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2023-06-05
Mi esposa Miriam sabe que me encanta tener sexo en tacones.
Hola amigos soy Puma y estoy de regreso con un relato mas de mi tia Miriam y yo, como sabrán me case con ella y mi tia, pero nos amamos y nuestro deseo del sexo es insuperable.
Sucede que sali del Pais de USA hacia Nicaragua por cuestiones de vacaciones y aqui estoy de regreso en Miami con mi amor y deseo hacia mi tia, cuando llegue a casa mire que nada había cambiado y todo estaba de igual manera.
Entre a casa y me encontré a mi ti desnuda con unos tacones negros de aguja con tiras que hacían que su pie se mirara delgado y blanco con sus uñas hermosas color negro y una pulsera en su muñeca, al verla asi la bese y la toque diciéndole que extrañaba su cuerpo, le bese el cuello y comencé a manosear sus tetas de manera brusca y a pegarle nalgadas donde solo sus gemidos y quejas eran escuchadas por mi en el oido, me dijo que era mi bienvenida que me sacara mi polla que estaba ansiosa por lamerla, me desnude dejando caer mi pantalón saltando mi verga hacia su abdomen, ella se agacho y comenzó a lamerme la verga deliciosamente donde no pude ni aguantar 2 minutos hasta que me corri en su boca, una gran cantidad de semen se puso a tragar y besándome la parte de la cabeza de la verga y pasando su lengua ricamente. Se puse de pie y me beso diciéndome que le hacia mucha falta y me abrazo, nos sentamos desnudos en el sofa de la casa a platicar abrazados y atentos uno al otro, le conte de mi historia de una madre que cogía con su hijo, y de las mujeres Nicaragüenses que aman ser infiel. Ella reia mientras contaba todo eso y me dijo que me tenia una noticia, me dijo que tenia 2 meses de embarazo, yo me emocione y la abrace pero con algo de miedo por cuestiones del ADN ojalas el niño o niña no salga mal, después de esa notica mi pene comenzó a ponerse erecto de nuevo y puse a mamar a mi tia, mientras ella me la mamaba me decía que estaba emocionada, la saliva se le salía de la boca por tremenda mamada que me daba, yo miraba tv y pensaba, sujete el cabello de ella comencé a ahogarla con mi verga hasta que sacara lagrimas de los ojos, ella se dejaba y me decia que estaba ansiosa por que se la metiera por el culo, la puse de pies sujetándola del cabello y la tire al sofa, su lindos tacones ayudaban mas a que me excitara, lami el culo de ella y lo dilate un poco para comenzar a meter mi verga suavemente, sujetándola de la cintura se la deje ir hasta que grito de placer, de perrito le estaba dando mientras hablábamos y decíamos lo felices que eramos, una hermosa corrida salio de nuevo llenando el culo de mi tia de mi semen, saque mi verga y comencé a succionar el semen del culo de mi tia para darselo en su boquita, hicimos un beso con semen, ambas bocas llenas de semen se besaban donde lengua con lengua quitaba los exceso del semen de la boca, sujete a mi tia de los pies y un chorro de orina comenzo a mojarle sus hermosas sandalias y piernas, moria por ganas de orinar que mejor que hacerlo en ella, abrio sus piernas y dejo salir tambien un chorro hermoso de orina que probe de inmediato tragando una buena cantidad, tome su sandalia derecha de ella y comence a masturbarme de nuevo, lamia el pie de ella aun con orines y sabia riquisimo, mi tia es una diosa y me ama ella se deja hacer de todo,una tercera corrida salio de mi llenando de semen la platilla de la sandalia, le dije que se la pusiera asi y asi fue, su pie se lleno de mi semen y su sandalia bella. Comence a lamer el exceso de semen del pie y me lo tragaba hasta dejarle su pie limpio, esa tarde nos quedamos dormidos en el sofa exhausto del sexo que tuvimos, cuando despertamos le quite sus sandalias y las tire a la lava platos para limpiarlas ya que olian a semen y orina. Ella se desperto y nos fuimos a bañar.
Esa fue la bienvenida que me dio mi tia hermosa, mas adelante les contare mas sobre ella. Saludos
Psdt: si quieren fotos y chat privados contactarme al correo y con gusto nos haremos amigos.
Autor: SARO SANDRO Categoría: Fetichismo
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De hermano mayor a juguete de una pendeja caliente
2023-05-31
Mi hermana se aprovecho de lo que vio y tengo que aguantarla.
Cuando por fin logramos arrendar con mi polola de entonces, tuvimos una pelea mas o menos grande y me dejo viviendo solo en el departamento, yo tenia 31 años.
Como tenia el departamento para mi se transformo en hogar de visitas y carretes familiares, carrete bien excesivo con diferentes drogas y bastantes bebestibles, entre mi circulo de primos y primas éramos todos adultos y los carretes eran entre nuestros hermanos, primos y amigos.
Ese ultimo tiempo mi hermana se habia vuelto bien cercana a mi ya que me acompañaba en el departamento visitando seguido o quedándose a dormir, mi hermana tenia 26, pero mide 1.55, se ve mucho menor de cara aunque es exuberante, tiene tetas bien grandes, muslos gorditos y un culo que rebota.
Un viernes de carrete en mi departamento, mi hermana llego antes, para pedirme la pieza contigua para sus amigas que venian a la fiesta y debian quedarse a dormir.
Yo le dije que no habia problema que tendria que acomodarse con sus amigas en la pieza, a lo que me responde que no quiere dormir incomoda si puede dormir en mi pieza porque mi cama es grande y bla bla bla. Le dije que si para terminar la conversion y seguir con la preparacion de la fiesta, cuando tuve todo listo me fui a bañar.
Aproveche de lavarme el pene bien y de darme una leve pajita pero sin eyacular, sali del baño a mi habitacion y estaba mi hermana con las tetas al aire y su tanguita puesta y me dice, por fin saliste … ya me estaba calentando solita, no podia dejar de mirarle las tetas asi que le dije que se bañara rapido que iba a llegar la gente, avanzo al baño y mientras me preguntaba quien venia, se bajo el calzonsito que le quedaba enano, ya se le veia la media raja, cuando se agacho para sacarselo, tenia el pene parado saliendo de la toalla, mi hermana se baño con la puerta abierta para que yo la viera mientras me vestia, se empezo a tocar sin decirme nada, yo termine de vestirme y fui a esperar a las visitas, mi hermana me grito fomee y cerro la puerta del baño, no queria romper mi temple de hermano mayor pero ya estaba terrible caliente y mi hermana evidentemente queria algo, asi que cuando salio del baño a vestirse entre rapido a su pieza, me quedo mirando y me dice qué? Me quieres ver? Se saco la toalla y me la tiro, tire la toalla al suelo, la afirme y le empece a tocar la vagina, con todos mis dedos, sentia como pasaban sus labios entre mis dedos y sus jugos pegajosos calentitos, no podia dejar de tocar su vagina, sentia como contraia su pelvis mientras la miraba a los ojos y le pasaba la lengua por la boca y le daba besos, le agarraba su vagina con mi mano completa y le metia 2 dedos por encimita para lubricar el resto de la vulva y poder frotar su clitoris mas rápido, ellá empezo a masturbarme con una mano como podia, mientras nos dimos varios besos con mis dedos dentro de su vagina y su mano apretando mi pene como si fuera de palo, estabamos en eso cuando sono el timbre, nos sacó de onda a full, yo entre al baño con el pene reventando de duro y mi hermana que venia de la ducha se vistio rapidamente y salio a recibir a mi mamá y hermano.
En la fiesta no hablamos casi nada pero cuando estabamos solos la manoseaba por donde pudiera, ya terminando la noche en un momento en la cocina pude meter la mano en su pantalon y estaba metiendole la punta de dos dedos en su vagina que estaba empapada y caliente como un tecito del mas rico, conversabamos mientras le metia cuando entro la polola de mi hermano, nos saludó, se quedo mirando, tomo una cerveza del refri y se fue, con mi hermana nos quedamos mirando y como estabamos en curados nos reimos y no le dimos importancia, le dije que fueramos al living donde los demas y cuando saque mi mano de su pantalon, la tomo con sus dos manos, la llevo a su boca y con la lengua limpio todos sus juguitos de mis dedos, y me dijo, hoy te voy a dejar seco, a esa altura lo unico que queria era que se fueran todos.
Para cuando las amigas de mi hermana estaban durmiendo y las demas visitas ya estaban muy borrachas para notar quien estaba y quien no, mi hermana se fue a la pieza, al baño para asearse y estar fresca para la culiada del año que se venia, yo estaba en lo mismo en el baño de visitas lavandome el pene en el lavamanos oara quedar perfecto, sali del baño tome una cerveza, y de una bolsita de falopita que habia tome un puntasito para mi y otro para ponerme en la punta del pene.
Cuando entre a la pieza mi hermana estaba encima de la cama media dormida, y como la cabra chica mimada que es me dice … te estaba esperando po, porque te demoraste tanto quiero que me lo metai po, que te cuesta culiarte a tu hermana chica? Seguro no queris … la quede mirando y mientras me bajaba el pantalon mas caliente que nunca, le dije, queris que te lo meta? Queris que tu hermano mayor te lo meta? Como cuando eramos chicos y me decias que te dolia?.. yaa por eso no quieres mi vaginita? Ya no me duele, metemelo fuerte hermanito, quiero que te vayai adentro de mi, creo que esa vez olvide la moralidad y cuando mire denuevo a mi hermana que estaba super borracha, quedandose dormida o inconsciente por el alcohol, me estaba masturbando apretandome el pene con fuerza, cuando me di cuenta ya lo tenia medio hinchado asi que le puse la falopa que habia guardado en la punta, mezclada con los liquidos preseminales, me masturbe un poco para que hiciera efecto y cuando ya no sentia la punta del pene me acerque a mi hermana, ya no se le entendia nada de lo que decia, asi que simplemente la acomodé y comence a meterle los dedos 3 en la vagina y 2 en el ano mientras mi verga palpitaba como si fuera a explotar, ya sintiendola bien humeda y relajada, la puse de espalda, puse un cojin debajo de su espalda baja y empecé a penetrarla despacio, podia ver como aun en su borrachera se retorcia de placer mientras mi pene iba entrando de a poco por su vagina, que estaba apretada pero muy mojada y muy caliente, sino hubiera sido por la cocaina en el pene creo que habria sido un poco doloroso de tan apretada que la sentia, cuando ya podia meter y sacar por completo mi pene de su vagina hasta el tope con mis testiculos, empece a meter mas rapido y mas fuerte, cada vez mas rapido y mas fuerte, me exitaba ver como el cuerpo de mi hermana estaba a mi merced siendo penetrado, golpeado con mis embestidas que golpe a golpe hacian que sus tetas grandotas rebotaran hacia todos lados mientras su cara estaba dormida pero intentando despertar, seguia metiendole mi pene pero lento, me estaban ganando las ganas de eyacular pero empece a meterlo mas lento, podia sentir como mi glande abria sus labios mojados y pegajosos para empezar a empujar de a poco para abrir su vagina y hacer entrar la cabeza sintiendo el borde de su vagina en el borde del glande, de solo recordarlo me da escalofrios… mi hermanita… durmiendo… y yo tenia el pene parado y adormecido, empece a penetrarla solo con mi glande para sentir borde con borde, despues de darle y darle ya quise meterle la verga completa, asi que le empece a meter fuerte y rapido, queria llenarle la vagina de semen y dejarla durmiendo en mi cama con mi semen en su interior, por mas que la penetraba, no podia eyacular, seguia enfermo de caliente y mi hermana no podia chuparme la leche por estar muy borracha, pense en cuando me masturbaba de joven estimulando mi punto g, fui al baño, tome una locion que tiene forma de falo, lo lave, le puse crema y mientras lo metia despacito en mi ano, le metia la verga a mi hermana en su ano, cada vez mas rápido, la tenia en cuatro sobre varias almohadas para poder meterle mi pene bien, despues de casi una hora metiendole en el culo y en la puchita su partes estaban cremosas de mi leche y sus fluidos, mi verga enrojecida y media adolorida, mi hermana ya estaba media despierta y solo me decia… ahora si te puedo aguantar.. no me dolio… y esta super apretadita para ti.. te gusto hermanito..? Mientras se sobaba la vagina porque bien resentida le debe haber quedado le dije que me limpiara el pene con su lengua, me encantaba que me pasara la lengua por el borde del glande y me succionara la verga, mi ultimo recuerdo es que me estaba chupando el pene y ya no me acuerdo, desperte a la mañana siguiente con mi hermana durmiendo al lado mio desnuda con el orto y la zorra llena de liquidos, desparramada en la cama, verls asi me calentó asi que la empece a saborear, comiendole su conchita que estaba bien caliente aun, no lo pense dos veces y la culie en la mañana con la bulla de la gente afuera, para mi morbo, mi hermana estaba inconsciente, yo le estaba dando por la vagina con ganas de partirla en mi cama, esta se quejaba mientras dormia pero despacio el sonido del choque de mis testiculos en su vulva dominaba la habitacion, una de las amigas de mi hermana, golpea la puerta y le dice a mi hermana que su pololo ya la va llegar a buscar, no respondi nada, pero saber que mas tarde su pololo la iba a estar culiando me dejo envidioso asi que le metia y le metia el pene en su vagina metiendolo hasta el fondo y sacandolo hasta la mitad del glande, mientras le pegaba buenos palmazos en sus nalgas para que mi mano le quedara marcada, segui asi por unos momentos y cuando senti que venia la leche saque mi verga y eyacule en la boquita de mi hermana, que dormia, asi que le deje mi semen esparciendose entre los dientes y toda su boquita, la tape y me fui a bañar.
Cuando sali mi hermana estaba mirandose al espejo, toda transpirada, llena de fluidos, adolorida, desnuda y con su cara chorreada de semen, me vio salir de la ducha, me miró con cara de avergonzada y paso al lado mio hacia el baño a bañarse, solo me dijo, se nos pasó la mano parece, la mire y le pase los dedos por la vagina y le dije que su pololo venia en camino a buscarla.
Despues de eso no se me ha vuelto a insinuar.
Autor: SANTOS13 Categoría: Fetichismo
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La Vecina
2023-05-28
Mientras charlaba con la madre sin ya saber lo que, puse mi mano derecha sobre el hombro de la nena y trayéndola de sobre manera hacia mí, quedamos más pegados. Llevaba una bombachita muy chica por que pude sentir con mi pija que estaba ya de lomas parada y caliente….
La vecina I
Una de mis ultimas pasiones es mi vecina, el fondo de su casa coincide con mi fondo, en el cual tengo un pequeño taller donde hago las reparaciones hogareñas que siempre surgen.
Ella es una mujer viuda y con costumbres antiguas, con una hija de años a la cual viste con vestidos de la década de los cincuenta. Ella es muy recta y austera, jamás una palabra indebida y también sus costumbres de reflejan en sus vestidos, porque jamás la vi llevar pantalones. Pero sus ropas, dejan entrever una figura bastante deseable y cómo todo lo oculto despierta mas interés, ella siempre me gusto pero cómo ya dijeanteriormente, su carácter era un factor que me alejaba.
Todo comenzó un día al volver de trabajar, en la estación central del ferrocarril. Ella se encontraba con su hija en el andén y al pasar me saludo, entonces decidí acercarme a ella, cómo buen vecino que soy.
Hola, qué tal, vecino.
Qué tal, ¿de regreso a casa?
Sí y muy cansada.
Al entrar en el vagón seguimos charlando y entre palabras me contó, que su cansancio se debía a que todos los días, el mismo trajín después de un día agotador de oficina, también tenía que pasar a buscar a su hija porla escuela y recién desde allí emprender su regreso a casa.
Ambos compartimos recíprocamente las penurias de nuestros empleos. Yo por mi parte le conté que instalé el fin de semana pasado una pileta en el jardín de mi casa.
El tren no había llegado a su primera parada cuando se apagaron las luces internas del vagón, era algo que ocurría siempre y a la cual todos estaban acostumbrados, sin dejar por ello de molestar a todo el que viaja, las causas siempre fue un gran misterio de la ingeniería de ese ferrocarril, pero era lo mejor en rapidez para llegar a la paz del hogar, pues en micro es el doble de tiempo.
Fuimos parados apretujados cómo es sabido, por ser hora pico en la que todos regresan de sus trabajos. En la oscuridad seguíamos hablando, por la cantidad de gente yo había quedado a un costado de ella y detrás de su hija.
Con el vaivén del vagón en movimiento, la colita de su hija fue quedando apoyada sobre mi verga que, al sentir la rayita de su pequeño culito a través de su vestido, se me había parado. Seguí conversando con la madre tratando de disimular lo que me estaba sucediendo en mis pantalones, mientras trataba de verificar si la nena se daba cuenta de lo que sucedía.
Después de que el tren volvió a tomar velocidad al dejar una nueva estación, yo me pegaba más a su colita, sin que ella diera a denotar alguna incomodidad por mi proceder, eso me alentó cada vez más, tanto que notaba que su vestidito se le hundía en la rayita de la cola. Ella no oponía resistencia ni siquiera se corrió un poco para evitar mi contacto. Totalmente excitado continuaba intercambiando palabras con su madre a la cual también quería descubrir su punto débil, detrás de esa personalidad severa y algo moralista.
Pasado unos instantes decidí jugar una carta para corroborar la situación, separándome un poco de ella y con sumo cuidado reemplacé poco a poco mi cuerpo por tan solamente mi mano, que comenzó tímidamente rozando sus cachetes y poco después llegando a pasarle los dedos por la rayita de su cola, no lo podía creer estar manoseando se culito virgen, a centímetros de su madre, era una sensación de miedo, excitación increíble y sentía los golpes de mi corazón que quería salirse de mi pecho.
Con mi mano entre sus cachetes le pregunte, haciendo un alto en la conversación con su madre vas bien Rita, contestando ella un «Sí señor. Voy muy bien, además no es la primera vez que con mamá viajamos con las luces apagadas». Inmediatamente retomé la conversación con su madre, pero dándome sus palabras, pie para llegar a manosearle bien detenida y descaradamente su colita, sintiendo en las yemas de los dedos el contorno de su bombachita y la redondez del final de sus nalguitas.
