Vacaciones en el Campo

2019-08-16


Cuando mi madre me conto que iriamos de vacaciones a la casa de los abuelos y que alla estaban mis primas maternas le pedi si podriamos invitar a Alfredo mi primo paterno de 16 años, ya que iba a ser el unico hombre. Llegamos de madrugada a la casa de campo de mi abuelo, la cual no era muy grande y como todas era mujeres mis tias y mis primas dormian en la misma habitacion, una muy grande. Todas las primas salieron un pijama a saludar pero cuando vieron a Alfredo se devolvieron corriendo a la pieza, para mala fortuna de la Ale, esta se tropezo con su camisola haciendola caer estrepitosamente quedando su culo al aire, con Alfredo nos quedamos atonitos ante tan buen recibimiento. Despues de eso nos mandaron a dormir a una piezas que estaban fuera de la casa al final del sitio A la mañana siguiente les presente a mis primas a Alfredo, la Pao de 16 años bastante desarrollada y la mas alta de todas, la Ale tambien de 16 años con buen culo pero con pequeñas tetas, la Mary de 13 años y su cuerpo comenzando a desarrollarse, bueno y mi hermana Carmen de 16 años. Alfredo se adapto al grupo radipamente, durante el día jugabamos a mojarnos y en la noche saliamos a la plaza de la cuidad con amigos de la zona, asi pasaron los dias llenos de risa muy sana. Como era casa de campo no tenia baño solo un pozo septico al final del sitio el cual era muy grande, por lo cual las necesidades las haciamos en unos tarros en una pieza fuera de la casa que parecia un establo a muy mal traer y las duchas eran en ese mismo lugar un manguera y todos con traje de baño. Como al tercer dia me percato que cada vez que una de mis prima iba al baño Alfredo tambien se perdia, asi es que desidir seguirlo cuando la Ale la vemos que va al baño!!, como este era de madera habian muchas rendiduras donde se podia ver hacia adentro, en uno de ellos veo como Alfredo espiaba a la Ale cuando se bajaba los pantalones, cuando se ve descubierto me hace silencio y me invita a ver; yo con mis 13 años no habia visto aun una vagina por lo que cuando veo a la Ale limpieando se vagina desde de orinar me exito mucho y me pene se pone duro de inmediato. Asi desidimos espiar a todas mis primas cuando iba al baño y cuando se duchaban. En una oportunidad cuando la Ale se estaba bañando y Alfredo se me habia perdido, asumi que la estaba espiando por lo que me diriji a nuestro sector, para mi sopresa era Mary la que estaba espiando, cuando me ve me pide silencio , cuando me apegue al orificio pude ver que la Ale y Alfredo estaban desnudos besandose ella con la mano en su polla masturbandolo y refregandoselo en su vagina, él con la mano en el culaso de la Ale, despues le comenzo a chupar la tetitas, ella comenzo a bajar hasta tener la polla a la altura de su boca y comenzo a darle una mamada exquisita, yo no daba mas y me acariciaba mi polla sobre si short, mire de reojo a la Mary ella estaba en la misma acariciando su vagina sobre su calza, volvi a pegar mi ojo a la pared para espiar y ahora era el Alfredo que tenia a la Ale acostada en el suelo con las piernas abiertas y su cabeza entre ellas mientras la Ale se retorcia y gemia, luego se coloco encima y comenzo a meter la polla dentro, la cara de la Ale mostrarba el placer que estaba sintiendo, yo por mi parte no aguante mas, me baje el short cuando libere mi polla senti una mano sobre ella, mire era la Mary que tenia sus calzas abajo y todo su culito al aire, le comence a meter mano desde atras por su culito baje hasta su vagina que estaba toda mojada y comence a acariciar, nos miramos de reojo nos reimos y seguimos mirando. Ahora era ella quien estaba sentada arriba cabalgando, la vista mejoro cuando ella se recuesta sobre el ya que se podia ver como entraba y salia la polla, comenzaron a gemir y ella le dice que no se cuida que temine afuera, que no quiere quedar embarazada, por lo que la pone en cuatro penetrandola desde atras metiendosela como loco; soy sentia como la Mary me apretadaba la polla la mire y estaba como loca, acomodo mi mano sobre su clitoris, me acerque a ella quedando ambos de frente y nos masturbamos hasta acabar, mis chorros cayeron sobre su abdomen, nos dimos un beso entrecortado por la exitasion que sentiamos, nos limpiamos nos acomodamos la ropa y nos fuimos de ahí. Los proximos dias donde pillaba a la Mary sola nos metiamos manos, nos avisabamos cuando la Ale o el Alfredo se iban a bañar para espiarlos. En una oportunidad seguimos a Alfredo a la ducha cuando vemos entrar a la Pao totalmente desnuda, supe lo que le hiciste a la Ale, ahora quiero comprobar en persona y eres tan bueno, sin mas le bajo el bañador, la polla comenzo a crecer rapidamente; la Pao es la que tiene el mejor cuerpo, es alta de grandes tetas, vagina depilada y un culito paradito, sin mas se agacho y se metio la polla en la boca, despues de un rato la levanto la dio vuelta apoyandola en la pared, la hizo parar el culo lo abrio con sus manos y comenzo a lamer ella solo lo movia sobre la cara de él, cuando comenzo a gemir se levanto hizo que ella bajara mas y se apoyara sobre una mesa apunto su polla a la entrada de su vagina y la Pao le dice que es Virgen, por lo que Alfredo comenzo a meter despacio y en un momento dio un empujon fuerte a lo que ella dio un pequeño grito, el vaiven fue despacio por un rato hasta que ella comenzo a mover su culo en circulos; yo por mi parte levante la falda y baje los calzones a la Mary, comence a besar sus nalgas respondiendo ella levantando su culito para dejarme mejor acceso a su vagina la cual comence a lamer igual como habia visto al Alfredo lo hacia con mis primas, la Mary no se despegaba de la pared espiando lo que su hermana estaba haciendo con mi primo, en eso me dice "se lo va a meter por el culo", deje de lamer y me apegue a la muralla sin dejar de meter un dedo en la vagina de la Mary. Pude ver como tenian a la Pao en cuatro metiendole un dedo por su culo, lo lleno de saliva y mojo un polla, se acomodo y comenzo a empujar, en un momento la Pao abrio mucho los ojo y dio un grito ahogado, le habia entrado la cabeza, yo no aguante y comence a acariciar la entrada del culito de la Mary y con su exitacion no costo mucho para lograr meter un dedo, segui hasta tener todo el dedo adentro comence a meter y sacarlo, la reaccion de la mary fue sacarselo del culito tomar mi polla y darme la primera mamada, se sentia exquisito, mientras no despegaba el ojo de la pared mirando como se lo metian por atras a mi prima, no aguante mucho y le dije a la Mary que iba a terminar lo saco y me masturbo hasta hacerme terminar. El siguiente sabado a mis primas las habian invitado a una fiesta, y mi mama le pido a Alfredo que las acompañara para que no fueran solan, pero a mi ni a las Mary nos dejaron ir por se muy chicos, pataleamos nos enojamos con mi mama y mi tia mientras mis primas se ordenaban y pintaban, cuando estuvieron lista mi mama llamo un taxi para que se fueran todos seguros, indicandoles que si no llegaban a las doce mejor volvieran cuando amaneciera; con la Mary los vimos irse en el auto muy enojados, le dije a mi mama que iria a ver tele en las piezas del fondo, mi tia le pregunto a la Mary si quiera acompañarme a lo que ella dijo que si, nos fuimos en penunbras porque en el patio no hay luz, cuando llegamos a la pieza Mary me pregunta que peliculas iba a ver, yo con una sonrisa le dije "pasion de primos", me miro y nos dimos un beso apasionado, nos tiramos en la cama y comenzamos a desvertirnos, cuando quedaron sus tetas al aire las cuales nos habia visto hasta ese momento, me pude dar cuanta que aun 3 años menor que la Ale tenia mejores tetas, las comence a besar, sus pesones reaccionaron de inmediato, ella por su parte no soltaba mi polla erecta, cuando bajo a mamarla le pedi que se diera vuelta quedando en un exquisito 69, sus pocos vellos hacian cosquilla en mi cara, se acosto de espaldas abri sus piernas y me acoste sobre ella mientras nos besabamos ella acomodo mi pene en la entrada de su vagina, comence a entrar despacio hasta que me tope con su telita, la bese apasionadamente y empuje logrando meterla toda, nos quedamos quietos mientras su vagina se acostumbraba hasta que comenzamos con el mete y saca, nos cambiamos poniendola sentada encima de mi, a medida que se lo metia sus tetitas apenas se movian aun eran muy firmes, no aguante y comence a chuparla a lo que ella se movia como loca pidiendome que aguante que no termine dentro, yo apretaba mis dientes esperando que ella terminara, cuando lo hizo lo saco y me masturbo haciendo terminar. Nos quedamos abrazados de lado, yo detras de ella hasta que mi polla volvio a reaccionar la acomode en la entrada de su culito, ella lo tomo y refregaba la cabeza en la entrada mientras yo acariciaba su clitoris, en un momento comenzo a tirar su culito para atras pero no lograba entrar asi es que la acoste boca abajo y empuje cuando logro entrar la cabeza ella levanto su culito logrando meterselo hasta la mitad, asi estuvimos con el mete y saca por un rato, me sali la sente arriba de frente colando sus piernas para adelante dejando a la vista su vagina, comenzo a meterse mi polla hasta la mitad y no podia mas asi es que acaricie su clitoris haciendo gritar de placer y comence moverme sin darse cuenta ya la tenia toda adentro, a lo que le dije que iba a queria terminar dentro de ella, movio fuerte su colita haciendonos llegar a un exquisito orgasmo. Nos quedamos dormidos, hasta que amanecio sin darnos cuenta cuando llego Alfredo a la pieza dormir y nos vio desnudos espcialmente a la Mary. pero eso es para otra ocasión.

Autor: Anónimo Categoría: Incesto

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Vi a mi tía en el baño

2019-08-16


La suigiente historia me sucedió hace 4 años en ese tiempo tenia 19 años de edad, pero fue lo mejor que me haya pasado ya que desde hace tiempo me volvia loco mi tia. La describire un poco; ella es morena clara, buenas piernas, caderas majestuosas y unos pechos grandes y parados. Todo empezó un jueves por la noche cuando mis primos me invitaron a dormir a su casa, la noche fue normal, pero al día siguiente mis primos fueron a su escuela y mi tío a trabajar, dejándonos a solas a mi tía y a mi. Eran como las 10 de la mañana cuando subí al piso superior para ir al baño, en ese momento mi tía se estaba bañando, yo no le presté atención. Cuando salí del baño me di cuenta de que estaba medio abierta la puerta del cuarto de mi tía, entonces me asomé lo mas que pude y vi a mi hermosa tía recostada y tocándose los pechos como si le excitara hacer eso, para no correr el riesgo de que mi tía me viera mejor me baje al otro piso. Pasaron 5 minutos y escuche que me hablaba mi tia asi es que subi, toque en su puerta y me dijo que pasara, mi tia me dijo que si me habia gustado lo que habia visto, yo me hize el que no habia visto nada, y le dije no se de me hablas, mi tia me contestó que me habia visto asomarme por la puerta mientras ella se tocaba los pechos, y que ademas ya era lo suficientemente grande para ver eso, al final acepté que me habia encantado lo que habia visto. Mi tia me dijo que cerrara la puerta , una vez cerrada me dijo que ya tenia la edad necesaria para sentir el cuerpo de una mujer en esos momento mi verga estaba a punto de reventar, cuando mi tia se dio cuenta de esto me la agarró y me dijo que si esto se debia a sus palabras, yo le dije que si y le confesé que desde hace un buen tiempo estaba loco por ella. Mi tia se me quedo viendo y me empezo a besar, ese beso era muy caliente y me excitaba mas sentir su lengua sobre la mia, de repente mi tia paró y me dijo que le tocara los pechos, yo no lo pensé dos veces ya que era mi mayor fantasia, cuando se los toqué senti lo parados y duros que estaban, paso como un minuto y no podia dejar de hacerlo. Al poco tiempo me quité la playera y mi tia se quitó la suya quedandose con el puro sostén y dejando al descubierto sus mayores encantos. Despues de esto mi tia bajo su boca hasta mi verga desabrochó mi pantalón, lo bajo juntó con mi clazon para despues mamarme mi verga, mi tia mamaba como ninguna, yo agarraba su cabeza para que no parara y asi duró como dos minutos, cuando acabó se quitó los pantalones, su tanga y su sosten quedando completamente desnuda y se acostó, yo hize lo mismo me quite toda la ropa quedando desnudo y me lanze contra ella, la empezé a besar desesperadamente todo su cuerpo, sobre todo sus pechos, ya que los tenia parados y duritos, despues llegué a su concha depilada ahí jugué un momento con mi lengua mientras mi tia gemia. Despues separé sus piernas, para que me dejara ver su rajadita humeda, cuando la vi puse mi verga sobre ella y poco a poco la fui metiendo hasta el fondo, mi tia gritaba , gemia y me pedia mas, yo empecé a aplicar mayor velocidad, despues cambiamos de posicion y mi tia se sento arriba de mi, y empezó a brincar sobre mi verga, mientras ella brincaba yo le tocaba las nalgas y los grandes y parados pechos, pasaron como 5 minutos y le dije a mi tia que me iba a correr, ella paró de brincar se bajó de mi y me dijo que me corriera en sus pechos, acerque mi verga y empecé a descargar toda mi leche sobre sus tetas mientras ella se ponia mi leche en todo su cuerpo como bronceador. Cuando acabamos de hacerlo mi tia me dijo que lo que hicimos fuera un secreto entre ella y yo, y que no se lo dijera a nadie. Yo le pregunté que si algun dia se iba a volver a repetir y ella me dijo, a lo mejor si. . Desde ese dia hasta la fecha nada mas una vez lo he vuelto a hacer con mi tia. Cada vez que veo a mi tia se me queda viendo con una mirada caliente como si quisiera volverlo a hacer.

