🔥Relato Erótico de BDSM: El nuevo perro ❌Sin Censura❌

¡PRUEBA LA NUEVA WEB: EROTISMOSINTABÚ!


VER CONTENIDO PROHIBIDO



Fecha: 2019-11-06


El nuevo perro


Autor: siervamadura

Categoría: BDSM

Una mañana, estaba durmiendo en un nuevo cuarto que me habían preparado. Era una muy pequeña habitación con tan sólo un colchón en el suelo y un cubo en un rincón para mis necesidades. Una cadena larga estaba unida a una argolla de la pared y el otro extremo, a mi collar. Podía moverme pero no me permitía salir del cuarto. Además, habían desmontado la puerta, con lo que cualquiera que pasara me podía ver tumbado desnudo y con el culo vuelto a la puerta. Me desperté al notar unas sacudidas. Abrí los ojos y vi que la gorda estaba pisandome los riñones. Desde mi posición a nivel el suelo, podía verla desde abajo, con todas sus carnes colgando encima de mia. Soltó la cadena de la pared y estiró de ella. “Vamos, que Madex, (era el nombre real de mi Amo) quiere verte “. Me puse a cuatro patas, y fui detrás de ella. Me sacó al porche, vi que Madex estaba desayunando, le lamí los pies y puse mi cabeza en su rodilla. Me acarició y preguntó si tenía hambre. Le contesté con dos ladridos cortos asintiendo. Ella, me dejó en el suelo un recipiente con comida y otro con leche. Me incliné para comer con la boca, y al levantar el culo, le preguntó porque no llevaba el rabo. Ella dijo que se le había olvidado. Entonces, él pasó un dedo por las argollas que le colgaban de los labios del coño y estiró con fuerza, retorciendolos. Eran muy grandes y estaban muy dilatados. Se retorció de dolor mientras le decía “ la quiero siempre, con el rabo metido. Para dormir se lo sacas y al despertarse se lo metes. Luego te daré la forma que no se te olvide. Ahora, ofrece el culo que tengo algo nuevo para ti.” Ella se puso en el culo ofrecido y él sacó de una bolsa, algo de color rosa que me enseño. Era un rabo de cerdo con una bola hinchable. La metió y dejó fuera una pequeña pera con la que fue inflando la bola, hasta que ella se quejó. “siempre puesto y sólo yo o quien diga, te la puede quitar”. Parecía una cerda de verdad, con el rabo de cerdo saliendo del culo, y su enorme barriga y culo. Yo había terminado de comer y me llamó haciendo señal que le presentará el culo. Cogió mi rabo que lo tenía en la mesa y me lo metió no sin dificultad. Cuando estuvo dentro, dio unos tirones para asegurarse que no lo expulsaría. Satisfecho, se levantó y me dio unas palmadas en el culo. En ese momento, sonó un claxon en la puerta de entrada. “Ya están aquí “ dijo. Accionó el mando a distancia, entró un monovolumen del que se bajó el amigo de Madex que conocimos en la playa. Tenía buena planta. Con pantalones cortos de cuero, botas negras, y una camiseta de tirantes también negra. Se lo veía fuerte y musculado, aunque no tanto como mi Dueño. Abrió el portón trasero, e hizo bajar a un chico joven, que se puso a cuatro patas. Le enganchó una cadena al collar y vinieron hacia nosotros. Mi Dueño, fue a su encuentro, y se saludaron contentos, dándose un abrazo y vi que un beso en la boca. Hacían buena pareja, mi Dueño, más grande y con más carnes y peludo, llevaba una pantaloneta y algo de barriga, le asomaba. El otro más pequeño, pero más mosculado y muy moreno. Cómo estaban hablando, me acerqué a él moviendo el rabo contento y lamí sus pies. La cerda, hizo lo mismo pero no demostraba mucho entusiasmo. Cómo si recelara algo. Él se agachó a acariciarme y darme palmadas en lomo y culo. “tu perra está contenta de verme, mira cómo mueve el rabo”. A la cerda, no le hizo caso, pero le vio el rabo y se agachó a verlo bien. Dando unos tirones y comprobando que lo tenía bien incrustado. “Asi si que parece una auténtica cerda” comentó. Mientras, yo me acerqué al chico y le estuve oliendo todo el cuerpo, le oli el culo y