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¡Me enamoro de ella!

2019-09-28


Rosa María, siempre fue una muy buena amante, era manipulable o tal vez lo sigue siendo, me encantaban las nalgas que tiene, ya les he contado un par de relatos de ella y hoy vengo con uno que recuerdo y me encanta contarlo. Después de que ella se quedara con el otro compañero y alejarse un poco, todo comenzó a cambiar, de tal forma que una ocasión me pidió que la acompañara a comprar unas cosas a la ‘Merced’, yo acepte ya que nunca deje de interesarme sexualmente en esa hembra. Ese día vestía muy sexi, una licra color negro súper ajustada que dejaba ver la tanga sobre su ricas y firmes nalgas, una blusa color amarillo pegadísima a su cuerpo ¡uf que par de tetas! Todo el camino disimuladamente iba tocándole todo su rico cuerpo, cada que podía para abrazarla y darle besos en su mejilla y en su cuello, la verdad estaba excitado y ella también, cuando nos dirigíamos a tomar un taxi la tome del brazo y arrincone en una pared. L: ¡Rosita, me gustas un chingo, por favor deja a ese wey y anda conmigo! R: ¡Hay, porque me pides eso, yo no puedo, tu eres joven y yo ya estoy vieja y con un hijo! J: ¡Eso no me importa, además eres hermosa y yo te quiero y la verdad también te deseo como no tienes idea! R: ¡Pero chiquito, no se puede! La abracé y comencé a besarla lentamente, sus labios carnosos y los míos se rozaban y ambos nos fuimos perdiendo sin darnos cuenta que estábamos en la calle, comenzamos a acariciarnos muy sensualmente, entonces ella me miro y me dijo… R: Quisiera hacerlo contigo, pero no está bien, ¡yo aun ando con él! R: ¡Nena hagámoslo, además tu sabes que él ya tiene otra y tú, mejor sete fiel a ti! R: ¡Pero es que no quiero que, por esto, se pierda nuestra amistad! L: Sabes que esto no es amistad, esto es pasión, tú me deseas y yo a ti, ¡además ya lo hemos hecho antes y sabes que tenemos química sexual! R: ¡Bueno, vamos, pero aun lugar donde no nos pueda ver alguien conocido! L: ¡Créeme que a mí no me importaría nena! R: ¿Aunque estés a punto de casarte? L: ¡Mis deseos por ti son muchos, me arriesgo a todo con tal de tenerte conmigo! Tomamos el taxi y llegamos a un hotel que estaba por la zona rosa, estaba bonito, ella estaba un poco nerviosa, la verdad yo también ya que a diferencia de mis otras compañeras a ella si le tenía una estima muy fuerte, ¡pero era tonto ya que me casaría con Lety muy pronto! Comenzamos con besos suaves y ricos, nos empezamos a desvestir mutuamente, nos recostamos en la cama y comencé a besarle todo su cuerpo, hasta que me detuve en su vagina, comencé a hacerle sexo oral, la verdad me supo a gloria, ella se quejaba tan excitantemente que yo solo podía seguir chupando, al mismo tiempo ella llevó su mano a mi verga y comenzó a masturbarme, su manita suave me daba la más deliciosa masturbación de mi vida, me puse de pie y ella sin dudarlo comenzó con un sexo oral muy tierno y rico, lamia cual si fuera paleta y también chupaba, estábamos excitadísimos! L: ¡Nena que rico, uf! R: ¡Nadie la tiene como tú, que Grand y dura, me encanta! L: ¡Bebe, déjame metértela ya! Me acosté encima de ella y comencé a penetrarla suavemente, ella gemía y al mismo tiempo me decía "es la más grande que me ha entrado, despacito por favor”, yo lo hice así, ella apretaba muy bien y se movía lento pero rico, comencé a moverme más rápido mientras nos besábamos pasionalmente, llevé mi lengua a sus pezones erectos y comencé a lamérselos y morderlos suavemente, esto la estremecía mucho y generaba un movimiento delicioso de sus caderas R: ¡Que rico Luis, no pares ah! L: ¡Me encantas, te hare mía! Me acosté y ella se subió, comenzó a cabalgar suave y rápido en mí, era exquisito, ella se movía y yo seguía chupándole las tetas y acariciándole todo su cuerpo, ella se movía cada vez más rápido hasta que se vino, ¡sentí como su juguito mojaba todo! R: ¡Perdón bebe, pero estoy excitadísima! L: ¡No te preocupes nena, ahora yo me hare cargo! La puse en cuatro y comencé con el mete y saca, le apretaba sus ricas nalgas, ella movía el trasero riquísimo, la sensación era maravillosa para mi verga dura, ella gemía y me decía que me quería, que dejaría a su pareja por mí, eso me excitaba y se la dejaba ir más rápido, ¡ella se movía maravilloso! R: ¡Ah, Luis sigue, que rico, que rica verga, dios mío! L: ¡Uf, que culazo eres nena, no sé qué haces con ese cabro! R: ¡Pero tu coges rico, tu si sabes uf! L: ¡Nena que rico, me pones a mil, me vas hacer que me venga! ¡Me pidió que me viniera adentro, yo, aunque dudando lo hice y ambos gritamos de placer, descansamos unos minutos y nos aventamos otro round, esta vez sentados en el sofá que estaba ahí, ella se daba majestuosos sentones, yo le apretaba las tetas fuertes! R: Dios amor, que rico, que rico coges L: ¿Estas gozando Rosita? R: ¡Si…! ¡Qué pregunta es esa! L: ¡Toma!, toma toda nena! ¡Nos movíamos como locos yo jugaba con sus tetas y al mismo tiempo metía mi dedo para estimular su clítoris! ¡Decíamos cosas al oído, nos mordíamos todo, que rico sexo!, todo estaba tan delicioso que ambos llegamos juntos, nuestras venidas se combinaron y batimos todo, salimos apresurados por el tiempo, ese día me dejo en el metro y ella siguió su camino, pero el lunes encontré una carta de ella en mi escritorio que decía: “Sabes, comprendí mi error yo debí de haberme quedado contigo, te quiero, me gustas como hombre y ser humano, ahora también sé que tu dejarías a tus amantes por mí, ya que yo te quisiera solo para mí, pero bueno creo que solo me tendré que quedar con lo del sábado, no olvidare como hicimos el amor y como me penetrabas tan deliciosamente que hasta el día de hoy me masturbo solo de recordarlo, llevo la marca de tu pasión en mi cuerpo, en todo mi ser, cada noche recordare como llevabas a tu boca mi vagina y me estremecías tanto, como mordías mis pezones y como devorabas cada parte de mi ser. Te deseo lo mejor, obviamente no volverá a pasar, pero espero que nunca me olvides porque yo no lo haré, te amo y aunque me duele no estar a tu lado, yo siempre te llevare en mi corazón, cuídate mucho y se feliz” ATTE: Rosa Maria... PDT: TE AMO CHIQUITO... Eso fue lo único que me dijo, una semana después ella se fue a Tamaulipas y hasta el día de hoy no puedo olvidarla.

Autor: Esposos(LyL) Categoría: Erotismo y Amor

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Un martes cualquiera, pensando en sexo en la oficina

2019-09-27


Mi vida es aburrida pero poco a poco me irán conociendo. Otro día más en la oficina sin nada que hacer, suspiro y miro de un lado a otro, distraída, no tengo un cliente asignado por lo que paso las horas en la oficina central sin mucho que hacer, hace un mes que estoy en esta situación, me aburro como una ostra. Sinceramente me siento desmotivada, pero no es el momento de cambiar de trabajo, así que sigo viniendo a cumplir mi horario, y así paso nueve horas sentada en una silla viendo cursos y fantaseando con una vida que no tengo. Miro el reloj cada tanto y los minutos pasan lentos. De pronto veo que llega el CEO de la empresa y le escucho hablar francés, como siempre, me gusta mucho el francés, falta poco para la hora de comer, me saltaré el almuerzo y creo que voy a llamar a Manuel para que venga por mi, quizá después de una hora de sexo salvaje me haga volver más relajada. Manuel es un chico que conocí por Tinder, quedamos para follar hace un par de años, cuando estaba recién llegada a Madrid, me sentía sola, es muy duro emigrar, desde ese entonces frecuentamos, le veo solo cuando uno de los dos tiene ganas. Siempre esta dispuesto para mi y yo procuro estar también para él, el sexo es muy importante en mi vida. Manuel es un chico alto de piel morena y ojos verdes, le gusta hacer ejercicio y comer saludable, se ve muy bien la verdad. Quisiera decir que soy una mujer joven, guapa y exitosa, pero la verdad es que estudie Trabajo Social en mi país y ejercí por muy poco tiempo, al emigrar a Madrid fui teleoperadora por dos años en una empresa de Banca, aprendí muchísimo, pero después de tanto tiempo estaba quemada, no quería ir al trabajo, los horarios eran rotativos y los domingos la pasaba fatal, los clientes siempre estaban enojados y pagaban su estrés con nosotros, hace casi un año deje mi trabajo pedí un préstamo y hice un curso de desarrollo web intensivo, no tenia un plan B así que esperaba que saliera bien, al mes de terminarlo conseguí empleo, buen sueldo, bolsa de formación, no me puedo quejar pero después de tener un Micromanager de jefe y que este pidiera rotación de personal mi vida se ha vuelto insufrible, en resumen, esa ha sido mi vida en los últimos años. Soy una mujer de 26 años que disfruta de las cosas sencillas de la vida, como leer y tomar un café, no suelo ir de fiestas, tengo un cabello largo y rubio que suelo llevar peinado con ondas que caen sobre mis pechos, me gusta arreglarme, tener la manicura hecha, usar maquillaje y perfume. Siempre fui muy delgada pero estando en Madrid aumenté unos cuantos kilos, me sigo viendo bien, y me gusta mi cuerpo, suelo llamar la atención a donde voy, aunque por lo general suelo trasmitir mucha seriedad, quienes no me conocen pueden pensar que soy una mujer fría y distante, pero la verdad es que soy reservada y que esas cosas tienen su espacio. Me decido a llamar a Manuel, me contesta medio dormido, pero como siempre mi fiel amante me dice que vendrá por mi en 30 minutos, estoy lista para la acción. (larareyesblog@gmail.com)

Autor: Lara Reyes Categoría: Erotismo y Amor

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Sueños y fantasías.