Autor: Casmus95 Categoría: Incesto

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Mis vivencias con mi hermanita

2019-08-16


Bueno ante todo le informo a los lectores que escribo mis vivencias, después de tantos años me atrevo de plasmar mi historia tan íntima y tan real que a pesar de dos décadas después todavía mi hermana me lo recuerda…. Para empezar, en esa época vivíamos en Venezuela, en plenos año noventa, éramos una familia normal, papá, mamá, mis hermanas y yo… En mi caso era el mayor, pero como todo en mi vida a pesar de ser el mayor las consentidas eran mis hermanas sobre todo la menor la cual llamaremos Yamileth y yo me llamare Alfredo. Para ese entonces, mi madre llevaba a mi hermana la de medio (Isandra) al médicos para un tratamiento de salud, por lo cual mi hermanita y yo nos quedábamos solos, en esos casos eran muy poco debido a que no había nadie que nos cuidara. Bueno les cuento que desde niños jugábamos al papa y la mama, una que otras veces nos tocábamos y nos besábamos, pero un viernes en la tarde recuerdo que a eso de la una y estábamos en el patio, el cual no tenia techo y estaba lloviendo, mi hermanita tenia puesto una camiseta blanca y short, ella era morenita pelo negro, estábamos jugando y ella en una de esas se quito el short y empezó a jugar debajo la lluvia en eso ella me invita y yo de lo mas normal fui pero cuando el agua mojo su camiseta blanca se le empezaron a ver los pechos que estaban en pleno crecimiento, los pezones marroncitos y yo trate de disimular eso, pero como todo adolecente con las hormonas a millón no pude aguantarme, y se le pregunté si la podía tocar y ella me dijo que si, hay empecé por la espalda, el cuello la barrarigita (que no tenia nada de grasa) y luego los téticas, se les tocaba con suavidad y fuerza ella ponía una cara de placer aquí en una de esas la empecé a besar en la boca, y sentí el cielo, en esa la tocaba y fue in éxtasis la lluvia, nuestros cuerpos juntos y besándonos, imagínense, en esa ella me suelta y se quita la pantaletas, le vi un cuquita con pelitos negros s yo le pregunte si se la podía tocar y me dijo que si, uy eran suavecitos , su piel tan densa y algo rígida por la el frio de la lluvia yo me quite todo y quede desnudo con tremenda erección, le dije vamos a para adentro pero no quiso me dijo: no quiero hacer debajo de la lluvia, y bueno yo trate de penetrarla pero o quiso, tomo mi pene y se lo puedo por el clítoris para que la rosara y así fue hacia como si la penetrara y ella le gustaba, en eso yo gozaba y ella también en eso le dije ponte por detrás y se puse por las nalgas y le vi el culito, limpiecito pero me dijo ni sete ocurra tome mi pene y lo puse rozando el ano, cerré las nalgas y bueno el roce, ella gozaba en eso me acosté en el piso de cemento y ella se puso encima mío y rozándonos, en eso le dije bésame y cuando me besaba con las manos le abrí las nalgas y el tocaba el culito, y le metí con suavidad media uña y esa me beso con mas pasión y locura y se lo empecé a enterrar, poco a poco hasta que ella me dijo basta, ya no… en eso yo lo saque y le empecé a quitar la camiseta y quedamos desnudos le quite la cola del cabellos y con su pelo suelto parecía unja reina, esa mirada ya de mujer, jamás la había visto así… le tome un pecho y se lo bese ella cerraba los ojos del placer y con la otra manos le tocaba la cuquita cuando intente penetrar ella me dijo te dije que no y se molesto y se fue, yo trate de calmar los ánimos pero nada se encerró en su cuarto… y bueno eso de hay hasta una semana después…. En otra oportunidad un día jueves, nos quedamos solos nuevamente estábamos jugando y le dije vamos a hacer lo del viernes y ella me dijo que si, fuimos a la cama de nuestros papa y se quito la pantaletas pero no se quito la camiseta, nos besamos y ella sin decir nada se puso encima mío y empecé a restregarse el pene en el clítoris, en eso ella gemía yo quede extrañado pero normal, yo la besaba y le tocaba las téticas, quería penetrarla pero no se dejaba en esa época yo no tenia la malicia del sexo sino le hubiera hecho el sexo oral…. Así paso una dos horas entre juegos… besos caricias y sobre todo excitación… Ahh la edad? No importa pero les digo q nunca olvidare esos dos días….

Autor: aika Categoría: Incesto

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No era un chalet, era una casa de putas