le di unos lametones en el agujero. Bajé por su vientre, y vi que los huevos y el pene, estaban encerrados en una especie de jaula metálica que se los comprimía. Tenía un cuerpo espectacular, sin nada de grasa y piel morena. Y llevaba un bozal. Entonces, el amigo le alargó la cadena a mi Dueño. “ Bien, aquí tienes tu nuevo perro como te prometí” . Al oír eso, levanté la cabeza alarmado. Madex, me acarició la cabeza “ no te preocupes, seguirás siendo mi perra favorita”. Mi Dueño, lo atrajo tirando de la cadena y estuvo un rato, acariciándolo y palpandole todo. Se volvió a su amigo “ porqué lo tienes en castidad ? parece que está bien dotado”. “ Es muy caliente y siempre está excitado. Se masturba continuamente, incluso restregándose en mi pierna. Hay días, que para calmarlo, lo masturbo hasta seis veces y siempre suelta una gran cantidad de semen. Así que opté por ese sistema. Ya te dije, que era un buen semental. Y le pongo bozal, porque cuando está muy excitado, tira a morder ” “Bien, vamos dentro y lo examinaré con detalle”. Nos llevaron al salón y ellos se sentaron el sofá, delante de la mesa baja, donde yo mismo fui examinado el primer día. Lo pusieron encima de la mesa, con las cuatro patas bien separadas. “ ¿Hoy no se ha corrido todavía? Le preguntó. “ Si, esta mañana lo he ordeñado dos veces, para que estuviera más tranquilo”. Madex, llamó a la cerda y retorciendole un pezón, le dijo que se pusiera en pie, se lavara y prepara cena para dos y que la sirviera en el porche. Y volviéndose a su amigo le dijo “si no tienes prisa, te quedas a cenar y tenemos toda la noche para nosotros” “ Buena idea, tendremos tiempo para jugar con los a****les”. “De acuerdo, pues. Quítale la castidad y podré comprobar mejor sus genitales” contestó Madex. Le pasó las manos por el lomo y las patas. “Veo que lo tienes perfectamente depilado y la cabeza al cero. Eso me gusta, tiene un cuerpo perfecto y es jovencito. Quítale el bozal, quiero verle el hocico”. “ Espera que voy a por mí maletín” dijo el amigo y se levantó para ir al coche. Madex, me cogió la cabeza y la puso en su muslo mientras me acariciaba. “ Te gusta el perro? Creo que lo voy a comprar y así tendrás un compañero de juego. Y no te preocupes, no te voy a tirar a la calle, ni te voy a vender. Serás mi perra siempre.” Y levantándome la cara, me besó en la boca. Regresó su amigo con un maletín que parecía de cirujano. Ya lo conocía de otro día. Lo dejó en la mesa y sacó un abrebocas metálico. Se lo dio a Madex y éste, con una mano, cerró las narices el perro apretando fuerte y con la otra, le quitó el bozal. Cuando abrió la boca, le metió el aparato, y rodó la tuerca, dejando la boca abierta y sin posibilidad de morder. “ veamos el hocico”. Y metió dos dedos repasando sin mucho cuidado los dientes. El amigo, sacó el maletín una pinzas largas y aplanadas en los extremos. Le pinzo la punta de la lengua, y estirando la sacó de la boca todo lo larga que era. Madex, decía, “ buena lengua, color rosado muy sana y larga para lamer muy bien. Estirarla un poco más”. Entonces, metió los dedos hasta el fondo “ Profunda para tragar pollas grandes. A ver si le llego a la campanilla. Si ya la tengo.” En ese momento, el perro empezó a toser y atragantase, soltando muchas babas. Pero mi Dueño, no se ablandó y siguió con su exploración en lo más profundo del hocico. En ese momento, la mesa estaba llena de babas y mocos que le resbalaban por la cara. Al terminar, le cerró un poco el aparato. “Así descansa y no puede morder” dijo a su amigo dándole las pinzas. “ Sigamos”. Le cogió de los hijares y le dio vuelta, poniendo el culo ante su cara. Metió la mano entre los muslos, y cogiendo los testículos, los estiró y palpó localizandolos testículos y manoseándolo y apretando un poco, comprobó que estaban correctos. El perro gemía un