La nena estaba fantástica jamás me lo habría imaginado. Decidí entonces continuar apoyándola pues mi pija estaba super dura y quería frotarla en el pequeño canal que formaba su colita. El tren se llenaba cada vez más y aprovechando la oscuridad me baje el cierre de caliente que estaba y se la apoye, la madre continuaba diciéndome que, si es difícil volver a tener una pareja, tanto cómo hacerse de amigos en el barrio. Dos estaciones antes de nuestra bajada, le levante un poco la pollerita y se la frote sobre la bombachita, hundiendo mi pija entre sus cachetes. Ella tampoco hizo nada por separarse, es más se quedó bien quieta cómo queriendo adivinar que más le iba a suceder, lo cual yo confirmaba por no atinar ni siquiera a bajarse el vestidito de la parte de atrás, que era evidente que, a estas alturas le había comenzado a gustar ser manoseada, por un hombre que por su edad despuntaba su interés por ciertas caricias no santas.
Mientras charlaba con la madre sin ya saber lo que, puse mi mano derecha sobre el hombro de la nena y trayéndola de sobre manera hacia mí, quedamos más pegados. Llevaba una bombachita muy chica por que pude sentir con mi pija que estaba ya de lomas parada y caliente, que le llegaba a la mitad de la colita quedándome la cabeza rozando directamente entre sus nalgas, esos momentos fueron interminables, el devenir de nuestra parada lo interrumpió, ya llegando me acomode, Matilde tomándola a Rita de los hombros comenzó a hacerse paso hacia la puerta para poder bajar, quedando yo detrás de ella, quizás de la calentura que tenía, me llevo que al bajar donde todos se amontonan y se forman las confusiones aproveche y en una rápida maniobra gracias que ella llevaba una vaporosa falda, deslice mi mano debajo de la falda esperando el momento justo al bajar, cuando se abrieron las puertas exagere la desesperación que todos toman al bajar y le pase toda mi mano por sus nalgas con el dedo mayor haciendo presión sobre su raya. Al bajar no dijo nada, quedándome con la duda que no dijo nada por estar yo y no hacer un escándalo o porque estaba acostumbrada a que debes en cuando alguien la manoseaba y quizás siendo esta las únicas caricias que recibía sin ningún compromiso y las cuales después formarían el mayor estímulos de sus masturbaciones nocturnas, de algo tiene que vivir una viuda por más decente que sea.
La vecina II.
Esa noche decidí ir al taller del fondo, la tersura de la bombacha de mi vecina rondaba mi cabeza y me llevaba continuamente a masturbarme pensando en el culito de su hija. Puse una silla sobre el banco de trabajo y llegando al ventilete veía la casa de la causante de mis calenturas.
Al ver la luz del baño prendida se me ocurrió entonces, ir por el costado y saltar el pequeño cerco que divide las dos casas y llegarme a él ventiluz de su baño.
Necesitaba verla desnuda, robarle su intimidad y saber si era tan seria cuando estaba sola. Pensaba también en hacerme una hermosa paja bajo su ventana.
Al subirme a una mesa de material cerca de una parrilla, quede en la posición justa. Estaba ella con su pollera azul vaporosa y ya se había sacado la camisa blanca que llevaba y solo quedándose con su corpiño discreto sostenían unas hermosas y abundantes tetas, cuando este cayo al suelo me dejo apreciar sus pezones marrones y parados, yo pensaba en cómo se los chuparía. El agua corría llenando la bañera mientras terminaba de sacarse la pollera. Yo ya la tenía en mi mano, pero para mi sorpresa eso no era todo.
Rita te vas a bañar con mama.
Si mama.
Al llamar a su hija ella quedo fuera del lugar que yo la podía ver, lo cual me dio mucha bronca, pero la conversación que oí compenso con creces mi excitación.
Ven que te saco el vestidito. A ver date vuelta, hoy por suerte no te ensuciaste la bonbachiata como la otra vez…
No esta vez viaje bien.
Si mi amor, me alegro. Sin embargo, hoy a mama por la mañana se la mancharon otra vez.
Si Tienes una manchita blanca, como fue.
Si mama te va a contar todo, pero vos también le tienes que contar todo a mama como me contaste ayer.
S mami…
Vos tenías miedo de que me iba a enojar, porque alguien te toco la colita en el viaje.
Si mama.
Hay hija vos sabes cómo le gusta a tu mami, que le cuentes todo.
Cuando te tocan los hombres, vos te quedas quietita sin decir nada y después solo se lo contas todo a mama. A ellos les gusta, tocarnos la bombachita y eso nos da cosquillitas aquí. ¿No mi amor?
Si mami a mí me gusta.
Si, pero únicamente a mama se lo tienes que decir, sabes.
Hoy a mí también alguien paso su mamo debajo de la falda de mami y ayudado por el desorden que se produjo al bajar me manoseo toda la cola.
Yo no dije nada por que queda mal sabes. Hasta me apretó un poquito un cachete.
Te gusto que te tocara la colita, mama.
Bueno sí. Además, estaba mojadita por me gusta mucho hablar con Osvaldo.
Y a vos te gusto mi amor.
Si mama.
Sabes nosotras las mujeres, si somos lindas estamos destinadas a ser manoseadas, pero esto una chica buena no se lo cuenta a nadie, salvo a mí que soy tu mama.
Si mami.
Te mojaste la conchita.
Si mami un poquito mira.
Te gusta cuando se te pone así, no mi vida.
Ahora vamos a lavarnos bien el tajito las dos, las dos estamos un poco sucias por el flujito que nos sale a nosotras las mujeres, sobre todo cuando nos tocan los hombres. Nos tenemos que lavar bien adentro mi amor.
Al imaginarme cómo la madre enjabonaba a la hija y se hacía lavar la concha por su hija, no pude más y descargue todo mi liquido sobre la pared.
Los días siguiente, solo tenía una cosa en mente, encontrarla nuevamente, en el tren y poder invitarla algún lugar, cómo para poder conocerla mejor. Todos los días la busqué en la terminal, sin poderla encontrar, hasta que al fin un viernes la vi en el andén con su hija, puse cara de sorpresa y le manifesté lo agradable de viajar con alguien con quien hablar, pues se va haciendo el trayecto más corto y llevadero. Ella con gusto me saludo, y al pasar me comento que en la semana también le extraño que no nos hallamos cruzado. Matilde fue a comprar los boletos y yo me quede con Silvia conversando. Que hermoso vestidito llevas hoy. Me alegra que te guste, mira atrás tiene botones en la cola y mama también me dejo ponerme una bombachita nueva que me compro. Yo me sorprendía lo inocente que era, como hacia para obtener lo que le gustaba. Y de qué color es. Es de color rosa viejo y muy suavecita. Quieres verla. Allí me puse nervioso, y mirando para todos lados, no aquí no… no, linda. Fue la madre, la que me salvo del incomodo, pero excitante momento.
Al llegar el tren subimos y cómo siempre parados y a oscuras, cosa tan normal que no hubo comentario de ello en la gente.
Mientras hablábamos y por los vaivenes me tome el atrevimiento de tomarla por la cintura, cómo haciendo equilibrio y esperando su reacción. Ella poniendo su mano sobre la mía me aconsejo y mostrando su agrado.
No te vayas a caer, que aquí no se ve nada.
Gracias Matilde.
Durante el viaje note que Silvia su nena, se fue acercando a mí, hasta quedar otra vez cómo la anterior de espalda a mí, siendo esta vez adrede el quedar así, esperando mi reacción, la que no se hizo esperar, no sin volver a sorprenderme por la poca edad de la chica y su interés por volver a sentir las mismas sensaciones del viaje anterior. Mayor sorpresa me dio la madre cuando le dijo a su hija.
Silvia ven acércate más a Osvaldo, no te alejes que no se ve nada y es mejor que estemos juntos.
Me paso por la mente que la misma madre asentía lo que la hija ya había echo al acercarse a mí, dejando su colita predispuesta a mis caricias.
La mayor parte del viaje me la pase hablando con Matilde, llegamos a concretar una cita informal, en realidad fue ella que me invito a cenar en su casa. Y con Silvia, fue mucho mejor, pude pasarle sin problemas mis dedos con su colita casi llegando a su rajita, después también le hice sentir mi pija parada por los cachetes, pero esta vez no pude más y por más que me contuve tire unos lechazos sobre su culito, siendo mi deleite no sacarla de su culito hasta tenerla baja, antes de tenerla totalmente baja le tome la mano a Silvita y se la pase por mi pija, ella dejo su mano todo lo que yo quise y hasta tuve que sacársela yo para que no se diera cuenta la madre, que las manitos tiernas de su hija me manoseaban la pija, delante o cerca de los ojos de su madre.
Su madre y yo quedamos en que mañana sábado la iba a mandar a Silvita a mi casa para confirmar la hora de la cena.
Esa noche me preocupe, por qué pasaría Sí Matilde veía la bombachita manchada y cómo reaccionaría. La respuesta vendría mañana así que trate de dormir pensando en el mañana.
A la tarde siguiente, toca a mi puerta Rita.
La vecina III.
Hola.
Que tal Rita, que te trae por aquí.
Mi mama me mando, para que te diga Si quieres venir a comer esta noche a mi casa.
Pasa, que voy a hacer una llamada por teléfono y te contesto.
Bueno a mi mama, le gustaría mucho que fueras.
Si.
Si… Así es me dijo que te insistieras, pero no le digas que te lo dije ¿sabes?
No te preocupes, ahora voy a hacer la llamada espérame.
Al regresar, ella estaba sentada en el sofá.
Dile a tu mama que sí. A qué hora es.
A las diez.
Bueno allí estaré.
Puedo pasar al baño.
Si linda. Ven por acá, aquí esta. Cualquier cosa llámame.
Al rato, ella me llama.
Señor.
Si linda no me digas señor me llamo Alberto.
No hay papel el rollo se acabó.
Ya te llevo. Al entrar esta la chiquilla con la bombachita en los tobillos, y con las piernitas abiertas Como esperando secarse, mientras yo acomodaba el rollo de papel del portarrollos.
Queres que te limpie Rita.
Bueno si usted quiere.
Corte un pedazo de papel, y comencé a secarla, ella me miraba y después de seca le pase el dedo por su tajito. No tienes cosquillas aquí.
No, pero me gusta.
Tu mama te lava bien la conchita, porque la tienes muy limpita.
Si con ella todas las noches nos lavamos, por ella dice que las mujeres tienen que ser siempre muy limpias y ella me enseña a limpiarme bien.
Y vos le lavaste la conchita a tu mama.
Si. Ella tiene muchos pelitos, y me dijo que cuando sea grande yo también voy a tener.
Bueno mi amor, pero ahora estas muy linda sin pelitos.
Te gusta que no tenga pelitos.
Si me gusta. Cuando le lavaste la conchita a tu mama le metiste el dedito.
Si, mama me enseño cómo tenía que meterle los dedos en su conchita, por que a ella le gusta y se moja toda y entonces es más fácil meterle el dedo.
Y vos.
Yo también me gusta y también me mojo mira.
Y abriendo las piernitas permitiéndome continuar tocándosela y meterle un poquito la primera falange del índice en su agujerito.
Ves cómo me mojo igual que mama.
Bueno ahora Súbete la bombachita, mi amor.
Decime Silvita ayer se enojó tu mama al ver tu bombachita manchada.
Silvia se puso roja. No Puedo decirte nada.
¿Por qué?
Por qué es un secreto, que tengo con mama.
Yo te entiendo, pero yo solo quería saber si se había enojado conmigo.
No mama me explico que cuando a los hombres les gusta mucho una chica les pasa eso y a ella le apreció rica.
No entiendo.
Si en la bombachita me quedo un poco de leche y ella la probo antes de lavarnos.
Yo en ese instante ya la tenía nuevamente parada y con ganas de hacerme una paja.
En eso sonó el teléfono.
Yo atiendo mientras ahora vengo y me seguís contando.
Mientras atendía, mi pija luchaba por salir de mi pantalón, necesitaba una paja ya y no podía esperar.
Hola Osvaldo, esta Silvia allí.
¡Ah! hola, Matilde que tal. Si está aquí.
Me vino de maravilla, pues llevaba las palabras de Silvita en mi cabeza y ahora escuchar la vos de la madre era lo máximo para mi paja. Me la saqué y comencé a acercármela con unas ganas terribles.
Ya le digo que vaya para allá.
Sabes llame por una estupidez, espero no haber interrumpido nada.
No para nada, sabes que me encanta escuchar tu vos y por teléfono me pasaría las horas hablando con vos.
Mira cómo estoy ordenando la ropa que nos vamos a poner hoy…
Por mí no se preocupen.
Te noto la vos como entrecortada.
Bueno como ya te dije me pone muy bien que me llames.
Que tan bien, pícaro.
Bueno… Muy pero muy bien.
Bueno me alegro… ¡Ah! pregúntale a Silvita si se cambió ya.
Para mi sorpresa Silvia estaba en el marco de la puerta, mirándome como me pajeaba mientras hablaba con su mama.
Si ya le pregunto. Deje mudo el teléfono.
Acércate Silvia, es tu mama quiere saber si te cambiaste. Ella sin dejar de mirarme la pija me dijo que no se había cambiado de ropa todavía.
Hola acá Silvi me dice que todavía no.
Mientras tanto le hice señas con la mano para que se acercara y cuando estuvo lo suficiente cerca tome una de sus manos y le enseñaba como pajearme, y ella con mucha curiosidad me la tocaba.
Bueno dile que yo sé la preparo.
(mute el teléfono) Que bombachita tienes… muéstramela, mientras me pajeas… sabes tu mama te está preparando la ropa para esta noche.
Esta mira te gusta.
Dice que bueno, quieres hablar con ella.
Bueno pásamela.
Tu mama te quiere hablar.
Mientras Silvi tomaba el tubo, yo la di vuelta y le arrimé mi pija a su colita.
¿Puedo quedarme a jugar mama?
Quiere hablar con vos.
Hola Osvaldo, mira no te enojes, pero otro día te la mando, así se queda un ratito con vos, pero ahora mándamela, pues nos tenemos que preparar.
Bueno gracias por tus preocupaciones, pero no creo que lo merezca.
No digas eso, las dos hoy te vamos a atender cómo vos te lo mereces, te lo prometo.
Bueno ya te la mando.
Chau hasta las diez.
Dice que no, podes quedarte ahora y que vayas para tu casa.
Bueno.
Tu mama te espera.
Silvia seguía mirándome el pantalón por la todavía la tenía parada. Me querías preguntar algo.
Si, pero…
Pero. Que cosa querías saber.
Por donde le sale la liquido blanco a los hombres.
Yo pensé (Pone tu manito y yo te voy a tirar mi lechita calentita en ella). Mi pantalón y mi mente no daban más, quería pajearme allí mismo frente a ella. Pero me contuve. Pues no quería meter la pata y arruinar mi cita con la madre.
Te lo muestro otro día.
Continuara…
La vecina IV.
Me recibió Matilde, estaba con una falda amplia negra de tela muy suave, la cual marcaba su cuerpo, también llevaba una camisola blanca algo transparente que dejaba adivinar un corpiño blanco y sobre ella un chaleco negro, estaba sencilla y ello hacía mucho más inquietante su hermosura.
Cuando llamo a su hija avisándole que yo ya había llegado, me comento que ella me había tomado mucho aprecio.
Espero que vos también.
Matilde sonríe y en ese momento vino corriendo hacia mi Silvia, ella llevaba puesto un vestidito blanco de gasa, Como sí fuese de comunión pero era muy corto tanto que apenas se agachaba dejaba ver su bombachita blanca. Todo parecía un juego en el cual la madre me quería hacer entrar y yo quería participar.
La cena estuvo estupenda, Matilde además de saber cocinar me demostró que se puede ser una mujer muy decente fuera de casa y dentro de ella, una mujer deliciosamente femenina.
Cuando terminamos tomamos un café, sentados en un sillón frente al televisión, había alquilado una película para esta ocasión. Me contó que una de las cosas que más le gustaba era ver una película con toda tranquilidad eso la calmaba mucho del stress de todo el día.
Una vez tomado el café, nos dedicamos a la película. Ella me dijo que tenía frío y trajo una manta y la puso sobre nosotros.
Silvia aprovecho la situación y enseguida me pregunto sí podía sentarse encima mío. A lo que la madre mirándome me dijo.
Si a vos no te molesta.
Como me iba a molestar, si mi mente volaba a mil, al ver a Silvita con su minúscula pollerita, quedo sentada sobre mi tan solo con su bombachita, la manta era un campo que no podía desperdiciar, por debajo de la manta y tan solo con la luz del televisor le tome la mano a Matilde, que me correspondió con una mirada tierna y picara a la vez.
Mi otra mano paso poco a poco bajo la falda de Silvia que sin decir nada abrió lentamente un poco las piernas dejándome llegar, hasta el borde del elástico que con dos dedos lo corrí, llegando a su tajito.
Por un lado, mi mano quedo sobre la falda de Matilde y ella apoyo su cabeza sobre mi hombro, mientras tanto mi otra mano ya la tenía empapada del flujito de esa pequeña conchita.
-Osvaldo ponte cómodo, yo me voy a sacarlos zapatos.
-Silvita me permites ponerme en otra posición.
Cambiamos de posición quedando yo abrazando a Matilde y Silvia sobre mí, y aproveche ese momento para ir bajando el cierre de mi pantalón para sacármela afuera, Silvita se dio cuenta enseguida por que inmediatamente levanto su pollerita y se sentó sobre mí. dándome la posibilidad de tocar con mi pija su pielcita y su bombachita hundida entre su colita. Pasado un tiempo coloque mi pija entre sus piernitas y ella apretó las piernas siendo esta una sensación divina, sentir el rose de sus músculos y su conchita, aunque separada por la tela de la bombacha que estaba toda mojadita en su parte delantera.
La madre me hizo ver que su hija se durmió. Y yo aproveché ese instante y le di un beso hermoso. Pero yo sabía que Silvita no se había dormido por que bajo la manta ella con su manito me la estaba tocando, no cómo una mujer experta sino cómo una niña, que recientemente había aprendido a pajear por primera vez.
