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Casa Zeta: mi hija Melisa

2022-11-16


Este relato ya lo publique antes en otra cuenta, pero por problemas con mi correo tuve que cambiarme a una nueva cuenta asi que lo reenombre como Casa Zeta, asi mas facil de localizar este relato, quise tambien publicar mas relatos contando a mas a detalle esta relacion.. Yo ya tuve experiencia antes con mi prima y mi madre, pero este seria el inicio de mi experiencia con una linda jovencita. Desde hace mucho tiempo eh sido alguien quien le gusta estar con varia mujeres, mi hija Melisa era cuidada por su tia, quien era tia mia y tambien la cuidaba mis primos, yo no era verdaderamente responsable, me la pase estudiando y trabajando hasta que me fue bien en el trabajo, a Melisa la tuve a los 21 años, y su madre era mas irresponsable que yo y no la vimos de nuevo. Melisa era mas que toda una chica muy curiosa, a sus doce años teniamos una relación muy tensa, no pasaba mucho tiempo con ella pero aun asi nos llevábamos bien, en la que algunas veces me daba besos en los labios, pero nunca tuve la intension de verla con esos ojos, era muy hermosa y se comportaba de forma madura para su edad, bueno, de cuando en cuando invitaba a algunas chicas a mi departamento, asi que no es secreto que Melisa supiera de lo que es el sexo, pues mi madre, osea su abuela con la que tambien tuve algunas experiencias en la cama, era quien le contaba a Melissa de lo que era el sexo a su modo, pues de esa misma forma me lo contaba a mi desde que era chico, el tiempo pasaba y con Melisa nuestra relación era mas como de amigos cercanos, pero lo que no sabia era que su abuela le contaba a Melisa de la relacion que tuvo ella conmigo hace años era como una relacion amorosa, lo decia de juego pues mi relacion con la abuela de Melisa era sexual, pero Melisa apenas entendia lo que se referia su abuela, ella pensaba que su abuela y yo eramos una pareja amorosa, mencionando tambien a mi prima con quien tuve sexo hace muchos años. Melisa siguió creyendo eso hasta sus doce años, donde un dia me menciono que si la abuela y yo eramos pareja, yo sorprendido le pedi una explicacion, y ella me conto todo de lo que su abuela le dijo (ella desde siempre fue muy liberal desde que yo era niño, pero eso es otra historia) despues de que me contara todo incluyendo lo de mi prima, le explique a Melisa que mi relacion que tuve con su abuela era una relacion diferente, hasta que Melisa me pregunto que si hubo sexo (como dije, nuestra relacion era mas abierta, y hablabamos como amigo y amiga que tienen confianza entre ellos), yo le respondi que si hubo sexo, y llegue a explicarle mejor que mi relacion con ella era solo de manera sexual, despues de eso seguimos como si nada. Paso el tiempo Melisa se comportaba de forma extraña, un dia decidi revisar su laptop, en la que me las ingenie para revisar su busqueda en su correo, no vi nada inusual, tambien encontre porno, videos eroticos en internet y publicaciones de relatos xxx, yo lo vi normal, pues estaba creciendo y yo a su edad hacia lo mismo, pero tambien sabia que alguien tenia que hacerle entender mejor el tema del sexo, y quien mejor que su abuela, a lo que la llame y le pedi que le explique a Melisa de esas cosas, despues de un par de dias seguieron las cosas como si nada, pero Melisa se volvia cada mes mas coqueta (era coqueta antes pero esta vez era mas notorio), y comenza a ser mas liberar al ponerse ropa dentro de la casa, luego note que su comportamiento lo guardaba solo cuando estaba en publico, y cuando estabamos solo nosotros se comportaba de manera extraña, hasta cuando ella me daba besos en los labios se quedaba un buen rato y abecés hacia sonidos o decia cosas (hmmmmmm rico) o (bye mi amor) me parecio extraño pero admito que se sintió algo excitante, pero una noche mientras me recostaba, me puse a ver un video porno para masturbarme, luego se me vino a la mente la vez que vi el historial de busqueda de Melisa y todas las veces que se comportaba conmigo, eso me desvio de mis pensamientos y me masturbe pensando solo en ella, con el paso de los dias segui asi, me masturbaba pensando en Melisa y en sus ricos besos. Luego de seguir fantaseando con ella vine ver a mi madre, y hablábamos de unas cuantas cosas y le conte del comportamiento extraño de Melissa, ella me dijo que es un proceso donde las adolescentes comienzan a sentirse excitadas y buscan sentirse deseadas por otros, y me comento que ella a su edad le gustaba provocar a los chicos, luego le pregunte que cosas le dijo a Melissa cuando le pedi que le explique mejor sobre del sexo, y me comento algunos ejemplos que ella tuvo, y tambien menciono algunas de nuestras experiencias que tuve con ella hace años. Volvi a revisar el historial de Melisa, luego a su cuenta de la pagina porno y vi muchos videos guardados, de fantasias hijas, sobrinas, estudiantes, trios incest, y mucho mas, y cuando lo vi me excite, en la noche fui a buscar esos videos a masturbarme y me imaginaba hacerlo con mi hija Melisa, los siguientes dias le segui la corriente a Melisa cuando se ponia coqueta, y nuestros coqueteos se ponian mas intensos, ella me daba golpesitos en el pene entre mis pantalones, me daba algunas nalgadas o peñiscos, y me daba mas besos, y yo le daba nalgadas o aveces frotaba sus nalagas, le agarraba las tetas por unos pocos segundos, hasta que senti deseos por ella, fui a ver a mi madre y contarle de mi situacion, luego ella me dijo de los problemas hormonales que debe tener ella y que es muy joven para hacerlo aun con ella, yo me sorprendi al inicio de que ella consideraba que yo lo haga con Melisa, pero luego recorde que lo haciamos antes mi madre y yo, pero era diferente porque en ese entonces tenia diecisiete años cuando lo hicimos, pero tuve catorce cuando lo hice con mi prima la primera vez, luego ella me dijo que era mejor hacerlo con ella a que ella lo haga con otro ya que no sabremos sus intenciones, y sabia que yo la queria mucho, lo considere la verdad, pero no queria obligarla a nada o a seducirla. Una noche mientras nos besabamos como siempre ella traia su pijama de verano mas reveladora, seguimos besandonos pero ahora nos quedabamos por mas tiempo, ella decia que era nuestra sesion de besos, pero despues de que ella cumpliera trece años, ambos nos volvimos mas calientes, esa noche mientras teniamos otra sesion de besos, ella se subio encima mio en el sofa y menciono que yo lo hacia antes con mis novias y que no debe ser extraño, le segui y ella estaba encima mio, era rico la verdad, luego de tiempo y varias sesiones mas de besos, yo estaba en mi cama, hasta que Melisa vino en pijama teniendo su nueva pijama de verano, en la que me parecio muy sexy, ella se subio en mi y nos besamos como siempre pero esta vez le agarre su culito y ella gemia, no aguante mas y le aprete mas el culito, ella gemia tan rico que se me puso dura, ella decia (hmmmm que rico besas, dame mas, te gusta mi culito) mientras nos besabamos, luego de esa sesion, ella se limpio la saliva de su boca y me saco la lengua de una forma coqueta y lujuriosa, yo ya estaba excitado y cuando Melisa se fue, me masturbe toda la noche. Yo ya tenia el deseo de follarme a Melisa, a lo que desde ese dia mientras Melisa no estaba fui a su cuarto y me lleve un calzon sucio de ella que lo uso el dia anterior (lo sabia porque ella mostraba que calzon usaba antes de dormir) me masturbe oliendo su calzon, me masturbaba pensando en mi hija, lamia la tela mientras la frotaba eqn mi nariz, luego la empece a espiar en el baño mientras se duchaba o se cambiaba, no sabia si ella sabia pero lo seguia haciendo. En otra sesion nuestra en uno de nuestros besos ambos sacamos nuestras lenguas haciendo besos franceses, donde la devoraban a ella y al terminar teníamos las boca bien ensalivada. Volvi a revisar la laptop de Melisa y en una carpeta encontre una galeria de fotos, eran algunas fotos que tomaba con la camara de su laptop, luego encontre algunas reveladoras e incluso ella estando desnuda, simulando estar modelando y hasta vi fotos de ella con doce años en bikini o masturbandose, donde ella estaba encima de un peluche grande de ella como si estaria montando poniendo rostros lujuriosos, yo me excite mas y me volvi a masturbar viendolas. El tiempo paso, habia pasado un año desde los primeros acontecimientos, mi hija tenia trece y yo era consiente que estabamos jugando a ve quien se atrevia, yo la deseaba, un dia Melisa y yo hablábamos en el almuerzo y le pregunte que si tenia novio, ella me respondio que no, y me pregunto lo mismo, yo le dije que no, Melisa me dijo que si queria tener una novia ahora, yo algo nervioso y a la vez excitado le conteste que estaba bien, y Melisa de broma dijo que de porque la veo mucho (no sabia si se referia que si yo la espio mucho) hasta que Melisa bromeo (no te gustaria una novia como yo?), yo le dije que era muy joven, Melisa decia (no importa siempre y cuando sea bueno en la cama) yo le pregunte de que estaba hablando y me dijo (bueno, no tengo interes en tener novio, pero me gustaria tener uno igual a ti) yo me calente, ella se fue mandando un beso en el aire, era evidente que estabamos jugando a provocarnos. Una noche volvimos con nuestra sesion de besos, ella se coloco encima mio simulando la pose de la silla, nuestras piernas se cruzaron entre si, seguimos con nuestros besos que pasaron a ser besos de lengua, pareciamos un par de amantes calientes, hasta que ella me dijo (seguro que te gustaria hacer eso con una novia, no?) yo la calle con mi lengua en su boca y Melisa me volvio a decir (lo triste es que solo pueden ser besos, y no puedes follar con nadie porque soy tu bebita) yo segui callándola con lo mismo, la segui manoseando el culo y tetas, pero ella seguia diciendome (tu no harias nada a tu hijita, verdad?) yo me agache en ella y ahora estaba encima de ella, estabamos echados yo sobre ella aun besandonos hasta que ella intento quitarme la ropa, me quite la camisa y ella trata de bajarse el short pero nos detuvimos para paarar un rato la calentura y por la excitacion pero no paso de mas, al dia siguiente en la noche pense que no habría sesion de besos hoy me eche en mi cama a domir pero vino Melisa con su misma pijama de verano, pero ahora en lugar de un short traia su calzon, seguimos con nuestros besos y la manosie su culo contra se calzon, no paso nada mas ese dia tampoco, yo tenia ganas de hacerlo pero al parecer ninguno de los dos se atrevia. Pues yo ya habia follado antes con varias chicas, siendo una de esas mi prima y mi miladre pero esta seria la primera vez que lo haria con una jovencita, y la verdad eso me calento, y por parte de Melisa esta seria su primera vez y seria yo quien la desvirgue eso me reprimia mas si hacerlo o no pero queria hacerlo. Seguimos haciendo lo mismo pero ahora eran todas las noches y Melisa no volvio a traer short, pero las cosas cambiaran porfin al terminar la primera semana, pues ya no aguantaba verla en calzon mientras rozamos nuestra piel, esa noche al terminar la semana ella y yo nos dabamos lengua y lo que mas me gusto era que Melisa saca su lengua hacia afuera como queriendo lamer por mi mejilla pero decidi tirarla y la empuje en mi cama, ella dijo (gua, que buen comienzo) yo me monte sobre ella, Melisa me miro con emocion (que le vas a ser a tu nena?) yo me embolvi sobre ella, nos besamos, ella me quiso quitar la ropa para dejar descubierto mi pecho, pero yo le jale el calzon para abajo y dejar expuesto su vagina, ern tan rico verla humeda, roja y virgen, se veia apretadita, le subi su camisa de algodon para arriba para tocarle las tetitas, eso hizo que Melisa se resistiera un poco pero luego de unos segundos me quiso quitar el resto de la ropa y yo su pijama de arriba ya que abajo estaba desnuda. La desnude y le di una lamida a su coño, ella gemia rico y la puse en cuatro, ella me veia mientras le frotaba su coño cob mi mano y mi verga con la otra (papi que me haras?) me dijo ella con una voz de respirando profunda y le meti mi verga, ella gemia rico y yo no pare, yo hice lo que tanto anelaba por todo este año (ah ah ah ay papi, dame duro) me decia cuendo comenzamos a seguir el ritmo, habia desvirgado a mi hija a sus trece, antes no estaba con ella cuando era chiquita, yo apenas la veia, me concentre mas en estudiar y mejorar en el trabajo para ser alguien responsable pero al parecer nunca lo fui y follarme a mi hija era la prueba de ello, cuando porfin pude tener una buena paga crei que podia recopensar el timepo perdido y quise vivir con mi hija y pasar el tiempo ya que paso varios años siendo criad por mi tia y mi madre, pues regresando el presente me pregunte si hubiera pasado tiempo con ella desde el inicio, algo hubiera cambiado? yo deduje hace años que si, pues Melisa era como una amiga para mi y me gusta estar con ella, pasamos horas sin dormir despues de la primera noche, ella se ponia en cuatro, yo me ponia sobre ella y ella me montaba sobre mi. Melisa era mi novia ahora pero nuestra relacion es secreto hasta hoy despues de años. Actualmente Melisa tiene diecinueve, pero aun asi seguimos en nuestra relacion no solo sexual tambien sentimental, me encanta las veces de cuando yo estand en el trabajo y recibo mensajes provocadores de Melisa y fotos suyas esperando que regrese a la cama y pasar la noche gimiendo y gritando.