2019-09-25


Lo que expreso seguidamente son las cosas que me gustaría realizar. Este relato está dedicado a la que fue mi mujer, relata lo que paso entre nosotros, en el sexo, cuando nos conocimos. Había conocido a mi mujer, a primeros del año 2000, cuando la conocí, ambos teníamos pareja, pero congeniamos muy bien desde el principio, nos hicimos amigos íntimos, tanto ella como yo teníamos plena confianza en el otro, y nos contábamos los problemas que surgían con nuestras parejas. A primeros de agosto de 2001, ella no tenía pareja, y yo tenía problemas con mi pareja, ella me apoyó hasta el final de la relación con mi pareja. Y el mismo día que corté con ella, mi mujer me dijo que, i quería que fuésemos pareja, le dije que sí, era martes, el viernes fui a la ciudad donde vivía, para conocerla, hasta entonces sólo hablado por chat, correo electrónico y teléfono. Pero cuando la conocí el día 31 de agosto de 2001, parecía que nos conocíamos desde mucho tiempo antes, desde ese fin de semana, todos los fines de semana estábamos juntos, un fin de semana iba yo a su ciudad y al siguiente venía ella a mi ciudad, tuvimos sexo desde el día que nos conocimos, y cuando estaba en mi casa, dormíamos en la misma cama. Nos casamos el 27 de septiembre de 2003, todo seguía igual de bien, incluso después de ser madre, hasta que nuestro hijo, no le gustaba que cuando salía a pasear con él, nos diéramos su madre y yo un beso suave en la boca, no pensábamos que eso nos llevó a no estar como antes, todo ocurrió por no tener esa una acción de amor, hasta que ocurrió que a mi mujer le destetaron un cáncer de ovario, eso nos volvió a unir otra vez hasta que tres años y poco después mi mujer falleció en Urgencias, ocurrió una cosa muy autentica, íbamos en el coche hacía el hospital, no sé porque surgió y le dije que para mí, no había otra mujer mejor que ella, porque es la mujer más maravillosa que había conocido. Al día siguiente a las 3 de la madrugada, me fue del tanatorio para a descansar a mi casa, ya que llevaba cerca de 48 horas sin dormir. Cuando me iba camino a casa, me di cuenta de que sólo recordaba los buenos momentos vividos con mi mujer. Llegué a casa, me duché y me metí en la cama, rompí a llorar y estuve llorando entre 30 y 45 minutos. De pronto, me calmé, pensé en ella, y en una cosa que me decía, ella y yo estábamos de acuerdo en darle un hermano a nuestro hijo, estuvimos intentando darle un hermano desde que tenía dos años, en 2017, hasta julio de 2012, porque al mes siguiente le detectaron el cáncer de ovario, desde que supo que no podría tener más hijos, me decía “me voy a quedar, sin poder darle un hermano a nuestro hijo”, cada vez que lo decía a mí me llegaba al alma, y le dije “cariño, mi vida, te he querido mucho, nunca podré olvidarte, siempre estarás en mis pensamientos, me decías “me voy a quedar, sin poder darle un hermano a nuestro hijo”, querría ayudarte a darle hermanos a nuestro hijo, para ello ayúdame a conocer a una mujer que sea alma gemela tuya. Quizás se pregunten, ¿por qué actué así?, porque mi mujer y yo congeniábamos muy bien y si hubiese sido ella quién hubiese estado en mi lugar, y yo en su lugar, hubiese querido que ella me hubiese dicho lo mismo. Además, pienso que ella piensa como yo, si he estado en un apuro, le he pedido ayuda a ella, y siempre he salido adelante. A partir de ahora, voy a contar las cosas que hicimos mi mujer y yo, en el terreno sexual, y cosas que me gustaría hacer con mi pareja. Cuando conocí a mi mujer, en la estación del tren de la ciudad donde vivo, nos fuimos al hotel donde había reservado la habitación 107, nada más llegar nos duchamos juntos, y después tuvimos sexo oral y masajes, hablamos del sexo que habíamos tenido ambos con otros, ella me dijo que no quería hacerlo hasta después de la boda, por temor a quedarse embarazada, pero que podíamos hacer todo lo demás. Acepté, porque estaba de acuerdo con ella, y el tiempo me dio la razón, ella descubrió que toda mi espalda hasta las piernas es muy sensible, si me tocan en toda la espalda con la yema de los dedos siento mucho placer, un placer distinto al placer sexual, que no se puede comparar con nada. Quiero decir que el sexo que tuvimos, durante la etapa de noviazgo, no tiene nada que envidiar del sexo que tuvimos después de casados. Durante esa etapa, teníamos mucha imaginación, para hacer de todo, desde sexo oral, con las manos, masajes, y sobre todo imaginación, hacer que uno no vea lo que le hace el otro, hace que se exciten ambos, o atar a uno las manos y los pies a la cama, … En este relato no voy a poner relatos de sexo, sino cosas que se pueden hacer en el sexo, cosas que he hecho ya o cosas que me gustaría hacer con mi pareja. Hago sexo oral, comienzo besando su boca, luego los lóbulos de la oreja, el cuello, sigo besando bajando para llegar a sus pechos, me detengo en sus pezones, sigo besando por su ombligo, me paso a la espalda, continuó besando por su culo, me detengo en el metiendo la lengua en él moviendo la lengua, continuó besando por la parte trasera de los muslos, sigo besando por la parte trasera de las piernas hasta llegar los pies, dicen que en los pies hay puntos que representan todas las partes del cuerpo, me detengo en cada pie, continuó besando por la parte delantera de la piernas hasta llegar la parte delantera de los muslos, subiendo llegue besando hasta la ingle donde se encuentra la vagina, me iría acercando poco a poco cada vez más a su coño, empezaría rozando a su alrededor, me gustaría oír sus gemidos de placer, seguiría chupando y metiendo mi lengua en su coño, después chuparía su clítoris y metería un dedo en su coño, iría alternando las tres cosas hasta que llegase al orgasmo. Me hace sexo oral, comienza besando mi boca, luego los lóbulos de la oreja, el cuello, sigue besando bajando para llegar a mis pezones, sigue besando por mi ombligo, se pasa a la espalda, continua besando por mi culo, se detiene en el metiendo la lengua, en él moviendo la lengua, continuó besando por la parte trasera de los muslos, sigue besando por la parte trasera de las piernas hasta llegar los pies, dicen que en los pies hay puntos que representan todas las partes del cuerpo, se detiene en cada pie, continua besando por la parte delantera de la piernas hasta llegar la parte delantera de los muslos, subiendo llegue besando hasta la ingle donde se encuentra mi polla, da lamidas largas y suaves por el cuerpo de mi polla que ahora está más grande y dura, gimo y me excito más. Envuelve con su boca alrededor de la cabeza de mi pene, chupa mi polla, le da lamidas largas y suaves. Abre toda su boca para tragarla completa, su garganta se alegra de tenerle de invitada, su saliva me lubrica. Sube y baja mil veces por mi polla y siente como si estuviera penetrándole su coño, baja una de sus manos y se toca el clítoris mientras me pajea con la otra mano y su boca lame la cabeza de mi huevo rosado hermoso que le brinda gotas divinas de líquido pre seminal que le embriaga de mí, y a mí de ella, aún más. Ira alternando todas esas cosas hasta que llegue al orgasmo. Con esta opción, cambiando algo se puede crear, otras distintas opciones, algunas de ellas pueden ser: vendar los ojos a la mujer o al hombre, atar las manos y los pies de la mujer o del hombre, hacer el coito al final, aplicar el sexo oral sólo a unas partes del cuerpo y conjugando con alguna de las opciones anteriores o a usar algún juguete sexual, … las cosas que se pueden hacer en el sexo aumentan muchísimo. En este relato he plasmado lo que querría realizar con mi pareja en el terreno sexual, salvo que haya mutuo acuerdo entre ambos para añadir otras cosas, por propuesta de alguno o de ambos. Lo que expreso seguidamente son las cosas que me gustaría realizar con mi pareja, sólo quiero hacerlo si ella está de acuerdo conmigo. Me gustaría, estar con mi pareja y con otra mujer, para cambiarnos y rotando, dando placer dos al otro, y estar con mi pareja y con otro hombre mujer, para cambiarnos y rotando, dando placer dos al otro, … lógicamente la mujer o el hombre, tienen que gustarnos a los dos. Quizás piensen porque insiste tanto con el mutuo acuerdo, porque no le haría a nadie algo que no quiera hacer como no me querría me hiciesen a mí algo que no quiera hacer. Lógicamente, se podrán añadir cosas por parte de alguno o de ambos, siempre que haya mutuo acuerdo entre ambos en hacerlo. (mesea69@lookmedia.es)

Autor: sumisodemipareja Categoría: Erotismo y Amor

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Amanda elige un lugar especial