Tal fue mi estado que acabe sobre su bombachita y no sé si en su mano, en el mismo momento que me besaba con la madre y con la mano acariciando uno de sus pechos generosos.
Osvaldo entre mi hija y yo te vamos a hacer el hombre más feliz.
Silvia se dejó caer a un costado, cómo dormida, justo cuando Matilde corre la manta antes de que pueda cubrirme. Y mirando lo que habia ocurrido, me dice:
No te preocupes mi amor, Silvia es muy chica para saber de estas cosas.
Tomándomela entre sus dedos, me dijo.
La próxima vez te la hago yo mi amor.
Matilde quiero hacerte el amor.
Vayamos al dormitorio. Pero antes voy a acostar a Silvia, y cambiarle la bombachita, mira que eres impulsivo. Tiene las piernitas y la bombachita llena de leche.
Es que con vos me vuelvo loco, tenía muchas ganas de ti.
Si, te entiendo, pero esto también me demuestra que seres tan cochino y asqueroso cómo yo.
Nunca pensé que te gustaría hablar tan sucio. Eres tan formal.
Si mi amor, en la calle. Pero en casa me gusta ser un poco degenerada.
Que tan sucia puedes ser.
Todo lo que vos quieras y más.
La tomé de los hombros y le di un beso y mis manos pasaron bajo su falda.
Te repito desde hoy podrás tratar a Silvita cómo si fuera tu hija y a mi cómo tu ardiente esposa.
Decime que tan ardiente y degenerada puedes ser con tu hombre. Mientras mi mano ya jugaba con la entrada de su conchita totalmente mojada ya lista para recibirme.
Solo para empezar, esto te parece poco.
Haciéndome señas, para que no despierte a Silvia. le levanto el vestidito y lenta pero sabiamente le fue sacando la bombachita y al tenerla en sus manos.
Te gusta esto mi amor.
Dicho esto, le paso la lengua a la bombachita tomando la leche que quedo en ella.
Además, desde hoy tienes mi permiso para, pasar tus manos por debajo de mi pollera y la de mi hija cuando lo desees, a y si te portas bien con tu nueva esposa, tal vez….
Espérame en el dormitorio que la llevo a su habitación, enseguida te alcanzo la quiero seguir tomándola del envase, cuando vuelva mi amor.
Continuara…
La vecina V.
Al volver al dormitorio, nos hicimos el amor hasta quedar dormidos…
Al día siguiente. Por ser domingo ninguno de los dos nos inquietamos, por la hora. Minutos después, entra a la habitación Silvita, vestía un pijama de lo más normal.
Puedo ir a tu cama.
No te inquietes… Silvita tiene la costumbre que cuando estoy en casa se cruza por las mañanas a mi cama.
Si mi amor, pero no ves que hoy tenemos visitas y él se quedó a dormir con mami, así no podes venir, vamos a cambiarnos y después te dejo que estes entre nosotros.
Si vos quieres Matilde, me levanto.
No querido, tanto ella como yo, las dos tenemos que ir acostumbremos a compartir ciertas delicias, cómo tomar el desayuno en la cama un domingo contigo.
Como vos digas mi amor. Yo Puedo ir preparando el café.
Vos calienta el agua y vuelve a la cama que yo lo termino.
Puse el agua y volví acostarme, al rato regresan las dos. No te parece que ahora está más linda y más presentable.
Mis ojos no podían creer lo que veían. Ella llevaba puesto un camisolín totalmente transparente, sus pequeñas tetitas se adivinaban bajo la tela, pezoncitos todavía sin estrenar, dejaba caer la gasa casi hasta finalizar su colita. Debajo una bombachita blanca que en su parte delantera en la zona del pubis era también transparente dejando entrever por la falta de bello su hermoso tajito.
Estas hermosa Silvia.
Bueno dale un beso y metete a la cama que ya traigo el desayuno.
Después del desayuno.
Silvia le pidió a su mama si podía dormir a lo que Matilde contesto.
Por supuesto mi amor.
Dicho esto, Silvia se acurruco cerca de la mama dejándome su bombachita a la altura justa para que sin esfuerzo pudiera acercar mi pija a su colita. Mi excitación llego al momento más culminante cuando Matilde tomo uno de sus pechos y acercándola a su pezón se lo ofreció a su hija que con su boquita lo reclamaba.
Es una costumbre que le quedo desde chica antes de dormir le gusta tomarme la teta, aunque ya no tengo más leche. Bueno yo te dije que no quería que haya secretos entre nosotros. Como te imaginaras a mí me encanta y nunca le desalenté la costumbre a Silvia.
Quizás… la alentaste.
En verdad si al principio me dio vergüenza, pero es un secreto de madre e hija, y ella retribuye con creces su capricho chupándomelas, llegándome a dejar los pezones rosados con los chupones que me da. Yo te voy a decir la verdad… He llegado acabar varias veces, cuando ella me las chupa, y también se transformó en un sedante para mí y mi soledad.
Yo le di un beso en la boca y tomando su mano se la llevé a mi verga totalmente parada, y en vos baja me dijo.
Espera un ratito mi amor, que se duerma.
Pero no retiro su mano la cual comenzó a masturbarme muy lentamente y yo volví a besarla más apasionadamente.
Cada día me gustas más, nunca pensé que eras tan ardiente.
Las mujeres solas amamos el olor a macho y fantaseamos con erecciones, cómo los varones con las bombachitas que cubrieron las intimidades de alguna mujer.
Matilde no había dejado de masturbarme mientras me hablaba en vos baja. Y había llevado su otra mano a su entre pierna y también se estaba pajeando.
Matilde al ver que Silvia ya sé había dormido, corrió la sabana y levantando el camisolín.
Ayer me di cuenta de las cosas que te gustan, y esto es una prueba de que siempre que complaceré mi amor. Acaba mío amor sobre la bombachita de mi nena.
Acelerando su paja y alentándome.
Tírale toda tu lechita caliente en su bombachita, que dormida no se da cuenta y por lo caliente de tu pija esto es lo que te gusta, cochino asqueroso.
Tres lechazos gigantescos salieron de mi pija y su mano frenética alentaba la salida de más guasca. Así mi asqueroso ensúciale todo el culito a tu futura hija. Así… más lechita que después mamita… tu puta se la toma todita. Así papito termina que mamita siempre te sacara hasta la ultima gotita.
Gritando en susurros ella acabo también. Mamita es tan degenerada cómo vos cerdito, dándote servido el culito de mi hija. Que madre puta que soy acabo …acabo para mi macho todas las conchas…tu puta… leche. leche…
Sacando los dedos de su vagina llenos de fluyo me los acerco para que los chupe, los cuales chupe uno por uno cómo su fuera su divina conchita. Termino de limpiarme la puntilla haciendo la pasar repetidas veces por el canal que hacia la prenda al hundirse entre los cachetitos de la cola de Silvita que seguía dormida.
Silvia despiértate, mi amor despiértate.
Continuara…
La vecina (VI).
Silvia despiértate, mi amor despiértate.
Que Osvaldo tu un accidente y te mojo la bombachita, ven párate en la cama que te la saco. No tengas vergüenza desde hoy Osvaldo va a ser cómo tu papa y no tiene nada de malo que una hija le muestre la colita a su papa, mi amor.
Bueno la voy a lavar, acuéstate.
Perdóname Silvi que te manche.
No estoy enojada por eso, sino porque estaba dormida, a vos te gusto mucho mama y por eso sin querer me manchaste.
si yo la quiero mucho a tu mama.
Viste que curiosa que es esta nena, todo el día quiere que le muestre o le hable, para saber cómo va a ser cuando sea grande. Y con vos va a ser peor si no la paras, porque nunca vio un hombre te podrás dar cuenta.
Silvia, mama y Osvaldo te vamos a enseñar todo, pero no hoy. Así que anda a tu cuarto vístete que ya es hora de levantarse, después te vienen a buscar y no vas a estar lista.
Bueno ya voy. Y salto de la cama.
Silvi dale un beso a tu nuevo papa.
Ella se trepo de nuevo a la cama.
Un beso y un abrazo mi amor.
Silvi se lanzó a mi cuello y yo la abrasé y le di un beso.
Me gusta verlos así dijo Matilde y tomándome de la mano me la bajo y me la puso sobre la colita de Silvia y me guiño un ojo y me tiro un beso.
Después de comer, Silvia se fue a casa de una amiguita. Y aprovechamos para contarnos nuestras intimidades, mientras nos besábamos y nos hacíamos mimos.
Quédate quieto.
Bueno si quieres no te toco más.
Bueno no es para tanto ven, pero déjame hablar. Yo no quiero que mi hija sea una tonta.
A mi desde chica me manosearon, y yo me dejaba manosear, a mi tío le fascinaba cómo yo me dejaba. Y me hacia lo que él quería y además lo buscaba con intenciones de que continuara con sus caricias, que para mí estaban prohibidas. Yo estaba encantada, porque me gustaban muchísimo, es más yo me vestía y hacia cosas para que les sea fácil meterme mano y no sabes cómo me gustaba cuando pasaban las manos debajo de mi pollerita. No fue solamente mi tío, sino que descubrí que a muchos hombres le gustaba tocar las colitas de las nenas.
Mi mama me había dicho que eso era malo, pero a mí me parecía que era bárbaro y cómo ya sabrás después, mi tío me enseñó a pajearme y quede cómo loca. Otro día te cuento con más detalle, cómo me empezó a interesar el sexo.
Hoy a la tarde viene mi hermana, entonces te quiero poner al tanto mi amor.
¿De qué?
Escucha.
Todo empezó hace mucho, mi sobrino chico y mi hermana me pidió que lo cambiara mientras iba a comprar al super. Y cuando lo estaba cambiando su pijita se había parado un poquito y sentí a calentura que me invadió todo el cuerpo y la mente, sabiendo que no había nadie acerque mi boca a su pijita y se la chupe, ya mi otra mano estaba entre mis piernas y dos dedos introducidos en mi concha totalmente mojada. Me veía a mí misma chupándosela y pajeándome de tal manera que mi acabada fue cómo si mi hiciera pis encima, nunca había acabado de esa manera. Con ninguna pareja, ni siquiera las mas osadas había logrado tal grado, de degeneración y calentura.
Si empezó mi fascinación por mi sobrino, cuando encontraba el sitio y el momento apropiado, el cual yo también trataba de provocar. Aprovechaba para poder chupársela y pajearme cosa que me encanta y de cualquier manera. Cuando creció no lo pude hacerlo más. Hasta que un día la mama me pidió que lo vaya a ver al baño que tardaba mucho, a ver si se había descompuesto.
Mi amor te estas calentando cochino.
Como no me voy a calentar eres una putita maravillosa.
¿Te arrepentís de compartir conmigo?, ¿no te gusto cómo pareja?
Al contrario, pienso que los dos nos podemos comprender y completarnos muy bien.
Eso espero mi amor, porque tengo unos gustos muy raros. Mientras te sigo contando si quieres tu putita te la puede ir mamando despacito, para eso estamos las hembras para adorar la leche de mancho. Es la base de la enseñanza que le doy a mi hija.
Cuando entre al baño.
Te pasa algo, mi amor.
No tía, ya salía.
Bueno lindo, tu mama estaba preocupada. Ahora que estoy aquí, la tía te la va a secar, tu pito.
Le masturbe la pijita y con el papel le secaba las gotitas que caían de la puntilla, al terminar de secarla se le había parado un poquito y le acaricie los huevitos.
Que lindos huevitos que tienes. Te gusta cómo te limpia la pijita la tía, mi amor.
Si tía.
Bueno cuando quieras que yo te la seque, vos llámame y si no se lo contas a tu mama, yo te voy a ayudar, siempre que tú quieras, mi vida.
Le di un beso y corrí a mi cuarto a pajearme cómo una loca, la calentura era tal que tuve que ponerme algo en la boca para no gritar y se diese cuenta mi hermana de lo que estaba haciendo en su casa, su hermanita la santa.
Después de esa vez y hasta ahora hago todo para calmar las apetencias de mi sobrino. Un día me di cuenta de que hacia lo imposible por mirarme las bombachas y yo cuando no había nadie o en ocasiones especiales dejaba, cómo quien no se daba cuenta, la posibilidad de que tuviera una vista de mis bombachitas, llegando en una época a elegirlas para ponérmelas para que el me la viera y en mi fantasía veía su pijita parada por las piernas y bombachas de su tía que tanto lo amaba. También comencé a dejarle siempre a mano mis bombachitas usadas para que me las robe y se dónde las guarda en su pieza, por que un día que fui a casa de mi hermana descubrí el lugar en el ropero de su pieza, no siempre pero cuando tengo la ocasión las vuelvo a recuperar, cómo te imaginas llenas de leche, mi soledad se sobrelleva con esas bombachas con las primeras pajas de mi sobrino, de su tía favorita.
Ahora dentro de un rato va a caer, mi hermana y Raúl mi sobrino, quizás se ponga algo celoso pero yo me voy a encargar de que este feliz y te acepte. Mi vida quieres que te haga acabar.
No te creas que es tan fácil, es que todo es nuevo para mí y tengo un montón de preguntas.
Si mi vida, yo te voy a respondes todo, pero ahora no hay tiempo. Y no me desafíes que si yo te digo te voy a hacer acabar, yo sé que puedo hacerlo. Mira, ahora vengo y en dos minutos ya no vas a tener más ganas de desafiarme.
Cuando volvió, comenzó a chuparme con tal dedicación, que pareciera que yo no existiese, y que tenía todos los sentidos concentrados en mi pija, la cual mojaba abundantemente con saliva.
Te traje algo para que acabes, mira esta es una bombachita de mi nena, quiero toda tu leche acá ves donde ella apoya su conchita y hoy cuando regrese yo se la voy a hacer poner para vos, cuando estemos en la mesa vas a saber que tu lechita va estar seca de su tajito.
Vamos dame la leche, escupirla sobre la bombachita, mi calentón así Silvita se va acostumbrando a tu guasca.
Su mano seguía pajeándome y puso la prenda de su nena, entre sus tetas.
Así mi amor acaba sobre mi hija y manoséale las tetas de la putita de su madre, dame también un poco de leche en mis tetas, mira mis pezones están super duros, si todavía tuviese leche gotearían de la calentura que tengo con vos.
Mira lo que quiero, es que entretengas a mi hermana, porque mi sobrino me pidió por teléfono, por favor que extrañaba las pajas que yo le hago. Le hice prometer que no se tocara solo, así cuando viniese iba a tener más leche para su adorable tía.
Cuando llegaron, nos presentamos y me di cuenta de que Matilde era una calentona de novela y que no me podía perder esa mujer. La charla y la comida fueron de lo más normal salvo algunos episodios el Primero fue, cuando Matilde me llamo a la pieza de ella, para que la ayudara. Al entrar me dijo cerra con llave, con ella estaba Silvita con un vestidito azul y ella estaba a medio vestir tan solo en bombacha y corpiño.
– Nos estamos vistiendo para salir a dar una vuelta.
– Y vos te cambiaste la ropa interior.
– Si mami!.
– Muéstrale a papa la bombachita que te di para que te pongas.
– Mírame la bombachita papi.
Cuando Silvita levanto su pollerita para que yo viera su bombachita cómo su mama le dijo. Vi que la prenda estaba llena de manchas, eran de la leche que yo le tire esa tarde.
Te gusta mi amor yo cumplo lo que prometo.
La vecina VII.
Al ir al comedor Matilde dijo que, aunque se había cambiado tenía un dolor de cabeza insoportable y que prefería quedarse a esperarnos en casa y nos ofreció que al regresar nos iba a recibir con una taza de café caliente. Yo insistí a su hermana que fuéramos igual, lo cual acepto, pero su hijo quiso quedarse acompañar a la tía.
Al volver, cómo Matilde lo había prometido nos sirvió una taza de café y además torta. Mi curiosidad no pudo más y me fui a una de las habitaciones y con cualquier excusa la llame, cuando ella apareció cerro detrás suyo la puerta. Cuéntame no doy más. Seres un vicioso estas muy loco. Bueno, pero volvamos rápido que de un momento a otro ya se están por ir.
Mira lo que hizo tu esposa con su sobrino. Levantándose la pollera, tenía una bombachita transparente que dejaba ver con total claridad sus pelitos y los pliegues de sus labios vaginales y sobre la tela varios guascazos frescos. Ella me miraba con el semblante radiante. Mira mi amor con añitos, toda la leche que tiene. Yo lo incitaba si hubieras podido ver la desesperación de mi sobrinito pajeandose, frente a mí, mientras lo incitaba diciéndole. Vamos háztela más fuerte y tírale la lechita a la tía, acá mi vida en medio de la conchita así acaba… lechita para tu tía que te quiere tanto. Y cómo les acabas a la tía, mi amor. No todos los chicos tienen la suerte de tener una tía cómo vos tienes.
Me siento reputa, esta noche quiero que me hagas de todo, hasta romperme el culo. Me gustaría que me lo contaras con todos los detalles. Si mi amor, y hasta me voy a poner crema en las manos para que tu pija resbalé mejor entre mis dedos. Y cuando estes dentro de mi culito, te lo voy a volver a contar con lujos de detalles. Algunas noches eran un placer, Matilde se encargaba de todo rápidamente para la culminación del día. Esa noche estaba muy ardiente se la metí con un placer supremo después nos quedamos hablando y conociéndonos más.
-Cuéntame algo tuyo que te haya gustado mucho.
-Qué quieres que te cuente.
– Por favor continua la historia chancha cómo las que me contaste la vez pasada.
– Si mi amor, prométeme que tendremos más bonitas historias dos juntos…
– Claro, nunca te dejare…
Cuando era más joven, me toco hacer la suplencia en una escuela de campo, en ese tiempo yo vivía con mi familia, en San Juan. Cómo veras mi hermana se quedó allí he hizo su familia, en cambio yo probé en la ciudad. Pero volviendo al tema me toco un salón donde se daba quinto, sexto y séptimo grado. Halla los chicos son más inocentes, que en las ciudades y más en esos tiempos. Inocentes tanto cómo Silvita y más.
