi hermana estaba en su período de fecundidad, y no tomaba pildoras desde hacía tres meses. Yonny me obligó a tirar con mi hermana por toda una semana sin protección, y el no la tocó en ese tiempo. Tres semanas después mi hermana dió positivo en una prueba de embarazo, entonces Yonny empezó a recuperar el tiempo sin hacerle el amor, e invitó a varios amigos,todos negros, para que se la cogieran, pero no dejo que ninguno me tocara. Me decía, tu eres solo mío. Yonny empezó a hacerme usar ropa intima y sensual de mujer, y me convirtió en su hembra, haciendome pintar las uñas de pies y manos, depilar todo mi cuerpo, y comportarme como mujer. Mi hermana dió a luz a nuestro hijo y Yonny me dijo: Ya diste descendencia, pronto podré castrarte, hoy día tomo megadosis de hormonas femeninas, mi cuerpo se ha afeminado mucho, y Yonny me ayudó a salir del Closet. Mi hermana tira con unos 8 negros diferentes y no repite con ninguno ningún día de semana.

Autor: Anónimo Categoría: Incesto

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La sobrina de mi esposa

2019-09-02


Mi esposa tiene una sobrina de 14 años que se esta empezando a desarollar y poner muy buena es flaquita de cintura de avispa unos pechitos parados pequeños y un culito a pretadito y parado es muy coqueta y le gusta vestir bien con vestidos tallados short cortos blusas que se le mire el ombligo y asi. Una vez como aveces pasa se quedo a dormir en nuestra casa con mi hija yo me levante de madrugada a ducharme para ir a trabajar como era temprano y todos dormia sali de la ducha desnudo y en el pasillo me la tope venia de la cocina se levanto por agua nos miramos y quedamos sin palabras ella miraba mi pene que por el frio de la madrugada estaba semi erecto yo me fui y no dije nada. Como a la semana del chat de watsap de la familia tome su numero y le made un privado y le dije que disculpara y yo no sabia que andaba hay y que no le dijera a nadie ella me dijo que tranquilo que no le iba a decir a nadie y que mas bien le gusto que nunca habia visto un pene en persona a lo cual me raje y le dije que cuando quiciera se lo enseñaba de nuevo. como a los 15 dias estaba llegando del trabajo cunado entre estaba hay ya que se iba quedar en la casa me sonrio y me saludo de beso como siempre. En la madrugada no aguante me levante sin hacer ruido y fui al cuarto de mi hija donde estaban dormidas corri la sabana ella dormia a la orilla boca abajo con una pijama rosada media levantada que dejaba ver su calzoncito blanco me hacerque y se lo oli mmmm me exito de un solo su olor y con cuidado le empeze a tocar el borde em eso se desperto. -Tio que haces me despertaste tengo el sueño muy devil -Mi chiquita diaculpa pero me tenes templado y tenia que verte -Pero no se puede despertar alguien y nos ve -No no nos ven vamos a la sala no hagas ruido ven con migo En la sala le levante la pijama y la comemce a mamar sus pechitos y morder sus pezones ella se retorsia mientras le tocaba la panocha por encima de su calzon. Luego me saque la pinga y me la sobo un rato la tome por el cabello y la arrodille a que me la mamara lo cual lo hacia torpemente ya que era la primera vez. Luego la levante y acoste en el sofa abri las piernas y comence a mamar su panochita sin pelitos y toda carnosa y suave a la vez que le tapaba la boca porque gemia como puta ya muy exitado me levante y la puse de nuevo a mamar y le descargue toda la leche en la boca trato de bomitar pero al final le gusto porque se la tomo. Después les cuento cuando la penetre.