poco. Desde mi posición, en el suelo, al lado de mi Dueño, podía verlo todo y vi que estaba empalmado. La polla, la tenía muy larga aunque no era gorda, y le goteaba. Seguro que a quien montara, le llegaba al fondo del recto. De nuevo Madex, lo cambió de posición, poniéndolo de lado. Le puso una mano bajo el vientre, y cogió la polla. Se volvió a su amigo “Ya está empalmado” “Ya te lo dije” señaló el otro. Madex, con dos dedos, le cogió el capullo y con la otra mano, cogió el pellejo y lo tiró hacia arriba. Y en ese momento, se corrió con un gran chorro de semen, que cayó en la mano de Madex y sobre la mesa que ya estaba muy sucia. Se la soltó y seguía saliendo leche. “ Menuda corrida, nada más cogérsela” El amigo le dijo, “ya dije que era muy lechero y siempre excitado. La mesa está muy sucia”. Mi Dueño, dijo que luego, lo limpiaría todo la gorda. “ Bueno pues vamos a seguir con lo más interesante.” Volvió a ponerle la culo delante de él y separó las nalgas. Pude ver que tenía un agujero rosado pero apenas se veía de lo pequeño que era. Madex, repasó con un dedo, la raja del culo y lo apoyó en el agujero empujando para meterlo. Le entró la punta del dedo y poco más. Su amigo, se levantó y mirando, le dijo “ Ya dije en la playa, que era virgen. Nunca lo han penetrado, ni siquiera yo. Lo guardaba por si algún sádico lo quería para reventarselo.” Madex le contestó “ Pues eso va a ser un problema, porque ya sabes que no me gustan vírgenes. Los quiero ya usados aunque no dilatados como mi perra”. “ Pues si te parece, (dijo el amigo) por el mismo precio, te lo puedo entregar desvirgado. Se lo puedo hacer yo si quieres” “ De acuerdo, si es así me lo quedaré. Vamos antes a tomar una cerveza que hace calor.” Le contestó. Y se levantó a por cerveza, alargando una al amigo. Le hizo una señal, al perro para que se tumbara y descansará un rato. También le quitó el hierro del hocico para que pudiera descansar. “ Ahora, está tranquilo, no morderá” dijo el amigo. Se sentaron cómodos a tomar cerveza y mi Dueño, me hizo subir al sofá y tumbarme boca abajo sobre sus rodillas. El culo, me quedaba vuelto hacia el hombre, y los dos, mientras bebían, me acariciaban. “ Me encanta el culo de esta perra, y el rabo le sienta muy bien”. Madre, le dijo que si quería, me lo podía sacar. Y el otro lo hizo tirando afuera. “ lo tenía bien metido”. Lo dejó a un lado y pasó meter un dedo suavemente en el agujero, y acariciarme los muslos. Madex, me separaba las nalgas para que el otro lo pudiera ver bien. “ Es verdad que no lo tiene muy dilatado, pero se nota que está follada. Me gusta”. Me acariciaron un rato, hasta que se terminaron la cerveza. “Bien, vamos a lo nuestro” le dijo a mi Dueño. Se levantó y se quitó los pantalones. No llevaba ropa interior, por lo que le pene, le salió enseguida. Lo tenía algo duro pero aún faltaba consistencia. Madex se lo cogió y confirmó que le faltaba dureza. Entonces me puso la cara delante de él diciéndome que la comiese. No se hizo de rogar, me la metió en la boca y empecé a comerla con ganas. Mientras, Madex se levantó y puso al perro en el suelo, con el culo levantado y las patas abiertas. En mi boca, la polla había crecido y ya estaba muy dura. La sacó y se le quedó pegada a la barriga de lo dura que estaba. Se le puso morada y parecía de metal. Era muy potente. Se puso detrás del perro y cogió un bote de lubricante. Pero Madex le dijo “ no lo uses. Quiero que la metas en seco y de un solo golpe. Quiero que su primera vez, la recuerde siempre de todas formas, espera un poco y se lo haré algo más suave”. Me cogió del collar y me puso la cara pegada al culo. “lámelo y pon saliva en el agujero” Así lo hice, lamí la raja y luego el agujero, procurando mojarlo con bastante saliva. Madex, se quitó la pantalones y mostró la polla tiesa en todo su