Algunos todavía me pedían que los lleven al baño, la primera vez que esto sucedió se lo conté a la otra maestra que además en realidad era mi directora, dado que en esa escuela éramos solo nosotras dos. Al poco tiempo fuimos creando un vínculo entre ambas, de mucha confianza… Yo diría que había mucho más, que eso.
Mira si son aquí los chicos pequeños. Tu llévalos, pero la edad la medís vos. Te digo esto, pues te puedes llevar una sorpresa sabes… Algunos no son malos, solamente son pícaros me entiendes.
Boba lo que te quiero decir, es que algunos ya se les para la pija, ahora me entiendes.
Yo me puse roja y me sentí tonta.
Cuando lleve en una ocasión a un chico, tenía en la cabeza las palabras de mi compañera «algunos se les para», cuando termino de hacer pis tome el papel y se lo seque y poco a poco fui moviendo su pielcita un poquito hacia abajo y otro poco a hacia arriba, casi de inmediato comenzó a ponerse más y más durita. Entonces me asuste, no te lo voy a negar… Y le dije ya estaba y que se subiera los pantalones.
——————-
Una tarde habíamos quedado con la directora en salir, (cómo ya te dije nos tratábamos de igual a igual) he ir a tomar un café al pueblo y después ir al cine, mientras esperaba me puse a leer en el patio pues faltaban dos horas para que termine su curso.
Fue en esa espera que comencé a darme cuenta de algo.
Primero: La vestimenta ella cuando venía siempre se cambiaba de ropa, era muy formal para vestir con faldas debajo de la rodilla, blusas y polleras que no llamaban la atención. Pero en la escuela se cambiaba se ponía el guardapolvo y debajo usaba una pollera corta que no era habitual en ella y los días de mucho calor, solo se ponía el guardapolvo sobre la bombacha. Si en San Juan hace un calor de morirse y aquí nadie viene en horas de clase, pero igualmente eso me aprecio muy audaz. Como para andar así en la escuela
Segundo: Que era muy organizada, cuando tenía que llevar a un chico al baño dejaba siempre a toda la clase realizando una tarea o copiando algo, mientras ella llevaba al chico al bañito detrás de la escuela.
En mi cabeza seguía retumbando «algunos se le para», pensé que si ella usaba las polleras cortas estaría alentando a los chicos para que sucediera lo que me había contado.
Todas estas ideas rondaban en mi cabeza. Y decidí salir de dudas, diez minutos antes que este por terminar la clase, me arrime a la ventana del salón y confirme mis sospechas. Ella estaba dictando, sentada en su escritorio, pero me llamo la atención un chico que estaba en el fondo en línea recta al escritorio, pues con una mano escribía y la otra se estaba abriendo un botón del guardapolvo y se estaba tocando allí mismo en clase.
Al mirar a la directora dictar no veía nada fuera de lo normal, pero no lo era, al principio pensé que estaba distraída con el dictado y no la veía en su totalidad, decidí entonces de cambiarme de ventana, para poder verla desde otra posición. Ella se encontraba dictando con las piernas más que abiertas, que hasta yo misma desde la ventana pude ver el final de sus medias negras y casi a la perfección las bombachitas rosadas que llevaba mientras les decía no se distraigan… Y había doble sentido en ello… Chicos que después yo los voy a revisar a haber si están bien.
Entre de improviso en el salón y note que inmediatamente ella cerro sus piernas.
Saluden chicos a su otra maestra. Ya termino quédate.
Ella continuo el dictado por con las piernas bien juntas, lo que corroboro que esa actitud era normal en ella y lo hacía adrede frente a los chicos «algunos se le para» claro pensé se los hacia parar ella mostrándole las bombachas que usaba.
No voy a decir que no me había excitado todo lo que había visto y estaba viviendo. A decir verdad, estaba bastante mojada con su actitud enfrente de sus alumnos.
Ya en el café hablamos de nuestras vivas y cosas sin importancia.
Sabes que me sentí una tonta por lo que te pregunté la otra vez.
Bueno no te preocupes.
Te paso eso alguna vez.
Mira yo no sé si tú eres preguntona o picara.
Las dos cosas.
Y que quieres saber.
Bueno algún chico se le paro mientras lo ayudabas en el baño.
Como me preguntas esas cosas.
Bueno vos me dijiste que quería saber y te lo dije si o no.
Bueno sí.
Que hiciste.
Ahora me da vergüenza a mí, bueno si vos preguntas es porque ya te paso. La primera vez seguro cómo vos me asuste, la segunda vez me gusto eso de que se exciten por que se las tocas, es cómo tener el poder del placer y ser la Primera mujer que ellos conocen.
Si conta.
Seguro que tienes la bombachita mojada.
Si ya no doy más.
Entonces eres de las mías. Mira ahora con algunos chicos de los llevo al baño y yo me encargo de hacerle las pajas y me encanta verlos cuando les salta la leche calentita. Pero si decís esto a alguien te prometo que no vas a dar más clases en tu vida entiendes.
Quédate tranquila esto queda entre las dos.
Está bien confío en vos, ahora vamos al cine, que vamos a estar más cómodas para seguir charlando.
Ya dentro del cine seguíamos hablando en vos baja.
Te gusta la idea de pajear a los pendejos.
Si, la verdad que me calienta bastante la idea, contarme cómo es.
Discúlpame voy a ser sincera con vos, estoy ya bastante calentita y aprovechando la oscuridad me voy a hacer una paja mientras te cuento.
No te preocupes, yo también estoy mojada y lo veo excitante pajearse en el cine, pero seguiré contando.
Decime la verdad te encanta pajearte.
Me enloqueces, nunca se lo dije a nadie, pero soy adicta a las pajas.
yo igual desde chiquita, mi mama me retaba porque siempre estaba con la manos debajo de la pollera.
Me vas a enseñar cómo hacer para que no se asusten.
No te preocupes este lunes vas a tener la mano llena de leche… calentita de adolescente.
Como me calienta. Y mira a mí.
dicho eso se levantó la falda, para que vea su mano dentro de la bombacha.
Tengo la conchita ardiendo.
Me tomo una mano y me la llevo a su conchita.
Pajéame estoy reputa hacérmela que después yo te la hago a vos.
Haber, pero que mojada que estas, estas por acabar cochina, te gusta hacerle a la paja a tu directora en el cine putita.
Si me gusta….
piensa que vas a tener en tus manos la leche de esas pijas, antes que las futuras noviecitas. Vas a ser la maestra más querida y más putita.
Acabamos las dos cómo dos yeguas, pero en silencio….
Continuara…
La Vecina (VIII)
Al otro día las dos últimas horas de clase las dimos las dos juntas. Se trataba de una prueba recuperatoria solo para unos seis alumnos que iban más atrasados del resto del grupo, pero las dos sabíamos cuál era nuestro propósito final. Ninguna había hablado abiertamente del tema, pero ambas nos habíamos vestido para la ocasión. Por mi parte me lleve ese día una pollerita tableada, que la usaba cuando tenía quince años, como soy un poco menudita, imagínate si antes me quedaba corta ese día apenas me agachaba se me veía todo. Ambas estuvimos toda la clase dando muestras gratis, de nuestras piernas y ropas intimas, lo cual tuvo un éxito impresionante, todo para que los chicos se calienten con las perras de sus queridas maestras. También alguna que otra buena e inocente escena, preparada por ambas, así de repente, en la que los chicos disfrutaban por separado vista de las bombachitas. Nos intercambiamos miradas y sonrisas cómplices, que en realidad servían para volvernos más atrevidas y calientes.
Yo me agachaba por cualquier cosa y eso me ponía como loca, pues sentida los ojos de los chicos, sobre mi cuerpo y la directora desde su silla en el escritorio solo llevaba el guardapolvo más corto que le había visto en el año sino que debajo solo una trusa y el corpiño que acentuaba y dejaba ver la hendidura de sus dos pechos, porque había dejado el primer botón del guardapolvo desprendido, para cuando se le acercara algún chico a hacerle una pregunta se le fueran los ojos a su amplio escote, y al terminar de contestarle lo mandaba de nuevo a su silla, no sin antes no sin antes acariciarles la colita y decirle que eran muy pícaros por mirar lo que no deben.
Recuerdo que llegado el momento esperado a mí me temblaban las piernas y mi bombachita estaba empapada, el instante fue cuando uno de los chicos nos pidió de ir al baño, nuestras miradas se cruzaron inmediata y realmente pude ver la calentura que nos unía.
La directora dijo: La señorita Matilde té va a llevar al baño mi amor. No te preocupes, Matilde yo los cuido para que no se copien,
Si quieres, llévalo vos y yo me quedo a copiar el segundo cuestionario.
Si usted desea, lo copio antes de…
No mi amor, no te preocupes, que todavía, no terminaron este.
El bañito quedaba al fondo del patio, yo caminaba despacio pues me temblaban las piernas. Al llegar le desabroche el pantalón y lo senté en el inodoro, mientras él hacia pis, yo quede de frente a él, arrodillada contra la puerta y con las piernas abierta de par en par, los ojos del chico no podían dejar de fijarse en mi entrepierna, mi bombachita era blanca y pequeña se notaba que estaba mojada y por los bordes se podían ver perfectamente los pelitos que me sobresalían, mientras me hacia la desentendida, cortaba el papel higiénico que había al costado del inodoro del minúsculo bañito.
Él no había dejado, de hacer pis cuando ya estaba excitado, lo cual ocasiono que se le parara aun estando, haciendo pis, me mancho el guardapolvo y las piernas. Era muy tierno, fue como una fuente incontrolable.
Perdóneme, señorita.
No te preocupes mi amor, a veces pasa. Mi vida tranquilízate que yo te voy a ayudar.
Esto que parece desagradable, verme manchada de pis en las piernas y toda la ropa me calentó aún más, pero mucho más, no cabía mi calentura, veia el temblor en mis manos, en mi corazón y mi conchita lloraba a mares.
Primero vamos a hacer una cosa yo me voy a sacar el guardapolvo para no mancharlo más. Después de sacármelo lo hice cambiar de lugar conmigo y yo me senté en el inodoro y mientras le iba explicando cómo hacer para solucionar el enchastre que habíamos hecho, lo tome y lo subí a mis piernas quedando el enfrentado a mí.
La pollera ya la tenía subida hasta la cintura, con la pijita en la mano a unos centímetros de mi bombacha. Y acariciándolo y diciéndole que no se preocupe que no le iba a decir a nadie que me había manchado la ropa, lo comencé a pajear.
Te gusta lo que té hace tu señorita, Ricardito.
Sí. Seño.
Yo té hago esto, así té sentís mejor, pero no se lo vayas a contar a nadie, o que no té lo hago mas sabes…
No seño…
Decime te gustan mis bombachitas no, té vi muchas veces tratando de mirármelas, mira ahora las puedes ver, son lindas no?
Si..
Ricardito ya té sale leche…
Si seño…
Que bien, té gustaría tirarme la leche aquí en mi bombachita no mi amor, yo te voy a hacer acabar encima de ellas, cuando vi que ya sé venia.
Te gusta como tu maestra té pajea Ricardito…así mi vida, toda la lechita, para tu seño en la conchita así todita….
Seño… Como es la concha.
Bueno Ricardito, si té portas bien otro día té la muestro mi amor, pero ahora nos limpiamos y volvamos al salón, que la directora se puede enojar con nosotros por tardar tanto y nos va a retar.
Cuando llegamos al salón, desde la puerta pude ver a la directora copiando en al pizarrón el segundo cuestionario y al subirse para alcanzar la parte más alta de pizarrón la falda llegaba hasta la mitad de su bonbachita rosada de seda, me ve entrar y me guiña un ojo, como té fue me dijo, mientras que se agachaba a levantar la tiza que intencionalmente dejo caer al piso. Vi que los chicos que estaban con los ojos fijos en la directora y su entrepierna y en el fondo del salón veo a un chico, que al acercarme lo distinguí mejor, se estaba pajeando en el salón.
Haber Roberto, córrete un poco de tu asiento los cuales eran de dos, yo te voy a ayudar a copiar.
Estaba tan concentrado, que cuando me vio trato de cubriese.
Lo detuve y lo senté en mi falda y lo alentaba a que siga mirando el espectáculo que daba la directora en el frente, verbalmente le describía y preguntaba si le gustaban las bombachitas de la directora, y con la mano lo terminaba de pajear.
El clima se estaba haciendo cada vez más caliente para nosotras, que yo ni siguiera me limpie la leche que me había caído en las piernas. Me acerque a la directora.
Como anduvo acá, nada mal y vos.
Muy bien. Mientras no podía de dejar de ver que en la barbilla tenía restos de leche seca, la putita de mi Directora.
No te dije, que son encantadores.
Desde ese día y con el consentimiento de la directora, regresaba a mi casa con las medias y bombachas manchadas de leche, por que al principio los hacia acabar simplemente pero cuando hubo más confianza algunos los hacia acabar, donde quería y hasta en mi boca.
Desde esa época fui comprendiendo que la excitación por lo prohibido difería de la vida que todos deseaban, tanto mis padres cómo la sociedad. Y decidí portarme bien en público una mujer recatada, pero cómo vos ya sabes un tanto cochina en la intimidad. Otra vez estoy excitado. No te preocupes mi amor yo me encargo de eso, a mamita le encanta pajear a su macho. A las mujeres nos encanta hacerles la paja a los hombres nos da poder, aunque algunas tratan de negarlo. Una vez cuando todavía estaba de maestra, una señora la cual comenzó a ser íntima y al poco tiempo me contó que tenía un hijo que no lo traía a la escuela porque era un poco lerdo y que no era retrasado del todo pero no era para traerlo. Y me contó que estaba en una etapa muy complicada y cómo el chico era así, una vez lo descubrió en el baño tocándose y ella cómo buena madre comenzó a explicarle cómo para que no se dañe, la manera correcta de cómo sé hacia y termino haciéndosela ella día por medio.
Ella me lo contaba cómo mártir, pero se notaba que le encantaba deslechar lo al hijo. Yo aproveché la confesión que me había hecho y me ofrecí para dar le consejos, en tono pedagógico. Con el correr de los días , ella me invita a su casa justamente cuando no se encontrara el marido y allí yo contribuí también con el trabajo de esa madre tan abnegada y me comí mi buena ración de leche y por la ayuda que le brindaba ella que me llego a chupar la conchita mientras lo pajeaba al nene, sentir su lengua entre mis labios y en mi boca ese néctar caliente, fue algo maravilloso, como imaginaran digno de repetir, hasta incluso hice que su querido nene, le chupara la concha a su mama como para compensarle en algo del sacrificio, de esa pobre madre. En otra oportunidad té lo voy a contar con más detalles… Pero en resumen la muy guacha tenía un placer extra en la casa y se cubría cómo buena madre.
Por eso té entiendo, cuando sé té va la lechita en las bombachitas de Silvita. Ella alentaba todo esto pues noche de por medio dejaba que Silvita durmiera con nosotros, a veces sé dormía entre los dos y muchas veces yo despertaba como mi pija parada entre sus cachecitos angelicales, al darse cuenta de esto Matilde, todas las mañanas ella se levantaba más temprano para hacer el desayuno y después levantar a Silvia para llevarla al colegio. Todo Comenzó como un juego y después se fue convirtiendo en rutina, ella toma mi pija ya parada apoyadita en la colita de su hijita y comenzaba a masturbarme muy despacio, tratando de que no me despertara y frotando mi cabecilla por la rayita de Silvi, todo esto mientras su otra mano se perdía debajo de su camisón, yo acababa en la colita de la nena llegando a mancharle toda la pequeña bombachita. Después, ella despertaba a Silvi y la acompañaba al baño y se enceraba con ella, para cambiarla, yo un día sin que Matilde se diera cuenta, la espíe por la cerradura del baño. Pero dada la hora él tramite era muy corto ella la ayudaba a lavarse e incluso había veces que la masturba un poquito cosa que a Silvi recibía de su mami con agrado. Continuara…
Continuara…
La vecina (IX).
Matilde ya tenía programado visitar a su mama y su hermana, los cuales vivían en la provincia de San Juan, ella me pidió que si pudiese faltar dos días a mi trabajo, para quedarme con Rita, con total agrado le dije que sí y entre los dos se lo comunicamos a Rita.
¿Cuándo regresas mami?
Pasado mañana, ya estoy de vuelta, y si los convenzo quizás vengan a pasarse unas semanas con nosotros, tu Tía y tu primo y posiblemente venga también Betty
Después Matilde me dijo que Betty, era una amiguita de Rita, con la cual ella y toda la familia estaban muy encariñadas.
¿Me vas a extrañar mi amor?
¿Sí mama?
Pero Claudio te va a cuidar hasta que yo vuelva.
¿No Claudio?
Sí mi amor.
Así también, se conocen un poco más, ¿verdad?
¿Puedo dormir con Claudio?
Matilde, mirándome, con una sonrisa a flor de labios.
Si mi amor, si Claudio, deja.
¿Puedo?
Vamos a ver cómo te portas, si te portas bien durante el día a la noche, vas a poder venir a la cama de mama.
Bueno Rita ahora, anda a tu cuarto, a descansar pues yo me voy temprano, mañana a sacar los pasajes.
La mañana siguiente desperté y me di cuenta de que Matilde ya había salido.
Me desperece, y lentamente fui a darme una ducha, nada me hace sentir más feliz, que una lluvia de agua caliente por las mañanas.
Con solo estar en esa casa, sentía dentro de mí una excitación permanente. Sé que mi cuerpo y me dispuse a afeitarme, a todo esto, yo había dejado la puerta del baño entreabierta, pues ya de temprana hora, comenzaba a jugar, sutil juego, entablado por Rita.
Ella siempre me espiaba, y yo hacía que no la veía y cada vez le mostraba algo más, satisfaciendo su precoz curiosidad. Me encontraba afeitándome, frente al espejo, totalmente desnudo, casi como esperando que Rita se levantara y sigilosamente tratara de sorprenderme en mi intimidad.
De pronto siento la puerta de su habitación que se abre, y solo pensarlo, tuvo una consecuencia directa en mi miembro que se comenzó paulatinamente a erguirse.