2019-09-24


Pasé a recoger a mi novia al gimnasio a pocas cuadras de casa. Entré y me senté en el piso cerca al lugar donde ejercitaban y me dediqué disfrutar de las chicas en sus chicles. Todas estaban re buenas, pero en especial dos chicas espectaculares de nombre Sofía y Maria, Sofía era una amiga de mi novia, Amanda. Las dos chicas hacían sus ejercicios, estirándose, saltando, sentándose y abriendo y cerrando sus piernas, sus traseros se ponían duros y suaves y las entrepiernas mostraban debido al chicle la forma de sus labios, Sofía tenía unos labios vaginales gigantescos, se notaban perfectamente sobre la tela de su malla. Estas visiones me estaban excitando y mi pene no paraba de saltar, tenía mente propia. Amanda caminaba hacia mí, y se dio cuenta donde estaba mi mirada, y la situación de erección que yo presentaba. -parece que disfrutas de la sesión de ejercicios visuales, no? Me abrazó y se sentó a mi costado, me dio un beso y me dijo ‘subamos al cuartito solitario de arriba del gym’. Subimos, yo detrás de ella admirando su fantástico trasero, la boca se me hacía agua. Su chicle no permitía ver ninguna marca de pantis, por lo que deduje o no tenía o tenía una tanga mínima. Llegamos y Amanda se quitó el top y mostrándome sus pequeños senos, me pregunto si me gustaban, los tapo con sus manos y se acercó a besarme. Mientras yo me iba quitando mi ropa, hasta quedar desnudo. Mi verga erecta saludaba a mi novia, ella ya con una mano en un seno y la otra en su entre pierna que ya había perdido el resto del chicle. Se agacho delante de mí y cogió mi verga entre sus manos y de allí a su boca, el contraste del frio cuarto y la tibia lengua de Amanda causaban un contraste de temperaturas en mi pene que me hacían vacilar sobre los talones de mis pies. Me retire, la levante y la senté sobre una vieja mesa, lamí su pezones mientras bajaba por su sudado cuerpo, el olor a sudor, y excitación sensual se mezclaban en una sola y erótica aroma de placer por venir. Baje mi rostro hacia su entre pierna donde los vellos de su pubis, brillaban con gotas de sudor y mi lengua seca estos al mismo tiempo que mis dedos acariciaban sus labios inferiores. Metí mi lengua en su rajita encontrando ese pequeño granito de placer un gallito delicioso, el olor de su coño me emborrachaba y los líquidos de su sexo bañaban mi barbilla, me la comí como si estuviese muerto de hambre, logre que se corriera tan duro como pude, sus piernas temblaban y su vox entrecortada me pedía no parase. Mientras tanto mi verga permanecía dura y entumecida pidiendo alivio, y al mismo tiempo los ruidos del gimnasio en la parte de bajo distraían mi mente a la entrepierna de Sofía. Seguí lamiendo a Amanda, sus suspiros me incitaban a mas, de repente sentí algo húmedo en mi pene, y mirando vi a Sofía quien había subido y nos había encontrado, sin decir nada se agacho y me dio una mamada de perlas, no me dejo venir, se levantó y subiendo a la boca de Amanda la empezó a besar, mientras yo montaba mi verga sobre el pubis de Amanda y la penetraba, empecé él va y viene dentro de Amanda y disfrutaba ver a estas dos chicas besarse y magrearse los senos. Mi mano se metió entra la entrepierna de Sofía, hundiendo mis dedos entre la tela y su coño el cual estaba enjuagado en sudor y líquidos vaginales. Esto me tenía a mil y sabia no demoraría en llenar a Amada de mi preciado líquido, la ola de placer fue subiendo por el tallo de mi verga hasta explotar dentro de Amanda, Mis dedos hacia venir a Sofía y Amanda solo disfrutaba el sentir a dos cuerpos sobre el suyo. Sudados y oloroso terminamos, nos reímos y después de vestirnos bajamos a recoger a María que algo se percató paso por qué me guiño el ojo, y salimos cada uno para su casa. Espero se repita pero con María.

Autor: danynitajo Categoría: Erotismo y Amor

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Mi reencuentro con mi amante

2019-09-21


Comencé el día realizando algunas compras de insumos que me estaban haciendo falta en casa, mientras estoy realizando el pago siento que me llega un mensaje al celular, en cuanto puedo lo leo y era desde un teléfono que no tengo guardado y el mensaje dice: “Hola te puedo ir a visitar a tu casa?”, miro extrañada el mensaje sin darme cuenta de quién puede ser, por otro lado en mi cabeza me daba vueltas si responde o no; la curiosidad fue más fuerte, así que le envié un mensaje de respuesta: “Quién eres?”, al rato llega la respuesta, “Soy Roberto, disculpa seguros tienes mi número antiguo, cambié el número perdón”. Cuando llegué a casa y dejando las bolsas de las compras en la mesada, respondí el mensaje, “Si puedes venir será un placer”; pronto se me vinieron a la memoria los encuentros sexuales que tuvimos, después de tanto tiempo no se cuál podría ser su interés y le pasé la dirección. Mientras tanto me dispuse a guardar la mercadería que había comprado, acomodé algunas cosas, rocié desodorante de ambiente y me puse unas gotas de perfume; en eso sonó el timbre y era él Roberto. Nos saludamos como amigos aunque sabíamos que éramos algo más que eso, lo hice pasar y nos sentamos en el comedor, hablamos de muchas cosas, que habíamos hecho en todo este tiempo, y allí me enteré de la causa por la cual él se distancio de mi, sin que la separación haya sido en común acuerdo; Roberto dejo embarazada a una chica, la cual viven juntos actualmente, entendí perfectamente los motivos y me pareció perfecto; con lo cual en cierta manera no entendía las razones por la cual me venía a ver, algo no entendía del todo. Fui a la cocina y preparé un café, Roberto vino y sin rodeos le dije: “¿Me puedes dar las razones de tu visita?, ya que me parece que no viniste solamente a contarme que estas en pareja con un hijo”. Roberto puso cara de asombro y se quedó un minuto sin decir nada, respiro profundamente y me dijo: ”Andrea eres una mujer muy inteligente, y tienes razón no vine a contarte de mi vida, hacía rato que quería contactarme contigo pero por diferentes razones me fue imposible; y además no sabía cómo hacer para venir después de tanto tiempo”, a lo cual escuchaba y respondía con una leve sonrisa entendiendo su relato. Mientras servía el café él seguía hablando, y lo interrumpí taza de café en mano y mirándolo a los ojos, “Mira Roberto, no tengo nada que reprocharte, al contrario, las veces que tuvimos sexo por mi parte puedo decir que fue maravilloso, y aun a la distancia hay días que te recuerdo, pero bien; tu ahora tienes que cuidar de tu mujer y tu hijo, es lo que es ahora, por otro lado no quiero ser la causante de un problema en tu relación yo estoy tranquila no me falta nada, y sexo bien cuando se da se da, no me falta pero tampoco me sobra, no creas que soy una prostituta tampoco, tal vez intuyo que viniste para acostarte conmigo”. A lo que Roberto después de tomar el café, dejando la taza y acercándose hacia mí, me dijo “si Andrea te extraño muchísimo, pero jamás te tomaría como una prostituta y nunca jamás lo pensé de ti”. Me quedé mirándolo apoyada en la mesada, y él se me acerco devolviéndome la mirada, me toma por la cintura y le digo, “quieres que sea tu amante”, sin responderme, por la cintura me sienta sobre la mesada, lo rodeo con mis brazos por el cuello y nos besamos apasionadamente, Mientras con sus manos, levanta mi vestido acariciando mis piernas, me acaricio mi húmeda vagina por encima de la tanga, la cual corrió e introdujo un dedo dentro de ella, haciéndome jadear y separar más las piernas, le tomo la cabeza y lo llevo para que me la chupe y bese todos mis jugos. Después de un rico oral, lo ayudo a desabrocharse los pantalones, se baja su ropa interior y sacando su verga me la introduce por el costado de mi tanga, bombea salvajemente con ganas, sin sacar su miembro de mi interior me toma por la cintura y me pone de espaldas sobre la mesa de la cocina, bombeando sin parar, haciéndome tener ya el segundo orgasmo, me hace bajar de la mesa y me voltea de frente exponiendo todo mi culo frente a él con los jugos de mi vagina lubrica mi ano, y apoya su glande en la entrada, y empuja su verga introduciéndome su pene dentro mío, que me hace gritar de placer, con una de mis manos masturbo mi clítoris para tener un orgasmo, Roberto susurra en mi oído, me estoy por venir, y le respondo si papito venite ya. Su pene descarga gran cantidad de semen dentro mío y quedo apoyada sobre la mesa, recupero el aire, y voy al baño para arreglarme y lavarme un poco, vuelvo a encontrarme con Roberto, y le comento antes de despedirnos, lo rodeo con mis brazos, y le digo “Escúchame bien lo que te voy a decir, no tengo problemas de ser tu amante, pero eso sí, no descuides ni abandones a tu familia que ahora tienes, porque de lo contrario desaparezco de tu vida para siempre” Y despidiéndonos nos besamos hasta la próxima. Espero les haya gustado, si desean pueden escribir sus comentarios a: Gorgeous.alberto@gmail.com.