2019-08-16


Alex tenía 26 años, era moreno, de ojos negros, nariz aguileña, cabello marrón, corto y rizado, culo redondito y prieto... Era un cachas. Se fue a su habitación para vestirse e ir de juerga. Al pasar por delante de la habitación de su hermana Lorena creyó oír gemidos. Cómo la puerta estaba entreabierta asomó la cabeza. Daniela, su madrastra, una treintañera, rubia, de ojos azules, delgada, con ricas tetas y con un polvazo bestial (se parecía a Bo Derek cuando hizo La Mujer 10), tenía las piernas abiertas y las rodillas flexionadas. Con el dedo medio de su mano derecha se acariciaba el coño, coño que parecía una mariposa con las alas abiertas. En la otra mano tenía unas bragas rojas y las estaba oliendo. Vio cómo después de olerlas acariciaba sus grandes tetas con ellas, lentamente, y lentamente las fue bajando y frotó su su coño con ellas, para luego subir por donde habían bajado, volver a acariciar sus tetas con ellas y volver a olerlas profundamente. Al ver aquello y sentir a su madrastra gemir, Alex, pilló un empalme de burro. Sabía que era normal que las mujeres se desahogaran ellas solas, lo que no esperaba era que su madrastra lo hiciera oliendo unas bragas de su hermana. La visión era tan excitante que se quedó a mirar. Vio cómo su madrastra, sin dejar de oler las bragas, metía medio dedo dentro de su vagina... El dedo iba a entrar, salir, acariciar su clítoris unos segundos, luego vagina y clítoris, acariciaba los labios, y volvía a empezar... Al comezar a salir jugos lechosos del coño de su madrastra, Alex sacó la polla y empezó a menearla. Daniela, algo más tarde, pasó de meter la mitad de un dedo a meter dos dedos enteros dentro del coño... Volvió a hacer lo mismo de antes, acariciar el clítoris de nuevo de abajo a arriba, pero con más celeridad. Cuando volvió a abrir el coño, de su vagina ya no salían jugos lechosos, ahora eran cremosos. Siguió masturbando el clítoris y los jugos cremosos empaparon su coño y bajaron de él por el periné hasta el ojete. Daniela, con dos dedos los repartía por los labios y los saboreaba de cuando en vez. Siguió masturbando el clítoris con un dedo cada vez más aprisa. Sus gemidos subieron de tono. Arqueó su cuerpo. Su pelvis quiso llegar al techo de la habitación. Al correrse y alcanzar el placer sus más altas cotas, de su coño salió un chorro de orina y después siguió meando hasta dejar la cama perdida. Alex soltó otro chorro, pero este de leche, que se estrelló contra la puerta. A este chorro siguieron cinco más. Las corridas fueran brutales. Alex, al acabar de correrse, sacó la toalla, limpió la leche de la puerta con ella y se fue a su habitación. Tres días después era el cumpleaños de Daniela. Un mensajero llamó a la puerta del chalet. Le abrió Karla, la doncella, una joven de veinte y pocos años, que vestía un uniforme azul con cofia. El mensajero le entregó un paquete. Karla se lo llevó a Daniela, que estaba en la cocina, desayunando, en bata de casa, despeinada y sin maquillaje. Daniela abrió el paquete y lo que vio le sacó una sonrisa. En el paquete había un consolador vaginal y otro anal. Karla, lavando unos platos en el fregadero, giró la cabeza, miró para el contenido del paquete y le dijo: -Le aconsejo a la señora que busque un amante. -¡Qué graciosa! -Yo no le veo la gracia por ninguna parte. Karla, la doncella, era una morenaza que tenía los ojos color café, grandes tetas, buen culo... Tenía otro polvazo. Había llegado huyendo de Honduras tras cometer un desfalco, y que mejor sitio para esconderse que trabajando de doncella. Daniela, la estaba puliendo. -Esas cosas no se dicen, Karla, una mujer debe saber guardar sus secretos. -Los gordos los guardo, señora. La curiosidad entró en escena. -¿A qué llamas secretos gordos? -Si se los cuento me despide, señora. -Tienes mi palabra de que no lo haré. Karla se puso a largar. -La última vez que usted se la rascó su hijo se la peló mirando cómo lo hacía. A Daniela casi le da algo. -¡¿Y tú cómo sabes eso?! -Porque yo también la rasqué viendo cómo se movía el brazo su hijo y oyendo sus gemidos en la habitación. Nos corrimos los tres. -¡Nunca pensé que te masturbaras! Pareces tan ingenua... ¿Te metes un dedito o dos? -Me meto de todo, señora. Dedos, zanahorias, pepinos, plátanos, salchi... Paró de hablar, pero ya era tarde. -¿Te metes las salchichas que comemos en el coño antes de freirlas? -¡Que vergüenza! -No la tengas. ¡Qué morbazo! ¿Y después de ver cómo las comemos qué haces? karla, quiso escaquearse. -También me masturbo con el móvil, al vibrar, ya sabe... Me masturbé sentada encima de la lavadora... Me metí el rodillo de la cocina... -¡Que barbaridad! ¿Te masturbaste pensando en mi después de comerme salchichas que metieras en el coño? -¡Ay, señora! Qué me voy a quedar sin trabajo. A Daniela le dio la risa. -¡Que cabrona! ¿Me comes el coño en tus fantasías? Antes de responder, Karla, bajó la cabeza. -Sí, señora. -Y parecías una mosquita muerta. ¿Qué más secretos tienes? -Si se lo digo, ahora sí que me despide. -¡Qué no! Es algo sobre mi marido y tú. ¿A qué sí? -¡¿Cómo lo sabe?! -Sumando uno y dos. ¿Le das con tu zapatilla? -Parece una adivina, señora. -¿Te la mete en el culo? -Sí, me lo tiene más abierto que el coño. -Vamos a hacer una cosa. La próxima vez que quiera estar contigo me lo dices. -¿Para qué? -Para ponerle el culo negro a zapatillazos. Ya sabía yo que al no pedírmelo a mí tenía a alguien de mano. -¿Y a mí me va a hacer algo, señora? -Comerte el coño, y te lo voy a comer ahora. -¡Ay, señora! -No me hubieras calentado. Limpia la mesa y desnúdate. -No me gustan las mujeres. -Cuando acabe contigo te van a encantar. Ya le encantaban, pero sabía mentir muy bien, Karla limpió la mesa, se quitó los zapatos, el uniforme y la cofia. Sus tetas eran enormes, con pezones gruesos y bellas areolas marrones. El coño lo tenía peladito. Daniela cogió un tarro de miel, echó una poca el su coño, y le dijo: -Cóme, morena. Karla se puso en cuclillas, le echó a su jefa las manos al culo y le lamió la miel del coño. -¡Que rico coñito tiene, señora! Daniela no era de orgasmo fácil, pero Karla había visto mucho porno y sabía donde y cuando lamer, donde y cuando chupar y donde meter lengua. Tan cachonda la puso que Daniela se dio la vuelta, cogió el rodillo de la cocina, lo untó con mantequilla, y le dijo a Karla: -Lámeme el culo. Daniela metió el mango del rodillo dentro de coño. Karla le lamió el culo. Al ratito el rodillo, cómo si fuera la gorda polla de un negro entraba y salía del coño, haciendo bueno el dicho: Mujer flaca, coño de vaca. Poco después, cuando Daniela se follaba el coño a toda hostia con el rodillo y jadeaba cómo una perra, Karla, le metió la punta de la lengua en el ano, ese fue el detonante para que explotase, chillando: -¡¡¡Me corrooooooo!!! Las piernas de Daniela comenzaron a temblar. Karla vio que su jefa se iba a derribar cómo un castillo de naipes bajo la lluvia. Se levantó y la sujetó. El rodillo lleno de jugos cremosos cayó al piso de la cocina, luego cayeron las babas y al final una meada que dejó el piso que daba pena verlo. Karla miró a la cara a su jefa y vio que tenía los ojos en blanco. Ya estaba excitada y esta visión aún la puso más cachonda. La sentó en una silla y mientras se recuperaba le pasó la fregona a las baldosas. Daniela cumplía lo que decía. Al acabar Karla de fregar el piso de la cocina la cogió por las axilas, la sentó sobre la mesa, y le dijo: -¿Lista para disfrutar? -Lista, señora. Una voz las interrumpió. -¿Me dejas que la haga yo disfrutar, mamá? Daniela, sonrió, giró la cabeza y le dijo a su hijo: -Toda tuya, cariño. Karla supo en ese momento que madre e hijo ya estaban cansados de follar. Alex venía en bata de casa de color dorado. Entró en la cocina, quitó el cinturón, cogió la miel, untó la polla empalmada con ella y se la metió en la boca a Karla. La joven se la mamó. Al poco le quitó la polla de la boca. Le echó miel en las tetas y se las lamió haciendo círculos sobre ellas hasta llegar a los pezones. Después chupó las tetas y los pezones hasta dejarlos duros cómo astas de toro. Daniela, agachada, le chupaba la polla a su hijo. A acabar con las tetas le echó miel en las axilas, en el vientre y la barriga hasta llegar al clítoris. Lamió muy lentamente hasta que no quedó rastro de la miel, luego le dijo: -Date la vuelta, putita. Karla se dio la vuelta. Alex untó de miel su nuca, su espina dorsal, el ojete y el periné. De nuevo lamió lentamente hasta llegar al culo. Allí lamió periné y ojete y le folló el agujero con la punta de su lengua dándole pequeños cachetes en las nalgas. Esta vez no le dijo nada. Le puso una mano en la barriga y ya Karla se dio la vuelta. Le echó miel en las plantas de los pies y en los dedos, luego lamió las plantas y los deditos... Después de esto echó miel en el interior de sus muslos hasta llegar al coñito, lamió y luego echó miel alrededor de la vulva, la lamió y acto seguido sacó la polla de la boca de su madre y se la frotó desde el ojete hasta el clítoris pasándola entre los labios del coñito... Se acabó corriendo en la entrada de la vagina. Con la leche de su hijo entre los labios del coñito de Karla, Daniela se lo comió... Entre lamida y lamida, le dijo: -Delicioso, morenita. Alex le quitó la bata a su madrastra, le frotó la polla morcillona en su coño mojado y después se la clavó. Al estar la polla dentro del coño se puso dura. Tiempo después, Daniela, moviendo a lo bestia el culo hacia atrás, sintió cómo su hijo le llenaba el coño de leche, al mismo tiempo, Karla, le llenaba la boca de jugos con una deliciosa corrida. Explotó y se corrió ella también... Otra vez había que pasarle la fregona al piso de la cocina, pero eso sí, se corrieran a lo grande. Robert era un broker que hiciera fortuna. Tenía 42 años y medía un metro ochenta y algo. Con su físico y su porte podría pasar por un gigoló, aunque quien lo viera en aquel momento le parecería un maricón de libro. Tenía los ojos y los labios pintados y llevaba puesta una lencería fina de color negro, sujetador de encajes, liguero que se unía a las ligas elásticas de las medias mediante dos tirantes, unas bragas de encajes donde se marcaba un paquetazo y zapatos negros de tacón de aguja. Paseando de la puerta a la cama contoneando su cuerpo, con voz amanerada, le dijo a su hija Lorena: -¿Que puntuación le das a miss summer? Lorena (era un cuadro de Sofía Loren a los 19 años) que estaba sentada en a cama, también cubierta por una lencería fina de color blanco en la que sus grandes tetas parecían querer romper su sujetador y en la que por los lados de sus bragas y por arriba sobresalían pelos negros (así quería su padre que estuviese), le respondió: -Cero, vaca burra. Tienes más celulitis en el culo que lana tiene una oveja. Robert, moviendo el culo y las manos cómo un marica, le dijo: -¡Ay, quítamela, quítamela! Lorena cogió debajo de la cama de Karla (le habían pagado para que se fuera de copas y les dejara la habitación) una zapatilla con un peluche de perro que tenía el piso negro de goma, y le dijo a su padre: -Ponte sobre mis rodillas, maricón. Robert se echó sobre las rodillas de su hija, y Lorena le dio con ganas en ambas nalgas. -¡¡Plassssssssss, plassssssssss, passssssssss, plassssssss, plasssssssssss, plassssssss, plasssssssss, plasssssssss!! -¿Dónde está mi dinero, cabrón? -En mi culito. Lorena le bajó las bragas y vio que de su ojete salía un papel enrollado en forma de cigarrillo. Lo saco, cogió los cinco billetes de cien euros, se los pasó por la nariz, y le preguntó: -¿Te gusta el olor del dinero? Robert lo olió profundamente, y le respondió: -Sí, cariño. -¡A ti lo que te gusta es el olor a mierda, cerdo! Lorena, le volvió a dar con la zapatilla, esta vez mas fuerte. -¡¡¡Plasssssssss, plasssssssss, plassssssssss, plasssssssss. plasssssssss, plassssssssss, plassssssssss, plassssssssss!! Robert tenía el culo rojo y un empalme de burro. Oyó una voz que le decía: -¡¡Serás desgraciado!! ¡¿No te llegaba la doncella qué tenías que pervertir a tu hija?! Daniela estaba en la puerta de la habitación cubierta por una lencería roja. Iba con idea de encontrar a la doncella con su marido y se llevara una sorpresa. A Robert le importó una mierda que lo pillara. Con su voz normal, le dijo: -Únete a nosotros, cariño. -¡¿Qué?! ¡Serás hijo...., de tu madre! Lorena, poniendo voz de pija, le dijo a su padre: -Sabes, papi, mami es de esas que le dan arcadas si le ponen un chochito en la boca. Daniela, que le tenía ganas a su hijastra, se hizo la ofendida. -Sí, me daría asco estar con otra mujer, no soy ligera de cascos cómo tú, zorrita. -¡Serás puta! Si me pusiera a comerte el coño te correrías tantas veces que te dejaría seca. Ya verías el asco que te daba. Daniela, se regodeó de ella. -Bla, bla, bla, bla. Robert, le preguntó a su hija: -¡¿Tuviste relaciones con otra mujer?! Lorena era tan mentirosa cómo su madrastra. -No, pero veo mucho porno lésbico. -La teoría y la práctica son cosas muy diferentes, pero mira, eso sí que tendría morbo... Mi mujercita con la leche de mi caramelito en los labios y mi caramelito con la cara llena de jugos cremos y... A Lorena no le gustaba quedarse con la curiosidad. -¿Y que? Robert no le quería decir que Daniela iba a mear por ella. -Y te bañaría, hija, y te bañaría. Lorena ya había comido unos cuantos coños y las palabras de su padre no la impresionaron. -Ya no será la cosa para tanto. Daniela, le preguntó a su marido: -¡¿Te daría morbo ver cómo le coño el coño a tu hija?! -Y cómo te lo come ella a ti. Lorena ya estaba caliente. -Por mi no hay problema, papi. Si mami no fuera tan estrecha... -Decente, Lorena, una palabra que tú no conoces. Lorena se acercó a su madrastra contoneando las caderas. -¡Ni te me acercas, putita! -Solo te quiero decir una cosa al oído para que no la oiga mi papi. Acercó la cabeza a su oído, y le susurró: -Coopera si no quieres que le diga a mi padre que follaste con la doncella y con mi hermano. Robert sintió curiosidad y le preguntó a su esposa: -¿Qué te dijo? Daniela, no le respondió, le dijo a Lorena: -Vale, acepto el reto, pero dile a tu papi que se quite esas ropas que me da no sé qué verlo. Robert, protestó. -¡Ala, coño! De actriz principal a actor secundario. Daniela, le dijo: -Vas a ser actor principal y vas a puntuar. -¿Puntuar qué? -Quien mama mejor tu polla. La que iba a protestar ahora era Lorena, pero Daniela le susurró al oído: -Coopera o le digo a tu padre lo que hiciste en la piscina con tu amiga. ¿O prefieres que le diga lo que haces con tu hermano? Robert se quitó la ropa interior y se sentó en una silla. Vio cómo las dos mujeres se ponían en cuclillas delante de él. Daniela cogió sus 18 centímetros de polla por la base (no la abarcaba con la mano). Sin dejar de mirarlo a los ojos, la lamió hasta llegar al glande, lo chupó varias veces, y después metió la polla en la boca hasta que sus labios tocaban los dedos que la rodeaban, después lamía el meato y el frenillo, chupaba de nuevo el glande y volvía a empezar. Acto seguido, mientras mamaba el glande, lo masturbó, más y más y más rápido... A Daniela le caía por la comisura de los labios su saliva mezclada con la aguadilla que salía de la polla. Gemía ella, gemía Robert, y se mojaban las dos. Cuando Daniela vio que Robert se iba a correr, se apartó y le dijo a Lorena: -Mejóralo. Lorena cogió la polla de su padre con su pequeña mano, pasó su lengua por el periné, después por el ojete y se lo folló varias veces con ella, luego le metió mitad del dedo medio en el ano... Subió lamiendo, se paró en el frenillo y le dio un buen repaso con la punta de la lengua, acto seguido puso la legua plana sobre el meato, le folló el culo con el dedo, apretó la lengua contra la cabeza y Robert soltó una corrida inmensa, que le bajó por la polla, y encharcó su pelvis y sus huevos. Al acabar de correrse, le preguntó Lorena a su padre: -¿Quién lo hizo mejor, papi? -Os doy a as dos un diez. ¿Por qué no os coméis los coñitos? -casi les implora- Dadme ese caprichito, queridas mías. Lorena estaba más que dispuesta. Se puso mimosa. -Yo tengo ganas. Anda, se buena, mami, dale ese caprichito a tu maridito. Daniela tenía tantas ganas cómo Lorena. Cuando su hijastra, detrás de ella, le desabrochó el sujetador, no opuso resistencia. Al caer el sujetador al piso las suaves manos de Lorena acariciaron las tetas de Daniela. La besó en el cuello, en una oreja, le besó la nuca... Daniela giró la cabeza y Lorena la besó en los labios, sin lengua. Luego le lamió la espalda. Al llegar a las bragas, se las bajó, abrió sus nalgas y le lamió el culo... Quitó bragas, liguero y medias, y después le volvió a lamer y a follar el culo con su lengua. Le dio la vuelta y lamió sus pantorrillas y el interior de sus muslos hasta llegar al lado del coñito, primero una pierna y después la otra, esto hacía mientras le acariciaba las nalgas. Le separó los labios del coño y vio que la vagina estaba cubierta por sus jugos, jugos que formaban una pasta cremosa. Los lamió. A Daniela se le escapó su primer gemido, el primero de muchos. No se paró más de diez segundos en el coñito, subió lamiendo su vientre y después le comió las tetas, rozándolas, casi cómo acariciándolas con las yemas de los dedos, lamió sus areolas y sus pezones y después se las chupó. Besó su cuello. Cuando la besó en la boca y le metió la lengua dentro, Daniela, casi se la devora con la pasión que puso en los besos. Robert, sentado en la silla, ya estaba otra vez empalmado. Vio cómo su esposa desnudaba a su hija, cómo la echaba sobre la cama y cómo a cuatro patas metía la cabeza entre sus piernas y cómo le comía el coño. Veía el sexo de su mujer goteando gotas blancas y veía el interior de sus muslos mojados. No se pudo resistir. Se metió en la cama. Le lamió el coño y después se la clavó hasta las trancas... La folló despacito para que su mujer no moviera la cabeza del coño de su hija. Daniela estaba tan cachonda, Que al ratito, le dijo: -¡Me corro, me corro, me corro, me corro! ¡¡¡Lléname el coño de leche!!! Daniela se corrió cómo una loba. Robert, sintiendo cómo le anegaba la polla con sus jugos y su meo, se corrió dentro del coño de su esposa. Daniela con el tremendo placer que sentía levantó la cabeza y dejó de chupar, lamer y mamar, Lorena le cogió la cabeza, la volvió a llevar a su coño, y se corrió apretándola contra él y moviendo la pelvis alrededor y de abajo a arriba. Le dejó la cara perdida de jugos mucosos. La serenata de gemidos se repetiría mas veces... Daniela mearía en las tetas y en el coño de Lorena, y muchas cosas más, pero esa ya es otra historia. Quique.

Autor: Quique Categoría: Incesto

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Mi hija me convirtio en su esclavo y juguete.