Mientras que yo hacía que no notara su presencia, continué afeitándome, encontrándome ya a media asta.
Rita se encontraba apoyada en el marco de la puerta.
¡Hola!
Buen día, como dormiste
Bien y mama
Salió temprano, por lo de los pasajes a San Juan.
A todo esto, ella no apartaba la vista de mi miembro a medio erguir, entra y se sienta en el inodoro, Levantando su camisón y dejando caer su bombachita, que quedo enrollada en sus tobillos.
Te gusta verme afeitar.
Sí. No te duele.
No estoy acostumbrado.
El sonido del pis cayendo, me excito en demasía, ya no podía disimular, la tenía parada frente a ella.
Mami te besa allí, ¿no?
Dijo Rita señalándome.
¿Y vos como sabes?
¡Eh! Bueno… una vez los vi.
Cuando, nos viste.
Una noche, que dejaron la puerta entreabierta. A mi mama le gustaba mucho besarte.
Ella lo hace muy bien y a mí me gusta mucho cuando me lo hace. ¿Y que más viste?
Cuando, mama se tomaba toda tu leche. Me enseñas a hacerlo.
No sé, que pensara tu mama.
Ella me contó una vez.
Que te contó.
Una vez, cuando yo estaba por dormirme, mientras le chupaba el pecho a mama, porque vos sabes que, aunque ya no tenga leche, a mí me gusta dormirme, como cuando era chica.
Si lo se.
Bueno, también me contó que, a los hombres, le sale leche como la de la teta de las mujeres.
Me pare frente a ella, su vista se había fijado en la cabeza de mi pija.
Bueno, te voy a enseñar… Pone tu mano izquierda acá, así… Como sosteniéndome los huevos, ves sentirlos entre tus dedos, despacito… así ves… así.
Está bien así.
Bien ahora, con la otra mano, tómame como lo viste hacer a tu mama, pero así acá debajo de la cabeza, ves. Así.
Ahora, despacito, pero sin dejar de mover la manito, para atrás… así. Y para delante.
Así está bien.
Si mi amor, ahora, ves la cabecilla que está seca, pásale la lengua y deja tu saliva, así ponerle mucha saliva para que pueda correr bien la pielcita ves. Como la sentís.
Esta dura, muy caliente.
Ahora métetela toda en la boca y con la lengua acaríciame la cabecita, así moviendo las dos manos.
Después de eso no tuve que decirle nada más, en realidad no sabía si lo había aprendido de verla a la madre, o es algo, que ciertas mujeres lo llevan incorporado, en sus fibras más íntimas.
Rita se prendió a mi pija con una pasión y dedicación inusual, para su edad.
Así está bien, te gusta. Lo hago como mama.
Si me encanta linda.
Quiero, aprender a hacerlo como mama.
¿Cada vez lo vas a hacer mejor, sabes?
La dedicación era tal, que las gotas de saliva caían estrellándose en el piso del baño. Trataba de prolongar el momento antes de llegar al orgasmo, pero me era casi imposible.
¿Osvaldo, me ves a avisar?
De que, mi amor…
Cuando te salga la leche.
Sí. Pero no me llamas Osvaldo, sabes.
Cuando estemos en casa, ya te dijo mama que me puedes llamarme papa.
Sobre todo cuando papi te esté enseñando a mamarla, como tu madre.
Bueno, perdóname, no te enojes, papi, te la estoy mamando bien.
Así si, ya pronto, me va a salir la leche, cuando yo te diga, me va a salir…
Vos tienes que mover más rápido la mano, así sale más.
Me la puedo tomar papi.
Tu mama, se la toma todita y espero que vos hagas lo mismo.
Así, mi amor mas fuerte… me viene, chúpala, Rita chúpala toda…
Desde su posición, sus ojos me miraban, como queriendo adivinar mis reacciones, y sintiendo el resultado de lo que ella me estaba haciéndome.
A todo esto su otra mano había dejado de acariciar mis huevos y la tenía metida en la entrepierna.
La descarga llego, como era natural, se sorprendió de la cantidad, fue algo que por aquel entonces no sabía controlar, la leche fue más blanca sobresaliendo de su boquita, varias gotas habían caído en su camisón y sobre su cara.
No te asustes, a ver Rita, abrí la boca, mi amor.
Al abrirla, todavía tenía restos de leche que no se había tragado. Con una mano acaricié su cabeza, dejándola caer, en su nuca. Pose mis labios sobre los suyos, mi lengua ingreso en su boca, fundiéndose con la de ella, entre saliva y leche.
Este es un beso de leche, sabes. Te gusto.
Mucho, lo hice como mama.
Ya te dije, con el tiempo, lo vas a hacer como mama o mejor sabes. Pero no te apresures, despacito mi amor.
Después de esa mañana, Rita paso a convertirse en una adicta al semen, buscaba siempre tener un minuto a solas conmigo. Ya sea antes de irme a trabajar, o en el auto cuando regresaba de la escuela, siempre esta presta y se dedicaba a mamármela.
Había creado en mi la obligación, frente a su madre, que por las noches la llevara a su cama. Y Matilde, veía con agrado, mi tarea, la de dormir a su hija.
Haciéndose cada día más experta en tomar el néctar, que hasta entonces era solo patrimonio de su madre.
Era todo un ritual, yo la acompañaba, a su cuarto, ella se metía en su cama. Yo le daba un beso.
Bueno hasta mañana, que descanse.
Todavía no tengo, sueño.
Pero ahora tienes que dormir.
Quédate, un poco más.
No me voy, tu mama me va a extrañar.
Vos sabes lo que quiero.
Yo me ponía de pie, cerca de la cabecera de su cama, y ella me bajaba el cierre, y se ocupaba de todo, ni tenía que limpiarme, porque después de la acabada, ella se encargaba de eliminar todo resto de leche. Diciéndome.
Ahora te la voy a limpiar, para que mama no se enoje.
Esa noche Matilde, quizás al saber que iba estar ausente, quería tener relaciones, y no sabía como concretar sus intenciones, sin tener que decirlo abiertamente y yo había, tenido un día agitado educando a Rita, así que trataba de no darme por enterado.
Y aquí voy, hasta donde llegaba su picardía. Se dio vuelta, entre enojada y furiosa.
Hasta mañana.
Hasta mañana mi amor.
¿Claudio?
¿Que?
¿Te puedo pedir algo?
¿Sí? (Pensé que la había doblegado, a tener que pedírmelo.)
Mañana, cuando yo no este.
¿Qué?.
Bueno mañana cuando yo no este, vas a poder hacer todo lo que quieras con Rita ella te adora sabes.
No te entiendo.
No me entiendes, bueno te lo voy a decir en el oído.
Se dio, vuelta en la cama y tomándome el miembro comenzó a masturbarlo con esa suavidad que la caracterizaba, mientras me decía.
Sabes, no me molestaría, si una de esas noches que yo no este no puedas contener sin mí, y la bañes en leche, satisfácete sin culpa mi amor.
Pero prométeme que, por nada del mundo la vas a penetrar.
No te preocupes, nunca haría nada que no quisieras, (Ya había vuelto a ganarme).
Estuvimos toda la noche uno encima del otro, según ella fue la mejor despedida que le habían dado en años.
Al otro día, nada especial, fuimos a la terminal de Bus y despedimos a Matilde. Antes de regresar, Rita insistió de ir al cine y tuvimos momentos que me hicieron recordar a aquella primera vez, que, en el living de su casa junto con su madre y en el mismo sillón, amparados por la oscurid
Autor: DELFIN Categoría: Fetichismo
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Esclava Calva
2023-05-24
No sabía en que categoría poner este relato, ya que contiene Dominación y Fetichismo del Cabello, espero que les guste.
A ella le encantaba jugar con su belleza, sabía que podía conseguir a quien quisiera, con esa figura esbelta y esa cabellera de color castaño, ni hablar de sus poderes de seducción para atraer a cualquier persona, ya sea mujer u hombre, todos caían rendidos a sus pies.
Por eso se empezó a aburrir, quería sentirse dominada, usada, así fue como conoció a un amo en internet, aunque en el fondo lo veía como un juego, sin embargo pronto se daría cuenta que él no estaba jugando.
Ella le desobedecía cada orden, pensaba que él iba a caer y podría usarlo a su antojo, pero le daba mucho morbo seguir y hacerle pensar que el controlaba la situación.
-Monserrat, ya van varias veces que me desobedeces, no estas tomando en serio esto, si ya no quieres seguir las puertas están abiertas.
-Perdón amo, ya obedeceré sus órdenes.
-Las palabras no bastan, sabes que cada acción tiene su consecuencia, si quieres continuar necesito que tu sumisión sea total y aceptes cualquier castigo.
Claro que ella no quería perder su último juego, era tan divertido todo esto, y aceptó sin dudarlo, ¿Total que podría hacerle? ¿Unas nalgadas y ya? ¿Ponerle unas pinzas en los pezones?
-Si amo, aceptaré lo que me imponga.
-Bueno siéntate aquí, no quiero escuchar ninguna palabra tuya.
Ella se sentó en una silla, él la amarro de las manos y los tobillos, le empezó a cortar ...
... la ropa con unas tijeras para humillarla más. Dejó expuestos sus pechos y le colocó unas pinzas en sus pezones, también dejó expuesto su coño, donde le dejó un vibrador, para distraerla de sus verdaderas intenciones.
Empezó a preparar sus instrumentos en un ángulo en el que ella no podía ver, ya tenía maquinilla, navaja, tijeras, espuma, y un pequeño espejo para mostrarle al final.
-Ahora sí Monserrat, estoy cansado de ver como te acercas a otros hombres, como te ven y tu le sigues el juego, mientras a mi me dices que eres mía, que todo tu cuerpo me pertenece, que haga de él lo que quiera, ambos sabemos que eres una coqueta y no vas a cambiar, pero no te preocupes yo te voy a ayudar.
Monserrat, no sabía a qué se refería, ¿Que iba hacer? Aunque por otro lado se estaba excitando debido al vibrador, solo quería que la cogiera y ya.
Él le hizo dos coletas, lo cual se le hizo raro a Monse, pero no preguntó nada, ya que él le dijo que no dijera ni una sola palabra y al parecer si estaba enojado.
Hasta que dio el primer tijeretazo y corto una coleta, Monserrat tomó conciencia de lo que le estaba haciendo.
-No, Sebastian, no me hagas esto, liberame ya no quiero jugar.
-Lo siento perrita, te has portado mal, sabías a lo que te metías, ahora cállate, te dije que no hablaras, pero se ve que nunca obedeces.
Fue por una cinta para ponérsela en la boca, ella estaba asustada pero la suerte estaba echada, así atada y vulnerable estaba a su merced, ojala que no se lo ...
... deje tan corto, pensó.
Mientras tanto, Sebastian continuó con su trabajo, siguió cortando hasta que ya no pudo usar las tijeras, usó la maquinilla sin guía y se la pasó por toda la cabeza.
-Ves perrita, lo que pasa si no obedeces a tu amo, pero no te preocupes, siempre quise tener una esclava calva.
Ella solo quería que terminara, oh espera dijo ¿CALVA? Noo, noo, ¿Por qué? Aunque sentía que se estaba liberando de algo pero no sabía de qué, cada pasada que daba en el fondo lo disfrutaba.
-Yo sé que al final te terminará gustando mi putita, pero todavía no acabamos.
Tomó la espuma y empezó a aplicarla en toda su cabeza para después afeitarla, lo hizo lento, cuando acabo, repitió otras 3 veces.
-Ya casi estas casi lista perrita, solo unos toques finales, te pondré una loción para que no se te reseque la piel y brille tu calva. Te estaré afeitando cada 3 días y no quiero quejas, o te afeito las cejas, recuerda que tu estas para mi placer, y como eres mi esclava, no tienes derecho a nada, al menos que yo lo decida, y yo decido que no vas a tener cabello, espero que ya no me hagas enojar de nuevo, o si no podría ser permanente, aunque realmente me excita tu nueva apariencia. Ahora agradece a tu amo, y mírate en el espejo.
Él le enseño el espejo mientras ella se veía sorprendida de su nueva imagen, sus hermosos rizos ya no estaban y no aparecerían pronto.
-Gracias amo por corregirme y ponerme en mi lugar.
Aunque Monserrat se sentía humillada, era en el fondo lo que estaba buscando.
Autor: Anónimo Categoría: Fetichismo
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Aventura con mi prima
2023-05-24
Por seguridad omitire y cambiaré algunos datos, soy un joven de 15 años, proveniente del estado de Chihuahua, tengo familia en otra ciudad.
Pues resulta que tengo 2 primas que me atraen mucho, Carla y Ariana de 22 y 20 años respectivamente nunca me llegue a fijar en ellas aunque sean muy bonitas, hasta hace 5 años.
Estábamos los 3 en mi cuarto cuando una Carla me pide que le dé un masaje en los pies pues los tenía muy cansados, cuando quite sus tenis y sus calcetines pude percibir un olor muy fuerte además de que estaban sudados; por pena no dije nada y procedí a darle el masaje, mi pene comenzaba a levantarse, mi cuerpo sudaba de los nervios y mi pecho se agitaba poco a poco; mi prima me pregunta:
-¿estas bien mi niño?
-Si chaparra, no te preocupes.
Continué con el masaje ella se veía muy relajada, Ariana solo observaba. Pero mientras más intenso era el masaje Carla comenzaba a jadear y soltar pequeños suspiros.
Para este punto los dos estábamos muy relajados, sin embargo recordamos que Ariana estaba presente por lo que mejor paramos y dejamos el asunto hasta ahí, aunque Ariana no quedo conforme con lo que vio:
-¿Que fue eso? ?
-¿Que fue que?
- No te hagas el idiota, se miraba perfectamente como esa zorra se exitaba con el masaje.
-Solo estás alucinando.
Ese día se reunió toda la familia en un rancho por lo tanto ese era el primero de varios días con ellas. Y el cual acabo con una tensión muy fuerte entre nosotros 3.
A la mañana siguiente nos reunimos con otros primos en una cabaña, la tensión calmó un poco, hasta que Ariana me pide un masaje en los pies y específico en frente de todos que fuera igual de excitante que el de Karla, todos se nos quedaron viendo raro pero yo asentí, me llevo casi arrancándome el brazo a una de las habitaciones y procedimos con el masaje.
Sin más empecé con el masaje primero empecé por acariciar de arriba a abajo el empeine, presione el centro de su planta, masaje en círculo su talón, cada uno de sus dedos y también entre ellos, ella también estaba excitada, y al igual que mi otra prima sus pies olían y sudaban solo que un poco menos.
Regresamos a la sala de la cabaña muy excitados, tranquilos y muy contentos aunque Carla no lo tomo muy bien .
El resto se preguntaban que había sucedido, se incomodaba a cada rato y procuraban separarnos cada que podían, sin embargo no podía librarme de ellas. Cayendo la noche los cuartos no eran suficientes en la cabaña, por lo tanto mi primo nos empezó a hacer burla a los tres asegurando que mis primas no tendrían problema en quedarse a dormir con su "consentido", yo negué con el pensamiento, sin embargo ellas aceptaron.
La noche paso muy tensa los tres nos acostamos, sin embargo a mitad de la noche decidí cambiar de posición: en lugar de estar entre ellas preferí estar detrás de ellas y posicionando mi cara frente a sus pies ¡vaya error!
Conforme pasaba el tiempo ellas empezaron a acariciar mi cara con sus pies restregándolos y por supuesto entrelazando los al mismo tiempo que vas se abrazaban .
-¿te gustan ?
-¿Huelen bien?
Yo por supuesto mejor me deje llevar y no conteste.
A la mañana siguiente mi cara olía bastante a ellas, me fuí a lavar y como la mañana anterior ellas me estaban esperando para ir los 3 a desayunar los 3 a un lugar más privado, cosa que disgusto a todos mis primos.
Todo el día la pasaron junto a mi, me mimaban, me abrazaban, me daban besos e incluso fue tanto su descaro que cada que podían ponían los pies en alguna parte de mi cuerpo.
Esa misma tarde mi tía nos sirvió un poco de pastel, me llevaron como siempre a la cabaña en privado y, como ya sospechaban me pusieron a comer el pastel de sus pies apestosos y sudorosos cosa que por supuesto me encantó.
Ariana me pregunta: ¿Cuales te gustan más?
-¿perdon?
-¿Ya sabes los pies de quién te gustan más?
-No lo sabría
Los pies de Ariana sudaban pero no olían tanto además de que como trabajaba todo el día los tenía algo rasposos, en cambio los pies de Karla no sudaban pero olían bastante, además eran muy suaves y tenían un sabor dulce.
Pensaba que en realidad tenía alguna posibilidad con ellas pero un día las encontré en la cama con mi primo mayor, tenía ganas de llorar y gritarles pero me contuve, solo podía observar como se arrastraban con mi primo hasta que hice un ruido, los tres me miraron con una mirada burlona y humillante.
-K: ¿Que esperabas que realmente pudiera haber algo contigo?
-A: Eres un completo imbécil si creíste eso.
-K: Lárgate.
A: Muevete de aquí y déjanos seguir disfrutando
Mi primo solo me veía mientras besaba sus cuerpos.
A:Muy bien no te irás, entonces mira esto.
Karla ponía sus pies en la cara de Ariana mientras era penetrada por mi primo.
Jajajajaja ¿que esperaban? que esto se quedará así, ese no fue el verdadero final, ambas señoritas me invitaron a pasar, formamos un cuarteto hermoso, aunque finalmente si me insultaron de mil maneras y me aventaron de la cama.
Se sentaron en un sillón ambas masturbaban y besaron a mi primo mientras me ofrecían sus pies.
Termine como esclavo de los tres, todos traicionaron mi confianza.
Luego del viaje cada quien regreso a sus casas, nunca quise volver a tener contacto con ninguno de los tres y no los he vuelto a ver en más de 20 años, tan solo vivo con los recuerdos y las pesadillas de aquel viaje.
Autor: Anónimo Categoría: Fetichismo
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Frutillas con semen a mis 16 años
2023-05-23
Cuando descubrí lo delicioso y morboso que era mezclar la comida con semen propio y ajeno. (Incluye fetiche de comida y orina)..