Autor: Gorgeous7 Categoría: Erotismo y Amor

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Me pierdo en las generosas nalgas de mi mujer

2019-09-16


Hace unos años conocí a Sofía, mi actual mujer. Nos presentaron en la universidad unos amigos y pronto hicimos buenas migas. Comenzamos a salir y nos convertimos en novios al poco tiempo. Sofía es muy guapa, pero entonces estaba delgada. Vamos, delgada, pero que estaba bien. Buen cuerpo y demás. Cuando nos casamos empezó a engordar. Bueno, yo también un poco, pero lo que yo veía bien para mí, barriga y piernas gordas, en ella no me gustó tanto. Las tetas se le cayeron un poco y su culo se hizo más grande, aunque no demasiado. Aunque no teníamos hijos, yo perdí las ganas de follar. La pasión de novios se había acabado. Entonces podíamos hacerlo en cualquier sitio. Recuerdo que una vez lo hicimos en unos lavabos y casi nos pillan, pero nos podía el deseo. Ahora todo se había acabado. Cuando estaba solo en casa, ella trabaja de tarde y yo por la mañana, me ponía a ver porno y allí me la cascaba con la película. Alguna noche me despertaba y la escuchaba en el baño masturbándose. Ella no era de vibradores ni consoladores, ni nada de eso. Lo hacía con sus dedos, pero aun así, necesitaba sexo como yo. Lo que no se es porque hasta entonces nunca me había dicho nada. Todo cambió de repente un día. Mi mujer se había comprado un conjunto muy sexy, pero la verdad es que era como una talla más pequeña de la suya. Las nalgas se le salían por los lados. En un principio no le hice mucho caso, pero entonces estaba agachada alisando su vestido, que estaba sobre la cama y volví a sentir deseo por ella, algo que no había experimentado en algún tiempo. Después se giró y me quedé mirándola de frente. Sus pechos grandes se sostenían bien por el body y no pude evitar decirle lo guapa que estaba. -Gracias, me dijo. Me acerqué y la bese apasionadamente. Su lengua se metió en mi boca y yo la correspondí. No pude más y la quité el body y la tumbé en la cama. Estaba tan excitado que solo me bajé el pantalón y el calzoncillo y se la metí sin más. Empecé a moverme dentro de ella, saliendo y entrando como hacía mucho que no hacíamos y terminé corriéndome enseguida, de tan excitado que estaba. Mi mujer me miraba desde abajo. -Has aguantado poco, me dijo. No me he enterado de nada. -No te preocupes, cariño. Volví a llamarla cariño de nuevo como tiempo atrás. Me agaché y la comí el coño como nunca lo había hecho. Yo por aquel entonces solo pensaba en hacerlo y casi nada en los preliminares. Así que se lo comí como si fuéramos novios. Ella se corrió enseguida y para entonces mi polla estaba otra vez erecta y volví a penetrarla, medio vestido como estaba. Estaba vez disfrutó como una loca y se corrió un par de veces más, conmigo dentro. Fue algo increíble. Lo que no sabía es que algo había cambiado en mí. Dos días después, Sofía estaba encantada conmigo, aunque no lo habíamos vuelto a hacer desde ese día. Se paseaba por casa con el body puesto en cuanto volvía del trabajo. Sus nalgas asomaban como os dije y lo que antes me parecía un culo grande, ahora me excitaba un montón. Verla así me puso palote enseguida y me acerqué por detrás a ella y la sobé el culo. -Me encanta tu culo, le dije. -Pues antes no te gustaba tanto. -Ahora me vuelve loco. Sofía nunca quería que lo hiciéramos en la postura del perrito, decía que prefería verme la cara al hacer el amor. A ella, claro, le encantaba cabalgarme. Incluso no le importaba el misionero profundo que me gustaba tanto, porque podía verme la cara. Así detrás de ella, seguía sobándole el culo y luego subí a sus tetas. Nos veíamos en el espejo de nuestra habitación y era muy sexy vernos juntos. Me agaché y separé un poco el body, dejando un poco a la vista sus nalgas. Las besé con cariño y no pudo resistirse a que la pusiera a cuatro patas en la cama. Una vez más, la quité el body y abrí sus nalgas. La penetré despacio, saboreando como mi polla se deslizaba dentro de su coño húmedo y tierno. Puse mis manos sobre sus nalgas, mientras iba bombeando. La visión de su culo botando contra mí era maravillosa. Mis jadeos iban en aumento, mientras sudaba como un loco, presa de la excitación. Ahora apoyaba mis manos en su culo, pero en la parte enfrente de mi. No sabía cuánto tiempo aguantaría sin correrme. Sofía gemía como loca, no le importaba que pudieran oírnos los vecinos. La verdad es que hacía mucho tiempo que no debían oírnos, así que a mi tampoco me importaba. Mi pene seguía entrando y saliendo. Iba despacio, lento, no quería que acabara nunca. Pero llego el final y no pude prolongarlo más. -Me corro, me corro, no puedo aguantar más... ¡me corrooo! -No te preocupes, tú sigue, córrete, córrete, me animaba mi mujer. Un poco mas y acabé corriéndome dentro. Sofía tomaba la píldora y por lo tanto lo hacíamos a pelo. Eyaculé a borbotones como el otro día. Seguí un poco mas, hasta que derramé todo mi semen en su interior. La saqué despacio, y unas gotas de semen aun salían de mi glande. Cogí un clínex y limpié a mi mujer. Nos tumbamos juntos a recuperar la respiración. -Mi maridito, me dijo. Ya creí que te había perdido. -Para nada, aquí me tienes. -¿Cuánto hace que no follábamos así? -Desde que éramos novios. Hace unos años, jeje. Ese body ha salvado nuestro matrimonio. Nos dormimos abrazados, pero antes de dormirnos, se me ocurrió algo. Al día siguiente, mientras mi mujer trabajaba, entré en la farmacia del centro comercial que hay unas calles más allá de nuestra casa. No querían que me vieran en la farmacia de al lado de nuestra casa. Compré un gel lubricante y unos preservativos más gruesos para el sexo anal, que me recomendó la chica de la farmacia. No pareció escandalizarse cuando se los pedí. Me sonrió al cobrarme y me fui a casa. Esa noche estaba preparado para tener sexo con mi mujercita. La había calentado previamente con mensajes picarones y cuando volviera estaría a punto. Lo que no sabía es que lo tenía preparado para ella. Llegó a casa, se puso cómoda y comentamos nuestro día de trabajo. Me dijo que había tomado algo de picoteo, porque era el cumpleaños de una compañera y no traía ganas de cenar. Enseguida se fue a nuestro cuarto y se puso el body. Nos calentamos previamente con besos y sobeteos. La tumbé y la puse a cuatro patas. Ella ya sabía lo que me gustaba esa postura, pero ni idea de mis intenciones. Saqué el lubricante y lo eché por mi polla erecta, cubriéndola toda. Acerqué mi rabo a la raja de su culo y comencé a rozarme, subiendo mi polla arriba y abajo. Entonces, mojé un dedo con lubricante y acaricié su ano. Ella dio un respingo, pero no dijo nada. Con otro dedo, la masturbé, sobando su clítoris. Su ano aún no se dilataba, por lo que procedí a introducir más mi dedo. Un poco más de tiempo y un segundo dedo entró en su ano. Mientras, seguía acariciando su coño. Su humedad lo llenaba todo. Me puse un condón de esos gruesos y se la metí por el culo con cuidado. -Ay, duele. -Tranquila. Iré despacio. No me reprochó que quisiera follármela por el culo y se dejó hacer. Seguí con el mete-saca lento y conseguí que entrara toda en su culo. Abrí un poco sus nalgas y la visión de su culo con mi polla entrando y saliendo, fue maravillosa. Solo duré un par de minutos más y me corrí. La presión de su ano hizo que no durase nada. Lamenté no haber podido correrme a pelo. La saqué despacio. Me quité el condón y lo tiré al suelo sin más. -¿Qué tal? ¿Te ha gustado? Me preguntó mi mujer. -Mucho, cariño. -No quería dejarte con las ganas, aunque yo no he sentido mucho. -Ahora te compensaré. -Me duele un poco el culo. Me dijo. -Ahora lo soluciono. Me levanté de la cama desnudo y fui a por una bolsa, de esas de agua caliente, que todos hemos usado alguna vez. La llené de hielo y se la llevé a mi mujer. La puse bajo su culo y parece que se le pasó un poco el dolor. Pero estando así, abierta un poco de piernas, me puse cachondo otra vez y me puse encima de ella y volvimos a follar. Esta vez podría correrme dentro de mi mujercita. Habíamos recuperado la pasión de antes y era maravilloso.