Autor: llangeto Categoría: Incesto

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El beso

2019-09-02


Los besos son deliciosos y también, adictivos. Cuando das uno, quedas enganchado de manera irremediable y no quieres parar. Eso es lo que le pasó a Hector y a su hermana. —Hermanito, ¿me enseñas a dar besos? Héctor se encontraba sentado en el sofá del comedor, leyendo tranquilamente una novela, cuando su hermana pequeña Laura le vino con esa inesperada cuestión. La miró sin saber exactamente que decirle, pero tenerla ahí delante, expectante de que respondiera, le hizo ver que no le quedaba más remedio que hablar. —¿Co…como que a besar? —preguntó el muchacho confuso. La chica se rio ante las dudas de su hermano. Él la contempló, tan bonita como estaba con su largo pelo rubio ondulado y esa mirada de ojos marrones tan juguetona. Se la veía pletórica. —Es que, algún día yo tendré un novio y tengo miedo de decepcionarle —se explicó—. Por eso, he pensado que igual tú podrías enseñarme como besar bien. —Ya, pero soy tu hermano —puntualizó Héctor. —Claro, por eso te lo pido. —Laura no se veía alterada por ese contratiempo. Más bien, al contrario, parecía darle mayor legitimidad— Quien mejor para enseñarme que la persona a la que más quiero y en quien más confío: mi gran hermanito. Héctor se empezó a poner nervioso. Miraba a su hermana y podía apreciar su deliciosa anatomía a través de la ropa que llevaba. Una mera camisa blanca y una corta falda rosa mostraban un cuerpo delgado, pero esbelto de marcadas curvas femeninas. Sus senos se adivinaban pequeños, aunque bonitos, y sus piernas se atisbaban largas y blancas. El chico casi suspiró de emoción al ver la increíble mujer en la que se había convertido Laura y sin ni siquiera darse cuenta. —Venga porfa, —le pidió ella— solo un piquito. No sabía qué hacer. Aquello que le solicitaba era algo malo y prohibido, pero ver sus ojitos marrones tan llenos de inocencia y amparo le podía. Al final, no tuvo más remedio que ceder. —Vale, pero solo uno. Laura aplaudió llena de alegría, pero su hermano se moría de miedo por dentro. Esperaba que esto no se complicase. Ella se sentó a su lado y quedaron frente a frente. Al principio, las reticencias eran más que evidentes. Héctor no podía concebir que fuera a besar a su hermana de un modo tan indebido como era en la boca. No estaba bien, pero la muchacha lo miraba de una manera tan adorable y deseosa que no podía resistirse. Vio como ella cerraba sus ojitos y acercaba su rostro. El chico se resistió, pero, al final, tras respirar un poco para calmarse, cerró también los suyos y se acercó, listo para dar el beso. Muy pronto, tanto Laura como Héctor no tardaron en sentir el cálido contacto de sus bocas. Él se percató de los finos labios de la chica, los cuales se pegaron a los suyos, notando lo suaves que eran. Ella también notó los de su hermano y una rápida corriente se extendió por todo su cuerpo. Era el primer beso que daba y le estaba resultando emocionante. Se movieron y él se pegó un poco más, ejerciendo algo de presión. Tras un pequeño rato así, decidieron despegarse y se miraron. Tanto Héctor como Laura no sabían que decirse. Estaban avergonzados por lo ocurrido, aunque la chica se notaba entusiasmada con el beso y parecía tener ganas de más. Eso no tranquilizaba a su hermano. —Y bien, ¿qué te ha parecido? —preguntó el chico, con esperanza de haberla contentado. —Ha estado bien, pero no sé. —La muchacha se quedó pensativa por un instante— No me ha parecido suficiente. ¿Nos damos otro? Que le hiciese esa pregunta era lo que menos deseaba. Ella seguía sonriente, pero él estaba paralizado. No tenía ni idea de que hacer. —¿Otro más? —dijo estupefacto—. Pero, ¿es que no tienes bastante con el que te he dado? La chica se mostró algo contrariada con las palabras de su hermano. —Eso no ha sido más que un piquito —se quejó Laura—. Quiero uno de verdad, de los que son con lengua. Démonos otro, por favor. Resopló intranquilo. Estaba claro que no había manera de contentarla. Tendría que ceder otra vez, aunque sabía que entraba en terreno peligroso. Debería de pararlo, pero aguantar a su hermana enfadada no era algo por lo que estaba dispuesto. —Está bien— habló Héctor algo desanimado. Volvieron a acercarse. Esta vez, decidió no cerrar sus ojos y contemplarlo todo. Así, fue como vio a Laura aproximarse, marcando sus labios como si quisiera indicarle donde besarla. Eso le divirtió un