Autor: ROBMAK Categoría: Incesto

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Cuando mi sobrina pasó a ser mi amante

2022-11-16


Lucila tiene 14 años, y hace un mes que prácticamente tenemos sexo día por medio, la niña se ha vuelto ninfómana. Cada vez quiere más.. Lucila es una morocha de 14 años con cuerpo de 16, sus pechos rebosantes son la admiración del barrio, y junto a su cola, son los atributos que cualquier mujer quisiera poseer. Con sus ojazos verdes, su pelo renegrido, y sus gruesos labios carnosos, es algo digno de admirar. Todo esto inició cuando mi hermana, su madre, tuvo que ir a cuidar a su suegra, ya que tuvo un infarto y estaba internada. Entonces mi hermana me llama por teléfono y me pide si puedo cuidar a su hija por un par de días, ya que estarán con su esposo ocupados con el tema de su suegra. Obviamente yo no puse reparos, es más, Lucila me generaba siempre que venía momentos de alegría y nos divertíamos mucho juntos. Yo tengo 55 años y hace cuatro que soy viudo, por lo que mi vida sexual es bien pobre. De hecho hacía como seis meses que no tenía relaciones, al momento de la primer circunstancia que me lleva a este relato. Convengamos que si bien no soy actor porno, tengo una verga prominente, de venas gruesas y bien cabezona, son 21x 7cms que cuando se enerva, se pone como un tirante de dura. Pero tenía hasta hace unos días tan poco uso que estaba algo triste la pobrecita. Pero volvamos a la situación inicial, llegó Lucila con su amplia sonrisa de labios gruesos, y se me colgó del cuello, lo primero que noté es que sus senos ya estaban para ser comidos. Clan clan, sonó la campana interior de mi líbido. Luego la niña se dirigió a la cocina delante mío, con lo que por el camino pude apreciar que su culo estaba más rellenito, y al balancearlo parecía pedir pija a gritos. Y lo peor es que la piba sabía que estaba muy buena, y lo hacía valer, coqueteaba permanentemente. Llegó la hora de la cena, le comento que iría a bañarme, y que Ella podía hacer lo mismo luego. Y salí para la ducha, estaba en ese trabajito cuando lentamente y muy suave se abre la puerta del baño, me sorprendí, pero más cuando veo aparecer a Lucila totalmente desnuda, se acerca a la ducha, abre la mampara y sin decir ni pío se mete a la ducha conmigo. Obviamente que yo quedé totalmente azorado, mi sobrina se puso de espaldas a mí y me pide que le enjabone la espalda, yo estaba babeándome todo, y mi verga ni les cuento, en dos minutos se puso esplendorosa, tomé el jabón y comencé a lavarle la espalda, la niña no sentía verguenza alguna, por Dios, que hermoso cuerpo, sus glúteos rellenos y duritos, sus tetas, espléndidas, moría de ganas de chuparlas y apretarlas, pero más quería arrimarle la verga a sus cachetes, y eso hice, sin miramientos, con la verga totalmente enhiesta, se la apoyé entre los cachetes. Ella se quedó quietecita, luego simplemente se inclinó un poco hacia adelante, y con ambas manos se abrió las nalgas, ofreciéndome el agujero de su culo en primer plano. Yo directamente apoyé la cabeza de mi pija en ese rosado y estrecho agujerito, ella soltó sus cachetes y mi verga quedó atrapada entre ambos promotorios. Ya entonces al ver que ella estaba dispuesta a todo, simplemente dejé el jabón de lado, me apoderé de sus tetas y comencé a sobarlas y a apretar sus pezones que ya estaban tersos y apuntando al cielo. Comenzó a gemir, yo punteaba su trasero con ganas de perforarle el ano. Bajé una mano y me adueñé de su vagina, estaba totalmente depilada, sus gruesos labios vaginales marcaban su profunda hendidura, cuando toqué su clítoris, emitió un gemido y se echó para atrás, con lo que mi tripa presionó su esfínter y entró medio glande. Y ahí su gritito fue superior. Pero no se retiró, se quedó quietecita como esperando el resto. Por consiguiente la tomé de la cadera y presioné su ano, no había forma de que mi pija entrara en ese estrecho culo. Es demasiada tranca para meterla sin preparación y lubricarla. Pero ya estábamos jugados, la hice arrodillar en la bañera de frente a mí, al ver el tamaño de mi verga abrió los ojos como el dos de oro, pero simplemente con sus manos tomó mi miembro y se lo llevó a la boca. Y simplemente me dió una terrible mamada, llegó a tragarse tres cuartas partes de mi miembro, y solo tiene 14 años, Dios mío, qué placer me estaba dando mi sobrina. Si previo aviso comencé a descargar chorros de semen en su boca, Ella tragaba y chupaba sin verguenza alguna, es más, se esforzaba por seguir mamando. Es cierto que escoba nueva barre bien. Al tener sexo con mi sobrina, luego de haberle llenado la boca de semen, mi tripa seguía dura como cuando tenía 20 años. Y yo ya estaba lanzado, que sea lo que sea. La hice poner de rodillas pero de espaldas a mi, me puse detrás de la niña, separé lo suficiente sus piernas para poder acceder desde atrás a su vagina, tomé mi tronco, se lo posicioné entre sus gruesos labios vaginales y simplemente empecé a entrar en esa virginal vagina de 14 años. No me importaba nada, solo penetrarla hasta el fondo, choqué con su himen mientras ella suspiraba fuerte y gemía, cuando la cabeza de la verga topó su himen, simplemente pegué un caderazo y se la enterré hasta las pelotas, gritó como loca, lloraba, pedía por favor que se la saque, yo cada vez más adentro, y no me paré para que se acostumbre, no simplemente se le enterraba toda hasta chocar con su útero, se la sacaba casi toda y otra vez adentro, su vagina apretaba mucho, pero de a poquito se fue dilatando y acostumbrando al tamaño de mi pija, luego de unos minutos de llantos y grititos, se acopló a la cogida, luego era mi sobrina la que salía a mi encuentro con su rotundo culo apuntando a mi vientre, y pasado unos minutos de embestidas y jadeos, Lucila logró su primer orgasmo producto de una buena pija, la de su tío. Seguí bombeando hasta lograr yo mi orgasmo. Al sentir ella mi semen en su interior, alcanzó su segundo orgasmo, pero ahora eran todas sonrisas y caricias. Y así inició lo que hoy es una relación sexual desenfrenada, esta noche tengo previsto adueñarme de la virginidad de su culito, para lo que ya preparé el lubricante. Estoy esperando que llegue. Eso si, ya tengo la verga como un caño de solo pensar en ella.