Autor: Aldebaran Categoría: Erotismo y Amor

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Rencor o cariño

2019-09-03


Un rechazo se convirtió en un intercambio En ese entonces, trabajábamos en oficinas contiguas y los dos pasábamos por momentos familiares difíciles, él se había divorciado y no se acostumbraba a su nuevo ritmo de vida. En mi casa mis padres también se habían divorciado, los hijos quedamos con la madre, con la que yo nunca compaginé y lo que yo más ansiaba era salir de esa casa. Mis planes nunca fueron de casarme y el pensamiento de la posible soledad me abrumaba si decidía mudarme a un departamento, sin alguien con quien platicar o intercambiar ideas, además eso no me resolvía mis problemas. De vernos y saludarnos día con día fue desarrollándose una buena amistad. Al medio día salíamos y comíamos en un pequeño restaurante y ahí platicábamos y nos contábamos nuestros problemas. También a la hora de salida buscábamos algún lugar para platicar y pasar un buen rato. Con el tiempo mis regresos a casa en las noches se atrasaron con las consecuencias y reclamos de mi madre. Los dos tratábamos de expresarnos, uno al otro lo que considerábamos nos podría dar la felicidad con la que sentíamos que no contábamos. La mayoría de las veces él me iniciaba en algún tema y era yo la que hablaba, aunque no soy una mujer de mucha plática, pero con él me sentía y sigo sintiéndome, muy feliz al hablarle y decirle hasta los detalles más íntimos de mi imaginación, estoy segura de que él también siente lo mismo y así pasamos horas y horas platicando sin aburrirnos. Muchos de los temas son imaginados o, de esos, de qué tal si ….. , entre ellos estaba la de vivir juntos y ser libres ambos, de hacer lo que nos viniera en gana, aunque fuera cada quien por su lado sin lastimar al otro y sin sentir o causar celos. Siempre tratando de participar los dos, o estar de acuerdo, por lo menos. Él tiene 14 años más que yo y su preocupación era que yo debería de tener la vida que me correspondiera de joven. En ese entonces tenía yo 22 años, muy juvenil, alegre y bonitilla, aunque recuerdo que mis pechos los tenía pequeños, aún no habían terminado de desarrollarse, en realidad vivía con la creencia de que así se iban a quedar por el resto de mi vida, pero por lo demás, contaba con todo lo necesario. Fueron pocos los eventos a los que en ese entonces asistí, él me acompañaba, o, por lo menos pasaba a recogerme cuando iba sola cuando se lo pedía. Nunca me expresó suspicacia o celos, por el contrario, yo le contaba los más detalles posibles. Ya creí y confirmé al cien por ciento, lo que él me aseguraba, que yo estaba en una edad en que me buscarían los hombres y podría escoger, él me hacía disfrutar las ventajas de esa edad. Pero a Horacio nunca lo dejaría, siempre lo he adorado, en cualquier situación y sí que se me han dado muchas, pero con ninguna he dejado que llegue a algo serio, es mi confidente, mi amigo íntimo, hermanito mayor y me adora. Un día compró un condominio en la playa. Días antes de su inauguración y de que se lo entregaran, los de la inmobiliaria convocaron a una reunión que se efectuó en la playa que quedaba enfrente, a la que tuvimos que asistir. Entre los nuevos condóminos, la mayoría extranjeros, asistía uno, experto tal vez en asuntos legales. La mayoría de los asistentes fue retirándose, Horacio estaba traduciendo así que tuvimos que quedarnos un rato más y el experto se quedó atrás e hizo plática muy amable conmigo mientras Horacio terminaba. Al desocuparse Horacio caminamos hacia el pequeño edificio del condominio y le dije que la persona con la que había estado platicando nos había invitado a cenar. A Horacio, que digamos, no le había caído nada bien este señor, pero no puso objeción, le expliqué que a mí me había agradado, que tenía algo que me gustaba, como su forma de platicar y de decir las cosas, muy tierno en su trato. Decidimos ir, pero nos quedaba muy poco tiempo para prepararnos y echarnos un regaderazo para quitarse el agua de mar del cuerpo. En el camino me dijo que sospechaba que este señor sí traía algunas intenciones y me preguntó si la invitación era para los dos. Que si yo quería podía ir sola. “No, le dije, seguro me insistió en que fuéramos los dos, nos invitaba como pareja”. Se quedó pensativo y le pregunté que debía hacer si este señor se sobrepasaba y sí intentaba algo. Ya en el momento de la cena yo no iba a poder levantarme y salir corriendo o cancelarle la invitación tampoco se vería bien. Horacio insistió en que fuéramos, que me tenía que vestir muy bonita, para eso me escogió un jumper para salir en la noche, algo translucido, con el escote frontal con cremallera que se podía bajar hasta donde se deseara o resbalaba por sí solo, la cremallera terminaba hasta entre la entrepierna, muy apretadito que me acentuaba la cintura y las asentaderas, sin mangas solo los tirantes holgados que eran de adorno, que se abrochaban a la altura del cuello y solo para detener el frente de la blusa que me cubría los pechos. Pero debía tener en cuenta que para cualquier emergencia de ir al baño tendría que desnudarme completamente. Por la parte trasera totalmente descubierto, hasta la cintura. Antes de ponerme la ropa nos bañamos, le pedí a Horacio me ayudara a bañarme, pero no sé el por qué, le pedí no me tocara para nada la pepita, que él y yo ya sabíamos que estaba empapada, no sé porque, tal vez por pena o recato, o por preparación, no recuerdo, pero hasta la fecha el recordar esa negativa mía hace que me ponga caliente y que apriete las piernas buscando sentir algo y me empape. Me secó muy bien, me perfumó discretamente con el perfume que él me había regalado, no me dejó ponerme brasier, que en realidad casi siempre podía darme el lujo de quedarme sin él, mis pechos siempre han estado duritos y paraditos, aunque algo pequeños en ese entonces, pero me quedé con algo de preocupación si eso iba a ser como una invitación a que se metiera con ellos y me los manoseara, además que la cremallera resbalaba fácilmente aumentando la vista de mis pechos y podría llegar a suceder sin yo darme cuenta, algo peligroso que requeriría mantuviera puesta mucha atención. En realidad, la única decisión que tuvo que tomarse entre nosotros, fue la de si me ponía unos pantis u otros, o ningunos. Horacio me escogió unas pequeñas, bordadas que en realidad desaparecían en mi zona del pubis y solo me cubrían los bellos de la venus. Los pantis debían de protegerme que no se me notara la humedad en la entrepierna del jumper. Ya bonita y preparada, lista para la aventura, todavía le pregunté a Horacio si aún le nacía decirme que fueranos. Claro, dijo, tienes que conocer y aprender. “Te ves tan bonita y deseable. Te adoro y me sentiría muy mal perderte, pero creo que con esta aventura, sea lo que sea, no te perderé. En cambio, si te digo que no vayas, además de que no tengo derecho de privarte de algo que sí puede darte mucha felicidad y experiencia y que además de que está en tu edad y sexo lo que te vaya a suceder, sentiría que te quité la oportunidad. ¡Y ésta, tu solita la has encontrado!” Le pedí que me dijera que era lo que él pensaba podría suceder, que me iba a hacer. Respondió que este señor se ve muy experimentado y él te irá llevando, solo tu date el mayor placer que encuentres y usa también tu iniciativa. El que me dijera que me diera el mayor placer que pudiera me puso peor, le dije “Tengo miedo, ya no siento mi cuerpo mío, siento cosquilleo por todas partes, creo que se me nota que estoy empapada y ¿él que irá a decir?” ¿PERO, QUE ME ESTABA IMAGINANDO QUE ME IBA A PASAR, ¿A QUÉ IBA? Horacio cayó y sonrió, no supe si fue por burla o cariño. Así continuó todo el camino de ida, a él le toco conducir, muy callado y no me daba consejos. De nuestro departamento fuimos al de él, que quedaba al lado. Al llegar, él también estaba muy bien arreglado. Nos había preparado unas Margaritas para de ahí ir al restorán de su selección. Nos saludamos amablemente, el me besó suavemente, pero ya en ese beso sentí sus intenciones, un beso entre la mejilla y mis labios, yo le respondí y creo que ahí, en ese beso yo también le envié un mensaje. Todo el camino Horacio me trató de calmar. Me preguntó si aún me caía bien este señor y por qué nos había invitado a los dos si no se caían bien entre ellos. “Ya verás”, le dije, “es muy buena gente y tiene muy buena plática, es simpático solo en la junta no se dejó que le impusieran algunos puntos”. “Vamos a ver”, fue todo lo que contestó. Él también venía muy excitado y su plática y sus comentarios no eran los de siempre. Me sorprendió muchísimo ese estado en el que él también se encontraba y hasta me di cuenta de que a ratos temblaba de nervios. Entramos los tres, en el restorán nos recibieron con mucha cortesía y nos llevaron a una mesa que quedaba rodeada de plantas, hermosa, y en esquina, según parece ya la había pedido especialmente éste señor. Fue ahí en donde, por fin, me enteré del nombre de este señor, se llama Greg. Nos presentamos muy amigablemente y comenzamos a platicar de mí, nuestra acompañante de lujo, de lo bonita que era, mis atributos, mis dimensiones y todo lo más que se puede decir de una mujer hermosa, de la que está uno enamorado. Me abrazó sin pedir permiso y le contesté el abrazo con muchos besos ya húmedos, como él me los regresó enseguida. Me di cuenta de que, con mucha discreción, no me quitaba la vista de mis pechos que se asomaban cada vez más, a los lados del zíper. En un momento llevé mi mano instintivamente a mis pechos, tal vez para cubrírmelos o subir la cremallera que ya estaba casi a la altura de mi ombligo, o bajarla todavía más, pero él, sutilmente, me detuvo la mano y me la beso. Claramente escuché que me dijo “¡por favor, no!” Cada vez que Greg quería intentar ir más adelante en sus tentaleos noté que antes le apretaba un brazo a Horacio, parecía que era preguntando si tenía alguna objeción o si le daba permiso para proseguir, cosa que ya ni era necesario, sus manos ya habían iniciado su investigación por todo mi cuerpo, yo ya las veía y sentía, manoseándome por delante y por detrás, por todas partes, le faltaban muy pocos lugares de investigar sin que se dieran más cuenta los meseros, ni Horacio pudiera objetar. Llegó un momento en que Horacio, discretamente, se levantó y se retiró. Se tardó un poco y a su regreso me platicó, que uno de los meseros le dijo que se habían apropiado de su chica. Para no quedar mal, les respondió que no era suya y podía hacer lo que quisiera. Cuando no estaba Horacio presente Greg me preguntó que si tenía algún acuerdo con mi marido, no entendí bien lo que quería saber, pero le contesté que sí y sentí que se sintió todavía con más libertad. Mientras tanto Greg continuaba abrazándome libremente y pasando su mano por debajo de mi axila, me sobaba suavemente el lado del pecho y acariciaba mi pezón, causándome una ¡sensación deliciosa, explosiva, tremenda!, cosa que me puso más débil y desarmada, me derretía y ya no podía oponer resistencia a cualquier cosa que él deseara de mí, o quisiera hacer conmigo. Después de esas escenas de exagerado erotismo, tremendas, ya porno, salimos del restorán sin terminar lo que habíamos pedido de cenar, pagamos y nos dirigimos al condominio. Confieso que yo ya iba un poquito pasada de copas. Al llegar, Greg me ayudó a salir del carro, casi me cargó hasta su unidad. No peso mucho ni la distancia es muy grande, pero ya íbamos los dos que explotábamos de excitados. Yo ya iba casi desnuda, mis pechos de fuera y el vestido solo me cubría algo de los hombros. ¡Qué cosa más hermosa! Después le platique a Horacio que en esos momentos yo ya no estaba consciente de lo que hacía o lo que me sucedía y no recuerdo muy bien ni adonde me llevó Greg ni en donde me tuvo. Horacio cuenta que al entrar al departamento, de un lado queda un closet y del lado de enfrente una barra del bar, algo elevada y con bancos para sentarse y tomar la copa. Greg la sentó en la barra, cargándola, ya totalmente desnuda, solo le quedaban los pantis y, enredadas a la altura de los tobillos las piernas del jumper, enredadas en sus pies, pues para tener lo que él quería tuvo que desnudarla completamente y lo que sobraba del jumper ni lo tomó en cuenta. Ella quedaba con las piernas colgando, abiertas y su pepita directamente a su vista, accesible a todo lo que Greg deseo. Vi como comenzó a besarle las piernas, sus muslos y la abrió de piernas, le bajó los pantis y con sus dedos le abría sus labios y le metía la lengua con una avidez tremenda, ahí donde yo consideraba que solo a mí se me permitía ir y chuparle su perlita. La jalaba de sus nalgas y se la comía. La acariciaba sobándole la piel, ¡ahí en donde yo sabía que a ella le gustaba!, alrededor de su cintura y de su vientre. De mi ni se acordaron ni me tomaron en cuenta, quedé en la puerta viendo lo que debería de haber sido mío, gozando de la vista del banquete que se estaba llevando Greg de ella, excitadísimo, pero con un sentimiento de enojo, o furia. Todavía miré como él la bajaba de la barra, deslizándola sobre su pene haciéndola sentirlo en su pepita. Ella, se arrodilló y comenzó a jugar con su miembro, y ¡a lamérselo! ¡A tratárselo de meter a la boca hasta lo más profundo de su garganta! Pobrecita, se forzaba, lo sacaba y