2019-08-16


Soy un hombre maduro de 52 años.Vivo con mi esposa y una hija nuestra llamada Paloma Mi hija tiene 26 años y se vino a vivir con nosotros despues de que su marido muriera muy joven.Ella no pudo hacer frente a la hiporteca y tuvo que venir a vivir con nosotros.Su madre no hacia mas que echarla en cara que no trabajaba y ella decia que lo buscaba ,pero yo veia que pasaba mucho y que era bastante vaga y no encontraba nada que la gustara. Mi mujer tenia un grupo de amigas con las que se iba algunos fines de semana y nos dejaba solos a los dos. Lo malo de ser padre de una hija que que cuando es pequeña la adoras y la ves como una hija ,pero ella habia crecido y se habia convertido en una mujer preciosa y yo empece a desearla y verla como una mujer.Ademas mi mujer ya casi no practicaba el sexo conmigo.Asi que me masturbaba bastantes veces. Mi hija a veces me pedia dinero y yo a veces se lo daba de lo que tenia para mi ,no era mucho pero asi ella podia salir a tomar algo.Aunque los fines de semana los pasabamos metidos en casa ,yo porque no me apetecia salir y ella porque no tenia dinero. Mi hija encima se paseaba con un camison por la casa y me dejaba ver el canal de sus tetas y un poco sus braguitas.Creo que al principio no lo hacia con mala intencion pero quizas luego se dio cuenta de como la miraba. Una noche de viernes estabamos los dos viendo la tele y ella estab acurrucada como adormecida en un sillon y yo la miraba las piernas y el canalillo. No pude mas y dije que me iba acostar y en mi habitacion,despues de cerrar la puerta me puse a ver peliculas de señores mayores con chicas jovenes y me masturbe muy fuerte.Luego me dormi. Al dia siguiente mi hija habia hecho el desayauno y nos pusimos a desayunar y cuando estab tomando cafe ella me solto: -¿Que hacias anoche? Me atragante y dije: -¿A que te refieres? -No te hagas el tonto ,te estabas haciendo una paja,y menudo ruido hacias. -Eso es una cosa de mi intimidad. -Si pero menudo ruido hacias. Nos que demos un momento en silencio y despues ella meneo la mano riendose como haciendo el movimento de la masturbacion masculina y dijo : -¿Asi lo haces? -¿Porque me averguenzas asi,hija mia? -Porque eres mi padre ,pero tambien eres un viejo verde.Me he fijado como me miras. -Y quizas tu deberias taparte un poco . -¿Deberia taparme o quedarme mas fresca?Es verano y hace mucho calor.¿Sabes que?aunque seas mi padre y no puedas tocarme nunca quizas no pasaria nada si me vieras mas ligera de ropa. -¿Pero que dices? -Si me das 50 e,te dejare verlo. -Claro que no quiero hacerlo. -Ademas podrias hacercarte a olerlo solo olerlo y te podrias hacer esa paja que tanto te gusta mirandolo. -No quiero. -Esta bien ,ahi lo dejo. Ya durante el dia no dijimos nada hasta eso de las 18:00 y yo no podia mas y fui a mi cuarto y donde tenia yo mi dinero saque los 50 e y se los lleve y sin decir nada ,se lso ofreci a ella que estaba sentada. Ella sonrio picara y dejo los 50 e encima de la mesa y dijo: -Quitate los pantalones y arrodillate. Me sorprendio el tono dominante que uso.Pero asi lo hice. Ella se levanto y se bajo las bragas y se puso frente a mi.Era el coño de mi hija pero era precioso y me acerque a olerlo y pase mi lengua por el coño y ella se retiro aunque no se enfado si no que dijo riendose: -Esto no es lo que habiamos quedado. -Por favor dejame lamerte,por favor hija mia. -Quizas si me dieras otros 50 e... -Sabes que no puedo,eso es de mi dinero y tu madre no sospecha nada ,pero al darte esto me quito muchos almuerzos. -Esta bien pero haras una cosa por mi. -Si dime hija. -La proxima vez que mama me ponga a caldo tu te pondras de mi parte.Si lo haces asi te dejare lamerme todo. -Si lo hare. -Pero hoy no ,ese debe ser tu premio si te portas bien. -Por favor-dije suplicando. -Esta bien te dejo que me lamas el culo. ¿con eso te vale? -SI. Ella se dio la vuelta y me puso a lamer el culo.Estaba sucio pero lo limpie con mi lengua y entonces ella se empezo masturbar por delante y yo tambien. Y nos corrimos los dos a la vez. Despues nos sentamso exahustos en el sillon y ella me dijo: -Van a cambiar muchas cosas,vas hacer todo lo que yo te diga,cuando yo lo diga.Y ni por un momento pienses que vamos a follar o yo te voy a chupar.Soy tu hija y eso no podra ser. Y vi que si,que algo habia cambiado.

Autor: Tortuga9 Categoría: Incesto

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Donde está el limite de la perversión?