Autor: CRAYZZYGARY1 Categoría: Incesto

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Mi nieto, mi amiga Mirta y Yo

2022-11-16


Ya había iniciado a mi nieto y todo lo que me proponía era enseñarle todo sobre cómo hacer gozar a una mujer, por eso está vez seria su primer trio. Termino el verano y las clases comenzaron, mi nietito vio como eran las chicas de su edad, yo me enteraba cuando me contaba y decía:…”Abu son todas unas pendejas creídas, no le dan bolilla a ninguno de nuestra edad, andan buscando a los del penúltimo y ultimo año”; por eso decidí que al primer feriado largo tuviera una clase especial para saber como comportarse con dos mujeres. Para esto llame a mi querida amiga MIRTA, psicóloga y amante del sexo como yo para contarle mi experiencia sabiendo que querría participar de esta nueva clase para mi nietito. Acepto y propuso al mejor idea, viajar los tres a las Termas de Balde y alquilar una cabaña que tiene un piscina de agua termal, sauna y una piscina externa, todo dentro de los muros o sea súper privado. Hable con mi nuera para que me lo prestara, Já, estaba chocha de sacarse de encima el hijo y yo Súper feliz por tenerlo todo un fin de semana largo (jueves a la tarde, viernes, sábado y domingo), así que el Jueves pasamos a buscarlo con Mirta por el colegio. Cuando subió al auto se maravillo de vernos, estábamos vestidas como dos locas, perfumadas, ambas con minifalda y con remeras muy escotadas de lycra y por supuestos unas sandalias con tacos altos para que nos admire. Les cuento que MIRTA es un poco mas joven que yo, le llevaré unos 7 u 8 años pero esta en muy buena forma, hace gimnasia casi todos los días y se come a todo el que puede, como yo prefiere los jovencitos, la conocí después de haberme acostado con varios adolescentes (mi sobrino por ejemplo) y creí que estaba media chiflada, Sorpresa!!!, ella me dijo que era lo mejor para mantenerme joven y que ella hacia lo mismo y cuando tenía pacientes de esas edades la mejor solución para estos era que la Licenciada tuviera sexo rabioso con ellos. Al llegar preparamos todo para disfrutar y comenzamos con el sauna, para eso nos quedamos desnuditas y nos cubrimos con las toallas, mi nietito se fue con short y toalla, ja ja ja , le dije: …”BB, sácate el short solo la toalla, así hace mas efecto…”. Ya adentro nos soltamos las toallas y su mirada se perdió en los pechos de ambas, MIRTA sin esperar le pregunto:..,.”Te gustan amor?” Sí respondió el y mucho, los de mi Abu están riquísimos, los puedo probar?, que tal mi nietito no se quedo y por supuesto le dijo que sí. Se paro y se acerco tomándolos con ambas manos, MIRTA busco la herramienta escondida debajo de la toalla, tirando esta al suelo, ambos se sobaban con dulzura y jadeaban no solo por el calor, yo me pare detrás y con mi mano busque sus huevos, estaban llenos y duros. Toma la toalla y la coloque en el asiento para recostarlo, ya el acostado MIRTA engulló su pija y yo acerque mi pechos para que los chupara, al rato el calor nos hizo salir para tirarnos en la cama, ella siguió chupando, yo cambie y me comía la cuevita de MIRTA. Fueron pocos minutos pero mi nietito comenzó a acabar y ella se tragaba su leche, yo metía mi lengua en su clítoris y mi dedo me daba tratando de acabar, era hermoso sentir el aroma a sexo en el ambiente. Después unas lamidas en el tronco de mi nieto lo pusieron a full y yo quería sentarme para cabalgar, así lo hicimos y MIRTA puso su cuevita para que se la chupara, al rato me baje y juntas pasábamos nuestras lenguas por sus huevos y terminámos enlazándonos los tres. MIRTA se puso en cuatro patas y se la culio con ganas, yo me masturbaba y le brindaba el espectáculo, descansamos un rato y nos metimos a la piscina para sentir como era coger en el agua, nos gusto y lo hicimos varias veces en esos días. Mi nietito comenzó a ser un experto y se dedico a nosotras dos para darnos placer, por momentos su máquina estaba muy roja y dolorida, pero el seguía con su lengua y sus dedos, me dio varios besos negros y me hizo acabar en su boca, MIRTA estaba tan caliente que no paraba de coger, culiar, chuparnos y todo lo respecta a enloquecer de placer, su vulva estaba tan hinchada que parecía que explotaría. Dormíamos sin horario y cogíamos sin horario, solo nos preocupaba el volver y dejare de hacerlo, cuando llego la hora, nos arreglamos para el viaje de regreso y a la conclusión de mi nietito: …”es el fin de semana que jamás olvidaré, siempre me gusto mi Abu y MIRTA, pero jamás imagine que me darían todos los gustos que anhele”.

Autor: TINA Categoría: Incesto

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Mi nietito y su compañerito Ale

2022-11-16


Cómo buena abuela, un pedido de mi nieto será hecho realidad, y que mejor w desvirgar a un compañerito de su escuela. Pasaron algunos meses de la experiencia de tres que tuvimos y por supuesto solo fue la primera, cada vez que había oportunidad lo repetíamos en donde podíamos. Ya con sus nuevos compañeros, mi nietito traía sus comentarios a casa y me contaba de la mala experiencia de su mejor amigo en los vestuarios del gimnasio, todos sus compañeros de curso se rieron del pequeño tamaño de su herramienta y parecía que había quedado afligido. Por este motivo y ante la amistad entre ellos le dije que YO le iba a ayudar que lo trajera a casa a la salida del colegio y que después lo invitaríamos un fin de semana, esto, me daba la seguridad de poder devolverle la autoestima al pobre niño. Por supuesto me prepare para conocerlo, me puse una remera de lycra blanca que resalta bien mis curvas, una de mi pollerita mini negra bien corta y con un tajito atrás, medias con costura que siguen llamando la atención y todas las ganas de comérmelo… Llego la hora y aparecieron en casa, Ale es el compañerito, delgadito y bastante alto, su mirada se poso en todo mi cuerpo, me comió con los ojos, PERFECTO!!!, había logrado atraer su atención, y por supuesto la de mi nietito también, los hice pasar y los mande a que se lavaran para almorzar. Ya sentados a la mesa me incliné bien al servirles para que aprovecharan y pudiera ver bien mis pechos y para servirles el postre no dude en ir a ponerme más cómoda y ponerme mi camisón que se trasluce y me pueden mirar a placer, mas aún que me había sacado el brasier y me veían casi desnuda. Los ojos de ambos no dejaban de mirarme y trataban de ocultarlo, les dije: …”ahora vamos a descansar un rato para hacer bien la digestión, después estudian y si quieren los ayudo”; los deje en mi dormitorio mientras lavaba los platos y ellos con toda la calentura seguro que aprovecharían y mirarían alguno de los canales condicionados que tengo, mejor para mí ya los tendría a punto caramelo. Tal cual habían bajado el volumen y miraban una que entre dos le daban a una rubia, no espere y entre de golpe, se quedaron boquiabiertos y les dije:…” muy bien, pero no solo hay que mirar, también hay que hacer!!!”, mi nietito sonrío y me comento que Ale era de quien me había contado y qué estaba acomplejado por el tamaño. Le dije a Ale: …” Te gusto?, déjame ver tu maquina y yo te lo resolveré”, Ale muy decidido y sin vergüenza se bajo los pantalones y el slip y aprecio una herramienta corta pero gruesa, ya dura por la calentura, me acerque y lo tome con mi mano, su pito latía fuertemente y el jadeaba de placer, comencé por acariciarlo y decirle que todo tenia solución, que yo se la daría si el era constante y me visitaba frecuentemente. Su piel se erizo cuando tome y sopese los huevos, que ya estaban muy hinchados y pegados al tronco, mi nieto se saco la ropa y levantó mi camisón para chuparme bien chupada, yo le dije a Ale: …”estos huevos son de toro y están llenos de leche, te voy a bajar el piloto y dejare libre la cabezota”, mis manos se deslizaron por el tronco y comencé un subí baja y sus líquidos preseminales lubricaban rápidamente su tronco, al fin su cabeza salió y el comenzó a temblar, estaba por acabar, lo solté, no quería que acabará. Me saque el camisón y la tanguita que ya estaba toda corrida y mojada, mi nietito estaba con todo bien duro y quería colita mientras yo me agachaba para meter en mi boca la pija de Ale, que ya estaba por largar todo lo que tenia, comencé a bajar el prepucio y en el “cuello” del garrote estaba toda llena de leche vieja, pajas no lavadas que emitían un aroma intenso que me calentaba mas aun, con la punta de la lengua recorrí ese pequeño espacio y acaricie su cabezota que ya estaba morada, me la engullí de un solo bocado y a las dos bombeadas me lleno de leche caliente que saboree con gusto. Como me paso con mi nietito, su pedazo se aflojó al acabar pero en unos segundos sentí que comenzaba a crecer nuevamente y se ponía como una estaca. Le dije: …”Yo puedo estirarte este pedazo, no te preocupes, debes ser constante y venir cada vez que puedas, solo o con mi nieto” y seguí chapándosela, cuando estuvo realmente dura me puse en cuatro patas y le pedí a mi nietito que le enseñara a metérmela por atrás. El muy presto dijo: …”Si Abu, me encanta esto, primero yo con MIRTA y vos, ahora vos conmigo y con Ale”, saco su herramienta y no tuve que explicarle a Ale, mi cuevita estaba bañada de jugos y el siguió su instinto, sentí como entraba y que en algunos momentos no me llegaba por lo que le dí mi “anillo del amor”(adminículo que se pone en la pija y tiene una protuberancia que hace que choque con el clítoris y te vuelvas loca de placer), mi sorpresa fue que la tenía bien gruesa y la calzaba algo ajustada por lo que se dio cuenta que con mi ayuda seguramente la tendría como la mayoría. Tome nuevamente su aparato y me lo engullí para después bajar con mi lengua por el tronco hasta los huevos y seguir un poquito mas y meter mi lengua en su colita, mientras mi mano subía y bajaba por su garrote, él me apretaba y me decía: …”Viejita que bien que lo haces, Ahh. Deja que te la meta de vuelta, me vuelvo reloco y estoy recaliente, te quiero culiar, chuparte la concha y el culo, acabarte en las tetazas y que te cojamos los 2 a la vez como en las peli. Esto me trajo la gran idea que se estaba escapando de mi mente, que mejor que mi nietito me la mandara por la colita y me abriera bien de piernas y Ale por la cuevita, me encanta un sándwich de hombres, por eso en ese mismo instante salí de la posición y lo recosté a mi nietito para chuparle bien la pija y a Ale le pedí que me metiera de a un dedo en la colita así me la dilataba para que me culiara, comencé a succionar a mi nietito de los huevos a la cabezota mientras sentía como Ale me pasaba la cabeza de la pija por el culo y metía un dedo y después otro. Pese a su tamaño pequeño fue metiendo su gruesa pija en mi oscuro agujerito y pechando para que entrara todita, ya bien adentro (o todo lo que podía) bombeaba con fuerza y gritaba: … Que culiada te estoy dando viejita puta!!!, para evitar que acabara me corrí y cambie de posición para llegar a lo que yo espera cumplir los deseos de Ale, de mi nietito y míos, doble penetración!! Con los dos orificios bien dilatados, deje a mi BB que metiera su trozo por mi colita, fui deslizándome en su pedazo, sentía como entraba cada centímetro de su carne y Ale miraba como me deleitaba, quería que le chupara la pija pero cuando la tuve toda adentro le dije: …”Ale, ahora vos me la metes por adelante y gozamos los tres a la vez!, su cara se ilumino y se acomodo para meterla y poder moverse para cogerme, fui sintiendo como entraba y teniendo el pedazo de mi BB en la cola era sentir que me partían, el grosor de la pija de Ale se sentía muy bien y creo que cuando comenzaron a moverse al compás empecé a acabar copiosamente. Mi bebe llevaba el ritmo y sus manos están en mis caderas, Ale seguía el ritmo y con una mano se sostenía y con la otra me apretaba los pechos, los tres jadeábamos y estábamos como locos, gritábamos y nos decíamos cosas, Yo les gritaba:… “Hijos de p… como me están dando, pártanme en dos, denme con fuerza y llénenme con su leche, Ale gritaba:…” Viejita rica!!! Como me gustas, voy a venir todos los días a darte, que rico se siente, sos una puta hermosa y mi BB decía: …” Abu esto es único, me encanta culiarte y ver como te comes a mi amigo, quiero que esto no termine jamás, quiero que me sigas dando el culo, la concha y esas tetas maravillosas. Cuando acabamos quedamos tirados por un rato, me dolia todo el cuerpo y los agujeritos que me habían llenado de leche, la cual iba saliendo lentamente, ni lerda ni perezosa tome ambos pedazos y les dije que esto no era para calentarlos sino para limpiar la zona, así que pase mi lengua por cada pija en forma rítmica,… claro, son hermosas pijas, sin importar el tamaño, se pusieron duras otra vez, estaban moradas del esfuerzo y los dos babys me dijeron: …”me duele hasta debajo de los huevos”, ja ja ja , estaban para dejarlos descansar un rato. Que tal, una tiene que ser una buena mujer y ayudar a los que se acomplejan con cosas de hombres, el tamaño si bien es importante no es lo mas importante, ya mi BB lo sabe y cuando no da mas me da con sus dedos, su boca o su lengua.