poco. Decidido, el chico la besó y, esta vez, se mantuvo más rato pegado a ella. De esa forma, se dieron un beso prolongado, lento y más intenso. Laura murmuró, como si le estuviera gustando, y Héctor trató de abrir sus labios con la lengua, pero no vio que ella cediese. De momento. Estuvieron así un poco más, hasta que se despegaron. Se devolvieron la mirada, notándose más calientes y avivados que nunca. Jadeantes y llenos de un emergente deseo que ninguno esperaba que surgiese, volvieron a besarse. Porque ese es el problema de los besos, pueden ser muy adictivos. Te das uno, pero al instante quieres otro y, para cuando te das cuenta, ya estás enganchado. Y eso es lo que les había pasado a ambos. Ahora, eran adictos de tan deliciosa droga. Se besaban salvajemente. Laura no tenía mucha experiencia, pero le ponía empeño y se dejaba guiar por su hermano. Sus bocas estaban abiertas y las lenguas se enrollaban la una con la otra, dejando pasar saliva y lamiéndose sin cesar. Ambos respiraban acelerados y gemían. Héctor notaba un gran ardor en su interior y como su polla se empalmaba. Laura se sentía en el cielo y con su entrepierna húmeda. El muchacho abrazó a su hermana, atrayéndola y, muy pronto, aquellas manos no se quedaron quietas. Se colaron por debajo de la falda y acariciaron las suaves y torneadas piernas de la chica. Recorrieron sus prietos muslos y acabaron aferrando las redondeadas nalgas. Laura se estremeció al sentirse toqueteada, pero no le importaba. Ella también se lanzó, metiendo sus manos por dentro de la camiseta de su hermano, palpando su pecho. La situación se descontrolaba, pero a ninguno parecía importarles. De forma repentina, Laura le quitó la camiseta a su hermano y él comenzó a desabotonar su camisa. Esta tampoco tardó en ser quitada y, a continuación, Héctor desabrochó los botones de la falda, deslizándola por las piernas de la chica. Volvió a besarla y muy pronto, dejó su boca para empezar a besar a su hermana por todo el cuerpo. Los labios del muchacho recorrían cada centímetro de la fina piel, haciendo a Laura gemir con cada beso o lamida que recibía. Descendiendo por su cuello, Héctor se topó con los pechos medianos de su hermana, sin sujetador, y con sus pezones rosados bien duros a causa de la excitación. Comenzó a besarlos y no tardó en coger uno de aquellos duros pitones con su boca, succionándolo y, hasta incluso, mordisqueándolo. Laura no dejaba de gemir ante esto y su hermano pasaba de uno a otro, haciendo que la chica gozase como nunca antes en su vida. La colocó acostada bocarriba sobre el sofá para así contemplarla mejor. Su piel clara le daba un toque elegante y delicado. Con su mano, acarició una de sus piernas y cuando llegó a la pelvis, se estremeció. —Eres preciosa —dijo extasiado Héctor. La besó y, acto seguido, le quitó sus braguitas, única prenda que aun portaba. Le abrió las piernas y, tras mirarla, observando la expectación que generaba en ella, decidió ir a por su coño. Tenía una bonita mata de pelo rubio cubriendo su pubis. No dudó en besarlo, notando su suavidad mientras se impregnaba con el fuerte olor vaginal. Tras esto, deslizó su lengua por los rosados labios del sexo de su hermana, causándole un fuerte orgasmo que se reprodujo como una fuerte sacudida en ella, haciendo que se corriese. Todo su cuerpo temblaba al tiempo que emitía un fuerte grito. Se trataba de la primera corrida de Laura proporcionada por otra persona. Su hermano, nada menos. Cuando vio que ya estaba más calmada, comenzó a comerle su coñito con tranquilidad. Abrió con sus dedos los labios mayores y lamió todo el interior rosado. Laura se retorció del placer que su hermano le daba. Héctor metió su lengua dentro del conducto vaginal, notando la estrechez de su hermana. Sabía que era virgen, pero comprobarlo con su propia lengua, le encantó. Salió del ajustado agujero y fue por el clítoris. Ese fue el toque mortal, pues sintió como todo el cuerpo de Laura se convulsionaba. La chica fue atravesada por un intenso placer como nunca antes pudo imaginarse y sintió las fuertes contracciones de su vagina, expulsando fluidos que empaparon el rostro de su hermano. Tras finalizar, este se incorporó y le dio un dulce beso, pudiendo así degustar el exquisito sabor de su sexo. —Te quiero —susurró la chica mientras despegaban sus labios. —Yo también —respondió él. Sin más premura, Héctor se bajó sus pantalones y calzoncillos, dejando al descubierto su miembro duro y erecto. Laura