2019-08-16


Una madre manda a su hijo expiar a la nueva pareja de su ex-marido. Pero no esperaba que aquella mujer a la que consideraba fea y de segunda, guardara aquella sorpresa entre las piernas. Hacia poco más de un año que se habían establecido como pareja. No habían dado el paso de vivir juntos, pero si que habían iniciado una relación estable donde cada fin de semana ella venia a dormir a su casa, o iban juntos a la casa de la playa. - Hijo, esa mujer es una destroza hogares, seguro que lo entiendes. Solo tiene 9 años más que tu, y ya anda liada con tu padre, un hombre de 50 años. Si por lo menos fuera atractiva. Ana, era la nueva pareja de su padre. Una mujer de 29 años, bajita, ligeramente redonda y cuyo único atractivo era un pelo rubio platino y unos ojos azules intensos. Él tampoco veía como podía gustarle aquella mujer. Su madre, estaba como loca, la separación le había afectado muchísimo, y saber que su ex-marido estaba con una mujer mucho menos atractiva que ella, le ponía de los nervios. Él, Marcos, por estudios, había decidido que lo mejor era vivir el mayor tiempo posible con su padre, pero mantenía la promesa que en cuanto acabase la carrera volvería con su madre. Pero de mientras su madre tenia otros planes. - Tienes que encontrar lo que sea. Esa mujer esta jugando sucio. Me imagino lo peor. Algo se trae entre manos. Tu padre no tiene tanto dinero como para que valla a por él una caza fortunas. Esa mujer no es atractiva. Y lo mejor, tu padre nunca ha sido brillante en el sexo, eso tampoco puede ser. - Joer mama, no hables de esas cosas. - Ya eres mayor, tus padres tuvieron actividad sexual, pero tu padre siempre fue un aburrido. Has de encontrar que es. Espiarlos y contármelo. Prometeme que lo harás. Su madre estaba siendo un poco exagerada, pero era cierto. Aquella mujer, Ana, era demasiado joven para su padre, y su popropía madre, siendo bastante mayor, era mil veces más atractiva y sensual. Algo de razón tenia. Su padre era un hombre tranquilo, puede que si fuese aburrido. No era del tipo de hombre que fuese a por sexo. De eso estaba seguro. Cumpliría los deseos de su madre, y los espiaría. La oportunidad se le presentó ese mismo fin de semana. Ana le invitó a ir junto a su padre al apartamento de montaña que tenia ella. Un dublex con ático y salida al exterior, en un pueblo mediano, en una zona no excesivamente turística en medio de las montañas. Una zona excelente donde hacer deportes de aventuras. Ir con su padre y su nueva novia no era un buen plan, pero pensó en su madre. No perdió el tiempo, fue a investigar tan rápidamente como pudo. Lo dejaron un rato solo, y lo aprovechó. Ellos salían a comprar la cena, y él dijo que no tardaría en salir a buscar algo de ocio nocturno. Evidentemente no salió. Rebuscó, por todos los armarios, cajones, estanterías, cajas…. Todo lo que encontró fueron objetos personales. En la habitación de ella, que tenia una cama excesivamente pequeña para ser de matrimonio, solo encontró ropa interior demasiado atrevida para aquella mujer, algunos juguetes eróticos y un par de botes diferentes de lubricantes aromáticos. No tenia ni idea si su madre también tenia esas cosas, lo que si que quedaba claro era que aquella mujer era activa sexualmente. No era lo que buscaba, aquello era insuficiente. Tampoco tenia esperanzas de encontrar información tan rápido. Aquella habitación tenia una puerta que daba acceso a una planta superior privada. Ana no se la había enseñado. Un pasillo estrecho daba a una escalera corta, a un descansillo, y para su desgracia a una puerta que parecía cerrada con llave. Por el cristal veía que era una terraza pequeña con una zona de descanso sencilla. Si, sencilla, pero bonita. Volvió a bajar. - ¿No esta? Marcossss!!!- Era la voz de su padre. Se le heló la sangre. Aquello era una ratonera. Si salia por la puerta, sabrían que estaba espiando. - Si que se ha ido rápido. Si no hemos tardado nada en volver.- Esa era la voz de Ana, y sonaba muy cerca. - Mejor.- dijo con una risita su padre.- Eso quiere decir que acaba de salir, no tenia llaves verdad? Vamos a aprovechar ahora, que por la noche seguro que te oye gritar. - Tu si que vas a gritar, suplicando que te deje correrte otra vez en la boca. Hoy te voy hacer sufrir de lo lindo. Hay dios, pensó. Estaban en la habitación y estaban apunto de hacerlo. Miró por una ranura de la puerta. Sí allí estaban, encima de la cama besándose. - Joer, me van a pillar.- se dijo para si mismo. Luego comprendió, que aunque no fuese de gran ayuda, puede que grabarlos le fuese útil a su madre. Era arriesgado, pero desde aquella zona, era fácil poder espiar sin que lo viesen. Sobre todo si mantenían solo la luz de la mesita de mesa encendida, y se dedicaban a follar tumbados de forma aburrida. Pronto descubrió que tanto su madre, como él, estaban equivocados. Aquella pareja si estaba por el sexo. Los gritos orgásmicos de Ana empezaron casi al instante. Una locura, que le ponía a él, con su juventud y sus aventuras, por los suelos en lo que era sexo salvaje. Ana no se cortaba, animaba a su padre a reventarle, a que le diera fuerte y que la metiera profundamente. Fueron solo unos pocos minutos, en los que su padre se puso encima de ella, en la clásica postura del misionero, y descargo toda su furia y energía. Era excelente postura para poder gravarlos. Parecía que habían acabado. - Vas muy bien, te falta fondo, pero ya no te corres tan rápido. - Dijo Ana saliendo de debajo. - Hoy te has ganado el premio. Se escondió tras la puerta rápidamente. Ahora era mejor que no los espiara. Esperaría a escuchar gemidos de nuevo. - Joder que culo tienes. Como me gusta esto. Que maravilla. - Tu dejame hacer. Voy a sacarte todo lo que tienes. Tuvo la tentación de mirar. Estaban ya metidos en faena, y era el momento. Se quedó blanco cuando al mirar, se encontró a Ana subida sobre su padre, en la postura inversa, cabalgando de forma lenta y sensual. Su padre estaba tumbado y quedaba tapado por el cuerpo de ella. Pero a ella, la tenia justo en frente, a muy poca distancia. ¿Lo había visto? Se volvió a esconder rápidamente. Estaba seguro que ella lo había visto, lo había mirado, e incluso había sonreído un poco. Se le puso completamente dura con la visión de su cuerpo. Tenia unos pechos enormes y duros, blancos, con unos pezones bien marcados. No se la veía tan gorda desnuda. Las curvas eran marcadas y sensuales. Joder, pensó, se había excitado con aquella mujer? Lo tenia claro, era puro fuego, y conociéndola, era normal que su padre se perdiera. Siendo sincero, a él mismo le gustaría probar aquella mujer. Se había excitado mucho. Ahora no iba a mirar por espiarlos, era por pura excitación. Su pene había tomado el control. Se quería ver follar aquella mujer. Se asomó, y fue consciente de que ella lo estaba viendo. No era difícil ser consciente, le había giñado un ojo, le sonreía mientras gemía y se corría, e incluso se había llevado un dedo a la boca para que indicarle que se mantuviera callado. Quería que participara como espectador. Ella estaba tumbada entre las piernas de su padre y movía las caderas de una forma que no había visto nunca moverlas. Sabía que su padre se lo tenia que estar pasando en grande. En su mente se hizo la visión de ver aquel culo, mostrando el sexo abierto siendo penetrado. Él ya se habría corrido. Solo de pensarlo creía que se iba a correr. Ana volvió a realizarle un gesto. Que mirase, que mirase con los dos ojos? Y señalo la polla de su padre. Y se señaló la boca. - Joder, quiere que vea como se corre en su boca.- Se dijo casi en voz alta. - Esta mujer es una obsesa. Posiblemente ella podía verlo tan bien que interpretó su cara. Le hizo una negación con el dedo. Y volvió a indicarle que mirase. En ese momento, ella podía comunicarle lo que quisiera, sus muslos y su coño tapaba cualquier tipo de visión o sonido que pudiera llegar a su padre, y este parecía muy entretenido comiendo aquel coño rubio. Mientras masturbaba a su padre, y empezaba a chupar la punta, otro mensaje muy claro. Le señaló a él y le hizo el gesto de masturbar. Luego otro dato, se señalo a ella misma, y a su padre, y luego a él. Ese mensaje era claro, si no se masturbaba, se lo diría. - Comemela, ya!!!- Dijo su padre sacando un poco la cara de entre aquellos muslos.- No aguanto. - Te dije que te iba hacer sufrir. Quiero que sea divertido. Quiero ver como te corres poco a poco, y si no lo consigo me voy a enfadar. - Esto ultimo, lo dijo mirándolo a él, y señalándolo. Ahora no había duda, quería verlo como se masturbaba. El tenia unas dudas enormes, pero estaba completamente salido. Tenia una carga de semen enorme pendiente de ser descargada. La imagen de Ana comientole la polla a su padre, de forma sensual y lenta, no ayudaba. Empezó a tocarse. Ana le sonrió con la polla en la boca. Le hizo un gesto otra vez. El mensaje era claro. Su padre no veía, así que quería que se asomara un poco y le dejara ver como se masturbaba. La pareja parecía estar disfrutando muchísimo. Y él, apoyado en el marco de la puerta, con la polla completamente fuera, se masturbaba completamente fuera de sí. Se corrió al instante con la sola visión de la boca de Ana expulsando el semen que no podía tragarse. Chupando con vicio el tronco y recogiendo las gotas para que no se escaparan. No era que se tragara el semen por placer, lo estaba haciendo de forma visible para que él lo viera, para excitarlo aún más. Justo cuando dejó de correrse, comprendió el enorme error que había cometido. La primera eyaculación había salido violentamente, con demasiada fuerza, a presión, y había cruzado casi la habitación. Ahora estaba allí en medio, y el no podía ir a limpiarla. Entró otra vez a su escondite, presa del pánico. Hizo la ranura de la puerta lo más pequeña que pudo, mirando acojonado si llegaba su fin. - Toma, anda, limpiate. - Le dijo Ana tirandole una toalla.- Y no te muevas, aún no he terminado. Completamente desnuda, se dirigía hacia su escondite. Llevaba una toalla en la mano, una pequeña, la dejó caer muy hábilmente encima de su corrida, se agachó a recogerla, limpiando aquella enorme mancha. Su padre ni se enteró, estaba demasiado concentrado en no olvidarse de respirar. Ana entró en el pasillo y cogiéndolo de la mano, lo llevó escaleras arriba. - Eres un autentico semental, niño. Te ha gustado el espectáculo? Estaba demasiado cerca de él. Podía sentir su calor, su sensualidad. Quería follarsela. Ponerla cara a la pared, y darle con todo lo que tenía. - ¿No respondes? - Le metió la mano entre los pantalones.- Te has corrido como un elefante, no puedes negar que te ha gustado. Le sacó la polla, sin que él se opusiera, o hiciera ningún tipo de gesto. Estaba demasiado sorprendido por todo. Ella se agachó y se la chupó. - Me gusta tu semen. Pero quiero probarlo en serio. ¿me dejarías?.- Y lo besó en la boca. - Estoy segura que puedo enseñarte muchas cosas a ti, y de paso podrías darme la caña que me falta y tu padre no me da. Él solo pudo asentir con la cabeza. - Mira, si quieres volver a espiarnos, cosa de la que estaré encantada de que hagas, solo tienes que mirar en esta repisa. - Sacó una llave del marco.- Salgamos. La terraza era más grande de lo que parecía, y en un lado había un sofá bajo una cubierta de madera. Las vistas daban a la montaña, y ella podía ir completamente desnuda que nadie la vería. - Ese muro da al terrado de la escalera. Es fácil saltar, por eso cerramos con llave. Encontraras otra llave en el comedor. Si estas fuera, puedes entrar por aquí y espiarnos follar. - Y le guiñó un ojo. - Sal a la calle bajando por la escalera y date una vuelta. Cuando estés tranquilo vuelve. Pero danos tiempo a terminar. Eso hizo. Estuvo como una hora fuera de casa, supuso que era tiempo suficiente para un segundo asalto largo. Ya estaba calmado, tenia hambre y no encontraba nada que hacer. En su mente solo había sitio para aquellos ojos azules mirándole mientras el se corría en su boca. Su madre estaba equivocada. Aquella relación era solo puro sexo. Era, seguramente, orgía tras orgía, perversión tras perversión. Y ahora Ana lo había incluido a él en la ecuación. Miró un par de veces el video. Los gritos de Ana podían ser fingidos, pero no se lo parecía. Aquella mujer vivia el sexo, lo disfrutaba de verdad, y no le daba ningún miedo reconocerlo. Él también quería una mujer así en su vida. Cuando llego a casa, ellos ya estaban fuera de la cama, vestidos y preparados para salir. - Marcos, sabes si el colmado esta abierto ya? - Le pregunto su padre. - Creo que si. - Bien, bajamos otra vez rápidamente, que antes no pudimos comprar. Nadie hizo preguntas, ni se sorprendió por aquella extraña situación. Los tres tenían algo que esconder. Aunque Ana parecía no querer esconder nada y se mostró excesivamente cariñosa con él. Cenaron en casa y luego salieron juntos a beber y conocer la escasa actividad nocturna de aquel pueblo. No era la mejor temporada y eso estaba claro. Encontraron un bar tranquilo y pasaron un par de horas hablando con tranquilidad y conociéndose. Cuando volvieron, su padre estaba visiblemente perjudicado por el alcohol. Marcos, solo estaba algo mareado, estaba mucho más acostumbrado a beber que su padre, parecía. Quien no parecía nada afectada, era Ana, que se había controlado muchísimo al beber. En aquella situación no había mucho más que hacer, todos se fueron a dormir, y la noche estuvo tranquila, aunque a marcos no le dejaban de venir imágenes de sexo duro, iguales a las películas porno. Le costó dormir, debatiendo si masturbarse pensando en Ana, o esperar por si la fortuna le sonreía y podía follársela con todo. Follar con ella, quizás era demasiado, pero no lo veía improbable. Si se la encontraba a solas, lo intentaría. Soñó que follaba con ella a lo loco, dejando en el acto hasta el ultimo aliento. Que le destrozaba el coño con embestidas fuertes. Que follaba como un animal y ella lo gozaba con esos gritos que ya se le habían metido en la cabeza. Sintió una fuerte erección, de aquellas que duelen, de las que con pantalones, aprieta y queda visible el tronco. Estaba medio despierto, necesitaba liberar a la bestia. Se estaba imaginando a Ana, en la misma postura en la que se puso en la tarde anterior, arrodillada y chupándole la punta llena de semen. Solo que esta vez, era para comérsela de verdad, para que el violento orgasmo acabara dentro de su boca. No podía aguantar, el sueño de estar con Ana y que esta se la comiera, era demasiado real. Incluso podía sentir como se la comía lentamente mientras lo miraba con aquellos ojos azules y aquella sonrisa de adicta. - Incluso siento la humedad de su boca.- Murmuró despertándose. El sol estaba apunto de salir, podía ver claramente los primeros rallos. Aun era pronto. Alargó la mano para sacar la polla de su prisión. - Peroooooo!!!!- Exclamó sorprendido. - Si que has tardado en despertarte, ya pensaba que te ibas a correr dormido. Ana, metida entre sus piernas, tumbada con casi medio cuerpo fuera, masturbaba su enorme miembro mientras lo chupaba lentamente, como si fuera un helado. - Que pollón tienes tu también, niño, de largo creo que es como el de tu padre, pero definitivamente es más gordo. Menudos sementales he encontrado. Se metió la polla en la boca de nuevo y continuo chupando. - Pero que estas haciendo?- Marcos estaba apunto de correrse, su mente no le funcionaba correctamente. - Intentar que te corras en mi boca. Estoy apunto de conseguirlo. Pero si no quieres, paro. - No, no, nooo. Ana, que era toda una experta en conseguir que los hombres se corrieran, había comenzado a masturbarle rápidamente, metiéndose la polla en la boca con velocidad. Marcos no fue capaz de resistir aquel ritmo y enseguida sintió como el semen se le acumulaba apunto de explotar violentamente. Y así lo hizo. Ana no paró en ningún momento, controlando a la perfección la intensidad del trabajo que le hacía, para acompañar los espasmos de las eyaculaciones, con el movimiento de su boca. No sacó su boca en ningún momento, y el semen que se escapó, volvió a recogerlo con la lengua al terminar. Para Marcos, había sido el orgasmos más intenso y largo de su vida, también el más excitante y en la situación más extraña. Se puso a pensar, tenia narices que el mejor sexo hubiera sido oral con la novia de su padre. Aquella experiencia era insuperable. Pero aquello no era normal, le había robado la pareja a su padre. Que clase de hijo era. Ana parecía que le leía la mente. - Ep!!! Tu tranquilo, tu solo quedate con lo bueno de la experiencia.- Se acerco y lo besó en la boca.- Déjame a mi, y no pienses en tu padre. - No pienso en él, lo que pienso es en reventarte ese coño rubio que tienes, para que puedas comparar. Potencia o experiencia. Ana se hecho a reír, y se subió encima de él. Hasta entonces no se había dado cuenta que estaba en ropa interior. Ana se desabrocho el sujetador y liberó aquellos dos enormes pechos. Cogió una de las manos de Marcos y la guió hasta su coño. - Mira, mete un dedo. Crees que este coño se puede quedar sin catar esa polla enorme que tienes? Si estoy que no puedo más. Marcos no quiso esperar, su polla palpitaba aun con reminiscencias del ultimo orgasmo, y estaba aun medio dura. Podía correrse fácilmente de nuevo, tenia las hormonas del sexo por las nubes. Quiso darle la vuelta, inmovilizarla y metersela violentamente. Pero descubrió que Ana era ágil, enormemente ágil, flexible y con una fuerza sorprendente para una chica de aquella estatura. - Ningún hombre ha conseguido nunca imponerse a la fuerza. Aprenderás, como ha aprendido tu padre, que en el sexo, mando yo, y solo yo. Vas a follarme, pero no aquí. Los gritos despertarían a tu padre. - Se incorporó, y lo tomo de la mano.- Siguemé. Marcos se puso nervioso al comprobar que se dirigían a la habitación de la pareja. Intento dejarse llevar, controlando los nervios. Respiró al ver que entraban por la puerta que llevaba a la terraza privada. - Arriba puedes darme con todo, yo puedo gritar, y tu padre no se despertará. De paso le damos un poco de alegría al pueblo. Veamos si consigues sacarme gritos que se escuchen desde el otro lado del pueblo, y al medio día todo el mundo pregunte quien era esa mujer.- Le dijo casi susurrándole al oído mientras le acariciaba una polla que iba al aire y completamente dura de nuevo. Y Marcos cumplió con su parte. La empotro violentamente contra la pared mientras le daba desde atrás con todas sus energías. Ella gritaba completamente desatada a pleno pulmón a los 4 vientos. Sin ningún tipo de complejos o de control. - Desgarrame el coño, destrozarme, dame más fuerte.- Lo animaba. El coño de aquella chica parecía no tener fin, su polla se deslizaba con sorprendente facilidad, y por fuerte que la metiera, ella lo único que hacia era gemir de placer. Independientemente de si realizaba un movimiento violento, la metía profundamente de golpe, o le pegaba en la nalga con la mano. Hiciera lo que hiciera, ella gritaba de placer, y su coño respondía mojándose y eyaculando, haciendo que la polla resbalara aún más. Desesperado por no conseguir domar aquella mujer, la tumbó en el sofá y encima de ella, usó todo su peso y fuerza para conseguir tener ese polvo desesperado que consiguiera que ella cediera y le demostrara que ya había tenido suficiente. Lo único que consiguió fueron más gritos de ella, y su propio orgasmo. Un orgasmo descontrolado, que no pudo evitar que fuera dentro del coño de ella. Cuando se quiso escapar para correrse en su cara o sobre aquellos dos golosos pechos, descubrió que ella lo tenia apresado con aquellos dos enormes muslos. Descargó todo lo que tenia dentro de ella. - Espera, no te muevas, dejala dentro. - Dijo Ana mientras lo besaba. - Has estado a punto de conseguir que llegara al limite. Eres el hombre que más cerca ha estado de conseguir que me quedara saciada con un solo polvo. Y eso es mucho. Marcos la miraba intentando entender que quería decir con aquello. Ahora, pasada la excitación comprendía lo que había hecho. Estaba compartiendo mujer con su padre. Aquella mujer era una diosa del sexo, sumamente inteligente. Se había follado al padre y al hijo. - Te mereces un premio. Uno épico.- Se levantó como si quisiera que el semen se quedara dentro de su coño y no se escapara. - Sígueme, vas a ver como cumplo una de mis mayores fantasías sexuales, y tu estas en ella. Dejate llevar. Los dos desnudos, chorreando de sudor y fluidos sexuales, bajaron de nuevo por aquella escalera. - Ves, tu padre no se ha enterado de nada.- Le dijo al oído. - Siéntate en ese sillón y coge aire. Mantén el silencio y observa. Ana se montó sobre su padre, y besandole, fue sacando la polla de entre las sabanas y se la metió en aquel coño lleno de semen. Marcos, vio aquella perversión como algo completamente nuevo y excitante. Su padre la estaba metiendo en el coño que acababa de llenar él. Los instintos primarios de cualesquier joven era poder demostrar a su padre que podía fecundar a una hembra mejor que el progenitor. Comprendía que era el juego de Ana. La perversión del hijo era follarse a la mujer del padre, sin ser su propia madre. La del padre, era sentirse orgulloso de su hijo y disfrutar del trabajo realizado. - Que es esto? Tienes el coño fantástico, como se desliza. Me vas a matar. - Decía su padre mientras disfrutaba del movimiento sensual de Ana. - Te gusta, eh!!! ves como tienes que hacerme caso.- Miró a Marcos y le indicó que se acercará.- Tu hijo es el responsable de esto. Entre los dos, hemos prepara el terreno. Te gusta el regalito especial? Miró a su hijo, loco de placer, sabiendo que aquello tan placentero que sentía, era los fluidos de su hijo. Pero no podía parar. Era demasiado placentero, y Ana se movía como una autentica maestra, y tumbada sobre él, controlando la penetración, era imposible no correrse cuando ella se lo proponía. Marcos vio como su padre se corría descontroladamente dentro de aquel coño ya inundado. Se estaba excitando con la escena y con el olor a sexo que adquiría toda la habitación. Pensó en Ana. Aquella mujer desprendía un aura calida, un aroma que hacia que fuera imposible no desear follártela, por muy exprimido que estuvieras, por muy acostumbrado que estuvieras a follarte mujeres jóvenes con cuerpos perfectos. Porque Ana era la diosa del sexo. Y podía enseñarles muchas cosas a los dos. - Ven.- Le dijo a marcos, sin sacarse la polla de su padre del coño.- acercate. Le dijo algo al oído, algo que su padre no pudo escuchar. Se tumbó encima y comenzó a besarlo, mientras poco a poco liberaba la polla de su inundada prisión. Marcos, obediente como un perro domesticado, cumplió los deseos de Ana, y colocándose detrás de ella, esperó a que terminara de salir la polla de su padre y la metió el a continuación. Aquella era la orden de Ana, que él también experimentara el placer de meter la polla en el coño caliente recién regado. Para Marcos, lo que podía parecerle una guarrada o depravación, ahora era un autentico placer. Ana gimió como loca al oído de su padre, intentando excitarlo al máximo. - Ves, mira lo que tu hijo hace por ti. Esto lo hacemos para tí. Mira como me destroza, mira como me corro. Ana tubo un fuerte orgasmo tumbada sobre su padre. Pero Marcos había recibido instrucciones precisas, e iba a cumplirlas. La voluntad de Ana se debía cumplir siempre, pues llevaba a nuevas fronteras del placer. Sin pensárselo, cogió la polla de su padre, que estaba dura de la pura excitación de vivir el orgasmo de Ana a manos de su hijo, y la introdujo en el coño aun húmedo de ella. Se acomodó y apuntó su polla. ¿destino? Su culo. Ahora, con un control absoluto, y con un territorio inexplorado para él, pensaba en conseguir reventar aquel culo, como venganza de no haber podido apagar el fuego de aquella mujer. El trío fue salvaje, y si antes los dos hombres habían pensado que Ana tenia orgasmos demasiado animales, ahora serían conscientes de que podían ser aun más intensos. Ambos se corrieron en sus respectivos agujeros mientras ella gritaba con todas sus fuerzas. - Si, si siiiiii. Por finnnnnnn!!!!!! El grito de Ana desgarró la misma realidad, atravesando las paredes y paralizando los corazones de los dos hombres. Sabían, que habían conseguido atravesar la barrera infranqueable del placer de Ana. Por fin estaba saciada. - Dios, que bien. Habéis cumplido. - Dijo jadeando. - Es el mejor polvo de mi puta vida. Me duele todo. Que orgasmo dios….. Padre he hijo se miraron sonriendo. Habían derrotado a la bestia. Habían conseguido domar a la yegua, pero se daban cuenta que solo era una ilusión y que continuaban bajo su mandato. - Veis, tenéis que hacerme caso. El mejor sexo para un hombres es cuando la mete en caliente, disfrutando de un coño compartido. Cuando se juntan en su polla el orgasmo de ella, con el orgasmo de otro hombre. Y que mejor manera de compartir un coño que entre padre he hijo? Ellos callaban exhaustos. Ella dominaba aquel ámbito, ella tenia el control. - Para los dos era la primera vez, verdad? Supongo que de ahora en adelante no seréis capaces de tener sexo normal. Ahora los dos sois míos. - Ana!!- Dijo Marcos absorto sentado en el sillón.- Podemos corrernos los dos en tu cara? Ana se rio con una fuerte carcajada, se levantó y sentándose en su regazo, tomó la polla con la mano. - Así me gusta, que expreses tus fantasías. - Miró al otro hombre que continuaba en la cama. - Dejamos para la noche un polvo tranquilo? Seréis capaces de cumplir? Ambos asintieron con la cabeza. Desde ese mismo instante, preferirían morir, a no cumplir un deseo sexual de aquella mujer. Una mujer en su casa, a solas, tardaría en descubrir que había perdido la batalla. Había perdido a un marido, y ahora a un hijo. Mas cornuda no podía ser. Pero se vengaría.