Autor: TINA Categoría: Incesto

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Con mi sobrino

2022-11-16


El tener un macho cerca y sentir que es deseada, me lo folle con ganas. Les contare algo que a nadie he contado, como fue mi primera vez con mi sobrino del alma. El solía quedarse en casa cuando mi hermana y su marido salían a trabajar y no tenían con quien dejarlo. En esa época ellos la remaban y yo tenía este trabajo que es bastante seguro, pero todavía no tenia una casa propia como AHORA. Hoy ya tengo un cuarto para Huéspedes (amigas que quedan de pasada o con algún amigo especial). Por ese entonces, para que no estuviera solo y durmiera en el sofá se acostaba conmigo en la cama. Siempre lo mandaba a acostarse primero, y después iba yo cuando dejaba todo listo en la casa, el leía en la cama hasta que yo llegaba. Ahí me sentaba en la cama y le daba la espalda, le decía que se diera vuelta por queme tenía que poner el camisón, así que me desnudaba, me sacaba la poca ropa que usaba y me ponía ese camisón que se transparentaba con la luz de fondo. Poco a poco sentía como me miraba a escondidas y se notaba que se tocaba la pija, mi andar hacia que me viera de trasluz desnuda. Una noche que estaban dando fútbol y el no quería perdérselo, peor estaba bastante engripado, permití que lleváramos la TV al dormitorio, cuando yo fui, el partido terminaba y pusimos una película vieja, donde trabajaba Rita Haywort, y bailaba la danza de los 7 velos ante Herodes. Eso me calentó al ver los ojos del actor como se calentaba ante esa visión, y me di cuenta que el también estaba muy caliente, se levantaba disimuladamente la pija entre las cobijas. Al terminar la peli apague la luz y le di las buenas noches. Al rato me acerque a él para sentir que hacia, a que se animaba, puse mis tetas muy cerca de el, casi encima. El puso una mano muy cerca y de a poco la fue acercando, al rato sentía como pasaba su dedo sobre mi pezón haciendo que se ponga duro, su respiración estaba agitada y su mano comenzó a moverse. Se estaba pajeando Yo pensaba que se iba a desperdiciar toda esa lechita y podía ser mía, así que me moví, el se quedo quieto de repente, me di vuelta y me puse de tal manera que si quería se podía poner en cucharita y apoyarme su pija en la raja del culito Al ratito lo hizo, se acerco y me puso su manguera dura su calor me empezó a derretir y el empezó muy lentamente a bombearme sobre la raja de la colita Yo me abrí un poco y me acerque ante esta acción, moví mis músculos de la colita para decirle que estaba para el. Ninguno de los dos hablaba. Me acerque mas y al rato de sentir que el se agitaba mas, me di vuelta y tome su pija Estaba muy dura, metí la mano dentro del slip y se la empecé a pajear, y al rato, baje y me la metí en la boca Empezó a jadear y se fue en mi boca, solo decía AH, AH, AH. Eran borbotones de leche, riquísima en mi boca, se la seguí chupando y se paro inmediatamente, entonces hable Y le dije, BB, soy tuya, soy toda tuya, y abrí las piernas y le dije subite y dame con todo lo que tengas Me empezó a bombear con todo, estaba desesperado, me apretaba las tetas y me las besaba como podía, acabo casi de inmediato Sentí que su pija se iba achicando, le dije no te dejare descansar, y me fui a su entrepierna para volver a chuparle la pija, Yo aun no acababa. Al rato se le paró, no lo pensé dos veces, me subí a el y empecé a cabalgar, subía y bajaba, hasta que acabe, a los segundos cuando ya estaba casi finalizando mi orgasmo el se fue de nuevo, y yo seguí dándole mas par que acabara. Esa noche lo hicimos muchas veces, no los conté, pero en un momento de la madrugada el me dijo: Tía me duelen los huevos y la pija y se me para sola, no me sale mas leche, pero siento como algo que me apreta detrás de los huevos. Al otro día, yo no fui a trabajar, avise que estaba descompuesta, mi sobrino estaba de cama, tenía unas ojeras gigantes, y le avise a mi hermana que no lo enviaba a la escuela por que parecía que estaba con una recaída. Después, al descansar un poco, yo me sentía maravillosa, con una fuerza única, el estaba cansado pero entero, ese día seguimos con lo mismo, hizo un curso rápido de cómo coger y culiar a una mujer. Le encanto todo lo que aprendió y las lecciones siguen siempre que queremos, yo cuando le pido viene corriendo, y cuando el quiere yo estoy totalmente dispuesta. A tenido muchas novias, a muchas las desvirgo en mi casa mientras yo lo espiaba (él sabia, ella no) Y la última “novia” que trajo le gusta el sexo, pero esa es una historia que después les contare.

Autor: TINA Categoría: Incesto

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Mi madrastra

2022-11-16


Cuando tenía 19 mi papá enfermo y fui a cuidarlo a la ciudad dónde él vivía lo estuve cuidando hasta que desgraciadamente falleció en eso mis familiares empezaron a pelear por dinero y en el tiempo que yo lo cuide conocía a su mujer mi madrastra cómo le di la razón a ella mi familia se enojó conmigo y ella me invitó a irme a vivir con ella por un tiempo nunca había pasado nada entre ella y yo hasta que un día regresamos a esta ciudad y nos quedamos en un cuarto rentado entonces en las noches ella me abrazaba para dormir pero era una mujer muy hermosa no mucho mayor que yo y hasta que poco a poco empezamos a tener pequeños roses al principio ella me dijo que no podíamos tener nada pero que me podía dar una m***** si yo quería eso que era lo único que podíamos hacer y así fue pasando los días hasta que un día después de una fiesta en ella ya no aguanto las ganas y me dejó entrar en ella ella me enseñó todo de sexo era mi primera vez me encantaba en sus t**** enormes me tenía una panocha muy rica y la verdad a una mamá es muy ricas también después de un tiempo pues me tuve que alejar de ella pero nunca olvidaré mi primera vez con mi madrastra

Autor: Tony Categoría: Incesto

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Tengo un ahijado

2022-11-16


Teo es el hijo de mi mejor amiga, lo conozco desde que nació y ya de chiquito se ha quedado a dormir en casa. Cuando cumplió los 15 una de esas veces que se quedaba en casa, pasaron un grupo de muchachos borrachos, a la madrugada, haciendo mucho ruido y tirando piedras a las ventanas. Una de esas piedras, rompió la ventana del comedor donde está el sofá cama que usa Teo para dormir. El ruido me despertó y salí de la.cama corriendo a ver qué pasaba. Miré por la.ventana y ví que seguían haciendo desorden. En eso Teo me muestra que la piedra había caído junto al sofá Se lo veía asustado, y lo abracé. Recién ahí me di cuenta de todo. Yo estaba solo con una bombacha muy pequeña y sin más ropa, el estaba con su calzoncillo. Si bien era lógico, el abrazo me hizo notar que me apretaba demasiado con su abrazo. Teo de pronto era un muchacho fuerte, más alto que yo, delgado y musculoso. Viendo que no era bueno.que.se.quede ahí por si hubieran otros piedrazos, le pedí que venga a mí.cama. Ya en el camino lo hice pasar adelante y me quedé encantada de esa espalda ancha y esas nalgas que se veían duras y fuertes. Por el divorcio yo había cambiado mi cama y me quedé con cama individual. Nos acostamos ambos y quedamos pegados, le pedí que abrace y me puse de lado apuntando mi cola a su entrepierna. Cuando me abrazo note que su bulto estaba bastante hinchado. Empecé un suave movimiento de vaivén presionado cada vez más. Le pedí que me abrace más fuerte pero saqué los brazos dejando que me agarre las tetas. Su pija creció mucho en poco tiempo y llevando mi mano para atrás, le acaricié una pierna hasta que llevé la mano a su pija, era una delicia. Dura, gorda, caliente y húmeda. Se la apreté y gimió, se la saque afuera y corriendo la.bombacha me la puse entre las nalgas. Me moví un de veces y en una la tuve adentro. Que bien se sentía. Me lleno toda y comenzamos a cojer cómo locos. Teo acabó pero no se la.deje sacar y seguí moviendo hasta que el retomo y cuando me volvió a acabar adentro yo iba por mi tercer orgasmo. Me dejó rota, y me dormí así. Llena de leche, feliz de este ahijado.