se quedó boquiabierta al contemplar el enhiesto pene de su hermano. Era vigoroso, ancho, con su tronco surcado por marcadas venas y con el glande amoratado, brillante por el líquido pre seminal que se escapaba por la punta. Sin dudarlo, la chica se abrió, ansiosa de que su hermano la penetrase. Iba a ser su primera vez y no había con quien más desease hacerlo que con él. Héctor estaba impactado ante el comportamiento de su hermana. Se ofrecía sin ningún remordimiento. En esos instantes, volvió a recordar que eran familia y que lo que hacían estaba mal. Se retuvo un poco, pero se dijo que a estas alturas no había marcha atrás. Se tumbó sobre ella y dirigió la punta de su polla hasta la húmeda entrada. Una vez situada, comenzó a empujar, adentrándose en ella. Laura gimió algo fuerte al sentir el duro miembro penetrando en ella. Notaba su dureza y como la abría. Viendo esto, Héctor dejó de empujar para dejar que la chica se acostumbrase un poco a aquella presión, pero no tardó en volver a la acción. La polla siguió su inexorable camino a través de aquel apretado coño hasta que, finalmente, quedó enterrada por completo en ella. Para la muchacha era increíble que semejante miembro estuviera en su interior y pese al dolor inicial que percibió, ahora se sentía de maravilla. Notó la mirada de su hermano, quien acarició su rostro con delicadeza. Le sonrió. —¿Te encuentras bien? Ella asintió por respuesta. Héctor la besó en la boca, incapaz de poder creer que fuera a follarse a su hermana, aunque lo iba a hacer. Tras esto, inició el movimiento. Mecía sus caderas, iniciando un movimiento de mete y saca lento, pero intenso, que hacía estremecer a la chica. Laura suspiraba cada vez que el duro miembro se clavaba en su interior. Notaba el poderoso movimiento de aquella ardiente barra recorriendo su húmedo conducto. Ya no le dolía, sino que le proporcionaba un gran placer. Incapaz de contenerse, comenzó a gritar, dejando escapar todo el deseo y ansias que la carcomían. —Oh, ¡sí! ¡Héctor, no pares! —gritaba presa del éxtasis que la devoraba. Y así fue, como con unas cuantas embestidas, la chica tuvo su orgasmo. El primero que tenía con un hombre, su propio hermano. El chico pudo sentir como su cuerpo temblaba y como las fuertes contracciones de su coñito envolvían la polla. Aquello solo añadía más placer y deseo en Héctor, deseo que le llevaba al irrevocable destino de venirse. No obstante, un leve conato de arrepentimiento le sobrevino y se detuvo por un instante. Laura, aun recuperándose de su orgasmo, se percató. —¿Qué ocurre? —preguntó al notar la expresión de incertidumbre en su hermano. —No puedo seguir —dijo lleno de dudas—. Esto no está bien Laura. Quiso apartarse, pero Laura se lo impidió enrollando su cintura con sus largas piernas. El chico se contrajo un poco mientras se notaba aprisionado por ese fuerte abrazo. —Cariño, ¡mira hasta donde hemos llegado! —exclamó ella—. Acabemos esto. La miró a los ojos y supo que así era. Sin dudarlo, la besó en la boca y reinició su acometida. Los fuertes gemidos y los profundos gruñidos se entremezclaron en aquel solitario salón mientras los dos amantes se retorcían envueltos por el intenso placer y la acalorada lujuria que les incitaba a continuar con el sacrílego acto. Se besaban con ansia, devorándose el uno al otro, lamiendo e incluso mordiendo sus pieles. Laura lo abrazó con fuerza, clavando sus uñas en la espalda, y Héctor pudo notar como las tetitas de su hermana se aplastaban contra su pecho. Empapados de sudor, los dos se preparaban para llegar al final de aquel intenso encuentro. —Laura, me corro —informó Héctor a su hermana. —¡Yo también! —añadió ella entre sonoros aullidos. El estallido se produjo como la violenta explosión de una supernova. Ambos se tensaron al tiempo que el placer más increíble los devoraba. Él sintió los duros espasmos de su polla mientras se corría. Ella degustó cada riada de ardiente semen en su interior, al tiempo que su coñito se contraía, como si pretendiera beberse el pegajoso líquido. Para cuando todo terminó, ambos quedaron rendidos. Poco a poco, se recuperaron y, para cuando sus ojos se encontraron, no pudieron sentirse más felices. Habían cometido el acto más depravado y pecaminoso que pudiera existir pero eso ya no les importaba. Lo único que querían era estar el uno al lado del otro y, para ello, se dieron un beso. Uno, que como el primero, sellaba aquel pacto que ya no se rompería jamás.