Autor: armando Categoría: Incesto

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Mi vida con mi abuelo. Dominación, filial.

2019-08-16


Mi abuelo solía decir que, al igual que nosotros ordeñábamos las vacas, un día él me ordeñaría a mí, pero que antes tenían que crecerme las tetas. Nadie sabía que yo existía, y vivía con mi abuelo desde que nací, en una casa en el monte. No sabía quiénes eran mis padres, o cómo había llegado allí, pues todos mis recuerdos estaban en aquella casa. Mi abuelo me decía que nadie sabía de mi existencia: el parto había ocurrido en la misma casa y nadie notificó nunca que, quien fuese mi madre, estaba embarazada. Así que, por unas cosas o por otras, vivía sola con un señor mayor, en mitad del campo y a un par de horas del pueblo más cercano. Nadie me echaba de menos. Con 6 años solía pensar que en el mundo sólo existíamos mi abuelo y yo, y que todo lo que pasaba en el campo, era natural. Era natural que yo hiciese las labores de la casa desnuda en verano, era natural que mi abuelo me pellizcase los pezones, era natural que a veces durmiese en el suelo junto con las vacas que teníamos. Mi abuelo solía decir que, al igual que nosotros ordeñábamos las vacas, un día él me ordeñaría a mí, pero que antes tenían que crecerme las tetas. No recuerdo el primer día que mi abuelo empezó a tocarme mis tetas aún sin desarrollar o mi culo, pero recuerdo, como si fuese ayer, la primera vez que me folló. Estaba en el sofá tumbada, con un camisón, sin hacer realmente nada, mirando al techo, tranquila y relajada, era algo tarde. Mi abuelo estaba delante de mí, mirándome de arriba a abajo como de costumbre, lo cual era normal, mientras él bebía una copa de vino. Parecía que tenía dudas sobre si hacer algo o no, y me miraba tanto con pena a ratos, como con convicción. ¿Te pasa algo, abuelo? —dije mirándole desde el sofá, lo cual pareció darle fuerzas a que se decidiese. ¿Por qué no te quitas el camisón ese que llevas? Hace calor, ¿no? Yo me quité el camisón y me senté con las piernas cruzadas en el sofá, seguía mirándome y bebiendo vino. Anda cielo, vete ya a dormir, que ya se ha puesto el sol, pero deja el camisón aquí. Me levanté del sofá sonriendo, le di un beso de buenas noches y me fui a mi cama, en el cuarto de al lado del suyo. Llevaría un par de horas durmiendo cuando noté cómo mi abuelo entraba en la habitación, se subía a mi cama, me bajaba las bragas y se colocaba encima de mí, cogiéndome el culo, ahora desnudo, con las manos. Yo dormía boca abajo, así que no podía verle la cara. Abuelo, ¿qué…? Shhh, tesoro, tranquila, soy yo. —Dijo mientas me daba un beso en la cabeza. ¿Qué… qué haces? ¿por qué me quitas las braguitas? Cielo, no te preocupes, todo está bien. Pero… Duérmete, ¿quieres, tesoro? no pasa nada, confía en mí. Esa frase me tranquilizó, asentí con la cabeza y me acomodé en mi cama, con mi abuelo aún encima de mí. Pasaron unos segundos y mi abuelo comenzó a tocarme el culo de nuevo, esta vez con más fuerza, agarrando cada nalga con una mano y apretando con fuerza una y otra vez, abriendo y separando las nalgas. Notaba cómo se me hinchaba el culo por el dolor bajo sus manos. - Abuelo, me duele lo que haces —dije susurrando. Shhhh cariño, no pasa nada…no pasa nada —repetía suave en mi oreja, mientras me acariciaba el pelo— Lo estás haciendo muy bien…, muy bien cariño. En ese momento sentí cómo me untaba algo en el ano, que más tarde me diría que usó mantequilla, y cómo introducía poco a poco un dedo en mi culo. Abue… Sh, cállate, me estás poniendo nervioso, o te comportas como una niña buena o te tapo la cabeza con la almohada para que te calles. Me entró miedo y guardé silencio mientras notaba cómo su dedo entraba poco a poco en mi culo, para posteriormente salir y volver a entrar. Era una sensación que no me gustaba nada, me dolía el ano y me quemaba, y cada vez lo hacía más rápido. Yo guardaba silencio con los ojos cerrados con fuerza. - Bien, parece que esto ya está mejor —dijo. — Voy a introducir otro dedo, ¿Vale tesoro? Y quiero que te portes tan bien como hasta ahora. Yo asentí con la cara en la almohada, no sabía lo que pasaba y esto nunca había pasado antes. Él cogió más mantequilla y empezó a meter dos dedos por mi culo, y una vez que los tenía dentro, sentía cómo los separaba, para crear más espacio dentro de mí. Pasarían varios minutos en los que hizo el mismo movimiento: masturbarme el ano y dilatarlo, sin importar que me doliese o me molestase. Salieron lágrimas de mis ojos cuando sacó los dos dedos de golpe de mi culo e introdujo tres en él sin avisar, para masturbarme con ellos con fuerza. Por favor — susurré — no aguanto más, por favor… abuelo, lo que haces… duele. Cariño, tienes que aprender a complacer a los hombres, ¿lo entiendes? ¿Entiendes lo que quiero decir? Yo negué con la cabeza. Él mantenía los tres dedos dentro de mi culo, aunque ahora no movía la mano, sino que paró para escuchar lo que yo decía. —dijo con voz comprensiva y suave — y tienes que hacerme feliz, igual que yo te hago feliz a ti, ¿lo entiendes? Ahora asentí con la cabeza, aunque seguía sin estar muy segura de lo que estaba pasando. Bien, así me gusta, pues ahora voy a follarte, ¿vale? tienes que quedarte quieta. Sacó los dedos de mi culo y con una mano me agarró la cabeza y la aplastó contra la almohada. Supongo que no quería oírme más. Se embadurnó la polla de mantequilla, una polla que era de un señor mayor, enorme y dura, y empezó a meterla en mi culo. Yo me quejaba casi en silencio, y cada vez que me oía quejarme, aplastaba más mi cabeza contra la almohada. He esperado mucho tiempo para esto —dijo mientras terminaba de meterme su gran polla en mi culito de niña recién estrenado. —Y quiero que merezca la pena. Me folló al principio despacio, sin prisa, sacando y metiendo su polla totalmente en mi culo, una y otra vez, y vuelta a empezar. Su polla entrando lentamente por mi ano, abriendo mi culo en dos, dejándola dentro unos segundos, sacándola despacio de nuevo. Volver a meter la punta, el tronco, toda entera: sus huevos chocando con mi culo. Otra vez. Yo lloraba en silencio. Empezó a moverse más rápido, y uno de los dedos de la mano que tenía sobre mi cabeza, lo metió en mi boca, provocándome arcadas. Shh, shhhh… Me ardía el culo, creo que estaba sangrando incluso, y él cada vez sacaba y metía su polla más rápido que la embestida anterior. Su dedo en mi boca impedía que me quejase, las lágrimas por mi cara caían deprisa, al igual que se movía su polla dentro de mí. Finalmente, al cabo de muchos minutos, sentí cómo un líquido salía de su polla para quedarse dentro de mi culo. Yo no entendía nada. Él sacó sus dedos de mi boca y se apartó de mi lado, y dándome un beso en una mejilla me deseó buenas noches. Se fue a su cuarto a dormir.