Autor: Sofia Categoría: Incesto

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Hermana mayor

2022-11-16


Una adolescente cuida a su hermano pequeño y juegan todos sus juegos favoritos. fantasías (y no tan fantasías) que tuve al cuidar a mi hermano.. Relato algo largo, pero estoy segura que los va a dejar bien duritos y mojaditas. Besos Javiera se estaba mirando en el espejo, cepillándose su pelo oscuro, cuando su madre pasó por su habitación y se detuvo en la puerta. “Oh, Javiera”, dijo, sonando un poco preocupada, “recuerdas que dijiste que verías a Martín esta noche, ¿no?” “Por supuesto, mamá”, respondió Javiera. “Oh, bien. Cuando te vi arreglándote el cabello, pensé que podrías estar preparándote para salir”. “No, no, solo pensé que se veía desordenado”. Su madre dio un paso hacia la habitación. “Sabes, si alguna vez sientes que te estamos imponiendo demasiado, y prefieres que contratemos a una niñera para que puedas-” “No, mamá, está bien. Me gusta ver a Martín”. Javiera no estaba mintiendo; realmente disfrutaba pasar tiempo a solas con su hermano pequeño. Aunque no se atrevió a decirle a su madre todas las razones. “Está bien, si estás segura”, dijo su madre. “Muchas gracias, cariño”. Luego bajó las escaleras, donde el padre de Javiera la esperaba para llevarla a cenar y a una obra de teatro. Javiera dejó su cepillo y se encontró pensando en cuando era pequeña. Ella había estado muy interesada en los niños en ese entonces, comenzando cuando tenía tres o cuatro años. Le encantaba estar cerca de ellos, pelear con ellos, abrazarlos, robarles besos y más. Cuando terminó el primer grado, había jugado “Te mostraré el mío si me muestras el tuyo” con más de la mitad de los niños de su clase, aunque la mayoría de sus amigas pensaban que una sola vista de el” tuyo” era suficiente para su educación. Y Javiera todavía recordaba, con claridad y cariño, aquel día de verano en que convenció al chico de la calle para que se desnudara por completo para ella y dejara que tocara su pene, y la emoción que recorrió su cuerpo cuando se endureció en su mano, obligándola a caer de rodillas y darle un beso. Pero en algún momento alrededor del quinto grado, el interés de Javiera por los niños se desvaneció. Esto no la había molestado en ese momento, y seguramente había sido un alivio para sus padres. Probablemente asumieron que su interés regresaría cuando alcanzara la edad apropiada. Pero no fue así. En la secundaria, cuando sus compañeras comenzaron a mostrar un serio interés en los niños, Javiera descubrió que estaba tan desinteresada como siempre. Brevemente, se preguntó si podría ser lesbiana. Pero rápidamente descartó esa idea porque las chicas tampoco parecían hacer nada por ella. Hasta ese momento, Javiera solo tenía una hermana: su hermana Rita, que era tres años menor. Pero luego sus padres decidieron tener un bebé más antes de que terminaran sus años fértiles, y así nació Martín. Tanto Javiera como Rita estaban emocionadas de tener un hermanito. Les encantaba jugar con él y leerle, y en general eran las mejores hermanas mayores que sus padres podrían haber esperado que fueran. Hace unos meses, no mucho después del cuarto cumpleaños de Martín, Javiera había notado que sus sentimientos acerca de su hermanito estaban cambiando. Siempre había pensado que él era lindo, pero cada vez más, pensaba en él como hermoso. Cuando lo vio jugar con sus camiones en el suelo en pijama, ya no solo miró lo que estaba haciendo o la expresión de su rostro; ahora, miró todo su cuerpo, absorbiendo la forma de su pequeño pecho, su estómago ligeramente cóncavo y la simple y dulce curva de su trasero. Y cada vez que él se sentaba en su regazo, se encontraba cada vez más no solo sosteniéndolo sino tocándolo, pasando sus manos sobre sus hombros, su espalda, su pecho y estómago, sus muslos . Fue entonces cuando Javiera se dio cuenta de la verdad: que nunca había perdido el interés por los chicos. Simplemente se sentía atraída por los niñitos de cierta edad, una edad que sus compañeros masculinos ya habían superado. Lo que la había sorprendido más que esta revelación era lo cómoda que estaba con ella. Sabía cuánto estigma social conllevaba ser un pedófilo, pero para ella, simplemente se sentía… normal. Era parte de lo que ella era, aunque no pudiera contárselo al mundo. Por lo tanto, Javiera no solo entendía sus deseos, sino que los había aceptado, abrazado, incluso, hasta el punto en que podía ser honesta consigo misma acerca de sus sentimientos por Martín. Ella no solo lo amaba como a una hermana mayor; ella lo amaba en todos los sentidos. Incluyendo, lo que es más importante, la forma física, sexual. Javiera bajó las escaleras y encontró a su madre ya su padre poniéndose los abrigos junto a la puerta principal. “Volveremos a las once y media”, dijo su madre. “Asegúrate de que Martín esté en la cama antes de las nueve”. “No hay problema”, respondió Javiera. Martín estaba jugando con unos bloques en el piso de la sala. Su mamá se le acercó, se inclinó y lo besó en la mejilla, luego se enderezó e hizo lo mismo con Javiera. “Ustedes, niños, tengan una buena noche”, dijo su padre. Ambos padres salieron por la puerta y Javiera escuchó que su sedán arrancaba y se alejaba. Tan pronto como ya no pudo escuchar su auto, subió a su habitación, tomó el espejo que colgaba sobre su tocador y lo colocó en posición vertical sobre la silla de su escritorio para que el espejo quedara frente a su cama. Ella lo querría allí más tarde. Javiera volvió a bajar las escaleras, se movió detrás de su hermano pequeño y se sentó, estirando las piernas a ambos lados de él y rodeándolo suavemente con los brazos por detrás. “Entonces”, dijo, “¿haces?” “No sé”, dijo el niño, agregando un bloque a la estructura cuadrada que había estado haciendo. “Solo algo alto”. Le encantaba el sonido de su voz, aguda y dulce. Ella lo abrazó un poquito más cerca. “Cuando hayas terminado, ¿quieres darte un baño?” Volvió la cabeza y la miró mientras respondía: “Ajá”. A Martín no siempre le entusiasmaba bañarse. Pero parecía haber aprendido que ser bañado por Javiera cuando no había nadie más en casa siempre lo llevaba a otras actividades especiales que le gustaban mucho. Javiera continuó sosteniendo al niño mientras él apilaba sus bloques cada vez más, hasta que se acabó. Luego volvió a mirar a Javiera y sonrió. “¿Ataque de monstruo?” Javiera preguntó. “¡Ataque de monstruo!” respondió Martín, barriendo con su brazo los bloques y derribándolos a todos. Él y Javiera se rieron. Luego recogieron todos los bloques y los volvieron a poner en el armario bajo donde vivían algunos de los juguetes de Martín. “¿Listo para subir?” Javiera preguntó. “¿Llévame?” respondió el niño, levantando los brazos. “Hmmm”, respondió Javiera, “Supongo que podría. Pero primero tienes que darme un beso”. “¡De acuerdo!” Javiera dobló las rodillas para agacharse y Martín se incorporó de un salto, rodeándole el cuello con los brazos y rodeándole la cintura con las piernas. Ella agarró su trasero con ambas manos para sostenerlo. Luego, despreocupadamente, Martín alzó su rostro hacia el de Javiera y la besó con firmeza en los labios. “Hmm, no está mal”, dijo Javiera. “Supongo que eso te hace ganar un viaje a la bañera”. “¡Hurra!” Cargó a Martín escaleras arriba y al baño que compartían con Rita. Luego, Javiera se arrodilló sobre el tapete al lado de la bañera, dejando que Martín se acostara y liberando sus manos para abrir los grifos. “Está bien, monada”, dijo Javiera. “Quítate la ropa.” “Mmmm, tú primero”, respondió Martín. “Ambos al mismo tiempo”, dijo Javiera. “Acuerdo.” Martín se quitó la camiseta y Javiera se desabotonó la blusa. Se había puesto su sostén favorito, que sabía que también era el favorito de Martín: uno rosa satinado con una pequeña rosa entre las copas. Martín sonrió al verlo, luego se quitó los pantalones cortos de modo que ahora estaba frente a Javiera solo con sus zapatos, calcetines y calzoncillos pequeños con animales de dibujos animados en ellos. Era su turno de sonreír, y luego de quitarse la falda, mostrándole a Martín sus calzones rosas satinados que hacían juego con el sostén. Cuando Martín se quitó los zapatos y los calcetines, Javiera se vio reflejada en el espejo del baño. Le gustaba el conjunto de ropa interior que tenía puesto, pero deseaba tener algo más abiertamente sexy para usar para Martín. Tal vez, uno de estos días, usaría parte de su dinero ahorrado cuidando niños para comprar un conjunto de sostén y calzones realmente calientes en Victoria’s Secret en el centro comercial y los guardaría en algún lugar escondido, sacándolos solo para ella y Martín.” Martín dejó caer su camisa en el piso del baño. Luego miró a Javiera y dijo: “Tu turno”. Recordando así que Martín estaba más interesado en ver su cuerpo desnudo que su ropa interior, Javiera se echó hacia atrás y se desabrochó el sostén. Le encantaba mostrarle sus pechos a Martín. No era como si estuviera súper orgullosa de ellos o algo así; tenían un aspecto mediocre, pensó, siendo apenas lo suficientemente grandes como para justificar que llevara sostén. Pero la forma en que Martín los miró, tan feliz y emocionado, fue suficiente para que se estremecieran y para que sus pezones rosa pálido se pusieran rígidos, como si quisieran estar en sus manos o en su boca. “Ahora es tu turno”, dijo Javiera. Sus ojos se clavaron en la entrepierna de su hermano pequeño cuando el niño sonrojado y sonriente se bajó los calzoncillos hasta los tobillos y los pateó. Su pene estaba un poco hinchado, haciéndolo aún más prominente entre los delgados muslos de Martín. A Javiera casi se le hizo agua la boca al verlo. Con los ojos aún en el pene de su hermano, Javiera empujó sus calzones hacia abajo. Fue casi un reflejo; cada vez que veía el miembro de su hermano, su instinto era exponer su coño a él. Javiera se había estado afeitando el vello púbico casi desde el día en que comenzó a crecer. Mantener su coño peladito como un bebé le trajo buenos recuerdos de todos esos momentos cuando era niña cuando se lo mostraba a los niños y podía ver sus pequeños penes a cambio. Al igual que el momento en que Martín vio su sexo desnudo y sonrió al verlo. “Está bien”, dijo Javiera, reprimiendo su impulso de lanzarse sobre Martín allí mismo en el baño. “Es hora de meterse en la bañera”. Javiera cerró los grifos y se subió, luego ayudó a Martín a trepar por el borde de la bañera y sentarse en su regazo. La sensación de su pequeño y tenso trasero desnudo sobre sus muslos desnudos siempre le hacía sonreír. “Ahora, ¿Cómo empezamos siempre?” Javiera preguntó. Esto era parte de su ritual. “Arriba”, respondió Martín con seriedad. “Así es.” Javiera echó un poco de champú en su mano y lavó el cabello de Martín, luego el suyo propio. Mientras que a muchas de sus amigas les gusta usar champús elegantes, Javiera siempre usaba el mismo champú que su mamá le compró a Martín porque le gustaba que su cabello oliera como el de él. Una vez que ambos se enjuagaron el cabello, Javiera preguntó: “¿Listo para el jabón?”. Martín asintió vigorosamente. “UH Huh.” Esto también era parte del ritual, una parte divertida. Javiera se enjabonó las manos y enjabonó a fondo toda la espalda de Martín, luego la enjuagó. Luego, por supuesto, pasó al frente, pasando un poco más de tiempo del estrictamente necesario pasando sus manos enjabonadas sobre el estómago y el pecho desnudo de Martín. Cuando terminó, el niño preguntó: “¿Me toca a ti?”