esplendor. Se sentó en el sofá con las piernas abiertas sujetándose la polla. Cogió el lubricante y se tiró un buen chorro en la polla. Me dijo que me sentara en ella. Me senté despacio hasta que noté la punta que me entraba, seguí bajando y cuando noté que se me metía, su amigo m puso las manos en los hombros y me empujó para abajo, dejándome ensartado. No dolió mucho porque ya estaba acostumbrado, pero aún entraba justa. Madex me abrazó como otras veces y dijo que no me moviera. El otro, se puso de rodillas detrás del perro ya preparado, lo sujetó fuerte de las caderas, puso la punta en el agujero y con un empujón brutal, le enterró toda la polla. El pobre perro lanzó un aullido salvaje y empezó a chillar. Pero no tenía remedio para evitar la sodomizacion, y mucho menos la desfloración. El amigo de mi Dueño, lo tenía bien sujeto, y se lo follaba con fuerza. Al rato, bajo el ritmo, se la sacó por completo y la volvió a meter de golpe. Repitió está operación varias veces. Se volvió a Madex, diciendo,” así no te quedará dudas de que lo tendrás bien desflorando. Ya no es virgen”. En unos minutos, se pegó al culo del perro, y se quedó quieto suspirando fuerte. Se estaba corriendo, soltando todo el semen dentro del perro, que seguía llorando. En ese momento, Madex me mordió el cuello y sin soltar bocado, s apretó a mi. Noté el calor de su semen llenándome las entrañas. Javier, que así se llamaba el otro, aún estaba dentro del perro, mirándonos. Mi Dueño dijo que no me moviera. Su polla había perdido dureza pero aún la notaba. Hizo un movimiento hacia dentro y empecé a notar un chorro de calor dentro, se estaba meando en mis entrañas. Javier, salió del perro y m hizo abrir la boca, metió su miembro sucio de semen y restos del culo del perro y se puso a mear también. Yo tragué lo que podía. En ese momento, entró la cerda y de rodillas, se quedó mirando la escena. Madex le preguntó si la cena ya estaba servida a lo que ella contestó que si. Los dos habían terminado de mear. Me soltaron en el suelo y ellos se levantaron. Me gustaba ver sus pollas grandes colgando y goteando líquidos. Los veía muy poderosos. Madex, dijo “ quiero comprobar una cosa”, se fue hacia el perro, que estaba tumbado y le levanto el culo. Le metió un dedo y está vez no encontró resistencia. Probó con dos y aunque le costó algo, pudo meterlos. “ Bien, así es como me gusta. Luego se lo abriré más con mi polla”. Una palmada en las nalgas, mostró su conformidad. Se dirigió a la cerda “ saca a los perros a dar una vuelta por el jardín que se relajen, meen, coman y beban algo. Al nuevo métele por dentro del culo, una buena cantidad de pomada que le rebaje la irritación y cuando hayan comido, le pones el bozal al nuevo. Luego, los llevas al cobertizo y los metes a cada uno en una jaula. No es necesario que los laves, aún no hemos terminado”. Vamos nosotros, a tirarnos a la piscina y luego cenamos”. Se fueron los dos desnudos con sus pollas aún algo duras a refrescarse. Ella, nos puso las cadenas y nos llevó al jardín. Nos dio un paseo tranquilo, llevándonos hasta el campo de naranjos desde el que se veía la playa. Nos paró allí contemplando el paisaje, y vi como ella, separaba las piernas y de pié se puso a mear. Parecía una vaca por el enorme chorro que le salía y sus enormes carnes. Nosotros, hicimos lo mismo soltando una buena meada. A ella, le resbalaba la orina por los muslos. Se agachó a mirar la agujero del perro y le puso una mano en la nalga. En ese momento, el perro le tiró bocado a una pierna sin acertar. No quería que le tocaran más el culo. Ella sin pensárselo, le soltó una fuerte patada en los testículos que le hizo aullar y caer redondo. Ella no dijo nada, se volvió a agachar y descubrió el agujero. Pude ver que lo tenía rojo y estaba muy sucio. “ Vamos a arreglar esa irritación” dijo. Y