volvía a introducírselo, me di cuenta de que en la boca solo le cabía la cabeza, de lo grande que lo tenía. Él le acariciaba sus pechos, se arrodilló y comenzó a besárselos, a chupárselos y succionarlos, mientras ella continuaba jugando con su enorme pene, juntaba sus dos manos y éste era más largo que sus manos juntas, y más gordo, apenas le entraba en la boca su glande y lo más grave es que se veía que a ella le agradaba sentirla dentro. La sacaba y la volvía a meter. Se abrazaron y ya desnudos subieron la escalera a la alcoba de él, besándose. Yo ya no podía contenerme y el sentimiento de enojo era ya muy fuerte al observar que a esa mujer, que, aunque no era mi esposa aún era mía y la estuviera gozando un extraño y lo peor, ella aceptándolo y retorciéndose de placer. Me di la vuelta, salí del departamento y bajé a la playa en donde me quedé mucho tiempo sentado en unas rocas. Ya medité y me calmé y me convencí de aceptar que a ella la hiciera gozar alguien además de mí, eso era darle un regalo. No era muy importante el hecho de tener a alguien que se la cogiera, que tal vez sería una única vez, una gran oportunidad para una chica en que su pareja la deje y ayude a gozar con otro y además la oportunidad de que ella pudiera probar y sentir un miembro tan grande, algo que yo consideraba fuera de lo normal, increíble. Tardé en reaccionar y arrancarme los prejuicios y atavismos. A ella, si lo que yo deseaba era hacerla feliz, con esa aventura le daba algo, que mejor que fuera así, hasta acepté observar que Greg la tenía grande, mucho muy grande y gruesa, que probablemente le iba a dar un placer mayor que el que le pudiera dar yo, si Sonia, por su estreches, lo podía aceptar que le entrara, esa era otra cosa. Pero no era el tamaño, sino cómo la iba a tratar y hacer feliz y que recuerdo le iba a dejar. Ya iba a amanecer y Sonia no venía. De repente entró en el cuarto, muy apenada, pero feliz, se acercó a la cama, a mi lado y trató de contarme todo lo que le habían dado y a disculparse conmigo por lo que había hecho, pero se comportaba trastornada e incoherente, estaba excitada aún por la sorpresa y el gusto de lo que había experimentado. Me dijo que la tenía enorme, “¡verdaderamente enorme¡”, que al vérsela y sentirla en su boca le entró miedo de que la fuera a lastimar y que a lo mejor no podía aguantar todo eso dentro, sabiéndose ella misma que era estrecha, pero dijo que él la preparó y con sutileza y cariño le dijo que si sentía molestia o dolor, que él se detendría y así fue como se dejó y se la fue metiendo poco a poco para no lastimarla. Ya casi con todo el miembro dentro, dice que si comenzó a sentir que le golpeaba en el fondo, muy suave y muy agradable, se acomodó y le cupo algo más. A medida que bombeaba le cabía más y más, hasta llegó a sentarse en él con su pene totalmente dentro, sin dolor ni molestia y ya al terminar, “¡La tenía toditita ADENTRO!” casi al salir terminaron cogiendo como perritos y platica que hasta sintió los golpecitos de sus huevos en su ano, como dice ella, confirmándole que ya estaba todo adentro otra vez y ¡en esa posición! Lo que mejor le gustó fue el tiempo que tardó en venirse desde la primera vez y eso que dijo que no podía contenerse mucho porque ella lo había excitado tanto que estuvo por explotar casi inmediatamente. Platicó que tuvo una segunda sesión, descansaron y después él la volvió a invitar. Medio dormida él se le acercó por detrás y con caricias, se la metió entre las nalgas, pero por la pepita y ahí llegaron a un nuevo clímax después de mucho tiempo que ella tuvo para gozar el aguante de él y de tener varios orgasmos seguidos, o uno muy prolongado, se dejó venir y sintió como él empujaba para que ella sintiera más adentro su pene y que le dejara ahí su semen, que ella pedía que se lo dejara muy, muy, muy adentro, y él le trató de dar gusto. Me pidió que le diera un besito en su pepita, que la sentía lastimada y que le chupara un poquito del semen que Greg le debería de haber dejado dentro y que ella estaba segura de haber sentido sus eyaculaciones calientitas cuando él se vino, sintió como lo hizo, con mucha fuerza y cantidad, pero no quiso en ese momento que yo tuviera sexo con ella. Quería, en realidad y como ella me lo dijo después, que yo participara de su semen, que le dijera como me sabia. Yo estaba tan caliente y excitado que lo hice, le chupé su cosita, se la lamí y si saboreé los jugos que ahí se encontraban y su olor inconfundible, pero el semen no lo sentí. Me di cuenta como ella se decepcionó cuando le aseguré que no sentía nada, insistió en que checara bien. Le introduje los dedos, pero solo encontré sus babitas habituales. Nos quedamos dormidos hasta tarde, al despertar ella fue directo al baño y me confesó que había ido a ver si le había dejado algo de semen, pero no le salió nada en ese momento. Nos arreglamos y desayunamos juntos los tres. Solo se habló del amor que ambos sentían el uno por el otro, que él se había enamorado de ella, que no me la quería quitar pero que anhelaban de que yo los sintiera para que formáramos entre los tres una unidad de amor, un trio perdurable en que yo participara con ellos. Ella se sentía segura del amor que yo le tenía y el cariño que le mostré aceptando con amor lo sucedido la noche anterior, pero con él tendría que pasar más tiempo y conocerlo. Sin embargo, ella estaba ya muy enamorada de él y sentía un conflicto porque también de mí se sentía muy enamorada. Estábamos platicando en el desayunador cuando repentinamente Sonia fue al tocador y después de un rato me pidió que fuera. Temí algo grave, pero era solo para que le confirmara que sí le había dejado semen dentro, lo palpe y si lo sentí como tal, además de su olor característico. Greg se acercó y Sonia lo llamó a que entrara y participara de su felicidad pues se encontró que sí tenía semen de él dentro y le confeso que ella había creído que no había sido capaz de haberle dado el placer de que se viniera dentro de ella. “¡Cómo crees, mi chiquita!”, le dijo, “¡estoy seguro de que en todo el tiempo fueron hasta tres eyaculaciones las que tuve dentro de ti, me vine rico! ¡No te imaginas que explosiones fueron, maravillosas, increíbles, con ninguna otra chica lo sentí en mi vida como contigo! ¡Eres maravillosa y sabes manejar tu vulva muy bien, no sabía que ustedes pueden hacer movimientos succionando, o lo que más me sorprendió fue el cómo me lo abrazaba tu interior!”. Todos reímos de gusto y mi explicación fue que como decía ella que él la tenía tan larga, el semen se lo depositó muy dentro y solo le tardó en bajar. Ya Greg solo intentó disculparse por no haberse preparado y usado un condón. Sonia le contestó muy fuerte y seria y le dijo que nunca se hubiera dejado si él hubiera tratado de usar condón con ella, su cuerpo lo daba por amor. Se aseó ligeramente y nos pidió que nos acostáramos los dos con ella y la usáramos con mucho cariño y le dejáramos, dentro, semen de los dos. Nos turnamos en realidad Greg me guio para que yo fuera el primero, él deseaba verla haciendo el amor conmigo. Le levanté una pierna buscando la posibilidad de un mayor acercamiento y más alcance profundo de mi pequeño miembro. Greg aprovechó, le detuvo la pierna y se la besaba y le acariciaba las nalgas y le llegó a lamer su ano. Después de un rato en que gozamos de las acciones del trio, la coloqué de lado, con una pierna levantada y por lo excitado, en poco tiempo me vacié como acordamos, dentro de ella, Me esforcé lo más que pude para depositárselo muy dentro, mientras él continuaba comiéndosela por todas partes. Después ya le tocó a Greg, que lentamente, desesperando a los acompañantes, despacito se la fue dejando ir no sin antes tallarle sus labios y su clítoris con la cabezota de su pene, que la puso tan excitada que hasta pedía en voz alta, que se la metiéramos los dos juntos. Claro, yo también me volví a excitar y de nuevo quería volver con ella. Pero ella ya estaba sobre de él, con todo ese miembro dentro, como cabalgando y se empujaba para que le entrara más, se veía tan excitada, alocada, inconsciente, lo jalaba, le clavaba las uñas, pero él también la jalaba de sus nalgas, se las apretaba, verdaderamente me sorprendí de lo bien que su pepita lo aceptó, solo observaba como le iba entrando, como le iba dando cabida su vagina y sus labios color de rosa se ajustaban a lo ancho de su pene, se abrían suavemente y cómo lo abrazaban cada vez que se lo sacaba y se cerraban y volvía a meter en todo lo largo, bien despacio, a propósito repetía el sacárselo totalmente y lo volvía a meter todo. Yo la sobaba y chupaba, me comía su ano, me di cuenta de que cuando ella sentía mi lengua al rozárselo, le venían suaves contracciones que repercutían en él lo que dice le provocó que se viniera en muy poco tiempo y con mucha fuerza dejándole dentro más de su semen junto con el mío. Habíamos cumplido con placer. Hasta ese momento no nos habíamos puesto a considerar que ella estaba en sus días más fértiles y podría haber quedado embarazada, platicamos largamente del tema y decidimos que si así sucediera, como no sabría de quien iba a ser el bebe que naciera, yo, con piel morena, él muy blanco y ella casi blanca. Pero hicimos un trato, fuera de quien fuera el bebé, éste viviría con ella y conmigo, él aparecería como el tío querido y se le visitaría con la mayor frecuencia posible. Este último hecho cerró el trato y desde ese día en adelante siguieron muchas visitas y creció el gran amor que hasta la fecha nos tenemos y cada vez que hay una oportunidad nos vemos. ¡Ah, pero eso sí, en esos días en que nos reunimos, ella deberá de estar en sus días de mayor fertilidad! Esto lo hemos llevado a la práctica ya varios años y ya tenemos una hijita morenita, pero con el carácter de su gran tío que adora. Sin embargo, seguimos buscando esperanzados al blanquito. A lo mejor solo es el pretexto para que ella pueda tener la oportunidad de gozar a los dos, de él con el pene que una vez mencionó, de 8, o más pulgadas, pero gordo, con muy largo aguante, y yo con uno normal, pero la pasamos requete bien, y ella mejor. Ya en privado, Sonia me confesó que lo que afirmaba Greg, que dentro de ella le había succionado su pene, en alguna ocasión, en el gimnasio le mencionaron que con movimientos de la vagina y útero sí podían lograr un efecto de succionar el pene dentro, pero que ella nunca lo puso en práctica, ni aprendió hacerlo, lo que sintió Greg fueron los movimientos que ella hacía de su vulva y probablemente también con su útero, más al fondo, acomodándose para que el pene le cupiera más dentro y pudiera ella sentir más sin molestias. Recuerda que en ese momento ella cerró los ojos y se dejó llevar por un orgasmo como en olas que se movían, sus órganos internos se lo ofrecían. Sobre su vientre, al tocarse, encimita y a la altura de la venus, al sobarse con la mano, sentía los movimientos del pene dentro de sí, sentía como éste subía y bajaba, como se notaba en su barriga, desde fuera, la presencia del enorme pene que estaba dentro de su vientre. Una gran experiencia y una gran mujer. Tiempo después y ya en horas en la intimidad le pregunté si aquel día Greg le había hecho una invitación, o insinuación para estar con ella. Me contó que de lo poco que hablaron ningún tipo de acercamiento se mencionó, que solo le cayó bien y le gustó platicar con él. El acercamiento fue totalmente casual, al azar, ella nunca se imaginó como era físicamente ni la sorpresa que se iba a llevar al verlo tan largo y grande, ni siquiera si se le notaba en el pantalón o en el traje de baño. Fue mucha suerte haberlo encontrado. Cuenta que cuando estuvieron acariciándose en el restaurante ella lo sentía que era grande, pero nunca pensó en el tamaño real, ni tuvo tiempo ni estuvo consiente para evaluarlo. Cuando estuvo de rodillas frente a él en su departamento, fue cuando comenzó a darse cuenta, cuando se lo trató de meter en la boca todo fue cuando pensó si eso le fuera a caber por su vagina, si sus labios de la vagina se irían a estirar sin lastimarla pero que solo pensó en el que sí le tenía que caber, que se lo tenía que meter ella, toditito, hasta adentro, era un desafío que ella ansiaba ver cumplido. La sorpresa y el modo de como acomodarse para hacerle espacio dentro la hizo olvidar un poco el pensar en las nuevas sensaciones que estaba recibiendo, pero eso hizo que el primer orgasmo que sintió lo sintió larguísimo y, recuerda que olvidó todo, sintió que flotaba sobre algodones durante todo el tiempo hasta que él llegó a su máximo y sintió claramente como se vaciaba dentro de ella, la jaloneaba de su trasero y empujaba muy fuerte bombeando dentro de su vulva, o probablemente hasta su matriz. Esa sensación es la que nunca olvidará, ni el sentir el momento de recibir en su interior, una eyaculación de una persona extraña. El sentir la eyaculación dentro de sí es como sentir he logrado complacer y complacerme y ver o sentir el semen es como confirmarlo. Cuando escurre entre las piernas, al salirse es realmente cuando siente uno un cosquilleo y ansias de embarrárselo por todas partes y hasta lamerlo y saborearlo. En ese momento, también se desea quedar embarazada. Esta vez no iba a ser posible, ella iba protegida, ya habíamos planeado un embarazo, pero cuando nos casáramos, próximamente.