Autor: LordTyrannus Categoría: Incesto

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Sofía es real

2019-09-01


Mientras Pedro sigue estirando su cuerpo todavía sobre su cama, Eva lo mira con envidia y ternura antes de entrar a la ducha. Sintiendo el sonido del agua cayendo en la bañera, Pedro coge su móvil y mensaje a un contacto llamado "Venta Wallapop" un "Todo OK, puedes venir a la hora de siempre". Acto seguido, sabiendo que no va a recibir respuesta, borra el mensaje y el chat de WhatsApp. Sigue haciendo la pereza, restregando su pijama sobre la almohada. Eva está ya vestida, maquillada y acabando de colocar sus gafas de sol en el bolso, lista para dar comienzo a otro aburrido lunes laboral. Ya despidiéndose, Eva dice: "Qué envidia me das cariño. Disfruta y duerme un poco más, que a la tarde serás tú quién esté currando mientras yo estaré tumbadita en el sofá". Pedro, incorporándose, calza sus zapatillas de estar por casa, le da un beso y la acompaña a la puerta, despidiéndola: "Te quiero cariño, nos vemos a la noche". La puerta se cierra, y con ese golpe seco es con el que Pedro da inicio a su perversión. Pedro mira el reloj, ve que son las diez menos veinticinco. "Tengo tiempo", se dice. Desayuna, se pega una ducha rápida y se queda en bóxers. Mientras seca las últimas gotas de agua en su torso, suena el timbre. Valeria vuelve a ser puntual. Pedro deja varios billetes encima de la mesita del recibidor, abre ligeramente la puerta y al ver que no hay nadie más que Valeria, la abre de par en par. Llama a sus ojos la corta falda marrón que lleva Valeria, dejando descubiertos parte de sus muslos de color blanco pálido. La combina con una camisa de seda cuyo primer botón está ya desabrochado, dejando entrever unos pechos generosos. Sin decirse nada, entra rápidamente Valeria y cierra Pedro la puerta acto seguido, recogiéndola entre los brazos y apoyándola sobre la misma puerta una vez está completamente cerrada. Ahí viene un prolongado beso de bienvenida, seguido de un lametón en el cuello de Valeria, que disimuladamente estira la mano y coge los billetes, dejándolos en su bolsillo. "En el lugar de siempre", le dice a Pedro riéndose al oído, aprovechando para mordérselo ligeramente. Ambos entran dentro. Pedro lleva de la mano a Valeria a su habitación. "¿No está ella no?", dice irónicamente Valeria mientras sonríe. Pedro la lanza picarescamente sobre la cama, y mientras Valeria desabrocha el resto de botones de su camisa, Pedro gira un cuadro en el que aparece una foto de viaje de luna de miel con Eva, cierra los ojos, respira y empieza a notar como crece su erección. Valeria, ya en sostén, lo mira mientras empieza a bajar su falda. "Hoy llevas tanguita y suje de color rojo, cómo me pone eso", le dice Pedro. "A Sofía le gusta ese color, ¿cierto?", pregunta Valeria. "Sí, es su favorito, y le sienta genial", responde Pedro. "Entonces... ¿entiendo que me recojo el pelo en un moño y ya hago de Sofía no?", dice Valeria. "Efectivamente, me encanta cuando Sofía va con moño, se lo pone al salir de la oficina y lo lleva en el gimnasio", responde Pedro. "La imagino con los leggings bien ajustados", apostilla Valeria. Pedro se posa encima de Valeria, y empieza a besarla mientras con sus manos empieza a mover uno de sus pechos. "Te