Autor: Jimena Categoría: Incesto

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Viciosas

2019-08-14


Rosa vivía en un pazo gallego y su padre era el terrateniente del pueblo. Cuando la gente trabajaba de sol a sol en el campo para ganarse un par de pesetas que no le daba para comer ya ella tenía una paga de cien pesetas semanales. Fue uno de sus criados el que me contó la historia, pero voy a escribirla en primera persona. Rosa tenía 21 años. Era morena, tenía su cabello negro muy largo, y tenía de todo y todo muy bien puesto, hasta la lengua con la que mentía más que hablaba. Era una consentida y una mimada que hacía lo que le salía del coño. Llegó al jardín acompañada de una de sus criadas, Marta, un mujerón, morena, de pelo marrón y largo , con gandes tetas y tremendo culo. Era mayor que ella y casada. Le dio diez pesetas, y le dijo: -Dale cinco a él, Marta. Vais a echar un polvo del modo que yo os diga. Marta, estaba buenísima. No hacía falta que me pagase para follar con ella, pero a mí no me compraba una mal criada cómo si yo fuera un animal. Al darme el duro, le dije a Rosa: -Si quiere ver follar, señorita Rosa, dese una vuelta por el pueblo que la perra de Celso anda en celo. Fue cómo si le pegara un tiro. -¡Si no hacéis lo que os diga que hagáis me encargo de que ninguno de los dos trabaje más en este pueblo! Teníamos que llevar el jornal a casa, estábamos recién casados y nuestros matrimonios iban a comenzar a naufragar. Marta se acercó a mí, y me dijo: -Mejor será que hagamos lo que nos diga. -¡No jodas, Marta! ¿Le vas a poner los cuernos a Antonio? Volvió a meter baza la mimosa consentida. -Sácale la polla, Marta. Quiero ver cómo la tiene. Estábamos en medio de un laberinto de setos. No había peligro de que nos vieran. Marta me bajó la cremallera y sacó mi polla. Estaba baja. -Mámasela. Marta, en cuclillas, metió la polla en la boca y con media docena de mamadas la puso gorda y mirando al frente. La mujer se estaba calentando ya que sin mandarle me masturbó y me chupó los huevos. Lo que hizo que al rato le llenara la boca de leche, que echó fuera mientras la viciosa miraba. La muy puta, después de conseguir lo que quería, nos dijo: -Mañana, más. Guardé la polla, que el duro ya lo había guardado antes. Volvieron al pazo. A los cinco minutos, más o menos, volvió Marta al laberinto, y me preguntó: -¿Aún puedes? -¿Lo qué? -Si se te levantará para echarme un polvo. Tengo muchas ganas. Me gustó tu polla... Es tan gordita y tan rica... Le di la vuelta. Apoyó sus manos en el seto. Le levanté el vestido negro con flores rojas. ¡Cómo tenía aquellas bragas de humedad! Se las bajé hasta los tobillos. Abrió las piernas. Vi su culito virgen. La tentación fue muy grande. Le comí el culo como si fuese una manzana y después le folle el ojete con la lengua y le magreé sus grandes tetas... Por el interior de sus muslos bajaban goterones de jugos... Acto seguido saqué a polla empalmada, se la metí en el culo y le metí dos dedos en el coño. Nada, no me duró nada. Al comenzar a correrse, sus manos y sus brazos desaparecieron dentro del seto, y a ellos le siguió su cabeza. Escuchaba sus gemidos de placer dentro del seto y sentía su ojete latiendo. Me corrí dentro de su culo cómo un pajarito, bueno, más bien cómo un pajarraco, pues fue una corrida inmensa. Al acabar de correrse sacó los brazos y la cabeza del seto, subió las bragas, y me dio: -Gracias, lo necesitaba. No supe que contestar, guardé la polla y me callé. Al llegar a casa no me cabía el pan en el cuerpo. Se lo tenía que decir a mi esposa, pasase lo que pasase. No la podía tener engañada. Esperé a estar en cama y antes de apagar la luz se lo conté. Mi esposa, que estaba buena que te cagas y a la que yo tenía por una santa, me escuchó atentamente. No salió un reproche de su boca, pero era por algo que me iba a contar ella. -Lo que me acabas de decir no es nada comparado con lo que me dijo a mí. -¿Cuándo? -Ayer. -¿Dónde? -Aquí. Aquello tampoco lo contaba. No me había dicho nada. ¿Qué pasara? -¡¿Aquí?! ¿Qué te dijo? -Que quiere follar conmigo mientras tu miras. -La puta tiene obsesión con nosotros. ¡La mato! A mi esposa parecía no importarle lo que pasara. -No vale la pena ir a la cárcel por una tontería... En el fondo la entiendo. -Quien no te entiende soy yo a ti. -Es fácil de entender. Rosa, está enamorada de ti, y cómo tú nunca la miraste, decidió joderte de otro modo. -¿Te lo dijo ella? -No, pero esas son cosas que notamos las mujeres. -¿Y que vas a hacer? -Yo, si tú quieres, lo hago. Me ofreció una huerta y quinientas pesetas. -No quiero. Ni por todo el oro del mundo... -No seas tonto. -¿Y si te dice que se la comas tú a ella? -Al correrse no echa veneno. -¿Estas segura? No me contestó a la sarcástica pregunta. -Quiero hacerlo. -¿No lo harías ya? Le dio la risa. -Qué malo eres. ¿Echamos un polvo? -Estamos hablando de cosas muy serias. -Si no me echas un polvo me hago un dedo. No sabía de que me estaba hablando. -¡¿Un qué?! -Un dedo, una paja, una pera... Me aprendió Rosa a hacerlo. Me habían cambiado la mujer. -¡¿Qué?! Lo que oíste. -¡¿Dónde te lo aprendió a hacer?! -Aquí, en esta cama. No me creía lo que estaba oyendo. -¡¿Qué?! Mi mujer se destapó, cerró los ojos, se tocó las tetas, luego metió una mano dentro de las bragas, y me dijo: -¿Qué de qué? -¡Eres una zorra! -¡¿Me acabas de meter los cuernos y me llamas zorra por tocarme?! -Yo lo hice por fuerza mayor. Mi mujer, sin parar de tocarse, me dijo. -¿Y las ganas qué son, fuerza menor? Aquello me sobrepasaba, mi santa se estaba pajeando, me salió del alma decirle: -¡¡Puta!! -Sigue llamándome puta. Me gusta que me llames puta. Me excita. Me tenía descontrolado y... Empalmado cómo un elefante. -¡Manda huevos! -Déjate de huevadas y haz algo. Tenía que hacerlo. Le quité las bragas y vi que metía un dedo dentro del coño peludo y al mismo tiempo acariciaba su clítoris (pepitilla le llamaba yo de aquella). Mirando cómo hacía para masturbarse, cogí la polla y me masturbé yo también. Al rato sacó el dedo del coño, quitó el camisón y después se siguió tocando. Me eché a su lado. Le mamé las tetas. Poco más tarde ya eran dos los dedos que metía y sacaba del coño... Se oía el chapoteó de los dedos al llegar al fondo. -Chofffffff, choffffff, choffffff, choffffff... A veces se llevaba los dedos cremosos a la boca y los chupaba. Pensando que eso era lo que haría cuando tuviese ganas y yo no estuviese en casa me excité cómo nunca me había excitado antes... Llevaba sus dedos mojados a la boca cuando le cogí la mano y se los chupé yo. Me supo salado al principio y agrio al final. Al volver a meter y a sacar los dedos lo hizo con rapidez... Sentí el ruido que hacían al tocar fondo: -¡¡¡Classsssh, classssssh, classssssssh, classssssssssh, classsssssssssh, classsssssssss...!!! Al parar el ruido del chapoteo y de los gemidos... Mi mujer se puso tensa, sus ojos se fueron cerrando, me miro, su ceño se frunció, y me dijo: -Cómeme el coño, cómeme el coño, cómeme el coño... Lamí su coño por vez primera... Soltó un chorro de jugos blancos y espesos que impactaron en mi lengua, un chorro que mismo parecía el de una fuente de la que brotaba leche condensada. Exclamó: -¡¡¡Me cooooooooorro!!! Se corrió cómo una cerda, y yo, que no me había dejado de tocar, cómo un cerdo. Dejamos la sabana y el colchón perdidos... ¡Pedazo de corridas echamos! Al acabar, yo ya tenía la mosca detrás de la oreja, le dije: -¿A ti no te comería el coño Rosa? Me miró, sonrió, y poniéndose las bragas, me dijo: -¿De verdad quieres saberlo, cariño? -Joder. Te lo comió, ya no me cabe duda alguna. Me casé con una guarra. Solo una pregunta más. ¿Se lo comiste tú a ella? Me volvió a decir: -¿De verdad quieres saberlo? -¡Bueeeeeeenoooooooo! Dos días después, y antes de que mirar cómo mi mujer y Rosa follaban... La que me metiera los cuernos, me ofreció lo mismo que le había ofrecido a mi esposa por se testigo falso, y lo iba a hacer por lo que me dijo, o sea, me confirmó lo que toda la aldea decía, que don Manuel, el terrateniente, había ahogado a su esposa para quedarse con todo lo que tenía, ya que él era un matado que se casara con ella por el interés. Me explicara el plan, y cómo no se iba a derramar sangre, pues eso, acepte. Sonaron seis campanada en el reloj del salón del pazo cuando entró en él don Manuel. Lo que vio lo dejó caliente como un perro. Vio a Rosa, totalmente desnuda, echada hacia atrás en un tresillo, con las piernas abiertas y con una mano acariciando sus grandes tetas y con un dedo de la otra acariciando el glande del clítoris. Yo miraba desde otra habitación por un agujero que don Manuel hiciera en la pared para pajearse viendo a su hija hacer sus cosas, sola y con las criadas (eso me dijera Rosa). Pude ver cómo brillaban los jugos que bajaban por su ojete y me puse palote, pero palote, palote. Don Manuel, que era un cincuentón le dijo a su hija: -¡Otra vez haciendo cochinadas, gamberra! Rosa, para mi sorpresa, se siguió tocando. Don Manuel se quitó los tirantes, con ellos en su mano derecha, fue a su lado, y le dijo: -¡En pie, cerda! Nada estaba sucediendo cómo Rosa me había dicho. Entró en el salón, Laura, una treintañera, de estatura mediana, morena, con el pelo recogido en un moño, casada, y beata hasta la médula (eso aparentaba delante de la gente). Entró con uno de aquellos sujetadores antiguos de color blanco cortado para que le viesen las areolas marrones y los gordos pezones de sus tetas medianas, unas medias negras sujetas con ligas del mismo color, unas bragas blancas, que no debían ser suyas, ya que le salían los pelos del coño por todos los lados y una zapatilla marrón con rayas negras y piso de goma amarillo en la mano derecha. Le dijo a don Manuel: -¡¿Qué le ibas a hacer a mi niñita?! Don Manuel puso cara de niño asustado. Rosa se levantó y le ató las manos con los tirantes y tiró de él. Don Manuel se puso de rodillas, echó la lengua fuera y jadeó cómo un perro. Me pareció cómico, pero dejó de serlo cuando la criada le bajó los pantalones y los calzonzillos y le dio con la zapatilla, pero no de cualquier manera, le dio con ganas atrasadas: -¡¡¡Plassssssss, plassssssss, plasssssss, plasssss, plasssss, plassssss!!! Don Manuel lloraba cómo un niño. -Voy a ser bueno, voy a ser bueno. Decía que iba a ser bueno y le lamía el coño a su hija. ¿Sería que era bueno lamiendo coños? -¡Más te vale que lo seas, cabrón! Le volvió a dar. -¡¡¡Plasssssssss, plasssssssss, plassssssss, plassssssss, plasssss, plasssssss, plasssssss, plasssssss, plassssss, plassss!!! Con las nalgas al rojo vivo y empalmado cómo un toro, se echó boca arriba, y suplicó: -¡No me des más, por favor! La criada, le dijo: -¿Vas a hacer lo que te diga? -Sí, manda que obedeceré. Le quitó los zapatos, el pantalón y los calzoncillos, y le dijo: -¡De rodillas y cómele el coño a la niña: Don Manuel se metió entre las piernas de su hija, y con las manos atadas le comió el coño. Laura se subió al tresillo, le puso el coño en la boca a Rosa, y Rosa se lo comio... Me estaba mojando viendo aquello cuando la polla se me bajó hasta quedar en nada. ¿Por qué? Por que en el salón entró mi esposa llevando un vestido de novia, velo incluido. Mi esposa se acercó a los tres, se arrodilló detrás del viejo, levantó el velo y le comió el culo. ¡La madre que la parió a ella y a la puta que los inventó a todos! Me fui cara a la puerta, quise abrirla y estaba cerrada con llave. La golpeé con fuerza y les llame a ellas de puta para arriba y a él de maricón para abajo. No me hicieron caso. Cuando volví a mirar, Laura le estaba comiendo la boca a mi esposa, Rosa, las tetas y don Manuel le comía el coño. Sentí sus gemidos. Vi cómo se le cerraban los ojos y cómo se corría en la boca del terrateniente. Me estaba volviendo loco. Mi polla no obedecía a mi rabia. Se levantó y no paraba de echar aguadilla. Si me sueltan no sé que haría. Algo después sentí andar en la cerradura de la puerta. ¿Quién coño sería? Era Marta que se uniera a la fiesta. No me lo pensé dos veces. Al verme libre fui junto a los cuatro, el terrateniente, a cuatro patas, le estaba comiendo el coño a Laura y mi esposa se lo estaba comiendo a Rosa. Me fui a por el terrateniente. ¡La puta que lo parió! De mí no se iba a reír el desgraciado. ¡¡Se la clavé en el culo con idea de reventarlo!! Fue cómo si le hubiera metido un dedo! Entró cómo nada. Marta me agarró los huevos y me los acarició y... Coño, no quise desentonar. Acabé llenándole el culo de leche a mi esposa después de correrme en el culo del terrateniente y de hacer que se corrieran Marta, Laura y Rosa. Bueno, y aquí lo voy a dejar por que cómo resulta que el padre follaba con la hija a diario y con las criadas, y mi esposa y yo éramos sangre nueva, ya te contaré otro día más cosas... Y no, el viejo no matara a su mujer, fuera un cuento para enredarme. Quique.