Autor: SUSAN Categoría: Erotismo y Amor

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El ultimo de la fiesta

2019-09-02


Mi amiga y su esposo gusta de las fiestas en casa y yo era un invitado de ellos en cada fiesta. Decidieron hacer una fiesta en un club al cual rentaron porque eran muchos invitado. La verdad que llegaron muchos invitados y no era posible que todos cupieran en la casa de los anfitriones. Mayra, como siempre, lucia de lo mas bella. Yo a veces le guiñaba un ojo. Comence a bailar con una chica y Mayra me miraba de reojo y senti que se reia contra su voluntad. Sergio, el esposo de Mayra se acercaba a mi para decirme que la fiesta estaba buenisima..yo le secundaba. Al entrar poco a poco mas de la noche. Yo seguia bailando con la misma chica. mayra, aprovecho el momento en que me encontraba solo cuando mi compañera de baile se encontraba en el baño y me decia Mayra que dejara de bailar con la chica..pregunte cual era la razon y me amenazo "Quiero que no bailes mas con ella y punto". Mayra daba la vuelta y me dejaba apendejado. Sergio estaba pasado de copas y decidi dejar de bailar con la chica. La fiesta termino y todos los invitados se marcharon quedando Mayra y yo. Sergio se habia ido a dormir al carro de la gran borrachera que tenia encima de él. Mayra tenia que dejar limpio el salon y ella me decia que le hiciera compañia hasta que dejara limpio el salon de baile. No tenia otra alternativa y me puse ayudarle a Mayra. En la cocina del salon. Teniamos casi todo por terminar el aseo completo del salon y ella apagaba la luz de la cocina que ya estaba limpia y quedamos en oscuridad y pegamos nuestros cuerpos "Cuidado!" decia Mayra "Que la oscuridad insita hacer cosas" me volvia decir ella a mi. "No me digas que tu tienes miedo Mayra" y ella me contestaba "Miedo yo?. quien tiene miedo eres tu amigo". Sus palabras le salian muy calientes de su boca y yo le decia "No quiero ser atrevido contigo Mayra" ella continuaba y decia "¿Y que harias de mi con tu atrevimiento?...¿Metermela?...si es asi, eso no tiene nada de malo". Mayra termino de decir eso y yo le besaba de manera agresiva. Mayra de dejaba besar y me respondia abrazandome con sus dos brazos..separo su boca de mi boca y me decia "Metemela". la lleve a ella contra la pared, le subia su vestido para alcanzar su panti y se lo bajaba hastadespojarlo de ella. Los dos de pie inicamos a copular. Me saque la berga y ella me decia que me apresurara mientras ella abria sus piernas. Busque su raja que por cierto estaba muy mojada que ayudo de lubricacion y la penetre para consumir lo que se convirtio en un polvaso salvaje. Los dos terminamos a un mismo tiempo. Estuvimos trabados despues de habernos corrido y nos besabamos y despues le sacaba mi berga y ella me decia "Como me gustaria que nunca te destrabaras de mi". Terminamos de limpiar el salon y ella se marchaba en su auto con Sergio y yo en el mio. Mayra y Sergio son nombres ficticios.

Autor: Anónimo Categoría: Erotismo y Amor

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Aclaro su incomodidad.