. Javiera sonrió. Le encantaba esta parte. “Oh, definitivamente”. Javiera no podía darse la vuelta en la tina, por lo que Martín tuvo que ponerse de pie y poner sus brazos alrededor de ella para lavarle la espalda, con Javiera sosteniéndolo en caso de que se resbalara en el piso de la tina. Por supuesto, ella lo sostuvo muy cerca, con una mano en su lindo y pequeño culito desnudo y la otra en su espalda, presionando su pequeño pecho contra sus pequeños senos. Martín lavó a conciencia la espalda de Javiera. Siempre trató de hacer un buen trabajo. Y, supuso Javiera, le gustaba tocar cada centímetro cuadrado de la piel de Javiera como parte de su ritual. Ahora venía una parte aún mejor. Javiera volvió a sentar a Martín en su regazo, esta vez frente a ella, con algo de espacio entre ellos. “Ahora de frente”, dijo. Ella sonrió, sus labios ligeramente separados por la emoción. Empezó por el estómago porque, como Javiera le había señalado una vez a Martín, si empezaba por el pecho, podría quedar tan absorto en lavarlo que nunca llegaría al resto de la frente. A Martín no parecía importarle empezar más abajo; el joven ya comenzaba a descubrir la alegría de la anticipación. Cuando terminó con su barriga, se movió hacia sus costados, deslizando sus manos enjabonadas arriba y abajo por las modestas curvas de su cintura. En cada movimiento hacia arriba, sus pequeñas manos hacían más y más contacto con los lados de sus pequeños senos, hasta que sus dedos estaban trazando completamente su curvatura una y otra vez. Martín le sonrió con picardía a Javiera, y ella le devolvió la sonrisa. “Está bien, pequeño granuja”, dijo ella. “Puedes seguir adelante y lavarme los senos”. La sonrisa de Martín se convirtió en una mueca y las manos enjabonadas del chico agarraron los pequeños pechos de Javiera. Los enjabonó, los apretó y los acarició con deleite infantil, amando lo suaves y maleables que se sentían en sus manos. Martín le había dicho una vez a Javiera que no había nada en el mundo que fuera tan agradable de tocar como sus senos, y por el puro regocijo que mostraba cada vez que los tocaba, estaba claro que creía eso. En cuanto a Javiera, siempre disfrutó la sensación de las pequeñas manos de Martín en sus tetas. Y ahora se le ocurrió que esta actividad no tenía por qué limitarse a los momentos en que su mamá y su papá estaban fuera. En realidad, podía darle a Martín al menos un vistazo rápido de ellos cada vez que sus padres estuvieran en el otro piso de la casa, o después de que cerraran la puerta de su dormitorio por la noche, al menos hasta que Rita regresara del campamento de verano, después de lo cual, Javiera y Martín tendrían menos oportunidades de estar solos. Javiera hizo una nota mental para aprovechar cada oportunidad que tuviera de vez en cuando para dejarse manosear por su niño favorito de cuatro años. Dejó que Martín jugara con sus senos por un rato, disfrutándolo especialmente cuando él hizo círculos con sus dedos enjabonados alrededor de sus pezones de color rosa pálido, que se endurecieron con su toque. Pero sus propias manos no estaban ociosas; a medida que crecía su emoción, metió la mano debajo del agua y comenzó a jugar con la verguita de su hermano pequeño. Ya estaba rígido por la emoción de él al tocar sus senos, y los dedos enjabonados que recorrían su longitud rápidamente lo hicieron aún más difícil. Lo escuchó comenzar a respirar un poco más rápido. “Ahora que estás limpio”, dijo Javiera, “¿quieres ir a mi habitación a jugar?” “Ajá”, respondió el chico con seriedad. Salieron de la bañera y Javiera usó una toalla blanca y esponjosa para secar a Martín y luego a sí misma. Luego, todavía desnudos como pájaros, volaron a la habitación de Javiera. Como era su costumbre, Javiera levantó a Martín y lo acostó boca arriba en su cama. Luego se inclinó y lo besó suavemente en los labios. Puso sus brazos alrededor de su cuello y la atrajo hacia sí. En los meses transcurridos desde su primer beso secreto, Javiera había aumentado gradualmente el nivel de sus actividades sexuales con Martín. Nunca se sintió culpable por lo que hizo con él, porque claramente disfrutó cada minuto. Que era justo lo que esperaba, porque cuando recordó cuando tenía la edad de Martín, recordó cuántos de los chicos a los que había robado besos le habían devuelto uno de inmediato, y con qué entusiasmo habían mirado sus partes íntimas cuando ella cumplió su promesa de mostrarles lo suyo si ellos le mostraban los suyos. Por mucho que a algunas personas les gustara pretender lo contrario, los niños pequeños (así como las niñas) eran seres sexuales, y eso era parte de por qué Javiera se sentía tan atraída por ellos. Puso sus labios en la oreja de Martín y murmuró: “Eres mi niño pequeño favorito, ¿lo sabías? Y eso significa algo, porque realmente me gustan los niños pequeños”. “Me encanta ser tu favorito”, respondió Martín. Ella levantó la cabeza para mirarlo. Dios, no podía resistirse a él cuando estaba desnudo y limpio y acostado en su cama así: sonriéndole, lista para dejarla hacer lo que quisiera con él porque siempre lo hacía sentir bien. Entonces, como de costumbre, comenzó besando suavemente esos labios sonrientes, luego profundizó lentamente el beso hasta que sus bocas se abrieron y la punta de su lengua jugó con la de él hasta que él se rio en su boca. Lentamente, besó su camino hacia el centro de su cuerpo, sus labios posándose una y otra vez sobre su cuello, su pecho, su estómago. Su lengua jugó brevemente con su ombligo, haciéndolo reír de nuevo. Luego levantó la cabeza y lo miró a la cara. “¿Recuerdas dónde me gusta que me besen?” ella preguntó. Miró sus pequeños pechos de pezones rosados ​​y sonrió. “UH Huh.” Ella se inclinó, colgando sus pechos sobre su rostro de modo que él no tuviera que levantar la cabeza para acercar sus dulces y suaves labios a sus pezones. Tomó uno en su boca y lo chupó suavemente, haciendo gemir a Javiera. “Ohhhhh, Martín…” Javiera cerró los ojos para que su mente pudiera concentrarse únicamente en disfrutar cada pequeña sensación placentera que Martín estaba estimulando. Siempre habían sido sensibles y una zona erógena importante para Javiera, incluso mucho antes de que tuviera senos. Recordaba con cariño el sábado por la tarde cuando convenció a su vecino y compañero de tercer grado, de besar y chupar sus pezones durante varios minutos, lo que la hizo gemir y retorcerse, frotando sus muslos con tanta fuerza que podría haber tenido su primer orgasmo entonces y allí si la madre del niño no hubiera llegado a casa, lo que obligó a Javiera a ponerse rápidamente su vestido rosa para que la mujer no encontrara a Javiera sola con su hijo usando solo sus calzonsitos azul bebé de My Little Pony. (Javiera todavía tenía un par, que les dijo a sus amigos que usaba por la ironía, pero que en realidad usaba porque le traían muchos recuerdos eróticos de su infancia). Maniobrando con cuidado para no apartar el pezón de los labios de Martín ni por un momento, Javiera logró cambiar de posición para acostarse junto a él. Luego, lo rodeó con los brazos y rodó suavemente sobre su espalda, colocándolo encima de ella. Sin distraerse en lo más mínimo por el cambio de posición, Martín chupó y chupó, y ahora puso una mano sobre el otro seno de Javiera y lo apretó mientras lo hacía. Javiera podía sentir su pequeña verguita endureciéndose contra su muslo, y su coño se mojaba más y más durante los minutos que Martín complacía sus pequeñas tetas. “Me estás haciendo sentir tan bien, Martín”, suspiró. “¿Listo para que te haga sentir bien?” Martín no respondió con palabras; simplemente levantó la cabeza del pecho de Javiera y asintió, con los ojos muy abiertos por la emoción. Sonriéndole, les dio la vuelta a los dos para que Martín estuviera sobre su espalda y ella encima de él. Ella lo besó en los labios, luego en la oreja (haciéndolo reír), luego en el cuello y luego en el pecho y el estómago hasta que su rostro llegó a su destino entre sus muslos. Su pene desnudo y erecto y sus bolas suaves parecían irradiar calor; Javiera podría haberlos encontrado en la oscuridad total. Para Javiera, la idea de meterse una verga peluda de tamaño adulto en la boca no le atraía en absoluto. Pero el dulce y pequeño miembro de su dulce hermanito era una cosa completamente diferente. Le encantaba chuparlo y deseaba poder hacerlo todo el tiempo. A veces, mientras yacía en la cama a altas horas de la noche, se ponía el dedo meñique entre los labios y fingía que era el pene de Martín, y la chupaba mientras se frotaba hasta el orgasmo. Ahora, teniendo su pequeño y duro miembro en su boca, su lengua jugaba con él, girando alrededor de él, masajeándolo y volviendo a explorar cada detalle. Luego lo soltó, movió su boca hacia sus bolas y las lamió con la misma profundidad. Martín suspiró feliz. “Mmm, me encantan tus bolas”, murmuró felizmente, llevándoselas a la boca y lamiéndolas por todas partes. Luego volvió a tomar el pequeño pene rígido de Martín en su boca y lo succionó, haciendo que Martín suspirara, antes de volver a hablar. “Oh, Martín, podría chupar tu dulce pene toda la noche”. El chico se rió. “Pero entonces nunca llegaríamos a las otras partes buenas”. A veces, Javiera fantaseaba con un mundo perfecto en el que ella y Martín vivieran solos. Donde pudiera estar en topless frente a Martín todo el tiempo para que él pudiera tocar, lamer y chupar sus pequeños senos cuando quisiera. Donde Martín compartiría su cama, y ​​donde ella podría tomar su pequeña y encantadora verguita o pelotas o ambas en su boca y chuparlas y lamerlas casualmente mientras leían o miraban la televisión. La emocionaba imaginarse pasar una hora o más así, elevando gradualmente el nivel de excitación de su hermanito hasta que se pusiera tan cachondo que saldría de su boca, se pondría detrás de ella y la follaría como un pequeño mono salvaje. Y después de que ambos se corrieron, gritando tan fuerte como querían en su éxtasis, él se acostaba de nuevo frente a ella, y ella volvía a llevarse su dulce y pequeño miembro a la boca y comenzaba todo el hermoso ciclo de nuevo, continuando durante una hora. después otra hora. Volvió a meter el pene en la boca y movió la cabeza varias veces con el miembro de su hermano entre los labios, después de haber visto algunos videos porno en línea que sugerían que a los chicos les gustaba eso. Martín ciertamente lo hizo, a juzgar por la forma en que dijo “Mmmmm…” y enredó sus pequeños dedos en su cabello. Javiera abrió más la boca y empujó la cabeza hacia adelante. Le encantaba poder tomar su pene y sus bolas en su boca al mismo tiempo, permitiendo que su lengua jugara con ambos. Y a Martín también le gustó, a juzgar por la forma en que tarareaba y jadeaba de placer alternativamente. Hizo esto durante minutos, manteniendo sus pequeños y desnudos pechos presionados contra los muslos desnudos del niño mientras chupaba, lamía y chupaba un poco más. Había hecho que Martín se corriera de esta manera un par de veces, pero no planeaba hacerlo esta noche. Se estaba poniendo más cachonda por segundos, y estaba ansiosa por continuar con el siguiente paso en su