Autor: Quique Categoría: Incesto

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La familia se respeta

2019-08-13


Una semana faltaba para mi boda y más que estar nervioso por si me daban el si ¡yo estaba nervioso esperando que no me escucharan entrar a la casa de Lourdes! Ella me había dado un juego de llaves para que entrara cuando quisiera, esa noche fría tenía muchas ganas de fornicar con ella, y es que mi Lety no estaba y la vería hasta la boda, Yesenia estaba enojada porque la compartí con otro y mis queridas amigas estaban enojadas porque me casaba, así que la única que me quedaba era mi tía Loulu. Entre sigilosamente a la casa, ella no vivía sola, Yesenia su hermano David y su hermana de Lourdes Martha habitaban esa casa que se encontraba en lomas de Chapultepec. Subía la escalera casi a gatas, su habitación estaba hasta el rincón del segundo nivel, abrí la puerta sin hacer ruido y la vi, ¡estaba acostada de ladito con un sexi blusón enseñando sus ricas piernas!, y sin que se diera cuenta me acosté detrás de ella y la abrace. L: ¡Hola corazón! ¡Que rica sorpresa! Lu: ¡Que piernas! ¿Me estabas esperando tía? L: ¿Por qué me lo preguntas? Lu: Tal vez por tu sexy blusón que traes, me provoca demasiado Comencé a besarla, le besaba sus hombros su cuello y su mejilla, ella cerraba los ojos disfrutando el momento, mi pene comenzó a sentir ganas de endurecerse, y sus ricas nalgas estaban repujadas a él, ¡moviéndose de tal forma que el rosé nos ponía a mil! Me empecé a quitar la ropa mientras ella quitaba las sabanas de la cama, ya desnudo ella comenzó a besarme de pies a cabeza, su boca besaba cada parte de mí, me excitaba lo que hacía y mi amiguito se endurecía cada vez más. Lu: ¡Que rico tía! L: ¡Me encanta tu cuerpo papi! Ella poco a poco comenzó a besar mi verga dura, la lamia deliciosamente mientras yo le acariciaba la cabeza, ¡apretaba sus cabellos rizados mientras su boca succionaba mi pene! ¡Que rico! esa madura era una maquina sexual, y mi verga era su comida favorita. L: ¡mi amor me encanta tu cosa! Lu: ¡a mí me encantas tu tía hermosa! ¡Eres una diosa sexual, tu cuerpo, tus tetas, tus piernas! ¡Me enloqueces! Ella se quitó la tanguita y subió en mí, se dejó caer en mi verga dura y comenzó a cabalgarme, ¡uf! Que movimientos, y sobre todo la forma en que se movían sus enormes tetas me ponía más y más. Lu: ¡Dios que rico devoras mi pene! L: ¡Que dura! ¡Hijo cógeme! Lu: ¡Tía que nalgas! Muévelas, muévelas rico! ¡Ella me cabalgada delicioso mientras mi boca mordía sus pezones, la muy excitada apretaba mi cara a ellos para no dejarlos de morder mientras su concha tragaba toda mi verga! L: ¡Luis que rico! muérdeme papi muérdeme! Lu: Que tetas, ¡son un sueño! Ella se acostó y se abro de piernas yo la penetre suavemente mientras la besaba, nos acariciábamos con pasión, mi boca besaba su cuello y su oreja y mis manos acariciaban sus piernas, ella me acariciaba la espalda y mi trasero, nos perdíamos en tremendos besos, sabíamos que si hacíamos ruido alertaríamos a los demás, ¡en especial a su hija! L: ¡Métemela Luis! ¡Eres un amor! Lu: Te quiero tía, ¡no me dejes nunca! L: ¡Jamás dejaría de tenerte hijo!, ¡desde que te vi te traía ganas uf! La puse de cucharita le levante su pierna y la penetre, mi boca devoraba su espalda y su cuello, ella gemía suave, ¡y se movía rico!, Que sensación saber que sus hijos podrían escuchar y venir me excitaba más, mis movimientos aumentaron de fuerza, apretaba sus nalgas y sus tetas, ella gemía más y más se mordía una almohada para que no la escucharan, ¡yo la miraba y la besaba y se lo daba más duro más fuerte! La puse en cuatro y comencé a dársela suave, me gustaba acariciarle su trasero mientras ella gemía y lo movía, con mi mano comencé acariciarle le clítoris, su sensación aumento, ¡ella se movía como loca mientras yo con mi mano y mi verga la gozaba! L: ¡Así que rico, dámela, dámela rico! Lu: Si tía tómala, ¡es tuya uf! L: ¿Así papi te gusta cómo me muevo? Lu: Muévete rico tía, ¡me estás haciendo llegar! L. Lleguemos juntos amor! ¡Dámela hazme venir! ¡Ambos nos movíamos fuerte, su concha trituraba mi verga y yo apoyándome en sus nalgas aumentaba mis movimientos de pronto, ambos nos venimos juntos, mis fluidos y los de ella, que orgasmo!, creo que hicimos un poco de ruido pero no nos importó, nos quedamos descansando un rato luego me levante me puse mi ropa y me despedí de ella con un tremendo beso, me dispuse a huir y al bajar la escalara… M: ¿Luis que haces aquí? L: ¡Martha! Yo estaba, vine a dejar unos papeles. M: ¿Tan tarde? ¡Y a donde los dejaste? Le di la vuelta a la conversación y convencí a Martha que sólo dejé papeles, ella se despidió de mí y cuando me iba me dijo… M: Luis ahora que eres de la familia, te pido por favor que la respetes, a mis sobrinas y mis hermanas, ellas son muy mensas, ¡te pido las cuides por favor! Le dije que no había problema y que confiara en mí que yo cuidaría perfectamente de todas.

Autor: luisylety Categoría: Incesto

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Mi primera vez con mi primo

2019-08-13


Hola para quien no a leído mis dos relatos anteriores me presento, me llamo pamela y nací en la ciudad de monterrey, pero solo nací allí. ya que después por motivos de trabajo de mi papá nos fuimos a vivir a cdmx, Veracruz, Oaxaca y por ultimo ya llevo 4 años viviendo en puebla, mido solo 1.55 y peso 52 kilos, pero muy bien de cuerpo mis medidas son 98, 65,102. Desde muy chiquita disfruto que me vean, por eso me encanta usar minifaldas, shorts, o vestidos muy cortos, me encanta dejar calientes y con ganas a los que me ven y a veces incluso lo e llegado a hacer con desconocidos pero eso se los platicare después. Ahora si seguiré con mi anterior relato, como recordaran las cervezas se habían acabado y mi papá se fue junto con su prima a traer más, así que miguel mi primo mayor saco a mi mamá a bailar y mi mamá dijo que no, ya que mi papá había dejado puesto unas canciones que no le agradaban, así que puso reguetón y le dijo a mi primo ahora si ven bailemos y wooooow vi a mi mamá mover sus caderas de una manera poco común, no sé si las cervezas le estaban haciendo efecto o si el saber que mi papá se había ido con su prima le dio celos ,pero valla que las movía mucho, mi primo tenía algo de pena al principio pero luego se fue pegando más a mi mamá, así bailaron dos canciones y en la tercera mi mamá dijo: oye Raúl por que no bailas con pame? Mi primo me vio a los ojos y me pregunto si quería bailar? y me puse nerviosa pero conteste que sí. comenzó otra igual de reguetón pero era de mis preferidas así que me solté un poco y empecé a bailar algo sexy mientras veía que mi mamá si estaba disfrutando, Raúl el que bailaba conmigo trataba de rozar cada vez más su pierna con mi entre pierna y al hacer eso mi vestido se me subía muuuucho,en eso tocaron el timbre y era mi papá ya había llegado con 4 six,mi mamá volvió a poner la música que le gustaba a mi papá y note como mis primos pusieron su cara de decepción jeje, pero bueno empezamos a tomar un poco más, yo iba más despacio, pero los demás valla que les gustaba tomar, como 1 hora después ya estando más tomados mi mamá dijo que ya pondría lo que le gusta de música y pues puso nuevamente reguetón, mi mamá salió a bailar con mi papá y mi primo miguel con su mamá, yo no Salí ya que me daba pena que mi vestido se volviera a subir y que mi papá viera como me muevo, así que estaba solo sentada, y en eso me llega otro SMS de mi primo, lo abro y decía: me encanto bailar contigo primita, yo estaba casi frente a él pero para que no vieran los demás que platicaba mucho con él le conteste igual por SMS le puse: gracias primo aunque, qué pena, mi vestido se me subía mucho al bailar. así platicamos un poco algo así si no mal recuerdo… el: si me di cuenta pero no te preocupes estamos en familia yo: es lo que me da pena que somos familia y mi vestido tan cortito y aparte estoy fea el: fea tu jaja no me agás reír primita si tan solo a tus trece estas mejor que muchas de 15 yo: gracias primo me vas a sonrojar, pero por qué dices que parezco de 15? El: tus piernas están muy lindas y por atrás te ves muy bien, aunque algo que no puedo dejar de verte son lo grande que tienes los pechos para tu edad Por unos instantes no creía que me estaba escribiendo eso y que lo tenía a dos metros frente amí, en eso mi mamá me dijo oye pamela deje ese celular y baila con tu primo, pues me levante y me acerque a mi primo en eso mi papá se fue al baño y nuevamente mi primo mayor aprovecho y se puso a bailar con mi mamá y yo con Raúl el que me estaba escribiendo, el condenado volvió a hacer de las suyas y mi vestido volvió a subirse, ahora no trataba de acomodarlo. la mamá de mis primos salió por que tuvo una llamada y fue allí donde mi mamá volvió a mover las caderas y note como se las ponía frente a mi primo miguel, el aprovecho el momento y le repagaba su paquete a mi mamá y ella no se quitaba, en eso ya que estaba mi papá en el baño solo aproveche y mientras bailaba le dije a mi primo, gracias por decir que parezco mayor, pero eres un mirón ya no veas tanto mis pechos que me vas a poner nerviosa. En eso acabo la canción y me volví a sentar, mi papá bajo emocionado del baño diciendo que dos de sus amigos del trabajo lo estaban invitando a ir a un antro y que ellos pagarían todo por los favores que mi papá les había hecho, mi mamá se subió a cambiarse ya que su vestido rojo si era demasiado escotado, mis primos siguieron en la sala tomando un poco más y yo solo tome una cerveza y me fui a mi recamara, volvió a escribirme mi primo. El por qué dices que te pongo nerviosa si te veo los pechos? Yo: porque es la verdad , además yo que culpa tengo de tenerlas grandes? El: así como las tienes se ven muy bonitas Yo: gracias ya me lo han dicho mis compañeros pero nunca un primo El: y sin braciel se te ven mejor Yo: que acaso te diste cuenta que no me puse El: si me di cuenta que tenías pero después te lo quitaste Yo: lo vuelvo a decir eres un mirón En eso mi mamá entro a despedirse de mí y dijo que le dio gusto que me allá divertido un rato, pero que pues al antro no podía ir por ser yo aún muy chiquita. Salí a despedirme de todos y al final mi primo me dio un abrazo muy fuerte, creo lo hiso para acercarse más a mis pechos, hasta me dolió pero me gusto. Y me dijo al oído que duras las tienes y me dio un beso en la mejilla, se fueron todos y yo como estaba mareada, le escribí a mi primo, primo yo las tengo duritas, pero también tu lo tienes muy duro, lo note mientras bailamos. En eso tocaron la puerta y o wooooow era mi primo, le abrí y me dijo que crees no me llevaron por que aún tengo 18, además me mandaron a cuidarte un rato. Bailamos primita tetoncita? sin pensar le dije que si y el me volvió a subir el vestido pero ahora con sus manos, yo estaba vuelta loca ya que sabia que estábamos solitos en casa, me puse de espaldas para sentir su paquete y valla que lo tenía duro, ya anteriormente me habían dado arrimones en la escuela o en el bus, pero nunca un primo y menos por mucho tiempo, el a mi oído me dijo como sientes primita, si esta duro? Me voltie y le dije que si, me empezó a besar y yo le correspondí él puso sus manos en mis pompas y yo las seguía moviendo como si estuviéramos bailando aun, luego le tome una mano y se la puse en mi pecho derecho y le dije: y tu que tal las sientes? Me dijo: hay primita están grandes y muy duritas para tener trece añitos, y me tiro al sillón me bajo los tirantes del vestido y por fin alguien me las estaba viendo así desnudas yo no sabía ni que hacer, pero el se acercó y empezó a besármelas woooow dios es algo que me encanta, el que me besen los pechos es una de mis debilidades pero no lo sabía, hasta ese día que mi primo me las estaba besando, yo cerraba los ojos y solo le preguntaba que si de verdad le gustaban, el me decía que si mientras me las seguía besando(e aquí donde espero ustedes mis estimados lectores tengan una mano allí en esos miembros duros que me encantan, y estén imaginando lo rico que me la pase)mis pezones aun no muy grandes pero estaban duritos y paraditos el me los mordía un poco y yo empecé a sentir cosquillas aquí abajito, el subió mi vestido, y se dio cuenta que tenía una tanguita, creo que eso le encanto y empezó a acariciarme por encima de mi triangulito de mi tanguita, yo estaba en otro planeta, solo me retorcía de placer y el se aprovechó de eso, en eso aun yo con mis ojos cerrados el toma mi mano y me la pone en su paquete wooow por encima de la ropa y se le sentía muy duro y grande, digo nunca antes había sentido una, luego se la saco y yo puse una cara de mucha emoción, y valla ahora que ya pasaron años me doy cuenta que no era tan gruesa pero si muy larga, me empezó a tallar mi cosita con su paquete, y yo seguía aun en otro planeta todo era nuevo para mí, después de unos minutos me hiso a un lado mi tanguita y me empezó a meter su larga verga, yo ponía los ojos en blanco de dolor y goce, y empezó con un vaivén lento yo no sabia si decirle que la meta mas o que la saque solo disfrutaba de mi primera vez, mientras el seguía haciendo eso no dejaba de, con una mano tocar mis piernas y con la otra mis grades pechos, yo empecé a gemir suave pero muy rico y el seguía cada ves más rápido, fueron solo unos minutos pero que jamaas olvido y me guste o no con mi primo fue mi primera ves. Besitos allí abajo y ojala se la jalen por mí.. atte:su amiga pamela

Autor: pamela chu Categoría: Incesto

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