2019-08-28


Para entonces mi amigo de infancia tenia varios años de casados con Fanny una chica que conocio en la ciudad. Los dos Fanny y él me recibian en su apartamento como si fuera uno de sus familiares. Mi novia se habia mudado a la ciudad primero que yo y habia hecho contacto con ella. Mi novia y yo lo habiamos planeado todo para reencontrarnos aqui en la ciudad para en un futuro hacer vida marital entre los dos. Con respecto al dormitorio que habia rentado, mi amigo me daba permiso para traer a mi novia a mi dormitorio los fines de semanas si asi yo lo quisiera. Acepte, pero le preguntaba si Fanny tambien estaba de acuerdo con él y él me contesto que si, que lo habia consultado con ella. Con duda, le pregunte a Fanny y ella me decia en tono ameno "Claro que puedes traerla aqui". Un viernes mi novia y yo llegamos al apartamento de mi amigo y todo estaba sobrentendido. Fanny y mi amigo conocian a mi novia de lo mas normal. Por educacion platicamos por un rato en la sala y tomamos un par de cervezas hasta que llego el momento de irnos al dormitorio. Nos dimos una ducha en separado tiempo por respeto a mi amigo y señora. Una vez los dos duchados sin esperar tiempo haciamos el amor por primera vez en la ciudad como nuevo ciudadanos nuevos en la ciudad. La pasamos de maravillas como una noche inolvidable. Mi novia gime fuerte cuando esta en accion conmigo y a veces tenia que cubrir su boca para que sus gemidos fuertes no fueran ecuchados por Fanny y su espooso (mi amigo). Al dia siguiente (Sabado)y por la mañana tomabamos cafe los cuatro, pero habia miradas tipo morbo en Fanny y a veces su esposo, pero ella (Fanny) era mas. En un momento Fanny decia asi "Hummm! Preguntaba asi "Y la pasaron bien anoche los dos?". Yo le conteste que si...que la habiamos pasado de lo mas bien. Fanny y su esposo se miraron las caras y se echaron a reir. Todo bien y por seis meses de continuidad y sin problemas alguno, yo habia notado un cambio en Fanny y con valor ella me preguntaba "Parece que tu amiga la pasa bien contigo ¿Que le haces a ella?." No pude contestar y me decia "No me lo digas ahora, pero dimelo en otra ocasion que es lo que haces que la haces gemir tanto a ella".Una mañana yo no iba al trabajo por unas diligencias pendientes para hacer y me levante por la mañana y me daba una ducha. Sali de la ducha y me quedaba en mis boxer, pero sin ropa interior. Tome una taza de cafe y me fui al sofa con mi taza de cafe en mi mano para ver las noticias en la television. Una vez yo sentado en el sofa, Fanny pasaba frente a mi saliendo de su dormitorio y se metia a la ducha. Yo miraba las noticias de la television y con mi taza de cafe en mano. Mire a Fanny que salia de la ducha y con una bata abierta hasta arriba donde yo miraba sus desnudas piernas y se detuvo frente a mi y me decia "Estamos los dos solos" al mismo tiempo me enseñaba su panocha que ella se tocaba y sacaba sus dedos llenos de mucha lubricación y me decia "Mira como me has tenido por la veces que tu novia y tu cogen ahi dentro de ese cuarto". Ella jugaba con los dedos y su lubricasion y se me venia encima al mismo tiempo que abria las piernas para sentarse en mi. Con agilidad ella metia su mano dentro de mi boxer y tomaba mi pene que por cierto lo tenia duro porque eso sucede cada mañana y al tomarlo me decia "Uy! que a proposito esta todo esto, lo tienes duro asi como a mi me gusta". Me saco el pene de mi boxer y yo le decia " Mi cafe Fanny, se me cae". ELla me decia "Haber dame esa taza para aca para ponerla a un lado". Fanny, tomaba la taza y la retiraba de nosotros y sentia como ella se metia mi pene en su panocha hasta que hubo una penetracion profunda en ella. Segura de que estaba bien clavada, me abrazaba como si yo fuera una almohada y quede preso en su abrazo para despues ella comenzar a moverse y me decia "No te muevas si quieres que yo lo hago todo". Sorprendido yo, me daba cuenta lo bien que se movia Fanny y comence a repsonderle conra mi voluntad porque me deje llevar del placer. Nunca cambiamos posicion y todo sucedio ahi en esa posicion como comenzo todo hasta que nos corrimos (acabamos, nos venimos los dos al mismo tiempo). Ella despues de correrse caia desplomada en mi cuerpo y me decia "Ves que ya paso todo. Ahora he sido tuya asi como tu fuistes mio". Fanny, se levanto y podia ver sus piernas chorreadas de semen que salian de su panocha y me decia "Aqui no ha pasado nada y me gustaria volver intentarlo otra vez" Yo le miraba su panocha toda llena de mucha lubricasion y sin poder decir nada. Fanny, mas calmada se regresaba a la ducha y despues me duchaba para irme a mis diligencias, pero estaba fuera de la tangente. Poco a poco Fanny me pedia que no me casara con mi novia y eso no me gusto que termine mudandome a otro lado. Los invite a mi casamiento y solo mi amigo llego y me decia que Fanny de la nada ella se habia enfermado y no podia asistir a mi casamiento. Fanny me llamo al celular y me decia "Casate, pero no te olvides que siempre estare esperando por ti acualquier hora que lo quieras, preciso aqui estoy sentada en el sofa donde fui tuya...lo recuerdas?. Dilo que lo recuerdas y te puedes marchar, pero dilo". Yo le conteste que si lo recordaba y fue cuando ella me decia "Vete que ella esta esperando por ti". y la llamada terminaba.

Autor: Anónimo Categoría: Erotismo y Amor

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Y... que hago?

2019-08-27


Eugenia me confeso su vida desastrosa que lleva con su esposo al cual ella quiere mucho con toda pasión. Abrodamos el tema de la intimidad y ella se destapo en decirme que ella con él era una puta en la cama. Me dejo sorprendido al decirme tanto asi. Me conto que su marido la cogia, pero que era como un gallo (polvo rapido). No hay romance, palabras de amor y sobre todo me quedo con unas ganas de seguir cogiendo mas. Me siento usada. Terminaba de decir Eugenia con preocupacion y tristeza. ¿Que hago amigo? me pregunto ella. El esposo de Eugenia es muy conservativo y ella muy saleroza, inteligente para hacer caer al cualquier hombre. Eugenia tomando en serio mi personalidad de buen consejero me invito a su casa para darme una demostracion de lo que ella es cuando esta a solas en su casa con su marido. El esposo de Eugenia salio de la casa para visitar a un pariente cercano que vivia a dos horas de camino. Llegue a la casa de Eugenia y ella abria su puerta de su casa donde ella se encontraba vestida solo en calzon y una camiseta sport puesta. De una vez mi cuerpo reaccionaba y mi berga se comenzo a inchar "Pase" Me decia ella y yo entre a su casa y ella cerraba la puerta de su casa. Ella continuaba actuando tan normal como si estuviera su consejero profesional ante ella. Me decia que la siguiera y ella caminaba adelante de mi y yo aprovechaba ver su culo cuando llegamos a la cocina "Cafe o jugo de naranaja?" me preguntaba ella y decidi por un cafe. De una vez ella comenzo a decirme de su problema con su marido y me decia "Y asi es que comporto con mi marido..insinuante al sexo y esta ropa muy sexy" Yo la mire a ella de pie a cabeza y le decia "Si asi es como usted se comporta con su marido...usted hace su trabajo muy bien". Nos trasladamos a la sala con el cafe y ahi nos acomodamos en la mesa del comedor "No sé que mas quiere mi marido de mi..¿Que hago?". Eugenia mira el sofa y corre hacia el mueble y cae boca abajo en muestra de demostracion y me dice "Hago esto para animarle a que me haga el amor y a veces resulta cuando levanto hacia arriba mi nalgas, pero como le dije anteriormente él es un polvo de gallito..precoz y se corre (acaba) rapido en mi..Le aseguro que a cualquier hombre que yo le haga esto..lo pondria loco. Mi berga ya estaba dura, dura de toda esa demostracion y me entraron ganas de cogerla, pero para eso yo tenia que ser muy astuto si queria yo llegar a cogermela y le prergunte si ella podia moverse cuando esta cogiendo con su marido....ella penso para contestarme y me contestaba entre medio de dudas "Yo creo que me muevo bien". Tome mi tiempo y yo contestaba "Habemos hombres que no nos gusta el movimiento de cinturas de mujeres porque a veces no tienen tiempo y se mueven a distiempos...ella prestaba mucha atencion a lo que yo le decia y despues le preguntaba si sabia mamar berga y al igual me decia que ella creia que mamaba bien. Le decia a ella que a mi me gustaria decirle mas de ese tema, pero si ella me lo permitiese. Quedo pensativa y me decia "Bueno si es para bien, continue". Yo le decia a ella "Para eso yo tengo que enseñarle mi miembro". Eugenia se ponia mas seria y miraba la cremallera de mi jeans y al ver su cara de preocupacion le decia a ella "Esto es si usted quiere y no se sienta forzada hacerlo". Ella me daba su visto bueno de que si....que lo hiciera. Me acomode en la silla extirando mis piernas y poco a poco para poner mas excitacion escenico tome el zipper de la cremallera y lo bajaba, meti mi mano dentro de mi pantalon y agarre mi berga que con todo cuidado me la sacaba y la exponia ante la mirada de Eugenia. Sé que Eugenia no esperaba que esto llegara mas alla de los limetes, pero yo tampoco lo creia tambien. No queria que nada se enfriara de lo que ocurria y le decia a Eugenia Que me mamara la berga para yo poder dar el punto bueno de que ella era una buena mamadora. Eugenia me miro y la vi que estaba media confundida "Esto es si tu quiere Eugenia, de lo contrario lo dejamos aqui y seguimos hablando otro dia". Eugenia, se levanto para ir a la puerta de la casa y asegurara que esta estuvier estar bien cerrada y se fue directo a donde mi y me abria mis piernas y se incaba. Recogia su pelo hacia atras y abria su boquita para comenzar a chuparme la punta de mi pija. Poco a poco ella se metia toda mi berga dentro de su boca dejandome claro de que maba muy bien. Comenzamos a enredarnos en los hilos del goce y le pedia que nos pasaramos al sofa y ella sugirio que mejor a su cama matrimonial para sr mas emocionante. Mientras me mamaba mi berga me decia refiriendodse a su esposo "Hummm mi esposo ya se hubiera corrido con esta mamada". En la cama matrimonial de ella decidi mamar su concha y la extremecia con mucho placer y me dijo ella "Metemela". Le mamae sus tetas y abria bien sus piernas con mis piernas y colocaba la punta de mi berga en su concha apartando un poco de pelos de concha y penetre en ella que le hice retorcer su cuerpo de mucho placer. Eugenia se tragaba mi berga y la vomitaba en entrar y salir y me decia "Yo pense que todos los hombres eran asi como mi marido...polvo de gallo". Eugenia se la gozaba hasta que llego el momento de su corrida y me decia ella "Ahi va, ahi va...es toda tuya" Eugenia se convulsionava co tremendo orgasmo hasta que su cuerpo quedo inerte. Me miro y se puso a reir y me decia "Y tu que?...No te vas a correr?" Yo le conteste "Hoy me toca a mi gozarte como es debido". La goce pidiendole posiciones de sexo y ella me complacia con toda buena voluntad. Hasta que llegamos a la ultima posicion en cuatro patas y ahi me corria yo en Eugenia. Mi calificacion sobre ella era excelente y mamaba bien y se movia sabroso.

Autor: Anónimo Categoría: Erotismo y Amor

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