ritual especial. Así que soltó la vergacy las bolas de Martín de su boca, luego se movió hacia arriba y puso sus labios en la oreja del chico. “¿Quieres culear?” Ella susurró. El chico se rio. Le encantaba cuando Javiera usaba malas palabras. Luego asintió vigorosamente y dijo: “Ajá”. Había momentos en los que follaban cuando a Javiera le gustaba estar encima de Martín, moviéndose hacia arriba y hacia abajo sobre él, masajeando su pene con su apretado túnel de amor y viendo la expresión de felicidad en su rostro mientras sostenía sus caderas o se estiraba para jugar con sus senos. Dejar que la tome por detrás también podría ser divertido, porque le gustaba sentir las pequeñas manos de Martín en su trasero mientras la bombeaba. Sin embargo, la mayoría de las veces prefería que él estuviera encima. Así que se acostó boca arriba y abrió las piernas, y el niño trepó ansiosamente encima de ella. “Pon tu dulce pene dentro de mí, hermanito”, Javiera respiró. “Te lo voy a meter”, respondió el chico, jadeando con anticipación. “Para poder culearte”. Mientras ella se emocionaba al escuchar a su hermanito decir esa palabra traviesa, él empujó su pequeña verga dentro de ella, suspirando de placer cuando la penetró, y ella suspiró junto con él. A ella no le importaba que su pene fuera pequeño; todavía tenía tanto grosor como su dedo, o un tampón, que eran las únicas cosas que Javiera se había puesto dentro. Lentamente, comenzó a empujar. Esta era la razón principal por la que le gustaba tenerlo encima, para que él pudiera follársela, en lugar de ser solo un receptor pasivo de la cogida. Javiera nunca había tenido que enseñarle a empujarla así; simplemente sabía cómo hacerlo, desde la primera vez que se metió dentro de ella. En la mente de Javiera, esto era una prueba más de que incluso los niños más pequeños eran inherentemente sexuales y que no estaba haciendo nada malo al tener sexo con Martín. Ella no estaba forzando su sexualidad en él; ella lo estaba dejando actuar según sus propias necesidades e instintos sexuales. “Oh, Martín…” murmuró. “Esta es mi cosa favorita en todo el mundo…” “La mía también,” respiró el chico. La primera vez que hicieron esto, Martín rápidamente aceleró el paso y la folló con fuerza hasta que se corrió. (Incluso ahora, a Javiera le excitaba recordar que el primer orgasmo de Martín había ocurrido cuando él estaba dentro de ella). Pero desde entonces, el chico había aprendido no solo que a Javiera le gustaba que se lo tomara con calma, sino también que hacerlo propio clímax se siente aún mejor cuando lo alcanzó. Así que follaron lentamente durante un buen rato, Javiera acariciando el cabello y la espalda de Martín mientras el chico empujaba dentro y fuera de ella. Estaba en un estado de dicha; nunca se sintió tan cerca de nadie, en ningún momento, como cuando ella y Martín hicieron esto. Eventualmente, Martín comenzó a follarla más rápido. A Javiera no le importó; estaba lista para más, y amaba cómo podía sentir su deseo por ella en cada embestida. Javiera se agachó y agarró el pequeño trasero de burbuja de Martín con ambas manos, usando sus brazos para ayudarlo a bombearla con más fuerza. Le encantaba sostener el trasero de Martín mientras él la follaba, sintiendo cómo esos pequeños músculos se apretaban y aflojaban una y otra vez. Podía sentir lo duro que estaba trabajando, cuánto deseaba esto, cuánto la deseaba a ella. “Oh, Martín”, jadeó Javiera. “Fóllame, hermanito… Fóllame fuerte, dulce niño…” Martín folló a Javiera tan fuerte y rápido como pudo, y Javiera pudo sentir el orgasmo creciendo dentro de ella. Cada embestida de la verga de su hermano pequeño en ella traía una sacudida de placer, y ahora que él la estaba golpeando tan fuerte como su pequeño cuerpo podía soportar, esas sacudidas se fusionaron en una oleada continua y creciente de placer carnal que inundaba y electrificaba todo su cuerpo. “¡Sí, bebé, fóllame!” ella lloró. “¡Fóllame! ¡FÓLLAME!” “¡AaaaaAAAAAAAH!” Martín lloró, y luego Javiera gritó junto con él mientras se retorcían juntos en éxtasis. Cuando terminó, Martín se quedó encima de ella y dentro de ella. Incluso siguió empujando, aunque muy lentamente. Como resultado, su pequeño pene permaneció duro dentro del coño de Javiera. Javiera nunca le había pedido que hiciera esto; había comenzado a hacerlo poco después de que comenzaran a tener estas citas secretas, y lo había seguido haciendo desde entonces. La hacía feliz sentirse tan deseada por él. Ella también sabía lo que lo haría feliz a él. Así que una vez que recuperó el aliento, le hizo una pregunta, una que se había convertido en parte de su ritual. “Entonces, ¿hemos terminado?” Ella estaba sonriendo, porque ya sabía la respuesta. Martín levantó la cabeza y le devolvió la sonrisa. “No-uh”. “¿Oh, no? ¿Qué quieres hacer ahora?” También sabía la respuesta a eso, pero le encantaba escuchar a Martín decirlo. “Quiero ponerlo en tu culo”. Algunos de los amigos de Javiera, la mayoría de los cuales aún no habían llegado a la tercera base con un niño, dijeron que nunca querrían el pene de un niño dentro de sus pequeños anos. Pero esas chicas, pensó Javiera con aire de suficiencia, no tenían el chico adecuado. “¿Sabes cómo prepararme?” Javiera preguntó. “Sí. Me muestras tu culo y yo le pongo la cosa”. “Bueno, entonces, hagámoslo”. Martín se bajó de Javiera, lo que le permitió darse la vuelta y ponerse a cuatro patas para mostrarle a Martín su trasero ligeramente curvilíneo. Luego se colocó en el lugar correcto para poder ver a Martín en el espejo que había puesto en la silla de su escritorio. Una vez que estuvo en la posición perfecta, Javiera apoyó la cabeza en el colchón, se estiró hacia atrás y separó las nalgas, exponiendo su pequeño ojete rosa pálido. Escuchó a Martín reír, luego abrió el cajón de su mesita de noche y, un momento después, sintió su dedo aplicando gel frío en su pequeño agujero. “Mmmm…” Javiera jadeó. “Asegúrate de ponerlo en todas partes”. La instrucción fue completamente innecesaria; era sólo parte de su ritual. Al igual que Martín empujando su dedo resbaladizo con lubricante tan profundamente en el agujero de Javiera como podía y luego follándola lentamente con él. “Oooooh, dulce, dulce niño…” ella gimió. Ella no tuvo que decirle nada más. Simplemente cerró los ojos y disfrutó la sensación de ese dedo moviéndose dentro y fuera de su pequeño y apretado agujero. Y luego sintió un escalofrío de anticipación cuando él sacó su dedo completamente fuera de ella y se acercó detrás de ella, acurrucando la cabeza de su polla contra su entrada trasera. Ella suspiró felizmente cuando él lo empujó y comenzó a follarla suavemente con él. “Mmm, ¿qué me estás haciendo, Martín?” ella preguntó. Sabía que a él le gustaba cuando ella le daba una excusa para decir malas palabras. “Te estoy culeando, Javiera”, respondió el chico con una risita. “¿Se siente bien?” “Mmmm, muy bien”, respondió el chico. “Me encanta poner mi pene en ti”. “Y me encanta tu pene”, respondió Javiera entrecortadamente. “Especialmente cuando está dentro de mí”. Habiendo alcanzado un clímax, Martín parecía feliz de tomarse su tiempo para llegar al siguiente. Esto también hizo feliz a Javiera; Minuto tras minuto, ella hizo pequeños gemidos y jadeos de placer mientras la verga de Martín se movía constantemente dentro y fuera de su pequeño y apretado agujero. Ver a Martín en su espejo, el movimiento de su dulce y pequeño trasero mientras la follaba, el agarre de sus pequeñas manos en su trasero y, especialmente, la expresión de su rostro, mostrando tanto placer dichoso como seriedad mientras la bombeaba, hizo el acto tanto más emocionante. “Mmm, Javiera…” Martín respiró. “Tienes el culito más bonito… Quiero follarlo por siempre y para siempre…” “Ohhhh, Martín”, gimió Javiera en respuesta, “Ojalá pudieras follarme el culo todos los días…” No fue una exageración. En el mundo perfecto de Javiera, ella y Martín tendrían sexo todas las mañanas y todas las noches, ya veces en el medio. Y Martín pondría su pequeña y dulce verga en todos sus agujeros cada vez. Javiera bajó la cabeza y los hombros hacia la cama para poder estirarse y acariciar su clítoris. Ella no necesitaba estrictamente hacer eso para correrse cuando Martín le folló el culo (la primera vez que probaron el sexo anal, tuvo un orgasmo en el momento en que él empujó su pene en su agujero), pero le dio más control sobre el momento de su clímax, y ella quería correrse cuando su hermano lo hizo. Él comenzó a follarla más rápido, y ella movió su cuerpo hacia adelante y hacia atrás un poco para ayudarlo a llegar lo más profundo posible en cada golpe. No era solo para aumentar su placer; también era la manera de Javiera de mostrarle a Martín su amor al darle más de ella para follar. Y cuando usó sus pequeñas manos para abrir más su trasero para poder follarla más profundamente, ella supo que, en algún nivel, él entendió su mensaje. Ahora estaban jodiendo más fuerte y más rápido aún, jadeando al mismo tiempo. Javiera miró a Martín en el espejo y estaba encantada por la forma en que él había cerrado los ojos con total concentración, concentrándose en follarla y en el placer que le producía follar. “No… pares… Martín…” Javiera jadeó. “No dejes de… follarme…” Martín no respondió con palabras; siendo tan joven, aún no era capaz de producir un discurso coherente mientras lidiaba con las demandas físicas y los extremos emocionales asociados con una buena follada dura. Simplemente hizo pequeños gruñidos agudos al ritmo de sus embestidas. Pero Javiera podía escuchar el intenso placer, el deseo y la necesidad en esos sonidos tan claramente como si los hubiera expresado con palabras. Que fue lo que la llevó al borde. “¡Ay, Martín!” ella lloró. “¡Me voy a correr, me voy a correr, VOY A CORRER!” En su éxtasis, sintió que su culo se apoderaba de la verga de Martín, y la estrechez extra lo puso en marcha como siempre. Gritó: “¡AuuuaaaAAAAAAAH!” y sus pequeños dedos agarraron el culo de Javiera con fuerza mientras se corría. Javiera, jadeando por su clímax, se derrumbó sobre la cama. La verga de Martín salió de su agujero y en su lugar se acurrucó entre sus bollos mientras Martín se acostaba encima de ella. “¿Eso estuvo… bueno… Martín?” Javiera jadeó. “Realmente… realmente… realmente bueno,” logró decir el chico. Después de que ambos recuperaron el aliento, Javiera rodó sobre su espalda, asegurándose de mantener a Martín encima de ella. Ahora, su cabeza descansaba sobre su estómago mientras sus muslos abrazaban sus delgadas caderas. Acariciando su cabello, Javiera murmuró: “Te amo, Martín”. “Yo también te amo, Javiera”, respondió el niño soñadoramente. “Y me encanta ser tu hermana mayor cachonda”. Ella siempre decía esto cuando terminaban. Y el niño dio su respuesta ritual. “Me encanta ser tu hermanito cachondo”. En unos momentos, Martín se durmió encima de Javiera. Ella misma no se atrevía a quedarse dormida; que sus padres la encontraran a ella y a Martín desnudos juntos en la cama estaba bastante cerca del peor de los casos. Pero eso estaba bien. Escuchar la respiración tranquila de Martín mientras dormía y sentir el calor de su piel desnuda contra la de ella era más que suficiente para descansar. FIN Por favor comenta si te gustó, me gusta saber si les calientan las cosas que escribo.