Hola, esta es la continuación de un relato que escribí hace más de un año y que por motivos personales jamás pude continuar relatando, actualmente tengo 21 años pero lo sucedido esa vez fue a mis 16 años, aún tengo muchos recuerdos muy marcados en mi mente y aunque quizás no recuerde alguno que otro detalle todo lo ocurrido fueron cosas que probablemente no olvidaré. Los invito a leer mi relato anterior por si tienen dudas aunque incluso si leen solo esta parte podrán entender las cosas.
Una vez que sentí el semen caliente y espeso de Ricardo en mi cara mi excitación aumentó aún más, no solo había probado nueve cargas de semen fresco en un hot dog, sino que también ahora había recibido un facial de tres trallazos en mi rostro mientras otros seis chicos (aparte de Ricardo y de mí) me miraban atentamente. Yo no sabía cuál sería el siguiente movimiento en esa situación, ¿se arrepentirían de lo sucedido? ¿Me juzgarían de por vida? Simplemente me quedé sentado en el sofá esperando a que alguien dijera algo, Camilo aún estaba a mi lado en un estado un poco de shock. El otro chico que se había estado tocando junto a Ricardo ya había guardado su pene en su pantalón y todo estaba en silencio.
«Esto jamás debe salir de aquí», dijo finalmente Tomás, el anfitrión de la fiesta y el dueño de casa, «quien se atreva a hacerlo será excluido de nuestras reuniones y haremos que lo echen del equipo, ¿entendido?», continuó, todos asintieron, incluido Camilo y yo, que seguía con el semen en mi cara para entonces. «¿No piensas limpiarte?», preguntó Alexis, yo asentí y me paré del sofá, fui al baño con la supuesta intención de lavarme la cara, pero al verme en el espejo la situación me excitó muchísimo, saqué mi celular de mi bolsillo para guardar el momento para siempre con una foto y procedí a lamer los restos de semen que tenía en la cara, primero con mi dedo índice me saqué lo que tenía en la cara y lo degusté, sabía amargo, pero también pensaba en que era sabor a hombre, luego seguí limpiando un poco más pensando en lo espeso que se sentía en mi boca, lo mantuve en mi lengua por un tiempo para alargar el placer, en eso estaba cuando Luis abrió la puerta del baño (que yo había olvidado cerrar, pues mi primera intención había sido lavarme la cara y no saborear el semen de Ricardo) y me vio en ese estado, me miró sorprendido y simplemente me dijo «perdón, no quise interrumpir, creí que ya habías salido», cerró la puerta y se fue.
El resto de la fiesta transcurrió con relativa normalidad, parecía que todos habíamos acordado olvidar lo sucedido y hacer como que nada había pasado, Camilo parecía un poco más estable aunque no era el mismo que hacía unas horas antes de que probara el semen de otros hombres por primera vez. Seguimos bebiendo, fumando y conversando sobre cualquier cosa menos sexo (probablemente el solo hecho de mencionarlo era demasiado considerando el contexto), finalmente me fui a mi casa a eso de las cuatro de la mañana en un Uber. Llegué cansado a casa así que me dormí rápidamente, al despertar me dolía el cuerpo y la cabeza producto del alcohol, bajé a comer como pude a eso de las doce de la tarde, saludé a mi familia y cuando me preguntaron sobre cómo la pasé obviamente mentí y dije que todo estuvo bien, terminé mi almuerzo y fue cuando mi lujuria se incendió al abrir el refrigerador a buscar alguna fruta o algo para comer como postre, fue cuando vi unas salchichas que me recordaron a la noche anterior, decidí que repetiría la experiencia de probar semen en mi comida, busqué en el refrigerador mi víctima y unas frutillas llamaron mi atención, había visto videos porno en que jugaban con frutillas (fresas en otros países) y crema y creí que reemplazar lo segundo con mi propia leche sería ideal.
Procedí a tomar unas pocas frutillas en una taza pequeña y subí a mi habitación, cerré la puerta con llave, busqué una porno en la computadora, terminé eligiendo un video de Bukkake Boys, la situación era realmente morbosa y me recordaba a lo que había hecho la noche anterior, en el video un chico estaba centrado en el centro mientras más de diez hombres terminaban eyaculando en él, su cara estaba totalmente empapada de semen, algunas cargas incluso en sus ojos pero él seguía disfrutando y sonriendo, la verdad es que sentía envidia pero una excitación enorme, una mano en mi propio pene, sintiendo la suavidad de mi glande, sintiendo cargas eléctricas al tocarme, mi otra mano tocando mi abdomen levemente marcado, sintiendo cómo mis abdominales en desarrollo detenían mis dedos ligeramente, estaba a punto de tocar el cielo, imágenes de mí sentado viendo cómo esos chicos me veían degustar su semen fijamente, todos los ojos en mí mientras estaba en mi momento más cerdo, el sabor amargo del semen y la mezcla de espesores, la temperatura de ese semen recién exprimido, el pan húmedo y la salchicha con un sabor empapado de hombría, frente a mí ese chico con la cara llena de semen, similar a cuando Ricardo había depositado tres cargas calientes y espesas en mi cara, no aguanté más, me paré como pude y eyaculé en las frutillas que estaban sobre mi escritorio, vi cómo esas frutillas se empapaban de mi masculinidad, fue una de las eyaculaciones más grandes que he tenido hasta la actualidad, sin mentir debo decir que fueron unos ocho chorros, yo estaba realmente excitado entre el video, la situación de la noche anterior y lo que había visto en mi ordenador.
Se imaginarán que lo siguiente que hice fue comer esas frutillas, ¿no? Error, luego de terminar en ellas llegó el momento post corrida en la que comienzas a cuestionarte las cosas, ya no estaba excitado, aún no tenía el fetiche de comida lo suficientemente desarrollado como para hacerlo, simplemente no pude ni acercarlas a mí, cerré el video porno y apagué la computadora, limpié los restos de semen de mi pene con papel y pensé en botar esas frutillas, pero me detuve, ¿y si más tarde volvía a excitarme y querer probarlas? Decidí que lo mejor sería dejarlas ahí y que más tarde decidiría qué hacer con ellas, yo las veía con una mezcla de asco y curiosidad, seis frutillas empapadas de mi propio semen, me imaginaba su sabor dulce mezclado con lo salado y amargo de mi propio semen, la idea me gustaba y disgustaba a la vez.
La siguiente hora transcurrió de forma normal, me quedé en mi teléfono viendo redes sociales y escuchando música, seguía pensando en lo sucedido pero tampoco quería volver a masturbarme, había sido muy reciente. «¿Qué haces», un mensaje de Luis, «nada, aquí, en Insta, ¿y tú?», respondí, «igual», unos segundos breves en que no supe qué responder frente a esa respuesta tan seca, apenas y habíamos hablado, estábamos en el equipo y compartíamos pero no era de mi grupo cercano, «quedé pensando en lo de ayer», dijo, el mundo se me vino un poco abajo, no me sentía listo para afrontar lo que había hecho, «creía que todos ignoraríamos todo y que evitaríamos mencionarlo», respondí, «ya, bueno, fue un juego entre amigos», dijo, «pero más bien es por lo que ocurrió después», ¿después?, pensé, fue entonces que recordé su interrupción en el baño mientras yo probaba el semen de Ricardo que estaba en mi rostro, decidí hacerme el loco para ver si efectivamente era eso, «¿a qué te refieres?», una pausa breve, «lo del baño, nunca pensé que serías tan cerdo», eso me dolió un poco, no esperaba esa respuesta, me sentía humillado, «lo siento, fue la calentura, de verdad que me avergüenzo», dije, «oye, que no lo digo a malas, de hecho, creo que me excitó un poco verte así», ¿le excitaba?, su respuesta me sorprendió un poco, «¿te gustaría probar el mío?»
«¿Cómo? ¿Estás bromeando, no?», pregunté realmente anonadado, no lo podía creer, mi amigo me estaba proponiendo probar su semen, ¿acaso le atraían los chicos como a mí? «Eh, que tampoco vamos a hacer nada más, no me gustan los hombres, me gustan las mujeres, solo me excitó verte comer mi semen en ese hot dog y luego el de Ricardo, solo eso, ¿aceptas? Si no quieres, entonces ignora esto y hagamos como que yo no vi nada ni dije nada». Dejé su chat abierto unos minutos, yo necesitaba pensar con claridad, no sabía si estaba dispuesto a dar un paso así, la situación me calentaba claramente, pero por otro lado pensaba en que nuestra amistad quizás ya no sería igual, finalmente luego de unos diez minutos y algunos «oye» y «¿sigues ahí?» finalmente acepté, «¿cuándo y cómo?», fue entonces que Luis me confesó que estaba muy caliente y que se estaba masturbando mientras hablábamos, me dijo que ahora mismo de ser posible, me dijo que en su casa no podía porque compartía habitación con su hermana y que quizás en la mía, me lo pensé un poco, mi familia estaba ahí, pero la excitación me ganó, le di mi dirección y le dije que se apresurara.
Bajé a avisar a mi familia, nadie se sorprendió pues no era primera vez que alguien del equipo de básquetbol iba a casa, llegó luego de unos veinte minutos, se notaba recién duchado y su pelo estaba aún húmedo, le dije a mi familia que estaríamos en mi habitación jugando en mi ordenador, subimos a mi habitación y nos sentamos en mi cama, «¿estás seguro de esto?», pregunté con un poco de dudas, «ya estoy acá, ¿no?», dijo, «además, aún estoy un poco caliente?», dijo mientras se acomodaba el short deportivo que ya le marcaba un paquete en erección, decidí poner música para que mi familia no escuchara nada. Luis puso una porno hetero en el ordenador, fue entonces que notó las frutillas en mi escritorio, descifró que lo que estaba sobre ellas no era crema sino que mi propia leche y se rio, «realmente eres un cerdo, qué morbo» y comenzó a desvestirse totalmente, pude observar su cuerpo marcado, nada espectacular pero marcado, sus brazos eran fuertes, sus abdominales estaban marcados y su V era increíble, sus piernas delgadas pero hermosas llenas de pelos, estaba solo en bóxer, calcetines y una cadena en su cuello que lo hacían lucir varonil, finalmente se desvistió totalmente, liberando su hermoso pene de 18 cms, volví a observar el grosor de su miembro, sus venas hacían un camino perfecto entre su pelvis y el glande rosado que ya liberaba líquido pre seminal. Mientras tanto, yo seguía en el borde de mi cama, «si quieres tocarte está bien, es raro solo ser el único en esta situación», dijo, a diferencia de él, el desnudarme completamente me avergonzaba un poco así que solo levanté mi camiseta levemente y bajé mis pantalones lo suficiente para liberar mi miembro, él se sentó frente a mi escritorio y yo podía notar sus músculos tensarse con sus movimientos, incluso sentado sus abdominales se podían marcar, la situación me tenía al límite y parecía que a él también, notaba algunos gemidos reprimidos de su parte, pensé en acercarme a él pero no quise cruzar esa línea sin su consentimiento.
No sé cuánto tiempo estuvimos así, creo que el tiempo no fue mucho producto del morbo, «quería echarte mis hijos en tu cara esta vez, pero creo que será más divertido que pruebes este postre», dijo riendo un poco antes de comenzar a pararse y comenzar a gemir un poco más alto, sus músculos se tensaron, sus brazos fuertes marcaban más sus venas, sus abdominales parecían de piedra bajo sus pequeños pero hermosos pezones rosados, se puso de puntillas para acercarse al tazón de frutillas, sus pantorrillas se tensaron, su hermoso y ahora mojado pene comenzaron a bombear cuatro cargas de semen, era una oda al cuerpo humano ver a ese semental entregando su hombría para el posterior deleite en mi paladar, ya podía imaginarme su textura espesa y la temperatura caliente en mi lengua, estaba en un trance cuando Luis acercó el tazón con frutillas hacia mí, «vamos, aprovecha mientras está fresco».
Tomó una de ellas como olvidando que mi semen había estado ahí previamente, «quiero ser yo quien te entregue mi leche de macho», dijo, me acercó la frutilla a la boca y yo solo procedí a abrirla mientras seguía masturbándome suavemente, comencé a saborear la frutilla, estaba fría por dentro producto del tiempo que llevaba en mi habitación pero caliente por fuera, sentía cómo estaba empapada de semen, era una mezcla muy extraña pero fabulosa, en algunas partes estaba fría pero en otras estaba hirviendo con masculinidad fresca, «quiero que me mires a los ojos mientras saboreas mi hombría», dijo Luis cuando me acercó la siguiente apenas yo había terminado la primera, la misma sensación, un sabor agridulce, una textura confusa pero deliciosa, yo observaba sus ojos verdes llenos de lujuria, una sonrisa que claramente disfrutaba la situación, quedaban dos frutillas, yo miraba a ese hombre desnudo y justo cuando una arcada quiso impedirme terminar la cuarta frutilla fue que terminé eyaculando, esa simple arcada fue el punto de clímax para mí, el sentir a mi cuerpo rechazar ese alimento me provocó una excitación increíble, su semen era muy espeso y lo sentía en la garganta y al devolverse a mi boca por un segundo simplemente terminé por eyacular sobre mi propio abdomen y piernas, Luis esperó a que yo terminara de correrme y me pasó la taza, «frota estas frutillas sobre tu semen y cómetelo», me ordenó, seguí sus órdenes a pesar de mis remordimientos post corrida, limpié la parte baja de mi abdomen con una frutilla y la saboreé, mi semen solo añadió un sabor salado que me volvió aún más loco, la textura era increíblemente cerda y morbosa, terminé mi última frutilla luego de limpiar mi cuerpo con ella y miré fijamente a Luis a los ojos, él parecía deleitado por toda la situación.
Nos quedamos así unos segundos, me pasó papel para que limpiara los últimos restos, él comenzó a vestirse en silencio, se puso la camiseta y subió sus pantalones aunque dejó su pene afuera, yo solo lo observaba confundido, no sabía qué decir, fue entonces que me quitó el tazón ahora prácticamente vacío con apenas unas gotas de semen en él, «¿sabes?, dicen que es bueno mear luego de correrse», dijo mientras comenzaba a orinar dentro de la taza, yo no lo podía creer, era algo realmente inesperado para mí, escuchaba el líquido caer en el fondo de ella y cómo comenzaba a llenarse, finalmente luego de unos pocos segundos se detuvo, me acercó la taza devuelta, podía notar cómo surgía vapor de ella, «si quieres que esto se vuelva a repetir, bebe mi orina, demuéstrame lo cerdo que eres».
Autor: CHRISS20 Categoría: Fetichismo
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Otilia Mi primer madurita
2023-05-17
Doña Oti como popular mente era conocida mi vecina y madre de amigo Jorge
era una mujer de unos 43 años aproximadamente la cual era morena delgada
de una figura muy fina yo solia visitar mucho la casa de jorge para jugar
y realizar tareas pero en una ocasion Jorge saco de un mueble de ropa de
Oti un juguete pero cual fue mi sorpresa ahi estaba toda la lenceria que
ella usaba, digase, calzones, brasieres, faja brasier, ligueros y medias
Oti era costurera confeccionaba ropa de dama desde ese dia nacio mi interes
por pensar como se veria Oti con esa ropa, no digamos probar esas prendas
pasaron algunos dias y volvi a llegar a casa de Jorge en esa ocasio
jugabamos en el patio y estaba la cesta de ropa sucia y para mi suerte
un calzon y un brasier no dude en tomarlos con mucho cuidado y salir
para probarlos, le dije a jorge regreso olvide algo vengo pronto fui a
casa de mi tia ya que estaba mas cerca y fui directo al baño a probar
esas prendas de vestir al frotarlas con mi pene tenian un olor mi rico
al perfume que ella usaba el solo pensar que su cuerpo rozo esa ropa me
exitaba mucho tuve la oportunidad muchas veces de observar como usaba su
brasier ya que usaba escotes ella tenia un busto pequeño pero muy
bien cuidado se notaba que sus pechos estaban muy paraditos no pude
resistir mas asi que inicie mi faena de masturbarme con su brasiere ...
... primero
era de color blanco de encaje seria una talla 34 en algunas ocasiones
pude ver sus pesones muy negros y rigidos yo estaba a mil solo con pensar
que podia pasar mi pene en la copa de su brasier fue una rica masturbada
de casi 18 minutos hasta que no pude mas y temine eyaculando tuve el
cuidado ne no manchar el brasier no tenia que devolverlo, luego inicie a
olfatear su calzon de color negro de encaje tenia un olor acido profundo
no era muy sexy pero me exitaba mucho y mi pene no tardo en estar firme
de nuevo listo para una nueva faena yo pasaba la parte de la entre pierna
de su calzon por mi pene para exitarme mas y tener mucho mas placer la
segunda masturbada fue fenomenal casi 28 minutos estuve casi una hora en el
baño pero fue delicioso deslizar mi pene por el encaje y satin de color negro
mi pene lubrico muy rapido ya que no tenia mucho tiempo de haberme masturbado
la primera ves era primera ves que me masturbo tan seguido pero fue rico
pense que no terminaria pero saque bastante lefa la cual deposite en papel
higuienico para no ensuciar el calzon, luego sali del baño con un poco de
dolor en mi pene por tanta friccion con mi glande ya que no estoy circuncidado
luego fui a casa de jorge para devolver la ropa en la cesta y asi iniciar
este habito de los fetiches con ropa de mujer luego les contare de mi segunda
experiencia de este tipo
Autor: Jeanpierd Categoría: Fetichismo
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FOLLADA POR EL TAXISTA DE APP
2023-05-16
El riesgo de ser sorprendida y la excitación que me produce masturbarme en público, me han llevado a tener un squirt a bordo de un taxi de app. Y bueno, como dicen por ahí, una cosa lleva a la otra. He sido descubierta por el conductor y terminé aceptando una invitación a disfrutarnos en un motel..