noto el pezón durito Sofi, y espera...", mientras con la otra mano aparta ligeramente el tanguita y roza su dedo índice contra los labios vaginales de Valeria. "... Y también estas mojadita Sofi, ¿quieres que el tete te ayude a bajar el calentón?". Valeria sonríe, coge el dedo índice de Pedro y lo acaba de meter del todo en su coño, lo tuerce y coge su dedo pulgar posándolo en su clítoris. "Soy toda tuya hermanito, hazme gemir como una perra", responde Valeria. Pedro empieza a mover los dedos cada vez más fuerte y rápido, mientras clava la lengua en la boca de Valeria. Nota sus pechos contra su torso, le encanta como el movimiento hace que los pezones de Valeria le vayan rozando. Pedro lleva la entrepierna de Valeria a su boca, y empieza a recorrer con su lengua sus labios vaginales, buscando estimular con la punta de la lengua su clítoris. Al poco Valeria empieza a gemir cada vez más y más fuerte, Pedro conoce su cuerpo y sus tiempos perfectamente "Oh sí hermanito sí, qué bien me sienta que me comas el coño joder, sigue hermanito si", chilla muy fuerte Valeria (sabiendo que Pedro no tiene vecinos pared contra pared al vivir en una casa). Pedro sigue comiendo con más ímpetu, los gemidos de Valeria no cesan, hasta que Pedro tiene una erección tan fuerte que siente con ímpetu las ganas de penetrar a Valeria pensando con todas sus fuerzas en el coño de Sofía. Le da una palmada Pedro en el culo a Valeria, y le dice: "venga Sofi, que el hermanito te va a poner de perrito un rato". Valeria se incorpora, se pone a cuatro patas encima de la cama, y pone su trasero en pompa mientras mira a Pedro y le dice, presa de la lujuria: "fóllate a tu hermanita puta hasta que me quede afónica". Le encanta saciar la fantasía de Pedro, que ya se está acabando de poner el condón y acercando su miembro a su coño. Por lo rápido e intenso que cabalga Pedro, Valeria sabe que Pedro se va a correr en breves. Pedro respira profundo mientras nota el calor del coño de Valeria, posa sus manos en su cintura y hace fuerza con su cuerpo contra el de Valeria. Las piernas de Valeria están temblando del placer, mientras le suplica a Pedro: "Sofi quiere tu lechita, Sofi necesita tu lechita, dale a tu hermana lo que se merece". Lo repite una y otra vez, mientras Pedro nota ya como su semen sale disparado, y su orgasmo culmina con un abrazo prolongado de espaldas, y un silencio en el que los suspiros de placer se van pausando. "Ya puedes volver a ser Valeria", le dice. Coge una toalla y se van ambos a la ducha. En la ducha, mientras se deshacía el moño, Valeria hablaba con Pedro: "Sinceramente cuando empezamos con ésto me pareció una de las peticiones de mis clientes más extrañas, pero te juro que has conseguido que me caliente hasta extremos en los que disfruto de ésto por encima del dinero". Pedro la acaricia cómplice, mientras Valeria prosigue: "¿Te puedo preguntar si has pensado alguna vez en follártela de verdad, o todo ésto es fantasía sin conexión con la realidad? Es más, ¿Sofía existe?". Pedro la sigue acariciando, mientras Valeria insiste: "Sé que ésto está fuera del servicio, pero me encantaría saber más de como llevas ésto a nivel personal, y cuánto de real hay en ésta fantasía. Sé que no es la primera vez que te lo pregunto, pero espero que no te moleste si lo hago