Aaba de sonar el timbre. Mi corazón late más rápido. Me paro frente al espejo, me acomodo la falda y me dirijo a la entrada, mi marido sentado en el sofá, con una sonrisa pícara, me dice, por fin llego ese día.
Sí amor. Gracias por tu apoyo, te amo más.
Quiero aclarar y ofrecerles disculpas si hago mal, pero, para este relato, que considero el más importante en mi vida, el deber de pedirle a mi marido, que me ayude a relatarlo, ya que, por consideración, creo, que, como hombre, podrá dar mejor objetividad al mismo que si yo lo relato.
Puedo tratar de expresar lo que un hombre siente, pero, es mejor que él lo haga, pues es más exacto lo que como hombre sienten, de igual forma, lo que una de mujer siente, bueno, al menos, tenemos mejor idea de expresarlo, aunque a la realidad, nos dificulte el expresar nuestros sentimientos, no por ser tontas, no, sino porque es tan sustancial nuestro sentir, que difícilmente se puede expresar al 100%. ¿Me explico? Espero que sí. Por ello, le pedí a mi esposo redactara lo que a él le concierne, como él lo vivió, y así, yo complemento el resto.
Aclarado lo anterior, inicio.
La verdad, no es que fuera la primera vez, ya muchas veces he cogido con amigos del trabajo, compañeros de escuela y una que otra vez con dos o tres al mismo tiempo, pero mi deseo era, es, con el permiso y apoyo de mi marido.
Por eso, lo emocionante y caliente era, que sería la primera vez con mi marido, sobre todo, después de haber tenido unos meses muy ...
... difíciles, desde que me vio como llegué de la fiesta de fin de año de la escuela donde doy clases, bueno, una, ya que doy clases en dos escuelas.
Les platico.
Lo he platicado con algunas amigas y conocidas, y la mayoría, coinciden que desearían tener sexo con varios hombres, sentir, en pocas palabras, una vera en el culo, y otra en la vagina, y claro, mamando otra.
Yo no me podía quejar, eso ya lo había vivido y sentido y disfrutado. Es lo más rico del mundo, ¿se imaginan? Si, con una verga se disfruta, ¿ahora con dos o tres?
Anden hombres, escríbanme más. Por cada 7 opiniones y comentarios de mujeres tengo uno de hombres.
Bueno, espero ahora sí, enfocarme en el tema. Disculpen.
Estoy en el baño, secándome para salir y ponerme la ropa que he escogido. Pero escucho que suena el timbre, unos segundos después escucho a mi esposo que me dice.
Ya llegó tu galán.
¿A poco?
¿Quién más podría ser? Escuché que me aclaró.
Ya me dirigí a la recámara y escuché que me dijo. Sí, es él, voy a abrirle.
Seguimos el plan.
Bien, dijo. Voy a pasarlo.
Desnuda, secándome, me asomé a la ventana y pude verlo que bajaba las escaleras, mi corazón latía rápido, y mi panocha sentía un cosquilleo que era fuera de lo normal.
Me puse la pantaleta, mi blusa, sin brasier, y mis zapatillas rojas de cintas, tipo huarache. Él le estaba señalando algo, y Ruperto, veía lo que mi marido le indicaba.
Me pareció guapísimo, claro, les recuerdo que desde siempre, el físico para ...... mí era muy alejado. Al compararlo con mi marido, el mediría más o menos, 1.85 m, del tipo de Benito Juárez, el físico era lo de menos, ya que desde chica, disfrutaba mucho la verga, más aún por comentarios de algunos conocidos, el físico, era lo último, lo más deseable e importante era la verga, y sí, al tenerla en mi mano, o en mi boca, (ya les platicaré las experiencias), las disfrutaba tanto, que me importaba poco si, yo con 10 años, y él con 40, o yo, con mi cuerpo bien formado, y él panzón, dejaba de sentir un inmenso placer cuando me metían la verga. Claro, si el fulano es guapo, pues mi placer es mayor, pero a veces esos me dan menos que los otros.
Entran a la casa, yo, apenas me he puesto mi ropa. Pero a tiempo, ya que aun pueden platicar otras cosas.
Por favor hombres, díganme, que han sentido, les recuerdo que mi objetivo, de redactarles mis vivencias, no es nada más el que yo viví, sino también ayudarles con sus parejas a mejorar su relación.
Así aprovecho mandarle saludos a Gabriel, que me platicó su vivir y ayudé a mejorar.
Bien
Escucho que entra mi marido a la sala y le dice a Ruperto, el albañil, toma asiento, dame los precios de lo que cobras.
Sí, claro, aplanado, 45.00 el m, cadena, 50, etc. prosiguió.
Cuando mi marido terminó, escuché que dijo.
Bien Ruperto, Ya viste lo que hay que hacer, por eso tengo que anotar lo que podrás cobrar por tramo o metro…
Después de unos 5 ...
... minutos, escuché que dijo. Perfecto, así queda la cantidad.
Mira Ruperto.
El que te haya pedido lo que cobras es por una razón muy importante.
Es que… mira… Es difícil decírtelo, pero espero me comprendas.
Si, dime, trataré de comprenderte mientras estés echo bolas como ahorita. Jajajaj
Bueno, dijo mi marido.
Este… Lucerito, ven.
Si amor, ahí voy
Mira. El es Ruperto, quien será el que haga los arreglos.
Bueno, dije, si acepta.
Sí claro, dije con una sonrisa de pendejo, o al menos eso sentía.
Me acerqué a Ruperto, él se paró, caray, el de 1.90, yo de 1.49, me imaginé de inmediato la verga de él. Mi corazón empezó a latir mas rápido y mi vagina sintió un cosquillo muy grande.
Hola, dije. Y estirando el brazo, tomé su mano y lo saludé. Mi saludo fue más tardío que lo normal, mi corazón latió rápido y mi vagina se encogió.
Este…este…
Bueno Rupert, como puedes ver, mi mujer tiene una forma muy peculiar de vestir, y de ser.
Por eso, te quiero comentar que de aceptar el trabajo, tu ingreso será, un 20 % que yo te pagaré semanalmente proporción y el resto, será como sea necesario.
Me acerqué a mi marido. Vestía una falda blanca que me cubría hasta unos 10 cm debajo de mi pubis. Mi blusa blanca, sin bracier ni nada abajo, mis pechos de un tamaño de un limón esperaban que los chuparan con ganas. Estaba muy caliente.
Bueno. Tuve que esperar.
Cunado entré a a sala, mi marido…