Mi nombre es Alexandra, tengo 28 años y mido 1.68 m. Soy de tez clara, tengo el cabello rubio ondulado, me gusta traerlo largo. Mi cara es bonita, afilada y ojos color café claro. Me gusta maquillarme ligeramente y usar labiales de tonos cálidos. Considero que tengo bonita figura ya que me gusta hacer ejercicio solamente para tonificar mis piernas y glúteos. Mis senos son medianos y redondos, mis pezones son rositas y como montañitas. Tengo una cintura definida y un culo muy bien formado, así como unas piernas suaves y estilizadas que me gusta lucir cuando uso minifaldas, pues disfruto mucho de los piropos vulgares que me dicen los hombres cuando me ven pasar. Me gusta ser muy femenina, seductora y vestir provocativa, aunque siempre procurando mantener una buena imagen ante las personas que me conocen. Soy divorciada sin hijos y vivo con mi mamá en Zapopan, Jalisco.
Fue hace unos días cuando una amiga mía, me envió un mensaje, pues habían transcurrido dos semanas desde la última vez que nos vimos. Somos mejores amigas y disfrutamos mucho pasar tiempo juntas.
—Hola ¿Como estás? —Me preguntó mi amiga.
—¡Muy bien, gracias! Aquí en mi casa haciendo el aseo ¿Y tú?
—Estoy preparando la comida.
—Ah que bien y ¿Qué vas a hacer en la tarde? —Le pregunté para saber si tenía tiempo libre.
—Pues nada y tú? —Me contestó con emoji aburrida.
—Tampoco, pues ¿Qué te parece si nos vemos para tomar un frappé en el café de por tu casa? —Le propuse con emoji animándola.
—Sí, como que se antoja. Ya hace falta vernos. —Me dijo con emoji triste.
—Ay, sí ya se. Pues tu dime como a qué hora.
—Que te parece como a las 5 p.m. —Me propuso.
—Sí, me parece muy bien.
—Ok, entonces deja me apuro a hacer la comida. —Me contestó.
—Ok, te quiero —Le mande emoji de corazones y abrazo.
—También yo te quiero —Me contestó con los mismos emojis.
Durante la mañana me dediqué a realizar labores domésticas en mi casa, después fui a comprar los ingredientes para preparar los platillos que vendemos en nuestra cenaduría. Le comenté a mi mamá que me ausentaría en la tarde ya que, había quedado de verme con mi amiga. Por lo que me apuré a terminar de preparar los guisados, y le prometí regresar en la noche para ayudarle en la cenaduría.
Cuando ya eran las 3 p.m. me metí a bañar. Aunque no tenía pensado tener sexo con alguien ese día, yo siempre procuro estar depilada totalmente, así que me depilé para dejar mi piel libre de cualquier vello, en especial mi zona íntima. Me hice limpiezas anales con mi enema, ya que tenía pensado penetrarme con mis dildos más tarde cuando regresara. Lavé mi cabello con un shampoo de aroma a frutas tropicales, ya que es un aroma que me encanta y me hace sentir fresca. Enjaboné mi cuerpo con un shampoo corporal, acariciando mi cuerpo muy suavemente, frotando mis senos y estimulando mis pezones. Cuando llegué a mi zona íntima, me tomé el tiempo de acariciar mis labios vaginales y frotar mi clítoris, lo que me hizo ponerme muy cachonda, pero me detuve para castigarme un poco y esperar hasta en la noche. Enjuagué mi cuerpo, me sequé y salí del baño.
Humecté mi piel con una crema marca Victoria´s aroma pure seduction, que me dejó la piel deliciosamente suave, también me rocié loción del mismo aroma. El haber interrumpido mi masturbación en el baño, me dejó tremendamente cachonda. Así que decidí no usar ropa interior, solamente elegí una blusa tipo “body” blanca de tirantes delgados que, me llega hasta mi zona íntima donde se abotona. Además, escogí una falda larga de verano con diseño floral, tiene un corte que permite mostrar mi pierna derecha. Me puse unos tacones color verde menta. Sequé mi cabello y lo ondulé, me maquillé con tonos cálidos y puse labial rosa. He dejado de usar mis arracadas y ahora llevo puestos unos piercings brillantes en el hélix de mis orejas. Me miré en el espejo grande de mi habitación y me veía preciosa, lista para ir a tomar frappé con mi amiga, pues ante todo soy vanidosa y me gusta lucir bien cada que salgo.
Infortunadamente mi camioneta tenía un par de días con una ponchadura en la llanta trasera, lo que al día de hoy es problema resuelto, gracias a un vecino que nos ayudó llevando la llanta a la vulcanizadora; pero en ese momento tuve que pedir un taxi de app. Cuando vi en mi aplicación que el taxi de app estaba por llegar a mi casa, me despedí de mi mamá, tomé mi bolso grande color beige, y salí de mi casa para abordar el vehículo. Después de un par de minutos vi llegar un vehículo blanco cuya matrícula coincidía con los datos de la aplicación móvil. El conductor era un joven atractivo, de 34 años aproximadamente, tez moreno claro, atlético, con barba de tres días. Vestía camisa blanca de manda larga con dos botones desabrochados en el pecho, pantalón de vestir color gris, cinturón y zapatos negros. La aplicación de taxi de app me decía que el nombre de conductor era Jesús.
—Hola, ¿Jesús? —Le pregunté
—Sí ¿Tu eres Alexandra?
—Sí, soy yo. ¡Buenas tardes! —Le dije mientras me subía en la parte trasera del vehículo.
—¡Buenas tardes! La aplicación me dice que tu destino es un café ¿Es correcto? —Me preguntó amablemente
—Sí, es correcto. Me puse estúpidamente cachonda al verlo.
—Ah, muy bien. —Me contestó, mirándome a las piernas.
El conductor inicio el trayecto, yo podía percibir el aroma de su perfume varonil, estoy segura que era Innvictus, lo que me ponía muy cachonda. El haber dejado mi masturbación inconclusa en el baño, me tenía muy ansiosa. De pronto sentí un deseo irrefrenable de terminar de masturbarme a bordo de ese vehículo. Recordé que en días pasados había ido a grabarme masturbándome en un parque público, así que se me ocurrió que podría improvisar una grabación en el asiento trasero. Con lo cachonda que andaba no tardaría mucho en venirme. Coloqué mi bolso en el suelo del vehículo, activé la cámara de mi celular y comencé a grabar, acomodé mi celular de la mejor forma posible sobre mi bolso, hasta que observé que logró enfocarme correctamente. En ese momento me sentí muy nerviosa, mi vagina comenzó a lubricar mucho y el abdomen se me contraía. Mis pezones rositas se me endurecieron y alargaron como montañitas. Yo sabía que lo que estaba a punto de hacer era indebido y eso me excitó muchísimo.
Una fuerte lujuria me poseía en ese momento, el tener a ese hombre tan cerca de mí, conduciendo mientras yo estaba en el asiento trasero a punto de comenzar a masturbarme, me causaba una tremenda excitación. Mi corazón comenzó a latir muy rápido y mis ansias de masturbarme no me permitieron resistir más. La abertura que tiene mi falda del lado de mi pierna derecha, me permitió abrir mis piernas y cubrirme con la tela, de forma que el conductor no pudiera verme. Comencé a frotar mi vagina sobre la tela de mi blusa tipo “body”, así lo hice durante algunos segundos, sentí muy rico. Después desabotoné mi blusa en la parte de mi zona íntima de tal forma que mi vagina quedó totalmente expuesta ante la cámara de mi celular. Confieso que en ese momento sentí mucho miedo de que el ruido producido al desabotonar mi blusa fuera a delatarme.
Mi vagina había quedado completamente descubierta y mi clítoris me pedía a gritos ser estimulado, yo solamente hice lo que mi cuerpo me pidió. Comencé a frotar mi clítoris con mis dedos, sentí una sensación deliciosa. Levanté un poco más mi pierna izquierda para cubrirme con la tela de la falda, necesitaba sentirme más segura. Discretamente me llevé la mano a la boca para ensalivar un poco mis dedos y seguir frotando mi clítoris por algunos segundos. Ocasionalmente volteaba a ver al conductor temerosa de que me sorprendiera. Volví a ensalivar mis dedos y continué frotando mi clítoris intensamente de forma circular, estuve a punto de soltar gemidos, pero me contuve temerosa.
El placer que experimente en ese momento me llevo a acariciar completamente mis labios menores, irresistiblemente introduje mi dedo medio en mi vagina y enseguida también el dedo anular, de forma que me di placer con ambos lo más profundamente posible. Acto seguido alterné frotando mi clítoris de forma circular junto con mis labios menores. Mi vagina se ponía cada vez más caliente y sensible. Cada que el conductor miraba por el retrovisor o los espejos laterales del vehículo para ver el tráfico, el abdomen se me contraía de los nervios. Yo estaba frotando cada vez más rápido mis labios menores y el clítoris, los que ya estaban muy sensibilizados, el orgasmo era inminente. Me puse muy inquieta cuando sentí una sensación cálida y placentera, faltaba poco para que me viniera. Arriesgadamente acomodé mi culito para estimularme mejor y aceleré el ritmo de la masturbación, frotando frenéticamente mis labios menores y el clítoris. Hasta que de pronto comencé a sentir como un líquido caliente salía de mi uretra, estaba comenzando a tener un squirt. Por lo que continué frotando con mayor intensidad mi zona íntima que estaba experimentando un placer enorme, al ser la primera vez que me masturbaba a escondidas en un vehículo con un desconocido. Unos segundos después sentí como el squirt tomó más fuerza y comencé a salpicar mojándome la falda y el asiento. Yo me acariciaba frenéticamente con mis dedos, frotaba mi vagina sin importarme nada, la lujuria me tenía poseída, el placer causado me hizo olvidarme del conductor por un instante e imprudentemente me di algunas palmadas en la vagina para terminar de masturbarme. El ruido que produjeron las palmadas en mi vagina húmeda y caliente, captaron la atención del conductor quien volteó a verme. Yo, ipso facto, cerré las piernas y volteé sonrojada a ver al conductor.
—¡Oye amiga! ¡Eemm! ¿Te gustaría que te lleve a otro lado? No sé, tu dime, si quieres podemos ir a un motel por aquí cerca. —Me propuso al verme masturbándome. Yo de inmediato detuve la grabación.
—¡Ay perdón! ¡Qué pena! ¡Discúlpame por favor! —Yo no sabía dónde meter la cara, reaccioné tapándome la cara con mis manos, por la vergüenza que me dio.
—Tranquila, no pasa nada. No te preocupes, si ya me había dado cuenta. —Me dijo sonriendo.
—¿Enserio, y por qué no me dijiste nada? —Le pregunté nerviosa y con el corazón acelerado.
—Pues es que me llamó mucho la atención que una chica tan guapa, hiciera eso aquí. Y pues no te quería interrumpir, yo sé que a veces uno tiene ganas de masturbarse, pero pues a mí también ya me pusiste bien caliente nada mas de escucharte.
—¡Ay que pena! Y ya te mojé el asiento, te vas a enojar. —Le dije con miedo y muy avergonzada.
—¡No te preocupes! ¡Jajaja! Sí se escuchaba húmedo, cuando te masturbaste. —Me dijo tratando de tranquilizarme.
—Sí es que a mí me salen squirts. En verdad estoy muy apenada, dime cuanto te debo de la lavada.
—Mejor tu dime, si te gustaría que fuéramos a otro lado, podríamos disfrutarnos y pasarla muy bien. Estás bien hermosa y me pusiste bien dura la verga nada más de ver cómo te masturbaste.
—Pues sí me gustaría, pero es que una amiga me está esperando en el café.
—Que te parece si vamos a un motel que está muy cerca de aquí, y lo hacemos rápido para quitarnos las ganas, es que estás guapísima, me gustaste mucho.
—¡Ay que lindo! Bueno sí, está bien Jesús. —Le dije coqueteándole.
—Tú dime Chucho, al fin que ya somos buenos amigos ¿No? —Me dijo entrando en confianza.
—¡Sííí! ¡Muy buenos amigos! ¡Jajaja! Tú me puedes decir Alexa. —Le dije yo desvergonzadamente, ya me sentía más relajada.
El conductor se orilló para terminar el viaje en la aplicación. Después se dirigió hacia el motel, al llegar pagó la habitación, estacionó el vehículo en la cochera y cerró el portón eléctrico. Entre tanto le envié un mensaje a mi amiga.
—Apenas voy saliendo de mi casa, quizá me tarde unos 15 minutos en llegar. —Le escribí a mi amiga por mensaje.
—No te preocupes, también se me hizo tarde, por que estaba esperando a que llegara mi cuñada y se quede ella con mi hija. Entonces nos vemos en media hora en el café ¿Cómo ves? —Me contestó
—Sí está muy bien, ahí nos vemos. —Yo quede más tranquila al saber que tenia tiempo suficiente, para que Jesús me diera una buena cogida.
Posteriormente bajamos de vehículo y Jesús sin perder el poco tiempo que le había concedido, se aproximó a mi para darme un apasionado beso de lengüita, mientras me abrazaba y me agarraba una de mis nalgas. Yo sentí delicioso ese apretón y de inmediato le correspondí con mi lengua y dándole un agarrón de verga sobre su pantalón. Pude notar que tenia una verga gruesa y muy dura, se me hizo agua la boca solo de imaginármela.
—Después de ti preciosa. —Me dijo cortésmente.
Subimos las escaleras para acceder a la habitación. Ya estando ahí a puerta cerrada, me arrodillé en la alfombra de la habitación, y desabroché la hebilla de su pantalón. Bajé sus pantalones y boxer, en consecuencia, su enorme verga saltó frente a mi cara. Estaba rasurada, limpia y se veía muy jugosa por el presemen, producto de la excitación que le había causado durante el trayecto. Ipso facto, abrí mi boca y me tragué esa ensanchada verga hasta el fondo de mi garganta, apenas cabía en mi boca.
—¡Aahh! ¡La tienes muy gruesa! —Le dije cachondamente y recuperando el aliento después de tal atragantada.
—Me la pusiste bien dura preciosa. —Me dijo mientras me tomaba del cabello.
—Me gusta está muy rica. —Yo volví a meterla hasta el fondo de mi garganta.
—Sí, cómetela toda mamacita. —Me ordenó agarrándome del cabello y metiendo su verga hasta el fondo, sentí como mis labios rosas topaban en su pubis rasurado.
Yo quería sacar su verga de mi boca pues me faltaba el aliento, pero el no me dejó, por el contrario, me apretó la nariz con sus dedos para privarme del aliento durante algunos segundos. Hasta que por fin me soltó y pude sacar esa tremenda verga de mi boca.
—¡Hhhhaaaaa! —Recuperé el aliento—. Así que te gusta castigarme ¡Eehh!
—Ya vez lo que te pasa por calentarme en el coche, sigue mamando güerita.
—¡Aha! ¡¿Así?! ¡¿Te gusta?! —Le pregunté mientras le mamaba esa verga jugosa.
—¡Sí, la mamas muy bien! Se ve que tienes experiencia, sabes usar muy bien tu boca.
Yo seguí dándole una deliciosa mamada durante un par de minutos hasta que de pronto me levantó tomándome del cabello y me llevó caminando frente a un espejo enorme que estaba en la pared de la habitación. Podíamos ver completamente nuestros cuerpos. Jesús me bajó los tirantes de la blusa para descubrir mis senos, acto seguido se lanzo sobre de ellos devorándolos a lengüetadas, me chupaba los pezones y los succionaba muy fuertemente.
—¡Aaaahhhh! ¡Aaayyy! ¡Que ricooo! ¡Sí, amor chúpame los senos! ¡Que rico lo haces!
—¡Tienes senos bien ricos Alexa! ¡Tus pezones están hermosos! —Él continuó lamiéndolos hasta saciarse, dejando mis pezones muy excitados.
—Desnúdate preciosa, para verte bien.
Yo me desnudé rápidamente, me quité la blusa tipo “body” y me retiré la falda, quedando solamente con mis tacones de color verde menta. Mi cuerpo desnudo se veía en el espejo, tanto cuidar mi alimentación y el ejercicio diario, se hicieron notar. Jesús también se quitó la ropa completamente y pude ver su cuerpo marcado por el ejercicio, era un hombre muy atlético.
—Estás buenísima, tienes un cuerpo precioso Alexa. —Jesús tenia la cara roja de lujuria.
—Gracias amor, es que cuido mucho mi físico. También tú estás buenísimo, se ve que haces mucho ejercicio guapo.
—Sí, procuro mantenerme en buena forma, para coger muy duro a bellezas como tú.
Jesús volteó mi cuerpo desnudo contra el espejo, acarició mi culo bien formado, lubricado y caliente. Yo estaba ansiosa de recibir esa enorme verga.
—¿Ya quieres que te penetre? —Me preguntó desbordando de lujuria, mientras lamía mi oído, lo que me hizo estremecer.
—¡Sí! ¡Ya penétrame! ¡Házmelo duro!
—Eres bien caliente Alexa ¿Enserio lo quieres duro?
—¡Sí! ¡Así me gusta! —Le contesté con voz dulce y cachonda.
—El problema es que no tengo condones, pero aquí dejaron uno de cortesía en la barra, si quieres deja me lo pongo.
—Como gustes por mí no hay problema si me lo haces al natural, así me gusta más.
—Pues por mi mejor al natural, así voy a sentir mucho mejor tu vagina caliente.
Yo apoyé mis manos en el espejo y junté mis piernas para lucir mi silueta y ofrecerle a mi hombre una vagina más estrecha. Sentí como Jesús, situado detrás de mí, colocó la punta de su gruesa verga en la entrada de mi vagina, para tomarme de las caderas y de pronto sin previo aviso, ensartó violentamente su verga. Sentí como se abrió paso entre mis paredes vaginales impactando fuertemente en mi interior, fue un dolor muy placentero que me hizo abrir los ojos de la fuerte sensación.
—¡Aaaahhh! ¡Aaahh! ¡Ay que rico!
Jesús comenzó a penetrarme muy fuerte y rápidamente, sacando su verga casi por completo y ensartándomela hasta el fondo, yo sentía muchísimo placer y un pequeño dolor dentro cada que impactaba la punta de su verga. Mis senos estaban muy excitados y mis pezones se restregaban en el espejo debido a las fuertes embestidas que me daba. El cristal se empañaba por mi respiración caliente y agitada.
—¡Aaahhh! ¡Fuck! ¡Mmm! ¡Aaahhh! ¡Oh my god! ¡Aaahhhaa! ¡Aaahhh!