de nuevo". Valeria sale de la ducha, se seca con la toalla y empieza a vestirse. Mientras se despiden de nuevo en el recibidor, Valeria ve como hay un nuevo billete en la mesita. "Gracias, imagino que hoy lo he hecho especialmente bien", dice. Pedro, que todavía estaba en ropa interior, le confesó: "Me gustado tanto que te voy a decir algo. No sólo existe, sino que trabaja conmigo... la ayudé a entrar en mi empresa después de las prácticas universitarias. Y sinceramente, ni yo mismo sé que tanto de real o ficticio hay en mis deseos, solo sé que un día la miré como mujer en vez de como familiar y sabiendo lo buena que está, mi imaginación hizo el resto... y quise experimentar la fantasía de follármela. Tú te pareces a ella de hecho. Pensé que una infidelidad a Eva con ésta fantasía me quitaría el gusanillo y seguiría con mi vida normal y corriente sin ningún deseo extravagante, pero la cosa ha ido a más y ahora no sé ni lo que quiero". Valeria, tremendamente excitada, y pausada en su voz, le dijo bajito a su oreja: "Te la quieres follar, y lo sabes. No te engañes. Me has puesto perrísima con ésto que me has dicho". Valeria retrocedió, se posó sobre el sofá del salón y metió sus manos bajo la falda, empezándo a hacerse unos dedos con los que no tardó ni dos minutos en correrse. Pedro estaba hipnotizado viendo el gozo de Valeria con su fantasía sexual, pero incluso más allá, viendo a Valeria gozando en que su fantasía se convirtiera en realidad. Mientras se despedían, después de un beso en los labios, Valeria le dijo: "Déjame llevarte a que hagas ésto realidad". Pedro respondió: "Valeria, no hay nada que puedas hacer entre Sofi y yo. Es algo imposible, inmoral y mejor dejarlo así". A lo que Valeria apuntó: "Tengo alguna idea para que algo puedas hacer. Confía en mí, simplemente dime a qué gimnasio va Sofi después de la oficina". A la cara de circunstancias y el silencio de Pedro, añadió: "No la cagaré ni te comprometeré, pero se te ha escapado antes con lo del moño que va a un gimnasio, dime un nombre, nada más". Valeria hacía el gesto de estar pensativa mientras decía: "Parecida a mí, con moño, con quizás con leggins y probablemente con la cinta del sostén roja. ¿Sabes? Me he quedado con ganas de más deporte hoy. ¿Sabes de algún gimnasio por la zona, o vengo más tarde y se lo pregunto a Eva?", añadió mientras rozaba su cuerpo contra el de Pedro, como una serpiente enroscando su cuerpo contra la presa. "Acabó de comer hace un rato. Ahora me toca a mí la parte dura del lunes, nos vemos luego cariño", decía Pedro mientras colgaba el teléfono y entraba por la puerta de la oficina. No podía quitarse de la cabeza aquello acontecido, y cuánto se le había ido de las manos la curiosidad por experimentar con una fantasía que, como a veces sucede en teatro, había hecho el papel se comiera al actor. Tres mesas más hacia adelante Sofía le saludaba, mientras apuntaba de pie unas últimas notas de la faena que le quedaba pendiente para el siguiente día. En esa postura se adivinaba el color rojo de su sostén. "Nos vemos mañana", le dijo mientras ya ataviada con la mochila del gimnasio abandonaba ese lugar. De fondo, vio cómo Sofía empezaba a colocarse el moño.

Autor: Tentacion27 Categoría: Incesto

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