Autor: JAVIERA Categoría: Incesto

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Gabriel y su hija pamela II- dos amigos del trabajo

2022-11-16


Después de varias semanas, llegan dos amigos del trabajo a visitarme y les enseño lo que mi bebe a sus 8 meses es capaz de hacer! . Gabriel (yo): 26 años Sofía: 28 años Nicolás: 30 Erick: 27 Pamela: 8 meses Después de comprobar durante varias semanas que mi hijita tenía un pequeño punto erógeno en sus pies y disfrutar debes en cuando de ella, descubro que tengo ganas de más. Hasta el momento con mis 20cm y sus 8 meses es obvio que no la puedo follar, Sofía se daría cuenta, pero cada que logró cambiar los pañales de Pamela follo como un dios con Sofía en las noches. Un día mi esposa tenía que trabajar hasta tarde y después ir a cuidar a mi suegra que estaba enferma, llevaba dos días en esta situación. Yo no salía para nada, tenía que estar en casa cuidando de la bebé, así que tenía que hacer reuniones y todo a distancia. Ese día llegaron dos colegas del trabajo porque querían darme la sorpresa para visitarme. Cuando llegaron me tomaron de sorpresa, claro está que yo andaba en boxers y así los recibí, somos buenos amigos y ya nos hemos visto así. Entraron a la casa, ellos son Erick de 27 años y Nicolás de 30. Erick es más joven y muy bien cuidado físicamente, en cambio Nicolás tiene un cuerpo más robusto sin ser gordo, pero es demasiado alto, 2,10 metros Yo: no sabía que llegarían así que iré a preparar algo de comer Erick: no tranquilo hemos traído hamburguesas y cervezas. Menos mal, no tenía ganas de hacer nada, organizamos la sala y comíamos. Hablamos de todo, tomamos demasiado, fui por pamela y le di su comida, la llevé con nosotros mientras jugaba en el tapete frente a nosotros. Erick: está grande la bebé! Cuántos años tiene? Yo: jajaja no, apenas tiene 8 meses ya casi los 9, es muy juguetona Nicolás: parece de más de 1 año, tiene tu cara jajaja Erick: no digas eso , la bebe es bonita, jajajaja Después de más cervezas vimos la hora y ya eran las 9 de la noche, ya tenía que haber dormido a la bebé, ella estaba jugando todavía, trato de olerle el pañal para saber si estaba orinada pero no tenía olfato, todo me olía a cerveza, toco el pañal y no logro sentir muy bien. Yo: tengo un problema, no sé si la niña está orinada o no, no tengo olfato, me huele todo a cerveza… Erick! Jajajaja eres un inútil, ven te ayudo. Se acerca y trata de oler de lejos, pero no consigue nada. Se acerca un poco más y casi pega su nariz al pañal Erick: sì, está orinada debes cambiarla. Nicolás: yo no huelo nada, espera la huelo. Se para y viene hacia nosotros, la huele e incluso pone su mano en su colita para empujar la pelvis hacia él. Nicolás: no, no está orinada! Erick: que sii, Nicolás: no!!! Yo: jajajajaa tres hombres y no sabemos si una bebé está orinada! Jajajaja Nicolás: quítale el pañal y miremos! Erick: ok, pero apostemos, yo digo que sí, tú dices que no, Gabriel qué dices tú ? Yo: jajajajjaa yo digo que no! La llevé a la mesa donde siempre la cambio, ellos vinieron tras de mí, estábamos en la habitación rosada de Pamela Le quito el pañal y miramos atentos a ver si había humedad, procedo a tocar y sí, estaba mojada. Ellos también tocan y se ríen! Erick: gane!!!! Sabía!!!! No hay nadie más experto en chocos mojados que yo! Jajajaja Nicolás: hasta en chochos infantiles, de bebés!? Yo: jajajaja te pillaron y ni eres padre jajajajaja Erick: eehh noo, no es eso, solo decía! Nicolas: jajajaja tú y tus rarezas. Yo: eso no es Nada, quieres ver algo que hace mi hija? Los dos se quedaron con dudas y afirmaron que querían ver. Los tres rodeábamos a pamela, yo estaba en medio y ellos a cada lado, le quito toda la ropa para que no ensucie, ellos se les ve algo incómodos, tomo sus pies y se los mando a la boca, ella con una risotadas pícara y mucha energía mete en su boca los pies y los Babosea, su saliva cae en su cuello y mesa, salen varios chorros disparados de su pequeña vaginita y ellos Dan dos pasos atrás sorprendidos y evitar ser mojados!. Yo: vieron!? Erick: , siempre lo hace? Yo: sí, siempre que se chupa los pies, pero eso no es nada, miren. Me meto sus dedos a mi boca y suelta más chorros, me empapa la camisa, no recordé quitármela Nicolás: ay, te has mojado! Ahora sí huele a orines de bebe jajajajaja Los tres estábamos riéndonos de cualquier cosa, habían tragos de por medio. Me quito la camisa y era evidente mi bulto en la entrepierna Erick: ah pero te gusta, estas excitado, jajaja una bebé te calentó y yo soy el de las rarezas jajajaj Yo: ven, prueba tú! Le indico que meta los pies de pamela en su boca se ríe, duda y a la final lo hace, chupa sus pies provocando nuevamente sus orines y sí, lo moja a él! Yo: ahora debes quitarte la camisa! Nos mira con duda, se quita la camisa y tenía marcado su bulto también! Doy una mirada retador a Nicolás. Yo: quieres probar o ya estas erecto? Nicolás: eehhh chicos esto está mal… y sí, claro me excita ver esto, soy hombre pero no debemos seguir. Yo: jajajaja a mi hija le encanta, siempre que puedo lo hago, a ella le gusta, no es malo. Erick: y qué más le haces!? Dinos! Me reta y ambos me miran intrigados. Yo: seguros quieren saber? No creo que estén preparados. Ambos afirman que sí están preparados. Me acerco a la pequeña vaginita de mi hija, con mis dedos abro sus pequeños labios y dejo ver ese rojiso natural de su interior, ellos estaban a mil! Masajeo su pequeña concha! Era mágico, mi dedo lograba sentir ese calientico de ella y su carnosidad, chupo mis dedos y los estrego en ella, daba la humedad necesaria. Yo: señores! Esto es amor puro, mi hija se siente maravillosa y yo disfruto de mi retoño!… Quieren probar? Estaban boquiabiertos! Abro sus piernitas estirando a la vista de ellos este manjar que nos dio la vida y lamo lentamente con mi gruesa lengua, en su diminuto gallito que no se ve chupo fuerte y ella suelta chorritos de orina! Erick: estás comiéndote a tu bebé! Que fuerte! Nicolás: oye, eso no… no… uuuufff que calor! Yo seguía lamiendo su pequeña vaginita, ellos miraban sus ojos cristalizados. Terminó, los miró, alzó a mi bebé hasta la altura de la boca de Erick! Yo: prueba, te doy el permiso!… Sin pensarlo pasa su lengua por ahí, su rajita desaparece parte de esa lengua escamosa y gruesa! Nicolás se acerca y prácticamente Erick le cede el turno para que él la alce más y chupe su pequeña vaginita! Él también le lamia el ano! Yo: pero qué dañado eres! Jajajaja Ahí estábamos los tres comiendo el coñito de mi hija, de mi hermosa bebé de 8 meses, tres adultos que se dejan llevar por su instinto y unas cuantas copas… Qué Seguirá? Espero sus comentarios Morgan

Autor: MORGAN Categoría: Incesto

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Intercambio de madres

2022-11-16


Hola a todos otra vez, soy Paolo y hace ya creo que 1 mes escribí mi relato aquí. La verdad no tenía planeado volver a escribir en esta pagina porque a mi mamá no le agradó mucho el contenido de la pagina cuando se puso a leer los otros relatos, al menos lo bueno hasta el momento es que nadie de nuestra familia o algún conocido encontró las fotos de mi mamá que puse JAJAJAJA. Estoy aquí otra vez porque quería contar algo que pasó la semana pasada, fue en parte gracias a este grupo y la verdad estoy algo emocionado. Bueno la semana pasada recibí un mensaje en mi Telegram y yo pensé que iba a ser como la mayoría de veces que solo me piden cosas de mi mamá pero esa ocasión no fue así, hablé con el chico y resultó que él también tenía relaciones con su mamá, comenzamos a intercambiar contenido y sinceramente su mamá está mejor que la mía. Seguimos hablando más para conocernos y los 2 somos del mismo lugar (Tacna en Perú), lo que me pareció raro e interesante fue que el chico que dijo si me gustaba la idea de hacer un intercambio de madres, osea reunirnos y ambos cogernos a la mamá del otro. Ese mismo día le dije a mi mamá sobre esa idea pero al inicio la rechazo, ese mismo idea ya en la noche hicimos una videollamada con el chico y su mamá y fue más como tener sexo virtual porque el chico se masturbaba viendo a mi mamá y ella se masturbaba viendo el pene del chico que si lo tiene grande y eso que tiene 16 JAJAJA. El punto es que si vamos a hacer ese intercambio de madres o cuarteto mejor dicho y será la primera semana de diciembre que es el cumpleaños de la mamá del chico y ese cuarteto será como su regalo.

Autor: Paolo Rodríguez Categoría: Incesto

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