—¿Te gusta mamacita? ¿Así es como te gusta?
—¡Sí, así! ¡Me encanta! ¡Cógeme duro! —Le grité rogando por más.
—Me pones bien caliente Alexa, hueles muy bien ¡Estas bien buena!
—¡Ay que rico papi! ¡Aaahhaaa! ¡Me encanta como me penetras papi! ¡Mmmm! ¡Ay que rico! ¡No te detengas! ¡Aaahhh! ¡Fuck me! ¡Fuck!, hazme tuya! ¡Házmelo fuerte papi!
La penetración frenética y la gran excitación que sentía al haberme masturbado en el vehículo y ahora por estar siendo penetrada de una forma tan salvaje. El sentirme usada y castigada por haber mojado el haciendo de vehículo. Me causó un fuerte sentimiento de vulnerabilidad, me sentí tan disfrutada y cogida por Jesús que, comencé a sentir como mis piernas se me entumieron y el abdomen se me contrajo. Una fuerte y cálida sensación envolvió mi vientre, mis pezones se endurecieron, supe que estaba a punto de tener un orgasmo delicioso.
—¡Aaaaahhhhh! ¡Aaaaahhhh! ¡Aahhaaa! ¡Ay que rico! ¡Ay Chucho! ¡Me voy a venir!
—Sí preciosa, vente. Quiero sentir como te vienes.
—¡Aaahhhhh! ¡Fuck me! ¡Aaayyyyy! ¡Sí! ¡Aaahhaaa! ¡Ay Que Rico! ¡Aaaahhhh! —Me estaba viniendo, mi respiración estaba muy agitada y mi vagina hecha un cálido rio.
—Aprietas bien rico preciosa, te comes mi verga bien rico. —Yo estaba teniendo contracciones vaginales que apretaban su verga dentro de mi vagina. El bendito perrito vaginal.
—¡Aaayyy que ricoooo! ¡Oh my god! ¿Te viniste tú también? —Le pregunté muy excitada.
—No, yo aguanto mucho, todavía no me vengo.
—¿Te gustaría penetrarme analmente? Estoy muy limpia y ando preparada, por que me gusta penetrarme con dildos en mi casa.
—Sí, me encantaría penetrarte por el ano.
Yo saqué el lubricante íntimo de mi bolso y me apliqué un poco en el ano, para que me pudiera penetrar placenteramente.
—¡Ya estoy lista! Quiero que me cojas muy duro, que me entre hasta el fondo.
—Te la voy a meter toda, me gusta mucho que seas así de caliente. —Me dijo excitado.
Jesús, estaba detrás de mí, se tomó unos segundos para lamerme el oído y besar mi cuello. También para acariciar mis senos y pellizcar mis pezones rositas que estaban duros como montañitas.
—¡Aaaahhhh! ¡Aaahhh! ¡Mmm! ¡Aaahhaaa! —Sus caricias y lengüetadas eran deliciosas.
—Estás bien buena mamacita y hueles muy rico. Tienes una piel muy suave.
—¡Gracias que lindo eres! —Le dije respondiendo a sus halagos.
Fue deslizando sus manos por mi cintura, bajó más hasta acariciar mis piernas y morder mis nalgas. Colocó la punta de su verga en la entrada de mi ano y me agarró de las caderas. Lo que me indicaba que estaba a punto de ser penetrada muy fuertemente y experimentar esa forma de penetración que tanto me gusta.
Súbitamente sentí como Jesús, me jaló muy fuerte de las caderas y me ensartó su gruesa verga de un solo empujón. Mi ano se abrió violentamente, el desgarro que sentí al momento que su verga entró deslizándose por mi ano, fue tremendamente doloroso, ya que ese día no había realizado ninguna dilatación previa.
—¡Aaaaaaaaahhhhhhhhh! ¡Aaaaahhhhh! ¡Aaayyyy! ¡Aaahhh! ¡Aaahhh! —Yo gemía de dolor y placer.
Esa penetración fuerte, apasionada y profunda, me hizo sentir muy vulnerable y adolorida. Fue una hermosa sensación de sentirme sometida y amada a la vez. Un aura de lujuria nos envolvía de forma abrazadora, y el dolor abrumador que recorría mi ano, se extendió por todo mi caliente culo.
Yo sentía como Jesús restregaba su verga en mi culo ardiente y adolorido. De pronto el sacó su verga, casi por completo, para volver a ensartarla intempestivamente mandando mis senos contra el espejo. La vista de cuerpo completo que me ofrecía el espejo, nos permitía vernos a ambos. Él podría ver mi cara cachonda de sufrimiento y yo su mirada de lujuria mientras me destrozaba el culo. Él comenzó a penetrarme muy fuerte y rápidamente, lo hacia a un ritmo frenético, destrozándome y matándome de placer.
—¡Aaahhh! ¡Aahhaa! ¡Que rico papi! ¡Ay sí así! ¡Más fuerte papi! ¡Aaaahhhh! ¡Aaahhh! ¡Fuck! ¡Fuck! ¡Aaaahhhh! ¡Que rico se siente Chucho! ¡Ay que rico mi amor! ¡Soy tuya! ¡Cógeme mucho!
—¡Aprietas bien rico hermosa! ¡Tienes el ano bien caliente! ¡Te ves bien hermosa!
—¡Ay que rico papi! ¡Sí méteme la verga bien duro! ¡Así papi así! ¡Más rápido! ¡Rómpeme mi culo! ¡Se siente rico papi! ¡Oh my god! ¡Que rico! ¡Ay! ¡Así! ¡Aaayyy!
—Te voy a meter la verga más duro preciosa, estás bien sabrosa.
Entonces él comenzó a jalar muy fuertemente de mis caderas a la vez que me ensartaba su verga brutalmente, podían escucharse los impactos de nuestros cuerpos húmedos, cada que su pubis rasurado impactaba contra mi culito ardiente. Yo sentía que me rompía por dentro y mis nalgas adoloridas. Los pezones se me endurecieron más por la excitación producida.
—¡Cógeme muy duro Chucho! ¡Dame más fuerte! ¡Castígame! ¡Quiero que me duela! ¡Méteme tu verga muy duro! ¡Házmelo como si fuera una puta! ¡Soy tu puta papi, reviéntame el culo!
—¡Aaaaaaahhhhh! ¡Aaaaaahhhh! ¡Aaaaaahhhh! ¡Me Dueleee! ¡Aaaahhhhh! ¡Sigue así Chucho! ¡Más duro Papi! ¡Aaauuu! ¡Aaayyyyy! ¡Ahhhaaaaa!
—¿Te gusta perrita? ¿Así es como lo querías verdad? —Me preguntaba ardiendo de lujuria.
Mi ano ya estaba muy dilatado y yo sabía que, si me sacaba su verga él podría ver como mi ano se quedaba completamente abierto.
—Sácame tu verga, quiero que veas como se queda mi ano dilatado. —Le dije con voz cachonda.
—Se te quedó abierto preciosa, te ves bien hermosa con el ano abierto. Se ve que ya estás acostumbrada.
—Sí, es que me penetro mucho con mis dildos en mi casa.
Jesús, continuó penetrándome, pero ahora sacaba su verga por completo y me la ensartaba muy duro por mi culo, para ver como se quedaba abierto cada que la sacaba.
—Ahora sí, ya quiero venirme preciosa. —Me dijo emprendiendo una penetración vigorosa y frenética
Tan solo de recordar la forma en que me cogió, hace que se me erice la piel y endurezcan los pezones. Mi vagina está lubricando como un rio de agua dulce al momento de escribir estas líneas.
—¡Aaahhh! ¡Así Chucho! ¡Cógeme fuerte! ¡Aaahhhh! ¡Me duele mucho! ¡Aaauuuu! ¡Me lastimas mucho! ¡Aaahhhaaaa!
—¿Así preciosa? Estás bien buena Alexa. Tienes un culo bien sabroso.
—¡Así me gusta papi! ¡Aayyy! ¡Me arde! ¡Cógeme más Chucho! ¡Que rico me coges! ¡Aaaahhhh! ¡Sí hazme tu zorra! ¡Destrózame el culo! ¡Aayyyy! ¡Me duele mucho! ¡Me arde! ¡Aaahhhh! ¡Más rápido amor! ¡Más fuerte!
—¡Ya me voy a venir hermosa! ¿Dónde quieres que te los eche? —Me dijo muy excitado.
—¡Échamelos en la boca! —Le dije deseosa de probar su semen.
Él retiro su verga de mi ano y yo me arrodillé con mis senos expuestos y excitados. Jesús se masturbo muy intensamente durante unos cuantos segundos.
—¡Aquí van preciosa! ¡Aahh! ¡Aahh! —Me dijo jadeando mientras acercaba su enorme verga a mi boca.
Yo saqué mi lengua como perrita y lo miré a los ojos cachondamente. Él colocó su verga sobre mi lengua y de pronto sentí un fuerte, cálido y abundante chorro de semen que entró directo en mi boca.
—¡¿Te gusta perrita?! —Me dijo al verme saborear su semen en mi boca.
—¡Tienes un semen delicioso! ¡Muy ricooo! —Le dije muy cachonda y gustosa mostrándole mi lengua como perrita, para que viera que me los había tragado todos.
—¡Hiciste que me viniera muy fuerte! —Me dijo con su respiración agitada.
Después, continué mamándole la verga hasta dejársela completamente limpia. Ambos comenzamos a vestirnos y nos dimos besos y caricias de agradecimiento por tan cálido encuentro.
—Coges muy rico Chucho, muchas gracias, me gustó mucho.
—Gracias a ti, estás buenísima. Eres la chica más guapa con la que he estado.
—¿Enserio? Que lindo eres muchas gracias. —Le agradecí con otro beso de lengüita.
Habían pasado 40 minutos desde que llegamos, así que le envié un mensaje a mi amiga.
—¿Ya estás en el café? —Le pregunté.
—Ya tengo como 10 minutos que llegué.
—Ay, disculpa. En unos minutos llego, ya no tardo.
—Chucho, mi amiga ya está en el café. ¿Me podrías llevar porfis?
—Sí preciosa, vámonos.
Bajamos las escaleras y subimos al coche, está vez me senté en el asiento de copiloto, él abrió el portón eléctrico y salimos del motel.
Durante el trayecto, seguimos platicando sobre lo bien que lo pasamos, a pesar de que fue poco tiempo. Después de unos minutos llegamos a la plaza comercial donde está el café y nos despedimos.
—Mira te paso mi número, por si te gustaría que nos volvamos a ver, o si necesitas que te lleve a algún lugar, estoy para lo que necesites preciosa. —Me dijo amistosamente.
—Muchas gracias, sí me gustaría. La pasé muy bien contigo, la verdad me dejaste un poquito adolorida, pero bueno, así es más rico ¡Jajaja! —Le dije con voz cachonda, yo seguía muy excitada y sensible de mi zona íntima.
—Ya sabes cuando gustes preciosa.
—¡Ay, que lindo! Pero bueno dime ¿Cuánto te debo?
—No, como crees. No me debes nada. Y cuando gustes ya tienes mi número.
—¡Ay, muchas gracias! Sí, yo te llamo —Me despedí con un beso de lengüita mientras le frotaba su verga—. Bye.
—Bye. —Él se esperó hasta que me vio llegar a la entrada del café y después se retiró.
Yo no me había percatado de que mi amiga estaba esperándome en las mesas que están en el exterior del café. Por lo que pudo ver perfectamente la cálida manera como me despedí de Jesús.
—¡Hola, amiga ¿Como estás? —Le pregunté emotivamente.
—¡Muy bien amiga! ¿Y tú?
—¡También, estoy muy bien! ¡Discúlpame por la demora!
—No te preocupes amiga, pero a ver cuéntame ¿Entonces te tuviste que venir en un taxi de app?
—Sí, es que está ponchada la llanta de mi camioneta. —Le contesté explicándole.
—¿Entonces el chico con el que te acabo de ver besándote, es el conductor del taxi de app? —Me dijo con gran curiosidad.
—¡Ay, nooo! ¿Me viste? —Le dije sonrojada, no sabía dónde meter la cara.
—¡Sí, lo vi todo! ¡A ver cuéntame que pasó, quiero detalles!
—Bueno, pero primero vamos por nuestro frappé…
Alexandra Love.
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Autor: Alexandra Love. Categoría: Fetichismo
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El puto gordo de mi jefe me mete su gorda, sucia y gran verga parte 2
2023-05-16
A partir de los siguientes días siempre salíamos todos a la misma hora, y aunque ya el elevador no iba tan lleno segia en su máxima capacidad y yo aprovechaba para ponerme delante de mi jefe, no siempre lo conseguía pero en los días que si me daba una idea del tamaño de su miembro.
Éramos muy discretos, y tal vez por esa discreción me empezaba a desesperar. Así que decidí ser voluntaria para unas horas extras el viernes fin de mes que mi jefe también salía tarde por un informe que tenían los jefes de departamentos. Teniendo en cuenta mis intenciones me vestí lo más zorra que pude, con un labial rojo quemado perfecto para mí piel morena clara y delineado de Foxy eyes, encontré una blusa tipo corset a la que cubrí con un suéter y una falda corta de tela gruesa pero pegada a mi buen culo me puse medias para disimular un poco de profesionalidad, pero lo que nadie sabía es que las medias tenían una abertura entre las piernas, ya sabes para los juegos en la cama, obvio solo me quitaría una licra cuando mi jefe y yo estemos solos.
Llegué y él de seguro ya sabía que algo tramaba yo cuando solicito a alguien para horas extras de cada fin de mes y dio la casualidad de que hoy si había una voluntaria.
Me sonrió y le guiñe un ojo sin importarme si nos veían.
El día paso y aunque con unas miradas de mis compañeros la jornada fue completamente normal, creo que hasta se olvidaron de aquella pequeña complicidad que tuvimos al inicio del día.
... Y llegó la hora de la salida, ...
... aproveche para ir al baño y quedarme sin la licra y quitarme el suéter, me retoque el maquillaje, saque una USB y me fui a acomodar en la computadora más cercana al jefe. Llegó él y no me dijo ni una palabra, solo se que viendo mi escote, se sentó en su escritorio y empezamos a trabajar. Mientras yo hacía mi trabajo empecé a masturbarme y a gemir, ya casi había terminado mi parte, así que aproche y con mi mano izquierda acariciaba mis hombros y bajaba al escote, saque un pecho, y lo masajee en círculos,e empecé a pellizcar el pezón y gemia lo suficientemente fuerte para que el me escuchará.
De reojo vi su cara embobada, como en un trance, volteo y le preguntó te falta mucho en acabar jefe, me gustaría que me fueras a dejar a mi departamento que se me hizo tarde y no quiero llegar solita
- Si, si, yo te llevo mamasita.
Vuelvo al trabajo, ya había terminado, guardo archivo recojo mi USB y voy a su escritorio a entregárselo, y se me cae, justo en frente de su escritorio, ni modo lo tengo que recoger, me agachó muy empinada para que me vea.
-Lo siento que jefe que torpe soy- y se lo doy
-Me lo podrías revisar- digo esto mientras me acomodo a su lado y siento sus manos, enormes manos en mis nalgas. Se mete debajo de esa mini falda y pasa muy suavemente en la entrada de mis labios vaginales, tiene un poco larga su uña porque siento como rasca primero y luego acaricia dentro de mi vagina. Y luego ummm mete su dedo, se queda un rato quiero. Si mira Maria todo está bien, podrías hacer ...
... esto mejor y bla, bla, bla... Pero todo está bien.
-Podrías apúrate jefe, es que estoy muy caliente-
- Si mamacita, mira como me tienes y me muestra su pantalón a punto de explotar.
-te espero jefe- vuelvo al cubículo que y abro mis piernas para que mi jefe las pueda ver.
Autor: Tanguita.roja Categoría: Fetichismo
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De como pase de ser Fabian a Fabiana adorada por sus pies
2023-05-16
Hola a todos y tal como dice el titulo hoy les contare como pase de ser Fabián a ser Fabiana adorada por mis pies, le cuento que siempre me atrajeron los pies y los zapatos de tacón, me gustaba ver a mis hermanas y madre con ellos. Lo interesante comenzó cuando yo estaba de novio con una chica la que tenia unos hermosos pies y piernas, que gustaba lucirlos. La cosa es que una noche en que la pasamos juntos en la mañana me levante al baño y para no ir descalzo me puse las sandalias de tacón de mi novia, eran unos números menos pero se podía caminar, no se como explicar las sensaciones que tuve al caminar unos pasos con esos tacones me sentí muy cómodo y sensual sobre todo cuando pase por espejo de cuerpo de la habitación de mi novia y vi como se reflejaban unas piernas estilizadas y femeninas en esas lindas sandalias. Me gusto mucho lo que vi y lo que sentí, pero seguí con lo que iba a hacer y no preste mayor atención hasta que volví a la cama y siento la voz de mi novia diciéndome lo lindas que se me veían las piernas y que tenia pies muy lindos y que si pintaba las uñas si o si ...
... pasaban por pies de nena. Lo que ella me dijo me dejo pensando por varios días si ella tenia razón y llegue a la conclusión que tenia que hacerlo y mostrar el resultado por lo que me di en la tarea de encontrar los tacones que usaría y de decidir el color que pintaría mis uñas, recuerdo esos días que me sentía como una niña adolescente preparan doce para una gran fiesta. Por fin después de navegar en internet por semanas encontré unas sandalias de tacón con tiritas que me gustaron y me las compre. Cuando me las probé por primera vez sentí un cosquilleo desde mi anito hasta la cabeza que me pararon los pelos, ese día me saque varias fotos que después publique en paginas de internet a lo cual tuve una respuesta muy positiva que no me imaginaba. Al comienzo me hice pasar por mujer, pero después decidí probar en paginas de travestis y crossdresser en donde nuevamente tuve muy buena aceptación y conocí a unos adoradores de pies que me convencieron de dejarlos adorar mis pies y piernas de nena.
Si quieren que les cuente las aventuras con estos adoradores haganmelo saber a mi mail.
Autor: Fabiana Categoría: Fetichismo
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