tirando de las cadenas, nos llevó al cobertizo que yo había conocido. Una vez dentro, le puso el bozal, sacó un bote de pomada y untándose el dedo, lo metió dentro restregando lo bien. Le quitó la cadena y abriendo una jaula, lo empujó dentro de una patada cerrando la puerta. Me quitó también la cadena, y me metió en otra jaula. Me puso en el suelo un recipiente con comida y otro con agua. Miro al otro y le dijo que él no comía. Entonces se marchó, cerrando la puerta y apagando las luces. Después de comer, me tumbé y me quedé medio dormido. Al cabo de más de una hora, oí que se abría la puerta y entraban los dos Amos, seguían desnudos, pero se les notaba refrescados y contentos. Detrás venía la gorda. “Tráenos café “. Ella se fue y ellos se sentaron en el sofá. “ Bien,( decía Madex ) ahora quiero ver cómo el semental monta a mi perra” Entró la gorda y dejó el café en la mesita. “Saca a la perra y ponla en la tarima en posición de ser montada”. Me sacó de la jaula y me llevó hasta la tarima, me apretó la cara contra el suelo, y me separó las patas con el culo levantado. “ Suelta al semental “ le ordenó. Abrió la jaula y el perro, salió viniendo hacia mi. Ya tenía la polla tiesa. Javier, le dio unas palmadas en las nalgas, animándole “ Vamos, ves a la tarima, tienes a la perra para ti. Móntala y llena su coño de leche”. Habían encendido las luces de la tarima y puesto marcha las cámaras, por las pantallas, podía ver cómo venía hacia mí, muy nervioso. Me cogió de las caderas y empezó a empujar. Tan nervioso, que no acertaba con el agujero. La gorda, se la cogió, puso la punta en la entrada y enseguida se dio cuenta que la tenía en posición y dio un empujón. Metiéndomela. No me dolió, ya que la tenía delgada, pero era muy larga y con los empujones, me llegaba al fondo del recto, lo que era muy m*****o. Se movía como un histérico, gruñendo y follando fuerte. Al rato, Se quedó muy quieto y apretado a mí, me pareció notar que se hinchaba la polla y empezó a correrse, manteniéndola bien adentro. La cantidad y el calor de su leche me parecía que me estaban metiendo una lavativa. Cuando terminó, se tumbó sobre mi lomo cayéndole la baba por los orificios del bozal. Por una pantalla, vi se me acercaba Javier, con la polla tiesa. Dio un empujón al semental, le sacó la polla y sin aviso, me penetró de un golpe. Esta la noté más, era más gorda. Y follaba duro. Yo me caía al suelo, pero la gorda, se puso en mi cabeza, y me sujetó por los hombros. Me follaba con rabia. Un momento que pude ver la pantalla, vi que mi Dueño, estaba a mi lado cogiéndose la polla dura y gorda como no la había visto nunca. Por fin, Javier se corrió, llenándome más de semen. Se apartó y en pocos segundos, tenía a Madex metiéndomela. Ahora, dolía, siempre entraba muy justa. No follaba con rabia. Pero no daba pausa. Sacando y metiendo hasta el fondo. Tardó quince minutos en correrse, llenándome también de leche. "No te muevas de donde estás, sigue con el culo expuesto" me dijo mi Dueño Se sentaron los dos en el sofá, con las pollas morcillonas y sucias de restos de los culos y su leche. El semental, tumbado a los pies de su anterior Dueño, se quejaba. Javier, sin dudar, cogió la polla de mi Dueño, quien se hechó hacia atrás, para facilitarselo. "Tienes un buen aparato, te envidio. Se te ha quedado pegajosa de los culos de estos a****les y de nuestra leche." Hizo una seña a la gorda "limpianos", ella sabia lo que queria. se arrodilló delante, entre las piernas, y con la lengua, limpió las dos pollas. Javier, se dirigió a mi Dueño. “si te parece, me prestas a la perra y me cobro en carne el resto que me debes por el semental”. Madex, se mostró de acuerdo y me acarició la cabeza. “ lo siento “ me dijo. No me dejaron descansar. Le dijo a la gorda, “ tumbarla en la mesa boca arriba, y sujeta la bien.” Ella me arrastró y me subió a la mesa. Yo notaba que se me escapaba la leche a borbotones. Ella me ato fuertemente con las correas. Javier, me flexionó las piernas por las rodillas, dejándolas muy abiertas, como si fuera a parir. “ no le veo bien el ano, se lo tapan los testículos que le cuelgan. Tiralos hacia arriba” le dijo a la cerda. Esta, cogió un cordel y me los ato por un extremo y el otro, lo sujetó al collar, tirando fuerte. Mientras hacía esto, le cambió la expresión, le noté una sonrisa maliciosa. Le dijo Javier que ahora sí veía bien el ano. Abrió el maletín y le dio a ella una bola de goma con unas correas. “Amordázalo” le dijo. Ella me metió la bola entre los dientes y la sujetó con las correas. Empecé a asustarme. Mi Dueño, estaba junto a mí y le miré con miedo y ojos llorosos. Me acarició la cabeza. “ No tengas miedo y relájate. Te dije que habías subido de categoría y por eso te someteré a dilatación anal leve, no mucho, porque ahora tengo un perro más cerrado. Pero también has subido un nivel en los castigos o torturas y de eso se encargará, desde ahora mi amigo que es un experto. Pero no debes tener miedo”. Sus palabras no me sirvieron de consuelo. Entonces, su amigo, sacó el maletín una bola metálica bastante gorda, que procuró que yo viera bien. Esa bola llevaba un cable negro y fino. Me miró el ano y se dirigió a Madex “Con la cantidad de leche que le hemos metido no necesita lubricante”. Lo que hizo que la gorda y mi Dueño se rieran. Hizo una comprobación, metiendo dos dedos y ni los noté. Me puso la bola en la entrada y empezó a empujar. Tuvo que hacer fuerza para meterla, pero al final, lo consiguió, haciéndome daño. Sacó, entonces, otro cable que tenía en la punta una pinza metálica pequeña, que conectó a un aparato. Hizo lo mismo con la cable de la bola que tenía metida. Me admiré de que su rostro, no mostraba ninguna expresión. Se mostraba frío e impasible, como un profesional. Lo que si vi es que su pene estaba erecto. Yo sabía lo que me iba a hacer, y volví a mirar a mí Dueño con ojos suplicantes, pero se limitó a acariciarme la cabeza. La gorda tenía una expresión risueña y satisfecha. Javier me sujetó la pinza del otro cable en un pezón, y se puso a manipular el aparato. En seguida, noté una descarga que no dolió pero muy incómoda. Le siguió otra más fuerte que me hizo temblar. La siguiente, me hizo rugir e intentar soltarme, cosa imposible. Me quitó la pinza del pezón, y la puso en el pliegue del ombligo. Con tres descargas más, me puse a rugir y sudar a chorros. Intenté hacer fuerza con las tripas para expulsar la bola. La voz fría de Javier, me advirtió que era inútil, la bola era gorda y no podría deshacerme de ella. La cerda, se había puesto disimuladamente, una mano en el coño y se estaba masturbando. Volvió a quitarme la pinza y estirando del pellejo del pene, me la enganchó allí. Las siguientes descargas, fueron fuertes y noté más dolor por el sitio donde me había enganchado la pinza. También me ardía el recto. Me movía con desesperación y sudaba a chorros. Noté que me estaba meando. Por fin, desconectó el aparato y me quedé desmadejado. Tirando del cable que me salía del ano, intentó sacar la bola que costaba sacarla. Cuando asomó un poco, metió dos dedos y enganchandola la sacó y empezó a salirme todo el semen y líquidos que tenía dentro. A una señal de Madex, la cerda, me pasó un trapo mojado por la cara y todo el cuerpo. Después de pasármelo por el ano, me soltaron. No podía mantenerme en pié. Fue mi Dueño, quien me cogió casi en brazos y se sentó en un sillón, manteniendome sobre sus rodillas y apretándome contra su pecho, me pasaba la mano por todo el cuerpo para consolarme. No sé porqué pero le lamí el pecho sumiso y entregado. Seguiré...


¡PRUEBA LA NUEVA WEB: EROTISMOSINTABÚ!


¿Qué te parece el relato?